Después de que ella fue enterrada, una enorme pesadez se apoderó de mí cuerpo, estaba cansado y agotado, realmente me era imposible mantener el control de él, la tristeza era uno de mis peores estados, mi Skye se había ido y ya nada podía hacer.
El camino a casa era enormemente tedioso, no quería prestarle mucha atención al camino, lo que ahora quería era llegar a casa, necesitaba mi cama y meterme en ella para siempre. No quería saber del resto del mundo, por mi todos podían irse al carajo, quería que todo se esfumara, escuché el leve quejido proveniente de mi hija, la miré de reojo, ella seguía descansando tan plácidamente, quisiera tener su calma, olvidar todo el asunto de la muerte de Skye, desearía que al menos fuera más fácil, pero como bien decía mi madre: "nada en esta vida es fácil" y de eso ya lo tenía muy en claro. Llegamos al fraccionamiento de mi casa, algunos recuerdos comenzaron a bombardearme, eran como terribles zumbidos azotando mi mente, cada uno eran las veces que Skye estaba conmigo, conduje lo mas rápido, realmente necesitaba estar a solas. Una vez en casa, guarde y estacione mi auto, tome a mi hija, entre a la casa lo más pronto posible, maldije al ver en interior que estaba desordenado, la sensación de vacío no tardo en aparecer, la casa se notaba fría, oscura y opaca, tan sola.
Subí lo más pronto a mi habitación, con cuidado deje a mi hija en mi cama para después tomar una ducha, mi cuerpo agradecía recibir el agua, aunque mi cabeza seguía divagando, no dejaba de atacarme con tantos recuerdos, tenía emociones que no deseaba sentir. Lleve mis patas a mi cabeza comencé a tener dolores de cabeza, pronto me asedió un calor terrible, no me percate que el agua estaba demasiado caliente hasta que mi piel sintió el horrible bochorno
-Joder...-
Espere un poco para que mi cuerpo perdiera exceso de calor y terminar de ducharme, pero esta vez con agua fría, una vez acabada la ducha sentí millones de sentimientos apunto de salir, principalmente nostalgia, mi cuerpo actuó rápido tomé solo dos prendas ligeras, aún con mi pelaje húmedo decidí ponerme aquella camisa azul y aquellos boxers, sin pensarlo me tiré a la cama aún lado de mi pequeña. Cerré los ojos casi por inercia, no quería que aquellas aflicciones me atacaran y no me dejaran dormir, incluso mi cuerpo comenzó a sentirse pesado, para mí suerte, dormí esa noche.
°•••°
Los primeros rayos de luz penetraron en la habitación, aún dormía cuando la maldita alarma resonó en todo el espacio, por si fuera poco eso despertó a mi hija, lo que provocó que yo despertara sintiendo un dolor de cabeza, apague la maldita alarma de inmediato y comencé a cargar a mi hija intentando hacer que se callara, sus pequeños llantos eran punzantes para mí.
-tranquila, shhh, papá está aquí- la mecía de un lugar a otro sin que nada logrará calmarla, cada intento solo lograba que ella llorara más fuerte, el llanto se hizo más fuerte, se me acababa la paciencia, si Skye estuviera aquí, ella... Sabría que hacer. Miré a mi pequeña, la nostalgia y la desdicha de no tener a su madre ahora seria un sentimiento que no sería fácil de olvidar. Un ruido hizo que alzará la vista, era mi estómago que exigía comida en estos momentos, no había comido nada sólido en todo el día anterior, solo las galletas que la liebre me había llevado. Observé a de nuevo a mi pequeña, seguramente ella también tenía hambre, antes de bajar revise y cambie a mi hija, otro factor que también era cómplice de su llanto
-soy un mal padre- me dije a mi mismo -si tu madre estuviera aquí, ya me abría golpeado por dejarte sucia- ahora le dije a ella.
La tome con mucha delicadeza y baje a la cocina, lo primero que haría sería preparar un poco de fórmula para ella, por suerte para mí, una enfermera me dió una lata, supongo que fue más por lástima que por apoyo moral.
