LA HISTORIA ES COMPLETAMENTE INÉDITA PERO LOS PERSONAJES SON DE LA MARAVILLOSA NAOKO TAKEUCHI
CAPITULO 9
PRIMERA EXPERIENCIA
*Darien*
Retiro mi mano de su toque.
—Serena no es necesario que me guíes de la mano, no soy un invalido, además Belá puede ayudarme, esta para eso.
—Lo siento no creí que te molestara.
—No me molesta…es solo que…
«No puedo definir la calidez que desprende tu cuerpo y lo que causa en mí»
—Está bien no te toco más.
—Darien—la voz de Amy se escucha cercana mientras escucho el repiqueteo de sus zapatos.
—Dime Amy—no dice nada por un instante, la escucho carraspear.
—Eh, tienes una llamada que necesitas atender, es con respecto a aquel asunto, y debemos tomarla aquí en el despacho—siento una ligera decepción, al saber que no podré ir con Serena.
—Bien yo—giro despacio hacia dónde puedo sentir la presencia de Serena.
—Claro, entiendo—su voz suena desencantada—Yo te mostrare después lo que te mencione, bien ahora me marcho.
Su presencia y su esencia se pierden en el momento en que cierra la puerta detrás de ella.
— ¿La echaste?—la voz de Amy suena un poco exigente.
—Disculpa—pregunto con semblante serio, mientras avanzo hacia mi escritorio.
—Darien, habíamos quedado en que la echarías, ella es una aprovechada—su tono enfadado hace que me enoje con ella.
—Amy, eres mi amiga y te respeto por eso, pero este es mi hogar y yo decido quien se queda o cuando se marcha de este lugar—hago una pausa—además ha surgido algo que me ha hecho dudar de tu investigación sobre ella—un leve bufido llaga hasta mis oídos.
—Mira, no me equivoqué está bien, bueno a fin de cuentas sabes que lo que se encuentra en las redes sociales no es del todo verídico.
—Ya. —lo digo ahora no muy seguro de todo lo Amy me informo.
La escucho moverse, arrastrar una silla.
—Solo te pido que no te dejes envolver Darien ya una vez te sucedió y quedaste muy mal y créeme que no deseo volver a verte en el estado en el que estabas.
Cierro mis puños en los reposabrazos de la silla.
—Porque insistes en mencionar siempre aquello.
—Porque es evidente que estas cayendo nuevamente… ¡Demonios!—la escucho maldecir, la silla se arrastra nuevamente, la escucho caminar hacia mí.
—Necesitas…
—Necesito que por una vez en tu vida no pongas a otra mujer antes que a mí—la puedo sentir muy cerca, sus manos se cierran en mis mejillas, me pongo de pie y la aparto.
—Amy, creí que ya habíamos hablado ese asunto. —me alejo de ella, mientras siento como belá se acomoda a mi lado.
—No, tu lo hablaste Darien no yo.
—Sera mejor que te marches hoy mismo.
— ¡Que…en serio me echaras a mí en lugar de a aquella idiota!—su indignación es palpable.
—Amy—suelto en advertencia—tu comportamiento es inaceptable, como ya te dije será mejor que…—un portazo me interrumpe, exhalo cansado. —Demonios.
…
*Serena*
—Mujer idiota—mascullo bajando una de las colinas del castillo—Como se atreve a hacerme señas estando Darien allí…¡Es una maldita falta de respeto!
La hojas tostadas por el sol crujen bajo mis botas, el aire es un poco frio así que meto mis manos en los bolsillos, ciertos arboles han empezado a tener un follaje muy verde y llenos de pequeñísimas flores color rosa.
—Dios tengo que calmarme—me repito una y otra vez. Aunque me es imposible cuando el recuerdo de la llamada de Diamante hace que mis pasos se detengan. —Que infierno, ¿Cómo diablos supo dónde estaba? Más le vale que no se aparezca por aquí porque juro que le hare tragar sus bolas.
—Estúpida y además vulgar—de inmediato me pongo de pie para enfrentar aquella voz. Allí esta altiva y con ese porte de creerse que vale mucho más que yo.
—Estúpida no, vulgar mucho menos, boca sucia definitivamente si—la señalo con mi dedo índice, mi esmalte rojo brilla con el sol— ¡vaya necesito una manicura!—la ignoro
—Eres una…—la tipa se pone casi tan roja como mi esmalte.
