Flash Back…

-¿Quién eres?

-Mi nombre es Tokage, el planeta de Terran es muy hermoso, si acabamos con todos sus habitantes podemos venderlo a un buen precio.

-Para empezar tendrás que acabar conmigo, maldita lagartija.

-Mejor hágase aún lado señorita, yo acabaré con ese sujeto.- Me tomo del hombro.

-¿Y tu quién te crees que eres como para darme órdenes?.

Me abalancé a esa lagartija y le di tres puñetazos, fue suficiente como para dejarlo en el suelo, el chico que me había ordenado irme estaba boquiabierto.

Le hice una técnica para dejarlo sin posibilidades de moverse, pues seguía consciente y tarde o temprano se movería.

-¡Muévete! Por tu forma de vestir se que eres un policía, arrestarlo o has algo productivo.

-Si señorita.- Saco unas esposas y las puso en sus muñecas.- Gracias por su ayuda.- Cerró su patrulla ya con el maleante dentro del auto.

-No es nada.- Planeaba irme pero…

-Oiga disculpé.- Su tono de voz había cambiado.- Me puede decir cuál es su nombre.

-Soy Kai, ¿A qué viene la pregunta?.

-Simplemente me gustaría conocerla mejor, ser amigos si es posible, ¿Qué le parece?.

-No me interesa hacer amigos ni nada por el estilo, solo me interesa mi familia, no quiero encariñarme con demás personas pues eso implica más distracciones e interrupciones de mi entrenamiento.

-Se lo pido en serio, no le haré perder su tiempo a menos que usted quiera.- Me tomaba de mi mano para que no huyera.

-¿Cómo te llamas?.

-Fukai, señorita.

-Te juro que lo pensaré, por el momento me debo ir.- Por fin me retiré volando.

Fin Flash Back…

-Y así fue como conocí a Fukai.- Le di un gran sorbo a mi malteada.

Ese día me di un gran descanso pues salí de compras con mi gran amiga Bulma, semanas de entrenamiento y encima tener que soportar a Fukai.

Mi amiga al principio no entendía porque me desagradaba tanto, ahora que ya ha pasado seis meses en la tierra, Bulma me comprende. Fukai es de esos chicos que tienen doble cara, cuando recién lo conoces es tan amable y respetuoso. Pero cuando tiene confianza, se vuelve coqueteo, irritante, egocéntrico, y otras cosas más que si me pongo a nombrar no terminaría.

-Esta exquisita está malteada, me he enamorado de este sabor tan dulce.- Le di un gran sorbo, uno de los últimos por cierto.

-Oh no, Piccolo se pondrá celoso de esa malteada.- Me dijo burlonamente.

Bulma ya sabía sobre mi relación amorosa con el nameku, de todas formas es mi mejor amiga y tarde o temprano de iba a enterar, al principio esto le molestó a Piccolo pero aún así no le tomo mucha importancia.

-Tienes razón Bulma.- Le seguí el juego.- Si sigo bebiendo de esta malteada Piccolo la derramará.- Ambas comenzamos a reír.

-Oye Kai, cambiando de tema.- Secándose esa pequeña lágrima de tanto reír.- Si antes no te gustaba tener amigos y los consideradas una perdida de tiempo, ¿Por qué ahora aceptaste todos eso?. Incluso ya tienes novio.

-Creo que mi hermano me hizo cambiar, hizo darme cuenta que personas tan frías me desagradan y la verdad, no quiero ser así.

-Ya veo.- Me señaló entusiasmada.- Mira esa hermosa blusa.

Entramos a la tienda pues ambas tenemos los mismos gustos, ya solo faltaba ver a quién le queda mejor y así quedársela.

Primera persona (Piccolo)

-Maldita sea, Kai aún no llega.- Entre por la ventana a la habitación de la saiyajin.

Anteriormente prefería estar solo, meditando sin alguna interrupción pero, desde que ella diariamente venía a visitarme para entrenar, desde esos días me molesta que Kai no entrene conmigo.

Poco a poco me fui dando cuenta que esa tarde en la que Kai reveló sus verdaderos sentimientos por mi, la razón de aceptar estar con ella no fue impulso, simplemente comparto los mismos sentimientos.

Mientras esperaba su llegada para conversar, escuché un ligero golpe en la cama. Alcé las cobijas para darme cuenta que Fukai se estaba escondiendo bajo la cama.

-¡¿Qué haces debajo de la cama?!.- Lo agarre de los cabellos, sacándolo bruscamente.

-¡Alto!.- Se escuchó como abrieron bruscamente la puerta.- ¿Por qué lo agarras del cabello?.