Una vez abajo coloque a mi hija en el porta bebé que Judy nos había regalado cuando supo la noticia del embarazo, recuerdo muy bien ese día:
No había pasado ni una semana desde que le dije a mi mejor amiga sobre la noticia, Skye y yo habíamos llegado juntos a la estación de policía, ella tenía que pasar a dejar unos documentos, su trabajo como criminóloga particular había llegado lo suficientemente lejos para que ahora se aliara con nosotros, me sentía muy feliz por qué ahora mi hermosa novia podía venir incluso a mi trabajo. Mis pensamientos de ese día fueron interrumpidos por cierta coneja que nos vio, venía hacia nosotros con una enorme sonrisa en su rostro, no fue necesario pensar que algo tramaba, lo deduje desde que ella nos vió, se acerco lo suficiente a Skye
-buenos días, vaya Skye... Hoy luces, diferente ¿Te cortaste el pelaje? ¿O acaso tienes un nuevo traje?-
-Hola Judy, no, no me hice nada nuevo- ella la miro extrañada y luego me miró a mi, se me olvidó decirle a Zanahorias que no dijera nada hasta que Skye se lo dijera
-Hola Nick, bueno tengo algo para ustedes ¿Por qué no vienen a mi oficina?-
-nos encantaría Zanahorias pero esta hermosa dama tiene que ir a dejarle su informe pericial al jefe y ya sabemos lo impaciente que es ¿No es así linda?- dije actuando rápido y tomando de la pata de mi amada, pero Judy se colocó en frente
-oh vamos Nick, será rápido- dijo con una gran sonrisa, que Skye no pudo resistir ante la propuesta
-podemos ir a tu oficina primero, creo que una escala no nos haría daño-
La coneja nos tomo de las patas y nos condujo hasta nuestra oficina, sentía los nervios de punta, sea lo que sea que tuviera planeado ella, algo era seguro... Skye me mataría... Por hablador...
-adelante Nick, abre la puerta- dijo ella de modo efusivo
-¿Por qué no tu zanahorias?-
-Crei que eras un caballero Wilde-
Tome la perilla y abrí la puerta, no quise mirar así que deje que Skye y Judy pasarán primero, espere lo peor pero solo escuché el grito de emoción de mi amiga
-¡SORPRESA!-
-yo... no se qué decir- dijo mi novia, al entrar ví que en nuestra mesa estaba el portabebé, era color blanco con detalles en color Beige, además de un paquete de biberones
-Zanahorias esto es mucho...-
-no es nada, ayer estaba cerca del centro y pase cerca de una tienda para bebés, entonces pensé, oye Judy ahora que sabes que Nick será padre ¿Por qué no compras algo?...-
-muchas gracias Zanahorias-
-gracias Judy es hermoso-
Ambas se dieron un abrazo después de eso, pensé que Skye me mataría lentamente, pero en realidad parecía lo demasiado feliz para darle importancia...
El llanto de mi hija me hizo darme cuenta de la realidad, fui a la cocina, comencé a leer las instrucciones del modo de prepararle la leche, fue sencillo pero aún sentía que algo estaba haciendo mal, no sabía cómo cuidar bebés, ni siquiera ayudaba los vídeos que Skye y yo habíamos visto las últimas semanas atrás, realmente me estaba estresando el asunto de mi cría.
Con cuidado comencé a darle de comer a mi criatura, ella bebía de una manera desesperada -idiota de mi- me dije al verla comer
-¿Que voy a hacer contigo?- le dije como si ella me diera una respuesta, no lo note, pero ahora sentía como su mirada se fijaba en mi, fue cuando contemple mejor sus ojos
-no... No... ¡NO!... ¿Acaso te estás burlando de mi?- dije de manera inmediata -¿Tenías que darle sus ojos?- mi hija tenía el color de ojos de su madre, esos ojos expresivos, esa mirada encantadora; la había heredado de mi Skye. A alguien allá arriba le era divertido reírse de mi desgracia, de eso estaba mas que convencido...
•••
El día paso lentamente, me sentía agotado todavía, maldecía al estúpido reloj que tuvo que despertarme, quizás pude dormir hasta tarde, realmente no quería hacer nada, solo pasarme en mi habitación lo que tratará de mi vida, sin embargo había un inconveniente; mi hija, ella tenía que ser cuidada, ahora sentía que no podía hacerlo, ella me recordaba a Skye, ella me daría muchos malos ratos y recuerdos que me atacarán sin piedad, no quiero tratarla como la responsable de la muerte de mi amada, ella no pidió venir al mundo, ni tampoco pidió causarme dolor, era muy estúpido pensar que ella era la culpable de mis desgracias, era suficientemente tonto para tan siquiera suponerlo.