—Una ¿Qué?—me acerco furiosa hacia ella—hace un rato lo que hiciste delante de Darien es una maldita falta de respeto. —ella se cruza de brazos sonriendo burlona.
—Él no puede verme, en ciertos casos eso es muy conveniente—la sangre quema en mis venas.
—Tú sí que eres una mujer estúpida…
—Hey...
—Hey nada peli azul insoportable y mal educada, yo podre ser toda lo boca sucia que quieras pero jamás me burlaría de Darien, no haría cosas ante él de las que no se da cuenta.
—Mira oxigenada—entorno los ojos.
— ¿En serio, ese es tú mejor insulto?—imito sus brazos cruzados con gesto burlón.
—Aléjate de Darien, he estado esperando mi momento y créeme va llegar así tenga que sacarte de aquí por mis propios medios—sin decir nada más da la vuelta y se marcha, no digo nada, esa mujer ni siquiera vale la pena.
—Darien debe alejarse de esa mujer.
Continuo mi caminata, es la segunda advertencia que me da y la verdad es que no entiendo porque se siente tan amenazada por mí.
—Oh vamos Sere, eres una belleza—me digo a mi misma—mírate—me detengo nuevamente—cabello rubio y además natural, tengo un par de nenas preciosas y un tras…
—Cualquiera mataría por tener el ego que tienes tú. —giro bruscamente para encontrarme con un Darien de sonrisa burlona sentado en un banca delante de algunos arbustos.
—Es que en este lugar no saben llegar sin avisar—me llevo la mano al pecho por el susto.
—Por favor continua con tu divina evaluación—siento mi cara calentarse por el hecho de que me haya escuchado— ¿sigues allí?—su diversión se ha cambiado por un entre cejo fruncido.
—Sí, sigo aquí—avanzo hasta el, en silencio me siento a su lado acariciando a belá—no debiste escuchar mi "evaluación"—bromeo queriendo cambiar su semblante.
—Un par de nenas preciosas—arquea una de sus negras cejas.
«Dios, será consiente de lo bello que es»
Carraspeo—Si—miro mi pecho—sé que no las puedes ver pero créeme Uff son preciosas. —una bella sonrisa se hace en sus labios, casi sin darme cuenta correspondo su sonrisa.
—No los puedo ver pero los puedo tocar—mueve sus cejas sugerentes.
—Hea, hea… ¿Quién eres tú? Y ¿Qué hiciste con el Darien que hasta hace poco gruñía por todo?
—Solo me protegía. —mi sonrisa se borra. «Mierda se protegía por eso era un imbécil….pero protegerse de que»—Oye—me saca de mis cavilaciones— Descríbemelas—mi cara vuelve a calentarse una vez más.
—Yo…bueno…—el ríe.
—Serena, las montañas—su sonrisa se amplía—el paisaje. —respiro profundo, queriendo golpearlo.
—Idiota—se carcajea y ese sonido me pareció muy bonito.
—Para tener la boca tan sucia, te avergüenzas con ciertas cosas, eso es extraño.
—En mi defensa debo decir que sí, soy boca sucia pero no soy una libertina.
—Eso me parece perfecto—por un segundo lo observo, ese semblante rudo y enojado de hace unos meses atrás ha desaparecido, por ahora se ve como un hombre joven, divertido y absolutamente guapo.
Nada que ver con aquel hombre que había prometido mostrarme su oscuridad.
— ¿A qué te referías con conocer tu oscuridad?—su sonrisa se borra y me arrepiento en el acto de haber hecho esa pregunta. —Lo siento…no debí preguntar.
—Exacto, no debiste preguntar—toma la correa de belá dispuesto a marcharse, con rapidez coloco mi mano sobre la suya, el gira su rostro hacia mí.
—Hay tres montañas—por un momento su cara demuestra extrañeza, pero un segundo después él lo entiende y vuelve a sentarse sin mencionar palabra. —Hay una pequeña, luego viene una enorme y termina con una pequeña, todas están cubiertas por cientos de árboles que ahora tienen todas sus hojas muy, muy verdes aunque algunas hojas ya están secas.
— ¿Secas?
—Si—me inclino y cojo u na hoja seca del suelo, tomo su mano entre las mías, haciendo que con su tacto reconozca su textura.
Sonríe nuevamente mientras presiona su mano la frágil hoja.
—Se lo que es una hoja seca—se burla.
—Idiota—le arrebato la hoja de las manos. —porque preguntaste—suelto divertida.
Se encoge de hombros.
