¡Hola gente preciosa linda y hermosa que lee este ficuuu, ¡Aurora rompiendo record ok no Xd LES DIJE QUE NO IBA A TARDAR bueno fue porque le prometí a clara-sama que lo subiría hoy y aún estoy a tiempo en fin quiero agradecerles su estimada presencia en el primer capítulo, espero que esta capitulo sea de su total agrado nos vemos en los comentarios y pro cierto!

Quiero darle las gracias a SOFIA PIÑA quien me ayudo grandemente a corregir el capítulo Xd PARA QUE SEA MUCHO MAS AMENO Y LEGIBLE.

Bien sin más las dejo leer espero que me den sus sinceras impresiones se les quiere mucho beso.

Y gracias por el apoyo a Magic Neko.


Tradición Familiar.

By:

Aurora la maga

Capítulo 2: Bienvenida, Tomoko y Raven… ¿Celos?

Tren bala… 9:00pm

El paisaje que podía verse por la ventana era sin lugar a duda difícil de apreciar, puesto que el tren en el que estaba viajando tenía una velocidad de entre 500 km por hora a 570, sus ojos color miel observaban el paisaje lejano, observaba como el monte Fuji, aunque de noche no se lograba ver… podías verlo gracias a la luna y la claridad de la ciudad. Él podía ver como Nagoya se alejaba se sentía sumamente aliviado por haber dejado ese encierro y todavía se preguntaba ¿cómo es que había pasado? Sin embargo, la respuesta la tenía al frente aquellos Hermanos que lo acompañaban eran los responsables de haber sido liberado.

Aunque no estaba muy de acuerdo y no se perdonaba a sí mismo por haber accedido a los deseos de aquel omega debía aceptar que el haber sido sacado de aquel encierro y el haber evitado el castigo designado por el inspector el cual lo enviaría a su cruel destino en el exilio. Souichi respiraba hondo y aliviado aquella sensación de tranquilidad lo invadió se había salvado, aún se seguía cuestionando como ellos dos lograron liberarlo, solo lograba ver en sus pensamientos el rostro del director y del Inspector.

Tatsumi obviamente estaba feliz porque Souichi había sido elegido y el inspector Yi estaba furioso.

Ante aquellos recuerdos, logró descifrar que esos dos hermanos no eran solamente un Omega y un Alfa común y corriente, se trataban de sujetos cuya familia era demasiado influyente.

Seguía observando el paisaje cuando escuchó de parte de uno de los hermanos que se encontraban en el mismo vagón que él.

Ya anuncié a madre, la situación… Tetsuhiro. —

Eso es bueno Kunihiro, ¿Qué dijo? —

Souichi prestaba atención a aquella conversación con sumo disimulo, los miraba de reojo y apenas escuchaba. —Ella espera que esta vez sea la decisión correcta. —

Tetsuhiro al escuchar aquello esbozo una amable sonrisa y observó al chico de cabellos largos y ropas blancas. Souichi al darse cuenta que le observaba, dejó de verlos y observó por la ventana, pero ese quizás fue un pequeño error ya que notó el reflejo de aquellos dos en el cristal de la ventana y se tensó.

Te aseguro que esta decisión es la más indicada… ¿No es verdad Souichi-san? —

El silencio se formó en la cabina en donde estaban los tres, la tensión podía sentirse, Souichi quería gritarle un centenar de palabras que no eran muy agradables, pero dado a que estaba entre la espada y la pared y que por extraño que pareciera confiaba en ese chico de cabellos negros azulados, no dijo nada. Kunihiro y Tetsuhiro se miraron uno al otro, el castaño se masajeó el tabique de su nariz y susurró.

¿Por qué presiento que esto no va a funcionar? —

Si lo hará…—

Kunihiro soltó un suspiro al mismo tiempo que se ponía de pie y se encaminaba a la puerta para deslizarla y excusarse con ambos. —Discúlpenme un momento. —

La puerta se cerró y finalmente lograron quedar solos, pues desde que Souichi fue liberado no habían tenido el lugar de estar a solas y platicar de su extraña situación, Morinaga Tetsuhiro se fue acercando al lado de Souichi quien rápidamente se giró, tomó al recién nombrado del saco que traía y murmuró serio, bastante enfadado y frustrado.

Espero que no me engañes, si lo haces yo juro que aunque me manden a Exilio te ahorcaré con mis manos. —

Morinaga sonreía pasmadamente analizando el rostro lleno de enfado de su interlocutor, mientras que Souichi se quedaba tieso ante aquella expresión en su rostro, las manos de Tetsuhiro se elevaron con calma para sujetar las del de cabellos largos. Las cejas en su rostro se elevaron impresionados. En el momento en que ese omega tocó sus manos algo se removió intensamente dentro de él. Tragó grueso y aún más cuando escuchó.

Souichi-san… —Su aliento se fue en cuestión de segundos al escuchar aquella voz grave y profunda cerca de su rostro, Souichi no entendía por qué o cómo es que eso estaba pasando.

—"Pero ¿qué está sucediendo?, ¿por qué este sujeto me pone nervioso?"—

Yo sería incapaz de mentirle a alguien, soy una persona de palabra, puedes contar conmigo y confiar en mí. —

Las manos le comenzaron a temblar, era extraño, fue liberando aquella ropa y decayendo en su fuerza, con calma entonces escuchó como las palabras se deslizaban de aquellos labios del de mirada verdosa.

Ya hablé con unos amigos de la familia y esta noche irán a por tus amigos, ellos son muy buenas personas y te aseguro que trataran a tus amigos como si fueran de su familia… como yo te trataré a ti. —

Souichi estaba anonadado por aquel rostro sumamente perfilado, hermoso y esos ojos que brillaban y demostraban sinceridad en sus palabras.

Ah… ¿Estás seguro? —

Claro… ahora, sé bueno y no mates a mi hermano ¿Quieres? —

¿Qué?, ¿pero de qué hablas? —

Morinaga se apartó, para ponerse de pie y sentarse al frente observándole con suma atención y seriedad. —En el momento en que lleguemos a nuestro hogar, madre y padre te recibirán, es importante que demuestres una buena impresión, no queremos que ellos sean los culpables de arruinar nuestra promesa. —

Ve al grano. —

Bueno, ya debes estar enterado que cuando un Omega es presentado a la familia, debe de ser complaciente educado y mostrar interés en su alfa. —

Souichi en cada palabra dicha por aquel sujeto se sentía como si un taladro perforaba su cabeza y su orgullo, ¿sería capaz de aceptar esta treta?, ¿cómo demonios haría para aceptar a Kunihiro? Gruñía y sus cabellos parecían estar erizados además que una vena palpitaba en su frente. Tetsuhiro soltó una pequeña risa y cuestionó.

