LA HISTORIA ES COMPLETAMENTE INEDITA PERO LOS PERSONAJES SON DE LA MARAVILLOSA NAOKO TAKEUCHI

CAPITULO 4

LIRIOS

*Serena*

Eres tú—el susurro era suave como tanto como una caricia—eres tú—se acerca tan despacio tan lento que no defino su lugar—este es tu destino.

¿Quién eres?—en medio de la neblina no distinguía a quien pertenecía aquella voz.

Debes liberar su amor de la cadenas de culpa que lo atan, debes demostrarle que nada fue su culpa…solo así ella podrá descansar en paz.

No entiendo… ¿a quién debo liberar?—aquella niebla espesa de disipaba dejando entrever su capa, su vestimenta y su rostro eran imposible de ver por la larga capa que cubría todo su cuerpo hasta arrastrar en la gruesa alfombra.

Serena, el destino desafía su amor nuevamente—se desliza suavemente por el costado de la cama—ellos se pertenecían—sus largos, delgados y blancos dedos seguían el contorno de la roca arcoíris, el zafiro y la red de oro tallados en la madera—la maldad y el egoísmo de una sola persona los separo.

Hablas de la Us…Usagi—mi voz tembló. Un ligero asentimiento confirmo mis palabras.

Dejo su amor y su corazón plasmado en un lugar de este castillo, encuéntralo y libera a su príncipe de la culpa.

No entiendo nada… ¿su príncipe?

La bruma empieza a hacerse a nuestro alrededor, aquella sombra de deslizo hacia el ventanal con su semblante perdido en la torre norte del castillo.

Ella vive en ti, ella quiere liberar de su cárcel a su amor su alma y la tuya son la misma…es solo que aún no lo descubres. Serena en un pasado él lucho hasta entregar su propia vida por ella…el destino se ensaño con ustedes, él tuvo su pelea y ahora quien debe liberarlo de su oscuridad eres tú. Su amor ha traspasado el mismo tiempo y el mismo destino, libéralos.

Esto es confuso… ¿Quién se supone que eres?

Soy su tiempo y su destino…un amor como el vuestro merece ser recompensado…El dio su vida por ti…ahora debes responder a su amor con la misma fuerza.

El viento azotaba con fuerza, los copos de nieve caían en la habitación aquella sombra desapareció envuelta en neblinas.

Eres tú—susurraba el viento.

Desperté con el corazón golpeando fuerte contra mi pecho— ¿Quién es él?— revise cada rincón de la habitación con la mirada…nada. Todo estaba en calma. Instintivamente observe con detenimiento aquella imagen tallada en la pared—Que sueño tan extraño.

Abrí las mantas que me cubrían, busque mi abrigo dispuesta a dar una vuelta, no estando muy segura del porque revise el seguro de la ventana estaba cerrada afuera la nieve y el viento golpeaban con fuerza la ventana, bajo mis pies sentí frio, me sorprendí al ver el suelo cubierto por una fina capa de nieve.

— ¿Qué dem…?... ¿acaso no fue un sueño?—negué una y otra vez—no…no puede ser…eso es imposible… ¿o no? No claro que no es posible—reí como una tonta—Esto es una locura…debo hablar con Mina. —arrebuje mi abrigo contra mi pecho y saliendo de mi habitación salí directo a la habitación de Mina.

Dispuesta agolpear la puerta varias risas provenientes de la habitación me detuvieron.

Suspire, creo que no es un buen momento para platicas, resignada a regresar a mi cuarto y encontrar respuesta por mí misma un pequeño ladrido llamo mi atención en las escaleras.

Siguiendo aquel sonido baje los escalones de dos en dos.

—Tranquila amiguita…ya pasara—la voz sonaba estrangulada y casi imperceptible.

Avance un poco más solo para dar de lleno con la imagen de Darien sentado en el piso con su espalda recostada en la pared.

—Dios… ¿Qué te sucede?—su sorpresa fue evidente, la correa de belá era fuertemente sujetada en uno de sus puños, mientras que con su otra mano se sujetaba la cabeza.

—No…no es nada.

—Estás loco, como que no es nada, es evidente que estas mal—acercándome a él lo ayude a ponerse de pie.

—Necesito llegar a mi habitación—su incomodidad era mucha, pero no estaba dispuesta a dejarlo.

—Bien, sujétate fuerte debemos subir las escaleras—uno de sus brazos paso por mis hombros, con su otra mano se sujetaba de la pared, sé que no era el momento pero al deslizar mi mano por su cintura mis manos rosaron con la tibieza de su piel, no sé si fue su contacto o el intenso frio que hicieron que mi cuerpo se electrificara…por ahora solo no quería pensarlo.

