CAPITULO 10

"Señoras y señores, todos aquellos fanáticos de la Mexicana "Isabella". Prepárense porque esta bella mujer toco tierras Canadienses la noche de ayer siendo recibida por sus fanáticos del aeropuerto, con quienes se fotografió y firmo autógrafos.

Esta linda señorita está en la ciudad de Vancouver, Canadá tiene agendada una convivencia con sus seguidores el día de mañana por la noche donde promete una velada mágica, con showcase y una cena."

Mire la nublada ciudad de Vancouver por la ventana, la gente caminaba con calma bajo la lluvia. Me sentía con un gran sentimiento de melancolía. Aun cuando veía a todos los fans aclamándome y esperándome afuera del hotel, no lograba sonreír.

La música y lo que lograba transmitirme era lo más maravilloso que me había podido suceder, pero hoy, solo la miraba con desgane, quería regresar a casa con mi familia, amigos y trabajo. Se había producido en mi la idea de que muchos malos momentos habían sido provocados por mis ganas de ser artista. Era una gran cantante, cualquier princesa es mi lugar se sentiría maravillosa, toda la atención puesta en ella, pero sola por no tener con quien compartirla.

Mire mi teléfono cuando lo escuche vibrar sobre la mesa junto a mí, abrí el mensaje y sonreí, era un mensaje de WhatsApp.

Hola

Se trataba de Edward, me inquieto como mi sonrisa fue automática.

Hola. ¿Qué tal Chiapas?

Inexplicable. Necesitarías verlo con tus propios ojos. ¿Qué tal "Los Ángeles"?

Suspire, le había mentido diciéndole que viajaba a Los Ángeles, California.

Soleado y cansado

¿Estas bien? Te escuchas extraña

Si, solo cansada del viaje

No mientas, no son tantas horas

Suspire, era cierto, no eran tantas horas a california. Me quede unos minutos en silencio pensando que responder, sin embargo, antes de que pudiera tener una idea, me envió un nuevo mensaje.

No estas obligada a contestarme. Debo irme. Hablamos al rato

No pretendía ser grosera

No necesitas explicarme. Adiós

Bufe, ¿y yo era la caprichosa? A pesar de todo me arriesgue a ser sincera.

Me siento desanimada, digamos que no me apetecía demasiado el viaje, es solo eso

¿Entonces porque lo hiciste?

El que no se fuera me provoco una sonrisa.

Supongo que porque la felicidad de algunas personas depende de este viaje. Además no vine sola

Me sobresalte cuando leí el mensaje que había enviado. ¡Era una grandísima idiota! Hable de más.

Ahora debo dejarte pero te prometo que te llamare más tarde. Trata de alegrar ese humor, come algo ;)

Guarde mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón sin responderle. Quería gritar, quería que el mundo se detuviera por unos minutos y me permitiera descifrar que era lo que gritaba mi cabeza y mi corazón.

Se suponía que actualmente todo en mi vida se encontraba de nuevo en paz. Había encontrado a un buen amigo. Y es que él era la cuestión de toda mi confusión. ¿Por qué no era capaz de sentirme bien estando alejada de él? Era una horrible sensación que no me dejaba en paz.

Decidida a distraerme tome mi laptop y abrí mi correo electrónico encontrando un mensaje de mi hermana. Era corto, preciso y doloroso.

DE: Rosalie Swan

PARA:Isabella Swan

ASUNTO: YA NO SE PUEDE CONFIAR EN NINGUN SER HUMANO.

ERES DESPRECIABLE. SOLO TE DIRE UNA COSA, SI TU NO QUIERES SABER NADA SOBRE TANYA, YO NO QUIERO SABER NADA SOBRE TI.

ROSALIE

LOS ANGELES, CALIFORNIA

Suspire, por enésima vez en el día, dejándome caer en el respaldo del sofá. Ya había perdido la cuenta del número de suspiros que habían salido de mis labios.

Debí suponer que tanya no se quedaría callada. Aunque, ahora que lo pensaba, siempre tuvo esa actitud. Ella siempre se sintió nuestra hermana, aunque yo la había querido también de esa forma. Pero, ¿era la idea de decir que era una de las Bracho o lo era por el cariño? Es decir, que quizás ella amaba el "título nobiliario" más que decir que los sentimientos. Hacía que me cuestionara si de verdad era tan pequeña e indefensa como trataba de hacernos ver. ¿Qué ser humano en su sano juicio intenta manipular y poner como enemigos a una familia?

De nuevo confirmaba la idea de que no quería que Tanya supiera algo de mi amistad con Edward. Era capaz de poner a mi hermana en mi contra y también era capaz de intentarlo con él, pero yo no pensaba correr el riesgo. En referencia a mi hermana, si ella no quería hablarme, yo tampoco lo haría. Por primera vez no le rogaría, pero tampoco le mencionaría nada a mama, no era tan desalmada como para querer lastimarla con los berrinches de su hija pequeña.

Cerré unos minutos mis ojos frotándome las sienes. Era una persona que se preocupaba por todo el mundo. Me importaba que los seres que quería estuvieran bien. Se sentía bien cuidar del bienestar de los demás. Pero ya necesitaba mimarme un poco a mí misma. Sacudí la cabeza, ingenua, eso jamás pasaría. Siempre estarían los demás antes de mí.

Mire el reloj y apague mi computadora. Me levante del sillón y tome mi chaqueta y una manzana. Debía encontrarme con Alice para tener un ensayo del showcase. Antes de cruzar la puerta me mire un segundo en el espejo, prefabricando una pequeña sonrisa y acomodándome mi cabello.

Sali con la idea de que quizás era ingenuo soñar con pensar en mi misma antes que los demás, pero soñar no costaba nada. Y eso a mí me encantaba.

Cuando regrese a la habitación me sentía demasiado cansada, quería un baño relajante y platicar con cierto niño serio. Tome mi teléfono y me tire sobre la cama dispuesta a llamar a mi amigo, el teléfono sonó varias veces y después me mando a buzón de voz. Entre al baño y comencé a desvestirme mientras esperaba que el me regresara la llamada. Cosa que no sucedió. Volví a llamarlo y ocurrió lo mismo, así que decidí mandarle un mensaje de WhatsApp.

Hey, te llamo y no me contestas. Espero estés bien, llámame

Deje el teléfono sobre la cama y me metí a bañar, dispuesta a relajarme. Aún tenía que ir a comer para después tener una conferencia de prensa, pero iba con tiempo de sobra.

Quise pensar que mi amigo estaba demasiado ocupado atendiendo niños pequeños aunque esperaba tuviera 3 minutos para decirme "estoy bien, ocupado". Tan solo eran tres palabras pequeñas que no le quitaban el tiempo a nadie, además eso haría que esperara hasta más tarde, porque no tenía la más mínima idea de la diferencia horaria que había entre Chiapas y México.

Los arreglos para la presentación del día siguiente iban geniales. Únicamente hacía falta que yo escogiera una canción con la cual me identificara. Aun no sabía qué hacer con eso.

Salí del baño y fui directamente al teléfono, el mensaje había sido "visto" pero no había respuesta. Volví a llamarlo pero seguía sin contestarme. Este idiota que se creía ¿Qué podía dejarme en visto y yo no iba a decir nada? ¿Quién dejaba a la princesa en visto y sobrevivía para contarlo? Me senté en la cama subiendo las rodillas y abrazándolas a la altura de mi pecho. No le rogaría, me negaba.

En ese momento tocaron a la puerta, estaba segura de que era mi amiga, aun así no conteste. Volvieron a tocar y segundos después escuche abrirse la puerta. Intente recomponer mi expresión a una de tranquilidad, pero, Alice era demasiado intuitiva.

-¡Hola! Pensé que te estabas bañando- me sonrió y después me miró fijamente- ¿Sucede algo?

-no- mentí negando con la cabeza- Solamente estoy cansada, supongo que la falta de práctica.

-exacto, se debe a la poca practica y a los muchos frapuccinos- sonreí mientras ella se acercaba al tocador y tomaba mi cepillo para después acercarse a mí y sin preguntar comenzar a cepillarme el cabello. Su acción hizo que mi corazón se sintiera como una pasita.-Me gustaría que me tuvieras confianza.

-Eres mi mejor amiga, te tengo confianza- replique- es solo que…nada.

- ¿ya escogiste la canción que cantaras? – negué con mi cabeza son responderle. Si hace rato no se me ocurría nada, ahora menos.