¿Tan malo es que seas un Omega? —

Lo dices porque a diferencia tuya yo no elijo a mis parejas. — Souichi se silenció, aquello que había dicho había sido estúpido y ridículo, él no era de los que expresaba lo que sentía internamente. —Es decir, yo, jamás, nunca… yo juré no ser de nadie yo quiero ser libre. —

Te entiendo, lo mismo pasa conmigo, pero… en esta sociedad debemos aceptar nuestro destino. —

Ambos fueron interrumpidos por la intromisión de Kunihiro quien observaba la situación y cuestionaba. — ¿Qué está pasando? –

Nada hermano, solo escuchaba a Souichi, él me comentaba que está muy emocionado de formar parte de la familia y que ansía demostrarte su aceptación hacia ti. —

La mirada afilada y seria del mayor de los Morinaga se concentró en el rostro del de cabellos largos quien agacho la mirada y susurró. —Sí… es verdad. — Se estaba traicionando a sí mismo, pero dado al trato debía de aceptar el ser así, aunque luego de un rato observaba a Tetsuhiro con un rostro lleno de enfado, como comunicándole que si él no cumplía su parte del trato lo iba a enterrar vivo. Aquel solo correspondía con una sonrisa tierna y un guiño en su ojo derecho.

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El viaje se hizo corto, ya habían llegado a la terminal de Fukuoka en la cual el par de hermanos fue recibido por un grupo muy numeroso de sujetos con trajes negros y camisas blancas, parecía que se trataba de seguridad para ambos, Tetsuhiro fue el primero en abrirse paso e iniciar a caminar fuera del tren, mientras que Kunihiro ofrecía su mano a su Omega, quien al denotar aquella acción se negó rotundamente diciendo.

Ni creas que actuaré como una damisela. —

Kunihiro se puso más serio y murmuró. —¿Qué me has dicho? —

Souichi notó como Tetsuhiro se detenía y observaba por sobre su hombro al peli largo quien no tuvo alternativa, debía de cooperar y seguir el plan, con todo el pesar y con el orgullo herido al 10000% tomo aquella mano, la cual parecía cálida, Kunihiro asintió complacido, llevaba a Souichi como si fuera una prenda hermosa. Ambos salían por fin del transporte ante la mirada de todos los presentes que traficaban el lugar.

Souichi quería morirse, no soportaba el ser avergonzado, sentía las miradas recaer sobre él, pero también, podía percibir el ambiente que lo recibía con calidez, es decir en ese sitio no se percibía la repugnancia y el odio que era dedicado a los Omegas, es más, pudo darse cuenta que lo vean con emoción y con mucho orgullo.

—"¿Qué clase de atmósfera es esta?"—

Te debes preguntar por qué todos te reciben así.—Inquirió Kunihiro quien había notado el cambio en las expresiones de su nuevo Omega.—Los Morinaga somos una familia reconocida en todo Fukuoka, hemos levantado la ciudad con nuestra empresa y nuestros bancos que están repartidos en todo el país y en Suecia, los ciudadanos de Fukuoka tienen todos los recursos necesarios para ser sostenidos mediante a sus impuestos, si necesitan ayuda es de vital importancia que nuestro gremio les ayude, a nosotros no nos interesan las guerras y menos la discriminación.–

Así es…—Expresó Tetsuhiro uniéndose a ellos, ya los tres estaban saliendo a la calle en donde un lujoso auto les aguardaba. —Es por eso que nuestros habitantes desean y ansían el recibir al siguiente heredero de nuestro consorcio. —

Souichi tragaba grueso, estaba más nervioso y confundido que antes, ¿Cómo llegó a parar a ese lugar en donde todo el mundo parecía atenderle con total dignidad? No dijo nada, no podía hacerlo, él pensó que esos sujetos iban a hacerle cosas extrañas, sin embargo, parecía que se había equivocado y había llegado al cielo.

Ya estaban dentro de la camioneta, Kunihiro soltó con calma su mano y susurró. —Por favor le pido que se controle frente a mis padres… nadie dirá o hablará de lo que pasó en Habo.—

Él no sabía cómo reaccionar a tantas atenciones.

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Mansión Morinaga…

Se trataba de una enorme casona, muy al estilo antiguo, para los Morinaga guardar las tradiciones eran importantes y no olvidarse de su antiguo Japón también, las paredes y la edificación en sí estaban hechos del mejor material de construcción, tenía una mezcla disimulada de la actualidad y del pasado, estaba compuesta por un enorme patio frontal, la sala de estar, cocina y 7 habitaciones que se repartían a lo largo de aquel terreno, con ventanas ovaladas, puertas corredizas y luces a base de lámparas que hacían suavizar el ambiente.

La emoción dentro de aquel hogar se hizo percibir, la madre de familia estaba extasiada tanto que sacaba de quicio a su marido, el cual leía los reportes en su biblioteca, mientras ella iba de un lado a otro cuestionándose ¿Cómo sería? ¿Esta sería la decisión definitiva de su hijo por un omega?

Estoy ansiosa, ¿Tú no lo estás? —

Tú sabes que no…—

Pero querido. —

Solo espero que ese inútil haya elegido bien esta vez, todavía estoy molesto porque las dos anteriores Omegas no fueron aprovechadas. —

Bueno, nuestro hijo tiene un gusto distinto, tú lo sabes muy bien…–

Solo espero que esta vez sí se mantenga la tradición familiar… ya que tú no hiciste un buen trabajo.— Expuso molesto y poniéndose de pie para abandonar el lugar, aquella mujer rápidamente se sintió pésimo, lágrimas se estaban formando en sus verdes ojos y la alegría que antes se deslumbraba en su cara llegó a borrarse, agachó su rostro y miró al piso en el cual había una alfombra enorme, sus cabellos se deslizaron por entre los costados de aquel rostro, eran cabellos castaños casi chocolatados, idénticos a los de Kunihiro. Estaba sumergiéndose en un mundo lleno de tristezas cuando, escuchó que la puerta por donde había salido su Alfa se abrió deslizándose con calma y una mujer de cabellos negros peinados en un moño anunció.

Mi señora, ya están aquí. —

El ánimo regresó, la emoción la invadió de prisa, corrió al lado de aquella mujer y expresó. —¡Dios, ya están aquí! —

Disculpe que no me emocione con usted señora Morinaga. —

Tranquila Tomoko yo entiendo, pero he deseado este momento por muchos años finalmente mi hijo encontró lo que quería. —

Dicho aquello la señora Morinaga salió de ese lugar para ir directo a la sala de estar mientras que aquella mujer se cruzaba de brazos y murmuraba. —Ya veremos señora… nadie me quita mi lugar, menos un omega macho. —

¿Eh? Tomoko, ¿Aún no te das por vencido? —

Raven. —

Aquella mujer se acercaba a la peli negra, ambas llevaban trajes tradicionales, kimonos a diferencia de Tomoko esta última en aparecer llevaba un traje negro con rojo, y la misma Tomoko llevaba uno rosa con blanco, cuando ambas estuvieron al frente Raven, quien era una chica pelirroja, susurró.

