Eran las 3 a.m., había despertado jadeando, millones de visiones extrañas eran parte de mis sueños, principalmente la culpa, era un sentimiento que jamás podría dejar de sentir, intente volver a dormir pero fue inútil, el llanto de mi pequeña se escuchaba en todos los rincones resonando con más intensidad. Con mucha pesadez comencé a caminar donde estaba ella, sus lloriqueos eran como dos taladros perforando mi cabeza, quién diría que tenía mucha fuerza en sus pequeños pulmones, llegué hasta su cuna donde la tomé con delicadeza, comencé a mecerla con ambos brazos, pero era pérdida de tiempo, ella no parecía ceder, seguía intentando acallarla para poder dormir pero nada funcionaba, comencé a revisarla, le cambié el pañal, cosa que me pareció desagradable, agradecía los malditos cursos que Skye me hizo pasar desde las primeras semanas de su embarazo.
-ya estás limpia ¿Estas feliz?- miré como hizo una mueca de fastidio y su llanto comenzó de nuevo, eso me hizo desesperar también.
-Quizás tengas hambre- me dije a mi mismo, bajé lo más rápido que mis patas me lo permitían, comencé a preparar de nuevo la fórmula y subí lo más pronto posible, la tomé de nuevo dándole aquel biberón con aquel sustituto de leche
-y tú que estabas en contra de esto Skye- dije sin más, observé cómo ella comenzó a calmarse hasta que sus pequeños ojos se fueron cerrando, mi pobre zorrita tenía hambre, una pequeña cantidad de ternura invadió mi cuerpo, verla era algo extrañamente acogedor. Tardó un poco en acabársela, la dejé de nuevo en su cuna, ella dormía tan plácidamente que ahora podría regresar a mi intento de sueño. Volví de nuevo a mi recámara, me acosté de nuevo, miré el reloj: 1:46 am, suspiré con cansancio, gire mi cuerpo en dirección contraria al reloj, noté el lado vacío, aquel lado que Skye ocupaba, instintivamente una de mis patas comenzó a moverse, como si acariciará la silueta inexistente de ella.
-Linda... No sabes lo difícil que es esto para mí ¿Por qué no estás aquí conmigo?-
Sabía que no tendría respuesta, intenté cerrar los ojos, era inútil, mi sueño se había esfumado, miré el techo por unos minutos, aunque algo de la luz artificial se colaban por la ventana, no podía distinguir más allá de unos centímetros, lo que quedaba de la noche será muy larga.

***
Al día siguiente
***

Por fin mi cuerpo estaba reposando, no me di cuenta de la hora en que me había quedado dormido, pero me costaba abrir mis ojos, me pesaban mucho los párpados, al igual que mi cuerpo, me sentía incluso adolorido, intente pararme o tan siquiera sentarme pero me costaba trabajo, el silencio era mi único compañero, ¿Silencio? Eso me asustó demasiado, de un salto me pare y fui corriendo hasta el cuarto de mi bebé, gire tan pronto la perilla, recuerdo que en una vez escuché la frase "cuando tengas crías preocúpate cuando no haya ningún ruido" eso activó mi alerta, me preocupé como nunca, giré como loco la perilla, solo para descubrir que mi exceso de paranoia fue en balde, mi pequeña dormía, recordé de golpe aquel papel sobre la adopción, quizás podría ser una buena opción, un sonido me quitó de mi trance mental, era el sonido del timbre, bajé lo más pronto a abrir, no quería que aquel sonido acabara con la poca tranquilidad que tendría en el día.

-¿Quién?- dije sin muchos ánimos

-¡Nick! Abre soy Judy

sin dudarlo le abrí a la coneja, me di cuenta que no estaba sola, aquella liebre estaba con ella, noté que ella hizo una mueca extraña en cuanto me vio, incluso podría decir que se sonrojó, se cubrió el rostro con ambas patas, yo arqueé una de mis cejas, me pareció extraño que ella hiciera eso

-Judy, Jack... ¿Qué les trae a la guarida de este zorro?

-Judy... quería, venir a verte - la voz de Jack sonaba incómoda ¿Qué demonios les pasaba a estos dos?

