LA HISTORIA ES COMPLETAMENTE INEDITA PERO LOS PERSONAJES SON DE LA MARAVILLOSA NAOKO TAKEUCHI
ALGO QUE ME HAGA FELIZ
*Serena*
Se escuchaba el sonar de los cascos de caballos descender de la montaña, el frio calaba hasta mis huesos a pesar de que el auto tenía la calefacción encendida.
—Allí viene, será mejor que bajemos del auto, creo que ustedes aún les falta mucho por acostumbrarse a este frio clima—Andrew sonríe a través del retrovisor, Mina y yo salimos del auto, detrás de él.
— ¿Quien en todos los infiernos usa caballo aun?—mis dientes están a punto de ponerse a castañear por el frio—Mina, si ese hombre no me deja entrar allí y calentar mi trasero en una gran chimenea, prometo que voy dejarte aquí tirada para que te congeles.
—Dios Serena, cálmate ya está viniendo, además la espera vale la pena muero por ponerle las manos encima a ese bom…—la boca de Mina se abre exageradamente en el momento en que escucho la puerta abrirse— ¡Madre santa!
Un par de ojos plomos se clavan en nosotras—Madre de mi vida Mina, yo también hubiese cruzado el mundo para ponerle las manos encima a ese monumento de hombre—ella solo asiente una y otra, en definitiva este hombre debe ser alguna especie de dios de la masculinidad.
—Hola Andrew—la voz del tipo es profunda, sus hombros son anchos, usa el cabello corto y sé que a pesar del montón de ropa que trae encima, debajo de ella debe haber algo que seguramente terminara de volver loca a mí ya trastornada amiga—¿Qué es lo que tenemos aquí?—nos mira divertido.
—Creo que acabo de tener un orgasmo—Suelta Mina casi sin respiración, los sus ojos por fin hacen clic y yo pienso.
"Este arroz ya se coció"—sonrió para mis adentros, la boca de aquel ejemplar masculino ha quedado igual de abierta que la mi amiga.
— ¿Mina?
—Eh…ah…yo…—entrecierro los ojos con cansancio al ver la cara de mi amiga.
—Sí, ella es Mina, discúlpala, creo que no ha podido pronunciar palabras, ya sabes—indico el entorno con mis manos—nos estamos congelando, yo soy Serena.
—Sí, mucho gusto Serena, mi nombre es Malachite Shields, un gusto conocerte.
— ¿En que fabrica te hicieron?—golpeo mi frente con mi mano.
—Mina…que dices—reprocho, Malachite ha adornado su rostro con una sonrisa que dice…"Si lo se nena, soy perfecto y si quieres soy todo tuyo".
—Que lastima que no uses falda.
— ¡Mina!—Malachite y Andrew sueltan sonoras carcajadas.
—No creo que con este clima deba usarla, seguramente perdería ciertas partes de mi a las cuales les tengo mucho cariño... ¿y no queremos que las pierda verdad?
Hay no, esto no puede ser, están coqueteando bajo un clima de cero grados.
—Oigan en serio, Malachite no te conozco pero sé que a mi amiga sí, no quiero congelarme aquí y estoy segura que Andrew tampoco así que… ¿podrías invitarme a tomar una tacita de café?—suelto sarcástica.
—Oh valla, claro que sí, lo siento, será mejor que suban al carruaje, yo me encargare de sus maletas.
—Mal, "El"…mmm… ¿ya lo sabe?—Andrew pregunta indeciso.
—Aun no, en cuanto me llamaste solo vine aquí, mañana hablare con el—Andrew se indeciso y podría decirse que hasta casi asustado. —Lita ya se marchó, así que debe estar esperándote, ya puedes irte, yo me encargare de estas hermosas damas.
Pasamos las puertas que conducen hasta la cima del castillo, grande es mi admiración al ver un hermoso carruaje de madera, con ramas de árboles perfectamente tallados en él.
—Dios Serena mira—Mina señala adornos en las puertas que parecen ser de…
—Es oro—digo casi sin aliento—esto es hermoso.
—Me alegra que les guste—la voz de Malachite me sobresalta.
—Este carruaje es hermoso.
—Lo es, deberían verlo por dentro, todo data de los años 1700, mi hermano ha sabido mantener todo en su estado original
— ¿1700?...eso es mucho tiempo.