—Mi padre y mi hermano me enseñaron todo sobre este lugar, se andar por todo este castillo incluso sin ayuda de Belá.
—Nunca te has perdido.
—No, mi padre mantuvo todo en el mismo lugar por mí, incluso si crecía un arbusto nuevo me lo mostraba para que no sufriera ningún accidente. —habla con cariño al recordar a su padre.
—Él era un excelente padre. —afirmo.
—Lo era, tanto como Mal es buen hermano—veo que desea cambiar el tema de su padre y lo dejo pasar.
—Mal es increíble, Mina está muy enamorada de él.
—Es una locura, ¿Cómo puedes enamorarte de alguien por internet?
—No lo sé, pero ellos lo hicieron así que imposible no es. Solo tienes que mirarlos y escucharlos para saber lo locos que están el uno por el otro.
—Solo espero que tu amiga no le haga daño.
—No lo hará, créeme estoy casi segura de que lo de esos dos es para largo.
—Eso espero. Ahora—se pone de pie extendiendo su mano hacia mí—quiero que me enseñes cosas que mi padre y mi hermano no me enseñaron.
Tome su mano poniéndome de pie a su lado.
—Bien…pero Amy no te necesita para…
—Ella se marcha hoy a Edimburgo, ya delegue un par de cosas a personas de mi confianza.
Quería preguntar ¿Qué delegaste Darien? ¿Qué es lo que haces, acaso trabajas? Pero no dije nada, no quería correr el riesgo de que se enojara y perdiera su buen humor.
—Bien entonces vamos.
Decidí que le mostraría otras cosas antes de llevarlo hacia los lirios, quiero que eso sea lo último que conozca de mi mano.
…
—Esto es asqueroso Serena—ríe con una mueca de asco—sus pies están llenos de lodo.
—No te quejes dijiste que tus padres nunca te permitieron hacer esto—observo mis pies junto a los de él.
—Ahora veo porque, es absolutamente asqueroso—lo sostengo con mis manos de sus antebrazos, puedo sentir sus risa y su aliento golpear en mi rostro, un ligero viento lo ha despeinado dándole un semblante casi aniñado, sus facciones son perfectas y él no es consciente de lo atractivo que puede llegar a ser para una mujer. —Te comieron la lengua los ratones.
—No, lo siento de veras es que esto es asqueroso.
—Como se hace esta locura—mueve sus pies en el lodo haciendo que haga un sonido asqueroso, sonido que hace que su risa resurja fuerte y dura de su garganta.
Me quedo anonadada ante su aspecto.
«Reacciona Serena, ¿no se supone que estas con el corazón roto?»
Carraspeo.
—Es…es em agua, tierra y además creo que tiene hojas y una que otra lombriz.
—Oh rayos…lo veo erizarse por el asco, Serena eres horrible—me carcajeo al verlo salir del lodo rápidamente. —Eres horrible—repite nuevamente divertido.
— ¿Sabes lo que es una lombriz?—pregunto aun riendo.
—Claro que si, por Dios fui un niño Serena y todo niño sabe lo que es una lombriz.
— ¿Y cuál es el problema entonces?—recojo mis botas y las de él.
—Que no…—se estremece—no es lo mismo tocarlas con las manos que pisarlas Serena… Belá—llama a su cachorra.
Ella retrocede al ver nuestros pies, mientras se sacude.
—Creo que nuestros pies le parecen horribles—Darien bufa.
—Ve a casa Belá—le ordena y está ni corta, ni perezosa hace camino hacia el castillo.
—Es una cachorra hermosa.
—Sin duda que lo es—arquea su brazo hacia mí—creo que la clase se terminó maestra— toma mi mano y la mete en el hueco de su antebrazo.
—Sí, no creo que podamos andar descalzos por ahí. —caminamos uno junto al otro y la situación me parece cada vez más utópica. —Darien—llamo su atención, el posa su mirada sobre mí, me muevo de manera que podamos esquivar los guijarros en el suelo lleno de hojas— ¿Qué es lo que hace que tu mundo sea oscuro? Y no me digas que tu ceguera.
El duda por varios segundos, su mirada se pierde en su inmensa oscuridad.
—Algún día talvez te lo cuente, cuando sienta que conozco tu mundo de colores.
—Es justo—asiente en silencio.
Después de una larga caminata, y de una charla bastante superficial llegamos hasta el castillo siendo recibidos por una sorprendida Lita.
Al vernos de brazos entrelazados ella sonríe de manera abierta.
