NO SOY DUEÑO DE INUYASHA
GRACIAS POR LOS COMENTARIOS. SI ME DEMORO EN ACTUALIZAR TRATARÉ DE COMPENSARLES LA ESPERA. MUCHÍSIMAS GRACIAS POR ESTAR ALLÍ. UN ABRAZO.
CAPITULO 11
Día dos…Interminable…
************************Flash back antes de la tormenta********************
Inuyasha estaba muy molesto, la empresa especiera y cerealera de India, la productora de cosméticos y perfumes francesa estaban teniendo los mismos problemas que la empresa de España colapsada el día anterior.
Necesitaba encontrarse con Sesshomaru; Kouga, Danaka y Souta estaban muy ocupados luchando contra las estrategias de Náraku en sus intentos de hundir a las empresas Higurashi Taisho. Estaba apostando fuerte. Quería hacer salir a Sesshomaru de donde estuviera para enfrentarlo al concejo y arrebatarle todo. Dejarlo con lo puesto era la ilusión de su vida y más aún luego de las noticias de Hakudoshi y Akago que espiaban a Kagura y habían monitoreado sus intentos de acercamiento al Lord del Oeste. Siempre esquivaba los espías pero todas las veces, Sesshomaru estaba cerca o en las inmediaciones de donde fuera que Kagura estuviera merodeando. Luego del casamiento de Sesshomaru su obsesión había empeorado. Kagura era una bomba de tiempo. Y Náraku sabía que le convenía distraerla con alguna baratija y algún viajecito porque ella sabía demasiado y si se acercaba al Oeste, podría revelar los planes que tenía para las empresas de la familia y allegados.
Inuyasha necesitaba contactar a su medio hermano para ello ideó un viaje. Iría él personalmente a buscarlo. Necesario? No. No lo era, hablar con Danaka era suficiente, pero él deseaba ir y ver a Kagome.
Los gritos de Kikyo no lo persuadieron de su plan. La manada se oponía a su viaje.
Danaka era el hombre de confianza de Sesshomaru, seguramente él sabía donde estaba.
El hanyou hizo de todo para averiguarlo, pero fue inútil.
Danaka obviamente se mantenía en contacto con Sesshomaru pero eso era a través de un teléfono irrastreable que el Lord mantenía en su habitación. Él sabía todo y los intentos de Inuyasha por encontrarlo o más bien a Kagome. La lucha de los machos de la manada por reflotar las empresas que se hundían y también las actividades de Kagura …Todo.
-"Facilítale las coordenadas de la isla, Akira, déjalo venir a ver a la sacerdotisa"
-"Sí Mi Lord…Danaka fuera"
**************************Fin Flash back*****************************
El Lord la miraba, esa valerosa mujer se arrepentía de ser todo aquello que un macho como él desearía tener. No lo podía creer. Acaso tan bajo la había hecho caer su relación con Inuyasha? Tan poca cosa se sentía?
Ya era suficiente
-"Miko, No te lamentes de ser una mujer íntegra y poderosa"
-"Mira dónde nos trajo mi integridad, Sesshomaru"
Mientras conversaban armaban una canasta con alimentos y bebidas.
-"Un picnic? Después de todo esto tienes ganas de un picnic, Sesshomaru?"
-"Iremos a la cascada. Necesitas un cambio de aire"
Kagome asintió y se retiró a su cuarto, no tenía ni idea de qué podría estar cruzándole la cabeza al gran Señor del Oeste. Ella sabía que había una solución posible, pero aquello era impensable para ambos.
Optó por intentar relajarse y recordaba la poza de agua muy bien, un chapuzón siempre fue el mejor de los remedios para todos sus males. Tomó su traje de baño y se lo puso debajo de un short de jean desflecado y una musculosa verde manzana, se miró un poco al espejo
-"Debería usar mi traje de Miko. Sesshomaru podría ofenderse con esta ropa, cómo la llamaba él?...Ah si… indecente"
Decidió que no le importaba ¿Qué sería lo peor que podría pasar? bajó rápidamente para alcanzar al Daiyoukai que había comenzado a caminar lentamente hacia la cascada.
-"Ya llegué"
-"Hn"
Caminaron casi cuarenta minutos y llegaron a la cascada, Kagome siempre se maravillaba con los paisajes agrestes y este era uno muy hermoso y pleno de misterios, la caverna ya la conocía, pero será la única maravilla oculta de la isla?