—Belá, mi habitación—Darien dio su orden y belá paso frente a mi deteniéndose frete a la puerta de mi cuarto.

—Apóyate en mí, abriré la puerta—sujete el mango de la puerta y empuje, la habitación era prácticamente igual a la mía, una enorme cama con dosel, sus sabanas color vino le daban un aire misterioso y sensual.

—Ya te puedes marchar. —soltó rudo pero con su rostro aun distorsionado por el dolor.

—No lo creo, debes tener algo para ese dolor. —su ceño se arrugo.

—Vete—demando.

—No lo hare, o me dices en que te ayudo o llamare a Malachite—demande, su semblante frio cambio a uno de fastidio. Estaba segura de que no quería que su hermano supiera lo que le sucedía, cuando baje belá quería subir las escaleras y él la sostenía para que no lo hiciera.

—Frasco naranja en uno de los cajones del baño, dos pastillas.

—Bien—busque en varios cajones hasta dar con las pastillas, serví un vaso de agua y estúpidamente se los extendí, el solo estaba con su mano en su cabeza y no hacia amago de recoger lo que le ofrecía.

«Serena, tonta no te puede ver» grito una vocecita enojada en mí.

Masculle un «estúpida», entretanto tomaba su mano poniendo el vaso de agua en ella y en la otra las pastillas.

— ¿Estarás bien con eso?—tome el vaso de su mano.

Asintió.

— ¿Puedo ayudarte en algo más?

—No. —lo cierto era que no quería dejarlo, belá se notaba nerviosa y eso me preocupaba, yo podía ver que él estaba mal, pero aquella cachorra podía sentirlo.

—Quiero estar solo.

Asentí…quería darme una patada cada vez que hacia algo olvidando su estado—Sí. —un gemido de dolor casi imperceptible me detuvo, lo observe en silencio, juro que lo medite…decidí que hacer. —Hasta mañana. —Avance hasta la puerta, tome el pomo y la cerré…quedándome adentro, agradecía estar descalza, así no hacia el mas mínimo ruido—, sonreí por mi travesura mi justificación es que era por su bien.

Lo observe soltar el aire como si lo hubiese estado reprimiendo.

—Lirios—un ligero asomo de una sonrisa apareció en sus labios, pero esta fue reemplazada por una mueca de dolor.

¿Lirios? A que se refería. De pie cerca de puerta me quede inmóvil cuando empezó a desabrochar su abrigo, su camisa…y luego su camiseta.

«¡Por todos los cielos!» mi boca se abrió de golpe, «¡madre santa de mi vida, este hombre era perfecto!»

Cada uno de sus músculos se tensaban a cada movimiento, sus piel levemente bronceada brillaba a la luz de la única lámpara encendida, sus hombros anchos y perfectamente esculpidos se tensaban suavemente por la fuerza ejercida para sacar sus botas.

«Serena, te iras al infierno por espiar a un hombre que no te puede ver» asentí repetidamente.

Al ponerse de pie para desabrochar su pantalón pude divisar la v que se formaba en su cintura perdiéndose en debajo del elástico de su bóxer…comencé a ponerme nerviosa.

«Cierra los ojos Serena…ciérralos» hice tal cual mi vocecita interior mandaba.

Estando con mis ojos fuertemente cerrados una pregunta surgió… ¿dormirá desnudo?

Abrí los ojos inmediatamente para encontrarme en vivo y en directo con un Darien con su mandíbula muy tensa, su brazo extendido hacia mí a nada de tocarme más que por unos centímetros.

— ¿Estás ahí?—estaba enojado…muy enojado. Justo cuando creí que me alcanzaría el ladrido de belá llamo su atención, solo entonces lo vi relajarse, con un suspiro contesto a belá—claro que no está, si estuviese allí tú me lo dirías verdad amiguita—acaricio su cabeza, su cuerpo fue golpeado por dolor ya que se quedó quieto esperando que el dolor pasara.

Estuve tentada a ir a su lado pero me detuve, cuando lo vi meterse en su cama. Poco a poco y con sus ojos cerrados su semblante se fue relajando hasta quedar profundamente dormido.

No pude dejar de acercarme a su cama—Podrás ser todo lo gruñón que quieras…—sus espesas cejar descansaban sobre sus ojos cerrados—pero tienes los ojos más lindos que jamás haya visto. —Su nariz casi aguileña hacia el camino a unos labios gruesos de apariencia dura—unos labios bastantes besables—belá subió a la cama de su amo poniendo su cabeza sobre su pecho— ¿Crees que dormirá bien?—susurre, ella se limitó a lamer su mano—Belá si algo le sucede búscame.