— ¿Qué les paso? Están todos cubiertos de lodo. —camina hasta quitar los zapatos de Darien de sus manos.
—Creo que mancharemos los pisos si entramos así.
—No importa Darien el lodo ya se ha secado—contesto.
— ¿Esta seco?
—Si.
—Bien entonces no corro el riesgo de que Lita me quiera correr con la escoba por ensuciar sus pisos—se adelanta hacia las escaleras— ¿No vienes Serena?
—No, aun debo hacer algo aquí, pero nos vemos en un rato—asintió adentrándose al castillo.
Lita se gira sonriente hacia mí.
—Te dije que no era un ogro—medio sonrío.
—Tenías razón y me retracto de todos mis insultos hacia él, la pregunta es ¿Qué hizo que cambiara su actitud hacia mí?
«Aunque yo presentía que era el haber escuchado mi conversación telefónica esta, mañana»
—No lo sé, pero sea lo que sea que sucedió hizo que el verdadero Darien se mostrara ante ti.
—Me agrado conocerlo—asevero—mira—saco de mi bolsillo un par de flores violetas. —Estos cardos tienen un perfume increíble.
— ¿No te has pinchado?
—No, los he tomado con mi guante, quiero ver si puedo obtener un poco de su fragancia, ¿me prestas tu cocina mañana por la mañana?
—Claro será ilustrativo verte trabajar en lo que amas.
—Gracias.
Quería mostrarle esto a Darien, quería que supiese en lo que trabajaba pero aun no era tiempo, recién lo conocía y…y no sé.
«Si sabes Serena, es solo que no lo ves aun»
Mi conciencia me grita algo que no quiero escuchar.
…
*Malachite*
—Sí, se resolvió de inmediato ya tengo las esmeraldas en mi poder, en cuanto vuelva las dejare en la empresa pata que puedan ser convertidas en hermosas joyas.
Observo a Mina dormir a través de la cortina, su cabello se extiende sobre la almohada haciendo que este se vea como un luminosidad a su alrededor.
— ¿Cuándo vuelves?—mi hermano suena relajado y eso es raro en él, más raro sabiendo que esta con Serena en su sitio. A menos que…
— ¿Echaste a Serena?
—Que…no, porque lo preguntas.
—No se suenas relajado y casi nunca suenas así, bueno no al menos por estos tiempos.
Lo escucho bufar.
—Ella está en la habitación continua y no, la que se marcho fue Amy.
—Amy, ¿Por qué?
—Tuvimos un inconveniente absurdo, le he delegado ciertas responsabilidades a Seiya mientras regreso a la compañía.
—Delegado responsabilidades a Seiya, creí que querías volver pronto.
—Quería, tú lo has dicho, es solo que ahora tengo un compromiso ineludible.
—Bueno y ¿Cuál es ese compromiso?
—No seas metiche y mejor dime cuando vuelves. —sonrío al escuchar a mi hermano, después de lo que sucedió con Michiru su humor se volvió agrio así que para mí es más que bueno escucharlo hablar de una manera tan suelta.
—Vuelvo dentro de una semana.
—Creí que dijiste que todo estaba solucionado—escucho la diversión en su voz.
—Oye, estoy en Brasil cono una hermosa rubia que además es mi novia y no quieres que aproveche—reímos.
—Bien, ten buenas vacaciones y saluda a Mina.
—Gracias…y Dar, sea que sea lo que estés haciendo para estar así no dejes de hacerlo. —se queda en silencio.
—Lo intentare.
Cierro la llamada mientras observo el océano azul en la noche, es el mismo color de ojos de mi hermano, esos mismos ojos que nunca han visto el mundo.
Esta mañana Taiki había llamado diciéndome que Darien había pasado varias semanas practicándose estudios por dolores de cabeza.
También me hablo de cierto tratamiento y posterior operación que Darien podría realizarse con la esperanza de ver.
Esperanza, eso era lo que mi hermano ya había perdido hace mucho tiempo. Pero ahora esos dolores de cabeza que significaban, Taiki dijo que todo había resultado bien pero entonces ¿A qué se debían?
—Ahora que te sucede hermano—De cierto modo me dolía que no me hubiese dicho nada, pero como siempre él quería ser auto suficiente.
Si supiera las veces que lo defendí cuando en la escuela los niños hacían chácharas en su cara.
—Escuincles idiotas—mascullo recordando las golpizas que me daba con ellos por eso. Creo que se enojaría si lo supiera.
