8 meses después
Kisa llegaba tarde a trabajar, hacía solo un par de semanas que se le había acabado la baja y todavía le costaba separarse de su hijo por las mañanas. No era que no se fiara de Yukina, su novio era un buen padre, simplemente no le gustaba estar alejado de su hijo de cinco meses. Sentía que el bebé crecía cada vez más rápido y él se lo estaba perdiendo por estar en el trabajo, pero no había nada que pudiera hacer para remediarlo, ese había sido el trato desde un principio. Yukina ya se había graduado pero había aplazado la búsqueda de empleo hasta que Nao cumpliera un año, hasta entonces vivirían del sueldo de Kisa y él podría cuidar del pequeño durante la jornada laboral del mayor.
Kisa entró suspirando en el departamento esmeralda. Siempre le había gustado su trabajo pero últimamente no le llenaba. Miró el asiento vacío que tenía al lado y volvió a suspirar, Ricchan estaba de nueve meses pero llevaba ya dos sin trabajar puesto que se le había complicado el embarazado y tenía que estar en absoluto reposo. Kisa solía ir a visitarle por las mañanas junto con Nao, eso animaba mucho a su amigo pero, ahora que había vuelto a trabajar, casi no tenía tiempo de ir a verle.
- Kisa, ¿has hablado con tu mangaka?- Preguntó Takano sin apartar la vista de unos papeles.
- Hablé con ella ayer por la noche, me dijo que me enviaría hoy el manuscrito ya corregido.
- Si a la hora de comer aún no te lo ha enviado llámala.
- De acuerdo.
- Hatori, ¿qué hay del manuscrito de Chiaki?- Preguntó el editor jefe.
- Aún está trabajando en él.
- Dile que si no lo tiene acabado hoy tendrá que venir mañana a trabajar aquí.- Dijo Takano.- Así se pondrá las pilas.
- Ahora mismo se lo digo.
- ¿Mino?- Le llamó Takano.
- Los míos ya han llegado.
- Perfecto, sigue amenazando así a tus mangakas.- En ese momento vibró el móvil de Kisa y Takano le miró esperanzado.- ¿Es la mangaka?
- No, es Yukina.- Respondió Kisa sin dejar de mirar la pantalla.
- ¿Todo bien en casa?- Preguntó Hatori.
- Sí, solo me ha enviado un video de Nao haciendo pedorretas.
- ¿Por qué no se lo envías a Chiaki?- Dijo Hatori sonriendo.- Le encantará verlo, se le cae la baba con tu hijo.
- No, dile que se lo enviarás cuando tenga listo el manuscrito.- Ordenó Takano.
Chiaki estaba pasando una mala racha y no se sentía con fuerzas de trabajar, cada vez le costaba más encontrar la inspiración y al final acababa haciendo cualquier cosa menos trabajar. Ese día decidió apagar el móvil y salir de casa porque sabía que Tori iba a estar llamándole para pedirle ese manuscrito que aún no había finalizado.
Decidió ir a casa de Ritsu a verle, ya que hacía un par de días que no le visitaba y sabía que el pobre a esas horas estaría solo. Llamó al timbre y esperó un par de minutos a que su amigo abriera.
- ¡Chiaki, qué sorpresa!- Exclamó el editor con una sonrisa y haciéndose a un lado.- Pasa, pasa. Me alegro de que hayas venido, me aburro un montón todo el día encerrado en casa.
- Es que no tenía ganas de trabajar, la verdad, y he decidido esconderme en tu casa.- Explicó Chiaki entrando en la vivienda.- Pero no te chives o me colgarán por los pulgares.
- Tranquilo, no diré nada.- Sonrió y ambos hombres se sentaron en el sofá, uno con más dificultad que el otro debido a su abultada barriga.
- ¿Cómo te encuentras?
- Con ganas de que pase ya.- Respondió Ritsu suspirando.- Cada día me cuesta más el estar aquí encerrado.
- Bueno, ya no te queda nada.
- Me han dicho que si sigo igual me provocarán el parto la semana que viene.
- ¿Lo ves? Ya lo tienes ahí.- Dijo Chiaki con una sonrisa.
- Tengo un poco de miedo.
- Eso es normal, ¿no recuerdas lo acojonado que estaba Kisa?
- Sí, lo pasó muy mal el último mes.- Comentó Ritsu.- Bueno, él y Yukina.
- Recuerdo las ojeras de Yukina, por lo visto Kisa le despertaba todas las noches porque tenía pesadillas.