-emmm Nick... ¿puedo preguntar? si no es discreción claro... pero ¿te acabas de despertar o algo así? es que...

-no criticamos tu sentido de la decencia pero ¿por qué no vas a ponerte algo de ropa?

Fue entonces cuando me di cuenta que estaba en interiores, estaba con la ropa con la que me duermo, las cuales consistían en mi bóxer y una camisa de algodón, ahora entendía el actuar de aquellos dos, sentía como la vergüenza venía a mi cuerpo

-lo siento mucho zanahorias... pasen, emmm iré a cambiarme- y por si fuera poco, el llanto de mi cría comenzó como cada mañana, Jack y Judy entraron a mi casa, me disculpé una vez más y corrí para atender a mi pequeña, noté como Judy le susurraba algo a Savage, este solo la miraba de forma inquietante.

Procuré no tardar mucho, tomé el pantalón que usé el día anterior, me dejé aquella camisa, fui hasta donde estaba mi pequeña, comencé la rutina de revisarla, una vez terminada bajé lo más rápido para atender a mi amiga y a ese liebre. Ambos estaban sentados en uno de mis sillones de la casa

-lamento mi demora pero, ella también necesitaba ser atendida- miré a mi amiga de reojo, sin pensarlo le entregué a mi pequeña, Judy con mucho cuidado y ternura cargo a mi pequeña, como por instinto ella la vio de manera maternal

-hola pequeñita, Jack mírala ¿no es hermosa?- no pude evitar sonreír, aquella escena me hizo sentir felicidad, mirar como la cargaba me hizo pensar en la forma en que Skye lo hubiera hecho... Si Skye viviera seguramente sería la escena más bella que hubiera deseado ver

-Nick... Ella es...

-La encarnación de su madre... lo se

-iba decir hermosa

Al ver lo incómodo del ambiente, la liebre por fin hablo

-oye Judy ¿Por qué no le das a Nick lo que le trajimos?

-cierto, Nick pasamos cerca de aquel local de donas que tanto le gustan a Garraza, así que compramos unas cuantas para ti

Después de eso, la liebre me entregó una bolsa de papel dónde venían las dichosas donas, le di las gracias a ambos, decidí ofrecerles café, pero el sonido del teléfono de Jack le indicaban que ya tenían que marcharse, Judy me devolvió a mi pequeña, sonrió para darme un abrazo.

-fue bueno verte Nick

No pude evitar sonreír yo también, una vez que me dejó de abrazar los acompañé hasta la puerta, miré como la liebre le abría la puerta de su auto a mi amiga, ella subió y se despidió de ambos, yo hice lo mismo, espere hasta que el auto arrancará para poder entrar, una vez adentro, la tristeza instantáneamente volvió a invadir cada parte y cada rincón, no solo de mí, sino que también de la casa. La soledad era lo único que percibía, lo cual era ridículo ya que tenía a mi hija cargando, la idea de la adopción volvió a mi mente, lleve mi mirada a ella, estaba quieta, solo me veía con aquellos orbes azules, aquellos ojos que me recordarían la muerte de Skye cada vez que la mire, mi pequeña no tenía la culpa de nada, pero no quiero tener que enfrentarme a los tormentos que dejó su partida.

Después de aquella visita rápida Judy miraba de nuevo por la ventana, de vez en cuando la liebre la observaba de reojo, sentía que no tenía a su novia con él, aquella vivaz y alegre coneja que le encantaba por el gran optimismo que siempre emanaba, le encantaba oírla hablar y hablar de su trabajo, de los planes que tenía cuando estuvieran juntos, incluso de las aventuras o más bien desventuras que tenía antes de que él llegara para llevarla al trabajo, con Judy el jamás se aburría, pero ahora, parecía otra coneja, mas callada, mas reservada, era todo lo contrario a la animada, eufórica y venturosa chica que tanto le fascinaba.

-¿pudiste sentirlo?- por fin había hablado la coneja

-Judy, sé que sigues preocupada por Wilde, pero...

