NO SOY DUEÑO DE INUYASHA.
UTILIZARÉ LOS MISMOS PERSONAJES DEL FIC ANTERIOR, PORQUE LOS LECTORES YA LOS CONOCEN, Y ASÍ NO LES ARREBATO IDEAS O PERSONAJES A NADIE. O ESO INTENTO.
GRACIAS POR ESTAR ALLÍ UNA VEZ MÁS. HABRÁ A QUIEN LE GUSTE EL FIC Y OTROS A LOS QUE NO. ES LO BUENO DE LA DIVERSIDAD. GRACIAS A TODOS POR ESTAR. ABRAZO
CAPITULO 8
Tarde y noche del día uno
-"Están locos, todos están locos!"
Kagome se ponía de pie agitando los brazos sin sentido caminando por toda la habitación. Sesshomaru estaba esperando la explosión del carácter legendario de la joven, así que permaneció sosteniendo su taza de té, mientras la veía ir y venir vociferando. Él estaba tranquilo. Si bien pensó que ante un arranque de ira de la Miko terminaría estrangulándola, se mantuvo más que tranquilo, lo que no entendió era por qué?
-"Miko"
-"Y tú, permitiste que el imbécil de Inuyasha dijera toda esa sarta de estupideces, y me arrastrara a toda su mierda. Ahora estoy casada ¡CA SA DA! Y Arruinada! AAAAAhhhhh! Inuyasha maldito idiota, debí purificarte el culo cuando pude, mentiroso, traidor y rastrero, Inu deshonroso, maleducado y malparido!"
Sin decir una palabra Sesshomaru se puso de pie y se plantó frente a ella. Inmediatamente ella lo miró y se quedó quieta y callada. Sus ojos estaban mojados y su rostro enrojecido, la boca carnosa y la tristeza en los azules océanos de sus ojos. Sesshomaru se veía hermoso, pálido e imponente, sus ojos fijos en los de ella, la llenaban de calidez. Más aún ella sabía que no debía dejarse engañar. Era muy peligroso subestimar al Señor del Oeste.
-"Sé cómo te sientes. Pero ya no hay nada que podamos hacer"
Y sin decir más, Sesshomaru abandonó la habitación y subió las escaleras, solo el sonido de la puerta de su dormitorio retumbó en la sala. Apenas un click, que sonó como una explosión en el corazón de Kagome. Estaba casada de verdad. Y con el Señor del Oeste, hermano de su ex – amor. Y maldita la hora en que miró sus ojos. En el fondo, se sentía bien pensar que nunca más estaría sola…o sí?. Acaso él la abandonaría después de la reunión con el consejo. Seguramente la enviaría lejos de él. Quién en su sano juicio querría tener a una mujer como ella cerca y pisando sus talones, menos alguien como él, que desprecia la raza humana.
No…Sería mejor dejar las cosas así…
La tarde transcurrió sin mayores novedades, Kagome se fue a caminar por la playa, y Sesshomaru leía un libro en la terraza de su habitación. Un aroma se mezclaba con la brisa del mar, un aroma fresco, frutal, natural, delicioso…Su bestia se desperezaba interesado.
"Huele como algo que me gustaría saborear"
"Hn."
"Sabes lo que es?"
"No"
"No te interesa saber?"
"Hn…No"
"Mientes"
"Es solo la brisa del mar"
"Es…Deliciosa…Vamos a caminar por la playa"
"No me gusta la arena"
"Te metes en el mar y te la quitas, yo quiero ir a la playa!"
"Grrrr. Te comportas como un cachorro…Está bien y luego te vuelves a dormir!"
Violentamente cerró el libro y lo arrojó dentro de la habitación. De un salto bajó del balcón cayendo de pie con gracia frente a la cabaña y se encaminó a la playa. Ya atardecía, la arena se tornaba de un seductor color rosa, las gaviotas correteaban buscando almejas en el borde de la playa donde el agua apenas llegaba, depositando la espuma teñida de color. Sesshomaru y su bestia aspiraron hondo llenando sus pulmones de la brisa salada del mar, las notas de frescura transmitían el rumor de las olas, pero el aroma a frutas no se percibía.