¿Sigues molesta porque Kunihiro-sama no nos tomó en serio? —

Esto es humillante, Raven. —

Aceptémoslo, jamás seremos lo suficientemente guapas para Kunihiro-sama. —

Yo le prometí a Madre-sama que conquistaría a su hijo y tendría a su heredero. —

Pues bueno, lo intentamos. —Dijo la pelirroja apoyándose en la pared con los brazos cruzados y los ojos cerrados. —No es nuestra culpa que no seamos apetecibles para Kunihiro-sama. —

Ni siquiera estando en celo le atrajimos, esto es humillante. —

Ya, ya… ven, Vamos a ver como es la nueva chica. —

¿Acaso no te enteraste? es un chico—

Ja, ja, ja más intrigante y humillante para ti. —

No lo permitiré, no lo permitiré, jamás. —

Déjalo ya… vamos. —Dijo tomándola del brazo y jalándola en dirección a la sala de estar, ambas caminaron por los pasillos de aquella compleja y antigua casa hasta situarse tras una de las puertas que daba a la sala, no debían estar presentes, pues sería una falta de educación y respeto.

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Había puesto un pie fuera del auto, se elevaba con lentitud apreciando la inmensa belleza antigua de aquel enorme lugar, se sentía en los tiempos, esos en los que los viejos humanos luchaban entre sí, por una guerra sin propósito. Estaba sorprendido y se notaba en todo su rostro, sus gafas brillaban ante los brillos de aquellas lámparas, y su cabello también brillaba ante tanta luz, parecía un ángel, aunque sus ropas eran andrajosas y un tanto sucias, pues no había quedado tiempo para comprar algo digno de él, ya que prácticamente habían salido de Nagoya casi escapando.

Era necesario ya que los hermanos sabían que el hijo del gobernador de Nagoya podría meter mano en su decisión y atentaría contra la vida de ese Omega, así que, conociendo que ya estando en Fukuoka estaría a salvo, así se hizo.

Vamos.— Susurró Kunihiro a su lado tomando de nuevo su mano y adentrándose en el enorme patio, mientras Souichi observaba todo a su alrededor como un niño emocionado, todo eso era diferente a las paredes de cemento y ventanas horribles de Habo, no perdía detalle y admiraba todo a su alrededor, a un costado derecho pudo notar el enorme jardín que se extendía, además de una fuente en la cual estuvo seguro que ahí habían peces, pues era como un pequeño lago artificial y sobre este un pequeño puente, no podía verlo bien ya que estaba caminando pero lo vería al día siguiente.

Mientras se adentraba más y más un sentimiento de querer tener ahí a Tomoe y a Kanako lo invadió, sin embargo, sus sentimientos se controlaron al escuchar una voz estridente y aguda, que con emoción gritó.

¡AHHHH, KUNIHIRO, TETSUHIRO! —

La castaña no había aguantado el que llegara hasta la sala, había salido corriendo en su recibimiento y ante estar al frente de ambos se quedó mirando con ojos enormes al peli largo quien se sintió demasiado esculcado, Kunihiro liberó su mano notando como aquella mujer ahora lo rodeaba y examinaba de pies a cabeza y murmuraba.

Jum… veamos, veamos. —Tomó un buen montón de cabellos, cosa que irritó a Souichi quien murmuró.

Oiga…—

Ejem.—Escuchó cómo Tetsuhiro se aclaraba la garganta y le observaba de forma seria.

No teniendo opción permitió que le examinara mientras la mujer expresaba.

Tiene un lindo cabello, parece estar sano, sus caderas… sus caderas son un poco angostas pero con el embarazo se ensancharan, vaya que hermoso Omega. —

–—Madre ¿Podemos entrar? —

Sí, sí… La cena ya está lista. —

Cena ¿A esta hora? — Cuestionó intrigado Souichi causando que la mujer lo observara con seriedad, rápidamente el sintió que estuvo fuera de lugar el decir aquello, pero para aquella mujer eso como lo más tierno que pudo haber visto en su vida.

Es muy lindo. — Sonrió amablemente, para luego tomar la mano de ese chico y la de su hijo mayor y llevarles adentro, mientras Tetsuhiro los observaba con cierta tristeza en su rostro, sin darle mucha importancia a lo que sentía se encaminó hasta entrar a la casa en donde la cena se llevaría a cabo.

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Sin perder tiempo llegaron al comedor, aquel comedor al igual que toda la casa parecía tener colores no tan llamativos, Souichi estaba impresionado pues todo aquello le hacía recordar a la vieja Japón, los colores marrones y verdes predominaban con un toque delicado de blanco en las puertas, sus orbes color miel ahora se situaron en el Tatami que de seguro estaba sobre una estera japonesa, sobre esta alfombra enorme estaba la mesa, aquella mesa baja, podías darte cuenta que estaba hecha de madera de bambú o de madera de cerezo.

Algo que llamó mucho la atención de Souichi fue ver los cojines de un color turquesa con ruedo de color blanco, era muy distinto a lo que les habían enseñado en HABO, él sabía cómo sentarse en una mesa de época, es decir sillas altas con respaldo en cambio en esta casa todo era tan retro que no pudo evitar el sentirse inseguro, pero dado a que sus raíces eran más fuertes que el tiempo actual mismo, se preparó…

Aquella mesa tenía seis puestos, al centro de esta se encontraba un árbol bonsái, parecía estar elegantemente arreglado para la ocasión, los manteles demostraban la importancia de cada puesto, pues en donde el padre se sentaría había una jarrita para servirse saque y a su lado una copa para el mismo líquido que lo identificaba, en el puesto de la madre había una tetera, de color azul con dibujos de aves en color negro, una tacita de té y de los demás puestos dos tenían tasas altas en donde se depositaría el saque con su padre, en el puesto que Souichi descubrió como suyo se encontraba una taza de té, él supuso que a lo mejor bebería lo mismo que su nueva madre.

Con calma ellos se fueron ubicando efectivamente ese era su lugar, al lado de Kunihiro quien se sentó en su lado izquierdo, su hermano estaba al frente y la madre al lado izquierdo del puesto del padre, el cual llegaba al sitio, abrió de golpe la puerta, parecía estar muy enfadado y se condujo en dirección de la mesa para sentarse des cuadrado, no como ellos que se habían sentado en cuclillas y tenían sus piernas encogidas, Souichi analizaba todo de inmediato, sintió el cambio en la atmósfera, percibió que la llegada de aquel hombre denotaba autoridad y por lo tanto debía ser precavido.

Sus orbes miel observaban con disimulo a Tetsuhiro quien desde que entró aquel hombre, agachó el rostro y su expresión fue sombría, estaba intrigado en conocer las razones. Sin embargo.

Buenas noches. — Expuso por fin el padre observando a Souichi, el cual solo lo observó por un momento ya que Kunihiro tomaba su mano y expresaba.

Padre, es un honor para mí presentarte a Souichi. —

¿Por qué está todo sucio? ¿Y por qué está con los cabellos sueltos? —

Hubo que salir rápido del instituto, debía de resolver algunas cosas en el camino hacia acá así que…—

No me agrada, este comienzo. —Expuso aquel hombre sirviéndose de aquella jarra, momento en que era preciso hacer pasar la comida, la única mujer Omega en el lugar tomo una campanilla que estaba el centro de la mesa y al hacerla sonar las puertas se abrieron, dejando pasar a la servidumbre los cuales depositaban los entrantes.

