Capítulo 7: Yo por ti.


Gaara

1.

–Yo recuerdo que Hinata paraba tras Naruto. –comenta Kiba despreocupado, evidentemente ebrio. – No sé cuándo cambio eso.

Silencio.

Silencio.

Ojos que van y viene y forman miradas incomodas.

– Pues yo los recuerdo juntos desde siempre – rompe el hielo Kankuro, tomando del hombro a su hermanito.

Eso parece relajar el ambiente y pronto todos continúan conversando.

Gaara no es bueno en eso (en conversar ni en grupos grandes). Prefiere salir a fumar y lo hace, aunque ha cambiado los cigarros por un Vaper (Hinata odia el olor a tabaco y los efectos negativos que trae a su cuerpo, sin embargo ama el olor a mora y el humo que camufla sus besos).

Bien.

Entonces, Gaara no quiere estar ahí. Porque es poco sociable. Porque es malo con el alcohol. Y básicamente, porque Kiba habla sin pensar y Kankuro bebe mucho junto a Lee y Naruto no deja de decirle a Neji que ya no tendrá que cuidar de Hinata.

Todo muy ruidos. Muy revoltoso.

2.

– ¿Podemos pasar por casa de Hinata?

– No – niega rotundamente Kankuro, que ayuda a caminar derecho a su hermano.

– ¿Por qué?

– No lo sé. – Dice con sarcasmo– ¿Tal vez porque estas ebrio y te casas mañana?

¡Cierto!

Ya recordaba la razón de su embriagues.

Su boda era mañana y Naruto había organizado su despedida de soltero. El rubio había estado más emocionado que él mismo con todos los preparativos de la misma. Se lo había tomado con una seriedad nada propia en él. "No todos los días se casa un amigo", le había dicho mientras sacaba reserva en un club de bailarinas.

Para suerte suya, Sakura se había encargado (con puño de acero) de hacer desaparecer dicha reserva.

Así fue como terminaron en un bar.

(Con cinco hombres y cero bailarinas)

En cuanto Hinata...

Ella también había tenido la suya. Estaba teniendo la suya. Con sus amigas. Solo mujeres. En casa de una de ellas. Temari estaba ahí para poner orden. No tenía de que preocuparse…a no ser… ¡NO!...Aunque... ¿Qué tal si tomaban de más? ¿Y si Temari se dormía? ¿Qué tal si en un arranque de locura (de esos que Hinata fácilmente tiene) salían de viaje esa noche a…no sé… París?

¿Qué tal si…

– ¿Si no se aparece?

– Lo hará.

– ¿Por qué estás tan seguro?

– Por la misma razón que sé que tú estarás ahí.

3.

¿Estas segura de querer hacerlo? 1:36am

¿Te estas arrepintiendo? 2:05am

No. 2:06am

Es que 2:06am

No lo sé 2:06am

Tal vez tú sí 2:07am

No 2:20am

Nunca 2:21am

Ya deberías saberlo 2:21am

¿Ni en un par de años? 2:22am

Ni en un millón de años. 2:23am

4.

A veces cuando se sentía ansioso por algo, recordaba una vieja historia…

Cuando a los cuatro años, Hinata fue coronada como reina de la primavera en la escuela. La vistieron con un gran vestido lila y flores en el cabello, asemejando una corona. La pieza central de esta, era un lirio blanco y tal vez esta era la razón por la cual la relaciona con dicha flor, porque ese día la vio simplemente hermosa y tenía fuegos artificiales tras ella (aunque esto pudo ser solo su imaginación).

Pero parecía que ella no se sentía así y se aterró de que el público la viera. Empezó a llorar. Un sollozo pequeño y casi silencioso, pero que descargaba gran cantidad de agua. La maestra le explicaba que no había qué temer, que saldría de la mano con Sasuke (quien era el rey) y no estaría sola.

Pero eso no calmaba sus nervios.

Entonces llamaron a su familia. El primero en ingresar fue Neji, quien intento consolarla, pero no logró más que secar algunas lágrimas y recibir un "Neji-nisan, solo quiero ser una flor". Luego vino su madre, que embarazada, no podía hacer mucho por su pequeña y sus palabras no eran suficientes. Después, fue el turno de Hiashi, quien la cargo en brazos y solo logró encapricharla más con no salir.

