Disclaimer: Ni Dragon Ball ni sus personajes me pertenecen, son obra exclusivamente de Akira Toriyama y Toei Animation, yo solo los uso para dar rienda suelta a mi imaginación.
Día 8: En la cocina.
Muy bien...
Guarda la calma.
Para mantener la tranquilidad hay que recordar los valores y principios que fueron enseñados por su madre, y utilizar de manera correcta la paciencia que aprendió a tener con su padre a lo largo de los años.
Sus tiempos de gruñir y golpear a todo y a todos acabaron cuando conoció a Gohan, su carácter amable, femenino, tranquilo y paciente surgió al tener a su pequeña en brazos.
Respira...
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De nada sirve enojarse sin antes pedir una explicación, pero definitivamente no quería oír una explicación al ver la cocina echa "patas arriba".
— Ca-cariño volviste más te-temprano de lo que ima-imaginaba...
Sus ojos azules, tan azules como el cielo y tan impotentes como el mar se dirigieron conectándose con los orbes azabaches de su marido, el cual tenía puesto un delantal amarillo, su rostro estaba manchado con lo que al parecer era jalea y ¿Chocolate? Y su saco verde estaba hecho un desastre.
Mejor dicho... Todo era un desastre.
Suspiro y puso su mejor sonrisa erizando los vellos del cuerpo al padre de su hija, de manera firme pero lenta se acercó al medio Saiyajin y coloco sus manos sobre los hombros de este.
— Gohan... ¿Qué le pasó a mi cocina? — cuestionó. Sus iris se oscurecieron de súbito y su agarre se intensificó.
— Bueno verás... Yo... — Videl frunció el entrecejo, a pesar de que su pareja haya derrotado a Cell no era rival para cuando estaba enojada. El trago grueso. — Estaba tratando de hacer un postre para cuando regresaras, creí que sería fácil porque Pan estaba dormida pero se despertó y empezó a volar por la casa y todo empeoró.
La hija de Miguel relajo su postura y se alejó un paso del hermano mayor de Goten. Esperando.
— Y-yo empecé a perseguirla, pero me tropecé, no sé cómo; encendí la licuadora, y al no tener tapa ensucio todo... Pan agarro la botella de chocolate y jalea y las empezó a apretar dejando así la cocina... Para cuando la atrape, apenas alcance a bañarla y llevarla a su cama... Quería ordenar todo pero llegaste tú.
Su esposa sonrió enternecida.
Nuevamente se acercó y pasó su dedo índice por la mejilla manchada del erudito llevándoselo a la boca, Gohan la observó embelesado, su esposa era bella con todo lo que hiciera.
— Umm está rico, ¿Te parece si arreglamos juntos y terminamos de cocinar? — ideó colocándose su propio delantal.
La sonrisa del hijo de Goku no pudo ser más grande.
— ¡Sí!
Su esposa era única y excepcional para él.
Y la amaba más que a nada en el mundo.
._.
Fin de la transmisión.