Souichi analizó el platillo, no sabía que era eso, pero olía muy bien, aquel platillo se trataba de Tofu con salsa caramelizada, estaba ansioso por probar aquellos trozos de comida que estaban en la presentación impecable, la salsa chorreaba y bañaba aquellos trocitos de Tofu mientras que la cebolleta y el pan estaban sobre estas adornando armónicamente el platillo, él no hizo ningún movimiento conocía el ritual debía de permitir que la familia iniciara a comer primero.

Y antes que eso pasara.

Entonces, ¿quién es él Kunihiro? — Cuestionó aquel hombre de cabellos negros oscuros, tomando con elegancia los palillos japoneses con calma tomo un trozo de aquella comida y con suma calma se lo llevó a la boca para masticarlo lentamente como disfrutando, para ese hombre el Tofu era su comida favorita y en ese momento en su paladar había una fiesta de sabores.

Dado el primer paso de la cabeza de aquella familia, su esposa fue la siguiente en comer, mientras que Kunihiro respondía con seriedad y calma.

Su nombre es Souichi… según tengo entendido tiene mi misma edad, eso habla muy bien de mi elección padre. —

Mm… entiendo. —

Souichi, ellos son mis padres, Morinaga Anna y mi padre Morinaga Noburo. —

Su rostro fue de impresión absoluta, el corazón le palpitaba a mil, hizo una reverencia con la cabeza y saludo con educación, mientras que Noburo se servía saque y expresaba, elevando la copa. —Espero que esta vez seas tú quien nos dé un nuevo heredero, bienvenido a la familia hijo. —

Anna al escuchar aquello se emocionó, de prisa tomo su tacita de té y la elevó, mientras, Kunihiro tomaba su baso con la mano izquierda y con la derecha elevaba la de Souichi para brindarle un tierno beso en el revés de esta, el peli largo casi se muere, eso era demasiado para soportarlo, tanto así que arrugo las cejas y se erizó por completo, estuvo a punto de perder el control y mandar todo a la real mierda, intentó ponerse de pie pero una mano bajo la mesa sujeto su otra mano la cual estaba empuñada con fuerza, todo movimiento se detuvo. Observó al culpable de aquel toque.

El cual le observaba a los ojos con dulzura al tiempo que con su mano derecha elevaba su copa y expresaba. —Brindo por el futuro de ambos. —

La suave caricia le hizo relajarse, ahora Tetsuhiro acariciaba sus dedos, dándole confortable tranquilidad, era impresionante como aquella expresión y esas caricias bajo la mesa le habían tranquilizado…

La cena fue transcurriendo sin ninguna novedad, al parecer Noburo estaba contento, Souichi había resultado ser un Omega bastante gracioso y tosco, es decir él era un hombre intachable y bastante serio, pero al tomar confianza con Souichi las cosas cambiaron, se dio cuenta que no era como las omegas Tomoko y Raven las cuales eran aburridas y escuetas.

Se lo juro señor Morinaga debió verle la cara a ese sujeto, la tenía toda marcada por los golpes que le di. —

Vaya, vaya, eres un Omega rebelde, eso es fuera de común, ¿De dónde lo sacaron, muchachos? —

Cariño, eso es verdad, es la primera vez que escucho de un omega que se escapa de sus elecciones. —

Bueno señora, es sumamente difícil aceptar tu destino, más si se trata de un sorete como los que me tocaron.—

Era quizás el saque el que había sacado la faceta tranquila y relajada de aquel padre, o quizás las ocurrencias de ese peli largo, el cual los hacía reír, hasta la madre estaba verdaderamente des cuadrada, había dejado el té para unirse a su esposo a beber un poco, Kunihiro sin embargo estaba algo inquieto, serio y cruzado de brazos, para él ese tipo de conversaciones y las acciones en el pasado de Souichi eran simplemente algo que atentaba contra el orden que a él lo caracterizaban, pero dado a que su hermano estaba feliz escuchando todo aquello se permitió relajarse.

Pero dos mujeres que estaban observando todo tras las puertas no se relajaban para nada.

Ese asqueroso. —

Es guapo, pero es vulgar, muy vulgar, aunque creo que le cayó muy bien a Noburo-sama ¿Qué vas a hacer al respecto Tomoko? —

Jum… creo que le daremos una cálida bienvenida, eso haremos. —

Será interesante. — Ellas se fueron por los pasillos en dirección de la recamara de las concubinas, aguardarían por la llegada del nuevo inquilino.

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Mientras en la mesa, ya no se estaba hablando cuando Noburo expuso, con seriedad y mandato.

Bien… he decidido hacer algo radical, dado al hecho en que te has involucrado más con este Omega que con las otras dos, he decidido hacer una fiesta de compromiso. —

¡CARIÑO! —Chilló la madre completamente extasiada y animada.

Tetsuhiro observó con impacto a su padre, mientras este solo le dedicaba una mirada sumamente penetrante y seria, Souichi logró ver aquellas miradas, mientras que Kunihiro estaba un poco confundido e impactado sin mencionar que estaba sonrojado, definitivamente Souichi había llegado a causar muchos cambios en aquella familia.

Estén listos para mañana en la noche, Anna encárgate de todo. —

Sí querido. —

Souichi… hijos, buenas noches. —

Ellos se pusieron de pie, hicieron una reverencia y permitieron que se marchara, rápidamente Anna fue tras él, mientras que Kunihiro susurraba. —Esto es sorpresivo, tal parece que mi padre te ha aceptado de forma que yo no esperaba. —

Es porque ya se dio cuenta que fue la mejor elección, Kunihiro. —

Las miradas entre ambos hermanos eran misteriosas, ambos entonces giraron a ver a Souichi a quien Tetsuhiro expresó. —En hora buena Souichi… has logrado encantar a un ogro. —

Creo que entre ogros se entienden. —Expuso Kunihiro con indignación, mientras se acomodaba las gafas. —bien yo me retiro, Tetsuhiro ¿podrías guiarlo a la habitación y darle órdenes específicas para mañana? —

Claro, que descanses Nii-san.—

Finalmente, ambos quedaron a solas y eso ponía demasiado nervioso a Souichi, ese sujeto tenía algo que no sabía qué era, Morinaga con calma extendió su mano para tomar la suya, pero aquellos orbes miel observaron aquella mano con desconfianza, trató de disimular que no deseaba tocarlo de una manera tosca. Se abrió paso y saliendo de la sala exclamó.

Date prisa estoy cansado. —

Tetsuhiro suspiró hondamente, fue tras él y mientras lo alcanzaba expresaba. —Es por acá. —

Ya… oye… ¿te puedo preguntar algo? —

Claro. —

¿No te llevas bien con ese viejo? —

Tetsuhiro rápidamente le silenció la boca colocando su mano y negando. —No digas eso, si se entera que le faltaste el respeto te sacará a patadas y no le importaría que murieras afuera. —

Bueno, será difícil controlarme, pero… ¿Dime que está pasando? —

La verdad es que no quiero hablar de eso, ya es tardísimo, son las 12 ya y debes descansar…—

Ambos ya salían a los pasillos, Souichi por fin logró ver el jardín, era simplemente hermoso, aunque estaba de noche pudo apreciarlo a su débil plenitud, algunas luciérnagas estaban sobrevolando con su luz tintineante, escuchaba el sonido de la fuente y el suave chapoteo de los peces que salían a tomar una bocanada pequeña de aire, se detuvo al notar las flores, era hermoso, simplemente hermoso. Algo que a él le apasionaba era la simplicidad de la naturaleza y la hermosura natural de esta.

