¡Regrese! ¿Me extrañaron? ¿No? Tiene sentido.
Guerra
Y se había hecho oficial. Las ardillas y las arditas competirían para ver quiénes serían los representantes de la escuela. ¿Qué si eso les importaba a Simón y Eleanor? Mierda sí, y mucho. En realidad no habían podido dejar de pensar en eso desde que se había hecho el anuncio.
—¿Entonces consideras que fue una buena decisión?— le pregunto su compañero de laboratorio a Simón.
El chico era un deportista, o al menos lo intentaba ya que aunque es del equipo de basquetbol normalmente no salía de la banca, y en realidad Simón solía dejarlo hablar sin hacerle demasiado casó. Y ahora con todo lo que tenía en la cabeza, ni siquiera sabía en qué momento había empezado a hacerlo.
—¿Podrías repetirme la pregunta?— le pidió Simón, esperanzado de que el seudo deportista se ofendiera.
—Lo de la ardilla Alvin. ¿Crees que fue una buena idea?
—¿Qué lo pusieran a concursar con las chicas para ver si merecen representar la escuela?
—Viejo, en verdad no estabas poniéndome atención verdad— Simón decide no contestar—. ¿Problemas de chica?
—No Nicholas, no todo tiene que ver con chicas o deportes.
Normalmente esa hubiera sido una respuesta correcta, pero en ese momento por algún motivo Simón sentía que estaba mintiendo descaradamente.
—Viejo, cálmate.
—Entonces. ¿Me repetirás lo que me Querías decir o no?
—Está bien. Alvin, la ardilla, ahora es parte del equipo de fútbol.
-0-0-0-
Eleanor era arrastrada por los pasillos de la escuela, tomada de la mano de su mejor amigo. Aun no tenía muy en claro que era lo que estaba pasando, pero sabía que tenía algo que ver con las ardillas. Y si tenía algo que ver con las ardillas, y fútbol (lo que no tenía sentido), ella debía de estar enterada.
Se detuvieron repentinamente frente al pizarrón de anuncios escolares, nadie nunca miraba esas cosas.
—Bien. ¿Ahora puedes decirme que hacemos aquí?— preguntó Eleanor.
Simón tardo unos segundos en reponerse de la carrera y contestar, él no era exactamente del tipo deportivo.
—Mira la fecha del concurso de las ardillas.
—No tengo que verla, me la sé de memoria— y no es algo de lo que estuviera muy orgullosa.
—Lo sé, pero aun así mira— Eleanor obedeció—. Y ahora la fecha del próximo partido.
—Simón. ¿Desde cuándo a ti te preocupan esas cosas?
—Sólo mira.
—Es en la misma fecha. ¿Y qué? No hay discusión, veremos la competencia.
—De eso no hay duda, no querría otra cosa. La cuestión es qué... Adivina quién es el nuevo miembro del equipo de fútbol.
-0-0-0-
Había veces en las que Eleanor seriamente se preguntaba cómo era que Esther seguía siendo amiga suya y de Brenda. Cómo en ese momento, cuando se recargaba con cara de pocos amigos contra una pared mientras ellas dos se escondían atrás de un bote de basura para observar a Alvin. Varias personas ya las habían notado y cada que pasaban a su lado mirándolas raro, en lugar de negar que estaba con ellas, Esther se encargaba de verlos asesinamente para que se alejaran. Esther es una buena amiga.
—No es prueba suficiente.
—A mí me parece una gran prueba.
—Ya se sentaba con ellos desde antes.
— ¿Qué rayos están haciendo?— pregunto Simón que en ese momento estaba llegando donde ellas.
—Tratando de descubrir si lo que les contaste es cierto— contesto Esther con actitud de fastidio.
—Alvin está sentado con los futbolistas, pero eso puede significar cualquier otra cosa— aseguro Brenda.
—Quizás si Teodoro estuviera con él. Pero no lo está.
Simón no debió decir eso. Porque las chicas, incluida Esther, en ese momento entraron en pánico. La gordinflona ardilla adorable no podía haber simplemente desaparecido.
-0-0-0-
Para Eleanor el proceso de elegir un bando fue la cosa más difícil que había hecho en su vida. Y aunque al inicio se había convencido de que no tenía por qué hacerlo, sabía en su corazón que ya lo había hecho. Y se odiaba por eso.
No les había costado mucho "encontrar" a Teodoro. En realidad los cuatro se habían ofrecido a ayudar a envolver los juguetes de la colecta que organizaba su escuela. Ella y Simón habían recibido muchos de esos en su tiempo, así que era muy importante para ellos poner de su parte. Y al parecer para Teodoro también, ya qué estaba ahí, aunque no se veía muy animado.
—Deberías ir a hablar con él— le dijo Brenda mientras le daba un ligero codazo—. Debes ser, literalmente su fan más grande en el mundo entero. Seguro que encuentras la forma de animarlo.
Ella suspira, se siente como si estuviera a punto de "salir del closet".
—En realidad no creo que debería hacerlo. Considerando que no planeo apoyarlo en el concurso del viernes.
—Espera. ¿Qué?— pregunto Simón alarmado— ¿Estas intentándonos decir que vas a apoyar a las Arditas en lugar de a las Ardillas? No puedes estar hablando en serio.
— ¿Por qué no?— pregunto Esther— Yo también planeo apoyar a las Arditas en esta ocasión.
—¡Pero si nosotros siempre hemos apoyado a las Ardillas! Desde el principio de sus carreras— les recordó Brenda.
—Carreras que despegaron hace mucho tiempo. Ellos no necesitan esto, las Arditas sí— agrego Esther—. Aparte, son mujeres.
—¿Y qué tiene que sean mujeres?— la cuestiono Simón.
—Hay que apoyar a nuestro género… Bueno, por eso tiene sentido que tú continúes apoyando a los chicos.
—Espera, yo no las apoyo por el hecho de ser chicas. Es que sencillamente son más talentosas— dijo Eleanor.
—Oh no nena, no acabas de decir eso— se apresuró a agregar Brenda.
—Sólo digo la verdad— intento responder lo más tranquilamente posible.
Simón y Brenda de repente parecían genuinamente molestos. Esther y Eleanor estaban a la defensiva. Algunos de sus compañeros ya los habían volteado a ver y cuchicheaban entre ellos.
—Y yo no los apoyo por el hecho de ser hombres. Yo los apoyo porque eso hemos hecho desde el principio. Los cuatro— explico Simón—. Ellos llevan esforzándose mucho tiempo, y se merecen esto.
Simón y Brenda se pusieron de un lado, y Eleanor y Esther del otro. Sus miradas se cruzaron y el mensaje estaba claro. Eso era la guerra.
—Vamos Simón, hay que investigar lo que tiene Teodoro— dijo Brenda antes de darse la vuelta y empezar a caminar hacia la ardilla.
El chico la siguió.
Lo sé. Mucha espera para un capítulo tan corto. Pero sentí que cualquier cosa que agregara estaría de más. Espero y les haya gustado.
Los quiere: yo
