Con solo una mirada
Con solo una palabra
Me puedes aliviar
Me puedes destrozar
Me puedes convencer
Con solo una llamada
Aun de madrugada
Me puedes derretir
Me puedes convertir
En lo que quieras tú
Tienes poder sobre mí
Como puedes ver
Me has sometido
Aunque nunca me hallas
Obligado
-¿Isabella?-preguntaron a mis espaldas. Me gire y sonreí a mi amiga
-buenos días- salude- ¿a qué debo tu visita tan temprano?
-¿supiste algo de Jacob?- pregunto en voz baja mientras yo dejaba mis cosas sobre el escritorio. La canción se seguía repitiendo en mi cabeza, asi que no entendí el nombre
-¿supe algo de quien?- pregunte
-nadie, olvídalo-no dejaba de mirarme.
-¿Por qué me miras asi?- su mirada me hacia sentir cohibida, como si tratara de quitar cada capa de mi piel, como una cebolla.
-Estabas cantando- a eso me dedico.
-no- negué, únicamente cantaba en mi cabeza.
-venias cantando "con solo una mirada"- murmuro sin dejar de mirarme.
-deja de mirarme asi, me cohibes-rodo los ojos- pensé que solo cantaba en mi cabeza.
-eso no importa- grito levantándose y apoyando sus manos en mi escritorio. Me sobresalte- lo importante es que estabas cantando.
-¿y?- pregunte sin saber que era lo que trataba de decirme.
-vengo porque necesitamos hablar de algo importante- se volvió a sentar y tomo porte de ejecutiva- la música.
-Mira- en ese momento tocaron a la puerta y le hice una seña a mi amiga de que esperara un segundo- pase.
Entro Jessica con unos folders en las manos.
-es necesario que estos contratos se revisen, ahora, para pasarlos al departamento jurídico.- me informo y Alice rodo los ojos.
-tengo trabajo- le informe mientras le señalaba a mi secretaria la otra silla frente a mi.
-que no se te olvide, que "aquello" también es tu trabajo.
-informamos que haríamos una pausa- le replique enfadada y ella rodo los ojos- si tanto problema te ocasiona, le pido a un amigo que me ayude.
-¿Qué amigo?- pregunto y en ese momento sono mi celular, apareciendo el nombre de "Emmett" en la pantalla.
-Hola amiga- me saludo mi amigo Emmett. Me extraño su llamada, no la esperaba, después de todo lo había visto dos días seguidos.- ¿estas ocupada?
-algo- respondo escuetamente mientras veo como mi asistente y mi amiga fingen que no están atentas a mi conversación- ¿sucede algo?
-no sé cómo decírtelo- murmura y no sé qué pensar. Su frase suena preocupante, sin embargo, su tono parece el de una persona que trata de no reír a carcajadas.
-pues dímelo- susurro. En ese momento Jessica se pone de pie y con sus dedos me hace seña de que regresa, yo asiento y mi amiga, chismosa, se pone cómoda y sonríe.
-se trata de Edward- en ese momento, inexplicablemente me puse alerta y me giro, pues sé que mis gestos me delatan.- me siento culpable. Lo sabía y no te lo dije.
-¿A qué te refieres?- en ese momento siento a mi amiga más cerca, por el rabillo del ojo puedo ver sus zapatos de tacón, negros- déjate de rodeos.
-Edward está enfermo del estómago- confeso- él, su hermano y yo sabemos que la comida del hospital siempre le da infección estomacal.
-¿y por qué nadie me dijo nada?- pregunte a gritos, levantándome de mi silla.
-¡Tú lo obligaste!- respondió a carcajadas- a mí se me olvido y supongo que a él también. Debo confesarte que en estos momentos te está odiando.
-¡no fue mi culpa!- replique avergonzada. La verdad si me daba pena, porque desde que nos conocimos, todo lo raro nos ha sucedido- no era mi intención.
-Deja que se le olvide y dejara de odiarte.
-No- replique de pronto con una sonrisa- tengo una mejor idea.
-¿Qué estas planeando?- pregunto curioso mi amigo.
-Algo en lo que tú me vas a ayudar- sonreí- vas a ser mi cómplice de esta travesura. Te cuelgo y te llamo mas al rato.