Se sintió invadido por el olor tan reconocible de las orquídeas que estaban floreciendo a esa hora.

Es precioso ¿no es verdad? —

Eh… es interesante. —

vamos. —Dijo Morinaga para invitarlo a seguirle mientras expresaba. —Mañana te levantaras temprano, debes preparar el desayuno de mi hermano y después alistarte para ir con él al trabajo. —

Espera... ¿yo al trabajo con ese cara de pierda? —

Ja, ja, ja, ja…—Reía con suavidad Tetsuhiro. —Aunque me agrade la forma en que pones apodos, debes abstenerte o te creará problemas, sí debes ir con él, después él te llevara conmigo para ir a buscar tus trajes para la fiesta. —

Maldición. —

Bueno, es aquí…—Expuso señalando la puerta corrediza. — Aquí duermen las omegas de mi hermano, son chicas muy agradables. —

Dormiré compartiendo habitación ¿Con quiénes? —

Lo siento, si quieres ganarte tu propia habitación debes trabajar duro e impresionar a Kunihiro. —

Ya…—Tetsuhiro se disponía a irse cuando. —O-Oye… espera. —

¿Sií?—

Por lo de antes… yo… —

Descuida solo evitaba que le rompieras la cara a mi hermano. —Tetsuhiro dibujo una sonrisa tierna, hizo una reverencia y salió del lugar dejando a Souichi muy confundido.

Él estaba ahí mirándole perderse por entre la oscuridad de la noche, luego que sus ojos ya no lo vieron más se dispuso a entrar a la habitación en la cual, el ambiente se sintió pesado, dos mujeres estaban despiertas y esperando la llegada de aquel sujeto. Finalmente, Souichi cerró la puerta y las observó de forma confusa, la primera en ponerse de pie fue Tomoko, ella ya no tenía el kimono puesto, en su lugar tenía una bata muy ajustada que hacía ver parte de su hombro derecho y su esbelta figura, en su mano tenía un fino cigarro, ella observaba a Souichi, se le acercaba, lo miraba con odio y tremendo asecho. Dio una calada a su fino cigarro y justo cuando estuvo al frente del peli largo, lanzó la bocanada de humo a un costado de aquel rostro, causando que las gafas de Souichi se nublaran un poco.

Se controlaba no quería matarla ahí mismo, permitió que ella analizara de pies a cabeza todo lo que ese hombre poseía.—Interesante cabello, aunque parece un nido de pájaros.— Lo rodeaba, ella caminaba como una fiera , mostrando en su paso la delgada y sensual pierna larga que esta poseía, Raven observaba todo desde su cama, finalmente Tomoko susurró.—Eres horrendo, no sé qué es lo que te vio Kunihiro-sama… pero bueno, te aseguro una sola cosa, no permitiré que me lo quites.— Expuso colocándose al frente de Souichi y dando otra calada a su cigarro lanzándole el humo en la cara.

El de cabellos largos no soportó aquello, no era participe de golpear a mujeres, pero esta omega se había pasado, movió con agilidad su mano, tomó su muñeca y la hizo trocar dejando caer el cigarro al piso, él lo pisó con fuerza con sus sandalias mientras expresaba.

Que una mujer fume de la manera tan asquerosa que lo haces es un insulto para los omegas. —

Estúpido, me estas lastimando. —

Que lo sepas, si te me acercas, si crees que puedes hacerme algo, esto es lo que recibirás y no me importa que seas una omega. —

Vaya, ¿tanto te gusta Kunihiro-sama? —

Eso no es de tu incumbencia bruja. —

Ya, ya… Tomoko, ya está bien. —Dijo separándolos. —Hola soy Raven y ella es Tomoko, perdónala, está un poco irritada porque hemos sido desplazadas eso es todo. —

Dile a tu amiga que se aleje de mí, que no se me acerque, que no me hable o le rompo cada hueso de su esquelético cuerpo. — Raven sonrió y expresó.

VAYA, pero cuanto poder al hablar, jaja, me agradas. —

Será mejor que no hagas lo mismo, va para ti, no quiero, no deseo que se metan conmigo. —

Ambas lo observaban con enfado, tal parecía que ese hombre no era muy amigable ni tampoco débil, Tomoko y Raven dejaron la conversación para otro momento, luego tratarían de iniciar el calvario de Souichi en esa casa, pues nadie les hablaba de esa manera o siquiera atentar en quitarles su puesto en aquel hogar.

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La noche se fue deprisa, Souichi se había despertado al punto de las 5 de la madrugada, no había podido pegar un ojo en todo lo que resto de la noche por una simple razón, esas dos arpías roncaban tan fuerte que era imposible dormir además que él no pudo dejar de pensar en todo lo que había pasado, en lo que Tetsuhiro había prometido. Con estos pensamientos él despertó, no sabía en dónde estaba la cocina así que decidió buscar a Tetsuhiro para informarse.

Iba de habitación en habitación, hasta que finalmente dio con la que era, se sometió en la que parecía ser de Tetsuhiro y apreció todo el orden en ese lugar, el amarillo huevo en las paredes le dieron nauseas, mientras que seguía caminando por todo el lugar notó varios trofeos y premios, era bastante habilidosos es sujeto por lo que notó, rápidamente se situó al lado de la cama y ahí estaba aquel omega. Estaba dormido.

–—Pero que forma más rara de dormir. — Susurró Souichi notando que aquel estaba sin camisa y la sábana solo estaba cubriendo de la cadera a los pies, rápidamente se acercó a su rostro y en el oído susurró. —Oye tú, despierta. —

No… espera… no es muy temprano… nii-san, nii-san lo quiero a él.—

¿Eh?—

Sí… mmmgg… So-Souichi…—

El mencionado se puso colorado, ¿Acaso ese sujeto estaba soñando con él?

Quiero que me hagas el de…desayuno mmmm.—

OYE, DESPIERTA. —Gritó en su oído, causando que Tetsuhiro despertara de golpe y se levantara como un resorte, rasco sus ojos con prisa y giró a ver al culpable de quien lo despertó, al divisarlo, se movió de prisa al otro extremo de la casa mientras susurraba asustado.

¿Qué? ¿pero qué haces tú… yo y por qué…? ahhh.—Se cayó al piso de manera que azotó, a comparación de las omegas los dueños de aquella casa tenían camas altas no futones. Souichi se subió a la cama y apresurado llegó a él lo tomó de las mejillas y cuestionó.