Nadie era capaz de hacer entrar en razón a ese lirio.

Las maestras frustradas, empezaban a darse por vencidas e intentaban elegir a alguien más como su reemplazo (aunque ninguna opción sería capaz de opacar a la primavera como Hinata). Iban de un lado a otro observando a las pequeñas, que vestían de mariposas y flores.

Gaara, que no era más que un gladiolo de la escenografía, miraba la escena de lejos. Ya conocía ha Hinata, sus madres eran amigas y vivían empecinadas en que ellos también lo fueran. Y no es que no lo fueran ya porque no había química, sino porque Hinata tendía a esconderse tras las piernas de su madre y sonrojarse a tal punto de no hablar. Y Gaara la encontraba muy bonita, nunca sabía que decir y terminaba por imitar el gesto, escondiéndose también tras su madre.

Pero ese día fue diferente.

No había mamá donde esconderse. Solo disfraces y un rey que parecía no agradarle a su reina. De repente, en un arranque de valor nada común en él, camino hacia ella; indeciso sobre qué decir, pero seguro de algo: Que todos vieran lo bonita que estaba.

Tocó su hombro y ella bajó las manos con las que secaba sus lágrimas. Gaara tragó saliva fuerte y le extendió una mano.

– Solo soy una flor, como los otros niños, pero ¿Dejarías de llorar si camino contigo?

Y como si hubiera dicho las palabras mágicas, Hinata se calmó. No hubo sonrojos esta vez, solo una sonrisa tímida y sincera.

Ese día en el escenario, apareció Sasuke (el rey) de la mano con Hinata (la reina) y ella, a su vez, tomando la de Gaara (el niño disfrazado de flor).

5.

Bien.

Bien.

Hinata no iba a huir.

Ella lo había elegido por sobre Sasuke y sobre Naruto y sobre cualquiera que hubiera aparecido en el camino. Es decir, él era especial, o algo por el estilo. Así que no, ella no huiría. Menos en ese día tan importante ¿No?

Fue hasta Suna por ti, no se va a echar para atrás ahora.

– La novia siempre llega tarde, es una tradición – comenta Temari, intentando calmar sus nervios. – Y ya deja de jugar con la corbata. – jala de él, acomodando la corbata (por septuagésima vez en la media hora que llevan ahí).

Gaara suspira. Es un mar de suspiros desde hace algunos días. No sabe manejar bien su ansiedad, menos cuando es Hinata quien la origina. Las yemas de sus dedos pican, la corbata lo ahorca y está casi seguro, que hormigas caminan por sus piernas.

Cierra sus ojos y vuelve a recordar aquella anécdota de su niñez, con un nuevo enfoque. Y se da cuenta que Hinata no necesita de un príncipe en un blanco corcel mientras lo tenga a él. Un niño flor no es nada al lado del rey de la primavera. Así que, tal vez, fuera siendo hora de dejar las inseguridades de lado y confiar en su novia. Si ella dijo que no se arrepentiría, no lo haría. Hinata siempre cumplía su promesa.

– Ahí viene.

Mira hacia el ingreso y…

Hinata entra con la gracia de una mariposa, su padre la lleva del brazo y juntos atraviesan los arcos de lirios.

¿Recuerdan lo que pensó cuando la vio de reina de la primavera?

Olviden eso. Porque ahora lleva tras ella, el destello de un cometa que pasa cada 100 años. Cientos de ellos. Millones de ellos. Sus ojos se encuentran y ve una constelación entera en los suyos. Polvo de estrellas que hacen magia una vez en la vida.

Le sonríe como un claro de luna y siente que su corazón se salta un latido. Podría morir de felicidad. Podría reír como loco de la misma. Pero no. En cambio, las mejillas se le pintan de acuarelas y sus orbes rebosan de alegría acuosa.

Eres lo más bonito que existe en mi mundo y que nadie -jamás- te diga lo contrario.

6.

