Hola como estan!
Ya hace un tiempo que no nos leiamos ¿Cierto?
Pero ya estoy aquí y con todas las pilitas puestas n_n bien antes que nada:
¡FELIZ CUMPLEAÑOS MORINAGA-KUN!
Ahora si a lo que nos cmpete:
Anuncio: Los fics de KSB se actualizaran bimensualmente hasta que termine HISTORIA (fic de Yuri on ice) en cuanto termine con ese fic serán cada mes y serán en masa, pues me he sentido muy a gusto al escribir todos a la misma vez n_n por otro lado los que si queran en HIATUS hasta que termine al menos uno de los que tengo son:
Rush Hour: (A lo mejor saque un tiempo no se pero queda en stand by)
El guerrero y yo: (Ese ya está escrito pero por razones de fuerza mayor no puedo editarlo aun)
En la oscuridad: (Necesito un tiepito para pensar como seguir ese fic tan lol y macabro Xd GOMEN )
Eso es todo muchas gracias por esperar y por seguir mis histrias n_Nu LAMENTO HACERLAS ESPERAR EN SERIO!
Un especial gracias a mi mano derecha que me ayudo a editar estos capítulos n_n no sabes cuanto te lo agradezco de corazón n_n
Bueno sin mas a leer espero hayan releeido los capítulos anteriores en fin besos y nos vemos en los revies!
Tradición familiar.
By:
Aurora la maga.
Capítulo 10: "Esos encantadores ojos verdes al son del violín"
Una semana más había transcurrido desde el incidente en la mansión Morinaga; Noburo había hecho las paces con su hijo mayor, sin embargo si bien había aceptado la actual situación de su primogénito, la realidad es que no tenía la menor idea de cómo solucionar el enorme problema en el que se encontraban; la llegada de sus nietos, particularmente el cachorro de su hijo mayor, se había convertido en una bomba de tiempo, cada día era más evidente el aroma natural de su hijo como omega embarazado.
Noburo y Anna estaban en el comedor muy temprano por la mañana; el alfa de la casa llevaba puesto uno de sus elegantes trajes, estaba impecable de pies a cabeza, era un deleite mirarle brillante sin uno solo de sus cabellos desarreglado y sus zapatos lustrados, debía lucir como si todo estuviera normal pues ya no estarían solos.
Tomoko y Raven entraban al comedor, ambas traían sus respectivos kimonos tradicionales y atendían a los señores de la casa; desde que llegaron se dedicaron a servirles pues debían de cuidar su "ahora incierto" lugar en la familia; para Noburo ya no eran necesarias, después de la confirmación del embarazo de Souichi ya no tenían derecho alguno, ni como concubinas; para Tomoko, reconocer aquel aroma tan peculiar y novedoso en la casa Morinaga fue un verdadero desastre, no podían creer que Kunihiro hubiera logrado compartir lecho con un omega macho.
La charola se colocaba en la mesa haciendo un ruido molesto, honestamente Tomoko no era para nada una omega educada; se le había olvidado el arte de servir, esos años con los Morinaga causó que se malcriara, volviéndose una persona extraordinariamente mezquina y egoísta; a leguas se notaba que odiaba formar parte de la servidumbre. Raven por otro lado era sigilosa, atenta y educada; conocía su lugar y respetaba los límites de su nueva situación; Anna agradecía que le sirviera con una sencilla sonrisa en su lindo rostro a diferencia de su compañera; cuando terminaron su labor, se pusieron en pie pero no se movían de su puesto a pesar de que ya habían concluido su tarea; esto inquietó a Noburo el cual cuestionó irritado:
–¿Qué es lo que quieres Tomoko? –
La pelinegra aprovechó el momento para salir de algunas de las muchísimas dudas que tenía desde que regresaron; aunque quisieron ocultarlo, era obvio que las cosas en la mansión parecían haber cambiado, la omega se acercó al lado derecho de Noburo y con un tono inquieto y sorprendido empezó a cuestionar:
–Mi señor… Raven y yo, hemos notado que el omega Souichi ya no ocupa la habitación común, sé que debe estar al lado de Kunihiro-sama, pero tampoco está sirviendo como nosotras, además que rara vez se le ve en casa, también hemos notado que Kunihiro-sama tampoco está… eso …– planeaba proseguir con su discurso, sin embargo fue interrumpida por un estridente sonido, que la silencio.
Era Noburo, quien azotó la mesa con su puño y molesto expuso: –Eso no es de tu incumbencia Tomoko porque ni tú, ni Raven, servirán a Kunihiro… y ya que estas tan interesada, tengo nuevas órdenes para ustedes…– Las observó pensativo y expuso severo: –… A partir de ahora serán parte de la servidumbre de esta casa, serán asistentes de las gemelas beta… ellas necesitan ayuda para limpiar, desde mañana esa será su nueva encomienda–
–Discúlpeme señor Noburo, pero me niego; ese no es mi papel … yo soy una Omega, no una beta…–
Anna bebía su té con calma y con ojos cerrados como esperando algo; Raven por otro lado agachaba su rostro, sabía que ese actuar rebelde de su compañera le resultaría desastroso y entonces sucedió … Noburo enseguida lanzó todo al piso y grito severo imponiendo su aroma Alfa, acercando su rostro al de Tomoko, la cual inició a temblar y a tragar grueso:
–¡Que bueno que sabes que eres una omega… así no se te olvida que él que manda aquí soy yo!– expuso severo con un aroma intimidante y imponente.
–Noburo-sama, lo entendemos por favor discúlpela– abogó Raven, tomando a Tomoko del brazo y ambas se apartaron del lado del Alfa, el cual se puso en pie y se fue sin decir nada más, fue seguido por su esposa, quien ordenó:
–Tomoko… limpia el salón, no quiero que quede pegajoso, ni sucio… Raven ven conmigo–
Ambas omega se separaron, la pelirroja siguió a su señora; en cuanto la pelinegra quedó sola, apretó los puños y con resentimiento en su voz susurro: –Esta maldita familia se burla de mí…– mientras agachaba la mirada y veía la comida en el piso y el té de su señor remojandolo todo, murmuró: –Me las van a pagar–
Se puso de rodillas para iniciar a recoger el desorden, y mientras lo hacía recordó algo que sucedió en aquella cabaña de playa, en la que parecía que ambas habían sido aisladas:
*FLASH BACK*
Raven y Tomoko cumplían otra semana en esa cabaña, el lugar era horrible todo un infierno, la humedad y el calor las tenía hartas, también estaba el hecho que no había personal que las atendiera en aquel lejano sitio; tenían que servirse y buscar comida por su propia cuenta.
Raven peinaba su cabello el cual se esponjó debido a la brisa marina, parecía una melena horrenda y roja, mientras lo ataba exponía. –¿Hasta cuándo estaremos aquí? Maldición mira mi cabello parece un horrendo panal–
Tomoko caminaba por la estancia y observaba la playa a través de las ventanas, las olas iban y venían haciendo ese sonido tan reconocible y relajante, ella al igual que su amiga, llevaban puestas ropas livianas y frescas, en su cuello estaba ese collar, que si bien no estaban marcadas, les protegía; mientras la pelinegra ignoraba las quejas y llantos de su compañera, su mirada comenzó a seguir una sombra que se distinguía de entre las rocas del lugar.