¿Qué demonios hacías soñando conmigo depravado? —

¿Eh?, ¿ehh?, ¿yo estaba soñando contigo? —

Sí dijiste mi nombre. —

No lo recuerdo, lo juro lo juró, eso duele ahh.—

Espero que no vuelva a pasar. —

Lo prometo ahora por favor suéltame. —Lloraba el peli negro mientras el otro lo liberaba y se sentaba en la orilla de la cama cruzado de brazos. —Souichi… perdón, oye espera ¿Qué haces en mi habitación? —

No encuentro la cocina esto parece un laberinto. —

Oh… jajaja, está después de la sala, perdona no te mostramos la casa, que tontos somos.—

Bueno, ahora que sé en donde se me voy.—

Sí… sí...—

Vuelve a dormir y no te atrevas a soñar conmigo. —Expuso sonrojado.

Claro, claro.—Finalmente quedó solo en la alcoba. Él se preguntaba una y otra vez qué había sido aquello, Tetsuhiro se revolvió los cabellos y se tiró a la cama para envolverse en sus sábanas y murmurar. —So…uichi.—

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El amanecer estaba demostrando su intensidad, el sol bañaba todo los tejados, montañas y edificios en aquella gran ciudad en la cual el progreso era sumamente rico, pues la familia Morinaga tenía sus reglas, si querías que te ayudaran debías de trabajar y en momentos de emergencia ellos te ayudaban a sobre llevar las cuentas, siempre y cuando demostraras que te pasó algo, por ejemplo, en caso de luto, enfermedad o perdidas de trabajo. En esa ciudad no se permitía la delincuencia el que actuaba con malas intenciones era enviado a Exilio.

En la gran mansión, Souichi había hecho lo mejor que pudo, pues recordó que había faltado a muchas clases de cocina en el internado, sin embargo, había algo en lo que el sobre salía y eso era el café las tostadas y los vegetales encurtidos al igual que el arroz blanco, este último era primordial para toda comida japonesa así que si eras un Omega que no podía hacer este tpo de platillos se consideraba una ofensa.

Observaba la bandeja, el arroz estaba muy bien servido en su plato, mientras que el miso aún humeaba, en cuanto al Espaco y los vegetales también expedían un buen aroma, aparte estaba la tostada francesa y el café.

Buenos días. —Exponía una mujer que bostezaba y observaba con impacto aquel platillo. —Usted debe ser Souichi-san.—

Mucho gusto.—

Vaya, mire cuanta comida, jaja, espero que el señor Kunihiro se lo coma.—

Si no lo hace se lo meteré a la fuerza.—

Eh… JAJAJA vaya que carácter.—

Humg bueno es que me corté los dedos al partir esos malditos vegetales.—

Es usted muy lindo, venga, estoy segura que el señor estará feliz.— Ambos conversaban se escuchó la campanilla.—Y ya llegó, venga, vaya a entregárselo.—

Gracias… emm…—

Oh, jajaja mi nombre es Matsuri.–

Nos vemos después…—

Souichi salió de la cocina a paso lento, no quería tirar el esfuerzo de lo que había preparado en el transcurso, por el pasillo, aquellas arpías habían llegado y observaban como este apenas y tenía equilibrio, Tomoko sonrió maléficamente y expuso a Raven.

Mira esto Raven.—

No, Tomoko ¿qué vas a hacer?.—

La peli negra no atendió a la pelirroja, ella siguió caminando en dirección de Souichi al cual, empujó con disimulo, causando que la bandeja de comida cayera al piso con un sonido tremendamente fuerte, Souichi no podía creerlo, todo estaba tirado y la bajilla hecha añicos…

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En el comedor aquel, suceso se escuchó, Kunihiro se puso de pie, mientras su madre estaba a su lado esperando el gran primer paso de Souichi, pero para ambos el suspenso terminó con aquel ruido proveniente del pasillo.—¿Qué ocurrió?—

Ambos se movilizaron hasta dónde provenía aquel desastre, Souichi se agacho de prisa mientras Tomoko se unía a la pelirroja y sonreía ganadora mientras que la señora de la casa y Kunihiro observaban lo que había pasado.

Oh vaya.—

Souichi.—

Yo… —Observaba a las mujeres con enfado y odio, sabía lo que ellas querían y era que lo echaran de aquella casa, Souichi pensó rápidamente, dedujo que si se ponía de loco a gritar y a culparlas quedaría como un tonto y cumpliría el capricho de Tomoko; con indignación el expreso entonces.—Lo lamento, yo… lo siento mucho trabajé tanto por hacer esto y lo arruiné…–

Kunihiro analizó la situación, observo las manos del peli largo recoger las pedazos de platos además de detectar las cortadas en sus manos, Anna estaba sin habla nadie había cometido un error como ese, tirar la comida de esa forma tan descuidada era inaudito, llegó a pensar que Kunihiro lo regañaría e incluso lo rechazaría, pues aquella inutilidad no podía pasarse de largo.

Sin embargo…

Kunihiro se agachó, muy despacio, tomó los palillos y con calma tomo un poco de cada cosa para probarlo, ante la mirada impresionada de Tomoko y Raven, lo llevó a su boca y lo probó con tranquilidad, el sabor era incalculable, era muy bueno estaba a la altura de la gran cheff Matsuri.

Esta delicioso. —

Kunihiro-sama, por favor no haga eso. —Expresaron las mujeres llegando a su lado y cubriendo la comida tirada en el piso.

Me encantó, el sabor, sin duda cocinas mejor que otras. — Dijo observando con una mirada afilada a la pelirroja y a la peli negra las cuales dejaron de hacer lo que hacían y se ponían de pie, Kunihiro tomó ambas manos de Souichi y le invitó a ponerse de pie, al mismo tiempo que decía. —Ve a arreglarte, iremos a desayunar a un restaurante…—

Ah… bueno.—Dijo yéndose sin hacer reverencia mientras aquellas dos.

Tomoko, Raven…—

¿Sí?—

Limpien este desastre, no quiero que quede pegajoso y si la madera se mancha por su lentitud ustedes repondrán el suelo.—

Sí.—

Kunihiro eso fue lindo.—

Madre, me iré con Souichi, por favor te encargo la fiesta.—

El castaño abandoné el pasillo mientras las dos mujeres limpiaban el desastre, ellas estaban furiosas por lo que había ocurrido.

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Se había puesto ropa regular una camisa de mangas tres cuartos color verde claro, un pantalón jean azul y sus cabellos se habían atado en una coleta sus zapatos eran de color café, aquella ropa había sido elegida para él. Tenía un estilo semi casual, diferente al de Kunihiro que era totalmente casual, pero dado a que solo irían a desayunar y a presentarle a los que trabajaban con él en la oficina no tenía que vestir exageradamente, a Souichi le gustó mucho ese estilo, por fin había dejado atrás la ropa blanca de manicomio como él llamaba a HABO y ahora parecía una persona común corriente, alguien cuya sociedad estaría preparada de recibirle.

El collar de los omegas continuaba en su cuello, no obstante, no era como el que tenía en el internado se trataba de un collar un poco más fino, contenía un color plata muy mono y un diamante al centro.