El Inu caminó hacia el Norte de la playa, donde aparecía el primer lucero, fascinado con el misterio de las olas, no se percató de la pequeña imagen lejana de una mujer caminando a varios metros delante de él. Perdido en los movimientos de las aguas, la brisa de pronto cambió. Un fuerte aroma a naturaleza, lo golpeó despertándolo de sus cavilaciones. Parpadeó muchas veces y dirigió sus sentidos en busca del origen de la seductora esencia, y sus ojos quedaron fijos en la pequeña silueta de una mujer que caminaba hacia él.
El aroma provenía de ella? Estaba muy afectado por sus perfumes y el dulzor de sus notas avainilladas, estaba en problemas.
"Es ella…Ella huele como una delicia, que me agradaría saborear…Toda la vida"
"Miko…"
Sesshomaru estaba de pie en la arena, Kagome aún estaba lejos, pero alcanzaba a ver la hermosa imagen del poderoso Inu con ropa muy liviana, clara y sus cabellos, se movían mecidos por el viento y luego regresaban a su lugar. Se veía como de ensueño y ella sentía algo extraño en su interior, esperaba por ella, la miraba, no se iba
-"No sabía que te gustaba caminar por la playa…"
-"No me gusta"
Kagome lo miró ya de cerca, suplicando a Kami que le serene el latir de su corazón. Y la pregunta tácita entre los dos ¿Entonces qué haces aquí?
La respuesta sin pregunta
-"Debemos continuar, la conversación"
Kagome miró hacia abajo y luego al mar, el sol se ponía. Él observaba su curiosa reacción.
-"Sí, eso será lo mejor…"
Sin decir más, Kagome comenzó su camino hacia la cabaña. El aroma de su angustia opacaba la frescura de su esencia, la bestia ofuscada le reclamaba a Sesshomaru. El Daiyoukai que no comprendía las emociones humanas, ¿Cómo facilitarle el trance de abrirse a un extraño? ¿Cómo apresurar la obtención de información? ¿Cómo lograr que ella colabore de buena gana, sin tener que lidiar con esa pesadumbre?
La bestia se sentaba detrás de sus ojos a mirar como la Miko caminaba abatida
"Hemos convivido con humanos durante siglos"
"Hn"
"Y aún no sabes cómo acercarte a ellos"
"Nunca me interesó"
"Y ahora es diferente?"
"Hn"
"Es problema de ella, no tuyo, deja que Náraku gane, ella misma te dijo que lo hicieras o no?"
"Hn. Lo dijo, pero no permitiré que el hanyou se salga con la suya"
"Por la mujer?"
"Por honor, me guste o no, ella es mi esposa"
La bestia reía y continuaba preguntando
"El divorcio es permitido y favorece siempre al macho"
Sesshomaru se detuvo y suspiró. La bestia tenía razón. Era una buena posibilidad, pero dónde quedaría su honor y su buen nombre, si elegía el divorcio? Y la lealtad de su manada? Inuyasha no había sabido ser un buen alfa, seguramente esperaba que fracase, no podría permitirse eso… Además…La hembra no era tan desagradable…No lo era en absoluto. Su honor y lealtad hacia lo que ella consideraba su familia era inquebrantable. Su poder…Inmenso. Su aroma…Delicioso
"Delicioso verdad?"
Sesshomaru gruñía en su interior. Sentía molestia a causa de la bestia que parecía decidida a arruinarle la estancia en la isla y de nuevo la brisa salina mezclada con el aroma de Kagome.
"Suimin! Duerme!"
La bestia se reía de manera burlona y se retiraba a descansar
"Sí, seguro, solo es por honor…"
"Hn"
Continuaba caminando, Kagome ya cerca de la cabaña se veía deslumbrante, las luces del pórtico iluminaban y translucían su delicado vestido, dejando ver su maravilloso y sensual cuerpo, Sesshomaru no podía apartar los ojos de la belleza frente a él. Ella se alejaba, no quería que se desvaneciera
-"Miko"
Ella continuó caminando
-"Kagome!"