-ok- murmuro extrañado. Me gire y tenia a mi amiga mirándome fijamente, de nuevo.
-¿con quien hablabas?- pregunto sonriente.
-deja de poner esa cara de "gato chesire"- replique- no es de tu incunvencia, manager.
-oh, no- negó con la cabeza- no vas a volver a hacerlo.
-¿hacer que?- pregunte molesta- te interesa que vuelva a la música, de momento, no lo voy a hacer. En primera porque no tengo tiempo y en segunda porque no tengo nada nuevo que presentar.
-me molesta que me trates…-replico molesta
- a mi me molesta que me trates como si fuera una niña pequeña- la interrumpi- se lo que debo hacer, pero me gustaría que te comportaras como lo que eres, mi amiga.
-tambien soy tu representante, tienes la música tirada a la basura.
-no es cierto, simplemente estoy haciendo una pausa.- bufe molesta- no puedo dejar esto e irme.
-¿Qué es lo que no puedes dejar?- pregunto y continuo antes de que pudiera contestar- ¿no puedes dejar el trabajo o no puedes dejar lo que te niegas a decirme? ¿Quién es el hombre que te llamo? ¿Por qué te alteraste tanto?
-estoy presionada por el trabajo- conteste- en cuanto a la persona que me llamo, no lo conoces aunque el si te conoce a ti, somos amigos, poco más te puedo decir.
-tus respuestas escuetas* no me dicen nada-grito dándose la vuelta y saliendo con un azote de puerta.
Conocía lo suficiente a mi amiga, como para darme cuenta que sus gritos no eran por el trabajo, sino porque quería saber el chisme. Sin embargo, no podía contarle nada, porque en estos momentos, ni siquiera yo, sabía que era lo que estaba sucediendo.
¿Por qué me había preocupado tanto el que Edward estuviera enfermo?
Sinceramente no sabía que loca idea se me había metido en la cabeza, con todo el trabajo que tenía por atender, y aquí estaba, cocinándole un pay de queso y un caldo de pollo a un desconocido.
Me repetía que la idea de que él hubiera enfermado por mi culpa, era la que me llevaba a hacer este tipo de cosas. Aunque no era al 100% mi culpa, quería congraciarme de alguna manera.
-¡señorita!- grito la sirvienta asustándome- me asusto
-y tú a mí- replique rodando los ojos
-¿puedo preguntar que está haciendo?-pregunto y volví a rodar los ojos, hablaba con demasiada propiedad.
-cocinando- me gire buscando en la repisa alguna mermelada- es para alguien enfermo del estómago.
-¿y pretende usted enfermarlo más con mermeladas?- en ese momento me detuve y me gire para verla.- no se mucho, pero no creo que una mermelada lo ayude mucho, al contrario, puede resentirle más el estómago. Quien sabe de esto, es su madre.
El problema era que no podía llamar a mi mama porque entonces ella me preguntaría un millón de cosas antes de decirme. Mire mi cheessecake, se veía simple y nada apetitoso. Observe como la muchacha abría el refrigerador y sacaba un toopper lleno de fresas.
-puede cortarlas y ponerlas como decoración. El enfermo le agradecerá la frescura de las fresas.
-gracias- me acerque y la abrace para después ponerme manos a la obra con las fresas. Mientras ella en silencio, sacaba una de las bolsas térmicas para comida que mi mama guardaba en un anaquel de la cocina. Y juntas preparamos la maleta de comida.
Mientras acomodaba mi bolsa y la bolsa de comida en el coche, dude, si no mal recordaba, el me había dicho que hoy no tendría guardia en el hospital. Aunque no tenía la más mínima idea de lo que eso significaba, entendía que tendría esta noche libre. Pese a todo, decidí arriesgarme y llevar a cabo mi plan.
No tarde mucho en llegar al hospital, llame a mi amigo y me confirmo que Edward se encontraba en el hospital, me dijo que fuera al estacionamiento para personal del hospital, que dijera que le llevaba comida a él y que me vería en la estación de enfermeras. Por esa razón yo esperaba encontrarme con Emmett.
-¿Qué haces tú aquí?- me tense cuando escuche esa voz, me gire y lo vi. Se mostraba pálido y un poco ojeroso.
-Hola- murmure.