-¿Qué sucede?- volvió a preguntar sin dejar de cepillar con suavidad mi cabello.

- Discúlpame por cómo me comporto contigo últimamente, es solo que estoy muy confundida.

-Vuelo a preguntar, ¿Qué sucede?- la mire y ella me sonreía tiernamente. Con su expresión me decía que todo estaba olvidado.

-No estoy deprimida, estoy confundida, mi cabeza es un torbellino de ideas y emociones.- quería llorar- Hay algo que no me deja vivir tranquila y me niego a pensar en lo que es.

-¿tiene que ver con Edward, verdad?- pregunto y asentí.

-Ese es un idiota, no quiero saber nada de el- jugué con el cordón de la bata de baño que tenía puesta - le llamo y no me contesta. ¿Quién se cree?

-Pienso que se cree un ser humano, libre, soltero y sin ningún compromiso contigo- eso hizo que en mi cabeza se encendiera una hoguera y me enfureciera. ¿Qué me estaba sucediendo?

Volví a tomar el teléfono y de nuevo le llame, con el mismo resultado.

Mi amiga tenía razón, él era un hombre libre, soltero y sin compromisos. Seguramente estaba con una mujer guapísima y sin torbellinos en su cabeza. A lo mejor y me mintió y no estaba trabajando, solo que no quería que yo lo estuviera molestando. Claro, y yo como idiota llamándole hasta el cansancio por teléfono. Tome el teléfono y lo llame dispuesta a decirle todo lo que se merecía, sin embargo, volvió a mandarme a buzón.

-¿Sabes qué?- mire a mi amiga y después me levante de la cama - voy a vestirme y vamos a comer algo porque aquí encerrada me voy a volver loca.

No deje que replicara nada, me di la vuelta y entre al vestidor. Me puse unos jeans, una blusa holgada color cereza y unos tenis. Mi amiga ya me había cepillado mi cabello así que solo me coloque un poco de crema para peinar. Tome mi abrigo, unos guantes y mi bolsa y regrese con mi amiga, quien me miraba fijamente con su bolsa en mano.

Bajamos en el elevador y me puse mis lentes negros, suspire con tranquilidad al ver que los fans se habían ido. Decidimos caminar hacia una pequeña plaza cerca del hotel.

No me molestaba el cariño que mis fans me profesaban, pero a veces, quizás sin querer, rompían esa pequeña línea que decía que yo era un ser humano, tan mortal como ellos.

Soplaba el aire frio y por primera vez lo agradecí, necesitaba aclarar muchas ideas.

-¿Qué tal las cosas con Jessica?- pregunto mi amiga en un intento por hacer conversación.

-Bien- sonreí pensando en la loca de mi asistente.- resulto ser más eficiente de lo que parecía, lo único malo es que le gusta meter su nariz donde nadie la llama.

-Escuche que la dejaste trabajando- rio- eres mala.

-No soy mala- secunde su risa- pero alguien debía hacer el trabajo mientras yo no estaba.

Guardamos silencio por unos minutos. Caminamos mientras yo miraba las tranquilas calles, mirando el cielo azul, sacudido por el frio viento. Pasados algunos minutos comencé a caminar un poco más lento, hasta que me detuve y me hice a un lado. Permitiendo pasar a la persona que me clavaba la mirada en la nuca. Sin embargo, no había nadie. Mi amiga me pregunto qué pasaba pero sacudí la cabeza, negando en silencio. Retome mis pasos pero a los pocos segundos volví a sentir esa sensación de mirada penetrante en mi nuca. Me detuve por un minuto. Me gire pero no vi a nadie.

-¿Sucede algo?- pregunto mi amiga de nueva cuenta y negué con la cabeza.

-No, vamos.

Continuamos caminando hasta sentarnos en una mesa fuera de un restaurante. Volví a sentir la mirada, me gire por tercera vez pero de nuevo no vi a nadie. Solo personas reír y caminar disfrutando que no llovía. Una mesera nos tomó la orden de unos frapuccinos y unos panques.

-¿Quieres saber una cosa?- le hable a mi amiga. Me miro y asintió- En las últimas semanas mi vida ha dado giros inesperados, pocos, pero los suficientes para replantearme ciertas cosas.

-¿Te refieres a Tanya y Rosalie? – Pregunto y asentí.

-Si pero no solo a ellas, a todo – suspire.

En las últimas semanas me había planteado sobre los amigos y enemigos, sí, pero también sobre las prioridades tanto personales como laborales de mi vida. Eso era lo que tantos dolores de cabeza me estaban causando. La música poco a poco dejaba de ser algo importante, en cambio alguien estaba pasando a ser de suma importancia y así se lo plantee a mi amiga.

No era que quisiera dejar de hacer música, pero a mis 27 años, me sentía estancada. Nada estaba avanzando y yo seguía siendo la mama de los pollitos que quería sobrellevar su vida personal, artística y aparte cuidar a todas las personas que me rodeaban. Pero dentro de todo, había algo claro y asi lo quería mantener, y era que entre la arquitectura y la música, prefería hacer una pausa a la música y avanzar en la arquitectura.

Dentro de mi carrera como arquitecta tenía muchas metas, las cuales tenia pausada. Quería ser reconocida por mi trabajo como arquitecta, así como establecer mi propia empresa. En cambio dentro de la música, la meta que me plantee ya había sido cumplida, era crearme un pequeño lugar dentro de la música. Pero sabía que, entre la música y mi trabajo estable, era más perdurable la arquitectura. La música hoy podía triunfar y mañana no tener nada.

¿Sigues con la idea de pausar la música?- asentí.

Al día de hoy no he podido crear nada nuevo, además, eso de vivir en secreto no es lo más cómodo.

De acuerdo – asintió – pero si vives en secreto es porque tú lo has querido, y sinceramente jamás he entendido el porqué.

Porque no quiero que mi vida se convierta en una bola de chismes, que la gente opine sobre mi vida personal y en ese sentido las cosas me han funcionado. Pero también en lo personal he querido que los seres que me rodean vivan con la tranquilidad de que convivamos juntos, podamos salir sin necesidad de escondernos.

No te voy a mentir, todo esto me suena a que quieres una vida en pareja, pero no hay nadie a tu lado.

Esa era otra de las cuestiones. Mi vida personal. Sentía que al día de hoy solamente vivía por mi trabajo y por mi mama, cosa que no me pesaba. Pero quería un poco de tiempo para mí y ver si algunas ideas locas, que flotaban en mi cabeza, lograban surgir.

A lo mejor piensas que estoy loca- tome de mi café- quiero avanzar, en lo laboral lo estoy logrando pero como mujer, no.

Nos quedamos en silencio durante algunos minutos mientras una gran verdad luchaba por salir de mi boca. Hasta que no pude más, estaba dispuesta a decírselo. Pero algo me detuvo. De nuevo la sensación de que era observada. Esta vez no me gire.

Necesito que me ayudes – le dije a mi amiga y esta me miro.- disimuladamente mira a mis espaldas. Debe de haber alguien mirándome.

Eres famosa – lo dijo como si fuera obvio – cualquiera que te reconozca te mirara.

Estoy hablando enserio, no me deja la sensación de que me miran fijamente.

Mi amiga observo a mis espaldas, por el reflejo de sus lentes pude ver que no había absolutamente nadie. Aun así, espere.

No - negó con su cabeza- no hay nadie, pero si quieres mejor vámonos al hotel.

Asentí. Era muy molesta la sensación. Pagamos y regresamos en silencio al hotel. Volví a encerrarme en mi recamara y de nuevo saque el teléfono. De nuevo insistí durante varias ocasiones, pero nada, no había respuesta.

Avente el teléfono molesta sobre la cama, mientras yo me puse a dar de vueltas alrededor de la habitación. Mi cabeza era un caos, por un lado me molestaba pensar que quizás me estaba ignorando a propósito, pero poco a poco comenzó a surgir otra idea. La de que quizás le había sucedido algo, que por eso no contestaba el teléfono. Esa idea me puso mucho más nerviosa. Él estaba completamente solo en un lugar que no era su hogar. ¿Y si le había sucedido algo? Quizás se cayó y se golpeó la cabeza. Nadie lo conocía. ¿Por qué no contestaba el teléfono? Su teléfono tenia pila porque la llamada entraba. Así que estaba descartado el que no tuviera señal. ¿Entonces porque no contestaba? estaba tratando de no perder la calma pero me estaba constando demasiado.