-"Este es un buen lugar"
Ella miró alrededor, lo era. Estaban bajo un par de palmeras no muy altas, la arena y algunas rocas grandes les servían de refugio y asiento, el sonido del agua era relajante, se sentía bastante bien.
Sesshomaru se apartó un poco y casi llegando al borde de la laguna se quitó la remera. Ella se quedó con la boca abierta, no solo por el acto tan despreocupado del macho, sino por el espectacular cuerpo escultural que tenía frente a sus ojos. Pecho y espalda trabajados, medianamente marcados, pero perfectos, blanca piel y marcas de realeza que rodeaban el tórax y las más bajas, se perdían en el hueso de la cadera dentro del short de baño de Sesshomaru.
La mujer tragó duro, bello era poco decir.
Enseguida se arrojó al agua y comenzó a nadar hacia la cascada con una maestría absoluta.
Kagome pensaba, que era obvio, ya que en tantos años vividos, habrá practicado todo tipo de deportes y debe ser un experto en la mayoría de ellos. La vida sin actividad física era muy aburrida, eso era algo que tenían en común muy por seguro.
-"Mi esposo, el Señor del Oeste. Bellamente mortal"
Ella se acomodó debajo de la palmera y se quedó allí, inmóvil y sin llamar la atención.
El Lord se mantuvo nadando varios minutos y de pronto giró para ver donde estaba, casi no la sentía.
Acaso no deseaba nadar? Hacía mucho calor, y sabía que a ella le fascinaba el agua. Era más que extraño que la joven no lo hubiese seguido al agua.
-"Miko, el agua está fresca"
-"Me imagino"
-"No deseas nadar?"
-"Tal vez más tarde"
-"Ven hay algo que deseo mostrarte"
-"Mejor otro día Mi Lord"
¿Mi Lord? Desde cuándo ella le decía Mi Lord? Acaso estaba enojada, ofuscada o tal vez con su período? No él no olía hormonas, ni sangre, nada se sentía diferente.
La bestia no se perdía detalle.
"Pregúntale"
-"Miko, nadar te ayudará a relajarte un poco, luego continuaremos con los planes, al menos hasta que se nos ocurra algo"
-"Algo como qué?"
-"Mientras estamos en la isla, pensaremos en algo, ahora ven hay una caverna en el interior de la montaña"
Kagome pensaba "Sabes que se puede hacer algo, pero tal vez encontremos otro modo."
El Daiyoukai sabía que algo no estaba bien con la renuencia de Kagome a entrar al agua. Decidió presionar y averiguar.
Encaminado hacia ella saliendo paulatinamente del agua con el cabello tirado hacia atrás y sus rasgos completamente a la vista, la Miko no pudo más que tragar el enorme nudo que se le formó en la garganta.
Sesshomaru notó la incomodidad de la joven y decidió presionar más. Acercando su rostro al de ella la miró a los ojos
-"Me dirás qué te sucede"
-"Eh? A Mi? Na-nada, porqué lo dices?"
-"Habla"
-"Pero, No me sucede nada, en serio"
-"Mientes y sabes que puedo oler una mentira por más pequeña que sea"
-"Pero yo"
-"Al agua…Ahora"
Ella estaba contra el tronco de la palmera, Sesshomaru estaba tan cerca que podría beber agua de su barbilla. Ella se hartó de la presión y se levantó enojada y refunfuñando, apartó de un empujón al Inu que divertido, se paró con los brazos cruzados en señal de triunfo.
Masticaba insultos y maldiciones lo que causaba gracia al Daiyoukai
Él escuchaba a la Miko maldecir detrás de una roca cosas como
"Si te ofende la vista, lo siento, maldito perro demandante"
"Soy humana y mi cuerpo es así"
"Seguramente me dirá que le ofende verme o le da asco"
¿Qué? Asco? Ofenderse por ver su cuerpo? ¿De qué hablaba esa mujer!? Acaso había perdido la razón?
"Cualquier cosa para humillarme, igual que Inuyasha"
Hasta ahí soportaría, la comparación con el hanyou ya no le agradó.
-"Puedo oírte Miko"
-"Ya lo sé"
Y sin decir más apareció con su bikini blanco, enojada y colorada. Arrojó su ropa doblada sobre una roca y caminó frente al macho que estaba muy callado y asombrado. Ella se había detenido a milímetros de él
-"Conforme? Ahora muéstrame esa caverna o lo que sea"
Él no pudo decir una palabra, ella lo pasó de largo y se arrojó a la laguna, desde allí le gritaba
-"No estabas tan apurado para que entrara al agua? Pues aquí estoy."