-Nick está destrozado, sé que él debe ser fuerte y enfrentar su pérdida, pero... se puede sentir el vacío que tiene, pude confirmar lo mal que se encuentra, realmente, yo... me encantaría ayudarlo

-y puedes hacerlo, solo trata de ser más comprensiva, Judy se lo sensible que puedes llegar a ser, por eso debes ser más optimista con él, sé que también te afectó la muerte de Skye, a mí también lo hizo, pero necesitas mostrarle que estas para él, no que estas como él, sé que duele cariño, pero sentir lástima no ayuda en nada

-tienes razón en eso- Judy se sintió culpable por lo que Jack dijo, en realidad no ayudaba a Nick a superar su dolor, quizás hasta ayudaba a hundirlo, unas cuantas lágrimas no tardaron en aparecer, llevo ambas manos a su rostro, eso conmovió a Jack quien estacionó su auto para abrazarla y calmarla

-Cariño, sé que todo esto te afecta, pero tienes que ser fuerte, ésta bien sentir dolor, eso demuestra que un eres compasiva

Jack la abrazaba con mucha ternura, pasaba una de sus manos por la cabeza de la hembra, el trataba de calmarla. Pasó un poco de tiempo y ella parecía volver a recuperar la postura, la liebre le ofreció un pañuelo para secar su rostro

-Gracias Jack... lamento que tú, vieras aquello

-vamos cariño, no tienes que disculparte, mejor déjame hacer algo -Jack tomo el pañuelo, lo pasó delicadamente por el rostro de Judy

-Gracias Jack- ella le dio otro abrazo el cual fue recibido por él -Y pensar que te consideraba tan testarudo y tan amargado

-oye me ofendes, yo no soy amargado, tal vez testarudo pero no amargado

Judy no pudo evitar reír ante el comentario de su novio, eso también hizo que el macho sonriera un poco, hubo un poco de silencio, eso hizo sentir incómoda a la coneja, en especial por la mirada de Jack

-¡¿Qué tanto me miras?!- dijo algo apenada

-ahí está mi jovial coneja, esa que me fascina demasiado

-¡JACK!... -eso hizo sonrojarla un poco -¡SANTAS ZANAHORIAS! mira la hora, vamos muy tarde

-¿Estas segura de querer ir?- Judy lanzo una mirada asesina a la liebre -digo, podrías pedirle al jefe el día libre

-Estaré bien, sólo, arranca el auto- dijo preocupada

Jack hizo caso a su novia, arrancó el auto, por suerte para ellos, la estación estaba a 10 minutos de distancia. Bajó del auto a gran velocidad que ni siquiera tuvo tiempo de despedirse de Jack, el por su parte solo veía a la coneja entrar a la estación de policía, estaba a punto de arrancar cuando su teléfono sonó

"De: Judy
Lo siento cariño, por las prisas olvide despedirme...
espero que tengas un día maravilloso... Gracias por todo
Te amo"

La liebre esbozó una sonrisa, amaba mucho aquella coneja, encendió el auto y salió rumbo a su trabajo.

•••

Había pasado un largo tiempo, yo me encontraba en mi habitación ordenando, si así es, estaba ordenando mi habitación, pero me costaba trabajo hacerlo, había muchas cosas entre ellas ropa de Skye, su aroma llenaba mis fosas nasales, era como si solo se enfocara en atacarme con los recuerdos, cada uno era más doloroso como el anterior, no tarde en arrojar las cosas, me atormentaban una y otra vez.

- "Nick... adivina... vamos a tener una cría" "ya estoy ansiosa por que nazca" "¿prometes que te quedarás a mi lado?"- esa voz, esas palabras resonaron en mi cabeza, era como si se empeñaran en seguir torturando cada uno de mis días, era como si la vida se empeñara a seguirme haciendo sentir culpable de que ella ya no estaba, me senté en la cama por un momento, mire al rededor, todo en mi habitación me hacía sentir que Skye estaba ahí, cerré los ojos realmente me sentía acongojando conmigo mismo, no podía aceptarlo aún, ella ya no volvería, ella estaba en aquella tumba, ella jamás abriría sus ojos ¿y todo porque? por el nacimiento de nuestra pequeña