Siempre me he definido como alguien arrebatado que no piensa antes de actuar. Así que no me extraño cuando tome mi bolso y mi teléfono. Revise que mi visa y mi pasaporte estuvieran dentro y me puse mi chamarra dispuesta a salir hacia el aeropuerto. Tenía que ser capaz de encontrar un vuelo que me llevara de Canadá a Tuxtla, Gutiérrez, Chiapas. En algún momento recuerdo que fui y ahí estaba el aeropuerto.

Justo en ese momento, como si la hubiera invocado entro mi amiga a la habitación. ¿Tan concentrada o distraída estuve que no la escuche tocar?

Veo que te estas preparando - sonrió – tenemos la conferencia de prensa.

Me voy – le informe sin mirarla, solo veía que todo lo necesario estuviera en mi bolsa. – Regreso mañana, tú no te preocupes.

¿A dónde crees que vas? – cerré los ojos al escuchar su tono de molestia.

Voy a Chiapas.

Tú no puedes ir a ningún lado – afirmo – tú tienes una conferencia de prensa

Yo no puedo estar aquí- replique – Edward no me contesta el teléfono, le pudo pasar algo y está solo.

¿Qué carajos te sucede? – pregunto a gritos. Aunque pudo quedarse afónica y poco me habría importado.

¡Edward desapareció! – grite - ¡Edward desapareció!

¿Qué tonterías estas diciendo?- pregunto – En todo caso, a ti que más te da, tienes una conferencia de prensa y después descansar para mañana.

Creo que me gusta alguien- confesé y ella me miro sin expresar nada. Yo me apresure a hablar- no estoy enamorada, aunque quise a mi ex, este ser humano me gusta físicamente y en su forma de ser también me comienza a gustar, quizás más de lo que quiero admitir.

¿y eso que tiene que ver con lo que estamos hablando?- pregunto aun en tono molesto. Me desespero las vueltas que le daba a las cosas.

-Ok – inhale y exhale profundamente – creo que Edward me gusta.

¿Qué?- pregunto con una extraña mueca.

Me gusta Edward. Físicamente me parece muy guapo, sus ojos, su cabello, sus manos son tan grandes. Pero en su forma de ser también, es noble, es interesante, es tan distinto a mí.

¡Has perdido la razón! ¿Te volviste loca? Es un completo extraño en tu vida. No sabes de donde carajos salió.

Sé que tiene dos hermanos, su padre es contador y su madre es ama de casa. Además no es como si me estuviera casando con él. Pero estoy segura que le diré lo que siento.

¿Desde cuándo te pones en charola de plata que yo no me entere? – su comentario me hizo reír.

Quiero pedirle una oportunidad, podemos ser felices juntos.

Yo pensé que estabas bien, pero creo que este viaje fue un error. – sacudió la cabeza – estas desquiciada.

¿Por qué? Estoy loca solo porque quiero ser feliz, quiero disfrutar con un hombre.

¡Un hombre que no conoces!

Lo repito, no me estoy casando con él, encontré a mi chico de ojos grises- bromee y rodo los ojos bufando. – te estoy hablando enserio, quiero intentar las cosas con él, aventarme a esto desconocido.

Vamos a hacer una cosa – inhalo y exhalo mientras yo sacudía la cabeza desesperada porque me dejara salir. Tomo mis manos en un intento de llamar mi atención. - vas a salir y vas a dar esa conferencia de prensa- negué con la cabeza.- Escucha porque es la única manera en que lograras que te permita salir de aquí.

Ok, salgo y doy la conferencia de prensa. ¿y luego?

Mientras yo te consigo un vuelo de ida y vuelta a Chiapas. Y damos tiempo a que tu niño bonito de señales de vida. – pensé por unos instantes en su propuesta y me di cuenta que era mi mejor opción, además, como ella misma decía, daba tiempo a que "mi niño bonito" diera señales de vida.

De acuerdo – asentí – pero la conferencia será corta y precisa.

Asintió y suspire. Salimos las dos hacia la sala de conferencias. Iba tan concentrada en lo que estaba sucediendo, en mis palabras, que me sorprendió cuando me vi frente a mínimo 10 cámaras, sola. Los camarógrafos me esperaban. Me gire hacia mi amiga y ella se había quedado atrás, me hizo señas, indicándome que sonriera mientras ella estaba al teléfono.

La conferencia de prensa fue corta. Los reporteros me preguntaron sobre mi estado de salud, como veía Canadá, si estaba cómoda, si tenía pensado comenzar alguna gira o algún proyecto musical. Fue en ese momento que me gire de nuevo hacia mi amiga, preguntándole el silencio si era bueno decir que haría una pausa en mi carrera, ella, adivinando mis intenciones, negó. Sonreí y no agregue nada más. En realidad fueron bastante tranquilos, me preguntaron sobre cosas sin importancia.

Cuando termino la conferencia busque a mi amiga, me despedí de todos y Salí en busca de ella. Como no me di cuenta de cómo había llegado, no sabía cómo salir. Intente respirar profundo y camine hacia una puerta. Llegue a un pasillo bastante solo y largo. De esos que te encuentras en las películas de terror. Entre y comencé a caminar hacia donde me pareció escuchar ruido. Debía aceptar que me encontraba susceptible, cosa que no ayudo el escuchar que alguien se movió detrás de mí. Al principio me encogí de hombros, quizás los reporteros también estaban abandonando la sala, eso me hizo sentir confiada y continúe caminando. Me gire para asegurarme pero no había nadie. Volví a caminar y después de nuevo escuche que alguien se movió. Me gire de nuevo y vi como una sombra se había movido, pero no pude ver a nadie. Me quede unos segundos ahí, sin moverme, mientras pensaba si debía regresar por donde había venido o debía continuar.

-¿Quién anda ahí? – pregunte. No hubo respuesta.

Me comencé a sentir más nerviosa, así que decidí continuar casi trotando. Después de unos segundos volví a escuchar los pasos de alguien. No me gire, solo moví un poco mi cabeza mientras reducía la velocidad de mis pasos. Esta vez pude ver la sombra de un hombre detrás de mí. En ese momento mi teléfono vibro en la bolsa de mi chaqueta. No lo pude evitar, di un grito ahogado.

Hello! – respondí con voz ahogada. Nadie hablo, solo respiraba en la línea. – Who's Calling?

Colgaron. Segundos después el teléfono volvió a vibrar en mi mano.

Hello! – respondí a gritos. Ahora la persona que llamaba bufaba del otro lado de la línea... – Who's Calling?

¡Estás loca! – grito Edward del otro lado de la línea. Se escuchaba furioso - ¿Acaso eres una acosadora?

Escucha…-

¡no, escucha tú!- grito y de nuevo alguien se movió a mis espaldas. Más cerca. Grite y corrí hacia el final del pasillo. Di vuelta en otro pasillo y después en otro. Inhale fuertemente cuando llegue al elevador. Volví a poner el teléfono en mi oreja. Miraba hacia todos lados, no había nadie. - ¡…ola!

Aquí…estoy- estaba jadeando, no lo deje hablar, ni siquiera me di cuenta el momento en que mis jadeos pasaron a ser sollozos. Afortunada y desafortunadamente no había nadie a mí alrededor. – Alguien…Alguien me… alguien me estaba siguiendo.

Durante unos segundos solo escuche silencio, fueron los suficientes para que mirara si se había cortado la línea.

¿Estás bien? – preguntó en voz baja. Parecía que se estaba conteniendo para no explotar. Si, sus explosiones ya las iba conociendo.

Si – solloce dentro del elevador. – alguien me ha estado siguiendo todo el día.

¿Cómo lo sabes? – pregunto aun en su tono de furia contenida.

Hoy cuando fui a comer sentí alguien siguiéndome.

¿Entonces que carajos estabas haciendo sola?- exploto - dijiste que no ibas sola

¡Deja de gritarme! – llore – vine con Alice pero se me perdió, no la encuentro. Además no tienes nada que reclamarme, porque yo…

¡Porque te comportaste como una mugrosa acosadora! – volvió a gritar más fuerte.- yo te dije que te iba a llamar.

¡Pero no lo hiciste! – grite cuando las puertas del elevador se abrieron. Salí, di unos cuantos pasos y me gire cuando escuche el otro elevador abrirse, era mi amiga. Me miro preocupada y le señale el teléfono. Asintió y me permitió caminar a mi habitación. Momentos antes de entrar me detuve. – Espera. – le dije a mi amigo. Bufo pero asintió.

¿Dónde estabas? – le pregunte a Alice.