- Dormían menos durante el embarazo que con el niño. Espero que el mío sea igual y nos deje dormir.- Dijo el editor acariciándose la barriga.
- ¿Qué crees que será?
- Takano dice que será niña y yo le digo que será niño solo por llevarle la contraria.
- A mi me gustaría que fuera niña.- Dijo Chiaki.- Así en nuestro grupo de amigos tendríamos la parejita.
- Bueno, aún quedas tú.- Dijo Ritsu tanteando el terreno, no era un tema del que Chiaki hablara mucho.
- Empiezo a pensar que no.- Murmuró el mangaka.- Llevamos intentándolo meses y nada, Tori dice que aún es pronto para preocuparnos pero yo creo que no va a poder ser.
- No te desanimes.- Le dijo agarrándole la mano.- Ya verás como sucede cuando menos lo esperes.
- Ojalá tengas razón.- Asintió Chiaki y Ritsu hizo una pequeña mueca de dolor.- ¿Estás bien?¿Te duele algo?
- No, ya está ya se me ha pasado. Ha sido solo un pinchazo.
- ¿Seguro? Si necesitas algo…
- No te preocu…- Comenzó a decir el editor pero otro pinchazo le interrumpió.
- Voy a pedir un taxi y a llevarte a urgencias.- Dijo Chiaki decidido.
- ¡Dios, ahora sí que duele!- Gritó Ritsu cogiéndose la barriga.
- Creo que ya viene, tú tranquilo. Respira.- El mangaka se encontraba incluso más nervioso que Ritsu y no sabía muy bien qué hacer, iba caminando de un lado a otro del salón.
- Chiaki, el taxi…- Le recordó su amigo sin quitar la expresión de dolor de su cara.
- ¡Cierto! Dame tu móvil que me he dejado el mío en casa.- Chiaki cogió el teléfono de su amigo sin esperar respuesta y pidió un taxi, después decidió llamar a Takano.
En el departamento esmeralda la mañana estaba transcurriendo muy lenta. Takano y Hatori estaban desesperados por culpa de cierto mangaka que no daba señales de vida. Los dos editores se estaban planteando seriamente el ir a buscarle y arrastrarle hasta la editorial. Pasaron un par de horas y Chiaki seguía sin responder a sus llamadas, Takano muy cabreado decidió que ya era hora de ponerle en su sitio.
- ¡Hatori, ya hemos esperado suficiente!- Gritó Takano con el ceño fruncido.- ¡Nos vamos a tu casa a decirle de todo a Chiaki!
- Me parece correcto.- Asintió Hatori poniéndose de pie. En ese momento el teléfono de Takano sonó.
- Departamento esmeralda, al habla Takano.- Dijo contestando a la llamada.
- ¡Takano-san!
- ¡CHIAKI, VAS A MORIR!- Gritó el editor jefe.- ¡LLEVAMOS TODO EL PUTO DÍA INTENTANDO LOCALIZARTE, SO VAGO DE MIERDA!
- ¡TAKANO, CÁLLATE QUE TU NOVIO ESTÁ DE PARTO!
-¿Qué?- Murmuró Takano sorprendido.
- Te esperamos en el hospital.- Dijo el mangaka y colgó rápidamente.
- ¿Era Chiaki?- Preguntó Hatori mirando como Takano se ponía el abrigo rápidamente.
- Sí, Ritsu se ha puesto de parto.- Anunció Takano saliendo del departamento.
- ¡Ricchan ya va a tener al bebé!- Exclamó Kisa levantándose de un salto de la silla.- Hatori, ¿podemos ir al hospital?
- Aún quedan un par de manuscritos por llegar…- Murmuró mirando el reloj.
- Pero la fecha límite no se termina hasta la semana que viene.- Dijo Kisa.
- Ya, pero Takano quería que estaba vez lo lleváramos todo a tiempo para cuando se coja él la baja por paternidad.
- Creo que en estos momentos a Takano le dará igual todo eso.- Comentó Mino sonriendo y Hatori aceptó suspirando.
- Venga, vamos todos al hospital.
- ¿Al hospital?- Preguntó Yokozawa entrando en el departamento.- ¿Y Masamune?
- Ya va a ser padre.- Respondió Hatori.
- Está bien, ¿vais al hospital?- Todos asintieron.- Muy bien, nos vemos en cinco minutos en la entrada, cogeremos los cuatro un taxi.
- Jo, cuando yo parí no vino tanta gente…- Murmuró Kisa cuando Yokozawa se marchó.
- No haberte puesto de parto de madrugada.- Le dijo Hatori y todos salieron del departamento.