La joven se detuvo en seco, lentamente se fue girando hasta verlo de frente
-"Sí, Sesshomaru"
Ella estaba confundida. Le había dicho Kagome?
-"No…Comprendo"
-"Ese es tu nombre verdad?"
-"Lo es"
-"Y solo ese nombre tienes"
Caminaron juntos hacia el interior de la cabaña. Tal vez podrían continuar después de cenar, el almuerzo había ido bien. Al parecer las frutas dulces la ponían de buen humor para la conversación. Él prepararía la cena y le daría todo lo dulce que encontrara. Mientras ella subía, él se dirigió a la cocina. A medida que cortaba y acomodaba frutas en los platos, la energía de la sacerdotisa se sentía detrás de él.
-"Comenzaste con el postre? Yo me encargaré de lo salado"
-"No, hoy la cena está a mi cargo, lleva el agua si deseas"
Kagome miró a su alrededor, casi todo estaba listo, tomó la jarra con agua y la llevó al living. Dispuesta la vajilla y la bebida, se sentó en seiza a esperar. El Inu se tardaba en la cocina, y ella no se movía de su sitio, sus pensamientos la llevaron hacia Inuyasha y alguna noche en la que se alejaban de la manada para estar solos y el mestizo solía traerle algunas bayas y frutas del bosque…La imagen frente a ella, los mismos ojos, el mismo cabello, aclarando su vista descubrió un rostro diferente y las marcas de la alta cuna de la que provenía el poderoso Daiyoukai que colocaba frente a ella una enorme bandeja con las frutas más deliciosas que podría imaginar. Para ella, y sólo ella.
-"Come, Miko"
-"Itadakimasu"
-"Hn"
En el palacio de la luna Danaka caminaba rápidamente junto a Jaken. Se dirigían al estudio de Sesshomaru. Habían comenzado a saltar problemas en las empresas Taisho Higurashi de España. Era una de las empresas de Turismo que más ganancias aportaban al grupo económico. Inuyasha era quien se encargaba de las empresas turísticas y Náraku aprovechó para presionar a uno de sus gerentes mediante extorsiones, para que trafique información. Funcionó. La empresa estaba en apuros, Inuyasha parecía endemoniado, sabía que debía este fallo a las garras de Náraku, pero ya nada podría hacer. Lo peor sería cuando Sesshomaru regresara. Pondría el grito en el cielo. Indefectiblemente, debería viajar al país Ibérico. Debería intentar solucionar el problema antes del regreso del alfa de la manada y su esposa. La sola posibilidad de acercamiento entre la pareja lo ponía muy nervioso. No sabía por qué. Kikyo estaba bastante incómoda y en el fondo él sabía que tenía razón. No veía el tiempo en que regresaran, sólo habían pasado dos días desde que se fueron, maldición, faltaban muchos más.
En la cena de los Señores del Oeste, la tensión era un tercer comensal que nadie había invitado.
Debían aprovechar su estancia minuto a minuto, conocerse y estudiarse el uno al otro
Y cuanto antes sucediera, mejor.
-"Puedes continuar tu cuestionario Miko"
-"Pues, preferiría que hagamos una pregunta cada uno así será menos…vergonzoso…creo"
-"Este Sesshomaru, no experimenta vergüenza por sus actos, tú tampoco deberías. Ellos forman parte fundamental de tu historia, de tu carácter"
-"Es bueno que pienses así, pero a mi…me cuesta un poco."
De nuevo el voluble carácter de los humanos, él no sentía ninguna molestia por sus actos, acertados o equivocados, los youkai, no tenían lo que los humanos llamaban vergüenza o pudor, sólo había experimentado algo como eso cuando vio a Kagome desnuda en la caverna, ¿Será así como se siente estar apenado o avergonzado? Tal vez lo mejor será comenzar a preguntar acerca de sus gustos o cosas no tan personales…
-"Ya sé que te gustan las frutas, y caminar por la playa, te agrada asearte a menudo y los aromas a naturaleza… debo saber más acerca de tus preferencias y gustos, Miko"
Kagome lo veía, el Inu era muy listo, ya se había percatado de varias cosas. Eso querría decir que la había estado observando. Eso la puso un poco nerviosa.