En la sala de conferencias pero te saliste por otra puerta- gemí y escuche un bufido del otro lado de la línea. Edward también musito en tono sarcástico "genial". Estaba escuchando mi conversación.

Alguien me está siguiendo Alice.- volvieron a rodar lagrimas por mis mejillas – me dio mucho miedo.

¿otra vez con eso? – pregunto mirándome preocupada. Quería pensar que era por lo sucedido y no estaba considerando encerrarme en un manicomio.

Estoy hablando enserio – sollocé – Salí de la sala de conferencias y… comencé a sentir que alguien me seguía…entonces me gire y no había nadie… continúe caminando y…después…sentí como había una sombra detrás de mí… después Edward me llamo pero colgó y después volvió a marcar.

"yo no te marque y colgué" – musito Edward del otro lado de la línea.

¿no fuiste tú? – le pregunte preocupada. Mi amiga escucho.

No te preocupes, yo me encargo de que a ti no te suceda absolutamente nada – afirmo con seguridad. – voy a hablar con la seguridad del hotel.

Asentí. Con sus labios, sin hacer ningún sonido, me dijo "fíjate lo que sale de tu boca". Volví a asentir y se dio la vuelta y se fue.

Ya regrese. – murmure en voz baja. Me sentía bastante agotada. – ¿en verdad tu no llamaste y colgaste?- agregue lo segundo en voz baja mientras entraba a la habitación. El escucho como abría la puerta.

Fíjate que no haya nadie extraño antes de que cierres la puerta. – me pidió en un tono más tranquilo. Por primera vez hice lo que me dijo. No había nadie. Esta vez cerré con llave. – ya te dije que yo no te llame. Ahora ¿en qué carajos estabas pensando al atormentarme con tus llamadas telefónicas?

Escucha…- musite pero no me dejo hablar, me sentía agotada.

¡No! – grito – escucha tú, no tienes ningún derecho a querer acribillarme de esa manera.

Yo pensé…- intente de nuevo pero tampoco me dejo hablar.

Me importa poco lo que hayas pensando- grito- ¿acaso estás loca? ¿eres una maniática? Estoy trabajando.

¿ya acabaste?

No lo deje hablar, Colgué y tire el teléfono y la chamarra sobre un sillón.

Me desnude y me puse un pantalón, y una sudadera de piyama. Apague la luz y me acosté a dormir. Cerré mis ojos y deje que las lágrimas brotaran como un rio acaudalado. Sentía mi mente agotada, era de esas ocasiones en que quieres que tu mente se apague pero se enciende aún más.

Tenía miedo, mucho miedo del estúpido acosador de hoy. Al principio lo había olvidado, pues dentro del hotel me sentí más segura, pero el sentir que estaba dentro del hotel me hizo temblar. Estaba muy arrepentida de este viaje.

Después llore por el estúpido de mi amigo. Estaba de acuerdo en que había reaccionado de manera exagerada, pero su forma de atacarme esta vez me dolió. Yo solamente me preocupe por el como tantas veces lo he hecho con mis amigos y con mi propia familia.

Decidí dar marcha atrás con mi decisión de decirle mis sentimientos, no quería que me volviera a agredir de la manera en que lo había hecho hoy. Pero obviamente pondría un poco de distancia hacía con él. Yo mimaría mi corazoncito y me permitiría olvidarme de él.

Mi teléfono vibro y la lucecita se encendió pero decidí ignorarlo. Me di la vuelta en la cama, alejándome de la tentación y trate de nueva cuenta que mi cabecita se apagara. Después de lo que fueron minutos u horas, no lo sé, logre quedarme dormida.

Casi cuando caía en la inconciencia mi mente hizo clic en algo muy extraño. La persona que me estaba siguiendo, lo conocía y el me conocía a mí. Era él quien me llamo antes de que lograra comunicarme con Edward.

A la mañana siguiente me despertó el sonido de alguien que tocaba. Recordé lo de anoche y automáticamente me puse alerta.

¿Quién? – pregunte sin acercarme del todo a la puerta.

Servicio a la habitación – respondió una voz de mujer.

Yo no he pedido nada – replique.

Yo no sé señorita, me pidieron que se lo trajera.- Después se escuchó que hablaba con alguien.

Amiga – llamo mi amiga. – Ábreme, solo estoy yo, yo pedí que te trajeran el desayuno. – Me acerque a la puerta y abrí la puerta permitiéndole pasar con el carrito de comida.

Lo siento, estoy un poco susceptible. – me sonrió y me hizo un gesto con su mano, haciéndome saber que no pasaba nada.

Anoche te mande un mensaje, hable con la seguridad del hotel y del evento y me aseguraron que te van a cuidar como sombras, tú no tienes nada de qué preocuparte.

Me alegro. – le sonreí antes de entrar a darme un baño.

Hoy tenemos la mañana libre y al medio día prueba de sonido para después arreglarte y dar el show. Tenemos el vuelo a las 8:00 pm. – me dijo en voz alta, la escuche mientras me bañaba y después me cambiaba.

Está bien- suspire mientras me sentaba a comer. Me miro, cuando le regrese la mirada ella hablo.- hace unos minutos vibro tu celular.

Me encogí de hombros y comencé a comer.

¿Qué sucedió? – me pregunto en tono amable. - ¿hablaste con él? – asentí.

Nada, solamente que tenías razón.- respondí en voz baja.- está mal que yo me fije en alguien.

No te rindas así, Querida. – tomo mi mano y me sonrió cuando la mire. – eres alguien que vale mucho la pena. Además yo jamás dije que estuviera mal que te fijaras en alguien.

No, pienso alejarme de él.- suspire.- no quiero arriesgarme.

El que no arriesga, no gana.- Me recordó. Suspire ¿acaso no decía que estaba loca por querer hablar?

No sé, al menos hoy, no pienso averiguarlo.

Yo opino que te tomes las cosas con calma, solo eso. Ya pensaremos en algo.

Terminados de desayunar y me dejo sola para que revisara mis llamadas y mensajes. En efecto, tenía un mensaje de Alice diciéndome que descansara tranquila, que tenía seguridad resguardándome. Más tarde y hoy en la mañana tenia mensajes de Edward.

Primero me llamas como loca, después me cuelgas. Eres una caprichosa...

Ese era de anoche., hoy en la mañana tenía otro mensaje

Buenos días Bonita. Espero tengas muy bonito día y que tu amiga te cuide como es debido.

Más tarde había llegado otro, por la hora, era cuando me dijo Alice.

espero ya estés despierta, flojita. ¿Ya desayunaste? Yo voy a ir con unos compañeros, llámame y platicamos.

No se imaginan como mi corazoncito hizo boom, boom, cuando leí eso de "bonita". Aun así detuve mis manos y no lo llame. Y no fue por orgullo, esta vez no fue así, simplemente necesitaba marcar una pequeña distancia.

Decidí sacar mi ipod y salir a la terraza a escuchar un poco de música. Puse la canción de te vi venir de "Sin Bandera"

Aún ni siquiera te tengo
Y ya tengo miedo de perderte, amor
Que rápido se me ha clavado
Que dentro todo este dolor.

Es poco lo que te conozco
Y ya pongo todo el juego a tu favor
No tengo miedo de apostarte,
Perderte sí me da pavor.

De lo único que estaba segura era que no lo veía como un capricho. Había aprendido a valorar los pocos momentos que habíamos compartido juntos. Lo apreciaba de verdad, poco a poco mi imagen de él iba pasando de lo físico.

En ese momento sonó mi teléfono, lo mire y era mi mama. Parecía que tenía un don para saber cuándo necesitaba hablar con ella.

- hola – conteste.

- estoy en el trabajo, así que te llamo de rápido – me sorprendió – es que si no te digo, se me va a olvidar

- entonces dime – solté una risita.

Me aviso de un evento muy interesante y que me gustaba mucho. Contándome que iría con su compañero de trabajo. Cuando la conversación se profundizo un poco tuvo que encogí de hombros y me disponía a volver a encender mi Ipod, cuando el teléfono volvió a sonar. Era Edward. Preferí no hacerme del rogar y contestar.

Hola – respondí con voz aparentemente tranquila. Conecte mi ipod al reproductor que tenía para que la música continuara sonando de fondo.

Hola, ¿Cómo estás?- pregunto

Bien – hasta yo me di cuenta de lo escueta que soné.

¿ya desayunaste, caprichosa?

Si – respire e intente no ser tan cortante. – fruta y pan tostado.