Takano entró en urgencias corriendo, rápidamente divisó a Chiaki sentado en una silla moviendo frenéticamente los pies, el mangaka al verle se puso de pie de un salto.
- ¿Cómo está?
- No sé nada, hará diez minutos que le han entrado a quirófano.- Dijo Chiaki.- Solo podemos esperar.
- Cierto.- Asintió Takano y los dos hombres se sentaron.- Gracias por traerle.
- No ha sido nada.
- Dios, espero que pase rápido.- Murmuró el editor hundiéndose en la silla. En ese momento le distrajeron unas voces conocidas. Yokozawa, Mino, Hatori y Kisa acababan de entrar en la sala de espera.
- Masamune, ¿sabes algo?- Preguntó Yokozawa cuando llegaron hasta donde estaban los dos hombres.
- Le están haciendo la cesárea.
- Seguro que sale todo bien.- Dijo Kisa.
- Tori, ¿todo bien?- Preguntó Chiaki al ver las miradas que éste le lanzaba.
- Ya hablaremos tú y yo.
- ¿Por el manuscrito?
- Por supuesto.- Respondió Hatori y Chiaki suspiró fastidiado.
Pasaron unos cuarenta y cinco minutos en los que reinó el silencio y el nerviosismo. Una doctora salió y llamó a los familiares de Ritsu, todos se pusieron en pie y se acercaron a ella.
- ¿El padre?- Preguntó la doctora al ver a tanta gente.
- Yo.
- La intervención ha ido muy bien, su hijo ha nacido sano y su pareja se recuperará pronto.- Anunció la mujer y todos suspiraron aliviados.- Puede ir a ver a su hijo mientras llevamos a su pareja a la habitación. Por favor, venga conmigo.
Siguió a la doctora por un pasillo hasta llegar al área de maternidad. Ahí vio a una enfermera con un bebé en brazos, la enfermera al verle se acercó a él y le indicó cómo coger a su hijo.
- ¿Ya sabe el nombre?- Preguntó la enfermera una vez la doctora se hubo marchado.
- No, todavía no lo hemos hablado.- Respondió Takano sin apartar la vista de su hijo, tenía su mismo color de cabello y todavía no había abierto los ojos. No podía borrar la sonrisa que tenía en la cara. ¿Cómo era posible que esa personita tan maravillosa fuera el resultado de una noche de sexo salvaje? Era algo increíble.
- La habitación de su pareja es la 210. Si me permite.- Dijo la enfermera y extendió los brazos para que le entregara al bebé.- No se preocupe, en unos minutos lo llevaremos a su habitación para que esté con vosotros.
- Gracias.- Dijo el editor y se dirigió hacia la habitación en la que se encontraba su novio. Al entrar vio a Ritsu tumbado en la cama con los ojos cerrados. Takano se acercó a la cama y el menor abrió los ojos al oír movimiento.- Creía que estabas durmiendo.
- No, no quiero dormirme hasta haber cogido a nuestro hijo.- Murmuró Ritsu con una sonrisa cansada. Takano se inclinó para darle un suave beso en los labios.
- ¿No te han dejado cogerle?
- No, solo lo he visto.- Dijo Ritsu negando con la cabeza.- Me han dicho que me lo iban a traer ahora.
- Es precioso, Ritsu.- Le dijo Takano acariciándole la cara.
- ¿Le has cogido?- Preguntó y el editor jefe asintió.- Qué envidia.
- Ahora lo traerán, no te preocupes.
- Es que se lo han llevado tan rápido...creía que me lo iban a quitar.- Murmuró Ritsu.- Pero solo iban a limpiarle.
- Has sido muy valiente hoy.- Le susurró Takano cogiéndole la mano.- Lamento no haber podido estar contigo.
- Está bien, de todas formas no te hubieran dejado entrar.
- Te quiero tanto…- Dijo Takano y entró la enfermera con el bebé.
- ¡Mi niño!- Exclamó Ritsu soltándose del agarre de su novio y alzando los brazos para coger a su hijo. La enfermera colocó al niño en sus brazos y salió de la habitación sonriendo.- Hola, pequeñín, te acabamos de conocer pero ya te queremos mucho.- Dijo riendo mientras Takano le miraba enternecido. Justo en ese momento el bebé abrió los ojos, mostrando el mismo color verde que caracterizaba a su padre.
- Tiene tus ojos.- Comentó Masamune sonriendo.
- Y tu pelo.
- Hay que pensar el nombre.