-"Sí, etoooo, me gusta nadar, asolearme, jugar con Shippo…Al menos cuando era mi pequeño…Si a lo de las frutas, me agrada la gente respetuosa, la ropa limpia, me gusta la comida de mi madre, el cariño de mi familia y de los que amo…Entrenar hasta caer rendida, ayudar a quien necesita ayuda y hacer feliz a los demás…"
Su turno.
-"Me agrada el respeto y la educación. Los alimentos frescos, preferentemente crudos. Entrenar el cuerpo en armonía con la mente y el espíritu. Me agrada el silencio, permite observar mejor…Jamás comí la comida de mi madre, ni de la tuya, me gusta compartir tiempo con Rin, las cosas, el trabajo bien hechos"
Kagome estaba impactada por la franqueza del Lord. Al parecer el plan de Sesshomaru iba en serio. Para que él se abra así ante ella, algo muy, muy malo estaba a punto de suceder. Debería confiar en él. Al menos intentaría confiar en él…
-"No me gustan los insectos, ni los malos olores, no me gusta el sonido de los truenos, ni las tormentas, me asustan…No me gustan las mentiras, la traición, las amistades falsas. No me gusta estar en este tiempo, no me gusta como han cambiado las cosas…No me gustan los hombres mentirosos… Y no me gusta Náraku"
Sesshomaru estaba muy interesado en sus palabras, ella era muy franca y sus gustos similares a los suyos, estaba bastante cómodo, lo que le molestaba un poco, pero se sentía más interesado que molesto.
-"¿Qué buscas en un hombre, sacerdotisa?"
La joven dejó de comer. Veía el rostro hermoso frente a ella, no podría hablar de eso con él o sí?
El Lord pensaba, no podrá, ella no podrá hablar de esos temas, la bestia muy atenta detrás de sus ojos
"Debes ganar su confianza"
"No sé cómo, no he tratado con humanos, a este nivel, jamás"
"Ella responde mejor cuando nos abrimos a ella"
"Hn."
"No olvides que hasta hace cuatro días ella estaba en Edo antiguo, y en cada encuentro con ella intentábamos asesinarla"
"Hn"
Kagome miró hacia el ventanal del frente, a lo lejos, mar adentro, se veían relámpagos
-"Oh, Kami"
El Inu miró hacia el mar
-"No temas, no estás sola, sacerdotisa"
-"Kagome, no me agrada que me llamen Miko, ni sacerdotisa, ni mocosa, ni mujer, ni muchacha"
-"Entonces…Kagome…Responderás a mi pregunta?"
Muy sonrojada, ella tomó un respiro y agachó la cabeza
-"Amor, fidelidad, compromiso, lealtad, afecto, confianza…No lo sé, sentirme amada por quien soy, yo Kagome, una mujer…"
La bestia se asomaba a los ojos tiñéndolos levemente de rojo. Sólo deseaba ver los ojos de la joven, su rostro, era la primer humana que tenían tan cerca y con quien hablaran de esta manera. Los ojos dorados, encendidos y una fina estrella roja en su centro. Ella se asustó. Los recuerdos de los ataques, de Inuyasha y de Sesshomaru, siempre tenían los ojos rojos.