— ¿Está todo bien?—las manos de Mina se envuelven en mi cintura, mientras sus pechos se pegan a mi espalda.
—Sí, hablaba con Darien. —me giro entre sus brazos, ella se aparta un poco.
— ¿Ha echado a Serena?—pregunta preocupada.
—No, Serena aún sigue en el castillo.
—Entonces aún no se han matado.
Beso su nariz.
—No aun no, hey… ¿Qué te parece si nos quedamos una semana aquí?—ella se impulsa de mis hombros envolviendo sus muslos en mis caderas.
—Eso me parece perfecto—nos besamos mientras camino hacia la cama dispuesto a hacerle el amor por tercera vez en el día.
…
*Darien*
Dejo la navaja de afeitar por tercera vez sobre el mueble de mi baño, frustrado arranco la toalla de mi cuello tirándola al piso.
Poso mis manos en el lavamanos tratando de recuperar mi calma.
Esta mañana baje por Lita para que me ayudase con esto de rasurarme ya que no está Mal, pero Lita había salido a comprar víveres con Andrew.
Respiro profundamente varias veces.
—No me moriré por no rasurarme—esto me cabreaba, sé que debería estar acostumbrado a que mi ceguera me limitara, pero en serio había cosas a las que aún no me acostumbraba.
Siento como Belá camina a mi lado mientras avanzo hacia mi guardarropa.
Derecha: chaquetas, seguidas de suéteres, luego camisas y camisetas, palpo todo hasta llegar al tablero que divide mis prendas.
Izquierda: Pantalones, negros cuento del 1 hasta el 8 negros.
—Al menos ese color si se cual es—me burlo de mi condición, del 8 al 16 grises y el resto azul oscuro, desde pequeño me enseñaron como escoger mi ropa.
Mi guardarropa no cuenta con colores, de esos de los que la gente habla, rojo, amarillo, y nada de esa mierda, solo tonos grises, azules, negros y blancos.
Tome la camisa número 4, chaqueta número 3 y el pantalón número 8, los dejo sobre mi cama, mientras me pongo la ropa interior.
—Al menos puedo escoger mi maldita ropa interior sin preocuparme por su color.
Mis padres me habían enseñado a ser auto suficiente, y yo también se los había exigido.
Claro que mi madre, como buena madre que era no me permitía hacer ciertas cosas…como andar descalzo por el lodo.
Deslizo mi camisa mientras abrocho mis botones.
—Eso fue asqueroso ¿verdad Belá?—esta ladra acomodándose entre mis pies—si lo fue.
Cuando Serena llego aquí fui un completo idiota con ella, porque creí que sería igual a aquella mujer que no quiero mencionar. Pero no lo era, y ayer cuando la oí hablar por teléfono, supe que no solo no era así, sino que se parecía a mí más de lo que yo imaginaba.
También había sido traicionada por alguien a quien ella amaba, y por eso decidí darle una oportunidad para conocerme y poder conocerla.
«Y descubrir el porqué de sentirme seguro a su lado»
Termino de vestirme, y siendo guiado por Belá llego hasta la planta baja, casi todo está en silencio excepto por los sonidos que viene de la cocina.
Una fragancia suave y deliciosa se cuela en mi nariz, esta me guía por el salón hasta llegar a donde proviene.
— ¿Lita?
—Mierda—la escucho mascullar.
—No, definitivamente eres Serena—me rio—buenos días.
—Sabes que, deberías decir algo como "toc, toc voy llegando", no aparecer así de la nada. Podrías matar a alguien.
—Bien, "toc, toc voy llegando", buenos días, ¿sabías que aquí en escocia se tiene por costumbre saludar?
—Muy gracioso Darien, buenos días…Lita dejo tu desayuno allí. —enarco una ceja.
—No señalaste verdad. —la pico.
—Oh…emm lo siento, es que…siéntate en tu sitio ya te sirvo. —suena avergonzada.
—No es necesario.
—Si lo es. —la escucho moverse a mi alrededor, momento después para—ten—pone el plato frente a mí.
— ¿Qué es ese olor?
—Huevos revueltos con….
—No hablo de mi comida y lo sabes.
—Sí, lo siento es que ayer encontré unos cardos en…—espero paciente ante su pausa, nuevamente se mueve y arrastra una silla, por su calor deduzco que está sentada a mi lado.
—Encontraste los cardos y…—la insto a seguir hablando mientras meto un bocado de huevos revueltos en mi boca.
—Darien yo soy química y me especializo en perfumes.
