"Todas las mujeres estamos locas, así que escoge una loca que te haga feliz" Frida Kahlo

Lo había hecho, lo había hecho. No podía creerlo. Me atreví a cometer una locura como esa.

No tenía explicación para mis actos. Su furia tendría que haberme enfurecido a mí también, pero en lugar de eso me lleno de ternura. Me hizo recordar a ese hombre tan tierno que conocí en mis años de adolescencia.

Lo bese, lo bese, lo bese y después sali corriendo ante el gesto de incredulidad de él y sorpresa y ternura de todos los testigos. Pero lo que menos podía olvidar era el dulce sabor de sus labios.

Todo mundo pensaría que era una tonta y caprichosa, aunque bueno, caprichosa si soy. Pero no era ninguna tonta, sabía perfectamente cada uno de mis decidí en el momento en que lo vi levantarse de la mesa y salir con bufidos del jardín y regresar al restaurante. Ni siquiera pensé en la grosería de que me dejara ahí, sola, con la cuenta del restaurante. Quise quitarme de la cabeza la idea del chico inalcanzable. No quería que él se convirtiera en un juego o un reto de niña mimada. No, eso jamás. Pensaba que quizás podía tener una amistad con él, pero sin la loca idea de que él había sido mi amor de secundaria. Aunque quizás ahora estuviera pegando de gritos y deseando no volverme a ver. Esa idea me desanimo.

Pero también, ahora que la adrenalina de mi locura pasaba, me di cuenta que no sentí nada con ese beso, solo habían sido dos bocas juntas, nada más. Estaba segura que era porque no estaba enamorada de él y solo fue un arranque de locura.

Caminaba por la calle pensando en el sabor de sus labios y en que quizás el no quisiera volver a verme cuando me di cuenta de que a lo lejos dos mujeres discutían. Conforme me fui acercando me di cuenta de que lo hacían afuera de mi casa y conforme me acerque más, pude darme cuenta de que yo conocía a esas dos mujeres. Eran Tanya y Alice quienes discutían.

-¿Qué está sucediendo aquí?- pregunte acercándome a ellas. Quienes en cuanto me escucharon se callaron abruptamente. Girándose a verme

-Vine a verte porque la arquitecta me envió a mostrarte unos bocetos- me explico Alice- y me encontré a esta señorita, aquí parada.

-Vine a verte porque si yo no te busco, tú no te acuerdas de mí-me reclamo Tanya- te has olvidado de mí.

-Ambas estamos trabajando- respondió Alice antes que yo- aunque dudo que tu sepas eso.

-No me hagas reír- contrataco la otra- tu no trabajas, eres una mantenida de…

-¡Basta!- grite antes de que terminara su frase. Me gire hacia Alice- entra a mi casa, en unos minutos estoy contigo.

-¿te vas a quedar sola con ella?- pregunto incrédula. Yo asentí y le señale mi casa. Por el rabillo del ojo pude ver el gesto de superioridad de Tanya.

Abrí la puerta de mi casa y Alice entro, furiosa y bufando.

-¿a mí no me invitas a entrar?- pregunto Tanya.

-No quiero darle un show a mi madre- mentí- contigo y Alice adentro.

-pudiste echar a "esa"- señalo con desprecio hacia mi casa. Fue inmenso el esfuerzo que tuve que hacer para no atacarla. Si había algo que no me gustaba, era que atacaran a mis seres queridos. - Pero eso es lo de menos. El sábado fui a la iglesia. ¿No se suponía que te casabas el sábado pasado?

¿Ya había pasado mes y medio desde que se fue Jacob? Me sorprendió bastante la rapidez con la que había pasado el tiempo. Y en todo este tiempo él no se había dignado a llamar o mandar un mensaje. Así de grande era su amor, que rápidamente se olvidó de mí. Él nunca me quiso y yo como una tonta me deprimí por alguien que no valía la pena.

Sin embargo, frente a Tanya mostré una máscara, como si su comentario no hubiera calado en lo profundo de mi corazón.

-¡Oh, Claro!- sonreí y jugué con mi cabello- ¡Que tonta! Olvide decirte que cambiamos la fecha de la boda, él está trabajando en un proyecto muy importante.

-¿Qué? ¿Entonces si se van a casar?- pregunto con incredulidad.