Tú no sabes lo que es un desayuno sustancioso – rio pero yo no. suspiro – sigues molesta

No

En ese momento cerré los ojos cuando reconocí los acordes de la canción.

A varios cientos de kilómetros
Puede tu voz darme calor igual que un sol
Y ciento como un cambio armónico
Va componiendo una canción en mi interior

Sé que seguir no suena lógico
Pero no olvido tu perfume mágico
Y este encuentro telefónico
Me ha recordado que estoy loco por ti

Caprichosa, yo no estoy acostumbrado a rendirle cuentas a nadie – me explico y yo asentí sin responder, escuchándolo a él y a la canción. tenía que ser justamente "kilómetros"

¿nunca has sabido que a la princesa siempre se le contesta el teléfono?- respondí en tono prepotente.

¿es prepotencia o quizás estabas preocupada? – ¿su tono era burlón?

Si acaso te estas burlando de mí, déjame decirte que te has equivocado de persona

Amaneciste de mal humor – gruño – te bromeo y te molestas, me burlo de ti y también.

Pues sí, estoy de mal humor, estoy dolida porque yo te llame y ahí voy toda tonta preocupándome por ti y ¿Qué es lo que haces? Claro, te molestas y te burlas de mí y aparte me dices…

-discúlpame – me interrumpe – me doy cuenta de que eres alguien que se lo toma demasiado a pecho.

Cuido a las personas que me importan. – musite y él se quedó en silencio durante algunos segundos. Decidí cambiar de tema. – dime bipolar.

¿bipolar? – rio y después dijo en tono sarcástico. – sería una gran mentira. ¿esta vez porque eres bipolar?

¿tienes algo que hacer el próximo domingo? – pregunte y no respondió – te diría que antes, pero sinceramente tengo muchas cosas que hacer antes del domingo.

¿Puedo preguntar el motivo de tu pregunta?

¡No! – grite riendo – es sorpresa. Dime que si puedes o te odiare.

Tú me odias cada cinco minutos – replico. – trabajo hasta medio día.

¡eso es genial! Así que te voy a pedir que ese día no lleves tu coche y voy por ti a tu trabajo.

Dime que estas planeando. – pidió. En ese momento tocaron a la puerta y sin esperar respuesta entro mi amiga.

Ahora sonaba la canción de "sirena" y ella comenzó a bailarla.

Te va a gustar y no, no te diré cuál es el plan. – bufo pero musito un "está bien"

¿Qué está sonando? – pregunto del otro lado de la línea.

Música según mi estado de ánimo. – reí – ahora es sirena…

"Sin Bandera"- completo – me encanta ese grupo.

¿enserio? – reí y mi amiga se giró a verme – pues ahora mismo tengo a mi mejor amiga bailándola sobre mi cama.- reí y el también. Mientras mi amiga gritaba ofendida pero después continuo bailando.

hey esa es "Nada fue un error"- grito mi amiga cuando cambio la canción. – es una lástima que debamos irnos. Tenemos junta.

Creo que esa es mi frase de salida – hablo Edward del otro lado de la línea – esta semana tendré mucho trabajo así que nos vemos el próximo domingo.

Edward – lo llame antes de que colgara mientras tomaba mi bolso y un disco que le di a mi amiga – cuídate mucho y nada de pretextos de que me cancelas.

Lo prometo, te mando un beso, bonita. – colgamos. Yo con una tonta sonrisa en mi cara.

Cuando la mire tenía una extraña mueca en su cara, sin embargo, no hice caso. Salimos y yo mire hacia todos lados antes de caminar. Segundos después me asuste horrores, cuatro guarda espaldas me custodiaban en silencio. A pesar de eso no exprese nada. Simplemente camine en silencio hasta llegar a la puerta del hotel donde nos esperaba una camioneta.

Arreglaron las cosas – aseguro mi amiga y yo asentí.

No tuvo oportunidad de preguntar nada más pues en ese momento dos guardaespaldas se subieron en la parte de delante de la camioneta. Me gire y una igual a la que nosotras íbamos pero en blanco, nos seguía en la parte de atrás.

Llegamos al lugar y ya había decenas de fans en la puerta, me acerque a ellos y nos tomamos algunas fotografías junto con algunos autógrafos. Había algunos reporteros, los cuales me preguntaron sobre mis guardaespaldas, quieres aguardaban a unos metros de mí, no di mayores explicaciones que asegurar que era por seguridad.

Entramos y comenzamos la prueba de sonido, en la cual me pidieron que escogiera la canción con la cual iniciaría y que creía, me identificaba. Le recordé a mi amiga sobre el disco que le entregue en el hotel.

Vimos el reloj y la hora de arreglarme había llegado.

Fuimos al camerino. Ahí mi amiga era la encargada de que yo estuviera perfecta. Me coloque un palazzo/ vestido pantalón color cereza de manga corta. En la espalda y en el escote eran cerrados. Esto junto con unos tacones plateados. El maquillaje muy sencillo, más enfocada en los labios. Mi cabello solamente lo ondulamos e hicimos el fleco hacia un lado. Estaba lista.

Mi amiga se fue durante unos minutos para revisar que todo estuviera perfecto. Regreso unos minutos después y me dijo que todo estaba listo. Segundos antes de llegar al escenario mi celular vibro. Era un mensaje de Edward. Le pedí a mi amiga que se adelantara unos minutos mientras respondía. Asintió y salió dejándome sola.

salgo para México, caprichosa. Ansioso e intrigado porque llegue el próximo domingo. Cuídate mucho y avísame cuando regreses. También eres importante para mí, bonita

Sonreí como una tonta.

cuídate y avísame en cuanto estés en tu casa. Te divertirás, te lo aseguro. Conocerás algo nuevo de mí. Soy una linda caprichosa, obvio soy importante, guapo. Te quiero

Dude unos segundos antes y encogiéndome de hombros, lo envié. La gran sonrisa nunca falto en mi cara. Levante mi rostro y vi a lo lejos a un hombre, con una gorra negra, pantalón de mezclilla y playera negra. Por un momento me pareció reconocerlo, pero cuando me distraje dos segundos, este desapareció. Inhale y exhale profundamente, agradeciendo que esto se terminara por un buen tiempo.

Cuando mi amiga se acercó a mí, le informe y le entregue mi teléfono, apagado segundos antes. Me dijo que no me preocupara, que avisaría a seguridad. La abrace y le agradecí el estar conmigo. Después entre al escenario.

La gente se comportó encantadora conmigo, platicamos, reímos, recordé que eso era lo bonito de aquella carrera, el estar en contacto con personas de distintos lugares y brindarles una sonrisa. Divirtiéndote con ellos. Cantamos algunas canciones. En cada oportunidad que tuve les agradecí su apoyo y el estar ahí, conmigo.

Después de casi dos horas llego el momento de culminar y cantar la canción con la cual me identificaba. En esos momentos me recordaba a mi amigo. Pues esta pelea por aquello desconocido, apenas comenzaba. Este era el primer round.

Quiero entrenar el corazon
a golpes fuertes de pasion,
porque en las cuerdas de mi amor
este round aún no termina.

Tu siempre vas contra reloj,
corres en cuenta regresiva;
temes perder frente al dolor…
deja fluir la adrenalina.

Quiero alcanzar la meta,
voy a noquearte hoy
y acelerar contigo en
un viaje de dos.

Hoy quiero vivir intensamente,
hoy quiero sentir lo que es ganar,
quiero competir contra el presente
y a tu lado estar.

Hoy quiero vivir siempre al extremo,
quiero ser tan solo la que soy,
enamorarme sin pisar el freno
con un gancho al corazon…
un gancho al corazon.

Velocidad, tu debilidad

Casi parece una ironia.

Un golpe bajo al corazón

Es el recuerdo que te guía.

Quiero alcanzar la meta,
voy a noquearte hoy
y acelerar contigo en
un viaje de dos.

Hoy quiero vivir intensamente,
hoy quiero sentir lo que es ganar,
quiero competir contra el presente
y a tu lado estar.

Hoy quiero vivir siempre al extremo,
quiero ser tan solo la que soy,
enamorarme sin pisar el freno
con un gancho al corazon…
un gancho al corazon.

Hoy quiero vivir intensamente,
hoy quiero sentir lo que es ganar,
quiero competir contra el presente
y a tu lado estar.

Hoy quiero vivir siempre al extremo,
quiero ser tan solo la que soy,
enamorarme sin pisar el freno
con un gancho al corazon…
un gancho al corazon.

