Comenzó a hacerse de noche y ya solo faltaban minutos para que el sol se fuera por completo.
Llego un momento en el que Gohan le costaba abrir los ojos y a cada rato bostezaba, incluso me estaba contagiando… minutos después se quedó dormido.
Yo lo cargue pero la sabandija verde me detuvo y me dijo que él lo llevaría a su casa aunque lo ignore y seguí caminando al lugar donde estaba Bulma.
-Sabandija con cola, ¿al menos sabes dónde vive?
-No insecto verde, pero iré con su madre ya que estaba con Bulma.
Ese maldito comenzó a seguirme para ver si era cierto lo que decía, era incomodo pues él y yo no nos llevamos bien.
-¡¿Por qué me sigues?!.Volteando a verlo con una mirada desafiante.
-Me preocupa que alguien como tú lo vaya a dejar.
Yo me enoje y estuve a punto de darle un golpe pero recordé que tenía a Gohan en brazos y me detuve, y al llegar pues no pasó lo que esperaba.
-¡¿Pero si yo las deje aquí?!
-Seguro se fueron de este lugar, yo llevaré a Gohan.- Intentando agarrar al pequeño.
Él niño me sujeto aún más fuerte de manera que Piccolo no se lo pudiera llevar a su casa, yo comencé a flotar y quería sentir el diminuto Ki de Milk pero… alguien se adelantó.
-Sígueme.- Comenzando a volar más rápido que yo.
Obviamente no me podía quedar atrás así que acelere mi vuelo dejando solo un rastro, tenía que estar con Piccolo por Gohan pues… me cayó muy bien y me parece lindo y tierno.
Era demasiado incomodo estar con él namekusein pues nadie hablaba pero la verdad prefería eso, quería saber más sobre su pasado y de hecho le pregunte. Algo que me contradijo pero la verdad quería saber.
-Oye, ¿Es cierto eso de tu venganza?.- Sin dejar de tener mi tono serio con él.
-Eso a ti no te incumbe.- Sin mirarme.
-Tarde o temprano me voy a enterar, dime.- Volteé a ver al pequeño en mis brazos.
-No.- Cerrando los ojos por unos segundos.- Maté a Goku, entrene a su hijo y me sacrifique por él.
-¿Mataste a ese saiyajin?.- Volviendo a verle la cara.
Él lo decidió, era para acabar con su hermano mayor y pues… para que no se moviera en el ataque, Goku se puso atrás de él para sostenerlo.
-¿Y tú venganza?.- Alcé una ceja.- Pensé que querías vengarte.
-Lo maté, mi obligación era matarlo y ya lo hice, la verdad no me interesa tener este mundo y ser su rey.- Comenzando a bajar.- Eso es todo para mí.
Ya habíamos aterrizado y el se quedó callado después de eso, por fin entendí y confirme que solo decía eso por orgullo.
-¿Esa es su casa?.- Comenzando a caminar.
-Si.- Recargándose en un árbol.- Ve tú, no le caigo muy bien a su madre.
-Ves y querías venirlo a dejar.- Volteé a verlo.- ¿Qué pensabas hacer?.
-Entrar por su ventana.- Lo dijo como si nada, la verdad me causo un poco de gracia.
-Estás loco y por cierto… gracias por tenerme confianza.- Me volteé y seguí caminando.
Caminé hasta llegar a la casa y muy amablemente toque la puerta, al instante su madre me abrió.
-Gracias Kai.- Cargando al pequeño.- Cuando quieras puedes venir a vernos.
-Sí, gracias por la invitación.- Sacudí la mano para despedirme de ella y comencé a caminar.
Cerró la puerta y justó cuando hizo eso, escuche la voz del namekusein y el maldito tuvo el descaro de decirme…
-Adiós sabandija con cola.- Y yo muy amablemente le respondí.
-Hasta luego insecto verde con orejas grandes.
Él soltó una pequeña risa y se fue volando lo más rápido posible, a pesar de que esta noche hablamos civilizadamente… no dejaremos de decirnos eso.
Comencé a volar para ir a corporación cápsula y sentí el Ki del namekiano, ¿Me está siguiendo? Maldita sabandija verde. Me detuve.
-Por cierto, no quiero que digas nada de lo que te dije sobre… la venganza… me gustaría seguir manteniendo ese orgullo que me caracteriza.
-¿En serio el orgullo te caracteriza? Yo pensé que era por ser verde.- Con una sonrisa en el rostro y cruzada de brazos.
-Ja, qué graciosa.- Obvio no le había agradado mi comentario.- Pero en serio no quiero que comentes nada.
-Si, no te preocupes.- Preparándome para irme.
-Adiós.
-Por ahora.- Soltando una risita y comencé a volar.
Primera persona (Piccolo)
-Por ahora.-Soltó una pequeña risa la desgraciada.