-¡Claro!- continúe con la mentira- ¿Por qué no habríamos de hacerlo? ¿Acaso sabes algo que yo no?

-no, claro que no- recompuso su máscara. Me estaba constando bastante ver las verdaderas intenciones de Tanya. Sus gestos, su tono de voz eran tan nobles que me costaba creer que esta mujer intentaba hacerme daño con fines nada claros- Es solo que…estaba muy triste porque no querías hablar conmigo.

Quise preguntarle que tenía que ver una cosa con la otra, sin embargo, en ese momento se abrió la puerta, mi madre se mostraba molesta. Intentaba no mirar a Tanya.

-Isabella- me llamo- Alice te está esperando y dice que lleva prisa.

-Si me disculpas, Tanya- abrase a mi amiga- Luego te llamo.

-podría pasar contigo- sugirió y sentí como mi madre se tensaba a mis espaldas- te puedo espera y después nos podemos ir de fiesta, aún es temprano.

-lo lamento- intente ser cortes- no sé cuánto tiempo voy a tardar, tu sabes, el deber me llama. Adiós.

No le di tiempo a decir nada más. Entre a mi casa como niña obediente y sin mirar atrás. En cuanto cerré la puerta, tome la mano de mi madre y corrí hacia adentro. Alice se encontraba sentada en la sala, molesta.

-¡Te has vuelto loca!- grito en cuanto me vio. La empuje para que se sentará y a un lado le pedí a mi madre que se sentara a su lado. Yo me senté a su lado.

-Jacob se acaba de guardar en un cajón sin llave- sonreí- de hecho tenia ciertas horas sin pensar en él.

Y era cierto, el que me lastimara, se marchara y no le importara si yo sufría. Le deseaba que se quedara donde estuviera y me permitiera ser feliz.

-¿a qué vino Tanya?- pregunto mi madre.

-A restregarme en la cara que no me case- en ese momento volvió a mi cabeza lo sucedido hoy.- pero hay algo más importante que quiero contarles.

-¡Habla!- grito Alice.

-¡Bese a un chico!- grite y ambas se quedaron en silencio.

-¿Qué hiciste?- pregunto mi madre- ¿a Emmett?

-¿Quién es Emmett?- pregunto Alice.

-Emmett es un muy buen amigo mío de hace varios años. Tu no lo conoces pero él a ti sí. – le explique a Alice y después me gire a mi madre- No, no a Emm.

-No entiendo nada- murmuro mi mamá.

En ese momento les conté a ambas con lujo de detalle lo sucedido con Edward los últimos días. Únicamente omití mis pláticas con Emm. No era necesario, aunque también me lo guarde por mis dudas sobre la esposa de Emmett.

-Ósea que todos estos días, eso era lo que te sucedía- afirmo mi amiga con una sonrisa, claro, ahora que sabía el chisme completo. Estaba feliz.

-¿fue con lengua? ¿Besa rico?- pregunto Alice brincando en el sillón. Mi mama y yo rodamos los ojos. Eran tan fácil que Alice se desviara del tema.

-fue un beso de piquito, tan solo toque sus labios-suspire- no sentí nada, soy una romántica empedernida que cree que necesita estar enamorada para sentir algo.

-Este muchacho, Edward- interrumpió mi madre- aun no entiendo porque lo besaste.

-¿Tu recuerdas el chico del que estaba enamorada cuando estudiaba la secundaria?- pregunte y asintió para después mostrarse sorprendida.

-¿es el mismo?- pregunto mi amiga antes que mi madre.

-sí, es amigo de Emmett.

-El mismo del que Rosalie también estaba enamorada- confeso mi madre y la mire sorprendida.

-¿Qué has dicho?- pregunte

- Tú y ella estaban enamoradas del mismo chico. Aunque se acercó a él de manera prepotente y él chico llego a odiarla. Antes de que pregunten, me consta que lo sacó de quicio. Nunca me preocupo demasiado, solamente eran un par de chiquillas hormonales.

-Por esa razón nunca permitió que me acercara a él. -Pero mi madre me hizo pensar en Tanya y entendí perfectamente.- pero ahora tampoco sé qué hacer con Tanya.