Me despedí con muchos aplausos de parte de mis fans y entre de nuevo a la parte trasera del escenario. Me descoloco ver a mi amiga nerviosa.

¿Qué sucede? – pregunte - ¿hice algo mal?

¡no! – grito.- para nada, todo estuvo perfecto. Es solo que ya estoy cansada.- me encogí de hombros y decidí creerle.

¿Lograron atrapar al hombre que te dije? – pregunte y la mire pero evadió mi mirada.

No…digo si, solo un fan algo loco – se encogió de hombros y aparento quitarle importancia.

¿sucede algo? – parecía que esa era la frase de este viaje.

Si – asintió con demasiada efusividad – solo que no veo la hora en que acabe este viaje, estoy demasiado cansada. Mande traer las maletas del hotel, ya se nos hizo tarde.

¿te he dicho que eres una pésima mentirosa? – le pregunte pero aún me evadió.

No es mentira – miro hacia otro lado mientras inconscientemente se acariciaba el hombro, quizás si estaba cansada – te deje tu ropa en el camerino, voy a ver que todo termine bien para irnos.

No espero respuesta, se dio la vuelta y me dejo ahí sola. Entre al camerino y aun lado de mi ropa estaba mi maleta con mi bolso y mi teléfono encima.

Algo le había sucedido a mi amiga y no quería decirme. De nuevo empecé a hacerme ideas en la cabeza. Quizás el hombre venia armado y pensó atacar a mi amiga y hubo problemas. Yo espero que no. Agradecía que ya nos íbamos.

Cuando ya estaba cambiada con un lindo pants morado y el cabello recogido, tome mis cosas y me dispuse a salir de ahí. Me encontré a mi amiga un poco más tranquila y me ayudo a llevar las cosas al coche. Durante el camino al aeropuerto intente hacer un poco de platica pero pronto me di cuenta de que ella no tenía la menor intención de hablar. Durante el vuelo fue más de lo mismo. Me preguntaba qué había sucedido para que ella estuviera tan esquiva. En varias ocasiones le pregunte si estaba molesta y su respuesta siempre fue "no, solo estoy cansada".

Me sorprendió cuando decidió hablar en el taxi en dirección a nuestras casas.

- ¿Te puedo preguntar algo? – me gire y asentí - ¿las cosas con Edward, van enserio?

- Ya te dije que no pienso casarme con él en este momento.- respondí sorprendida por su pregunta.

- eso ya lo sé – rodo los ojos – ¿pero tú vas con seriedad o solo quieres alguien con quien jugar?

- no se en que momento cambio el concepto que tienes de mi – respondí molesta – pero te voy a decir que yo no soy de las que acostumbran jugar, si, voy totalmente enserio con él.

-¿quieres una relación seria?

-¿Qué sucedió durante el concierto Alice? – Pregunte sorprendida por sus preguntas – tengo la plena intención de que las cosas con Edward se den lo más serio posible, eso quiere decir que no descarto la posibilidad que dentro de muchos años me case con él. Pero ya no llevo prisa, o al menos no llevo el vestido de bodas en la cajuela.

Algo extraño sucedió, pude observar como mi amiga se relajaba y dejaba esa postura que había tenido todo el viaje. Sonrió un poco y me dejo en mi casa, de nuevo sin aclarar nada.

Entre a casa junto con todas mis cosas, era de madrugada. Decidí dejar todo en la sala para no hacer ruido y no despertar a mama. Fui a mi habitación y después de ponerme mi ropa de dormir, me acosté hasta caer en la inconciencia.

7 días nunca habían pasado tan despacio. Estaba feliz por mis planes del día. No pude hablar con mi amigo durante toda la semana porque gracias a nuestros viajes, el trabajo se había cargado de manera brutal sobre ambos. A eso le sume que mi plan telefónico tuvo problemas y durante toda la semana no tuve redes sociales. Eso obviamente con whatsaap.

Termine de bañarme cuando mi teléfono sonó. Era mi amigo Edward.

- tengo un problema- murmuro apenas conteste.

- ¿cual? Ni se te ocurra cancelarme.

- si fuera a cancelarte te lo diría. – Suspiro – mi hermana se me quiere pegar, es eso o que lleve a mi hermano.

- me siento quinceañera, enserio – reí - ¿Cuál es el problema de ir tu solo?

- Digamos que mi hermana tiene ciertos complejos extraños – bufo del otro lado de la línea la opción es que tu lleves alguna amiga a ese lugar extraño o que en verdad cancelemos porque no pienso llevar a mi hermanita.

- Llevare a Alice – sonreí, al final no me parecía tan mala idea. – quizás y hasta la hacemos de cupidos.

- al fin conoceré a la famosa "Alice" – rio satisfecho – me parece perfecta la solución.

- entonces nos vemos en el hospital a las 12:00 p.m – bufo pero asintió. Aun le molestaba que no lo dejara llevar su coche ni que le dijera a dónde íbamos.

Colgamos y le llame a mi amiga, no me sorprendió escucharla con voz adormilada.

-¿Qué quieres un domingo a las 10 de la mañana? –pregunto enfatizando la hora

- Necesito que me hagas de chaperona – reí – no sé qué raros complejos tiene la hermana de Edward, el punto es que necesito que me ayudes a que su hermano no sea el ombliguito de mi paseo.

- ¿quieres que la haga de nana? – Bufo y después de unos segundos respondió – de acuerdo, pero a cambio me das un día de descanso en el trabajo.

-¡Vamos! No soy la jefa – replique molesta – ándale, te divertirás.

- De acuerdo, no tengo otra opción.

-Hecho, paso por ti- estaba por colgar pero recordé – lleva ropa cómoda, vamos a caminar.

-¿Caminar con el calor que está haciendo? – Reí - ¡me debes una muy grande!

Colgamos y me vestí con mi blusa azul de manga a tres cuartos. Un pantalón color beige y mis zapatos con poco tacón color café. Me recogí mi cabello en una coleta. Me coloque más perfume del necesario y termine de arreglarme.

Baje a la cocina y prepare sándwiches de pollo y de jamón. En ese momento recordé que Edward jamás me regreso mi bolsa de comida. Tome una canasta de picnic y los metí ahí junto con varias botellas de jugo. Mire el reloj y ya eran las 11:10 a.m. tome mi bolsa y mi canasta y Salí, iba tarde pero afortunadamente mi amiga no vivía lejos de mi casa.

En cuanto mi amiga me escucho llegar salió, al parecer ya me estaba esperando. Lucia muy linda. Una blusa azul claro con un suéter de botones verde, pantalón de mezclilla y botas hasta las rodillas. Su bolsa era blanca con algunos detalles de flores, pequeña y tenía para colgarse a través del pecho. Subió rápidamente al coche y Sali en dirección al hospital. Mire el reloj y ya eran 11:30 a.m.

-hola – saludo cuando avance – pregunta. ¿Te le vas a declarar a este niño?

- no lo sé – ya lo había pensado – voy a ver como se dan las cosas, si veo que no es el momento, no.

Afortunadamente no había demasiado tráfico, llegue 12:05 y ellos ya me esperaban en la puerta del hospital. Ambas nos bajamos del coche, pero pude ver como mi amiga pasaba su bolsa para atrás.

Hola señoritas – nos saludó Edward penas nos acercamos. El vestía una camisa con el mismo diseño que mi blusa, llevaba pantalón de mezclilla oscuro y un saco café.

Hola –sonreí – lamento la tardanza.

Les presento a Jasper, mi hermano. - Lo mire. Lucía una camisa azul claro, pantalón de mezclilla y una chamarra de piel junto con zapatos negros. Se me hizo conocido.

Ya conocía a Isabella – sonrió y lo reconocí, era el chico con el que estaba cuando conocí a Edward.

¡claro! – sonreí – eres el chico galante.- reí y ellos lo hicieron conmigo. Me gire hacia mi amiga y ella miraba fijamente a Jasper.

Bueno les presento a Alice. – mi amiga sonrió.

Al fin conozco a la famosa Alice – se acercó Edward y le dio un beso en la mejilla.

¿Bueno pues ahora podemos saber a dónde vamos? – pregunto Jasper y todos me miraron.

No – negué con mi cabeza – lo que si les puedo decir es que se quiten esos sacos o morirán de calor. Ahora, yo manejo.

Camine de regreso a mi coche y me subí al volante activando las puertas para que los demás subieran. Observe como les sorprendió que mi amiga se subió en la parte de atrás, sin embargo, Jasper se subió atrás con ella y Edward a mi lado.