"Ella nos teme"
Kagome tomó los platos haciendo el intento de ponerse de pie y alejarse de él. Sesshomaru le tomó la mano, deteniéndola
-"Miko… Kagome, mi bestia sólo desea conocerte"
Ella titubeando, se volvió a sentar. Con las manos sobre sus muslos mirando abajo, hacia el piso, temblaba
Sin comprender por qué, la mano del Lord se alejó de él y suavemente se posó sobre el hombro de la joven. La atemorizada mujer, elevó la vista. La bestia seguía allí, pero el Daiyoukai no se movía, sólo esperaba su respuesta. Ella asintió y dejando los platos apilados a un lado de la mesa enfrentó al macho interesado
-"Ya respondí tu pregunta"
-"No. No es suficiente"
Ella sabía a lo que él se refería, pero qué le iba a decir? Me gustan los ojos dorados, el cabello plateado, las garras en las manos? Eran características que ella amaba, Inuyasha las tenía, pero Sesshomaru también…Ya no importaba, nada le importaba…Todo le daba igual
-"Me parecen atractivos algunos rasgos masculinos, pueden ser los músculos fuertes, pero no muy exagerados, etoooo el cabello…Largo. Los ojos…mm etooo pues los ojos de Inuyasha y tuyos son muy bonitos, parecen de fuego…"
Ya estaba, ya lo había dicho, ahora era el turno del Inu
"Nuestros ojos?"
La bestia soltaba la lengua de costado, movía la cola apenas, estaba bastante feliz con el comentario de la humana. Justo lo que necesitaba para molestar a Sesshomaru una vez más.
"Tenemos características similares a sus gustos, vaya quién está de suerte hoy?"
"Desaparece, bestia"
"Es muy bella mujer, es agradable que una hembra como esa, poderosa y hermosa, pueda sentir agrado ante nuestra imagen"
"Su descripción concuerda con el mestizo"
"Y contigo"
-"Es tu turno Señor Sesshomaru"
-"No he estado con una mujer, no me he sentido atraído por ninguna humana jamás…Pero en lo que a youkai se refiere, me gustan las hembras, fuertes, con músculos armados, que la sostengan. Caderas redondeadas, mirada firme, cabellos…Oscuros, o castaños, ojos profundos, labios llenos, pechos…atractivos, que su poder se sienta a su alrededor, que no se asuste en batalla. Leal, respetuosa, culta, fiel…Honorable"
Suficiente, la joven sentía que se desmayaba. No podría soportar más de esto. O sí?
-"Sí, Kagura es muy bella, coincide con todas tus preferencias…"
-"Sólo las físicas"
-"No comprendo…"
-"Inuyasha coincide con tu ideal masculino"
-"Sí…Demooo sólo el físico…. ya comprendí, tu punto"
-"Hn. No eres la única traicionada Miko"
-"Ella se atrevió? Pero…"
-"La primera vez me abandonó por Náraku…La segunda vez, la dejé yo."
-"Ya veo…Al menos pudiste darte ese lujo"
-"Tu te casaste con el Señor del Oeste…Y ahora estás de luna de miel, la volubilidad del carácter del mestizo debe estar dándole unos muy malos momentos"
-"Eso es porque es muy mal pensado, siempre lo fue. BAKA!"
-"Hn."
-"De todos modos, si lo pensara bien, no tiene por qué alterarse, debería darse cuenta de que es muy difícil que sus malos pensamientos se hagan realidad"
Sesshomaru miró a Kagome a los ojos. Ella sintió quemarse en su interior ¿Qué demonios me pasa?
"pregúntale algo más íntimo, sonríe, necesito saber"
"No me interesa, no busco gustarle"
"Es solo un juego, estamos en la isla solo juguemos, estaremos junto a ella muchos, muchos años, mejor si aprendemos a divertirnos"
"Hn"
Sesshomaru también se sentía intrigado por esta mujer, ella era más que agradable al trato…Pero muy desconcertante.
-"Por qué lo dices?"
-"Tú jamás te fijarías en una humana, menos una Miko, y mucho menos alguien como yo, y con historia de habernos tratado de asesinar mutuamente"
Ella continuaba
-"Es ridículo pensarlo, Inuyasha es ridículo. Verme unida a ti y pensar que estamos pasándolo genial, maldito"
-"Nunca buscaste pareja después del mestizo?"
-"No. No me interesó. Preferí quedarme sola y sin problemas"
-"No ha de ser porque no te atraigan los youkai…"
Y ahí Kagome ya no lo podía creer. El Inu levemente sonreía ¿Le gustaba esta charla? Pues a ella no. Pero no por eso, quedaría como una tonta. Si su esposo quería saber…Sabría.
