Capítulo 5

Candy y Albert estaban sentados en el amplio sillón de la biblioteca

-Albert, ¿qué tienes en contra de Terry? Yo que recuerde no te ha hecho nada malo ¿o Sí?

-No, Candy, pero no me guste que te este buscando cuando estas con nosotros, me molesta sobre manera, no tienes idea. ¿Acaso tú lo amas? - dijo Albert con tristeza - ¿No te gusta estar con nosotros? ¿Te hemos hecho algo?

Candy lo vio con ternura, se acercó más a él – No Albert, no me hecho nada, al contrario, me han tratado muy bien y han sido generosos conmigo. Me gusta estar con ustedes, sobre todo contigo y no amo a Terry. Yo estoy enamorada de otra persona, desde que lo conocí, me gusto mucho, su forma de ser, su amabilidad, pero creí que era honesto conmigo, pero no.

- ¿Quién es él? Candy – pregunto Albert sin mirarla.

-Tú, Albert – Mirándolo, él se giró sorprendido –

- ¿Yo?, pero ¿en qué no he sido honesto?

- ¡Albert! Por lo que entendí con los niños, tu los premias por hacerle travesuras a Terry, por si no te acuerdas, desde que vinieron a cenar, fue el ojo morado y la rociada de Poupée, después le pusieron sal a su café y azúcar al bistec, lo recibieron aventándole globos con agua, un enjambre de abejas, le dieron un helado de lodo, limonada con laxante, pobre estuvo tres días en el hospital por deshidratación y lo de hoy ¡una piedra! Y todos ustedes se desaparecieron ¡Qué vergüenza! Pudieron vuelto a internarlo en la clínica, ¡¿Qué les pasa?!

-Pe…pe…pero Candy, es que a los niños no les gusta verte con el actorcillo – refuto Albert-

-No, Albert, no es correcto lo que hacen, si me hubieras preguntado que intenciones tenía Terry conmigo, con gusto te respondería, pero no lo hiciste.

-Vez, como das a entender que él quiere ganarte tu amor- dijo enfadado

-No y no, te voy a decir solo una cosa Albert, escúchame bien, Terry quería platicar conmigo porque no es correspondido por Susana, él la ama, pero ella también simplemente se esta dando a desear. Por eso vino me estaba platicando si podía contar conmigo para un plan que tenía, cuando ocurrió el accidente. – Dijo Candy tranquila, esperando alguna reacción de él.

Albert, solo esta cabizbajo, por su forma de actuar.

-Pero te voy a decir lo que hicieron estuvo mal y bien –

- ¿Mal y bien? No entiendo, Candy

-Pues verás después que se desvaneció Terry, Susana y Helena gritaron y se acercaron, para ver si se encontraba bien, ella empezó a llorar porque lo creyó muerto y le dijo que la perdonará, que lo amaba cuando lo llevamos a la habitación Flammy lo reviso y dijo que se entraba desmayado, Susy dejo de llorar por esa razón acepto a cuidarlo. Cuando se recupere hablaran para aclarar las cosas. Terry no me ama, solo somos buenos amigos. El que debería estar preocupado es Archie.

-Entonces ¿Terry esta enamorado de Susana? – Pregunto con cierta sonrisa Albert - ¿y por qué dices que Archie debe estar preocupado?

- ¡Ah! Eso tendrás que preguntárselo a él – dijo Candy

Se quedaron ambos en silencio por un momento cuando Albert tomo la mano de Candy y la invito a salir al jardín, ella acepto, una vez afuera

-Candy, lo siento, me porte como un chiquillo, apoye las travesuras de los pequeños y por supuesto que les daba premio por hacerlas, pero creí que Terrence te amaba, nunca imagine que te buscara para que lo ayudaras a conquistar a Susana, era tanta su insistencia para verte, ¡rayos!, me siento tan mal-. La verdad si se encontraba angustiado.

-Albert, lo importante es reconocerlo, te agradezco tu sinceridad, pero tienes que disculparte con él, lo antes posible, recuerda que es el hijo de tu socio.

-Tienes razón, Candy, gracias, pero ¿Tú podrás perdonarme?

-Yo no tengo nada que perdonarte, Albert – le sonrió

-Candy, aclarado este embarazoso asunto, quiero saber algo más…-Pregunto con duda.

-Dime, Albert, puedes preguntar –

- ¿Me darías una oportunidad para cotejarte?