-Skye, Skye ¿Por qué no te quedaste conmigo? ¿Por qué las cosas son así?- me dije una y otra vez -¿Por qué me la quitas?- sabía que era tan inútil, nadie me respondería, ahora tenía que soportar el tormento de no tenerla y de paso, cuidar de mi pequeña, eso me abrumaría bastante,-sabemos que hay una solución- me dije a mi mismo, fui directo al cajón donde había metido aquel papel, ese papel donde hablaban de la adopción, ¿realmente estaba seguro de querer hacerlo? volví a decirme a mí mismo, ahora que lo pensaba mejor, yo no podría cuidarla bien, ella merecía a una familia que realmente la amara, ella merecía que la cuidaran, que todos los días le dieran amor y todo lo que ella mereciera, claro, yo podría hacerlo pero eso me costaría mucho, la muerte de mi Skye me estaba costando demasiado y con ella aquí no pareciera que el dolor se fuera, al contrario, el dolor aumentaba constantemente. Volví a ver el papel, había una dirección escrita, tome mi teléfono, marqué un número que tenía grabado, esperé un poco a que me contestara alguien

-"¿si diga?"-

-Hola Gatalina, habla el señor Wilde, necesito saber si puedes venir esta tarde... necesito hacer algo-

-"Señor Wilde, si tengo disponible toda la tarde, pasaré a su casa después de la escuela"-

-perfecto, en cuanto salgas te esperaré...- colgué en cuanto dije eso, esta misma tarde iría al lugar para ver que se necesitaba para el proceso de la adopción, mi pequeña no sufriría por lo que estoy pasando. Ella merecía algo mejor, pero quedarse conmigo no era una opción.

Trate de hacer lo más pronto la limpieza, pero me había dado por vencido, era mucho para un zorro, solo pude lavar los trastes acumulados en el fregadero, limpié un poco la sala y el comedor, tomé una ducha rápida, ya solo esperaba el momento en que la gata llegara, tenía a mi niña en brazos, estaba despierta, me miraba de una forma sin igual, parecía sonreírme de vez en cuando, eso me hizo dudar un poco sobre mi decisión ¿realmente quería hacerlo? antes de que comenzará a cuestionarme el timbre sonó lo que me alegraba un poco, fui abrir, miré que era Gatalina, ella venia de la escuela, tenía unos libros en sus brazos, al igual que una mochila lila.

-lamento mi demora señor Wilde

-tengo que ir a hacer algunas cosas, prometo no tardar- dejé que ella entrará para que la cargara, en cuanto se desocupó le di a mi pequeña, esta hizo un puchero, pronto comenzaría a llorar, pero la chica comenzó a llamar su atención, eso logró que pudiera irme, me sentía un poco mal dejarla sola con su niñera, pero era por un bien que le beneficiará a lo largo del tiempo.

Tardé en llegar, era casi al otro extremo de la ciudad, el tiempo que me tomó en conducir no dejaba de pensar en que le iría mejor a ella, merecía tener a alguien que la cuidara mucho mejor que yo. Pronto mis pensamientos se vieron interrumpidos por el edificio que tenía en frente, eran oficinas, volví a ver el papel, ¿realmente ese era el sitio? deje el carro en algún lugar donde no estorbará, me dirigía a la puerta, una vez adentro observé a un par de parejas que iban a lo mismo que yo, era extraño pero la mayoría eran presas, me gané un par de miradas por parte de algunos animales, me hizo sentir incómodo.-Buenas tardes, pero necesito saber si esta es la dirección correcta- dije mostrando aquel arrugado papel a una secretaria la cual era una leona

-mmmm si así es, nosotros nos encargamos sobre el tema de las adopciones, permítame, en un momento será atendido por alguno de nuestros especialistas, tome asiento

Eso hice, me dirigí hasta uno de los asientos disponibles, estaba cabizbajo, una extraña sensación me recorrió el cuerpo, me sentía inquieto y alarmado a la vez, sin notarlo frente a mi había una leopardo con un traje azul marino.

-Acompáñeme a mi oficina- dijo aquella hembra, me levanté y la seguí, no dejaba de sentir aquella dura sensación.

Llegamos a su oficina, tenía un escritorio con una laptop encima, tenía varios documentos en el

-tome asiento- por la actitud de ella me hizo sentir un fuerte escalofrió -bien mi nombre es Rebeca Claws... ¿señor?