Escuché el teléfono sonar, tome el que tenía en mi cuarto lo más pronto, no quería que la despertara, me costó mucho trabajo hacerla dormir
-bueno-
-sr. Wilde, somos el hospital de especialidades de Zootopia, es necesario que usted venga a firmar unos papeles, además de consolidar el pago tanto del nacimiento de su hija como el de la muerte de la paciente Winter-
-iré a partir de las 3-
-excelente, pase a la sala 4 con la señorita Victoria Catvajal-
Colgué en cuanto la señora termino el mensaje, mire de reojo a mi hija, no quería dejarla pero sería mucho que me la llevará conmigo, tome mi celular, comencé a buscar en diferentes páginas web a niñeras. Tarde más de una hora para encontrar una decente, era una joven gata que al menos no se veía tan mal.
Tome una ducha rápida y me aliste lo más rápido que pude, no tardó en sonar él timbre, baje lo más rápido para abrir, ahí estaba ella: la niñera, como en su foto de usuaria, era una gata que no pasaba de los 20 años, su pelaje negro con manchas blancas le daba un toque que podías confiar en ella, además de que su ropa era decente, un pantalón rosa y una blusa blanca. No me daba mala espina la chica, sin embargo no podía confiarme, quizás solo sean apariencias de una posible ladrona.
-buenas tardes soy Gatalina Anderson- note que tenía brackets por lo que remarcaba la S, ahora estaba confundido, no creo que ella sea alguna ladrona, o por lo menos alguien que intente hacerle algo a mi pequeña.
-adelante-
-debo decirle sr. Wilde, que nuestro servicio está 100% garantizado por el instituto de pedagogía, así que si usted no queda satisfecho puede solicitar una denuncia-
-no será necesario si cumples con tu trabajo- dije casi en tono frío y amenazante, pude observar como ella comenzó a hacer una sonrisa fingida
-bien, comenzaré a trabajar si me lo permite-
-ella está arriba, es una recién nacida por lo que quiero que la atiendas con mucho cuidado-
Lleve a la gata hasta donde tenía a mi bebé, ella de inmediato comenzó a examinarla, mi hija estaba despierta por lo que fue más fácil para ella comenzar con su trabajo.
-no pienso tardar volveré en un par de horas-
Deje a mi hija al cuidado de aquella felina en mi casa.
No tarde en llegar al hospital, entre más rápido hiciera los pendientes podía llegar a casa y perderme del mundo, comencé a caminar hasta la dichosa sala, era una recepción, donde estaban dos hembras una era un jaguar, mientras que la otra era una joven hurón.
-usted debe ser el sr. Wilde, tome asiento- me dijo la jaguar
-hagamos esto lo mas rápido posible- le dije para después tomar asiento, ella comenzó a taclear en aquella computadora, esto parecía que iba para largo, solo de vez en cuando miraba a la otra, ella también estaba en sus asuntos, aunque tenía sus audífonos puestos, podía escuchar levemente las canciones...
Todas las tardes de los fines de semana, Skye solía trabajar en la sala, ella usaba aquel ordenador con sus audífonos puestos
-vas a quedarte sorda si sigues escuchando tu música a ese volumen exagerado-
-¿que dices cariño? no te escucho- aunque sabia que ella lo decía de juego, me preocupaba que ella escuchara a un volumen sumamente alto
-sabes que no le veo el caso que tu escuches tu música psicodélica con audífonos, si yo también lo escucho- ella me miro de una manera retadora, se había quitado aquellos auriculares, parándose aun lado mío.
-bueno, si usted supiera de buena música yo podría escucharla sin necesidad de estas maravillas, además siempre te quejas de mis gustos musicales- después de aquello, ella me abrazo fuertemente -voy a seguir usándolos hasta que aprendas de música querido-
mire a Skye, comencé a reír, era imposible tratar de que le ganara a ella
-si escuchar tu música, evitará que sigas dañándote de los oídos, es un riesgo que voy a tener que afrontar-...
-eres muy amable Wilde... te amo-
.
-sr. Wilde ¿se encuentra bien?-
-si... lo siento, en que estábamos- mire de nuevo a la recepcionista, aquel vago recuerdo de mi amada escuchando su música se apareció por culpa de la hurón, que parecía incluso saber que canciones podían hacer referencia a los gustos que tenía, noté de nuevo a la hembra mayor quien saco algunos papeles, colocándolos al frente.