—Sí que lo es Mina—una vez dentro del carruaje, puedo observar que sus asientos son de un color purpura intenso y por supuesto más oro, llama mi atención que en una de sus paredes, se encuentra un pequeño dibujo de lo que parece ser una roca con varios colores, cubierta por hilos de oro, deslizo mis dedos por aquel dibujo, es sin duda hermoso, un pequeño y fino hilo de oro conduce hasta un punto donde se encuentra una piedra azul—esto es precioso, tanto que casi te quita el aliento.
—Esa piedra es un zafiro—Malachite me observa detenidamente—la otra roca no sé lo que significa, pero sé que tiene una historia, en algún momento se las contare…claro si así lo desean.
—Eso sería perfecto—declaro sincera, para mí es como si cada cosa que he visto de este lugar tenga un significado, un significado que quiero descubrir.
Las lámparas que alumbran el camino, iluminan un poco un denso bosque de enormes pinos, cubiertos de nieve.
—Espera dijiste que este carruaje data de los años 1700, ¿verdad?
—Si eso dije hermosa Mina.
— ¡Oh Dios Mal, dime que una princesa uso este cacharro!—Mal sonríe mientras yo muero de vergüenza por el uso de la palabra "cacharro" para semejante obra de arte.
—Lamento desilusionarte Mina, pero no, este…"cacharro"—Malachite lanza una sonrisa divertida—no fue usado por ninguna princesa, pero si por varias ladies y condes de la época.
—Es increíble, Mal debes mostrarme el castillo y contarme todas las historias que puedas de él.
—Ten por seguro que lo hare, por ahora lo primordial es que ustedes descansen, por cierto bienvenidas a Escocia y bienvenidas a mi hogar—el carruaje se detuvo, Malachite bajo, extendiendo su mano a Mina y a mí. Ante nosotros se alzaba majestuoso el más bello de los castillos, digno de un cuento de hadas o de la más bella historia de amor jamás contada.
—Señoritas bienvenidas al castillo Chiba.
Si algo era cierto, era que no dejaba de maravillarme, la entrada era custodiada por una enorme torre que terminaba en punta, varis escalones llevaban a una sala principal, iluminada por un enorme candelabro pendiendo del techo, sus cristales reflejaban pequeños haces de luces hacia el techo donde dos ángeles custodiaban la entrada. El enorme salón constaba de varios sofás tan antiguos y purpuras como los del carruaje.
—Espero que les agrade el lugar, se nota muy antiguo, aun así no deja de ser digno de admirar.
—Te deja sin aliento—era verdad era así como me sentía.
—Sentí lo mismo cuando llegue aquí la primera vez, todos esos adornos, cada trozo de madera tallada y dorada, te permite soñar y dejarte llevar.
—Siento mucho, por haber venido sin avisar—mentirosa.
—No te preocupes Mina, en realidad para mí ha sido una muy grata sorpresa, es más, es un gusto que hayas venido—sus miradas no se despegaban y yo empiezo a sentirme rara. Mina no se equivocó al venir aquí, de eso estoy segura—Les mostrare sus habitaciones.
Mi boca callo al ver una enorme cama con un dosel que llegaba al techo, sus sabanas eran celestes con hilos dorados, un candelabro pendía del techo iluminado la habitación, lo que más llamó mi atención fue que sobre el cabezal de la cama, nuevamente se encontraba tallado aquella roca arco iris y la piedra zafiro.
— ¿Cuál es tu historia?—pregunte al enorme castillo— ¿Qué hay detrás de tu historia?—fije mis ojos en aquella hermosa piedra zafiro— ¿Qué significas?
…
Mi cuerpo se sentía caliente, muy caliente y sobre todo cómodo, el chispear de las llamas en la chimenea llamo mi atención, eso no estaba allí cuando anoche me dormí, salgo de debajo del edredón, la calidez en la habitación es agradable, el fuego la mantiene caliente.
—Buenos días.
—Eh…hola, Buenos días—Una linda mujer de casi mi edad, acomoda sabanas limpias sobre un sofá en una de las esquinas, sus ojos verdes, me escanean con curiosidad.
—Siento mucho si te desperté, es solo que afuera está nevando mucho y aquí suele enfriarse, es por eso que encendí la chimenea.—su mirada es amable y se nota que a pesar de su estatura es una chica muy dulce, pero por alguna razón me observa curiosa y ¿sorprendida?
