Capítulo 6: Dómame como solo tú sabes.


Hinata

1.

Bien.

El asunto es:

Hiashi ha preparado un fin de semana en el campo. Cree que luego de un arduo año académico, sus hijas y sobrino se lo han ganado y ciertamente, tiene razón. Pero no. Porque Hinata prefiere de obsequio otra cosa y para eso, ha fingido estar con su menstruación.

Así que.

Ella no quiere arruinar el paseo familiar y dice: "Vayan sin mí, ya veré que hago en casa", sonríe como un claro de luna y los hace partir.

Primera fase del plan, lista.

2.

En líneas generales, Hinata se considera una mujer astuta, algo manipuladora y con tendencias psicópatas (aunque esto no viene al caso ahora-). Es un hecho que ama a Gaara, él lo sabe, pero parece que no lo entiende y se percata de esto último cuando llega a casa y se tensa al saber que no hay nadie más que ellos.

Como si fuera la primera vez. Uhm.

Obviamente, él no tiene ni idea que fue ella quien se deshizo de todos y piensa que tal vez es pura coincidencia. Agradables coincidencias que dan cuartada a la pseudo-inocencia de Hinata.

En fin.

Gaara está sentando en el sofá - como decirlo otra vez- tenso. Hinata no necesita ser él para saberlo. Puede verlo en el gesto de su mandíbula, sentirlo en sus brazos, oírlo en su corazón y sobre todo, en sus orejas (que se pintan con su cabello)

Vamos hombre, es solo una película para adultos.

Pero Gaara no lo entiende - para variar-, ni la indirecta que esta conlleva.

Entonces, es cuando ella pone en práctica la siguiente fase del plan. Porque este verano, tiene planeado pasar de esos simples besos con él.

Y para eso necesita poner en uso sus encantos. Toma a Gaara del rostro y lo hace observarla, le sonríe tímida y ahora sí entiende. Desciende lento y sus labios se junta en una explosión cósmica.

No es suficiente.

Se pega más, que escaseé el espacio. Lo toma del cuello y profundiza hasta sacar chispas de la fricción. De un impulso, se monta sobre Gaara y este la toma de la cintura, mas no de la forma que ella imagina. Sino que la regresa a su lugar.

Eso no la detiene y lo vuelve a intentar. Sin embargo, tiene la misma respuesta desalentadora de parte de su exmejoramigo

– No es el momento – se excusa, esquivándole la mirada. – es muy pronto.

¿Más de un año era muy pronto?

Bien, sabía lo anticuado que era Gaara con estos temas. Pero era más de un año. UN AÑO. Y se lo reclama, con signos de exclamación y mayúscula. Espera más que solo besos de él. Gaara contraataca con cursivas suaves y en tamaño 8. No hay un punto medio. Él no entiende razones… o tal vez es ella.

No es no.

Y es aquí, donde todo se va a la mierda.

– Dime la verdad ¿Estas saliendo con otra?

Entonces Gaara entrecierra los ojos y frunce el ceño, antes de ponerse de pie e irse de ahí.

(Su petirrojo puede ser muchas cosas, pero todas buenas - así que jamás haría eso.)

3.

Referente a romances, Hinata era una total novata. Había pasado sus casi veintiún años enamorada de la misma persona y hace no mucho, se había concretado ese romance. Claro estaba, que no sabía lidiar con ciertas frustraciones.

Es que el plan era perfecto.

Todo había sido previsto milimétricamente. Había indagado en Internet por semanas - quizás meses-, incluso había hecho preguntas en foros. Ningún hombre se resistiría a que su novia se le insinuara de esa manera.

Solo había olvidado que Gaara, no era como cualquier otro. Y sí, tal vez se había pasado un poco de la raya.

Estas solo en una ciudad a cuatro horas de distancia, no esperes que no piense cosas, se excusa a sí misma, aunque con muy poco efecto.

(Psicópata)

Del amor a la obsesión hay un solo paso y ella constantemente se siente en el limbo.

4.

– Gaara te quiere– comenta/consuela Sakura (a quien ahora -lejos de Gaara- ya puede considera una amiga) –, te va a perdonar y todo va a estar bien, ya verás.

– Y si no…

– Lo hará, tenlo por seguro.