Ya estaban a medio día cuando el castaño salía de la oficina en compañía de Souichi, el cual solo escuchaba la conversación por teléfono que este tenía con su hermano al cual gritaba. — Tetsuhiro, sabes que odio las carreras de autos, ¿Por qué no me dijiste que tenías competencia hoy?— Souichi prestaba atención a lo que este decía en el auricular.—¿Cómo que se te olvidó? Bueno, está bien iré solo un momento y después cuando te desocupes te dejaré a Souichi, necesito ir a las oficinas del norte, surgió un problema y debo darme prisa si quiero estar a tiempo para la fiesta esta noche. —

Después de una despedida un poco seria de parte del castaño, suspiró hondo y observó a Souichi al cual dijo.

Iremos a un lugar un poco atestado de gente, es molesto pero debo dejarte con mi hermano para que te compre lo que llevarás puesto esta noche. —

Está bien. —

El auto se movilizó con calma por la ciudad en dirección a las afueras de esta, estaban acercándose a lo que parecía un enorme estadio el cual contenía la más enorme y lujosa pista de carreras de toda la ciudad.

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El sonido del rugido en los motores era inmensamente ensordecedor, él traía puesto un casco que cubría su cabeza y las ropas de un piloto, el circuito estaba listo para iniciar la competencia en la que estaba participando en esa ocasión, sus cabellos negros azulados se asomaban por los costados de su rostro, apretaba el manubrio y aceleraba con impaciencia su auto.

Un auto de carreras de la marca Audi, era el principal participante, en ese momento Morinaga Tetsuhiro no había sido vencido, siempre había dejado muy atrás a los que competían contra él.

Estaba todo listo, los motores rugían y los escapes lanzaban sonidos que emocionaban más al público, sus orbes verdes observaban el semáforo el cual estaba en rojo, luego cambio a amarillo el movilizó la palanca de neutro a la velocidad 1 para alistarse, el corazón le palpitaba con emoción y justo cuando escucho la voz característica de una chica en su comunicado en el casco, aceleró, pues el semáforo daba verde.

Las llantas rasparon el pavimento y aquella máquina había salido expedido de la marca, seguido muy de cerca por los otros pilotos, en la primera vuelta unos ya se habían quedado atrás mientras él aceleraba cada vez más, cambiando velocidades con suma experiencia, giraba, derrapaba en las vueltas y sin perder el rumbo o su posición dejaba atrás a los que competían contra él…

Entre el público Kunihiro ya se estaba acomodando en el palco privado, Souichi no entendía nada cuando de pronto el castaño expuso.

El número 11 es Tetsuhiro. —

Sin poder evitar el mirar apresurado hacia la pista busco el numero dicho por Kunihiro, su sorpresa fue ver que ese auto con ese número a los costados estaba encabezando y parecía que nadie le podría ganar sin embargo…—Hum, que raro.—

¿Qué ocurre?—

Ese otro piloto lo está alcanzando.—

¿El número 7?—

Sí…—Respondió Kunihiro observando con más atención la carrera.

Dentro de aquel auto número 11 el sentimiento de sentirse ser el ganador lo invadió de manera apresurada sin embargo, el comunicador en su oído le dejo saber algo.—Oye Tetsuhiro.—

Dime… Isogai.—

El número 7 te está alcanzando…—

¿Qué?— Observó por el retrovisor, que ese sujeto aceleraba de manera bárbara, para situarse a su lado, aquel auto de color negro con rojo con el 7 al costado observó a su rival al cual saludó y le paso de prisa, Tetsuhiro esbozo una sonrisa y expresó. — Vaya… No puede ser, regresó. —

¿Lo conoces? —

Claro…. Mira esto Isogai.—

Morinaga volvía a ponerse a su lado y entre ambos tomaban las curvas con real prisa, derrapando y sacando humo en sus llantas, estaban parejos, estaban en la última vuelta y ellos zigzagueaban causando el nerviosismo en todos los presentes incluso en el controlador Isogai quien estaba comiéndose las uñas, pues eso era peligroso, el rubio de cabellos cortos expresaba por el auricular de su transmisión al momento en que Tetsuhiro y el numero 7 pasaron a su lado.

Locos se van a matar. —

La angustia también se vivía en la tribuna, Kunihiro estaba apretando el asiento de su silla mientras Souichi parecía estar emocionado, había elevado ambos puños y susurraba.—Véncelo, vamos.—

Tetsuhiro eres un idiota.—

Rápidamente la última vuelta fue anunciada y aquí llegaba el momento de la verdad, otras vueltas más y en la última curva el número 11 acercó intempestivamente y ganó por poco, la bandera a cuadros anunciaba que la carrera había concluido, el ganador Morinaga Tetsuhiro, quien se aparcaba al frente del público y salía del auto para quitarse el casco y elevar su puño derecho, mientras el público voceaba y gritaba su nombre, en cuanto a él, se bajaba por fin de su audi y corría al auto 7 en el cual el otro piloto también salía y se retiraba el casco mostrando el brillante color rubio de sus cabellos.

Tetsuhiro con prisa se apresuró a abrazarlo y gritarle.—¡MASAKI!—

¡Vaya Tetsuhiro sigues igual de rápido!—

Sabía que eras tú, nadie puede igualarme.—

¡TETSUHIRO!—Gritaba el rubio Isogai llegando a su lado y golpeando su brazo al tiempo que expresaba.—¿Estás demente? llegaste a las 220 millas ¿quieres morirte?—

Lo siento Isogai…—

Bakaaaaaa.—

Ya el público se estaba alistando para irse y la prensa había dejado por fin a Tetsuhiro quien ahora platicaba con Masaki, cuando de pronto Kunihiro y Souichi llegaron a ambos, el primero expresó.—Eso fue estúpido, llegue a pensar que darías vuelta o algo.—

Para nada nii-san tranquilo.—

¿Nii-san?— Cuestionaba Masaki con impresión, habían pasado más de 7 años que no había regresado a Fukuoka y ahora que había regresado no había reconocido a Kunihiro, el que había sido el amigo de la familia desde pequeños.—¿Kunihiro eres tú?—

Qué mala memoria tienes, debe ser que estás ocupado o qué se yo, bueno si ya dejaron de jugar, Tetsuhiro te dejo a Souichi.—

Claro Nii-san.—

Vaya, ¿y este lindo omega quién es?—

Ten cuidado Masaki es el nuevo omega de mi nii-san.—

Vaya… un placer, Masaki Junya.—Dijo aquel ofreciendo su mano, pero Souichi dudo en darle la mano, estaba claro que ese sujeto era un Alfa y el odiaba los alfas, a los únicos que interesaba hablarles era a Kunihiro y al señor Noburo. Ante aquel desplante, Kunihiro se disculpó cosa que Masaki negó diciendo. —Tranquilo, no te preocupes, a lo mejor está nervioso por la carrera… hablando de alfas y omegas…—Expuso el rubio sujetando a Tetsuhiro de la cintura y juntándolo a su cuerpo para susurrar. —¿Cuándo aceptarás mi propuesta de matrimonio Tetsuhiro?—

—"¿Propuesta de matrimonio?"—Cuestionó Souichi en su interior, bastante molesto observó al de mirada jade y cabellos azules oscuros, el otro al enterarse que estaba siendo visto de forma asesina por cierto pelilargo expuso.