Solo me queda escuchar los rumores que me digan los demás y espero que la desgraciada no habrá la boca y esparza el rumor.
La verdad no es mala escuchando y desde que llegó me dan ganas de saber cuál es su poder de pelea, me gustaría entrenar con ella y así tener mayor rendimiento.
Dentro de unas semanas iré a pedírselo pues me intriga saber su poder, aunque se que me lo va a negar pues no nos llevamos bien. Y si me dice lo contrario, entrenaré lo más fuerte que pueda para derrotarla.
Primera persona (Kai)
Ya por fin me voy a dormir, fue un día pesado pues tuve que convivir con ese maldito namekusein aunque no fue tan malo y además… ¡Toc toc!
-Adelante.- ¿Quién será a estas horas?.
-Hasta que por fin llegas…- Abrió, entro y cerró la puerta.
-Es que tuve un pequeño inconveniente en el camino.- En ese momento recordé a maestro y discípulo.
-¿Tienes tiempo de entrenar conmigo mañana?.-Recargándose en la pared.
-Claro que si Vegeta.- Sentándome en mi cama.
-Esta bien, mañana después de desayunar.- Comenzando a irse.
-Si, hasta mañana.- Cerró la puerta.
Yo me paré y comencé a cambiarme para ponerme mi cómoda pijama, e hice todo para prepararme e ir a dormir.
A la mañana siguiente…
Cómo lo dijo mi hermano, desayunamos y nos fuimos a entrenar a unas montañas cerca que la ciudad.
Nos pusimos en posición de pelea y al mismo tiempo comenzamos a pelear. Le lanzaba patadas y puñetazos, algunas les daba y otras las esquivaba y viceversa.
Ráfagas de Ki por todos lados, demostrando que pelábamos lo mejor posible y con un gran poder de pelea, admito que era un oponente difícil y más fuerte que yo.
-Le haces honor a la familia de los saiyajin.- Me dijo agitado.
-Lo mismo digo príncipe.
Nuevamente comenzamos a pelear sin para hasta aproximadamente las 5 p.m. Fue un entrenamiento increíble que hasta se nos olvidó comer.
Fuimos volando a C.C tranquilamente, ya estábamos completamente cansados que lo único que queríamos era comer y dormir.
-Antes de entrar quítate la tierra en los zapatos.- Le dije parándome y limpiando mis botas.
-Claro que no, soy el príncipe de los saiyajin, puedo hacer lo que yo quiera.
-¡Me vale!¡Kai tiene razón! No vas a entrar con las botas sucias a mi casa.- Cruzándose de brazos y con una mirada furiosa.-¡Te quedó claro!
Vegeta solo asintió la cabeza, me quería reír de la expresión en su cara pero… me tranquilice a tiempo.
Yo a pesar de que soy una saiyajin no tengo el mismo apetito que mi hermano, ni siquiera como la mitad de lo que el come.
Después de la comida Vegeta de metió a dar un baño y yo me quedé en la cocina ayudando a lavar los trastes que ocupamos.
Terminado esa difícil tarea yo fui la siguiente en bañarme, el agua estaba caliente… comencé a darme masajes para relajarme y que mañana no quede adolorida.
Cómo es la mejor habitación de huéspedes, tengo mi propio baño por lo que me podía tardar todo el tiempo que quisiera.
Ya a punto de salir del baño, incluso envuelta en toalla, escuché un ruido en mi habitación por lo que salir a ver y…
-¡L-Lo s-siento no era mi intención v-verte así.-Se volteó bruscamente y sonrojado.
-¿Cómo entraste?.- Cerré mis ojos y estaba ruborizada.
-Por la ventana.- Estaba completamente morado hasta las orejas.- Perdón, no pensé que te estuvieras bañando.
-¡¿Para qué viniste?!
-Mejor vengo mañana.- Aún ruborizado.
-¡¿Para qué viniste?!.- Le dije nuevamente.
-Para ver si podemos entrenar, quiero saber qué tan fuerte eres.
-Si quieres saber lo fuerte que soy pregúntale a Vegeta.- Empujándolo por la ventana.
La cerré completamente y también las cortinas, solo tenía mis ganas de ir y pegarle pero… estaba aún en toalla, no podía.
Pasó esa incomoda noche la cual nunca olvidaré en mi vida. Pasaron días, meses, todo se repetía, era lo mismo todo los días de mi vida (claro a excepción de que Piccolo me viera semidesnuda.
Después de ese momento incómodo cuando lo volví a ver… le di cuenta cuántos golpes bien merecidos.
A pesar de que no nos veíamos diario comenzamos hacer amigos y una que otra vez entrenábamos.
Llegó el día en el que los namekusein se tenían que ir a otro planeta, el deseo anterior que habíamos pedido era revivir a los que murieron por culpa de mi hermano, ahora era el momento de que se fueran.
-Adiós amigos.-Fueron las últimas palabras del patriarca.