Candy se quedo callada, por un momento, que a Albert se le hizo eterno, (pobre hombre)

-Veremos, Albert, aún no te has ganado mi confianza, lo siento-. Se dio media vuelta y regreso a la casa, dejándolo con sorpresa.

Albert, triste fue a la habitación de Stear, donde sabia que se reunían los pequeños traviesos

- ¿Qué pasó? ¿qué te dijo? ¿Ya son novios? – preguntaron

-No, niños, no somos novios, no acepto mi propuesta, me dijo que lo va a pensar-

- ¡¿Cómo crees?! Entonces de nada sirvió el madrazo que le dimos, ¿está enamorada del actorcillo? - preguntaron

-No está enamorada de Terrence, él solo quería que lo ayudara a conquistar a Susana- les dijo Albert con mucha tristeza

- ¡Oh! - todos con sorpresa- No la quiere, dijo Stear

-Pero Rose, nos dijo… ¿se habrá equivocado? - dijo Charlie

- ¡Shhhh! Qué no ven, todavía está aquí Albert-. Dijo Paty

-No, se preocupen, chicos, a mí también, me dijo que Candy sería la mujer de mi vida, solo que actuamos mal.

- ¡¿Qué?!, ¿Cómo es posible?, ¿Tú la conoces? ¿Sabes quién ella? - preguntaron Anthony y Lucy

-Si, ella era mi hermana, a veces viene a platicar conmigo y fue quien me dijo que conocería al amor de mi vida, que era hermosa por dentro y fuera y no se equivocó, Candy es bellísima-. Dijo con ojitos de borrego a medio morir.

- ¿Qué hacemos? Dijeron los pequeños y la puerta se abrió dando la entrada a la señorita Pony

-Perdón por la intromisión, Sr. Andrew lo que tiene que hacer usted es seguir conquistándola, sea atento con ella, caballeroso, regálele flores, llévela de paseo, usted mejor que nadie sabe lo que tiene que hacer y ustedes niños tienen que proporcionarles oportunidades de estar juntos y solos; se acerca la Navidad, porque nuestro tiempo se acaba el 1° de enero, es que ya saben y ahora a dormir. Se salió llevándose a Paty y Lucy.

Al día siguiente, Albert fue a disculparse con Terrence, quien estaba mejor gracias a Susana. La Tía Elroy lo cito en la biblioteca.

Biblioteca

-Albert, estoy molesta contigo, por ser secuaz de los pequeños y ponerte a la altura de ellos en una discusión sin fin, pero eso es lo de menos, aclaraste todo con Candy, ya le dijiste ¿que sea tu novia? - Albert se encontraba con cara toda roja por la pena que sentía y por lo que le decía su tía.

-No, Tía, Candy no acepto ser mi novia y ahora tengo que enamorarla antes del año nuevo.

- ¡Eres un zoquete! Mira que, si no la haces tu novia, veré que el hijo de los Harrison, la conquiste-. Le dijo apuntale con su dedo índice a la cara, estaba muy enojada. ¡¿Qué esperas?! Ve e invítala a salir.

Albert sin preguntar y veloz salió de la biblioteca a la recamara de Candy, para invitarla a salir.

Los días pasaron Candy aceptaba las invitaciones de Albert a salir al parque cercano, a tomar un café, un postre, las flores que le regalaba o mandaba a su habitación, ella lo ama, pero tenía que hacerse de rogar un poquito más.

Ella también le regalaba galletas horneadas, le hacia guiños, le coqueteaba abiertamente con o sin gente a su alrededor.

Llegó el 24 de diciembre, se celebraría con una cena que hacía dos años no tenían, pues Albert había recuperado algo de su fortuna gracias a su trabajo y la confianza que obtuvo de sus inversionistas entre ellos los Granchester.

Helena y Archie ya se habían comprometido al igual que Susana y Terry. Annie y Edmond iniciaban su noviazgo.

En la tarde llego Eliza Legan, solicitando hablar con el Tío Abuelo William, se le permitió la entrada a la biblioteca, ahí se encontraba Albert, Candy, Archie, George y la Tía Elroy.