Alice, no era necesario – le dijo Edward y ella se encogió de hombros.

Voy más cómoda así, no te preocupes. – sonrió y salimos en dirección a nuestro paseo.

Tengo una idea – sonreí mirándolos a todos.

Tus ideas me dan miedo – replico mi amiga y todos rieron a mis costillas.

Es enserio. Vamos a jugar los 4 a las 20 preguntas.- reí al ver sus caras de aburrimiento – y como a mí se me ocurrió yo empiezo. ¿Cuál es su nombre completo? El mío es Isabella Marie Swan

Edward Anthony Masen Cullen.

¿te llamas Anthony? – pregunte incrédula, su nombre sonaba demasiado raro.

Esas ya son dos preguntas.

Me llamo Jasper Anthony Masen Cullen. Es tradición familiar que los hombres se llamen Anthony.

Me llamo Marie Alice Brandon.

Ok, me toca – dijo Edward – gusto culposo.

¡Yo te digo el de Isabella! – grito Alice.

¡el tuyo es tu serie favorita! - rio Edward y yo me sonroje. Cosa de la que se dio cuenta. De forma extraña tomo mi mano que iba sobre la palanca de cambios y le dio un apretón. Lo mire y le sonreí.

Soy adicta a los frapuccinos de café, tomo casi uno diario.

Yo soy adicto a las nieves – confeso Jasper sonrojándose y lo mire – estar en una heladería es como un niño en una juguetería.

¿De verdad? – le pregunte girándome mientras estaba el semáforo. Asintió y me reí. Edward me miro mal y soltó mi mano. Aunque mi amiga me miraba con suspicacia. No era de las personas que iba riéndose de los demás. Ok, había estado mal reírme de Jasper, pero no lo hice a propósito. Pero tampoco podía disculparme porque entonces se descubriría mi plan.

En ese momento se detuvo el juego porque mis otros dos acompañantes no quisieron continuar. Puse un poco de música y continúe manejando.

Cuando llegamos a nuestro destino busque un lugar donde estacionarme.

¿Quieren comer primero o vamos y regresamos? – les pregunte y todos se encogieron de hombros. Edward seguía molesto. – Jasper no me reí de ti, discúlpame si te lastime, pero pronto te contare donde estuvo el chiste. – el asintió.

La verdad ya no puedo con la curiosidad así que mejor vamos y regresamos a comer. – escogió y los otros dos estuvieron de acuerdo.

Me baje del coche colgándome mi bolsa sobre mi pecho y doblándome las mangas de la blusa. No quería que nada me estorbara. Cuando me gire para abrir la puerta Edward ya la tenía abierta para mí. Mis otros dos amigos estaban a unos pasos lejos de mi.

No te enojes – le pedí cuando estuve fuera. – no arruinemos este día con enojos. Te puedo jurar que no me reí de tu hermano. Ahora quítate ese saco, porque en verdad te va a estorbar.

Sonrió y metió su saco en el asiento del conductor y después cerró la puerta. Me atreví un poco y me acerque a él.

-¿puedo caminar de tu mano? – le pregunte y el tomo mi mano y le dio un apretón, sonriéndome un poco. Nos acercamos a los otros dos que nos esperaban. Si les sorprendió vernos tomados de la mano, no lo demostraron.

Vamos. – les dije a los chicos. – es por aquí.

Comencé a caminar guiándolos y viendo las pequeñas tiendas que había a nuestro alrededor. Al llegar al final de la calle la gran plaza se alzaba frente a nosotros.

Aquí está el chiste – me gire hacia Jasper – venimos a la feria de las nieves.

El miraba con grandes ojos todos los puestos de nieves y helados. En verdad vi sus ojos brillar como un niño la mañana de navidad. Sentí un apretón en mi mano y me gire hacia Edward, quien me sonrió.

Yo opino que vayamos a ver todas y después compramos – sugirió Edward y asentí. Me gire hacia mi amiga, la cual venía muy callada, me miro y me sonrió. Le ofrecí mi otra mano y ella la tomo.

Vamos a divertirnos – sonreí y ella asintió.

Me sentía feliz, caminando con grandes personas y disfrutando un bonito domingo. La primera vez que había venido fue con mi mama, mi hermana se había ido a un campamento de verano, yo escuche hablar en las noticias sobre esta feria y junto con una vecina y su pequeño, venimos.

Isabella – me gire hacia Jasper – discúlpame si soy grosero. ¿te molesta si tomo la mano de tu hermana?

Mire a mi amiga y se había puesto totalmente rojita, era totalmente adorable. Tome la mano que tenía entrelazada con la mía de mi amiga y se la entregue con una sonrisa. Por un momento me recordó cuando un padre entrega a su hija en el altar, cuando se van a casar.

-confió en que cuidaras de ella – le dije a Jasper con total seriedad. Este asintió con la misma seriedad y después le sonrió a mi amiga.

Ves – miro a Edward – así se trata a una dama.- entrelazo la mano de mi amiga con la suya y comenzaron a caminar. A ambos nos dejó con la boca abierta, Edward me miro y yo me encogí de hombros.

¿No me habías dicho que era tu amiga? – me pregunto.

Es mi amiga, no sé de dónde saco que era mi hermana – me encogí de hombros. - Pero ella se merece un caballero así.

¿te molesta que yo no soy así? Soy educado pero creo que mi hermano es más extremo – me pregunto mientras comenzábamos a caminar siguiendo a los otros dos.

No – dude y el me miro. Me sonroje un poco. Mire al frente, mi amiga y Jasper iban platicando – no espero un caballero de armadura, tampoco un príncipe azul. En cuanto a relaciones solo espero alguien que me acepte igual de loca que estoy. Alice es un torbellino.

Tú también eres un torbellino – replico. Continuamos caminando en silencio.

Nos detuvimos unos momentos cuando nuestros dos acompañantes se detuvieron a comprar un helado. Algo le dijo Jasper a mi amiga y ella rio fuertemente provocando la mirada de varias personas a nuestro alrededor. Continuamos hasta que vi una nieve que se me antojo. Metí la mano en la bolsa de mi pantalón pero no sentí dinero.

¿Qué pasa? – pregunto Edward y de mala gana me solté de su mano y comencé a buscar mi dinero.

Quiero una nieve. – respondí sin dejar de buscar mi dinero – pero creo que deje mi dinero en el coche.

Yo te la invito – me ofreció. – pídela

No, yo traigo – lo mire – no te traje como banco.

Hasta en eso has de ser caprichosa. – saco mi mano de mi bolsa. – pídela, yo pago.

Me debatí entre sacar mi lado princesa y dejar que el pagara o sentirme cómoda siendo yo.

Vamos a pagar mitad y mitad – ofrecí y el rodo los ojos, frustrado.

Tú me dijiste que no arruinara esto, ahora tú no lo arruines. No vamos a pagar una nieve entre los dos.

No me quiero acostumbrar a que me pagues las cosas, no quiero que algún día me lo llegues a echar en cara.

Solamente te estoy invitando una nieve. – me miro de manera extraña, confundido. – te lo estoy ofreciendo como amigo.

Sí, claro. – no pude evitar agachar la mirada. El solo me veía como una amiga.

No saben lo lindos que se ven – me gire hacia mi amiga – le dije a Jasper, "solo busquemos a los chicos que traen el mismo estampado de playera" y miren, si los encontramos.

¿sucede algo? Pregunto Jasper y yo sacudí la cabeza negando. Al final decidí rendirme y aceptar que me pagara el helado.

Quizás estaba haciendo un berrinche y como el mismo decía, lo estaba arruinando por algo sin importancia pero me dolió que sutilmente me envió a la "friendzone".

Compramos el helado y continuamos caminando ahora sin tomarnos de la mano, pues no podía tomarlo de la mano y sostener el helado.

Después de un rato los chicos insistieron en que necesitaban ir al baño, nosotras nos ofrecimos a quedarnos en el centro de la plaza mientras ellos buscaban el baño.

¿Por qué te enojaste hace rato? – pregunto mi amiga en cuanto los chicos desaparecieron de nuestra vista.

No me enoje, es solo que sutilmente me mando a la "friendzone"- me sonroje y ella rio – yo no le veo la gracia.

Pues para el eres su amiga, que querías. – explico entre risas.

Tengo hambre – cambie de tema – traigo sándwiches en el coche.

Pues entonces ya vámonos – sugirió – podemos estacionarnos en algún lugar. Ya sabes, la gasolina la pagamos entre las dos.

