¡Penúltimo capítulo! Estamos con todo. ¿O no? En fin, le pongo mucho amor a esta cosita, así que espero que les guste.
EL DÍA D
Todo estaba preparado. Ese día se decidiría el futuro musical de su escuela y Eleonor no podía estar más emocionada. Un mundo de posibilidades se abrían frente a ella, si Las Arditas lo lograban, ellas le habían prometido que se unirían al coro. Y no solo eso, el coro podría hacer un par de colaboraciones en su disco debutante que ya era prácticamente un hecho.
Cuando eres huérfano te enseñan que sueños como ser un artista, o ir a la universidad sin tener una beca del 100%, son cosas imposibles. Sin embargo ahora su voz pronto se escucharía en todas las radios, y con la, quizás no muy grande, cantidad que las regalías le dieron, más la beca de casi el 50% que estaba segura de conseguir y un trabajo de medio tiempo; la universidad no parecía tan imposible tampoco. Aunque para que todo eso pasara, ellas debían llegar primero.
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—Algo definitivamente está mal.
—Estas exagerando.
—Pero…
—¡Estas exagerando!
Cuando Simón finalmente los encontró, parecían estar discutiendo. Y las arditas no estaban con ellos. El concurso estaba a punto de comenzar y no había ninguna señal de Brittany y Jeannette. Él había tenido la esperanza de encontrarlas con los chicos, por toda esa cuestión de la afinidad de especie y todo eso. Pero en vista de su ausencia se vería obligado a dar un anunció que había creído sería mucho más feliz de dar.
—Chicos… La directora ha decidido, que si las Arditas no llegan durante los próximos cinco minutos, ustedes se presentaran por parte de la escuela.
La expresión de las ardillas tampoco era tan alegre como se supone debería de ser. Entonces un hombre joven que Simón ya había visto por ahí llegó corriendo con su celular en la mano.
—Alvin, creo que es para ti— dijo titubeante mientras le tendía el aparato a la ardilla.
—¿Bueno?... ¿Brittany?... ¿Y el departamento de música? Toda la escuela cuenta con ustedes… ay, ya sabía…
—¿Qué está pasando?— preguntó Teodoro.
—Es Ian, las encerró en una jaula— respondió Alvin mientras ponía el celular en alta voz.
El corazón de Simón se paralizó.
—Iré a informarle a la doctora Ruby— anunció el chico que había llegado con el celular antes de regresar por donde había llegado.
—Brittany…
—Alvin, no se muevan.
—Seguro.
Había algo que le decía a Simón que esa era una promesa vacía. Y no tardó mucho en comprobar su teoría. Y aunque la parte de él que siempre dejaba la mitad de su bollo de canela que llevaban los domingos al orfanato, para que uno de los niños más chicos se lo comiera, quería detener a Alvin. Otra parte de él, la más egoísta, acepto sin chistar cuando le pidió que él y Teodoro ayudaran a las chicas a salir de ahí.
No les fue muy difícil a él y a Jeannette descubrir el primer número. Uno, no es como si Ian fuera una mente maestra malvada.
Noto que Teodoro parecía sentirse un poco inútil, así que pensó en algo que podría enviarlo a hacer.
—Teodoro. ¿Crees que podrías ir a buscar a Eleanor?
La ardilla acepto encantada. No es como si Simón en verdad la necesitara en esos momentos, pero supuso que a ella le gustaría estar enterada de la situación.
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Esther, Brenda y Eleanor fueron hasta casi la entrada de la escuela a reunirse con Simón. Se sentía como parte de una película, y contrario a lo que habían esperado toda su vida no eran simples extras. Estaban justo en medio de la acción, donde los personajes principales tenían problemas, y aunque no estaban precisamente ahí se enterarían de todo de primera mano. ¿Qué más podrían pedir? Bueno, quizás que las arditas y Alvin llegaran a la escuela a salvo.
Cuando llegaron, su amigo estaba colgando el teléfono. Lo que podía significar algo bueno o algo malo. Teodoro ya les había explicado la situación.
—Lograron abrir la jaula pero aun no salen de ella, Alvin ya está en camino. Ahora solo queda esperar.
Así que eso hicieron, los cinco.
—¿Qué pasa si Alvin no logra?— preguntó Brenda después de un rato.
—Tiene que lograrlo— contesto Esther—. No hay otra opción.
—Pero si…
—Va a hacerlo.
—Es el gran Alvin Seville— interrumpió la pequeña discusión Simón.
—Él siempre se sale con la suya— completo Teodoro.
Un suspiro colectivo se hizo presente.
Siguieron esperando.
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Esther regreso de su breve visita al escenario, estaba más pálida de lo normal.
—Las siguientes son las ardillas— anunció.
—Yo… yo no puedo salir sin Alvin— contesto Teodoro.
—Pues tendrás que hacerlo, una ardilla es mejor que cero arditas. ¿No crees?— ella insistió.
—No lo entiendes, no puedo, no sabría cómo hacerlo. Nunca he cantado solo.
—Pero si no lo haces, el programa de música de la escuela esta pérdida— dijo Brenda.
El silencio consumió al grupo entero durante casi un minuto. Mientras, de fondo, escuchaban como el grupo anterior terminaba su número.
—Quizás yo no pueda cantar— dijo Teodoro repentinamente volteando a ver a Simón— pero sé quién sí.
—¿Yo? Pero… están esperando a alguien más afuera.