Súbitamente, un hombre que llevaba un traje negro, observando todo los alrededores, llevando los zapatos en su mano, iba tomando fotografías de ese sitio, a Tomoko le parecía sospechoso. Sin decir nada, abandonó a Raven la cual por último gritaba:
–¡NO PUEDE SER SE ME ESTÁ CAYENDO, VOY A QUEDAR CALVA! – gimoteaba desesperada, ajena a todo lo que veía aquella chica de rojizo cabello.
Tomoko no le hizo caso, se movió aprisa mientras el viento marítimo azotaba su rostro y cabellos, el sol era un infierno, parecía una lámpara incandescente que se dedicaba a quemar su piel. Finalmente a unos pasos de aquel sujeto el cual se distrajo tomando fotografías le llamo:
–Oiga… ¿Quién es usted?–
Aquel hombre hizo una mueca de sorpresa tal parecía lo habían descubierto, con calma el susurraba dudoso. –Señorita… Disculpe, ¿esta es propiedad de los Morinaga? –
Tomoko se la pensó un momento ¿debía decirle o no que estaba en lo correcto?, ella aguardó un segundo y cuestionó: –¿Quién lo pregunta?–
Aquel muchacho examinó el lugar de nuevo, notaba que el sitio estaba solitario y no vio a ningún miembro de aquella familia cerca, ante esto el dedujo que ellas eran personal de servidumbre, esa fue su oportunidad. Observando a ambos lados para asegurarse que no había nadie, expresó con cierto tono sospechoso:
–Una persona que puede hacer que tus días de servidumbre terminen si me ayudas–
Tomoko elevó una ceja, enseguida aquel hombre sometió su mano en el saco y con calma extendió una tarjeta, la cual la pelinegra tomó entre sus manos, dudosa y observando aquellas letras impresas leyó con atención mientras su contraparte exponía:
–Mi nombre es Satoshi Nimura, investigador del gobierno–
La Omega elevó sus cejas en asombro, ¿Qué hacía ese sujeto ahí? Con prisa aquel tipo se apresuró a resolver las incógnitas que nacían en aquella mujer:
–Señorita, estoy a mitad de descubrir algo importante ; sería muy grato que trabaje conmigo, si usted me ayuda a averiguar estas cosas que necesito sería mucho más sencillo–
–Usted debe estar realmente equivocado y tonto, no hay nada malo con los Morinaga, son la familia más influyente de Fukuoka–
Aquel hombre elevaba su mano derecha a sus labios y pensativo respondía: –Pues mi cliente no piensa lo mismo, él sospecha que hay algo raro en esa familia, parece esta rompiendo las reglas y está cometiendo fraude–
–Usted está loco señor , váyase antes que llame a la policía y les cuente que está espiando las propiedades de mis amos– refuto duramente la omega mientras el otro exponía:
–Tranquila, me iré enseguida, pero… piense en mi propuesta, si conoce usted algún secreto o sospecha algo por favor no dude en llamarme, quizás mi cliente sea amable con usted por la información recibida, sin mencionar que una gran cantidad de dinero se ha ofrecido para aquella persona que revele información importante de esta familia–
–Es mejor que se retire, aquí no hay nada que ocultar- y así sin nuevas pistas o descubrimientos el investigador se fue, dejándola sola y pensativa. Raven llegó al lado de la pelinegra a la cual cuestionó con prisa:
–¿Quién era ese sujeto Tomoko? –
–No era nadie– Respondió secamente para retirarse del lugar y volver a la cabaña…
*END FLASH BACK*
Con la molestia a flor de piel y el orgullo resentido, se dedicó a limpiar sin más quejas audibles aquel desastre que su amo hizo en un arranque desesperado por silenciarla.
En otro sitio, Noburo se encontraba en el camino hacia el auto, para reunirse con su hijo menor al cual había sido convocado por su padre, en cuanto estuvo al frente de él, el alfa lanzó una mirada a su personal para que los dejarán solos, los guardaespaldas volvieron adentro y el chofer entró al auto prendiendo la marcha al tiempo que cerraba el vidrio de su ventana. Finalmente ambos quedaban solos en la entrada del portón en ese momento el mayor aprovechó para anunciar:
–Tetsuhiro escúchame bien, las omegas están haciendo preguntas, necesito que evites que entren a la habitación en donde está Masaki y Kunihiro, si es posible muévanse a otro lugar; consigue un apartamento en otra ciudad o lo que sea pero pronto…- La preocupación en su rostro era notoria y su hijo lo podía percibir- … No podemos arriesgarnos a que se enteren de lo que sucede–
El peliazul asintió, seguía el paso de su padre el cual se dirigió al auto y se detuvo antes de abordarlo escuchando: –Ya hablé de eso con Masaki papá, el tiene una casa a las afueras de la ciudad y está dispuesto a ofrecerla mientras esto se resuelve…–
–Esta bien me parece buena idea–
–Padre necesitamos hablar contigo cuando regreses de tu viaje la otra semana–
–Es lamentable que tenga que viajar en este momento, pero dado a que Kunihiro no se puede movilizar y arriesgarse a que alguien note su estado debo hacerlo, la empresa a tenido un arranque bárbaro en sus cuentas– finalmente aquel Alfa entró al auto bajaba el vidrio de su ventanilla y Tetsuhiro exponía apresurado:
–Padre espera… Souichi y yo necesitamos ir a Nagoya por dos días, te estoy avisando para que no hayan malos entendidos-
–De acuerdo, sólo ten cuidado Tetsuhiro y no hagas cosas estúpidas en público–
Finalmente el Alfa partió dejando a Tetsuhiro preocupado, aunque la grata noticia de que la familia sería más grande era importante, se volvía opaca por todos los secretos y embrollo en el que estaban metidos, mientras veía el auto de su padre alejarse él se giraba y sacaba su celular en el cual marcó a su amigo.
–Isogai… ya está todo arreglado, Souichi y yo llegaremos mañana por la mañana– sin decir más corto la comunicación y se introdujo a su casa, al elevar su mirada notó a Souichi caminar por los pasillos en dirección de la habitación de las omegas eso lo asustó, rápidamente se fue a su encuentro y expuso: –¿Souichi que haces aquí? –
–Olvidé mis gafas en esa habitación–
–Olvídate de eso, debes ir con mi hermano o las omegas notarán la diferencia de aromas–
El omega irritado se regresó por donde vino no obstante al darse la vuelta se encontró con Tomoko la cual observaba a ambos con atención, Tetsuhiro se había quedado estático tragando grueso, la pelinegra entonces susurró:
–Esto es extraño… ¿Por qué tu aroma a cambiado así Souichi? –
–¿De qué estás hablando, mujer loca? –
–Este no es momento de pláticas Souichi, vamos mi hermano te necesita. – decía Tetsuhiro
–Si…– en el instante en que el peliplata pasaba al lado de Tomoko esta lo tomó por el brazo y olfateo; en un acto instintivo, Tetsuhiro al notar aquello tomó a la omega, la cual soltó a Souichi a quien dijo:
–Souichi ve con mi hermano–
–…– El agarre de Tetsuhiro era fuerte, demandante y denotaba molestia, tanto que la pelinegra se estremeció y se asustó, ese aroma y feromonas que el menor de los hermanos lanzaba no era para nada de un omega; Tetsuhiro la observaba con seriedad mientras está no decía nada, solo leía con atención todas las expresiones del otro. El cual soltó a la omega y susurró serio:
–Tomoko, ¿has visto las gafas de Souichi? Dijo que las dejó olvidadas en la habitación que comparten-
–Yo no las he visto– respondió tajante y sería; Morinaga con prisa se apartó de ella tratando de seguir al peliplata, en cuanto esté se sometía a los pasillos de la casa Raven aparecía y observaba con impresión al hijo menor que paso a su lado y quien prácticamente corría mientras ella acercándose a su amiga decía:
–¿Qué le pasa? –
–Eso quisiera saber– expuso cruzándose de brazos la pelinegra –¿Y tú… a dónde fuiste? –
–Pues a la habitación de la señora, me pidió que hiciera unas maletas–
–¿Maletas? –
–Sí….– respondió retomando su camino y yendo a la habitación que les pertenecía, Tomoko se quedó pensando, había algo extraño, ¿que ocurría en aquella mansión? Pero lo que había ocurrido con Tetsuhiro era lo más raro.