—No, no te preocupes al contrario muchas gracias, por encenderlo—avanzo hasta ella entendiendo mi mano—Mi nombre es Serena.
—Si lo sé, mi esposo me conto anoche sobre su llegada.
—Oh, ya tu esposo es Andrew.
—Sí, Malachite y tu amiga Mina están desayunando abajo, puedes unirte cuando quieras.
—Gracias. —Se detuvo por un momento antes de salir— ¿de dónde eres?
—Londres.
—Oh… ¿alguna vez has vivido en Escocia?
—No, ¿porque?—sonrió.
—Pura curiosidad, eres muy linda y me recueras a alguien.
—Pues gracias.
— Si quieres más tarde puedo mostrarte el castillo.
—Te lo agradecería mucho.
—Genial, así podremos conocernos—sin más salió la habitación, su entusiasmo es agradable, además agradezco su oferta, ya que no quiero molestar a Mina y a Malachite, seguramente ellos tienen mucho de qué hablar.
…
Después de un delicioso desayuno, he decidido que es hora de conocer un poco este lugar, es un castillo y es muy digno de conocer, Malachite insistió mucho que fuese con ellos, ya que quería mostrarnos un lago que está detrás del castillo, Mina se veía encantada, sé que mi amiga está enamorada de él, y el si no lo está, lo estará pronto, Mina podrá ser un poco loca, pero es dulce, linda y por supuesto una amiga sin igual.
Acomodo mis botas en mis pies, una gruesa chaqueta cubre mi cuerpo y una enorme bufanda afelpada cubre mi cuello y parte de mi boca, un gorro cubre mi cabello, a pesar de que ha parado de nevar, el frio sigue siendo intenso.
Esta mañana di algunas vueltas por todo el castillo, pero he estado un poco nerviosa y no he podido pensar bien es por eso que he decidido salir, conoceré el castillo con más calma, su belleza lo amerita.
Al salir del castillo, mis botas crujen al pisar la nieve.
—Esto es increíble—el sol brilla en lo más alto del cielo, los pequeños copos de nieve brillan como pequeños diamantes—Si el cielo existe, sin duda seria como este lugar—mi aliento se visualiza frente a mí, por el frio, a pesar de que llevo guantes el frio pasa hasta mis manos. He quedado con Lita, aunque aún no llega—bien lo siento, pero debo conocer este lugar.
…
Después de caminar por largo rato, encuentro una banca en medio del bosque.
—Qué raro—suspiro—raro, pero muy oportuno necesito un descanso, lo extraño es que la banca está limpia, no está llena de nieve— ¿Quién en todos sus sentidos, puede limpiar una banca en medio del bosque?—decido no darle importancia, ya que estoy cansada y no quiero pensar en nada que no sea descansar.
Recuesto mi espalda en la banca e inclino mi cabeza hacia atrás, el cielo está despejado y su color es un celeste suave y profundo.
—Escocia, eres un país bastante raro, hermosamente raro—levanto mi cabeza de forma extrañada ya que un ladrido ha llamado mi atención—hay Dios que no sean lobos—pido a los cielos.
— ¡Belá, ven aquí linda!—el susto pasa la escuchar aquella voz. Como siempre mi curiosidad ha ganado, tarde es cuando mis pies me han llevado hasta una pequeña puerta, en medio de dos inmensas rocas, empujo la puerta y los ladridos se hacen más fuertes, una larga fila de rocas se extiende a lo largo del camino, me es imposible avanzar en silencio ya que la nieve suena al caminar, una enorme sonrisa se extiende en mis labios al ver una linda cachorra aproximarse, se lanza sobre mí, ladrando y lamiendo mi rostro haciéndome reír.
—Hola hermosa—rio debajo de ella— ¿Qué haces aquí solita?, eres hermosa, entre su alboroto de lametazos busco su collar—Belá—susurro su nombre— ¿así te llamas?—en respuesta mueve su cola—Pues eres una muy linda cachorra Belá—es cierto, es una bonita labradora retriever color negro—sin duda nunca te pierdes entre tanta nieve.
— ¡Belá, ven aquí!—un grito proveniente del bosque hace que me ponga de pie, Belá corre hacia ese grito, y nuevamente regresa a mí.
