Capítulo dos
En una cabaña cerca de la que fuera la Mansión de los Andrew, estaba Albert sentado en la que sería su nueva oficina.
-Albert, Albert- se escucho una voz muy clara pero tierna
-Hola Ros, ¿Quieres que Charlemos? - Contestó con una sonrisa
-Por supuesto que sí, Albert, te traigo noticias
- ¿Ah, ¿sí? Pues que esperas para decírmelas
Mientras tanto afuera del despacho, estaba Mark, empleado de confianza de la familia, quien los siguió por lealtad. Se detuvo al oír hablar a su jefe, -Otra vez hablando solo, me parece que se está volviendo loquito, ¡pobre jefe!
Toc, toc, se escuchó y Albert dio el pase -Lamento interrumpirlo, Señor, pero su sobrino Archie, acaba de llegar y está esperándolo junto con su tía Elroy y su cuñado George, en el comedor- Disimuladamente recorrió la oficina y comprobó que estaba solo.
Albert se dio cuenta de su actitud, pero disimulo.
-Gracias, Mark, voy para allá, puede retirarse-
-Con su permiso, señor- Salió cerrando la puerta y solo movió su cabeza en negación.
Albert sonrió y le dijo a Ros, - Gracias, hermana, por las noticias que me has traído. Solo espero concretar este nuevo negocio.
Salió de la oficina y se dirigió al comedor.
- ¡Buenas noches! Perdón por la demora, ¡Archie! Que gusto verte, Tía, George…
Cenaron tranquilamente y en la sobremesa, compartieron sus inquietudes.
-Bien familia, como saben estamos a punto de iniciar una nueva empresa y nuestros socios que creen en nosotros están esperando alguna respuesta favorable, les informo que me asociaré con el Duque de Granchester, pues su primogénito no está interesado en los negocios; su prioridad es la actuación y por lo tanto después de pensarlo acepto nuestra propuesta.
La próxima semana tendremos una reunión y este sábado vendrá a cenar con nosotros, así que espero contar con ustedes, ¿Archie, vendrás con tu novia?
-No, Tío, ya no tengo novia, pero si gustas puedo traer a una amiga.
-Me parece bien, -
- ¿Quién es ella?, preguntó la Tía Elroy
- Se llama Annie, Tía es de la familia Britter
- ¡Ah! Si la conozco
-Y ¿Tú, Albert, con quien vendrás? - pregunto la Tía, - Espero que no sea alguna de las señoritas tan enajenadas en ellas mismas.
-Pues en realidad no tengo a nadie, esas "damas" en cuanto se enteraron que ya no contaba con una buena fortuna, desaparecieron por arte de magia – Dijo moviendo sus manos en el aire y con una sonrisa.
-Jajajaja- se escucho la risa de Archie y se le unieron los demás.
-Pues a mí también me paso lo mismo, solo Annie, me siguió frecuentando, pero si gustas Tío te presento a una amiga que por cierto hoy me encontré, estoy seguro que te va agradar.
- ¿Y es bonita? - Preguntó la Tía
Albert abrió la boca de la sorpresa por la pregunta - ¡Tía! Por favor…-
-Por favor, nada, tienes que encontrar una esposa, ya te estas quedando para vestir santos… bueno mejor santas
Se escucharon las risas de todos, pero Albert se encontraba rojo de la pena.
-Y ¿bien? – preguntó la tía viendo a Archie
-Muy bella, Tía, si usted lo autoriza la puedo traer mañana para que conozca al Tío- Albert le lanzo una mirada fúrica. -
- ¡Claro que sí! - dijo con júbilo – Pero ¿por qué no la trajiste hoy?
-Si la invite, pero no acepto, me dijo que sería una imprudencia venir sin ser invitada por los dueños de la casa-. Contestó Archie.
- ¡¿En serio!? ¿Eso te dijo? – Preguntaron las tres personas que se encontraban con él.
- ¡Magnífico! Albert esa chica te conviene- dijo la tía con una sonrisa en los labios.
- Pues creo que tu Tía tiene razón, cuñado. – No te molestes, sólo se te esta pidiendo que la conozcas y después decides. – Comentó George al ver la seriedad y molestia de Albert.
-Está bien, acepto, tráela mañana para la cena – dijo Albert un poco más tranquilo.
- ¡Yupiiii! - grito la tía, espero sea la indicada para quitarte lo amargado que estás ya ni yo.
Todos se asustaron con el grito de la tía, pero se unieron sus risas con ella.
-Tía, te pasas, pero te quiero mucho, por cierto, ya es muy tarde, tienes que descansar, organiza todo con Dorothy para mañana y el sábado por favor.
¡Flammy! – llamó Albert.
-Si, señor, ¿en qué le puedo ayudar? – Preguntó Flammy
-Por favor lleva a mi tía a su habitación para descanse, gracias
Albert se levantó y le dio un beso en la frente a su tía. -Buenas noches a todos – y se retiró a su recámara.
Al día siguiente Archie fue temprano al orfanato y pregunto por Candy, la Hermana Maggie, fue a buscarla, pues se encontraba en la cocina lavando los trastes del desayuno.
-Candy, hija, tienes visita, esta en el recibidor, por cierto, muy guapo, ¡ay! Tendré que rezar – Se fue dejándola con una risa ahogada.
Candy fue al recibidor- ¡Archie!, tan temprano, ¿en qué te puedo ayudar?
-Buenos días, hermosa, vengo a invitarte esta noche a una cena en la casa de mi Tío Albert.
Candy parpadeo varias veces, - ¿Estás seguro, Archie?
-Si Candy, ayer mi Tía Elroy me pidió que te invitara, por favor Candy acepta, no te vas a arrepentir – Suplico Archie
-Esta bien, Archie, acepto pasa por mí a las siete.
-Gracias, Candy, estaré puntual. - Se despidió dándole un beso en la mejilla.
Candy paso un día agradable con sus pequeños alumnos, cuando estaba despidiéndose de ellos, la señorita Pony, le dijo – Candy, antes que vayas pasa a mi oficina a recoger un paquete que te dejaron, por favor.
-Si, señorita Pony – Candy al terminar fue a la oficina – Tocó y le dieron el pase,
-A sus órdenes, señorita Pony-
- Hija, aquí tienes tu paquete que dejaron.
- ¿No sabe quién lo manda? -
-No, pero anda que apenas tienes tiempo de arreglarte.
Candy sonrió y se fue a su casa, cuando llegó abrió el paquete y vio un hermoso vestido con todos sus accesorios incluidos y una nota.
Querida Candy:
Es un presente de tu futura Tía, es para esta noche, úsalo, por favor, no acepto una negativa.
Te espero con ansias.
Tía Elroy
Candy más resignada fue a ducharse para estar a tiempo.
Eran las siete en punto cuando escucho que tocaron, se levantó del sillón y fue abrir.
- ¡Estás hermosa! – Exclamo Archie
– Gracias Archie- Respondió Candy toda sonrojada por el cumplido
- ¿Nos vamos? Dijo Archie ofreciéndole el brazo.
-Si- dijo, se subieron al auto dirigiéndose a la casa de sus Tíos.
Albert se encontraba, en la sala nervioso – Ya deja de estar moviéndote, me estás mareando- dijo la Tía con molestia.
-Buenas noches, familia- Dijo Archie – Albert volteo a ver a su sobrino y se quedo asombrado por la belleza de mujer que le acompañaba.
Continuará…
Gracias por leer, en los siguientes capítulos sabrán de los traviesos duendes que por el momento están en el mundo terrenal. Al igual que otras compañeras las invito que lean todas las historias navideñas.
Saludos y bendiciones.