-Wilde... Nick Wilde-

-¿cuál es el motivo que usted está aquí?-

-quiero dar a mi hija en adopción...-

-¿entiende que es lo que está pidiendo?- dijo ella en un tono casi abrumador para mí

-Si...

-Escuche Señor... Wilde, nosotros preguntamos esto ya que la mayoría de las parejas que quieren dar en adopción tienen dudas sobre si quieren hacerlo o no, no es la primera vez que tratamos con esto, pero ¿realmente quiere hacerlo?

-si...

-quiero que entienda esto, no es como dar a regalar una prenda o dar un objeto, hablamos de una vida, de un ser indefenso que quizás necesite a sus padres biológicos a su lado

-lo entiendo

-¿su pareja está de acuerdo con esto?

No, Skye no estaría de acuerdo con esto, pero su pérdida no me dejaría vivir tranquilo, quería acabar con este sufrimiento que llevaba y el hecho de tener a mi pequeña me lo volvería más difícil.

-Su madre ya no vive, yo no podría cuidarla por mí mismo

-Cada uno tiene sus razones únicas y válidas para decidir dar en adopción, la mayoría de aquí son madres solteras, algunas son adolescentes, otras parejas lo hacen porque sus ingresos económicos son muy bajos, otras son porque algunas hembras sufrieron algún abuso, quiero que lo considere aún Señor Wilde

-realmente necesito poner en adopción a mi pequeña, yo no podría cuidarla por mi cuenta, me sería difícil tratar de verla sin que me recordara a su madre

-si tanto insiste... comenzaremos con el trámite de la adopción

-¿Cuánto tiempo tomara el trámite?

-un par de semanas en lo que su situación es valorada, además le dará tiempo para recapacitar o reconsiderar sobre su decisión, por ahora solo necesitamos sus datos y los datos de ella

Me sentía un poco más alivianado por aquellas palabras, ella me dio una hoja para que comenzará a llenarla con todos mis datos, aunque ella tenía razón en algo, quizás no estaba preparado para darla en adopción, ella no era un objeto, ella era un ser vivo ¿Realmente quería hacerlo? Sin más comencé a llenar aquellos papeles.

Después de aquel día tan largo, Judy estaba en su recámara, estaba recordando lo sucedido en el día, solo se limitaba a ver el techo.

-vaya que Nick está muy mal- recordando cuando vio a su compañero, no pudo evitar reír al recordar como salió a recibirlos -pero ya escuchaste a Jack, si quiero ayudar a Nick necesito demostrarle como ser fuerte- eso le recordó también la casa de Nick, estaba hecha un desastre, quizás podía ser de gran ayuda que fuera para apoyar al zorro con la limpieza de su hogar y también para cuidar a la pequeña -¿me pregunto qué nombre eligió para ella?- se dijo a sí misma la coneja, casi por inercia volteó a ver hacia la fotografía donde salían los tres, con cuidado la tomó entre sus manos -sabes Skye, espero que Nick le ponga aquel nombre que tanto te gustaba, aún recuerdo sus pequeñas peleas por el nombre- no pudo evitar sentir nostalgia -ojalá supieras cuanta falta le haces a mi zorro- abrazó con cariño la fotografía -le pediré el día de mañana al jefe Bogo para ayudarlo- se volvió a decir la coneja, dejó la fotografía en su lugar, estaba decidida a ayudarlo.

Recién había llegado a mi casa, miraba que algunas cosas estaban puestas en su lugar, busque a Gatalina, ella estaba en mi comedor tenía un par de libros las cuales leía apresuradamente, noté que a lado de ella estaba mi pequeña en su portabebés jugando con un sonajero la cual no recordaba habérselo comprado, quizás fue cuando la locura sobre su nacimiento se había apoderado de su madre, que empezó a comprar algunas cosas sin que yo me diera cuenta.

-Veo que estas ocupada con tus deberes- le dije a la gata la cual se exaltó al verme, la cual hizo una cara de susto como si hubiera visto un fantasma, aquello provocó que yo riera un poco, me hizo gracia verla así.

-se... ¡señor Wilde! ¡ME ASUSTÓ!