— ¿Quieres que valla contigo?—ella ladra mientras da vueltas—bien, adelante—la sigo, hasta que la veo perderse detrás de unos arbustos.
—Buena chica—aquella voz suena fuerte, pero a la vez dulce—ahora ¿estas feliz?...dime encontraste algo, para este amargado amo—Belá, responde con ladridos, y la fuerte sonrisa de su dueño estremece mi pecho, algo dulce y cálido se ha extendido en mi corazón, me atrevo a abrir los arbustos y lo que veo detrás de ellos me deja sin aliento.
Su cabello negro contrasta perfectamente, en la nieve blanca, es tan alto, mucho más que yo, sonríe despreocupado a su cachorra, esta lame su rostro, de pronto levanta su mirada.
"Madre mía"-él debe ser uno de esos dioses celtas de lo que se hablan en las leyendas de este país, su rostro y sus facciones son dignas de ser adoradas y veneradas. El aire se atora en mis pulmones al ver sus ojos, un azul profundo e intenso me envuelve, a pesar de lo hermosos que son se notan más fríos que la misma nieve. No me es difícil ignorar el aire de soledad que lo envuelve…ahora solo me pregunto…
— ¿Es un sueño?—susurro, entonces su ceño se frunce, y su calidez se vuelve enojo.
…
*Darien*
— ¿Qué hora es?
—Las seis de la mañana.
— ¿Qué lo que ha hecho que te levantes tan temprano?
—Hay…hay algo que tengo que decirte—noto el nerviosismo en su voz, sé que lo que me dirá no me hará feliz.
— ¿Qué es lo que tienes para decirme?—Belá da vueltas por la sala, saludando a mi hermano.
—Darien, no quiero que te enojes ¿de acuerdo?
— ¿Qué es?—bebo de la taza de café, atento a sus palabras.
—Bien, recuerdas que te conté sobre aquella chica.
—La que conociste por… ¿Cómo se llama?
—Facebook.
—Sí, eso, ¿Qué con ella?
—Recuerdas también que te dije que quería conocerla y que pensaba viajar a Londres—no entiendo como las personas ahora se enamoran por medio de internet. —Pues bien ella se adelantó.
—Que quieres decir con eso.
—Ella esta aquí—Mi ceño se contrae con desagrado.
—No.
—Darien, será por corto tiempo, ellas…
—Espera… ¿ellas?—suspira profundamente.
—Sí, Mina está aquí con una amiga, ellas aun duermen, Dar prometo que no se acercaran a ti.
—No, sabes de sobra lo que paso la última vez que recibí a alguien aquí—espeto con coraje.
—Lo sé, esta vez…
—Esta vez será igual, ellas deben ser iguales que…—mis palabras mueren en mi boca al recordar aquello que me causa desprecio—no, mi respuesta es no Malachite, quiero que se vallan hoy mismo y no hay discusión.
—Hermano me lo debes, rayos, se nota que ellas son diferentes, Mina ella es tan hermosa…si tan solo te dieras la oportunidad de…
—No—sujeto la correa de Belá, entre tanto salgo de la cabaña siendo seguido por mi hermano. —Se tienen que ir.
—Dar, no lo harán…hermano es la primera vez después de…ella—su voz se quiebra, aun duele eso lo sé— Mina me gusta y mucho, prometo que si veo algún comportamiento interesado la voy a echar de aquí—cierro los ojos sopesando la idea, es verdad que después de que aquella mujer se marchó Malachite quedo devastado, de eso ya dos años, después de eso es la primera vez que siento que está interesado en alguien más.
—Está bien—suspira con alivio—vigílalas, que se queden, sé que te debo eso.
—no me debes nada.
—Si te lo debo, ahora solo cuida y vigila de ellas. Malachite, nunca, bajo ningún concepto las quiero cerca de mí.
—Deberías...
—Mal, esta es mi vida y la quiero como tal, no las quiero cerca de mi—advertí marchándome de allí.
No me gusta la idea de esas mujeres cerca, pero como lo dije antes, es algo que le debo a Mal.
Belá jala de la correa.
—He linda, hoy hace mucho más frio ¿no crees?—ladra un par de veces en respuesta, lo que me hace sonreír, los animales suelen ser los que te aceptan tal cual eres, a ellos no les importa si tienes dinero o si te mueres de hambre, te aceptan y se quedan contigo bajo cualquier condición.