—Perfumes, ¿estás haciendo un perfume en mi cocina?—pregunto curioso.
—Bueno no, técnicamente solo estoy extrayendo la fragancia de unos cardos que encontré ayer en el bosque.
—Es eso lo que huele tan delicioso.
—Sí, ¿te gusta? Su fragancia es increíble.
Química—perfumista, sus palabras bailan en mi mente
—Sí, huele muy bien, esa flor de por si es fragante. —Perfumista, esta mujer frente a mi toma lo natural y hermoso de la vida para convertirlo en un perfume que le recuerde a las personas lo bonito que la naturaleza nos ofrece.
«Ahora, me pregunto cómo se ve una Química—perfumista»
—Prometo dejar todo en su lugar.
—No hay problema Serena, usa lo que quieras, no me molesta—digo sincero.
— ¿En serio?—suelta algo emocionada, asentí.
Lirios, ese olor se esparce en el aire cuando la escucho moverse nuevamente, llevo la taza de café a mis labios.
¿Su perfume será de lirios, es por eso que siempre huele así?
Quiero preguntarle, pero no quiero sonar como un loco que se ha fijado en el dulce olor que ella desprende.
En lugar de ser tentado a preguntar por aquello, hago una pregunta más segura.
— ¿Qué me enseñaras hoy?—deja de moverse, sus botas hacen camino hacia mí.
—Hoy hace un día precioso, dime ¿has pescado alguna vez?
—Pescar…—cierto enojo se filtra en mi voz—pues, como veras soy ciego y no creo que el lago sea muy seguro para mí. —Nunca lo fue.
—Puedes cabrearte si quieres Darien, pero iremos a pescar—dejo la taza con brusquedad sobre el mármol.
—No iré.
—Si iras. —refuto.
—No.
—Apuesto a que sí. —su insistencia hace que mi enojo se convierta en una rabia casi incontenible.
—Sabes lo que sucedería si caigo en ese estúpido lago. —escupo las palabras, enfrentándola.
—Sí, nadarías y llegarías hasta la orilla…a menos que no sepas…
—Si se nadar en una piscina con bordes seguros, no en un lago donde puedo caerme de un maldito bote y nadar en círculos sin encontrar la endiablada orilla. —termine de hablar con una leve punzada en mi pecho, eso me había sucedido cuando era un adolecente idiota que se imponía retos estúpidos, ese reto y la niñería de querer ser autosuficiente casi me cuesta la vida.
Se hace un pesado silencio, y ahora no sé si se ha marchado o está aquí.
— ¡Puedes hablar maldición que cuando te callas no sé si te has marchado!—grite furioso conmigo mismo.
— ¡No me grites!—me sorprendí por su enojo—Y si, como ya ves estoy aquí, y deja de ser idiota. Si te llevo a pescar iras conmigo no solo, que asumo que cuando te paso eso estabas solo.
—Por qué asumes eso.
—Por qué eres terco como una mula vieja.
Sin poder evitarlo suelto una carcajada, esta mujer me iba a matar con su vocabulario… ¿Cómo podía hablarme así?
Inhale y exhale un par de veces antes de hablar.
—Está bien.
—Está bien ¿Qué?
—Iremos a pescar—acepte.
—Y no hay un "Serena lo siento por gritarte y ser un soberano imbécil"—gruñí.
—Lo siento y es todo lo que voy a decir.
Me parece escuchar una ligera sonrisa, después sus pasos se alejan nuevamente.
—Otra cosa Darien, jamás escúchame bien, jamás te dejaría hablando solo en una sala o en cualquier otro lugar Darien, jamás te faltaría de esa manera. Te respeto por tu decisión y coraje de ser independiente, admiro eso y créeme que jamás haría esa idiotez de dejarte hablando solo.
Sus palabras se cuelan despacio en mis sentidos causándome la misma calidez que hasta ahora solo había sentido al tocarla.
Ahora Serena había tocado algo dentro de mí con sus sinceras palabras, y no sabía si eso era bueno o malo.
…
*Gracias a las personitas que aún me tienen entre sus listas de lecturas mil perdones por la falta de actualización, sucede que Fanfiction no me dejaba publicar, la razón no la se.*
*Lo que si se, es que por esa razón estoy escribiendo en Wattpad, y es allí donde tengo esta obra completa, para quien desee leerla allí, mi usuario es Monaxia-Sol18 o Adriana L. Buemer*
*=Nitoca: Mi bella millón gracias por comentar.
