Disclaimer: Ni Dragon Ball ni sus personajes me pertenecen, son obra exclusivamente de Akira Toriyama y Toei Animation, yo solo los uso para dar rienda suelta a mi imaginación.
Día 7: Juegos.
— ¡Estúpida Iresa! ¡Estúpidos juegos que se inventa! — grito avergonzada una bella pediatra con un leve sonrojo en sus mejillas, al recordar la bochornosa situación mientras recogía sus cosas.
Esa noche les tocaba turno a los neurocirujanos y pediatras debido a que necesitaban revisar unos expedientes de un grave accidente automovilístico en el que se vio involucrado un bus escolar y un carro familiar.
Milagrosamente todos sobrevivieron solo que con heridas graves, Videl e Iresa quienes eran las mejores pediatras estaban a cargo de los niños mientras que Gohan y Shapner estaban encargados del conductor del autobús y los pasajeros mayores del vehículo.
Fue un día bastante ajetreado ya que corrían de aquí para allá, debían revisar los signos vitales de todos, aplicarles los medicamentos, y alimentarlos.
Gohan a pesar de tener a cargo otra sección siempre pasaba a visitar a los niños y los alegraba con diversas historias y actuaciones obteniendo las carcajadas de los infantes como resultado.
Digno hombre de admirar, pensaba Videl.
Para su mala suerte, su amiga Iresa se dio cuenta que ambos tenían química arrastrando a todos los médicos a un juego mientras los enfermeros cuidaban de los pacientes, obviamente la morena se enojó por hacer cosas indebidas en horas de trabajo, empero a todas sus excusas termino aceptando la idea.
El juego era simple, en parejas debían bajar a la morgue y traer un implementó médico "escondido", subir, devolverlo a su lugar y seguir trabajando, la hija de Miguel queriendo librarse rápido de eso para volver a su labor, dijo que iba a ser la primera.
Para su buena suerte o infortunio, la rubia le puso de pareja a Son Gohan, entonces solo ahí se dio cuenta del retorcido plan de sus compañeros y su mejor amiga... No había juego, solo querían juntarlos.
Avergonzada por no caer en cuenta antes del tétrico plan de su amiga agarro la muñeca del neurocirujano y bajaron a el lugar donde de súbito todo empeoró.
Las luces se apagaron y empezaron a escucharse unos ruidos extraños, Videl grito cuando sintió tocar algo frío en lo que se había apoyado y al no ver nada solo terminó tropezando cayendo sobre algo... O mejor dicho alguien.
Cuando las luces se encendieron Iresa bajo y estalló en gritos soñadores al ver la comprometedora posición en la que ambos profesionales se encontraban; Gohan en el suelo apoyado en sus antebrazos para no caer del todo con la rodilla derecha levemente levantada mientras que Videl encima de él a horcajadas y con sus manos a ambos lados de la cabeza del apuesto médico.
— ¡Que tiernos se ven! — chilló de nuevo la blonda, ambos pelinegros se separaron sonrojados y avergonzados, y sin decir ni una palabra Videl abandonó la morgue regresando a su trabajo.
Decir que estaba furiosa era poco.
Al día siguiente ya todos se dirigían a sus respectivas casas, la hija de Mark sumida en sus pensamientos, aún recordaba la incómoda posición en la que los encontraron, pero eso no era lo que más le avergonzaba sino, que le gustó estar cerca del moreno.
Cuando salía del hospital sintió un grito y luego que alguien agarraba su codo girándola, fue ahí cuando noto a su compañero algo nervioso y con un leve rubor en sus mejillas. Inevitablemente sonrió ante lo "tierno" que se veía.
— Umm esto, señorita Videl quería pedirle disculpas por lo de anoche, Cre-creo que fui muy irrespetuoso y eh... Yo quería... — se detuvo agachando la mirada. La joven rió divertida.
— ¿Que pasa Gohan? ¿Puedo tutearte verdad? — pregunto amable. El tímido muchacho asintió.
— Verás Videl, yo quería invitarte a una cena para pedirte disculpas y olvidar el mal rato que pasamos ayer. Solo si quieres, claro está. — invitó con aire serio, actitud que para Videl lo hacía ver más apuesto.
— Esta bien, aquí tienes... — le pasó un papel de quien sabe dónde sacó con su dirección escrita sobre este. — ¿Te parece a las 8?
— Sí. A las 8 será. — sonrió. Ella se despidió y se marchó.
Quién iba a decir que por tontos juegos de su amiga ahora tendría una cita.
._.
Fin de la transmisión.