Ese cuerpo humano, era precioso. Maldecía a los Kami por crear algo semejante. Aunque si lo pensaba bien, ya había visto algunas mujeres ligeras de ropas y jamás sintió atracción por ninguna de ellas. Esto era distinto. Arrojándose al agua desde abajo se veía el cuerpo completo de Kagome que suavemente pataleaba para mantenerse a flote. Piernas torneadas y musculosas, vientre perfecto, caderas redondeadas y ese trasero era una fruta madura esperando por ser devorada.
Pero debía apartar esos pensamientos, no estaba seguro de qué los causaban, si la soledad de los siglos, el poder de la mujer que llamaba a sus instintos o simplemente le gustaba. Cualquiera fuera el motivo, estaba en problemas. La mujer parecía rechazar todos y cada uno de sus avances, si bien sentía una cierta excitación por parte de la joven, siempre terminaban por alejarse uno del otro.
Sacó la cabeza del agua, muy cerca de ella.
-"Respira muy hondo y sígueme, Kagome"
Y sin más se hundió. Ella recordaba que era un trecho largo, tomó una gran bocanada de aire y se sumergió detrás de Sesshomaru que nadaba velozmente delante de ella. Luego se giraba para ver si lo seguía y continuaba.
Ella lo siguió. Casi con lo último de su aliento emergió dentro de la caverna azulada. Tan hermosa como la recordaba. Sesshomaru ignoraba que ella ya la conocía, pensaba la joven. Decirle sería lo mejor. Pero primero escucharía todo lo que él tuviera que decir.
Una vez fuera del agua Sesshomaru se volteó a verla.
-"Esta es una de las cavernas de la isla. Es la más bonita. Tiene corredores y…"
-"Salas de roca volcánica, lo se. Ya estuve aquí"
-"Hasta donde llegaste?"
-"Hasta la pequeña sala sin salida"
-"Sígueme, por aquí hay más"
Y así se dirigieron hacia adentro de la caverna por un pasillo al que Kagome había pasado por alto. Era angosto, incómodo, pero a ella le gustaba mucho la aventura y explorar era una de sus pasiones.
-"Cuidado con la cabeza, Sacerdotisa, hay una saliente bastante afilada"
Agachados pasaron a un pasillo oscuro, Kagome no podía ver nada. Lentamente se iba rezagando. Sesshomaru notó la falta de visión de Kagome y le tomó la mano para guiarla. La reacción de energías al unirse les dio un choque que les corrió por la espalda. Provocando que ambos sisearan inspirando aire.
Se quedaron en silencio, tomados de la mano y luego, el Inu reanudó su marcha.
-"Yo sabía que conocías la caverna"
-"Y por qué no me dijiste nada?"
-"Sabía que tú, me lo dirías"
Menuda afirmación de confianza. Kagome se sintió halagada.
-"Pero quería mostrarte la caverna de cristal"
-"Caverna de cristal?"
-"Hn"
A medida de ira avanzando, el corredor de roca se iba aclarando. Era mucho más agradable para Kagome ahora que podía ver. Continuaron unos minutos más y de pronto ingresaron a un hermosísimo espacio cavernoso cubierto de cristales de tonalidades verde-azuladas. Su brillo los encandilaba se veía todo tan exótico y misterioso. Kagome miraba el techo y su boca se abría para dejar salir una hermosa sonrisa. Sesshomaru miraba el rostro de la joven iluminado y sonriente.
Qué hermosa mujer era la Miko. Si en Edo la hubiese visto como ahora, seguramente habría intentado asesinarla con más vehemencia porque ella es humana y cada vez le gusta más. Hubiese tratado de eliminar el motivo de su insomnio. Pero eso en Edo, ahora todo era diferente, eran otros tiempos…Otro lugar..y estaban solos…
Una semana atrás deseaba que la mujer jamás apareciera, ahora estaba más que conforme con la situación.
Kagome fue girando su mirada por todo el lugar hasta que regresó al rostro del Daiyoukai, que aún la tenía de la mano.
-"Es hermoso"
-"Si, lo es"
-"Gracias por mostrármelo Sesshomaru"
-"Hn"
Ambos continuaban de pie en la caverna cristalina, solo mirándose, tomados de las manos, sin pensar en nada, solo conectados.