–Ese aroma que tiene Souichi no es el que se percibe en los pasillos, además Tetsuhiro… me recuerda al aroma y feromonas que tenía Kunihiro-sama la primera vez que intentaron hacernos aparear –
Todo era confuso y muy misterioso; pensativa, se dio a la tarea de investigar que ocurría y no perdería tiempo lo haría esta misma noche, no obstante…
*888888888888888*
En la habitación de Kunihiro, Masaki ya estaba más recuperado y aliviado; aún se notaban los golpes en su rostro pero ya podía andar sin tambalearse , además de hablar con normalidad, el rubio se encontraba en la cama del omega, le abrazaba y posaba su mano sobre su plano abdomen acariciando con calma y amor, mientras susurraba con suavidad.
–Esto salió mejor de lo que pensé–
–No es verdad… todavía estoy en observación por el estrés que me causó todo esto–
–Relájate, ya pasó– expuso el rubio besando su cuello y emanando su aura protectora, envolviendo a su omega de calma y calidez, mientras que el castaño exponía preocupado y embriagado:
–Masaki no hagas eso, las omega regresaron y podrían descubrir todo–
–Pero es que necesito darte todo el amor que poseo, mi querido Kunihiro, para que te repongas–
Un beso suave se presentó en los labios del castaño el cual escuchó como la puerta se abría y por esta entraba Souichi, el cual se veía sonrojado al ver aquellas muestras de cariño de ambos, con calma Kunihiro se separó y susurro: –Souichi –
–No quiero ser entrometido pero Tetsuhiro me dijo que regresará–
–Te ves agitado… y tu cara esta roja- expuso Masaki siendo analítico, sus agudos sentidos alfa estaban regresando.
–Y como no estarlo, esa arpía de Tomoko por poco se da cuenta de todo – se excusó el omega, sin embargo tenía otro motivo para estar así.
–¿De qué hablas? –cuestionó angustiado Kunihiro sintiendo un fuerte espasmo en su vientre que le hizo arrugar las cejas y quedarse callado.
–Kunihiro, cálmate–
Al lugar se presentó Tetsuhiro el cual cerró con llave la puerta y se acercó a Souichi, brindando un aroma de protección y hacerle relajarse; se aproximaron a la cama en donde estaba la otra pareja; observó con atención a su hermano y al rubio al cual dijo: –Mi padre aceptó… debemos movernos e ir a vivir a tu casa cuanto antes Masaki–
–Entonces no se diga más–
–Tetsuhiro ¿qué está pasando? – cuestionó con las cejas juntas el castaño.
–Las omega hermano, ellas sospechan algo, estoy seguro… no podemos correr riesgos debemos irnos–
Souichi asintió y agregó: –Estoy de acuerdo con irnos pero… Kunihiro no puede moverse si lo hace puede sufrir una recaída o peor aún…–
–Es verdad Tetsuhiro… aunque quiero irme de aquí no puedo sin que eso represente un riesgo para mi cachorro–
El de mirada verde entonces suspiró profundo, aunque era preciso moverse no podían hacerlo por lo delicado que estaba su hermano, dado a esta situación él observó a su amigo rubio y luego a su hermano exponiendo:
–Entiendo entonces, deberemos explicarles a esas omega que tuviste un accidente sólo así nos las quitaremos de encima por lo menos hasta que Souichi y yo regresemos de Nagoya–
Los tres observaron al peliazul oscuro quien les observaba decidido, no cuestionaron los actos del alfa menor de aquel hogar, ni quería saber en qué peligros se estaba metiendo su hermano, lo que deseaba era descansar y mejorar un poco al menos hasta que pudiera moverse y así irse de esa casa; Masaki por otro lado no quería meterse en los actos de su amigo de carreras, tenía una necesidad instintiva por proteger a su familia, no los dejaría por ningún motivo.
Pero quien sí quiso respuestas fue Souichi, salían de la habitación con dirección a la de Tetsuhiro, el cual al entrar y cerrar la puerta escuchó del pelilargo: –¿Qué cosa debo hacer en Nagoya? –
–Pues la verdad no tengo idea pero debemos ir –
Morinaga tomaba las manos del omega y exponía: –Sólo sé que nuestra presencia se requiere para continuar la investigación de tu pasado Souichi –
El ojimiel agrado sus ojos y enseguida susurro: –Mi pasado… estas cumpliendo tu promesa – se ruborizo un poco más.
–Si, pero debemos estar allá mañana así que es necesario partir hoy–
Souichi asintió, mientras que Tetsuhiro lo observaba con una mirada que desbordada amor y deseo, avivados por ese sutil aroma a felicidad que rara vez se dejaba percibir en ese rudo omega, el ojimiel expresó ante la penetrante mirada de su alfa: –¿Por qué me ves así?… Pareces demente con esa mirada tan penetrante–
Tetsuhiro, embriagado por el aroma que su nariz percibía se acercó, le tomó por la cintura y enseguida susurro en su oído con voz grave y suave: –Es que también estoy feliz– Dijo comenzando a besar su cuello y bajar lentamente a su clavícula para después besar sus labios y hacer gemir al omega el cual inició a temblar, pues la abrasadora sensación de deseo y esas feromonas que inundaron el ambiente provenientes de su Alfa eran imposibles de ignorar; Souichi sintió que sus piernas iniciaron a temblar tan sólo con esos besos, Tetsuhiro lo transformaba en alguien distinto, capaz de entregarse al deseo y a la pasión que solo él le hacía sentir, tanta excitación que no pudo evitar gemir en sus labios y estremecerse ante cada estímulo que Morinaga le daba; debido a la certera estimulación, su entrada inició a lubricar.
Y es que no era para menos, no sólo eran las hormonas jugando con sus propias emociones y necesidad de cercanía, Souichi se sentía seguro en aquellos brazos, lo cual le permitió entregarse en un inicio; además de eso se sentía amado, se sentía hermoso y se sentía deseado, combinación exacta y peligrosa para que éste arisco omega se dejara hacer y se entregara completamente al amor y a la pasión del alfa que su cuerpo instintivamente eligió como compañero. Quien iba a pensar que después de tantos alfas a los que engaño y de los que ingeniosamente huyó, hoy portara una marca en su cuello con orgullo y además estuviera esperando con alegría disimulada a su primer cachorro, suyo y de su amado. Si, Souichi deseo esto, no podía negarse a ese tonto alfa que lo incitaba a más.
