CAPITULO 3

Era mi primer día en esa extraña empresa, no conocía a nadie. Todos me miraban como el nuevo bicho raro o quizás era mi imaginación.

-¿Qué hora tienes?- lo mire, era moreno, alto y quizás guapo.

-son cuarto para las 9- respondí cortésmente al muchacho que se acomodaba a mi paso. Me sonrío pero no le correspondi. La empresa era grande, habían varios tipos de oficinas en cada uno de los niveles. Estaba decidida a convertirme en una de las mejores arquitectas, no podía distraerme con chicos de sonrisas lindas.

-¡Guapa!- me grito un trabajador que pintaba algunas rayas en el estacionamiento. Me sonroje más por molestia que por verme alagada. Pude notar como mi compañero lo miraba molesto, eso me molesto más. Podía defenderme sola. Apresure el paso

-¿Te ayudo con tus hojas?- pregunto mi compañero.

-No- respondi en tono tajante

-¿eres nueva?- volvió a preguntar, parece que mi tono no lo había intimidado, sin embargo, me negué a responder

-…

-¿Eres arquitecta?- insistio

-…

-¿Puedo acompañarte?- para ese momento ya me había desesperado

-No

- Mi madre se sentiría alagada con una nuera como tú- ¿Qué era lo que acababa de decir? Lo mire y se mostraba orgulloso de su comentario

-Tú estás loco, déjame en paz

Continúe caminando hasta llegar a los elevadores, corrí justo cuando se estaban cerrando las puertas, sonreí orgullosa cuando pude deshacerme de mi molesto compañero que me había seguido. Cuando los elevadores se abrieron en mi piso salí y me dirigí hacia donde decía "Constructora Mendoza" pero a los pocos segundos sentí a alguien parado a mi lado, me gire para encontrarme de nuevo al hombre, del cual desconocía su nombre.

-Mi nombre es Jacob Black, soy Arquitecto- sonrío orgulloso- corrí hasta el tercer piso y ahí alcance el otro elevador.

-Isabella Swan- murmure con una pequeña sonrisa.

-Tienes la sonrisa más hermosa que he visto en toda mi vida- rodé los ojos y continúe mi camino.

-Te invito a comer- lo mire y negué- entonces a cenar.

-No, no me interesa. Adiós

-Dime que no y me tendrás todo el día pensando en ti.

-Odio a Ricardo Arjona- mentí y él se dio cuenta, lo supe por su sonrisa socarrona.- Adiós.

Abrí los ojos y observe como la luna brillaba en mi ventana, había sido un sueño, él se había ido, cerré mis ojos y continúe soñando.

-Odio los misterios- musite por enésima vez, el rodo los ojos- es enserio

-¡Vamos! Déjate sorprender- me miro mientras el semáforo se ponía en rojo, sus ojos eran de un hermoso color café, cuando me di cuenta de mi pensamiento desvié la mirada- tienes hermosos sonrojos, aunque tienes varios tipos de sonrojos.

-¿De qué estás hablando?- pregunte sin entender

-Cuando estas molesta te sonrojas pero tus ojos y tu mandíbula se endurecen, además tu sonrojo es color rojo profundo.- explico mientras conducía y después de estacionaba junto a un lindo parque.- Cuando te avergüenzas, tu sonrojo es color naranja, más suave, además desvías la mirada y sonries, aunque tensas tus hombros.

-Pensé que íbamos a cenar- musite señalando el parque para desviar el tema, pero el abrió sus ojos horrorizado.

-¿Cómo lo supiste?-pregunto mientras abría mi puerta

-No sé, ¿digamos que me dijiste que íbamos a cenar y por eso traigo un lindo vestido y tacones?- suspiro aliviado

-Cierto- musito y mientras yo tomaba mi bolso él se golpeó la frente- soy un poco despistado.

-Dime algo que no sepa- bromee.

-Hay algo que no sabes- me tomo del brazo y me dirigió hacia el parque- Eres tan linda chica, tan especial.

-¿momento de lame botas?- pregunte y el rio me detuve y lo mire seriamente- Si me vas a pedir algo, dímelo sin tantas vueltas- de nuevo su mirada aterrada.

-De…de que me hablas- lo mire enarcando una ceja- ok, ahí voy.

-Lo sabía- musite molesta, por eso tantos rodeos, me iba a pedir un favor y por eso me endulzaba.

-¿Quieres ser mi novia?- me pregunto

-¿Qué dijiste?- le pregunte confundida

-Tu dijiste que ya lo sabias

-Sabía que me ibas a pedir un favor y por eso tanta dulzura.-explique

- ¡Soy un grandísimo idiota!- Grito hacia el parque, después me miro- tú tienes la culpa, me hiciste pensar que ya te habías dado cuenta de todo.

-¿Y que es todo?- de nuevo su mirada horrorizada, no pude evitar reírme, este hombre era un completo bocón, no tenía filtro.

