Epílogo
Nos encontrabamos frente a frente, estaba demasiado cerca de su rostro, centímetros de sus labios y solo podía mirar sus ojos, me encontraba hipnotizadasabía que debía alejarme pero su mirada me pedía otra cosa.
Algo simple que incluso yo deseaba, solo debía acortar esos centímetros y todo se haría realidad, tendría lo que tanto habría anhelado incluso si era un error, sería un error muy placentero.
Sin pensarlo más me acerque a esos labios rosas y delicados que sin pudor alguno me llamaban para proclamarlos como míos para al fin probar aquella tentación prohibida que solo en mis más recónditos sueños había probado. Sin quitar la vista de sus ojos turquesa me acerque aún más, esperando algún rechazo o alejamiento de tu parte, sentí su aliento más cerca cada vez; suspirando. Cerre los ojos y terminé con esa pequeña distancia.
Abrí mis ojos abruptamente, lleve mi mano a mis labios y me di cuenta de que todo había sido un sueño, tan cerca pero tan lejos. ¿Cuánto tiempo llevaba soñando con eso? Días, semanas, meses, sabía que no había pasado mucho pero aquel deseo ya se sentía una eternidad que me comía en ansias de hacerse realidad, que no me dejaba pensar en nada más cada que la veía y que protagonizaba mis fantasías más exuberantes.
Me levante perezosamente de la cama, ese día era mi día libre del trabajo y gracias a la gran Diosa Madoka tampoco tenía clases en la Universidad.
Tome un plato y me serví cereal volviendo a leer una y otra vez la carta que venía dentro del sobre que me dio el señor Hatsune.
En el me ofrecían una beca todo pagado para cualquier Universidad que yo quisiera ya sea para hacer la maestría u otra carrera aparte de la que ya estudiada, claro ese era uno de las tres opciones que me daban a escoger.
La segunda era un contrato con la empresa Hatsune Corp. En el primer momento en que terminará mi carrera, era un empleo bueno en todo sentido, paga, horas de trabajo, etc. Podría decir que con eso tenía una vida asegurada.
La tercera y por última pero no por ello menos tentadora era un cifra de dinero tal que bien no era con la que podría vivir toda una vida, si era lo suficiente al menos para comprar 2 casas amuebladas y un coche del año, decir que eso no era una gran tentación era mentir, igual y si lo administraba bien si podría alcanzar para mi vejez pero me conocía y sabía que aquello no era mi mejor opción.
El señor Hatsune no me ponía ninguna fecha final para que yo le diera una respuesta; cuando hable con él el día siguiente después de haber abierto el sobre me lo dijo sin rodeos ni titubeos, directo y conciso.
-"Señorita Megurine aquello que yo le ofrezco no tiene fecha de expiración, bien puede tomar cualquier opción que le ofrezco dentro de unos años, puede ya ser mayor y querer el dinero o incluso el trabajo, claro siempre y cuando conserve consigo dicho documento yo le puedo cumplir la opción que usted elija en el momento que usted crea sea el mejor, solo pienselo y no se estrese innecesariamente pero tenga en mente que solo será uno de los tres que le ofrezco"
Claramente no había ningún apuro en elegir.
Pero incluso sabiendolo, no sabía cual sería lo mejor de todo eso. ¿Una beca, dinero o un trabajo?
Creo que partirme la cabeza en estos momentos por esa carta no es lo mejor. Mañana tendría mi cita con Miku en la cual me le confesaria y le diría todo lo que me hace sentir.
Las mariposas en la barriga cuando la veo y los nervios que me invaden cuando su mirada choca con la mía, el inevitable sonrojo que aparece cuando me abraza feliz de verme y todo el anhelo que siento de poder probar esos labios con los que sueño cada noche y que en más de una ocasión tuve la oportunidad de probar aún si era robado y aquello me sabría a gloria si no fuera por el hecho de que sé que si me atrevía ella se molestaría conmigo y ni una amistad podría tener.
Por eso mañana sería el día en que diría todo y esperaría ser correspondida.
Lo hubiera hecho hoy si no fuera porque ella sí tenía escuela y saldría muy tarde de la misma. Pero hay que tener paciencia para estos tipos de cosas empezando de que ambas somos chicas y no sé que tan bien se lo tome en primer lugar que una chica se le confiese.
Prefería no pensar en eso en lo absoluto, no quería llenarme de inseguridades de nuevo, ya había juntado el valor necesario durante todo este tiempo como para que vuelva a tener estos pensamientos y todo ese valor se vaya nuevamente.
Aunque siendo sincera ... Empezaba a tener un mal sabor de boca, ¿una premonición tal vez? O ¿un mal presentimiento? Cualquiera que sea no creo que sea tan malo como para no confesarme. ¿Qué podría salir mal?.
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Lamento haber tardado en subirlo, sinceramente ya lo tenía escrito pero encontré un trabajo que me consumio el tiempo y apenas me estoy adaptando.
En fin, espero no haber confundido a nadie con el epílogo, lo que buscaba era dar a entender que Luka ya llevaba tiempo pensando en que decisión tomar sobre la propuesta del padre de Miku y aquel día que pongo es el día antes de la historia .-. espero que se entienda n.n'
Espero les haya gustado y nos vemos pronto.