Tetsuhiro enseguida incrementó más su deseo y sus besos, encaminó a Souichi a la cama en donde el fuego de aquellos besos y las feromonas lo invadieron todo, Tetsuhiro mordisqueaba el labio inferior del omega quien con los brazos apoyados en el pecho del Alfa jaloneo la camisa de éste, el cual confesó: –Souichi… Necesito amarte–
–Ahg… hormonas de mierda– gruñó por lo bajo, el embarazo era ahora su mejor excusa para ceder a sus instintos.
Con lentitud acomodo a Souichi en la cama, y se apartó de aquel cuerpo, con calma desabotonaba la camisa de color verde del omega, éste temblaba lleno de deseo, mientras observaba con su propia mirada como su Alfa le desnudaba; la ropa cayó por el borde de la cama en la cual Tetsuhiro se dedicó a devorar el cuerpo de su omega, siendo sus tetillas rosadas su primera parada; las lamia con deseo e intensidad tornándolas duras y erectas, el sudor iniciaba a presentarse en ambos aperlando su piel. Tetsuhiro bajaba por su abdomen hasta situarse en aquel bajo vientre, que a este punto ya se estaba haciéndose notar, la elevación en ese sitio era un agasajo, un evento hermoso de su naturaleza, el resultado de un amor que si bien parecía ser obligado terminó siendo algo que ambos desearon.
Dedicando tiernos besos en ese abultado lugar, Tetsuhiro susurro: –Mis pequeños por favor… crezcan sanos–
Souichi arrugaba sus cejas en placer y observaba con ojos entrecerrados lo que su Alfa hacía, sin darse cuenta o escuchar realmente lo que dijo, hundió su cabeza en la almohada al sentir como aquella cálida y vigorosa mano tomaba su pene y lo acariciaba, en tanto la otra mano acariciaba su entrada; sentía perderse entre aquellos suaves, tiernos y pecaminosos besos, Tetsuhiro por otro lado se sorprendió al sentir como una mano aventurera de su omega se movía entre su pecho y encontrando su pene se encargaba de masturbarle, Morinaga trago grueso, arrugó sus cejas y detuvo aquel hecho diciendo:
–No… hagas eso Souichi–
–Yo… también quiero hacerte sentir–
Tetsuhiro hundió sus labios en los de su pelilargo, mientras lo besaba expuso en sus boca de manera excitada y jadeante: –Ya…. Ya lo haces –
Con calma ambos fueron invadidos por el éxtasis el deseo, la excitación y la locura; Tetsuhiro enseguida se acomodó entre las piernas de su omega y elevó un poco su cadera y acercó su erecto pene a aquel lugar que estaba severamente humedecido y palpitaba ansioso por el deseo, sin pensarlo mucho se sumergió en su interior, causando que pelilargo cerrará de golpe sus ojos y gimiera en un sensual grito que causó que Tetsuhiro sintiera un espasmo recorrerle toda su entrepierna, aquella boca de su omega respiraba llena de jadeos. Y es que sentir como era llenado por ese enorme y grueso pene lo descontrolada, al punto de sentir el instinto de abrir más sus piernas y dejarlo entrar a lo más profundo de su ser.
En cuanto Morinaga terminó la penetración se detuvo un momento para controlarse, pues esa angosta entrada y ese calor húmedo lo envolvía y le invitaba a de una vez por todas iniciar el anudamiento. No obstante se tranquilizó, aunque el sudor bajaba por su frente y por su boca se ahogaban los más ricos y graves gemidos él logró obtener el control; inicio a embestirle mientras pensaba:–"Te amo… no vayas a olvidarlo nunca…."–
Liberando una mano de aquellas piernas, la llevó al vientre de Souichi, y comenzó a acariciarlo con calma y amor, causando que el omega se estremeciera de excitación, esos actos de protección que su alfa le transmitía le daban seguridad y estabilidad, su cuerpo entonces liberó aún más su deseo y entregándose a la pasión por completo.
El vaivén de aquellos cuerpos era el acto perfecto, como estos se gritaban uno al otro y se sumergían en un sinfín de sensaciones y de excitación, esa mañana fueron uno de nuevo; Souichi estaba demasiado sensible, y no ayudaba el hecho de escuchar sus propios gemidos y los de su Morinaga cerca de su oído, tenerlo ahí provocaba que instintivamente le diera más espacio al alfa e invitarle a que no dejara de besar y lamer su cuello.
Llegó el momento en que ambos dieron una pequeña pausa sólo para cambiar la pose adquirida, entre besos se separaron, Souichi se colocaba a cuatro, frente a un extasiado alfa que lo vio sostenerse de sus manos y rodillas y notar como agachaba su torso ofreciendo sus nalgas a la enorme erección de su Alfa, el cual sin pensarlo dos veces sometió su pene a aquel delicioso lugar, mientras sus manos afirmaban las caderas de Souichi y embestía con ritmo y fuerza, acariciaba su espalda llena de sudor además de sus cabellos que se habían pegado a la piel. Tetsuhiro se agachó, buscó la nuca de su omega y le mordió suavemente, causando en este un gemido demasiado desbordado.
–ah, ahh, Tetsuhiro– llamó con voz temblorosa apretando los puños sobre la sábana y sintiendo como su Alfa se comenzaba a inflamarse en su entrada. –Ahhhg… mmm– inicio a jadear y a resoplar mientras sus párpados se agrandaban sintiendo como su alfa crecía mientras lo embestía y se hacía difícil la penetración aquello lo volvía loco al punto de dejar caer hilitos de baba de la comisura de su boca, Tetsuhiro una vez más había mordido a su omega en el instante en que él sintió el orgasmo y el anudamiento presentarse, ambos temblaban.
Pero mientras ellos estaban por fin atrapados por el nudo, Tetsuhiro no dejó de provocarlo, movió una de sus manos al abdomen del omega, toco su vientre, el cual acaricio y siguió más abajo iniciando a masturbar a Souichi quien no resistía tantas sensaciones y dejó caer su rostro a la almohada y gemir en esta: –ahh, ahh, noo ahg– se aferraba a las sábanas y se dejaba hacer, no sabía cuánto disfrutaba de las atenciones que su alfa le daba.
–Souichi– susurro el alfa en su oído, frotando un poco más duro y sonrió de lado al sentir como su omega llegaba al orgasmo entre espasmos que lo hicieron elevar su espalda sin lograrlo, pues el enorme alfa estaba sobre él, pero eso no evitó que eyaculara de manera irremediable y liberadora.
Souichi estaba abatido por el placer, los segundos de placer fueron como horas, sentía que todo su ser palpitaba y vibraba ante el orgasmo; definitivamente Tetsuhiro era un Alfa devastador, el cual no sólo se preocupaba por su propio placer, si no también se ocupaba del placer de su pareja… y así, entre lamidas, mordidas, y gruñidos se quedaron disfrutando a que el nudo cediera y seguir.
*888888888888888*
Ya era de tarde y se estaban dando una merecida ducha, el agua recorría sus cuerpos, limpiando y refrescándolos; se besaban dulcemente mientras se enjabonaban.