-necesito que firme los siguientes documentos e indique su forma de pago, lamento decirle que, el seguro solo cubriría el nacimiento de su hija, por otra parte me temo que por la muerte de Skye Winter, usted tendrá que pagar los deducibles y el servicio de la morgue... lamento mucho su pérdida-
Tomé los papeles, comencé a leerlos para después firmar cada uno de ellos, poniendo mi nombre completo y después mi firma, como odiaba la burocracia, en cuanto terminé le indique que mi forma de pago seria por medio de cheques, eso me revolvió el estómago, Skye y yo estábamos ahorrando para nuestra boda y ahora ese dinero seria utilizado para pagar todo su proceso funerario, vaya ironía. La Jaguar llamo a la hurón un par de veces, ella hizo caso hasta como la enésima vez
-¡Ferret! necesito que me traigas la carpeta donde vienen los datos de la aseguradora... Estas jóvenes de ahora... bueno, por ahora es todo, si se presentará alguna situación espero que usted venga a aclararlo, fue un placer atenderlo sr. Wilde- ella estrecho su pata con la mía, ahora si podía irme a enclaustrarme en mi casa. Cuando estaba apunto de salir del hospital, me tope con aquella enfermera Tejón
-Es usted, lamento mucho la muerte de su querida esposa- "si supiera que aun no lo era" -mis más sinceros pésames-
Comencé a caminar dejando sola a la enfermera, iba de nuevo a casa, esta vez, para pasar el rato prendí el estéreo... que gran error, la canción que estaba era una de las favoritas de Skye, lo apague de inmediato, fue lo más tonto que pude haber hecho esta mañana.
Llegué a mi casa, sin ánimos, me adentre a ella, ahora sí podía volver a enviar todo al carajo, subí las escaleras, escuché un ruido proveniente de mi habitación, estaba apunto de agarrar a golpes a quien hubiera invadido mi propiedad, cuando recordé que era la niñera, la gata estába hablando con mi pequeña, quien la veía muy atentamente, se percató de mi presencia cuando me recargué en el marco de la puerta.
-sr. Wilde, me alegra que llegara-
-gracias por cuidarla- saque el dinero para pagarle, la lleve a la entrada de mi hogar, espere a que ella estuviera lejos para cerrar la puerta y regresar a mi habitación, ahora podía ver a mi pequeña, estaba diferente, tenía ropa limpia, mi hija estaba bañada y cambiada, su suave olor a bebé se impregnó en mis fosas nasales, era un olor rico, un olor agradable, un olor indescriptible, uno que me hacía sentir un poco de paz...
-soy un mal padre...- la miré un poco -como deseo que tu estés aquí conmigo, disfrutando a nuestra pequeña-
Lleve a mi hija a su habitación, gire la perilla, una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo, eran pequeñas punzadas que llegaban hasta los lugares más insólitos de mi cuerpo...
Observé la habitación de color blanco con amarillo
Un par de semanas atrás estábamos en aquel cuarto, ya había colocado el periódico en el suelo, al igual que en las ventanas, tenía dos latas de pintura, una rosa y otra azul.
-bueno, ya terminé de colocar el último periódico ¿De qué color te gustaría que fuera?- mire a Skye, ella acariciaba su vientre mientras examinaba aquella habitación
-no lo sé Nick, aún no sabemos si es niña o niño-
-no creo que el color importe, podríamos pintar la mitad de rosa y la otra de azul-
-No-
-¿Por qué no?-
-es que ¿Y si es niño y después odia el rosa? Nick esto de elegir un color es difícil-
-bueno... Que te parece si combinamos ambos colores- le sugerí
-eso va a dar un color morado o lila- ella se puso en una pose pensativa -no... ese color no me gusta-
-¿entonces que color te gusta?-
-es que no lo se... nos hubiéramos esperado hasta saber su sexo...-
-linda, tu y yo no podemos dejar mas tiempo, además, es solo un color-
-ya lo se, pero es tan difícil para mi... todo este asunto de tener un bebé... Nick es nuestro primer hijo-
-linda, tranquila, no te pongas así, tengo una idea... si no te agrada estos colores puedo comprar otros-
-esta bien...-
Debido a que Skye nunca se decidió con el color, opté por pintarlo de blanco, poniendo franjas amarillas. A ella le gustó demasiado como lucía aquella habitación, ella quería que fuera perfecto para nuestra cría, poco a poco ella y yo fuimos comprando y adaptando aquel cuarto, ella había colocado cuadros, algunos juguetes e incluso mandó a hacer dos muebles, uno era para su ropa, toda, había sido obsequiada por nuestros amigos, conocidos y algunos de nuestros compañeros de trabajo, el otro, era un pequeño mueble donde pensaba colocar algunas fotografías, compro libros infantiles que mi adorada hembra le leería todas las noches, a veces divagaba sobre la crianza de nuestro primer hijo, ella quería hacer tanto... ahora solo eran recuerdos apreciados, palabras que solo se quedaron en eso: palabras.