Belá empieza acorrer a mi alrededor, me inclino hacia ella—la vida es un desastre…¿lo sabias?—hace sonidos de lamentos lamiendo mi rostro—no te preocupes, nunca más permitiré que me hagan daño, nunca más…es solo que a veces me pregunto si existe alguien que en realidad sea puro y sincero de corazón—ella ladra—sí, ¿la conoces?...pues qué esperas Belá…¿Por qué no vas por ahí y encuentras a alguien que me haga verdaderamente feliz?—sonrío, sabiendo que eso es imposible, Belá se suelta de mi agarre y corre.
— ¡Belá, ven aquí linda!—Grito su nombre, sin obtener respuesta. Espero paciente por un momento.
— ¡Belá, ven aquí!...Donde te fuiste—me pregunto, ese cachorro es lo único sincero que tengo en mi vida y si lo pierdo de muchas maneras me pierdo yo también. La nieve cruje bajo sus patas entonces llega hasta mí, mueve su cuerpo emocionada—Buena chica—lame mi rostro— ahora ¿estas feliz?...dime ¿encontraste algo, para tu amargado amo?—está húmeda, sacudo su pelaje, me pongo de pie, es cuando siento algo diferente, un olor dulce invade mis sentidos…es un olor que me recuerda el cambio de estación, es dulce, como los lirios que crecen en los valles de Escocia. Me dejo guiar por ese dulce olor.
— ¿Es un sueño?—un suave susurro llega hasta mí, eso es suficiente para que todos mis sentidos se pongan alerta, mi entrecejo se frunce, tomo una postura de molestia y defensiva.
— ¿Quién demonios eres tú?—la observo fijamente, sé que mis ojos están sobre ella, porque sé de donde proviene su olor— ¡contesta!—exijo.
—Yo…he…yo…estoy con…tu cachorra, ella me trajo.
—Largo—sisee.
—Oye, no tienes por qué ser grosero-suena sorprendida por mis palabras.
— ¡Vete de aquí!—me contengo enojado.
— ¡Oye, no me grites!-esta vez ya suena enojada.
"¿Qué rayos?"
— ¡Sera mejor que te largues de aquí, no eres bienvenida en este lugar!—espeto furioso, camino rápidamente sin darme cuenta que no llevo a Belá conmigo, entonces siento mi hombro chocar con algo—Mierda—susurro.
— ¡Auch!—la mujer chilla— ¡¿Qué demonios te sucede imbécil?!
—Serena—la voz de Malachite suena agitada.
—Sere… ¿estás bien?—otra voz llega a mí, esta voz suena preocupada—oh amiga lo siento…debí decirte.
—Creo que mi muñeca se torció—la primera voz que oí, suena adolorida y yo no puedo sentirme más miserable…
"Le he hecho daño"
De un momento a otro la nieve suena bruscamente, un golpe es asestado en mi pecho, con la fuerza suficiente para hacerme retroceder un par de pasos.
— ¡Oye idiota!—suena enojada— ¡Es que no piensas disculparte! Acabas de empujarme y posiblemente romper mi muñeca…
—Serena—mi hermano trata de contenerla.
—No, Mal—mi hermano calla, no sé qué vea el en su rostro, pero Mal jamás dejaría que nadie se dirija de esa a mí, sabe de sobra que no soy muy bueno con mi paciencia— ¡Es que eres tan imbécil que no piensas disculparte!...¡¿ Ahora me dirás que eres ciego y no me viste?!—la escuchaba reclamar sin parar.
— ¡Las quiero fuera!—replique dando la espalda, dispuesto a marcharme.
— ¡Te lo ganaste!—silencio, silencio y pufs, la fría nieve golpea en mi espalda.
— ¿Acabas de golpearme con una bola de nieve?—pregunto estupefacto.
—Si, a ver si se te quita lo cabron.
—Serena deberías calmarte, vamos a curarte esa mano, deja que…
—No, quiero que este idiota se disculpe.
—No lo hare—refute.
—Darien por favor.
—Por favor nada Malachite, te dije que mantuvieras a este par de oportunistas alejadas de mí.
Por un momento el golpe me aturde, un ligero mareo me hace tambalear.