Tetsuhiro se agachó, besando aquella elevación en el abdomen del omega, Souichi observaba aquellas, ya nada nuevas, muestras de cariño de su alfa; se dejaba seducir y embriagar por su fuerte aroma alfa, su mente se nublaba por tenerlo ahí pegado a él, en esa regadera, la cual, si fuera porque tenían que irse, sería el lugar más indicado para volver a amarse.
El agua cesó, se envolvía en toallas mientras Tetsuhiro se pegaba a él y lo envolvía en un abrazo, con la clara intención de impregnarlo de su aroma y reclamarlo suyo, le besaba los labios y estimulaba su cuerpo mientras decía con voz ronca: –Eres hermoso, me haces perder la cabeza … Souichi te amo… –
El omega, escuchaba aquellas palabras llenas de amor y de sinceridad, agradecía en ese instante sus años de rebeldía y buena suerte, mismas que le había salvado de aquellos alfas que quisieron imponer lo que Tetsuhiro tenía a manos llenas: –"Tú… has hecho que mi mundo se viniera abajo, lo pusiste de cabeza… yo no quería ser la pareja de un Alfa, pero agradezco tanto que hayas sido tú… no podía ser nadie más–
Sin decir nada se separó, abrió la puerta de vidrio y salió en silencio, mientras el otro le seguía y cuestionaba –¿sucede algo Souichi? –
–No…..–respondió mientras se secaba el cabello y escuchaba como el sonido de un celular distraía al alfa, rápidamente este fue en dirección de la mesa de noche y ahí tomó el aparato por el cual un severamente agitado Isogai se escuchó:
–Ya estamos de camino, Isogai –
–Debes darte prisa Tetsuhiro no quiero que lleguen tarde a la audiencia que difícilmente conseguimos –
–Tranquilízate llegaremos a tiempo– Morinaga corto la llamada y se prepararon para partir; no obstante en cuanto llegaron a la sala Anna les encontró y cuestionó de manera apresurada:
–Hijo, ¿puedo saber a qué van a Nagoya? –
–Es un asunto personal Madre… vamos a liberar un papeleo del centro de donde saque a Souichi–
–¿Por qué no pides que te los envíen? –
–Pues porque…–
–Anna-sama… disculpe que me entrometa pero, hable con el director y el dijo que debo firmar para poder liberar los documentos…–
Anna observó con atención a Souichi el cual le dedicaba una mirada seria y segura, ella entonces dijo. –Esta bien… Ten cuidado –
–Sí mamá… por cierto, papá ¿hablo contigo? –
–Si y yo iré con ustedes a donde vayan ya hice mis maletas… así que si debo ir a otro país ahí estaré, quiero cuidar de mis nietos –
–Eso suena genial mamá– Tetsuhiro le dio un beso en la mejilla y entonces se despidió de ella para reanudar su camino, Souichi le había salvado el cuello ya que sus padres no debían conocer el porqué de este viaje a Nagoya.
Habían atravesado todo el patio hasta la salida, a lo lejos Tomoko los observaba con atención, ella al observar que habían partido, aprovechó para inmiscuirse y adentrarse a hurtadillas a las habitaciones…
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En tanto esto sucedía en Fukuoka, en Nagoya otra situación se vivía, en los edificios gubernamentales de la ciudad, Hatshi, hijo del gobernador, se encontraba en una de las oficinas privadas del nosocomio, ahí se encontraba el hombre que había estado a cargo de la investigación hacia los Morinaga; Satoshi mostraba el material recabado de sus seguimientos en los cuales el claramente expuso:
–Joven Hatshi esta petición que me ha hecho podría causar represalias y castigos monetarios a su padre– exponía cruzándose de brazos el investigador –claramente no hay nada que la familia Morinaga tenga que esconder… todo está bien, incluso su auditoría en sus empresas resultó impecable, por otro lado no logre entrar a la mansión, no tuve la oportunidad de crear una treta pero en conclusión sus sospechas son nada más que eso–
El joven ricachón arrugaba las cejas y murmuraba serio: –¿en verdad no encontró nada? –
–No y preferiría que no me volviera a contactar para sus caprichos, me retiro –
–Maldita sea, esa familia… estoy seguro que oculta algo…– Se puso en pie y fue en dirección de la enorme ventana la cual daba a los edificios cercanos y por donde aún podía ver el enorme cartel publicitario de su padre como un reconocido gobernador, el muchacho estaba cegado por el poder que su progenitor tenía y por mucho tiempo deseó vengarse de cierto Omega que le brindó una tremenda zurra hace varios meses atrás. Lo había perdido de vista pero desde que se enteró que él era el prometido de Morinaga Kunihiro decidió vengarse aunque para hacerlo necesitaba acabar con la familia entera.
–Sólo así tu te pudrirás en exilio maldito lunático –
Expuso con rabia, acariciando su mejilla aún recordando el dolor de los golpes a los que fue expuesta su odiosa persona, lo detestaba a muerte, honestamente quería verlo sufrir por alzar la mano contra él. Con todo ese odio en su ser se apartó de la ventana, y se dispuso a esperar la oportunidad.
Los autos recorrían las principales vías, los negocios estaban abiertos y trabajando, los alfas, omega y betas caminaban por las aceras de la ciudad, el mundo se había vuelto lo que antes fue, tranquilo y monótono, con la diferencia que ahora las normas en ciertos países eran más severos.
Ya la noche estaba llegando y con ella el nerviosismo que gobernaba en cuatro personas, Hana había llegado esta ocasión a la base de operaciones de Isogai y Kurokawa, la mujer había rogado a su esposo poder ir a ayudarles, pues a pesar de que los esfuerzos eran en pro de otras personas, ellos aprovecharía y buscarían los datos de sus hijos. Luego de discutirlo con Isogai, se aceptó a la mujer que servía café a los ahí reunidos, mientras Kurokawa explicaba con seriedad:
–Entonces esto es lo que pasará… mañana Souichi y Tetsuhiro asistirán a la audiencia, en la cual él tocará el violín mientras Tetsuhiro se inmiscuye en la oficina del objetivo–
–Así es nada puede resultar mal, fui especifico con el Alfa, le dije que el omega que tocó en la fiesta de compromiso de los Morinaga iría a ofrecer respeto por haber nacido en esta ciudad y que sería acompañado por su cuñado–
Souji estaba aún sorprendido, cuando se dio cuenta de quién se trataba el arma secreta no pudo creerlo, pues ese muchacho había sido su dolor de cabeza en todos los años que estuvo internado en el Instituto que dirigía:
-No puedo creer que Souichi esté con ustedes, ese muchacho es un cabeza dura- Inquirió serio y añadió: -En todo caso me alegra que sea él pues es un maestro para los engaños y escapar-
-Ya decía yo que ese omega tenía un pasado pero esto es verdaderamente impresionante- expuso Kurokawa leyendo el informe de Souji que proporcionaba toda información mientras estuvo en HABO.
-Jajajaja yo no puedo creer que Tetsuhiro lo haya domado y emba… auchhh- Isogai fue silenciado por un golpe en su costilla, había hablado de más. Dicho golpe le hizo ver a los ahí reunidos con rostros confusos, la omega se había quedado en silencio y Souji observaba dudoso al platinado el cual aclaró: -Quiero decir… Kunihiro jajaja.-
Hana y Souji dejaron eso de lado, ahora la castaña pensaba con profundidad la situación, ella se preguntó internamente si esos chicos tendrían alguna idea del vestuario que usarían los omegas, pues según había leído el oficial encargado de los archivos tenía un gusto demasiado exquisito y exigente. Ante esto ella cuestionó:
–Por favor disculpen pero quisiera saber si… ¿ya pensaron en que tipo de vestuario usarán ambos? –
–¿A qué se refiere Hana-san? – decía Isogai.