Aunque sabía que seria muy masoquista de mi parte dejarla, sinceramente, ahora no quería que mi hija estuviera a mi lado, no es que no la amara, la amaba desde que supe que ella estaba en el vientre de su madre, sin embargo ahora solo quería quitarme el recuerdo de la pérdida de su progenitora.
La llevé directamente a su cuna, ella comenzó a cerrar sus pequeños párpados, ahora que lo pensaba ella era muy dormilona, algo que seguramente heredo de mi, a su madre no le gustaba que yo durmiera hasta tarde los fines de semana, según ella, podía aprovecharlos, pero la verdad es que el trabajo me dejaba rendido ¿Quién no aprovecha los únicos días libres para dormir?
Lo primero que hice una vez que se quedó dormida, para alimentarme, eso era lo importante para mi ahora, así que baje a la cocina para ver que tenía en el refrigerador, quizás algo bueno saldría de todo esto... a quien quería engañar, todo pintaba para no mejorar jamás.
Una liebre y una coneja iban en un hermoso auto deportivo, conducían a la casa de ella, esta iba pensativa mirando por la ventana de aquel auto, llevaba la mirada perdida, eso extrañó a la liebre
-¿que ocurre querida? no haz dicho ni una palabra desde que salimos de tu oficina... ¿preciosa?-
La coneja no había dicho ni una palabra, solo seguía mirando por la ventana, eso preocupó a Jack, quien había decidido estacionar el auto para hablar mejor con su novia, ese estado no le gustaba para nada: la sentía vacía.
-¿por que nos detuvimos?- cuestionó la coneja
-Judy, se que sigues preocupada por Nick, pero, no me gusta que estés en ese estado-
-lo siento, es solo que me hubiera gustado estar ayudando a Nick, con el problema de la muerte de Skye-
-se que quieres cielo, tu intención es buena... por ahora lo mejor es hacerle saber que no esta solo, se que quieres entender como se siente Nick y ayudarlo a superarlo, pero eso es algo que él lo superará por su cuenta-
-lo se... sabes, se que le costara trabajo, no me gustaría que cayera en depresión, tiene una pequeña por la cual tiene que salir adelante-
-se que Nick no se dejara vencer, de eso no te preocupes-
-espero que tengas razón...-
Jack volvió a retomar el camino para dejar a la coneja a su hogar, tenía tres años que ella vivía en un mejor lugar, en una mejor zona, sus esfuerzos por fin estaban dando frutos, ella tenía una vida estable.
-¿quieres que pase mañana por ti?-
-no seria mala idea... aunque quisiera ver a Nick antes de ir al trabajo-
-cuenta con ello- ambos se dieron un beso, ella bajo del auto, se dirigió a su nuevo hogar, miró como Jack había arrancado para después perderse, ella entró, aunque era una propiedad de un solo piso, era digno, espacioso y lujoso para ella.
Fué directo a su habitación, necesitaba descansar, toda la mañana no dejó de estar preocupada por su amigo, se tiró a la cama boca arriba, sus lagrimas comenzaron a brotar, dejó que el llanto se apoderara de ella.