Eso… Masaki, dame más tiempo…—

Vamos, he deseado que seas mi Omega desde hace mucho. —

Kunihiro escuchaba todo aquello, él chasqueaba la lengua y molesto murmuraba. –—Te veo en la fiesta Tetsuhiro.—

Claro.—

Souichi.–—Dijo acercándose a su omega y dándole un beso en su mano expuso.—No te separes de Tetsuhiro, sé que es un inútil pero él sabe defenderse de lagartones como este.—

No te preocupes yo también se defenderme… nos vemos más tarde. —Expuso Souichi notando que algo había pasado entre esos dos sin embargo no le tomó importancia, se dedicó a tomar la mano de Tetsuhiro y jalonearlo para sacarlo de la cercanía de aquel rubio el cual no le cayó para nada bien. —Date prisa ¿quieres se nos hará tarde?—

Souichi ah… espera…—

Masaki terminó solo en ese lugar, observaba como ellos se alejaban y la prensa llegaba a abordarlo…

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Mientras tanto en los pasillos de aquella pista, Souichi jaloneaba al peli negro quien le hizo detenerse y expresar. —Espera Souichi aguarda. —

¿Qué es lo que quieres?, trato de salvarte de ese intruso cabeza de trapo—

Jajaja, eso es lindo, pero tranquilo, Masaki nunca se ha propasado conmigo.—

Como sea no me agrada, se ve que tiene malas intenciones. —Expuso furioso.

E-Está bien.—

Tomó un tiempo para que Souichi pudiera sacarlo de ese lugar, pero en una hora ya estaba listo y yendo por los pasillos para tomar el auto, no se explicaba por qué había reaccionado de esa manera solo sabía que debía alejarlo de ese rubio y que claramente no le había gustado para nada que lo tomara de esa manera, era insano, le generaba un fuego interno que no podía distinguir o saber que era. Mientras su cabeza y pensamientos trabajaban en solucionar el por qué reaccionó así cuando debió importarle una mierda, escuchaba como Tetsuhiro hablaba con un tal Isogai por el teléfono. Mientras que él pensaba.

—"No puedo comportarme de esa forma, ¿Por qué lo hice?"— Masajeaba su barbilla cuando de pronto elevó sus ojos para observar el perfil de Tetsuhiro, era tan amable, tan delicado, tan… —"Lindo"— Souichi negó mientras escuchaba su suave voz rasposa hablar por teléfono.—"Souichi ¿qué te está pasando?… somos Omegas… y tú no puedes sentir eso por nadie no…"— Mientras pensaba no se dio cuenta que cierto Morinaga lo observaba con examinación.

¿Souichi pasa algo? —

—"No puedes, no porque no se puede, no está bien además yo prometí que estaría con Kunihiro y además ¿por qué me estoy excusando yo?… demonios ¿por qué este sujeto me confunde tanto?, ¿por qué…?"—

Morinaga se acercaba ya que Souichi parecía estar en la luna o en Júpiter, acercó su rostro al de él mientras él pensaba, en lo que pasaba, mientras Tetsuhiro se preguntaba. –—"¿Que estará pensando...?, ¿por qué se ve tan irritado… Hum?"—

Estaban tan cerca que no se dieron cuenta de lo que pasaba afuera, el auto dio un frenazo pues un niño se cruzó por la calle, y el movimiento brusco causo que Souichi cayera sobre Tetsuhiro en el piso de aquel lujoso auto el cual tenía el suficiente espacio para caer los dos al piso, Tetsuhiro se había golpeado un poco la cabeza en el asiento del conductor mientras que Souichi estaba sobre él en una posición no muy sana. Ambos se estremecieron.

El corazón les palpitaba acelerado, Tetsuhiro con prisa ayudo a Souichi a incorporarse, mientras él expresaba.

Vaya ¿qué forma de manejar es esa? —

¿Estás bien? —

Sí…—

Ambos se tocaban las manos para asegurarse que estaban bien, cuando se dieron cuenta que no era adecuado, Tetsuhiro se revolvió los cabellos y murmuró —Necesito beber algo. — Fue directo al mini bar de aquel auto y se sirvió un poco de vodka mientras tranquilizaba su respiración, eso había sido demasiado peligroso, Souichi por otro extremo sentía que el cuerpo le temblaba.

—"Ahí está de nuevo, este sujeto me pone nervioso, no puedo con él… ¿Qué me está pasando?"—Ambos tragaban grueso.

Después de un tiempo ambos se calmaron y Tetsuhiro indicó que irían a la zona más cara de la ciudad, que eligiera lo que le gustara para la fiesta y que, si quería comer algo que era libre de pedirlo, ya que su hermano le había pedido que lo cuidase. Ya estaban bajando de aquel transporte y finalmente Souichi lograba ver la belleza de aquella zona comercial, era hermoso, personas caminando con tranquilidad por las calles un centenar de comercios y restaurante entre otros asuntos y él caminando al lado de Morinaga.

Como si fueran viejos amigos, Morinaga le enseño algunas cosas curiosas del lugar, como por ejemplo el centro de juegos, en el cual Souichi pareció ser bueno con la pera de boxeo pegaba muy duro, según narro Tetsuhiro, y este era mejor en tiro al blanco, estaban divirtiéndose y pasando un buen rato parecían dos chicos en una cita, sus pasos los llevaron a una fuente de sodas en la cual Tetsuhiro pidió la especialidad para Souichi mientras decía.

Debes probarlo, es tan delicioso. —

Confiaré en tu extraño gusto, ¿quién mezcla moca y Ron? —

Te gustará, ven…—

Ya tenían sus bebidas y ambos iniciaban a degustarlas cuando de pronto, Souichi percibió ese sabor en su paladar extremadamente delicioso rápidamente expresó. —¡No está mal! —

Sabía que te gustaría. —

Está muy bueno. —

Sí…—

Ambos ahora caminaban en silencio por lo que parecía un parque, estaban en silencio y estaban a solas, estaba seguro que esa escena estaría muy buena para darse un beso tierno, sin embargo… Tetsuhiro miró la hora y grito.—¡OH RAYOS!—

¿Qué sucede? —

Son las 6 y la fiesta inicia a las 9, hay que ir a prepararte y no hemos comprado nada, date prisa Souichi.—

Ah…— Fue tomado de la mano y jaloneado por todo el lugar, ambos corrían por todo el lugar, sin duda Souichi estaba pasando un rato muy ameno con ese chico, no quería que ese día terminase no quería ir a la fiesta no quería hacer nada que no fuera estar con él… pero también se maldecía por ser tan débil por sentir algo que jamás en su vida pudo hacerlo con nadie…

¿Qué pasará con ese inquieto amor que está surgiendo en Souichi?

Continuara…


¡Bien!

He cumplido con mi cometido n_n se lo prometí a Black cat y aquí se desarrolló, ¿Qué les pareció? ¡Espero les haya gustado mucho!

¡Un saludo a esas personitas que lo han leído y comentado se les agradece demasiado sus impresiones y lecturas hacen a una Aurora feliz!

¡Bueno espero vernos en el siguiente capítulo… sayo!