- ¿Qué te parece Hitoshi?- Propuso Ritsu sin apartar la vista de su hijo.
- ¿Hitoshi?
- Sí, así se llamaba mi abuelo paterno. Pasé casi toda mi infancia con él y tengo muy buen recuerdo.
- Hitoshi.- Repitió Takano.- Me parece bien.
- ¿De verdad?
- Sí, me gusta ese nombre y encima es especial para ti.
- Sí, mi abuelo estaría tan contento...y mi padre también.- Dijo Ritsu y Takano le rodeó con su brazo.
- Están todos los del departamento en la sala de espera, ¿quieres verles o estás muy cansado?
- Diles que pasen.
Takano salió y un par de minutos después volvió a entrar seguido de todos los demás.
- Ricchan.- Dijo Kisa intentando no alzar la voz.- Es adorable.
- Se llama Hitoshi.- Dijo Ritsu sonriendo.
- Hito-chan.- Kisa se acercó más para verle mejor.- Qué cantidad de pelo. Takano, no podrás negar que es hijo tuyo, se parece mucho a ti.
- Menos por los ojos.- Comentó Mino sonriendo.
- Enhorabuena a los dos.- Dijo Yokozawa y ambos padres sonrieron.
- ¿Quieres cogerlo?- Le preguntó Ritsu a Yokozawa sorprendiendo a todos.
- ¿Puedo?
- Claro.- Sonrió Ritsu y le entregó al niño.
- Mirad como intenta mover las manitas.- Dijo Yokozawa riendo suavemente.
- ¿Puedo cogerlo yo ahora?- Preguntó Kisa.
- Espera a tu turno, ahora está conmigo.- Le dijo Yokozawa.- Además, tú ya tienes uno en casa.
- Chiaki, muchas gracias por todo.- Le dijo Ritsu.- Menos mal que has venido.
- No ha sido para tanto.- Respondió el mangaka.- Tampoco me llamaría héroe ni nada de eso.
- Nadie lo haría, Chiaki.- Le dijo Kisa enseñándole la lengua.
- Pero ha sido una suerte que hayas venido a verme.- Comentó Ritsu sonriendo.
- Más que suerte ha sido porque no tenía ganas de trabajar…- Dijo Chiaki con una risa nerviosa, haciendo que Hatori suspirara.
- No tienes remedio.
- Tori, te prometo que lo tendré acabado pronto.
- ¿Cuándo es pronto?- Intervino Takano.
- Takano-san, tú ya estás de baja, deberías despreocuparte de ese tipo de cosas.- Respondió Chiaki.
- Venga, ten, ya puedes cogerlo.- Le dijo Yokozawa a Kisa y le entregó al recién nacido.
- Qué bonito es, me da ternura…
- Disculpen, pero no puede haber tanta gente en la habitación.- Dijo una enfermera asomándose.
- Ya nos marchamos.- Dijo Hatori.
- ¿Qué? Pero si yo aún no lo he cogido…- Se quejó Chiaki.
- Todo tuyo.- Le entrego Kisa a Hitoshi.
- Mira, Tori, es maravilloso.- Le dijo Chiaki con el niño en brazos.
- Ya lo veo.- Dijo Hatori acariciándole la espalda.
- Creo que será mejor que nos marchemos y os dejemos descansar.
- Sí, Yokozawa tiene razón, Ritsu debe estar agotado.- Asintió Hatori y Chiaki le dio el niño a Takano. Se despidieron y todos se marcharon dejando a la pareja asolas con su hijo.
- Se ha dormido en mis brazos.- Susurró Takano feliz.
- No me creo que sea nuestro…
- Hitoshi Onodera.
- ¿Onodera?- Dijo Ritsu sorprendido.- ¿Por qué no Hitoshi Takano?
- Para mí mi apellido no significa nada, pero para ti el tuyo sí.
- No sé, igual eso le daría demasiadas esperanzas a mi madre.
- Hace meses que no sabemos de ella.- Dijo Takano.- No creo que sea algo de lo que debamos preocuparnos.
- Entonces de acuerdo, Hitoshi Onodera.
- El terror de las nenas.
- Qué bobo eres a veces.- Murmuró Ritsu riendo.
- O el terror de los nenes.- Dijo Takano sonriendo y se acercó a besar la cabecita de su hijo.- Te vamos a querer siempre.
Hola ^^
¿Qué tal? Espero que os haya gustado el capítulo. Ya solo faltan dos para que se acabe el fic.
Muchas gracias por leer y por comentar.
¡Un abrazo!
