Capítulo 3: Adios
Gaara
1.
Gaara nunca ha tenido intensiones de enamorarse de Hinata.
Sus padres tampoco – sobre todo Hiashi, quien usa de secuas a Neji para que le informe todos los pasos de su ángel –. Aunque de sus madres tiene dudas. Nunca se los pregunto, pero por algo coordinaron sus embarazos ¿No?
¿NO?
…Bueno.
El asunto es que él nunca se planteó enamorarse de Hinata. Las cosas entre ellos solo sucedieron. Fluyeron. Como peces que se dejan llevar por la corriente. Y lo que en un inicio fue una linda amistad de dos infantes yendo juntos al nido, y suspiros de las profesoras al verlos ir de la mano o con atuendos a juego, se tornó en un tórrido manantial de abrazos nocturnos.
Lo cual es genial.
Pero no.
Porque Gaara puso límites claros en su relación (luego de sentir el primer pum en su corazón).
- No besos.
- No abrazos al dormir.
- No caricias indebidas.
Y Hinata se zurró en esa lista y él no pudo detenerla. ¡Vamos!. Quien en su sano juicio detendría un abrazo de la persona que ama, y movería la pierna que tiene sobre su pelvis y los pechos de algodón sobre su brazo.
Nadie.
- No abrazos al dormir.
Adieu, regla número dos.
Pum.
2.
– Gaara– le llama y se pregunta en que momento dejo de lado el kun. Lo mira extraña y juraría que ve en sus ojos desilusión– ¿Que paso con tu segundo botón?
– Sakura me lo pidió.
La desilusión toma por rehén sus labios y las manos delicadas van a su propia blusa, a su pecho siendo exactos, y toman un imperdible (ese que usa desde que la pubertad convirtió el valle en montañas). Junta ambos lados de su camisa y la cierra.
– Sakura puede tener todos tus botones, pero solo yo puedo abrazarte – susurra y es consecuente con sus palabras.
A Gaara el corazón se le hace una fiesta patronal, con confeti y fuegos artificiales.
La manía posesiva de su amiga nunca deja de sorprenderlo. Alegrarlo. Emocionarlo. Llenarlo de esperanza ilógica de que podría tocar la luna con solo ponerse de puntillas.
Un sinfín de emociones se aglomera en su pecho y le corretean por el hipotálamo y la verdad, es que no lo entiende del todo. Porque en el fondo sabe que es mucha fiesta para tan poco evento. Al final es solo eso, una manía, nada serio. Porque mientras ella mira con recelo el botón faltante, sabe que en su bolsillo guarda el que le dio Naruto minutos antes (A veces Gaara es un ser omnipresente que lo ve todo, más si es referente a su amiga ojos de luna).
Entonces respira hondo y decide disfrutar el momento.
La abraza también y huele sus cabellos a manzanilla fresca (Porque lo que la pubertad hizo con sus curvas, no hizo con su altura y no importa, es la medida exacta para ser apachurrable). Intenta no verse desesperado, pero fuerza el agarre contra sus cuerpos y siente su pecho algodonado.
Eso es suficiente y entiende que no necesita que Hinata se lo pida/ordene, para saber que nunca nadie lo abrazara así.
Nunca. Nunca. Nunca.
– Sí.
3.
Las cosas sucedieron demasiado rápido para procesarlas.
Un día cumplía 16.
Un día terminaba la escuela.
Un día ingresaba a la Universidad de Suna.
Un día Hinata ingresaba a la Universidad de Konoha.
Un día, casi 18 años después, debía alejarse de Hinata por primera vez.
4.
Un profesor lo recomendó a la Universidad de Suna, su padre aceptó, sus hermanos lo apoyaron, su tío le consiguió una habitación y ahí terminaron sus sueños de cinco años más junto a ese ángel.
–Listo, ya puedes cerrar esta maleta. – la sonrisa de caramelo no logra alegrar su rostro.
Quiere abrazarla. Besarle el rostro entero. Cancelar su matrícula y quedarse ahí, juntito a ella. Calentándose en invierno, abanicándose en verano, masajeándose después de un calambre y todo es jodidamente tentador y las ansias de quedarse crecen.
Crecen.
Crecen.
Y no.
''Despegarse un poco les vendrá bien'' le dijo Temari, ''Hay chicas lindas en Suna'' acotó Kankuro, aunque a esto le restó importancia (¿Hay mujer más bella que Hinata? Lo dudo) ''Es hora que Hinata piense más en si misma'' menciono Neji, que pasaba por ahí. Y esto último fue lo que más lo impacto.
Porque tiene razón.
Ya curaron sus heridas hace mucho y si siguen juntos es por puro capricho mutuo. O eso quiere creer. Lo cierto es que es solo suyo y su incapacidad por soltarla.
Amor es libertad, recuerda y tal vez ya vaya siendo hora de separarse. Tomarse un respiro el uno del otro y que la distancia ayude a que cumpla su sueño de estar cerca de Naruto.
El sol y la luna siempre han estado enamorados.
–Gracias Hinata.
5.
Las despedidas son horribles.
Las personas lloran, se abrazan, se besan, ruegan que no se vayan.
Quizás la ausencia de esto sea lo que le resulta horrible. Su familia se despide de buena gana, no hay llantos, ni abrazos, ni suplicas porque se queden (Porque todos ya acordaron que era lo mejor para él.)
La única que podría pedírselo (y le quema la piel de deseo que lo haga) es Hinata. Pero ella solo ríe junto a Temari, que cuenta anécdotas de pequeños, y Kankuro las exagera y escenifica. Sabe que sus deseos y realidad distan mucho. Hinata no le va a pedir que se quede, no lo abrazara frente a todos, menos besarlo (su único beso fue a los seis y Gaara lo recuerda como si hubiera sido ayer) y ni hablar de llorar.
Ha visto a Hinata llorar muchas veces y nunca fue por él.
Jamás.
El último adiós llega cuando el tren para frente al andén número seis.
Entonces sucede.
– ¡Gaara! – no necesita voltear para saber quién lo llama, sin embargo lo hace.
Y al igual que su vida los últimos años, todo sucede muy rápido y es difícil de procesar al instante.
Hinata lo toma de la solapa de su abrigo, lo empuja dentro del vagón y sus labios se unen. Es un beso torpe y dulce y sabe a leche tibia un domingo por la tarde. Antes que pueda reaccionar (¿ya dije que todo sucede demasiado rápido?), oye el pitido del tren y ella sale corriendo.
La puerta se cierra, las mejillas le queman y podría jurar que el color de su cabello se ha desparramado sobre su rostro.
Y siente que por primera vez podría desmoronarse por dejarla.
Addio, regla número uno.
Nota de la autora:
¡Hola!
Llego dentro del tiempo que prometí (creo).
Quiero aclarar -debí hacerlo desde el primer capítulo- dos cosas puntuales.
- Que los capítulos van, uno del punto de vista de Gaara, el que sigue de Hinata y así sucesivamente.
- Que todos son planteados como pequeñas viñetas (?). Podría parecer que no se entrelazan, ni van a ningún lado, pero créanme que sí lo hacen.
Espero que les haya gustado. Tal vez suceden algo rápido las cosas en este capítulo, pero sentía que hacerlo en dos capítulos era alargar mucho y últimamente el cerebro se me bloquea.
Jajajaja.
Muchas gracias por sus reviews y alertas y a las personitas que leen desde el anonimato.
Nos vemos.