Me marche de la habitación no muy contenta de hacerlo… y nuevamente con un enigma que resolver.

— ¿Cómo rayos llego toda esa nieve a mi habitación?

*Darien*

Siempre fue Malachite, siempre lo quise a él…en serio que hay que ser bastante estúpido para creer que una mujer como yo podía estar contigo.

No hables así, no digas cosa de las que después te puedes arrepentir…

¡No comprendes!—podía escuchar sus pasos de un lado a otro, por primera vez en mi vida habría querido poder ver para tomarla entre mis brazos y pedirle que me diese una oportunidad…solo una—Darien, vine aquí con el claro propósito de…

¡Michiru…cierra la boca!—Malachite sonaba furioso.

¡No le hables así a mi mujer!—refute.

Darien, ella no vale nada—La voz de mi hermano bajo varios tonos, sin dejar de sonar furiosa.

Eso lo decidiré yo Malachite, ahora solo largo de aquí—demande enojado.

Juro que si lastimas a mi hermano te arrepentirás. —el sonido al cerrarse la puerta me dio la señal de que se había marchado.

Michiru…—no respondió— ¡¿Michiru?!

Aquí estoy—apreté mi mandíbula con fuerza.

¿Qué fue lo que sucedió?

No te amo. —su declaración me partía la vida en dos, había conocido a esta mujer hace varios años, años en los que con su dulzura me fue enamorando hasta el punto de perderme por ella.

Y has descubierto eso ¿Cuándo?

Malachite me desprecia porque tú me amas…

¡¿Cuándo dejaste de quererme?!—belá ladraba incesante a la otro lado de la puerta al oírme gritar.

¡Cuando supe que el dueño de todo esto no eras tú…maldita sea!—me congele en mi lugar.

¿De qué demonios hablas?...lo que dices es que…

Sí, Darien….que quieres que te diga tu dinero me venía muy bien, creí que tú eras el dueño de todo esto, tuve que aguantar tu estúpida ceguera, tus malditas inseguridades, tus cursilerías…me largo—la puerta fue azotada con fuerza, el frio que ese momento congelaba mi corazón me persigue hasta el día de hoy.

Darien, la nieve era muy espesa y ella manejaba a alta velocidad…murió en el acto—No quería oír a mi hermano…todo era su culpa, ella había dejado de amarme por él.

—No entiendo cómo puedes hacer esto por ella…no se lo merece…nunca lo mereció, siempre fuiste demasiado para ella.

—Eso es algo que no pienso discutir contigo.

Inclino mi cuerpo, palpo el cemento frio y delineo el nombre tallado en la lápida, la mañana era fría y solo hasta hoy la tormenta había cesado.

—Necesito mudarme hoy mismo a mi cabaña.

— ¿Por qué tan pronto?

—La tormenta paso y estoy acostumbrado a estar solo, Amy se quedara contigo en el castillo, necesito valerme por mi mismo, y en el castillo no puedo con todos ustedes tratándome como un estúpido. —un resoplido de enojo llego hasta mí.

—Nadie te trata como un estúpido, maldición hermano, eres totalmente independiente, incluso más de lo que yo soy. Si hay que todos sentimos por ti es un maldito respeto, deberías olvidar las palabras de esa mujer de una vez, ya has demostrado a todos y a ti mismo que puedes solo.

Era verdad, a pesar de todo desde el día en que Michiru me dijo aquellas palabras

"tuve que aguantar tu estúpida ceguera, tus cursilerías…"

Desde ese día me prometí valerme en absoluto por mí mismo, solo belá estaba en mi vida para ayudarme no…para acompañarme.

—Quiero estar solo en mi cabaña, al menos hasta que deba volver a Edimburgo.

— ¿piensas volver?

—Sabes que las cosas allí no se manejan solas, Amy me ha informado que la oficina de traducción ya está instalada, no veo por qué no deba volver.

—Sabes que puedo seguir haciendo el trabajo por ti, si estoy aquí es…

—Estas aquí porque crees que debes cuidarme.

—Sabes que no es así Dar, estoy aquí porque no eres el único que necesitaba alejarse de todo, además desde que esa…ella murió dejo nuestra amistad rota y yo quería a mi hermano de vuelta y recuerda la promesa que le hicimos a nuestros padres siempre estaríamos el uno para el otro.

Amaba a mi hermano y me había dolido separarme de el por alguien que ahora se no valía nada.

Desde pequeños habíamos sido inseparables, me enseño todo lo que se, me enseñó a expresar el mundo desde mi oscuridad.