-"Así es, los youkai son muy atractivos, ellos también sienten atracción por mi, a veces…"
-"Hablas de Inuyasha y el lobo"
-"¿Kouga? Sí, también él, pero ha habido algunos que intentaron llevarme como esposa y tuve que hacerles entender que no estaba interesada, casi tuve que defenderme, no se acostumbraba en Edo del pasado tomar el no de una mujer, fue bastante difícil…"
-"Hn…Sólo youkai del tipo canino? Ookami, Inu, Kitsune…"
-"Esto es…Incómodo…Pero…si, supongo que… Canino, dijiste? Siempre estuve rodeada de caninos, pero en realidad me interesa más como son en su interior"
Sin darse cuenta, la bandeja de frutas estaba casi vacía y los platos llenos de semillas y carozos, huesos y cáscaras. La conversación estaba candente.
-"Tu color"
-"Sesshomaru?"
-"Tu color, tus anhelos, tus miedos…Miko"
-"Ah! Pues…Me gusta el verde, el blanco…me gusta como se ve el cielo. Creo que mi favorito sería el verde."
El Inu asentía
-"Anhelo un mundo de paz, donde pueda vivir tranquila y ya nada me perturbe, no me ataquen, alejarme de lo que me hiere, sin que me obliguen a luchar. Anhelo recuperar las ganas de vivir, realmente, esto de Náraku, es espantoso, pero cuando termine todo…Intentaré regresar a mi cabaña en las montañas de Edo"
-"Al pasado…Morir es una gran posibilidad, allá Kagome"
-"Cuento con ello, Lord Sesshomaru. Ya no hay nada aquí, ni allí para mi"
-"Inuyasha…"
Ella no respondió. Él sintió mucha ira. Ésta era una excelente mujer. No se merecía lo que fuera que Inuyasha le había hecho. Ya no quería dejarla regresar. Ya no le daría el gusto al hanyou. Lo haría confesar y pedir perdón .
-"Deseas vengarte del hanyou…"
-"Me encantaría, pero yo no soy así"
-"Sé feliz. Vive plenamente, Disfruta, búscate una buena pareja y se feliz, eso destrozará al mestizo. Saber que no le perteneces. Los Inu somos muy posesivos y él está teniendo problemas desde que regresaste, aún no puede dejarte ir"
-"Problemas?"
-"Con su esposa, consigo mismo, y se los está buscando conmigo"
-"Baka…Pero fue él quien eligió."
-"Eligió mal."
-"Por qué lo dices? No creo, él siempre corrió hacia Kikyo. Siempre eligió a Kikyo. Y por ella me abandonó. La llevó a vivir a la cabaña que habíamos construido juntos…Le mostró mis lugares favoritos, me reemplazó por ella"
La sangre de Sesshomaru hervía. Sentía un tremendo deja vú. Kagura, ella le había hecho lo mismo.
-"Kagura…Estás relatando mi historia, Miko"
-"Lo siento…Ella debe estar muy arrepentida ahora"
-"Miko?"
Kagome se puso de pie y caminó hacia la ventana.
-"Sólo mírate…Tus ojos, tu piel, tu cabello…Eres muy atractivo, hermoso si me lo permites. Náraku no se parece, ni siquiera es agradable, o será que lo detesto…"
El Inu estaba sentado, de otro modo hubiera caído de espaldas. Ella era muy directa y muy franca en sus declaraciones. No sabía cómo reaccionar. Se sabía hermoso y todo lo demás, pero que se lo digan en el rostro de esa manera, estaba colorado, por primera vez en siglos, el rojo también adornaba sus mejillas junto a las marcas.
Ella estaba abstraída en sus pensamientos y simplemente los dejaba salir, el Lord escuchaba muy atentamente. Así era como la mujer, la sacerdotisa más poderosa de la historia lo veía a él.