Claro que lo hará , eso lo sabe ( pero necesita que se lo reafirme alguien para sentirse más segura. Porque aunque a veces se muestre segura de sí misma y vaya directo a la batalla, cuando se trata de Gaara, se siente indefensa y muchas veces, no sabe cómo actuar. Un día flota entre las nubes y al otro se siente ahogada en el mar. Gaara la complica con ese cabello suyo de lava volcánica, ojos de laguna virgen del caribe y esa extraña marca de nacimiento en la frente, que le recuerda lo irremediablemente enamorada que esta de él y que nunca jamás alguien le podría decir lo contrario.)

Suspira profundo y recuerda nuevamente porque se originó todo eso y le pregunta a Sakura como fue "ese asunto" con ella y Naruto. El cabello de Gaara parece tomar posesión de las mejillas de su amiga. Se traba en la explicación y logra decir algo coherente al fin.

– Fue algo que ambos quisimos – le explica– No deberías presionar tanto el asunto. Todo tiene su tiempo y cada quien va a su ritmo.

Entonces recuerda todo lo que él ya hace por ella, y siente que tal vez ahora, sea ella quien camine a su ritmo.

5.

Pasar la guardia de Temari, siempre es fácil. Solo necesita hablarle de lo que sea y la rubia se deja llevar mientras ella camina disimuladamente a las escaleras y se pierde en el pasillo de las habitaciones. Lo difícil viene a la hora de pedir disculpas. Aunque sea mayor que Hanabi, por su carácter vulnerable, siempre ha sido más mimada en casa. Lo que nos lleva al hecho de que nunca ha habido necesidad de pedir disculpas, ya que siempre había alguien que lo hiciera primero (a pesar que ese alguien no tuviera la culpa.)

Volviendo al tema.

Hinata ha entrado a la habitación de Gaara y, pese que no ha ido en casi un año, sigue tal cual la recuerda. El cobertor blanco sobre la cama con cuatro almohadas en la cabecera. La mesita de noche plagada de fotos suyas (que si las juntas, podrías ver todo el proceso de desarrollo de ella) y su móvil, con el fondo de pantalla de… ¿un gato?

Comoteatreves.

Estaba totalmente segura de haber dejado su foto ahí antes de irse de Suna y el muy… el muy… Gaara la había cambiado. Pero eso no se iba a quedar así. No no no. Ella iba a volver a tomar posesión de esa pantalla, solo bastaba un aceptar.

"Kirara 18:45

Olvidaste cosas en mi habitación. Llámame cuando vuelvas a Suna. "

– ¿Hinata? –le habló Gaara, saliendo del baño y esquivando en una ágil maniobra el móvil que venía directo a su rostro.

Acaba de despertar un león dormido.

Uno muy furioso y enervado y que empezaba a correr sin saber bien a dónde. Va por allá y por acá y baja las escaleras haciendo bastante ruido. En algún punto (exactamente cuando Temari le preguntó qué había sucedido) decidió irse a casa, ahí se sentiría mejor, aunque no por eso menos molesta. Con la misma velocidad de minutos antes, corrió a casa. No importaba si Gaara venía tras suyo gritando su nombre o que incluso Temari y Kankuro se hayan unido a esos gritos.

No importaba nada.

– ¡Espera! – la detiene a tiempo, antes de cruzar el umbral Hyuga y entre forcejeos y ''no me toques'', logra abrazarla. – es un amigo, es hombre.

Oh no.

¿Qué acaba de hacer? ¿Mostrarse celosa frente a Gaara? ¿Atacarlo con su propio móvil? Y todo por ¿un hombre? Urg. Se sentía estúpida y comenzó a forcejear nuevamente, intentando liberarse. Que importaba si era hombre y que ella hubiera imaginado otras cosas y actuado como la-novia-loca-celosa, la culpa era de él. Enteramente de él. Si no la hubiera rechazado, su cabeza no hubiera maquinado tantas cosas raras. Si no la hubiera rechazado, tendría la certeza de muchas cosas y no andaría insegura. Si no la hubiera rechazado, no estaría llorando contra su pecho, dolida, molesta y avergonzada.

Y Gaara no tendría que recordarle, entre susurros, que ella era la primera y la única.