—Gracias por todo Mal, pero aun así necesito estar un tiempo más solo lejos de…—me detuve antes de decirlo…lejos de la señorita lirios, ella y su repentina amabilidad me estaban volviendo loco, la prefería peleonera y boca sucia…sonreí…boca sucia, me había reído con Malachite cuando me conto que su madre era irlandesa, al menos ahora sabia porque tenía la boca tan sucia cuando se enojaba.

— ¿Lejos de…? Porque estoy empezando a creer que quieres una excusa para marcharte del castillo.

—No es excusa—lo era, no soportaba el cambio de Serena, desde la noche que me encontró débil en las escaleras ella cambio, por más que yo la picaba ella no respondía, solo gruñía y se marchaba.

—Bien, pediré que trasladen tus cosas a la cabaña, además el tiempo de invierno está pasando, pronto será verano y Edimburgo espera por nosotros.

El crujido de la nieve era cada vez más lejano, Malachite se había marchado.

—Michiru, dejaste una huella en mi incapaz de sanar, te amé, despreciaste mi amor, me hiciste odiar a mi hermano y te llevaste la vida de mi hijo en tu vientre…no te perdono y nunca lo hare.

*Serena*

—Te marchas—detiene sus pasos sosteniéndose del pasamanos de la escalera.

—Ya que tú no lo haces no me queda más remedio que marcharme yo.

—Por qué me iría cuando estoy muy a gusto aquí—entrecerró sus ojos en clara señal de enfado.

—Supongo que sí, estas muy cómoda siendo atendida y mantenida ¿no? En fin eso es lo que les gusta a las mujeres como tú.

— ¿Qué tipo de mujer se supone que soy?—este va llevar recado hoy, me canse de su mal humor y hoy el mío no era mejor, sonrió burlón.

—Del mismo tipo que el de tu amiga, una que busca urgentemente un hombre que la mantenga por el resto de su vida, una que busca a un idiota que cumpla todos sus caprichos incluso olvidándose de sí mismo.

Juro por todos los santos que le he tenido paciencia, pero este tipo me saca de mis cabales.

—Sabes, tenía una ligera idea de que estabas resentido con las mujeres porque alguien te había mandado a volar—pude ver la tensión en sus manos cerradas en un puño, me importa un reverendo comino, él puede meterse conmigo pero no con Mina—Pero sabes que, ahora estoy segura de que eres gay.

— ¿Q…que?—sonreí por su torpeza.

—Si eres gay y me odias porque imaginas que soy hermosa y te encantaría ser como yo…debe ser muy duro para ti ser un cabrón, estúpido e idiota todo el tiempo, cuando te mueres por ser muy femenino.

Quería reír, su rostro se había convertido en una figura estupefacta por mis palabras.

—¡Americana mal educada… ¿Cómo te atreves a hablarle así?!—la fina voz de Amy llego hasta mis oídos.

—Soy irlandesa, no americana—corregí calmada metiéndome las manos en los bolsillos de mi pantalón, ante su cara de enojo. —y el empezó primero.

—Irlandesa, con razón tienes ese lenguaje tan soez y vulgar—reprendió indignada.

—Oye estirada, si mi lenguaje te parece ofensivo deberías taparte tus virginales iodos.

— ¿Me has llamado gay?—voltee hacia Darien.

—Sí, lo hice.

—Oh, Darien deberíamos irnos, Malachite me ha mandado a avisarte que esta abajo esperando por ti.

— ¿podrías avisarle que no me iré a la cabaña Amy? He decidido quedarme en MI casa, y no me iré de aquí hasta saber que mi hermano y su dinero están a salvo.

—Eres un imbécil, pero sabes que para tu calma y paciencia, me voy de tu maravilloso hogar—extendí mis brazos exageradamente a mi alrededor—esta misma tarde, por desgracia Mina no viene conmigo porque AMA, óyeme bien AMA a tu hermano.

—¡ ¿Qué es lo que sucede aquí?!—Mal apareció junto a Mina y esta al verme enojada paso de largo a Darien quedando junto a mí.

—Nada—Darien y yo respondimos al unísono.

—Esta mujer ha llamado gay a tu hermano—Andrew apareció detrás de mí, estaba recargado en la pared con los brazos alrededor de la cintura de Lita, los cuales nos miraban divertidos.

« ¿Cuánto tiempo llevaran allí?»

— ¡Gay!—Mal y Mina hablaron al unísono.

—Genial—mascullo Darien.

— ¿Por qué lo llamaste gay Serena?

—Me jodía.