-"¡¿cómo que ella es tu novia?!- - lo es Zanahorias ¿no estas feliz por esto?- es, que no, lo puedo...¿Cómo no se que decirte Nick- - felicidades... tal vez-"
-no sabes cuanto deseo que sigas con vida Skye- dijo la coneja para después abrazar sus piernas -¿porque te fuiste?- hundió más su cabeza en ellas. Judy también sentía dolor de la perdida de la zorra Ártica -dejaste solo a mi torpe zorro-
-¿acaso estas celosa de Skye?- -No seas ridículo... Nick- -pues eso parece- -no estoy celosa de ella, ya déjame trabajar- -Judy, sabes que eres mi mejor amiga y eso nadie lo cambiará... ni siquiera Skye-
Aquellas palabras resonaron en la cabeza de la coneja quien no paraba de llorar, Nick no seria el único que también la extrañaría, Skye también se había ganado un lugar en la vida de la coneja, aunque al principio no la quería cerca de ninguno de los dos, se ganó su confianza cuando notaba como procuraba a su mejor amigo, Skye era la que le daba felicidad a su amigo y eso era suficiente para entender que ambos se amaban, aunque sentía miedo de que ella fuera la culpable de que aquellos dos dejaran que su amistad se rompiera, sin embargo, no fue así, la Zorra comenzó a invitar a Judy a sus salidas, además de que también quería conocer a la mejor amiga de su novio y hacerse también su amiga. Con el tiempo, Skye lo había logrado, ambas convivían lo suficiente, aunque eran diferentes ambas se llevaban bien...
-Enserio Skye... ¿por que tuviste que dejarnos?- dijo con un tono apagado
•••
Aproveché que mi hija estaba dormida para comenzar ordenar un poco, no podía mantener mas aquel desorden, además de que quería una actividad para pasar el rato, fue un esfuerzo sobre animal, por que realmente odiaba limpiar, note que la casa era demasiado grande
-y pensar que querías ampliar la casa...-
No limpie del todo, pero al menos estaba mucho mejor que al principio, eso al menos me dio un poco de felicidad, pero no duró demasiado, sentí como se fue esfumando hasta llegar a mi estado inicial, caí rendido en el sofá, bien podría encender el televisor y ver algo, o podía prender el estéreo, pero podría toparme con algún disco o canción que me hiciera recordarla. Tenía que distraerme con algo, me urgía mantenerme ocupado, dejar de pensar en ella, era muy difícil ya que todo en mi casa, me daba muchas referencias a ella.
Mire a lado, estaba la maleta que lleve al hospital, maldecia internamente, la subí a mi habitación, quería tirarla adentro de mi closet y que se llenará de polvo, antes de arrojarla noté un papel que sobresalía de uno de los bolsillos, mi curiosidad hizo que viera mejor, era un folleto
"Adopción, la mejor opción"
¿Estas esperando un hijo y no puedes cuidarlo?
Podemos ayudarte...
Casa hogar "Green Valey"
¿Que clase de truco vil era esto? ¿Acaso entretenia a alguien y me ponía a aprueba? No podía creerlo, no recuerdo haber tomado aquel folleto, comencé a leerlo, algo dentro de mi, decía que lo hiciera, entre más leía más me convencía de que mi vida era una especie de circo para alguien.
-¿Y si es lo mejor?- me dije a mi mismo al recordar que no puedo ni cuidar de mi ahora -ella estará mejor con una familia- volví a responderme, quizás sea lo mejor.
Guarde el folleto en uno de mis cajones, me dirijía a su cuarto, la ví dormir
-estaras mejor con una familia que te quiera y te cuide- le dije para después acariciar su cabeza.
Sabía que ella no era un juguete o un objeto la cual podía intercambiar, era un ser vivo, pero no podía ni cuidarme yo mismo, no podía ver por ella.
Salí de su habitación, fui de nuevo al mío, me senté en la cama, voltee para ver el lugar que Skye ocupaba, la sensación de vacío volvió. Esta vez con más intensidad, sentía un nudo en el estómago, me deje caer para posar la vista ahora al techo, cerré los ojos. Quizás la adopción no sería una mala idea después de todo...
Giré mi cabeza al espacio que Skye ocupaba, voltee todo el cuerpo, instintivamente lleve mi brazo aquel lugar, coloque mi mano en la almohada.
-dulces sueños cariño- dije después, unas cuantas lágrimas comenzaron a salir.
Continuará...
Bueno, ¿Que les pareció el siguiente capítulo? Lo se, no es tan largo, pero ya está la siguiente parte, espero todas sus amenazas, sus comentarios, quejas, cartas... Son bien recibidos, planeaba poner una canción para cerrar el capítulo pero veo que no queda, sin más que decir nos leemos luego