-"Qué pasó con el mestizo"
-"Me…Traicionó, por llamarlo de alguna manera"
-"Explícate"
-"Pisoteó mi amor, prometió su amor a mi, cuando llegó la luna roja, quiso aparearse con migo, yo lo acepté. Hicimos una ceremonia entre los dos, una promesa de amor a nuestra manera, luego, cuando el momento llegó, mientras me besaba y me acariciaba…me llamó Kikyo"
Sesshomaru veía los ojos azules de la joven envolverse en lágrimas pero ella, no lloró.
Se mantuvo mirándolo. Sin apartar la vista de sus ojos.
-"Este Sesshomaru jamás te hubiera hecho algo así. Ni lo hará jamás."
-"Yo no te he pedido nada"
-"Eres mi esposa, honraré ese lazo, y si está en mis manos…Trataré de que vivas una vida feliz, plena de comodidades, el mestizo nunca más podrá lastimarte"
-"Eso sería tan…Increíble…"
Kagome lo observaba extasiada, todas esas promesas para ella, estaba nerviosa, sabía que si Sesshomaru lo decía, lo cumplía.
Era feliz? Si, lo era y mucho.
Solo que no podía apartar esa sensación de vacío que le retorcía el estómago. Como si algo no estuviera bien…Algo estaba fuera de lugar…
Sesshomaru miró a la joven unos momentos más, acarició su rostro acunando su mejilla y sin saber qué lo movió, apenas se acercó lentamente hasta que sus labios rozaron los de la Miko. Enseguida se apartó. Ella tenía cerrados los ojos y las mejillas rosadas. Podía decir que luego de cientos de años estaba realmente interesado en una hembra, literalmente salivando a mares por saborearla. Estaba preocupado y un tanto asustado de sus reacciones ante la mujer. La electricidad del casi beso que les quemó la piel. El poder en su pura esencia los abrumaba. Los seducía, los atraía. ¿Qué estaba sucediendo?
Ella abrió los ojos y apartándose apenas, caminó hacia el corredor
-"Algo no está bien, debemos regresar"
Sesshomaru la tomó de la mano y la atrajo hacia él. No le permitiría salir sola del lugar.
Ella sonrió ante la ocurrencia del demonio Inu
-"Qué sucede Sesshomaru?"
-"Confías en mi, sacerdotisa…"
Ella sonrió muy avergonzada pero asintió
-"Entonces no te apartes de mi"
Regresaron a la caverna principal y antes de sumergirse hacia la salida, el Lord del Oeste intentó explicarle a Kagome qué era lo que sentía de extraño, eso que se sentía fuera de lugar
-"Necesito que estés tranquila, y que mantengas tu confianza en este Sesshomaru, podrás hacerlo, yo lo se"
-"Nunca pensé que diría esto, pero confío más en ti, que en mi misma…Aunque no se por qué"
Sesshomaru sonreía
-"Eres mi esposa, tal vez sea necesario… demostrarlo, en algún momento… en cierta forma"
-"Demostrarlo?"
-"Hn, tu sabrás"
Luego nadaron hacia la salida y saliendo en la laguna, la sensación de incomodidad era aún más fuerte
-"Vístete, debemos regresar a la cabaña"
-"Está bien, pero qué es eso que se siente tan…extraño?"
-"Mi campo de energía está rechazando una presencia"
-"¿Qué presencia?"
Comenzando a caminar de regreso el Lord mantenía el silencio. Kagome se estaba enojando cada vez más.
-"¿Porqué mierda no me respondes? Sesshomaru!"
El Lord, nada
-"Hey!
Nada.
Ella perseguía al Inu insultando y apartando ramas y troncos, tropezando con las raíces
-"Primero prometes cuidarme, te portas todo meloso y me besas y ahora no me dices nada!"
Se detuvo en seco y giró para quedar frente a ella.
-"Hay más de donde salió ese, y yo cumplo mis promesas. Ahora sígueme y de nuevo CONFÍA en mi"
Continuaron en silencio. Ella estaba avergonzada. Entre todos los nervios del momento y los acontecimientos, ella solo escuchaba "Hay más de donde salió ese"
Ese beso, así tan corto, suave casi imperceptible. Había dado vuelta todo su mundo.
Y él le estaba diciendo que habría más besos? Oh Kami, su corazón saltaba en su pecho.
Ella aturdida tropezó con Sesshomaru que se había detenido en el claro frente a la cabaña
-"Ve a mi habitación y permanece allí"
-"Tu habitación?"
-"Hn"
La mirada seria y firme del macho le dijo que lo hiciera, que él sabía qué era lo mejor para ella, pero antes de que se fuera, Sesshomaru le adelantó el motivo principal de la perturbación de la energía
-"Es Inuyasha"