–Mi amor ¿Qué quieres decir?– cuestionó Souji a su omega, ella enseguida expresó inquieta.
–Bueno es una audiencia importante, según sé ese Alfa no acepta a cualquiera y el muchacho de cabellos largos a logrado llamar su atención por algo y eso es que desea verlo tocar ¿cierto? –
–Correcto hemos alquilado el violín más elegante fino y caro para la ocasión– inquirió Isogai serio.
–Creo saber a qué se refiere Hana-san, Isogai…– interrumpió Mitsugo –No tenemos trajes para Souichi y Tetsuhiro–
–¿Trajes? – cuestionó abatido Souji.
El grupo apresurado inicio a pensar, eran ya pasadas las 12 y no habría tiempo en alquilar trajes elegantes para ambos omegas, eso era una omisión importante y enorme problema, pues los kimonos debían de ser impecables y de última moda. Ante la atosigada situación Hana interrumpió el pánico de aquellos alfas:
–Si me permiten yo poseo dos kimonos, los utilicé para un par de eventos a los que Souji y yo asistimos –
–Hana los trajes de gala, creí que los habías vendido –
–No pude hacerlo… no vendería algo que me trae tantos recuerdos Souji –
Dicho esto Isogai tomó las manos de la omega y cuestionó: –Hana-san ¿podría ir por ellos y estar aquí a las 6 am para preparará a los chicos? –
–Por supuesto–
–Iré con ella– expresó Souji apresurado poniéndose en pie y ambos tomar camino; sería una noche larga pensaron ambos chicos los cuales suspiraban, al menos el enorme problema había sido resuelto ahora sólo faltaba que aquel Alfa se lo creyera…
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Mientras tanto en el tren bala, que recorría de Fukuoka a Nagoya, Tetsuhiro dormía mientras que su querido Omega se había despertado por uno de los malestares que demostraba su estado, el estómago se le había revuelto al ver la ventana y había ido a desahogarse al sanitario del elegante tren, ahora se sometía a la cabina y se acomodaba al lado de su Alfa el cual despertó y cuestionó:
–¿Ya estás mejor? –
–Si… espero que no me de náuseas cuando estemos frente a ese sujeto–
–Resultará bien tranquilo– Dijo abrazándolo y hundiendo su cuerpo a su pecho para acariciar sus cabellos y cabeza, Souichi se había hundido en ese aroma era tan relajante que le llenaba de paz, inundando sus sentidos. Cada vez soportaba menos estar lejos de ese embriagante olor que tanto le gustaba.
Pasó un tiempo y por fin llegaban a la estación a eso de las 5:45, rápidamente ambos tomaron un taxi y fueron directamente, mientras transitaban las calles de Nagoya, Tetsuhiro susurraba a un cansado y soñoliento Souichi:
–Casi lo olvido…– dijo entregando las gafas de Souichi quien sorprendido susurro:
–Mis gafas…–
Tetsuhiro acercó su rostro a su oído y con suavidad susurro: –estaban bajo la cama…– el peli plata se sonrojo horriblemente, tanto que Tetsuhiro dibujó una sonrisa triunfante: –Te ves increíblemente tierno cuando te sonrojas –
-No digas cosas raras- expuso molesto, irritado y sonrojado el platinado.
Tetsuhiro se apartó de su lado después del reclamo del omega, puesto que por fin el destino estaba cercano; al llegar al frente del hotel ambos bajaron del taxi y se dispusieron a ir adentro, mientras lo hacían Morinaga contactan con Isogai el cual le dio instrucciones. Subieron al elevador y ahí esperaron hasta llegar al piso y habitación indicada, en la cual ambos fueron sorprendidos por la castaña de cabellos largos quien dijo:
–Isogai…. Me equivoque, pero ya lo resolví… ese sujeto tiene un gusto más exquisito–
–¿De qué habla Hana-san? –
–A él le gustan los trajes de etiqueta… especialmente los que tienen, camisas blancas y pantalones negros –
–Isogai que está pasando… ¿quién es ella?–
-Yo se quien es… es la médico de HABO y el es el director-
-Solo somos amigos- Expuso Souji saludando -Que bueno es volver a verte Souichi-
–CIERTO ES UNA AMIGA, DENSE PRISA Y SIGANLA – ordenaba Isogai metiéndolos a la habitación y cerrando la puerta.
Al instante, ambos entraron a una de las habitaciones, Hana los observaba con atención ambos compartían un aroma floral demasiado dulce y más fuerte en el omega de cabellos largos, instintivamente ella descubrió lo que ocurría, elevó sus manos a su boca y dijo: –Isogai mo me dijo que estaban en cinta–
–¿Eh? –
Tetsuhiro soltó una pequeña sonrisa, gozaba con esas confusiones en las que le creían Omega y es que el tiempo le había enseñado a ocultar su casta real, y camuflarse con el aroma de embarazo de Souichi le fue demasiado fácil.
–¿Qué hace aquí la médico de HABO y además el Director? … ¿qué está pasando? –
–Shhh no lo digas Souichi, ahora mismo solo soy una amiga… creo que tu eres Tetsuhiro, ven conmigo– dijo llevándolo a la cama y depositar sobre sus manos los trajes que le correspondían, una camisa de vestir blanco con botones azules y un pequeño corbatín del mismo tono azul que el de los pantalones, envío a Morinaga a cambiarse para luego apoderarse de Souichi el cual observó con atención y minuciosidad, aunque ya era notorio su estado ella sabría ocultarlo y disimularlo un poco, le otorgó una camisa manga larga blanca, un pantalón negro.
En cuanto ambos salieron del cuarto de baño ella acomodó todo, peinó los cabellos desordenados de Tetsuhiro haciéndolos hacia atrás, sólo dejando un travieso flequillo al centro de su frente y con respecto a Souichi, ella se acercó dulcemente y tomó la cintura del muchacho, el cual rebelde expuso apartándose:
–¡¿Oiga qué está haciendo?! –
–Eres muy tímido sólo quiero bajar el tiro porque veo que está apretado… ¿Cuántos meses tienes? – Souichi se sonrojo pues la verdad es que solo tenía dos meses y ya se notaba eran increíbles las dimensiones que estaba tomando su esbelto cuerpo.
–Pues…–
–Según mis cuentas, son apenas dos meses– Se adelantó Tetsuhiro.
Hana agrado sus párpados, pero luego suavizó su mirada y susurró: –De seguro son tres – reía tiernamente para sí misma.
–¿Tres? ¿de qué habla? – preguntaba confundido e indignado.
Ella acomodó el borde de aquel pantalón para que fuera cómodo para el de cabello largo, luego sacó un poco la camisa para disimular aquella elevación y también se encargó de peinar los cabellos de Souichi los cuales estaban sueltos y sedosos.
–Ya está justo a tiempo, ahora sólo un último toque…– expuso humedeciendo su dedo índice en vaselina de labios sabor vainilla, para untarla en las bocas de ambos.