— ¡Oportunista tu abuela!—la bruja acaba de golpearme y muy, muy duro.
— ¡Dios Serena, es ciego maldición, ¿sabes que podría demandarte?!
—Me importa un carajo, ciego o no, debe respetar a las mujeres. —escucho a aquella mujer reclamar y soltar mil maldiciones más, hasta que por fin sus voces se pierden.
—Demonios creo que te rompió la nariz—la voz de Mal suena divertida.
—Estamos a mano, yo rompí su muñeca.
—Vamos a casa para curarte eso, no se ve muy bien—En algún lugar de mi mente había quedado el olor de aquella mujer que ahora tenía nombre…Serena, pero lo que más llamaba mi atención era que no se había quedado callada, no, tampoco se deshizo en disculpas al saber que soy ciego.
—A ella no le importo—escucho una ligera risa de mi hermano.
—No, no le importo…te dije que era diferente.
—Puedes estar fingiendo, las mujeres fingen muy bien.
—No lo sé, ¿Qué tal si vas y te disculpas con ella?
—La quiero lejos, a tu novia y en especial a esa loca. No es seguro que este cerca…tiene la boca muy sucia—la carcajada de Mal me hace reír a mí también—en serio aun las quiero lejos—asegure.
—Así será.
…
Un par de horas después descansaba inmerso en mi propia oscuridad, no sabía qué hora era y tampoco había diferencia para mí, la oscuridad era lo único que nunca me abandonaba, he sido ciego desde que nací, al menos no tengo nada que extrañar.
Sé que el sol brilla en lo alto del cielo, que quema de manera agradable y se siente cálido, pero no se su color.
Sé también que el cielo es suave y se asemeja a tocar la nieve, pero jamás veré las formas que Malachite describía.
Sé que la voz de aquella mujer llamó mi atención, sé que su olor es dulce y huele a lirios, pero jamás seré capaz de ver su rostro.
Lo único que si se, es que Belá es de color negro, tan negra como la oscuridad que me asecha.
-Con que me trajiste algo para hacerme feliz-sonrío al sentir a Belá, acostarse a mi costado en la cama-Por los dioses amiga, me trajiste una loca, con una boca digna de lavar con muchos litros de jabón.-rio-Espero no volver a tenerla cerca.
"Aunque muy en el fondo, en algún lugar de mi desearía poder pedirle disculpas"
…
*Habrá cinco capítulos de "Todo por ti", solo para que me perdonen por la demora jajajaja*
*Chicas mil perdones por la demora, mi computadora se dañó por un virus que daño todas la aplicaciones de office, no funcionaba correctamente*
*Espero no estén furiosas, no me gusta dejar de actualizar por tanto tiempo, espero que la compu no vuelva a fallar*
*Les envío un gran, gran saludo*
=Tu1Comentario: Espero que leas esto, eres mi desafío, no me ofendes en absoluto, solo me has animado a tratar en lo posible de hacerlo mejor. Gracias espero tu comentario.
=Ali: Hola guapa, que gusto que me comentes Ali, espero que este capítulo te guste, perdón por la demora mi bella un saludote para ti.
=Marinerita: ¿Has visto a esos escoceses?... ¡Madre mía!...yo si echaría una miradita debajo de esas faldas jajajaja. Mi bella gracias por leerme. Te mando un súper saludo.
=Zakura Naiguino: Gracias por tu lectura mi encantadora Zakura, espero que lo que viene te guste mucho, un saludo para ti mi bella.
=ELIZABETH2261: Eli, mi bella Eli, pues si, un salto en el tiempo, se me ocurrió, pero a ver cómo sale, gracias por leerme mi bella un besote para ti.
=Natu: Hola…hola Natu…Te cuento, como regalo para mis seguidoras locas y amantes del romanticismo cursi que escribo jajaja, voy a darles los cinco primeros capítulos de "Todo por ti"…espero que te guste mi regalo. Mi bella gracias por estar siempre aquí, un abrazote para ti.
=Samarapuca: Sami, espero que esta obra tenga ese no sé qué, que, qué se yo, que tuvo "Déjame Amarte", espero que así sea. En cuanto a lo otro, tranqui de regalo les daré cinco capítulos de "Todo por ti", solo para que vean cuanto las quiero.