—Sino sale nadie va a ser peor, y yo ya te he escuchado cantar. Sé que puedes hacerlo— insistió la ardilla.
—Pero no tengo preparado nada.
—¿Estas bromeando? Tú y Eleanor siempre tienen algo preparado— dijo Esther—. Ella siempre ha dicho que nunca se sabe cuándo puedes encontrarte un cazatalentos famoso en la calle.
Eleanor se puso completamente roja. Eso había sido cierto durante muchos años, pero en el último, ahora que sus sueños de ser cantantes se habían ido diluyendo poco a poco, ya no se esforzaban tanto como antes. Pero sí, definitivamente tenían algo.
—Sí no salen, su escuela será descalificada— se escuchó al presentador desde el escenario.
El público hacía ruido y Simón y Eleanor intercambiaron una mirada. Era el sueño de toda su vida, pero al mismo tiempo su peor pesadilla. Y justo cuando las personas empezaron a abuchear, salieron corriendo al escenario.
—Bueno, creo que es bastante obvio que no somos ardillas— dijo Eleanor al micrófono, la multitud guardo silencio.
—Pero… tenemos algo para ustedes.
Los dos amigos intercambiaron miradas y Simón asintió mientras se sentaba en el piano y tocaba unas cuantas notas.
Eleanor empezó a cantar:
People say we shouldn't be together
We're too young to know about forever
But I say they don't know what they talk, talk, talkin' about
Simón le hizo coro:
Talk, talk, talkin' about
Y entonces fue su turno de cantar:
'Cause this love is only getting stronger
So I don't wanna wait any longer
I just wanna tell the world that you're mine girl
Oh
Ambos:
They don't know about the things we do
They don't know about the "I love yous"
But I bet you if they only knew
They would just be jealous of us,
They don't know about the up all nights
They don't know I've waited all my life
Just to find a love that feels this right
Eleanor:
Baby they don't know about
They don't know about us
Simón:
They don't know about us
Just one touch and I was a believer
Every kiss it gets a little sweeter
It's getting better
Keeps getting better all the time girl
Ambos:
They don't know about the things we do
They don't know about the "I love yous"
But I bet you if they only knew
They would just be jealous of us,
They don't know about the up all nights
They don't know I've waited all my life
Just to find a love that feels this right
En ese momento un helicóptero de juguete que llevaba a Alvin y las dos arditas entro por la ventana.
Eleanor:
Baby they don't know about
Simón:
They don't know about us
A pesar de que la canción original era más larga él toco las últimas notas y se puso de pie mientras el público estallaba en aplausos. El helicóptero se posaba en el suelo mientras él tomaba el micrófono en el que hasta hace un segundo estaba cantando su mejor amiga.
—Chicos y chicas, después de esta breve introducción estén preparados— dijo Simón al mismo tiempo que Teodoro salía corriendo al escenario y hablaba con el resto de las ardillas.
—¡Porque están a punto de presenciar, por primera vez, una colaboración entre las Ardillas y las Arditas!— exclamo Eleanor y ambos salieron del escenario para darle entrada libre a las verdaderas estrella.
La sonrisa más bella que Simón había visto en su vida ilumino el rostro de Eleanor. Lo habían logrado, habían cantado algo más que una estúpida canción de coro escolar frente a un público. Podrían morir en ese momento y serían felices.
—¡Lo hicieron increíble!— exclamó Brenda mientras se lanzaba a los brazos de su amiga— Después de esto no hay forma que un cazatalentos no los encuentre y los haga famosos. Ni siquiera hubiéramos necesitado que las arditas llegaran, ustedes podrían haber ganado esta competencia fácilmente.
Poco atrás de ella, con los brazos cruzados, les sonreía Esther. Su novio avanzo hacia ella y le acomodo un mechón de cabello atrás de la oreja, ella se lo permitió.
—¿Te gustó nuestra presentación?— le preguntó.
—Mucho— respondió ella mientras miraba hacia otro lado.
—¿Entonces por qué te ves tan triste?
—Simón— ahora sí lo miró a los ojos—. Tenemos que hablar.
Eso nunca significaba algo bueno. El chico se alejó un poco de su novia mientras sentía como sus manos empezaban a sudar.
—Si es por las cosas que le dije a Eleanor en la canción. Eran puro espectáculo. Tú sabes que ella y yo somos como hermanos.
Sabía lo que tenía que decir. Que había estado pensando en ella durante toda la canción. Pero las palabras simplemente no salían de su garganta.
—Lo sé. El problema es que esa canción tampoco era para mí.
Esther se inclinó hacia el frente y le beso la mejilla con ternura.
—Te dejo libre Simón. Espero que encuentres a una persona a quien quieras dedicarle todas tus canciones. Y espero poder ser tu amiga cuando llegue ese momento.
Esther se alejó y Eleanor llego en su lugar mientras la ardillas y las arditas terminaban su actuación y el triunfo de su escuela era anunciada. Su mejor amiga recargo su cabeza en su hombro.
—Lo lograron.
—No— contestó Simón—, lo logramos.
Creo que ha sido el más largo hasta ahora. Espero les haya gustado. La canción es "They don´t know about us" de One Direction porque he estado de nostálgica y me puse a escuchar sus viejas canciones. Aparte de que creo se escucharía perfectamente bien con solo el piano para musicalizarla. En fin, ojala y puedan comentarme que les pareció.
Los quiere: yo.