-Te hice una pregunta y espero una respuesta.
-Emmett me conto que por mi culpa estas enfermo del estómago, así que decidí traerte un poco de comida.
-No necesito tu compasión, ni tu lastima- respingue al escuchar sus duras palabras- tú y tu estúpida manía de que se haga lo que tú dices me tiene así, ahora vete.
-Prepare…
-¿tu cocinaste?- pregunto incrédulo- bueno, tu pretendes envenenarme- me di cuenta que mi arrebato había sido una pésima idea, pero ya estaba aquí. Baje la mochila de mi hombro.
-No pretendo que me aplaudas- hable fuerte y claro – solo trataba de ser amigable. Yo no sabía y tú tampoco me dijiste que te hacía daño la comida de ahí. Sin embargo sali temprano de mi trabajo y te prepare una cena, no pretendo que la comas en mi presencia. Te voy a dejar la mochila y puedes comértela o regalarla. Me envías mis utensilios con Emmett.
Me di la vuelta dispuesta a irme, sin embargo, una mano tomo la mía. Me tense ante su suave contacto. Mire su mano y después su rostro. Seria mentira si no dijera que temblé. Sentí muchas cosas al sentir su mano tomada de la mía. Yo no quería un novio, no buscaba una relación. Yo estaba deprimida aun por mi separación con Jacob. Aunque, yo sola me engañaba pues sabía bien que Jacob ya había pasado para mí. Solamente era una idea a la que me aferraba para no voltear a ver a alguien más. Aunque ese "alguien" podía ser el hombre que sostenía mi mano y trataba de darme una sonrisa con demasiada familiaridad. Pero tampoco podía negar que Edward me parecía atractivo, aunque con un carácter demasiado extraño. Aunque este hombre me parecía demasiado familiar, y mi corazón se alborotaba cada vez que pensaba que era quien yo creía.
¿No me entienden? Yo tampoco.
-ya estás aquí- comento en un tono más suave- además no voy a estar informando a Emmett de todo lo que hacemos.-añadio ante mi gesto de incredulidad.
-fue un error que viniera- me separe de su contacto. Me aturdió un poco la manera en como mi mano picaba y se sentía fría ante su lejanía.-pretendía ser una princesa amable que se preocupa por sus semejantes. Quiero que me dejes de ver como una malvada mujer desconocida y que comiences a verme como tu amiga. Pero creo que jamás podrá darse eso. También te libero de ese estúpido compromiso de cita, fue un gusto conocerlo, Doctor Cullen. Que la comida le aproveche y lo haga sentir mejor.
Camine con paso firme fuera de ese lugar. Me sentía una estúpida y absurda al creer que podía hacer una tontería tal como cocinarle a un completo extraño. Aunque algo vibraba en mi corazón al pensar que quizás no era del todo un extraño.
¿Qué tonterías estaba pensando? De seguro este hombre estaba felizmente casado con una mujer que no se preocupaba que comiera o que le permitía estar en su trabajo sin cenar. Recuerda que él te dijo que hoy tenía la noche libre. Pensé. Pero él jamás llamo para cancelar la cita que teníamos. Además que mujer en su sano juicio le permitía a su hombre salir con otra mujer.
Me coloque frente al volante del coche y me permití golpearlo unas cuantas veces. Lo único que sabía hacer eran tonterías. Yo no tenía nada que hacer aquí. Con todo el trabajo que tenía que preparar en mi oficina, mi escritorio estaba lleno de papeles y yo jugando a la "comidita" con un extraño, y para variar, amargado.
Ahora si me alejaría de este tema. "no me tengas lastima" había dicho el muy estúpido. Se daba demasiada importancia, Idiota. No, la idiota era yo al haber intentado acercarme a un extraño.
Arranque mi coche en dirección a mi casa, aun pensando en si el hombre que hoy me daba tantos dolores de cabeza era el mismo hombre que recordaba. Se llamaban igual, actualmente tendrían la misma edad, me hacía idiota cuando me negaba a aceptar lo obvio.
*escuetas: adj. Sin adornos, sencillo, estricto, especialmente referido al lenguaje y al arte: instrucciones escuetas; escultura sobria y escueta.
Gracias a Cary por tu review.
yoliki, gracias y si, es demasiado caprichosa.