Ni los celos que le daba que otros vean lo hermosa que es su novia al ver su pantalla.

6.

Después de la tormenta llega la calma.

(Aun con móviles destrozados y algunas marcas de uñas en los brazos de él.)

Caminan tomados de la mano hacia su habitación. Van en silencio y oyen claro la puerta al cerrarse tras ellos. Sus respiraciones también suenan fuertes. Incluso el pum de sus corazones (que están sincronizados)

– No quiero hacer algo de lo que luego te arrepientas. – le explica sin soltar su mano.

– No me arrepentiría de nada que hiciera contigo – lleva la mano de él a sus labios de satín y la besa – vuelves todo especial. – maúlla cerca de su piel.

Y Gaara termina cediendo, al igual que hace catorce años, cuando la beso.

Sin soltar sus manos, se dirigen a la cama. Hinata es la primera en acostarse y por primera vez, cree que podría desmayarse de los nervios. Ve a Gaara acomodarse en cima suyo, pero no pesa, es tan ligero como una nube, flota y la besa con su bruma. Es suave y dulce y podría llorar de la ternura. Es un beso con sabor a espacio y polvo de estrellas. Podrían perderse en un hoyo negro en ese momento y ninguno de los dos se percataría de ello. Gaara la mira con los labios entreabiertos y todo él es un tomate maduro. Ella deja una tenue marca en su clavícula.

Eres mío.

Y no tardan mucho en dejarse llevar y tocar piano sobre la piel del otro. Rivers flows in you. La tela incomoda, la piel misma lo hace. Quieren sentir sus manos tocar sus alma y es así como lo hacen. La piel de Gaara, es casi tan blanca como la suya y ¿este eres tú o soy yo? Poco importa a la hora de amar.

Gaara toca la fibra más sensible de ella y no puede evitar suspirar. Sus labios devoran todo a su paso, recorren valles y montañas. La habitación se llena de cánticos angelicales y una niebla espesa de calor, aromas y sentimientos a flor de piel.

Hinata se deja llevar por el recorrido que su boca hace y abre sus pétalos, para que la abejita pruebe su néctar.

(Porque de eso se trata todo esto ¿no?)

Y Gaara no puede evitar saborear cada rincón de ella. Definitivamente terminara con diabetes de tanto manjar. Ella también quiere tocarlo y no se intimida ante el tamaño del pistilo, porque se ha preparado para esto.

(Ha indagado bastante en Internet - aunque ninguna flor en ese jardín era comparable)

Riega besos por doquier y no para hasta que Gaara la toma con delicadeza y la jala sobre él. Se besan nuevamente y no importa que el néctar de ambos se mezcle en sus bocas. No es desagradable. Para nada.

Cae sobre su espalda y Gaara nuevamente se acomoda entre sus ramas. Un poco inquieto, un poco ansioso. Están frente al clímax del cuento y se miran fijo, sabiendo que esa será la última vez que cada uno sea una persona independiente a la otra.

Soy tuya desde antes de saber que era el amor.

Entonces sus almas se conectan y experimentan sensaciones del tercer tipo. Es un roce suave, delicado, casi-casi una caricia interior. Él jamás seria rudo con ella, así que ella muerde, en busca de más.

Gaara es un volcán a punto de estallar y ella, un pueblo dispuesto a inmolarse con tal de ver la lava correr por sus calles.

Y la lava corre.

Y sus manos se incrustan en la arena con desesperación y él toma su cintura con anhelo.

(En medio de ellos no cabe un cabello.)

7.

Gaara besa su rostro entero y la acurruca entre sus brazos.

Hinata se deja querer.

(Se acaba de dar cuenta, que no necesita una escena de sumisión y dominación como ella imaginaba.

…porque Gaara es capaz de someterla con su cariño y flagelarla con besos de caramelo.)

.


Nota de la autora.

¡Hola!

Muchas gracias por sus reviews y alertas nuevas.

Este capítulo costo. Pensé que demoraría menos, pero la última escena tomo su tiempo. Era más fácil escribir cuando solo eran amigos. Espero valoren el esfuerzo y que les haya gustado (aunque siendo sincera, a mí me dio diabetes jajaja).

El siguiente ya es el último.

(Tan tan tatan)

Nos vemos.