Nunca había sentido que fuera tan difícil controlarse frente a Hinata como ahora, que la tenía frente suyo y solo podía tomar sus manos; mientras el hombre de al lado decía palabras inteligibles y puro bla bla bla.

Toda palabra escrita en ese libro, era nada cuando de expresar sus sentimientos se refería.

Hinata era el sol que calentaba su desierto, el oasis que se formaba entre su arena y sí, la amara para toda la vida, eso ya lo sabe, sino no estaría ahí parado, vestido de traje bajo 40 grados. Y sí, sí, le jura fidelidad y respeto (jamás le alzaría la voz y no hay forma que mire a otro astro con semejante sol). Y estará junto a ella en la salud y en la enfermedad (nunca ha sentido asco de un poco de mocos y estornudos de su flor). La amara y cuidara hasta que la muerte los separe y ¿Saben qué? Esta es la parte fácil, es a lo que se ha dedicado siempre. A lo que ha proyectado su existencia entera desde un inicio.

Y aunque la muerte los separe, él la seguirá amando. Y aunque el tiempo les resulte adverso, él lo seguirá haciendo. E incluso, cuando ella ya no lo ame, su amor continuara.

Porque uno no da amor a condición de que sea correspondido.

Uno ama, por el simple hecho de amar.

(Sin egoísmo ni ataduras

Libre libre libre)

Así que.

Todos lo miran en silencio y entiende (por un gesto extraño en la cara de su hermana), que ya debe dar su respuesta. Aunque es obvia. Porque fue él quien le pidió la mano. Fue él quien se confesó. Fue él el primero en llorar esa tarde. De modo que esa palabra no engloba todo lo que quisiera decir, pero la dice. Porque el resto no entendería jamás sus frases inconexas y desvaríos sentimentales.

– Acepto.

Y que conste que es solo una mera formalidad. Para que todos los presentes queden satisfechos y sepan que su corazón y todo él, ahora le pertenece a ella. Y que podría matarlo ahí mismo si quisiera, que él no se defendería.

Para nada.

Entonces, Hinata jala de sus manos. Ya dio su respuesta y no oyó por andar divagando. Pero ¡Bah! Que importa una palabra, si sus labios le dice en un roce, que lo acepta con todo y sus demonios.

–Para siempre – se susurran muy pegados.

El jardín se llena de aplausos y que vivan los novios, mientras se besan con magia y sus manos tocan tímidas al otro. Puede sentir a las mariposas en sus estómagos danzar un vals acelerado. 1 2 3 giro, 1 2 3 giro.

Y por segundo pequeñito (ese en el que suceden los milagros) sus almas se elevan, flotan y brincan muy arriba en el cielo, entre las nubes.

(Ahí donde el oxígeno escasea y los sueños abundan-)

– Te amo.

Fin…


Nota de la autora:

¡Ay! Que emoción terminar bien algo que inicio como un one-shot sad de Gaara.

No saben cuánto les agradezco su apoyo a todos. A los que estuvieron desde el comienzo, se unieron a mitad y se pusieron al día casi al final, incluso a los que leen en anonimato

¡Muchas Gracias!

Me encanta esta pareja y nunca les doy un final feliz definitivo, ahora se lo ganaron. Espero haber podido cumplir con sus expectativas, aunque creo que la parte 6 fue un poco rápida. No lo sé. Tenía muchas dudas sobre cómo hacer la parte de los mensajes y trate de asemejarlo a una conversación por WhatsApp, ojala se haya entendido.

Bien. Este fic es diferente a todos los que he escrito antes de esta pareja. Siempre fue Gaara el chico malo problemático y de pronto ¡Bang! Se volvió un romántico empedernido (aunque nunca dice nada y solo lo piensa) y Hinata es todo una loquilla. Me gusto bastante imaginarlos de esta manera a ambos y me divertí escribiendo ciertas escenas.

Seguiré subiendo fics de esta pareja. De hecho, tengo uno a medio escribir que deje botado ahí por el 2012. Es un one-shot y espero terminarlo pronto.

Una vez más gracias por el apoyo y leer hasta el final.

Nos vemos…