—¡Por amor a Dios!—Darien hablo fastidiado— ¡¿Podrías dejar de decir tantas malas palabras?! ¡¿Dónde has vivido todo este tiempo debajo de un puente?!

—Mira imbécil…

—Serena, Serena…por favor cálmate.

—Mina.

—Serena, ven conmigo, si sigues así te dará un ataque.

Siendo prácticamente arrastrada por Mina fui recluida en mi habitación.

—Debiste dejar que le respondiera—gruñí, ella entorno los ojos, con una mirada sospechosa. — ¿Qué?

—Serena, la última vez que te vi soltar tu arsenal de insultos contra alguien fue en contra de Alan Li, y era porque te gustaba.

— ¡¿Estás loca?!

—Oh vamos Serena, ese niño te traía loca y esa era tu forma sacar lo que sentías por él.

—Eso es una cruda mentira Mina…además lo que insinúas es estúpido, ese idiota me saca de mis casillas no sabes lo que me ha dicho antes de que Amy, tú y todos los demás aparecieran—bufe sentándome en la cama—Además no he dormido bien, últimamente tengo unos sueños rarísimos, que quiero entender y no puedo, me cruzo de brazos.

—A decir verdad, nunca te vi actuar así con Diamante—entorne los ojos estupefacta.

— ¡Siempre escuchas solo lo que quieres escuchar!... ¡Mina, has escuchado lo que te he dicho de los sueños si quiera!

No, era en vano seguramente para este momento en su cabeza ya estaba viendo mi boda con Darien.

—Lo que quiere decir que en realidad el amor que sentías por Diamante no era verdadero. —me miro sonriendo.

Bufe—me rindo—caí recostada sobre la cama, mientras ella hablaba de lo lindo que sería si me hiciera novia de Darien, a veces creía que nunca supero los 15 años.

A decir verdad esta mañana no me había levantado de buen ánimo, aquel sueño aun me invadía por la noche, deseaba saber lo que significaba, deseaba saber quién era aquel hombre que debía ayudar.

Necesitaba entender a que se refería aquella persona con:

"El tiempo y el destino"

Ya no entendía nada.

"Debes liberar su amor de la cadenas de culpa que lo atan, debes demostrarle que nada fue su culpa…solo así ella podrá descansar en paz."

— Eso quiere decir que hay un él y una ella, ¿por qué no puedo dejar de pensar en aquel sueño?

Porque siento que debo quedarme, suspiro guardando el resto de mi ropa en la maleta, le había dicho al señor "cuido mi dinero" que me marchaba hoy y así seria.

—Gay—doy un brinco girando a mi espalda y en el marco de la puerta esta Darien, su atención no está en ningún punto fijo.

—Olvídalo, tengo una tendencia a hablar mucho cuando algo o alguien me molesta demasiado—se acerca despacio siendo guiado por belá.

—En mi vida me han llamado de todo por ser ciego, he recibido burlas de muchos tipos pero ¿gay?—su tono no era divertido, más bien era molesto.

Solo hasta ahora me pregunto ¿Cuánto habrá pasado el por el simple hecho de ser ciego? Recibo un golpe de culpa por la forma en que lo trate. Las personas no suelen ser muy solidarias, incluso suelen ser crueles, eso yo lo es de sobra, llevaba una marca que lo probaba.

—Tú me has llamado "caza fortunas", porque eso fue lo que quisiste decir.

—Eso mismo…la diferencia es…

—La diferencia es que no lo soy, créeme que soy una mujer bastante solvente y no necesito tu dinero ni el de nadie. Es más ni siquiera me dolió que me llamaras caza fortunas a mí, sino a Mina, ella es una mujer intachable con el corazón más dulce que he conocido en mi vida sí, es un poco loca, pero no es mala…ella es increíble y es mi amiga. Ahora te puedes quedar tranquilo porque estoy a nada de cumplir tu sueño me marcho esta tarde así que…

—Hiciste una oferta—me corto—hiciste una oferta que he decidido tomar—lo mire sin entender.

—¿A qué te refieres?

—Ofreciste mostrarme el mundo a través de tus ojos, ahora yo tomo tu oferta— me dio la espalda, estando por salir se detuvo— desde ya te digo que lo primero que quiero conocer es un lirio.

—¿Un lirio?

—Si…últimamente su olor llama mucho mi atención y ahora más que nunca deseo como es su tacto, estoy seguro de que es tan hermoso como lo es su olor—dejándome extrañada se marchó sin saber que sus palabras me habían llenado de una extraña sensación de felicidad.

*Misión cumplida monnies las adoro*

*Millón gracias por sus lecturas y por sus mensajes*

*Les envío un abrazo grandote y fuertototote :)*