Listos salieron de la habitación, al hacerlo los tres alfas quedaron impresionados por lo bien que se veían: –Lastima, me hubiese gustado ver a Tetsuhiro de Kimono jajajaja–
–Isogai…–
–Lo siento Isogai, pero ese sujeto cambia de gustos cada mes–expuso Hana.
–¿Pero qué tipo más loco es ese? –
-Uno muy molesto según veo- Inquirió Isogai -No perdamos tiempo ya es hora de llevarlos a la audiencia, por favor no hagan nada estúpido, si no logran conseguir lo que queremos no se arriesguen- expuso preocupado el platinado de cabellos cortos el cual ya se movilizaba con ambos y mientras se despedían agradecía a Hana la valiosa ayuda…
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Edificio mayor, en la enorme oficina más lujosa se encontraba un Alfa que jugaba con los hielos de su elegante vaso de cristal en el cual se vertía un poco de Ron, estaba por demás aburrido con la persona que estaba a su frente, este era el director de registros, el cual exponía preocupado:
-Intentaron hackear la base de datos en dos ocasiones, ¿esta seguro que no debemos hacer algo?-
-Completamente… avísame si hay algún cambio o descarga, yo mismo investigar quién logró entrar si eso pasa… recuerda con quien estas hablando, soy el creador de esa base de datos y tengo todo fríamente calculado, ningún intruso podrá entrar a mi base-
-Como usted lo diga Oficial Daisuki-
Enseguida el hombre abandonó la oficina; con movimientos lentos el otro se puso en pie para irse de su puesto a una habitación adjunta, en la cual se acomodó en un sofá tapizado de terciopelo en el cual él se dejo caer y cruzando una pierna desató sus corbata mientras presionaba el intercomunicador y cuestionaba con cierta voz grave y algo sosa:
-¿Raiko… ya llegó la cita de las 9?-
-Si ya está aquí… ¿Quieres que los haga pasar?-
Aquel Alfa observó el reloj y susurro -Mmmmm, muy temprano, me agrada… si por favor, estoy en mi salón
-De acuerdo-
Cortó la comunicación y se acomodó de manera masculina sobre el sofá…
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Afuera en la sala de espera, la cual era un enorme salón con pisos de baldosas grises con negro, ambos se mantenían a la expectativa, para Tetsuhiro había sido una tarea titánica aguantarse a besar a su omega se veía hermoso, atrayente y distinguido con sus cabellos largos y esa vestimenta, además de apreciar como afinaba las cuerdas de aquel instrumento musical que había sido reemplazado por objetos más vanguardistas. Souichi apretaba los tornillos que ajustan las cuerdas mientras con sus dedos acariciaba estas para saber si estaban en tensión o sueltas.
El sonido de unos tacones golpear el piso les alertó, ambos giraron a ver al frente por donde una mujer de cabellera ondulada y extensa, con maquillaje impecable y un traje rojo que delineaba su figura se acercó y cuestiono:
-¿Quién de ustedes es Souichi Morinaga?-
Todavía no lograba adaptarse al apellido, Souichi al escucharlo se tenso y respiro hondo: -Soy yo-
-¿Y Tetsuhiro Morinaga, debes ser tú?- señaló al de mirada jade el cual asintió, ante esto la mujer sonrió y susurro:
-Vaya, eres perfecto… ejemmn vamos vengan el señor los espera-
Ambos la siguieron de cerca, mientras caminaban se adentraron a los pasillos por donde no se miraba ni una mosca, ese piso sólo estaba siendo ocupado por el oficial en cuestión; ambos analizaron el sitio, habían puertas por todo lados y una particularmente enorme al final del pasillo, al costado de ésta estaba el enorme escritorio de esa mujer, la cual abrió las puertas de aquella oficina y ambos continuaron caminando siendo guiados por ella, finalmente al llegar a la última puerta de madera corrediza, susurro:
-Al señor no le gusta que lo vean a los ojos-
Souichi observaba a Tetsuhiro el cual admiraba la oficina que estaba a sus espaldas con atención.
-Gracias Raiko puedes irte- Se escuchó una voz al fondo de aquella extraña habitación que sólo estaba iluminada por pequeños huecos en la ventana, estaba decorada con una pared de cristales los cuales iluminaban un pequeño sofá taburete de tela de terciopelo con bordes de cuero, al lado de este estaba un biombo metálico que daba a una sensación moderna al lugar.
Raiko salió y cerró la puerta mientras aquel Alfa se ponía de pie y se acercaba a ambos Omegas, el primero en tensarse fue Souichi, mientras a su lado Tetsuhiro susurraba:
-Tranquilízate-
Al frente ya se posaba aquel sujeto, el cual fue analizado de pies a cabeza por los omegas, traía unos zapatos brillantes y elegantes de diseñador, un pantalón color vino un cinturón negro y mientras subían la mirada notaron un chaleco de satin negro, con una camisa de color azul que le acompañaba, un saco de color ocre y su corbata negra que estaba un poco desatada.
Querían seguir subiendo su mirada, pero la advertencia de aquella mujer lo hizo imposible, mientras que terminaban de analizarlo este caminaba alrededor de ambos y susurraba:
-Vaya me trajeron dos lindos Omegas hoy-
Expuso coqueto y haciendo una paisa admirando al peli largo.
-Que lastima que mi estrella…- dijo tomando un mechón del cabello de Souichi -…Parece que ya está reservado- expuso mientras se animaba a ir al frente de Souichi y con la misma mano que toco su cabello descubrir su cuello y ver la marca mientras Souichi escuchaba: -… Y tal parece ya está marcado y no sólo es eso… percibo por tu aroma que, ya estas esperando crías- el de mirada ojimiel se enfado elevó su mano y atrapó el antebrazo de aquel molesto sujeto el cual impactado cuestionó con voz un poco descuadrada -¿Pero qué haces?-
Tetsuhiro con prisa intervino, se posó al frente de Souichi el cual liberó a aquel Alfa y escuchó de parte de su Morinaga.
-Mi señor, mil disculpas mi cuñado está muy nervioso-
Las orbes de Tetsuhiro observaban con piedad a los ojos del otro el cual había agrandado la mirada y demostrado esos bellos orbes cafés y ese cabello castaño que se encontraba desordenado sobre su frente al momento en que esos ojos verdes lo vieron un temblor se presentó en su cuerpo, Morinaga se dio cuenta de su error agachó el rostro y susurro:
-Lo siento-
-He… visto a un ángel-
Susurro asombrado el castaño, el cual tomó las manos de Tetsuhiro y expuso:
-Me llamo Hiroto Daisuki… ¿Cuál es tu nombre hermoso Angel?-
-Ah….-
-¿Qué?- cuestionó Souichi notando como aquel sujeto se acercaba a SU Alfa a su cuerpo y tomaba su barbilla exponiendo:
-Tu no estás marcado y no tienes aroma a otro alfa… por fin he encontrado a mi pareja-
-¿Ah?-
-Oiga- Reclamo Souichi molesto -¡Quiere escuchar música o no!-
-A si, es cierto la música….- Expreso regresando la mirada al platinado quien observaba con enfado al dueño de aquella habitación, la etiqueta y reglas se habían roto por lo que se notaba. -Mis queridos Omegas son bienvenidos y bien recibidos, gracias a este angelito no hay problema que me vean a los ojos- expuso emocionado y con tono fantasioso y emocionado. Tomando a Tetsuhiro de la cintura expuso -Mi querido ángel ven siéntate a mi lado y escuchemos la música que nos tiene preparado tu querido cuñado-
-Heee… yo difiero- inquirió Tetsuhiro por fin llevando al castaño a la silla y dijo: -Por favor siéntese, yo iré a ayudar a mi cuñado-
Ambos se apartaron de la cercanía de aquel Alfa, Tetsuhiro llevó el estuche a Souichi y mientras sacaba el instrumento exponía: -Souichi no te estreses le hará daño a los bebés-
-Pero ese infeliz te está tocando demasiado-
-¿Estas celoso? Que lindo- Expuso por lo bajo mientras agregaba: -Escucha hay que aprovechar esa distracción-
-pero….-
-Tu sólo preocúpate de tocar tan bellamente como acostumbras … de acuerdo-
-Bueno… pero me debes algo a cambio por esto-
-Lo que quieras- ambos se miraron seductoramente quedándose con las ganas de besarse.