- Buenas tardes a todos- dijo Eliza

- ¿Qué haces aquí? Sabes que no eres bienvenida – Dijo Archie

- Archie, tienes razón, no es bienvenida, pero deja que hable- dijo la Tía Elroy

- ¿Qué se te ofrece, Eliza? Te pido que seas breve

- Verá, Tío William, mi novio el Señor Michael Gordon, que tiene el cargo de contador en el negocio de mi padre, encontró estos expedientes, los cuales tiene toda la información del fraude que le hizo mi padre. Por desgracia aún lo es- Dijo Eliza con rencor

Todos estaban con sorpresa

- No lo puedo creer, ¿qué traman, ahora? – Pregunto Albert

- Yo nada, Tío William, solo que no se hace justo lo que él hizo, yo no soy mala, estoy enamorada de Michael y se que a lado de él tendré una vida honrada, sin embargo, con mi familia no, siempre sería señalada por el fraude que le hizo.

Candy se acercó y le dijo a Albert – Tienes que confiar en ella, por favor-

- ¿Tú qué haces aquí? - pregunto Eliza

- Ella es mi prometida, Eliza- dijo Albert; Candy se sorprendió, pero no lo desmintió.

- ¿En serio?, pues felicidades a ambos. Bien tío William te dejo esos papeles tu sabrás que hacer con ellos. Les deseo a todos felices fiestas. Con permiso- Eliza se retiró.

- ¿Qué harás, Tío? – pregunto Archie

- George, te encargo que lleves estos expedientes con los abogados e investiguen si hay posibilidades esto bajo la más estricta confiabilidad.

- Si Albert, así se hará- dijo George.

Los niños, estaban en el primer piso de la casa planificando un encuentro de los rubios.

Se escucho que tocaron la puerta, Albert dio el pase

-Perdón que los interrumpa – dijo la señorita Pony- Necesito hablar con ustedes

-Adelante, señorita Pony, tome asiento, por favor – dijo Albert

- Pues verán, como sabrán en enero podremos regresar al Orfanato, pero necesito saber si el señor George va adoptar a Anthony y Paty, para hacer los trámites correspondientes

Todos voltearon a ver a George

-Ejem - salió de la garganta de George – Este, Albert, señora Elroy, solicite la adopción de ellos porque desde que llegaron me simpatizaron y se ganaron mi corazón. Y cómo voy a rehacer mi vida con Josephine pues decidimos adoptar.

- ¡Felicidades, George! – Dijo Candy feliz, se acercó y le dio un gran abrazo.

- Gracias, señorita Candy –

- Pero ¿qué pasará con Charlie y Lucy? – Preguntó la Tía Elroy

- No se preocupe, Tía - dijeron los señores Cornwell, quienes entraron a la biblioteca -. Nosotros los adoptaremos.

- ¡Qué! – dijo Archie - - ¡Oh no!, ¡Más travesuras! - Todos soltaron la carcajada.

-Señorita Pony, qué le parece si les va dar la noticia a los chicos y cuando terminen las festividades firmamos todos los documentos – Dijo el señor Cornwell.

- Me parece muy bien, señor, con permiso – se retiró.

Los niños gritaron de la emoción, pero se pusieron tristes porque ya no iban a regresar a la guarida del Espíritu de la Navidad.

Porque han se saber que una vez que se quedan en la Tierra, se convierten en simples humanos y pierden sus recuerdos de cuándo trabajaban en la guarida.

Todos estaban en el Hall de la casa, esperaban a Albert y Candy, ellos iban bajando por las escaleras y en el último peldaño, los niños empezaron a gritar

-¡Beso, beso, beso! – Los adultos también se les unieron; Candy y Albert, no entendían, hasta que Lucy les señalo que arriba de ellos había un muérdago, (ya saben que es una tradición).

Los jóvenes se pusieron de mil colores, Candy al ver que Albert no tomaba la iniciativa dijo – Lo que me faltaba, ¡hombres! – lo tomo de las solapas de su saco, se acercó y lo besó.

Todos aplaudieron, chiflaron y gritaron - ¡bravo Candy!

Fin

Chicas hermosas, gracias por la oportunidad que le dieron a esta historia navideña, recordemos que año con año es una época única, no se repite.

Les deseo una FELIZ NAVIDAD Y UN PROSPÉRO AÑO 2019.

Les mando un gran abrazo con mucho cariño desde la ciudad de México.

Gracias: Elbroche, Sakura Ardlay, Gaby W. Andrew, Tutypineapple, Chidamami, Venezolana López, Kata 78, Yuleni Paredes, Adoradandrew, Elo Andrew, Gabriela Infante, Cornwell Andrew, MadelRos, Elico01, Yuyu, Ana Isela Hdz, Guest 1, Guest 2. Guest 3 y todas las anónimas lectoras.

Saludos y bendiciones

Coqui Andrew.