-oh vamos, no es para tanto, después de todo no es que vieras a alguien no deseado - aquello provocó que ella bajara la mirada al igual que las orejas, estaba apenada

-lo siento mucho señor Wilde... estaba muy concentrada en mi tarea que...

-no te preocupes, bueno ya estoy aquí ¿quieres terminar o prefieres...?- no acabe de decirle cuando ella tomo sus cosas y las empezó a guardar -oye tranquila, no te estoy corriendo solo pregunto

-oh no, no podría quedarme, le agradezco la oferta pero vivo casi cerca del distrito forestal y si me quedo podría llegar más tarde

Ante aquella respuesta decidí no seguirle insistiendo, lo menos que podía hacer ahora era acompañarla hasta la puerta, me gustaría llevarla a su casa, sin embargo mi claustración me exigía a gritos que me quedara en casa, aunque era extraño en mí, nunca fui de los que preferían estar en casa, me sentía viejo al respecto. volví al comedor, tome los papeles de la adopción, el sonido de mi bebé hizo que la observara "quiero que entienda esto, no es como dar a regalar una prenda o dar un objeto, hablamos de una vida, de un ser indefenso que quizás necesite más a sus padres biológicos a su lado" aquellas palabras resonaron en mi cabeza, volví a preguntarme a mismo si quería continuar con el proceso de adopción, quizás el tiempo en lo que duré el proceso pueda cambiar de opinión, o tal vez pueda fortalecer mi decisión y prepararme para dejarla ir.

-espero que algún día me perdones- le dije a ella, me acerqué hasta su altura, ella me miraba de una forma extraña -lamento mucho que tengas que verlo, sé que no lo recordaras por eso quiero que tengas una vida lejos del pesar de tu padre- sin querer ahora unas cuantas lágrimas comenzaron a recorrer mi mejilla -tú mereces una vida mejor...- coloque mi cabeza con la suya. -quiero que sepas que te amo mucho y tanto te amo que quiero que tengas una vida feliz, lejos de la tristeza que cargo ahora, lejos de lo es vivir sin uno de tus padres, sé que encontraras padres amorosos que te amen como yo lo hago...

La mire de nuevo, sabía que ella no lo entendería, pero realmente quería que ella tuviera una mejor atención, yo apenas podía conmigo mismo y ni eso, en mi situación a duras penas puedo cuidarla de manera decente

-eres muy hermosa, sacaste una de las cualidades de tu madre, no cabe duda que te adoptarían en poco tiempo- La tome con delicadeza, la seguía observando y ella a mí, un sin fin de sensaciones invadieron cada parte de mi cuerpo, esta criatura hacia florecerlos, ella tenía esa pequeña capacidad, con cuidado subí hasta mi habitación con ella en brazos, una sensación de vacío era lo que sentí al abrir la puerta de mi habitación, recordé las cosas que tenía tiradas, algunas eran de Skye, fui hasta mi cama, con delicadeza la acosté

-sabes, extraño mucho a tu madre... y eso que solo han pasado 3 días...- me senté a lado de ella -ojala que nunca se hubiera ido- dije mirando las cosas que había en el suelo -soy todo un desastre- por instinto lleve ahora mi mirada a mi pequeña quien dormía plácidamente, deseaba tener esa calma con la que ella lo hacía, yo no tenía esa capacidad desde que su madre había fallecido y con ella aquí me costaba más conciliar el sueño. Pero pronto ella no se quedaría para verme caer, sé que saldré adelante pero me costara mucho trabajo hacerlo, sobre todo, tiempo y eso es algo que me tomara mucho, Skye linda... perdóname, sé que esto es algo que no hubieras querido ver, pero sin ti las cosas se ponen demasiado difíciles, de verdad tú eras un gran soporte para mí, eras lo mejor que este zorro tenía, espero y estés donde estés algún día puedas perdonarme

Continuara...

Muchas gracias a todos los que están leyendo mi historia les agradezco con todo mi corazón el apoyo que tengo por parte de ustedes, también les agradezco que me tengan mucha paciencia a la hora de actualizar, agradezco mucho sus comentarios, quejas, sugerencias y observaciones...

Muchas gracias por todo... ¡Nos leemos luego!