Finalmente, Souichi quedó solo sobre el sofá, había puesto su violín sobre su hombro cerrado sus ojos y se preparaba para tocar, cuando escucho: -Tetsuhiro, me encantaría que fueras mi omega-
-"Ese infeliz está muy cerca de él"- Gruñía enfadado el pelilargo, intentaba concentrarse y recordar una letra que le apasionara y alejará a ese tipo de Tetsuhiro -"Debo hacer que sólo se fije en mí" - pensaba y de pronto recordó una de las melodías más apasionadas y hermosas de su repertorio.
El sonido de aquellas cuerdas se esparcio de manera apresurada dando como resultado captar la atención del castaño, el cual impactado dejo de ver a Tetsuhiro y al fijar su atención en Souichi susurro: -La Stravaganssa de Vivaldi eso… eso nadie lo ha podido interpretar en vivo… ¿Qué es esto?- expuso complacido, sintiendo una marejada de emociones en cada uno de los cambios que Souichi con perfección realizaba, era increíble y alucinante tanto que no se dio cuenta que Tetsuhiro le dejó:
-Tengo que ir al baño…-
No podía por más que quisiera retirar la mirada, el omega era iluminado por la luz que entraba de los cristales y sus cabellos lo hacían más brillante al reflejarse en estos, Hiroto estaba perdido en esa música. Pero mientras él seguía extraviado y capturado por aquello, Morinaga se movilizó por toda la oficina, abría cada cajón a fin de obtener algo pero no había nada, salvo un computador de última generación en cual el susurro:
-La llave debe estar aquí-
Tecleo para poder entrar pero no le dio acceso a nada pues era una clave la que se necesitaba, el tiempo corría y Tetsuhiro sudaba: ¿Cómo obtener lo que querían si estaba en ese sitio?
-Claves… que claves serán las que ese tipo utiliza… ¡Vamos Tetsuhiro piensa!-
Rápidamente analizó todo el lugar, tal parecía habían adornos de todo tipo querubines, violines de colección, terciopelo… estaba demasiado indeciso… ¿Qué hacer?
Adentro, estaba intentando llamar más su atención no obstante el otro buscaba con la mirada al otro omega, Souichi se asustó, rápidamente se puso en pie y aún tocando fue con él. Hiroto estuvo a punto de ir a buscar al Omega pero Souichi le evitó el paso, elevó su pierna y colocó sobre el sofá impidiéndole el paso, el Alfa trago grueso pues los finos y hermosos ojos de Souichi lo observaban directamente causando que se acalorara, el trago grueso mientras seguía escuchando la música que salía de aquel violín y las feromonas de el peliplata se esparcían en todo el sitio. Hiroto llegó a sentirse incómodo con tanta sensualidad y el sonido que lo embriagaba, estaba perdido bajo la magia musical de aquel omega.
En tanto en la oficina, Tetsuhiro tecleaba por segunda vez la alguna posible clave de acceso, sin embargo no había cambio alguno hasta que se dejó vencer y susurro: -Este sujeto… ¿Cuál será su clave? Es un poco molesto llamándome Ángel y…- abrió sus ojos grandemente y se acomodó mejor en el asiento e intentó con eso; tecleo aquella palabra y por arte de magia el computador le dió acceso: -Eso es-
Dicho esto elevó su mano rápidamente a su collar de omega del cual sacó una pequeña micro SD la colocó en el puerto y enseguida marcó a Isogai cuestionando -¿Qué es lo que debo buscar? date prisa la pieza que Souichi está tocando llegará a su fin en unos minutos…-
-Busca todo lo que tenga que ver con carpetas oficiales-
Tetsuhiro copiaba todo lo que podía afortunadamente la máquina era tan rápida que fue cuestión de segundos -Listo-
-Salgan de ahí antes que los descubran-
-Si- Tetsuhiro guardó de nuevo aquella memoria y enseguida se movilizó a la habitación en la cual Souichi estaba más que cerca de aquel castaño, quien embelesado no dejaba de verle, Tetsuhiro llegó al lado de ambos y tomando uno de aquellos finos vasos depósito Ron y hielo, se acercó y le dijo:
-Mi señor espero haya quedado complacido con Souichi, el toca como los mismos ángeles-
- Si que lo hace, pero tu… ¿a dónde te fuiste Angel?-
Ahora era turno del peliazul en seducir al oficial, el cual tragando grueso notó como el omega se sentaba a su lado y le ofrecía beber de aquel vaso, mientras juntaba sus labios a su oído diciendo -Eso no interesa, olvídalo y disfrutemos de este momento-
-Tengo otra melodía, le gustaria escucharla-
-Claro que si-
De nuevo aquella música se deslizaba por sus oídos, pasó una hora y por fin ambos salían del edificio de manera disimulada; Souichi temblaba y Tetsuhiro sudaba, al pasar la seguridad todo fue tranquilidad y hasta que se fueron en auto todos se relajaron, la misión había sido un éxito.
Sin embargo, Hiroto acalorado salía del cuarto de baño se dirigió a su escritorio muy tranquilo mientras exponía -Eso fue muy entretenido- sonreía vivamente mientras colocaba sus codos en su escritorio y sostenía su barbilla con ambas manos y exponía: -Ese angelito y su cuñado… todos un Diablillos, pero…- se silencio dejando esa pose de soñador para teclear en su computador y revisar las cámaras de seguridad y ver lo que su "Angelito" había hecho, se dejó caer en el respaldo de su silla. Acaricio su cabello hacia atrás y susurro:
-¿Realmente creíste que no sabía que eran unos pillos?-
Sus cejas se arrugaron, mientras pensativo trataba de decidir qué hacía con ellos: ¿llamar a la policía? Eso sería lo correcto, ¿exiliarlos? O quizá… Investigar qué era lo que querían. Pensativo se acercó de nuevo al escritorio y elevando su mano derecha al comunicador expuso:
-Raiko…. Por favor llama a esos omegas nuevamente y convócalos a un audiencia esta misma semana-
- Si señor-
Él se ponía en pie y observaba por la ventana como la ciudad sucumbió ante la noche…
Continuará…
Oh vaya creo que los descubrieron igual!
que les parecio?
espero les haya sido de su agrado cuidense mucho y muchisimas gracias por leer nos vemos en un mes y medio n_n con nuevas actualizaciones besos!
Aurora