-Alejarte de ella- respondió mi madre, inmediatamente.- Si ella tuvo algo que ver con tu separación, es mejor que te alejes de ella.

-Pero ella es mi unión con Rosalie- insistí.

-Tu única unión con tu hermana son tus sentimientos- intervino Alice.-Tanya podría arruinar lo que pueda surgir entre ese chico y tú. Además, lamento lo que voy a decir, pero si Rosalie…

-¿No te das cuenta? Yo ya lo arruine.- la interrumpí antes de que dijera algo que lastimara a mi madre-

-¿Por qué lo besaste?- pregunto mi madre

-porque no quiero convertirlo en un caprichito de niña mimada.

-¿no te das cuenta, verdad?- la mire interrogante- Si llega a surgir una amistad con este chico y Tanya se llega a enterar, así como creo que es, podría hacer hasta lo imposible para que él se aleje de ti.

-Tanya tampoco es ningún demonio- la defendí y mi amiga rodo los ojos- además, posiblemente yo misma arruine la oportunidad con él, pero igual creo que me alejare de ella.

-Dirás que soy insistente, pero creo saber la solución a tus problemas- volvió a la carga Alice- Vamos a hacer dos conciertos.

-¡No empieces!- murmure fastidiada pues siempre lograba sacar eso a tema.

-Déjame explicarte- insistió- tu quisiste poner un poco de distancia y ellos no te lo permitieron. Vamos a poner de nuevo un poco de distancia pero esta vez solo físicamente, vamos a un solo sitio, pero platica con él antes de irnos. Solo será un fin de semana porque en la oficina tenemos mucho trabajo. Con la distancia piensas las cosas con la cabeza fría y actúas como es debido.

-Por esta vez, creo que estoy de acuerdo con tu amiga- la apoyo mi madre.

Accedí porque todas sus palabras me parecieron ciertas y reales. Con la cabeza fría podría pensar con calma las cosas sobre Edward.

-tengo duda- hablo Alice- ¿Por qué cantas si te fastidia tanto hacerlo?

-no digas tonterías- replique molesta- No me molesta hacerlo, pero es un hobby, me gusta cantar y bailar, me divierto. Lo que me fastidia es que seas demasiado pesada en cuanto al tema.

-bueno pues entonces no deberías practicarlo profesionalmente si no te interesa.

-¿estas sorda o qué?- pregunte furiosa- ¿tengo que hacerte una lista de todo lo que tengo que lidiar? Contéstame. Deja de ponerte tan pesada o será mejor que dejes el trabajo de representante a alguien más.

Me dolió ver como sus ojos se llenaron de agua. No era mi intención lastimarla pero podía llegar a ser demasiado pesada.

-Eres como una hermana para mí y lo sabes pero no me gusta la manera en que me presionas. Entiéndelo de una buena vez.- le explique intentando que entendiera.

-me gusta ser tu representante- murmuro en voz baja.

-Aquí se hace lo que la princesa dice.- afirme para después jalarla hacia mis brazos.- dame los bocetos de trabajo y vete a casa, yo tengo cosas que hacer.

-ir a ver a Bloo no es "tener algo que hacer"-replico haciendo pucheros y volviendo a abrazarme.

Muchos pensarían que estoy loca al ver cómo nos llevamos. Sin embargo, yo sabía que Alice no era mala.

Alice al igual que yo era hija de padres separados. Su padre se divorció de su madre cuando se enteró que no podría darle otro hijo. Convirtiéndose la pequeña en hija única.

Nos conocimos cuando cursábamos el último año de universidad. Ella no tenía hermanos y todos sus compañeros se desesperaban fácilmente con su hiperactividad, por lo que casi siempre estaba sola. En cambio yo, acababa de dejar volar a mi pequeña hermanita y comenzaba a despertar de esa timidez en la que había vivido durante muchos, muchos años. Siempre habíamos estado en las mismas clases, pero ella, excluida del grupo, y yo, tímida, jamás nos vimos. Pero desde ese momento, nos volvimos muy unidas, mi madre se acostumbró a verla corriendo por la casa, casi a diario.

El día que decidí incursionar en la música, pensé que necesitaba un cómplice en esta aventura y ella se ofreció a ser parte de mi aventura. Pero le molestaba el poco tiempo que en algunas ocasiones le dedicaba a la música.