-No te rías de mi.- se sonrojo de una manera muy tierna

-Eres una ternura- sonreí- sí, sí quiero ser tu novia.-sonrío- solo recuérdame que nunca te confié un secreto, eres un completo bocón.

-Bueno- se encogió de hombros para después reclamarme- se supone que no era así como se iban a dar las cosas, se supone que debes adaptarte al guion que tenía creado en mi cabeza.- no pude evitar reír a carcajadas por sus locos comentarios.

-Disculpe usted, señor- fingí avergonzarme- para reparar mi error, hagamos de cuenta que jamás lo cometí.

-Disculpada, hermosa mujer- me tomo del brazo- ahora permítame continuar con el guion.

Me guio por el sendero del parque y me llevo hacia un columpio grande de madera, el cual tenía encima algunas velas encendidas, de cada lado había una silla y a un lado tenía una pequeña mesa con un mantel blanco donde se encontraban algunos platos tapados con servilletas rojas.

-Tome asiento, mi lady- me ayudo a sentarme en una de las sillas, el tomo asiento frente a mí y acerco los platos que tenía a un lado. La cena resultaron ser dos sándwiches de pollo acompañados con naranjada de agua mineral, pero fue la cena más hermosa de mi vida.

Volví a abrir los ojos y me encontraba en mi recamara, el sol caía dando paso a la noche y mi madre me acariciaba el cabello, mi rostro se sentía mojado pero poco me importo, tanto como me importo que tenía quizás una semana sin probar bocado alguno. Me mantuve unos minutos más consiente, tomando una decisión. Solo un recuerdo más. Después de eso, me levantaría y caminaría de nuevo con la frente en alto.

-Te estoy hablando enserio, Tanya-gruñí molesta

-Estas completamente loca- me reprendió y yo rodé los ojos-yo si te estoy hablando enserio.

-dímelo de nuevo

-Estoy enamorada, no hay dudas, lo amo- sentencie- estoy enamorada de Jacob.

-lo conoces de hace poco- susurro

-¿Por qué te molesta tanto que este enamorada?

-¿Qué tonterías estas diciendo? ¿Me estás diciendo que te odio y que no quiero que seas feliz? ¿Ahora quien está diciendo cosas absurdas?- así como decía las cosas, me parecían absurdas mis palabras.

-Lo amo, es romántico, lindo, tierno, especial, me conoce, me admira, me comprende.- sus ojos se endurecieron- estoy segura de lo que siento, él es quien siempre busque.

-me preocupa que te lastime.

-No hay motivo para que lo haga

-Pe…

- ¡Isabella!- gritaron interrumpiéndola. Me gire y vi a mi guapo y hermoso novio dirigiéndose hacia nosotras.-Buenas tardes, Tanya- vi en sus ojos la idea de ignorarlo asi que la mire seriamente.

Por alguna extraña razón, nadie de todas las personas que conocía, quería a mi amiga Tanya, Jacob y mi madre decían que era una mala persona y mala influencia para mí. Margarita se guardaba sus comentarios pero siempre que la veía llegar, se retiraba. No le gustaba hablar de ningún proyecto frente a ella. Sin embargo, ella era la única amiga que compartía con mi hermana, era como sentir a Rose conmigo.

-Buenas tardes, Jacob- se levantó de la banca- con permiso, me retiro, nos vemos.

Jacob espero hasta que vio a mi amiga alejarse para hablar conmigo.

-¿Por qué la odias tanto?- pregunte cuando por fin se sentó a mi lado.

-Ya lo sabes, no me gusta y sabes perfectamente que soy correspondido- sonrío y cambio de tema- ¿Cómo sigues?

Hace dos semanas la gripa me había atacado con fuerza, llegue al grado de quedar completamente afónica. En mi trabajo me pidieron no asistir. Le había pedido a Jacob que no me visitara por salud de los dos. Contra su voluntad, me hizo caso.

-Estoy perfecta, lista para presentarme de nuevo a trabajar- sonrieron ambos y miraron a su alrededor- este parque se ha vuelto muy importante para nosotros, y tan cerca que esta de mi casa.

-sí, fue aquí donde te propuse que fueras mi novia.

-Sí, tu desastrosa petición.- el rodo los ojos, como si intentara evitar que cambiara de tema.

-Isabella- comenzó en tono serio- no sé cómo decirte esto.

-Solo dímelo- sonreí, el dudo- ese es tu toque, es lo que caracteriza nuestra relación, solo dilo.

-¿Segura?- pregunto y asentí.- Ok, entonces…Te amo, ¿Quieres casarte conmigo?- me quede en shock y observe como se arrodillaba y sacaba un hermoso anillo, sencillo pero hermoso.

-Eres un idiota- lo golpee con mi bolsa- te odio, eres un desconsiderado, como lo dices solo así.

-¿Quién te entiende? Tú dijiste que solo lo dijera – cuando caí en cuenta de lo que estaba haciendo, deje de golpearlo.

-¿es enserio?-pregunte y cuando asintió me lance a sus brazos, cayendo los dos al suelo, riendo y besándonos