-"Kagura debe tener grandes problemas por ahora. Saber que estás casado no le debe causar mucha gracia"
Sesshomaru sonreía, mientras la miraba, ya se había apoyado en el sillón y disfrutaba del espectáculo de sincericidio de la muchacha, de a poco Kagome volvía a ser la persona conversadora que siempre fue. Y torpe, para expresarse, eso en el fondo le agradaba.
-"Pero deberías haberte casado con alguna de esas mujeres vistosas y sexys de las revistad de moda y actualidad…Aún hay de esas revistas?"
-"Hn"
-"Pero yo, no soy un buen negocio…"
Y de estar en la cima, comenzó a decaer
-"Debiste pensarlo mejor…Siento mucho que…"
Y más abajo
-"Estés unido a alguien insignificante como yo…Creo que Inuyasha nos fregó a los dos. Fue él quien salió ganando no lo ves?"
Ahora se sentía miserable. ¿Cómo podían estos humanos pasar de una emoción a otra en tan poco tiempo? Nunca lo comprendería, pero no se permitiría caer, no otra vez. Él también se las había visto negras tiempo atrás.
-"No estoy de acuerdo"
-"Eh?"
-"Inuyasha, tiene lo que se merece."
-"Y tú también al parecer de Inuyasha?"
Jamás lo había pensado de esa manera, pero…Tenía sentido
-"Tal vez"
-"No, te mereces ser feliz, una hembra poderosa de redondas caderas que te haga sonreir. Que llene tu pecho de orgullo y de besos. Que te despierte con caricias por las mañanas…Que te provoque pararte en la cima de una montaña y gritar. Eso te mereces que alguien te ame y te enseñe a amar. El amor es bueno, Sesshomaru, te vuelve el ser más poderoso"
Las respiraciones del Inu eran pesadas, a pesar de su inexpresión. Debajo de esa imagen derrotista había una mujer muy apasionada, que sabía lo que era el amor. Que no temía compartir, su pasión por la vida con los demás. Pero siempre decaía al final. Maldito mestizo, qué habrá hecho para quebrar el espíritu de esta sacerdotisa tan, jovial, vivaz que había conocido siglos atrás. Kagome ahora era una sombra, que buscaba ocultarse en la oscuridad.
-"Miko, tu eres una hembra poderosa, Hoy he sonreído después de mucho tiempo, y tengo una idea de lo que los humanos llaman amor gracias a tus enfoques, tan oportunos. Estamos como debemos estar."
Ella miró al Señor del Oeste y lo vio sentado con una rodilla doblada y su brazo derecho apoyado sobre él. Parecía aquél Sesshomaru que se sentaba bajo de los árboles en el Sengoku Jidai. Apenas visible la sonrisa
-"Sí, bueno no todo ha cambiado. Mírate, te faltan Tensseiga y Bakussaiga y Jaken gritando a tu alrededor"
El sonido profundo de una risa?
-"Sí, molesto y fiel Jaken."
-"Ah Un está contigo?"
-"Hn."
-"¡Qué bueno!"
-"El viejo tiene dos cachorros"
-"Wow eso es tan lindo!"
-"Hn."
El silencio otra vez.
"Huelo su pena"
"Hn"
-"Estás cansada, ve a dormir"
-"Estoy bien, primero lavaré los platos…¿Quieres té?"
-"Hn"
-"Ok, enseguida regreso"
La bestia no lo soltaría. Estaba confundido, molesto y atraído por la mujer humana. Tanta burla a Sesshomaru, y ahora era él quien estaba interesado
"Ella es extraña"
"Hn"
"Me agrada"
"…"
"No dices nada?"
"A dónde quieres llegar Shimaru"
"Tal vez ella tiene razón, tal vez tenemos lo que nos merecemos"
"Una humana deprimida y con instintos suicidas, que es la sombra de lo que fue?"
"No, una mujer poderosa, leal, honorable, de maravilloso cuerpo, a pesar de ser humana, bastante atractiva, de piernas musculosas y con ojos como el océano. Fuerte, luchadora, confiable. Muy, muy poderosa…La sacerdotisa de Shikkon"