-Me parece muy mal que hagamos que Alice se vaya a casa- decidió intervenir mi mama- tanto como me parece mal que decidas sentarte a ver televisión después de que sabes que tienes trabajo, Isabella.

-Eso, traducido, quiere decir que te quedes y que pasemos la noche en vela trabajando.- reí.

-¿Sera incentivo si les preparo una rica cena a mis niñas?-pregunto mi madre y pude ver como los ojos de mi amiga brillaban.

-¿Quizás unos molletes?- pregunto con voz de niña chiquita y mi mama asintió.

-yo tengo una llamada que hacer- me disculpe- te veo en mi recamara, Alice.

-está bien, yo también tengo una llamada que hacer- supuse que a su madre para avisarle que se quedaría a dormir en mi casa.

Subi a mi habitación y me senté en mi cama, saque de mi bolsa mi teléfono y busque el número de Edward, mire whatsaap y se encontraba "en línea", pensé en mandarle un mensaje pero preferí llamarlo, debía dar la cara.

Después de unos segundos, me contesto.

-¿debo seguirte diciendo caprichosa o ahora te diré "Ana Gabriela Guevara"?-pregunto con seriedad.

-llamaba para disculparme por mi acción, soy un poco arrebatada- mentí pues jamás le diría que mi hermana y yo estuvimos enamoradas de el en la adolescencia.

-¿un poco?- rio ahora más relajado- debo confesar que me sorprendiste bastante.

-Me encanta sorprender- rio y yo me sentí relajada. Me moleste un poco cuando escuche entrar a Alice y después se aventó sobre mi cama.- bueno pues me despido.

-¿llevas prisa?- pregunto- si estoy interrumpiendo algo…

-no- lo interrumpí- voy a cenar y después pasare la noche trabajando.

-es cierto- respondió- apenas y tocamos la cena.

-"agua pasada"- me encogí de hombros- olvidémoslo y espero podamos ser buenos amigos.

- vas a ver que esto es el inicio de una muy buena amistad.

-dicen que soy muy buena amiga de mis amigos- reímos- te dejo, que descanses.

-igual, te diría que te mando un beso pero ese ya lo tomaste sola- se rio.

-¡ya olvidémoslo!-grite y rio más fuerte- ogro.

-caprichosa- respondió. Me gustaba su tono relajado.- Adiós y trabaja duro.

Colgamos.

Algo había cambiado, lo escuchaba más relajado, tranquilo. Hasta habíamos bromeado, me parecía todo un sueño.

-tierra llamando a Isabella- Alice movió las manos frente a mí. La mire con seriedad.- te vas a Canadá el próximo viernes. No cantaras mucho. Será más convivencia con tus fans que otra cosa. Pero no dudo que te pidan algunas canciones.

-¿Cómo arreglaste eso tan rápido?- ella rodo los ojos y se levantó- ¿no habías ido a llamar a tu mama?

-no, eso mami renne me hizo favor – se sentó frente a mi mesa de trabajo- yo arregle lo de tu viaje, será algo cercano

-ok- asentí.

-¿te puedo hacer una pregunta?- asentí con precaución- ¿te gusta este chico?

-tengo poco de conocerlo, no sé.

Asintió y por primera vez, dejo el tema por la paz. Nos pusimos a trabajar y rato después mi madre nos subió la cena.

Los días transcurrieron con tranquilidad, Edward y yo nos mensajeabamos a diario. Podía ser que él me mandara mensaje o yo a él. Nos deseábamos bonito día y nos preguntábamos como iba nuestro día.

Me había dado cuenta que le fascinaba estar en whatsaap y con el paso de los días se fue relajando cada vez más, era muy bromista aunque casi nunca hablaba en doble sentido.

Dentro de las pláticas me conto sobre su hermana, esta tenía un carácter muy fuerte y le fascinaba que la obedecieran o movía hilos para salirse con la suya, Jane era administradora de una empresa farmacéutica, tenía 24 años y un novio que ya buscaba la manera de casarse con ella. Lástima me daba el pobre hombre.

El miércoles me llamo diciéndome que quería contarme algo. Me pidió que pasara por el hospital pero me negué, le di la dirección de mi casa y le dije que ahí podía encontrarme.