-¡Este sujeto estaba bajo tu cama!.

-No lo malinterpretes Kai… además, ¿Tu qué haces en la habitación de Kai?.

-Fukai vete.- Se le notaba enojada.

-Pero…¿Por qué…?.- Solté su cabello.

-¡Que te vayas!.- Elevó su Ki.

Fukai salió con la mirada gacha, cuando ya estaba fuera de la habitación alzó la mirada y me vio con furia pero Kai cerró la puerta en su cara. No habló, espero a que el Ki de Fukai estuviera más lejos.

-Que bueno que te diste cuenta de su presencia.- Se acercó a mí y me dijo un beso en la mejilla.- Me tengo que ir a bañar.

-Pero y si ese sujeto vuelve, estoy seguro que volverá a venir para…

-Si tanto te preocupa, quédate mientras me baño, vigila que no venga.- Está ve me dio un beso de piquito.

Maldito Fukai, cómo se atreve a intentar espiar a Kai, me hace cuestionar si es la primera vez que se esconde bajo la cama. Por fin ella entró a su baño y cerró la puerta mientras yo esperaba en su pieza.

Las luces apagadas, ya era de noche, la única fuente de luz era la luna. Yo estaba recostado en la cama, relajándome esperando que Kai saliera de bañarse para así poder irme.

Escuche el rechinido de una puerta, pensé que era Kai saliendo del baño pero, percibí un sonido de una cámara, al fin abrí los ojos. Otra vez era Fukai.

-¡Ahora sí maldito!.- Me levanté totalmente enojado.

Primera persona (Kai)

Escuche un golpe en la pared, ya estaba a punto de salir de bañarme, incluso ya estaba en toalla, una en mi cuerpo y otra en mi cabello.

Abrí la puerta, encendí la luz, para encontrarme a Piccolo tomando a Fukai del cuello contra la pared, el tono de piel de Fukai se tornaba de un color azul.

-¿Piccolo?.- Ambos voltearon a verme.

Piccolo se sonrojó y Fukai le salió una gotita de sangre de su nariz. Él nameku había soltado sin querer al Terrano, avergonzado salió de la habitación mientras que él otro se cruzó de brazos y se recargo en la pared cerrando sus ojos

-¿P-Por qué sales así?.- Se sonrojó aún más.- No te das cuenta que Fukai te vió.

-¿Eh..?.- Mire mi atuendo y sentí mis mejillas calientes.- Es que pensé que solo estabas tú, además él estaba escondiendo su Ki.

-Pero de todas formas no deberías salir así sabiendo que yo estoy aquí.- No me miraba ni de reojo.

-Mmm…De todas formas debe de haber confianza ¿No?.- Di un enorme suspiro.- Espera, no habrás los ojos, voy a ponerme mi pijama.

-S-Si que tienes confianza, para cambiarte frente a mi.- Su cara estaba totalmente morada.

-Se que tú no eres capaz de hacerme algo, tú no eres el tipo de hombre que le interesa ver a mujeres de una forma provocativa.

-Por cierto, me voy a quedar… ya sabes, para cuidarte….

-Si, como quieras.- Ni siquiera se percató que estaba frente a él.- Ya puedes abrir los ojos.

-¿No te molesta que me quedé?.- Ya se le notaba menos morado.

-Por supuesto que no, ven.- Me acosté en la cama y me tape con las cobijas.- ¿Quieres acostarte?.

Cuando sentí ya estaba al lado mío, pero no me veía, nuestras espaldas estaban juntas. Tardamos así por minutos, solo se escuchaba algunos coches que pasaban a pesar de que ya eran las 10 p.m. Pero claro, vivimos en una ciudad.

La habitación se encontraba completamente oscura, la respiración de Piccolo se escuchaba al igual que la mía, uno que otro sonido de un grillo.En lo personal no estaba nerviosa, conozco a Piccolo y se que estoy segura a su lado.

-¿Sigues despierto?.- Susurré, apenas si se escuchaba mi voz.

-¿Qué pasa?.- Se volteó completamente, yo hice lo mismo.

-¿Me puedo acostar en tu pecho?.

Mi visión ya se había acostumbrado a la oscuridad, por lo que vi como sonrió. Se puso boca arriba esperando que ocupa su pecho como una almohada, no tarde demasiado.

-¿A qué vino eso?.- Su brazo estaba debajo de mi abrazándome.

-Solo quería sentirme completamente segura, además nunca había dormido en tu pecho.- Di un enorme bostezó.- Quería experimentar.

-Ya veo.- Sentí sus labios en mi frente.

-Buenas noches…..