Asentí. Esa era la historia de mi vida, con amigos, mi madre, en su momento con mi hermana. Siempre pagábamos entre dos o más personas a partes iguales. Cuando llegaba a salir con mi mama o como ahora con Alice, pagábamos la gasolina entre las dos.

En ese momento los chicos regresaron.

Estábamos platicando que ya tenemos hambre – les conto Alice apenas se integraron – entonces ya vámonos.

Nosotros veníamos hablando de lo mismo – nos contó Edward. El sentándose a mi lado y colocando su mano sobre mi hombro. - ¿pero qué vamos a comer?

Yo traigo sándwiches en el coche – los dos chicos hicieron una mueca. - ¿Qué?

Discúlpanos – respondió Jasper – es que nosotros estamos acostumbrados a comer algo más completo, aunque lo que traes no está mal.

Yo opino que nos vayamos, mientras cargamos gasolina pensamos – sugirió Alice y yo estuve de acuerdo con ella.

Cuando todos estuvimos de acuerdo en que pensaríamos que comer una vez nos pusiéramos en marcha, caminamos de regreso a mi coche. De nuevo, Edward y yo detrás de Alice y Jasper, separados por una distancia considerable. Aunque yo ya no tenía helado, continuábamos sin tomarnos de la como de nuevo mis amigos iban tomados de la mano, aunque Alice ya empezaba a sacar su niña hiperactiva que no era capaz de caminar sin brincar un poco.

¿te puedo hacer una pregunta indiscreta? Me pregunto Edward y yo asentí cautelosa. - ¿nunca has tenido novio?

Si. – respondí un poco dudosa. – hasta hace algunos meses estuve en una relación. ¿por qué la pregunta?

¿el jamás te invito a ningún lado o te compro algo? – volvió a preguntar y en ese momento entendí el motivo de sus preguntas.

Yo siempre he sido así. Con mis amigas, con mi mama, mi hermana. Tenemos la costumbre de que pagamos a partes iguales. – hasta ese momento pensé en Jacob, aunque tenía detalles conmigo, jamás me preguntaba si quería que me comprara algo, simplemente me hacía regalos. – el solía tener detalles conmigo, pero en realidad no me preguntaba, simplemente los tenia. En cuestión de pagar, sí, yo siempre he pagado lo mío.

Pues conmigo vete acostumbrando a que será de ambas formas – sonrió y me abrió la puerta del conductor.

Una vez que todos estuvimos dentro del coche, salimos de ahí.

Isa – me llamo Alice y la mire por el retrovisor. - ¿Cuánto?

Yo opino que 500. – respondí bajo la atenta mirada de nuestros dos acompañantes.

¿nos comparten a que se refieren? – pregunto Edward y Jasper asintió.

Compartir gastos – me encogí de hombros – Alice me va a poner la mitad de la gasolina, ósea $250.00 – termine de explicar mientras entraba a la gasolinera.

No, esta vez pagamos Jasper y yo – dijo Edward y Jasper volvió a asentir mientras sacaba su cartera.

No, no es necesario.- vi como Edward rodo los ojos. – Mejor, nosotras pagamos la gasolina y ustedes pagan la comida.

Esa me parece una excelente idea – acepto Edward y yo reí. – es enserio.

Solo bromeaba. – reí mientras cargaban gasolina.

A mí me encanta la idea. – apoyo Jasper y vi como mi amiga asentía. No me quedo otra que bufar y soltarle el volante a Edward.

Manejo por Toluca hasta llegar a un bonito restaurante llamado "el rescoldo".

Hace rato no les dije, pero mi gusto culposo son las carnes. – confeso Edward estacionándose en el restaurante. Mi amiga aplaudió y yo asentí sonriente, no era adicta a ellas pero al paso que iba, quise creer que no sería la primera vez que viniera a este lugar.

El ballet parking se acercó para abrirme la puerta pero Edward no se lo permitió. Mientras que él me abría la puerta, Jasper se la abrió a Alice. Caminamos de la mano hacia el restaurante. Me detuve un momento en la entrada, mirándonos a los cuatro, pasamos un increíble domingo y ahora nos disponíamos a comer en un bonito restaurante. Edward me miro y me sonrió mientras esperábamos a que nos dieran una mesa. Por un momento pensé en Jacob, con el jamás pude convivir así con amigos, a él le gustaba que saliéramos los dos solos, aunque se llevaba bien con Alice, no le gustaba que ella nos acompañara a algún lugar. En cambio con Emmett nunca se llevó bien, cosa que me llevo a alejarme de él; sacudí mi cabeza y después la recargue en mi cabeza en su hombro y el apoyo la suya en la mía.

Después de unos minutos, nos asignaron una bonita mesa para cuatro. Me permití disfrutar del bonito lugar, las mesas y sillas de madera oscura, las paredes de color crema y las columnas con detalles rústicos.

Buenas tardes – nos saludó el mesero. – bienvenidos al rescoldo, les dejo las cartas y estoy a sus órdenes. ¿gustan algún aperitivo?

Yo quiero una margarita. – pidió Alice y yo la mire. – oh…bueno, mejor no.

Adelante. – le dijo Jasper al darse cuenta de las miradas. – Alice puede pedir lo que ella quiera.

Mi amiga y yo sonreímos ante sus palabras. Minutos después el mesero trajo la margarita y se retiró.

Bueno, Alice – dijo Edward y ambas lo miramos. – jamás nos dijiste cual era tu gusto culposo.

Sinceramente no lo sé. – rio – soy muy hiperactiva, pero creo que mi gusto culposo son las bebidas, como las margaritas.

Yo creo que tu gusto culposo es la comida – replique y después explique. – por nuestro trabajo vamos a muchos lugares y te gusta mucho la comida.

¡cierto! ok, ahora es mi turno en el juego – rio – lugar a donde nunca han ido. Yo nunca he ido a Veracruz.

Yo nunca he ido a Xochimilco – los tres me miraron sorprendidos. – siempre he querido ir a la trajineras pero jamás he tenido la oportunidad o el pretexto.

Se me ocurre una idea. – sonrió Edward. – ahora nos toca a nosotros, vamos el próximo fin de semana.

El sábado tenemos trabajo – replique y Alice asintió haciendo una mueca.

Nosotros también – le recordó Jasper – pero quizás podemos volver a salir el domingo. De nuevo al medio día.

¡me encanta la idea! – aplaudió Alice y yo me quede pensando. – podemos comer ahí, dicen que cocinan muy rico.

De acuerdo – acepte y en ese momento llego el mesero y nos tomó la orden.

Edward pidió una carne asada para todos junto con algunos complementos deliciosos. Nosotros tres pedimos agua y Alice continuo tomando margaritas.

Reí mucho más de lo que lo había hecho en el último mes. Me sentí feliz y tranquila y con un plan que se comenzaba a trazar en mi mente.

!HOLA!

ESTOY HACIENDO TRAMPA PERO AQUI ESTA EL CAPITULO. DEBO CONFESAR QUE ME SORPRENDIO LO LARGO QUE SALIO CUANDO SOLO PUEDO ESCRIBIR SABADOS Y/O DOMINGOS.

QUIERO OIR APUESTAS SOBRE QUIEN ES EL HOMBRE MISTERIOSO. ESTOY CASI SEGURA DE QUE SI SABEN. ¿QUE LES PARECIO QUE YA SE CONOCIERON JASPER Y ALICE?

GRACIAS MIL GRACIAS A CADA UNA DE LAS QUE LEE ESTA LOCA HISTORIA. AHORA, ES LA HORA DE RESPONDER REVIEWS. EL DIA DE HOY LE QUIERO DEDICAR EL CAPITULO A UNA SEGUIDORA MUY LINDA, HERMOSA E INTENSA. BRENDA ALINE, PORQUE SU EMOCIÓN ME ALIENTA Y LA MUY HERMOSA YA APRENDIÓ A SACARME ADELANTOS. TE QUIERO AMIGA, GRACIAS POR TU APOYO.

ELIZABETH: Dentro del capitulo ya resolví algunas de tus dudas, ahora, Jacob no es tan santo como parecia y creo que poco a poco se dan cuenta. te confesare que Jacob ataco a isa por esconderle algo, pero también se fue porque el le esconde algo. Hay alguien atrás que mueve hilos aparte de Monserrat.

CARY: Amo tus reviews, en realidad los de todos, pero me encanta tu intensidad. Tanya es mala, le tiene mucha envidia a Bella.