Su respuesta me hizo reír.

"la caprichosa no puede poner nada fácil, verdad"

No me dijo la hora en que vendría, me pase todo el día trabajando, en piyama - un short y una blusa de tirantes con un Bob esponja en el centro y tenis - revisando un proyecto importante. Pero como a las 8:00 p.m. me sentí agotada, así que decidí conectar mi laptop a la televisión y ver un poco "Mansión Foster para amigos imaginarios" y es que muchos eran adictos a "los simpsons", pero aunque a mí también me gustaban, prefería las travesuras de Bloo.

Me acerque un poco de flan napolitano que mi mama me había dejado y puse un episodio donde bloo conecta el teléfono y graba mensajes de voz. Iba a comenzar cuando llamaron a la puerta. Seguramente a mi mama se le olvidaron sus llaves.

Sali dispuesta a abrirle cuando me encontré frente a mi Edward recargado en su coche.

-Hola, bonito look- sonrió.

-hola, pasa- entro a mi casa y caminamos por el jardín hacia la casa- estoy trabajando, no necesito arreglarme para estar frente a una computadora todo el día.

- bonita casa- alago y entramos. Me sonroje horriblemente cuando recordé lo que me esperaba. Frente al televisor de la sala estaba mi rebanada de flan y la imagen de la serie.

-¿estabas trabajando?- me pregunto. Mientras lo invitaba a sentarse. Me senté a su lado.

-trabaje todo el día, estaba decidida a descansar un poco viendo televisión.

-¿te gusta mansión Foster para amigos imaginarios?- se rio.

-no tiene nada de malo- me defendí haciendo un puchero- a mucha gente le gustan los simpsons.

-yo amo los Simpson, cuando mi hermana era pequeña le gustaba Mansion Foster.

De alguna manera nos fuimos acercando, nuestros rostros estaban muy juntos y me sentía muy cómoda con esa cercanía, se sentía tan natural.

¿Qué estabas comiendo que se ve tan rico?- pregunto. Yo mire la mesa y estaba mi flan.

-es flan napolitano que preparo mi mama, pero soy tan envidiosa que lamento decirte que no te voy a dar.

-¿no te apiadas de mí, ni siquiera si te digo que muero de hambre? No he comido nada, pensaba invitarte a cenar pero…

-¿hija puedes creer que otra vez los vecinos dejaron otra vez su coche estacionado frente a la casa?- comento mi mama entrando sin mirar que me encontraba acompañada.

-Buenas noches, señora- replico mi acompañante y mi mama se sobresaltó- el coche es mío.

Mi pobre madre parecía que quería enterrar su cabecita en algún hoyo. Yo me mordía los labios intentando no reír a carcajadas. Si, así éramos mi madre y yo.

-Mama, te presento a Edward Cullen. Edward te presento a mi mamá.

-mucho gusto señora- mi amigo se levantó y le dio la mano.

-el gusto es mío joven, mi nombre es Renne, porque a mi hija ya se le olvido que aparte de "mama" también tengo un nombre y disculpe el infortunado comentario.

-le dire con que lo olvidare, si me regala un poco de flan, de ese que su hija me pasea por las narices y no me convida.

-¡oye!- replique ofendida.

-fíjese que le va a ir mejor, le traía a mi hija un poco de pastel de chocolate…

-¡te regalo mi flan!- grite interrumpiéndolos. Ambos se rieron de mí. Mama se encamino a la cocina.

Le estaba dando la oportunidad a Edward de conocer mi mejor faceta, solo esperaba que algún dia el no provocara que le mostrara la peor.

-¿Oye tu viniste a verme o a comer?- pregunte pero no pudo responder, porque mi mama me golpeo en la cabeza por mi grosería.- ¡aucchh! Si me dolió.

-pues si no te estaba sobando- respondió continuando su camino a la cocina. Edward se estaba riendo de toda la escena.

-¿Qué crees?- comencé y el me miro- voy a salir de viaje unos días por el trabajo.

-¿de verdad?- asentí. Ni siquiera entendí porque se lo conté, sobre todo una mentira.- me da gusto, mi padre siempre dice que cuando en un trabajo te permiten hacer más que los demás, es muy bueno.

-Mi jefa me tiene mucha confianza, al grado de que me permite traerme documentos a la casa.

-De verdad me da mucho gusto- sonrió. Lo vi debatirse en algo, me miraba fijamente. Después levanto su mano y acaricio suavemente mi mejilla.

-Yo vine a contarte algo, te confesare que eres la primera persona a la que se lo digo.

-¿Qué sucede?- pregunte intrigada.

-Quizás no es algo tan maravilloso, aunque para mi es importante.

-No me hagas de emoción y dime.

-Les prepare un café y les traje un poco de pastel- interrumpió mi mama.

-Mama- me miro- ¿vamos a cenar? Así Rogelio se puede quedar a cenar con nosotras, me dijo que no ha comido nada.

-Claro- sonrió mi mama, aunque me miraba intrigada- puedo preparar unos molletes.

La especialidad de mi madre eran los molletes y los postres.

-No, no es necesario. Yo pase a ver a Isabella rápido y ya me voy- se negó Bella

-Te va a caer mejor que el pastel- insistí. El me miro con seriedad.

-De verdad, no es necesario, con el pastel me es más que suficiente.

-de acuerdo- accedió mi mama- les dejo para que platiquen.

Mi mama subio a las recamaras. Ambos esperamos a que no nos escuchara. ¿Por qué? Yo también quisiera saberlo.

-No era necesario- me riño- me dio mucha pena con tu mamá.

-deja de cambiar el tema y dime lo que viniste a contarme- pedí- me tienes en suspenso.

-El viernes por la mañana viajare a una zona de mucha pobreza en Chiapas. Durante tres días atenderé a niños, proporcionándoles vacunas y lo que se pueda hacer.

-¿de verdad?- asintió- me da mucho gusto, es algo increíble, solo prométeme que te cuidaras.

-¿de verdad te alegras por mí?- asentí.

-Me alegro más de lo que te imaginas, me parece muy especial e importante. – en ese momento me jalo hacia sus brazos y nos abrazamos. Con mis manos acaricie su espalda, en muy pocos días él se convirtió en alguien importante para mí. Me iba dando cuenta del gran ser humano que era, así como también me parecía que se sentía solo.

Me sorprendió como en tan poco tiempo nos habíamos hecho tan cercanos, logramos confraternizar como si tuviéramos una relación de años.

-siempre que me necesites, voy a estar para ti- le prometí al oído. Me abrazo más fuerte y lo sentí como se relajaba. Ambos necesitábamos de ese abrazo.

Me gustaba y a la vez me asustaba el rumbo que estaban tomando las cosas, me estaba encariñando con el demasiado rápido. Tenia apenas unas tres semanas de conocerlo, o al menos de estarlo tratando y ahora, aquí estaba, en la sala de mi casa, abrazandolo como si fueramos amigos de toda la vida, y lo peor estaba en la comodidad de mi corazón, abrazandolos.

-Quiero que me digas una cosa- pedi separándome de el- ¿Qué es lo que te llevo a tener esta confianza en mi?

-¿te molesta?- pregunto en un murmullo.

-¡Claro que no!- grite y después me tape mi boca, no quería que mi mama me escuchara. Cuando pude calmar mi tono de voz, volví a hablar- no me malentiendas, es solo que me sorprendió bastante.

-Me hizo confiar en ti la forma en cómo te has preocupado por mí- se sinceró. – eso solo lo hace mi familia, Emmett solo se sabe reír.

-Emmett te tiene bastante buena estima- confesé y después tome su mano. – y yo también, te tengo mucho aprecio, ahora solo te resta ganarte mi cariño.

!GRACIAS!

gracias a todos los que se van sumando a esta historia.

ahora responderé a sus reviews

cary: Defenderé un poco a Rose y te diré que no es tan mala, pero ha sido demasiado influenciada por Tanya, ella si es muy mala y algo loca, aunque esas dos le hacen mas daño a Bella de lo que ella se puede imaginar. No te puedo contar mucho sobre Kate, en algún momento se sabrá toda la verdad sobre ella, pero sera la archienemiga de Bella. En cuanto a Edward, es muy noble sin embargo puedo adelantar que es muy crédulo, eso lo hace algo idiota...y malo.

Adriu: saludos hasta ecuador y me da mucho gusto que te guste la historia. Cada día se va a poner mejor.