NO SOY DUEÑO DE INUYASHA

PARA USTEDES LO MEJOR DE MI. MUCHÍSIMAS GRACIAS POR ESTAR ALLÍ. UN ABRAZO.

CAPITULO 12

Día dos…Inexplicable…

-"I-Inuya…"

-"Hn. Espera en mi habitación. Cámbiate de ropas. Yo te llamaré"

-"¿Pero Inuyasha por qué?

-"Problemas de negocios"

-"Está bien, esperaré en tu habitación"

Sesshomaru le sonrió levemente para calmarla y seguido la dirigió hacia su camino con la mano en la espalda media

Ella se sintió muy extraña, pero protegida, segura, aunque un tanto incómoda.

Sesshomaru por su parte ingresó a la cabaña, se recogió el cabello en una cola baja y se mantuvo descalzo y relajado en el sillón con un vaso de agua fresca y un libro.

Inuyasha no tardaría en llegar.

Interiormente sabía el verdadero motivo por el que venía. Había dejado órdenes específicas de comunicarse exclusivamente a través de Danaka.

Inuyasha era el mentor de la situación existente entre Kagome y él. Deberá aprender a lidiar con las responsabilidades. Ahora bien, si las cosas entre ellos mejoraban o tomaban un rumbo diferente, ya era cuestión de la pareja del Oeste, y de nadie más.

Segundos pasaron hasta que el portazo se oyó.

-"Oi! Sesshomaru!Oi!"

La voz relajada venía a los oídos de Inuyasha desde la sala. El hanyou siguió los sonidos y se encontró con un Sesshomaru más que relajado sentado en un sillón, con un libro en la mano, una rodilla en alto y la otra baja, un vaso transpirando frescura y silencio.

Realmente estaba de vacaciones.

-"Qué sucede Inuyasha?"

El mestizo disimuladamente miraba para todos lados buscando algo o alguien.

-"Pues hay problemas en las empresas de Europa y una de África, Náraku está presionando y tenemos fallas en la seguridad"

-"Hn."

-"No dirás nada? ¿Te quiere dejar en la ruina!"

-"Lo se"

-"Y no harás nada? Te quedarás sentado allí?"

-"Danaka tiene ya las órdenes"

Inuyasha se quedó estático. Ya sabía todo? Eso quiere decir que su viaje había sido en vano…Lo había sido, solo si no veía a Kagome.

-"Ah! Bueno, supongo que me debo quedar tranquilo entonces…"

-"Jamás debes quedarte tranquilo si Náraku está cerca, ese es el error que cometieron en Europa, quedarse tranquilos frente a un enemigo como él"

-"Danaka tiene indicaciones para todos?"

-"Hn"

Buscaba la manera de quedarse más, pero Sesshomaru no le daba la oportunidad

Pues, ni modo tendría que irse. Pero la curiosidad lo estaba carcomiendo. Sesshomaru por su parte imaginaba la desesperación del mestizo y decidió regalarle a Kagome la oportunidad de aplastarlo como él la había aplastado a ella, traicionándola. Se merecía mucho más, pero mejor en cuentagotas.

-"Quédate a cenar y luego regresas"

-"No deseo importunar"

-"Tonterías"

Inuyasha dejó su campera sobre el sillón. Y se sentó

Necesitaba averiguar. Temía algo grave. Pero se olía a Kagome por la cabaña, al menos muerta no estaba

-"Kagome?"

-"Se está cambiando"

-"Está bien?, ¿Puedo verla?"

Sesshomaru apartó la mirada del libro. Y le hizo señas a su medio hermano de afirmación. Inuyasha enseguida miró las escaleras. No conocía la cabaña, jamás había estado allí, ni siquiera sabía de su existencia, pero el aroma de la sacerdotisa estaba por todo el lugar

-"Está en su cuarto?"

-"Hn. La iré a buscar"

-"Indícame, yo la buscaré"

-"No. Dijo que iba a cambiarse, puede estar no visible, yo iré por ella"

Esa fue una verdadera bomba. La mujer, podría estar desnuda en un cuarto y Sesshomaru podía entrar a buscarla? Acaso tenían relaciones? Eran tan cercanos como un verdadero matrimonio?

No. Eso era imposible. Pero debía asegurarse

-"No, olvídalo. Va a purificarte en la puerta"

Sesshomaru rió y se puso de pie, caminó hacia las escaleras y comenzó a subir

-"Dame unos minutos"

Enseguida Inuyasha se puso de pie y se acercó lo más que pudo a la escalera para escuchar. Se repetía una y otra vez en su mente "No puede ser, no puede ser, Kagome…"

Sesshomaru de pie en la puerta de su cuarto, ni siquiera golpeó, simplemente entró y cerró la puerta detrás de él

Inuyasha rápidamente y sin hacer un solo ruido subió hasta llegar a la puerta y se quedó escuchando

Ni bien entró Sesshomaru a la habitación, Kagome lo miró extrañada. Él le hizo una seña con un dedo en la boca para que no diga nada.

Ella asintió

-"Estás lista Kagome? Inuyasha desea verte"

-"Inuyasha está aquí?"

-"Así es, lo invité a cenar, vino por negocios, pero es un viaje demasiado largo para que llegue y se vaya enseguida"

Kagome estaba lista, tenía puesto un hermoso solero acampanado en color celeste que le llegaba encima de las rodillas, su cabello estaba suelto, mojado y solo llevaba unas sencillas sandalias de cuero en los pies. Ella se veía hermosa. Sesshomaru de pie frente a ella la miró fijamente y levemente le sonrió.

Kagome sonrojada correspondió a la sonrisa y cuando se disponían a ir hacia la puerta, el Daiyoukai la tomó del brazo y señaló en dirección de la salida.

Kagome podía sentir el aura de Inuyasha en el pasillo. Y mediante señas le hizo dar cuenta a Sesshomaru que sabía de su presencia, el Lord, enseguida asintió.

Ella sonriendo se acercó un poco a la puerta

-"Sesshomaru, onegai, podrías subir mi cremallera?"

El macho la miró y comprendiendo sus intenciones se acercó a ella se paró pegado casi a su espalda. Los sentidos de Inuyasha le marcaban la cercanía de las dos energías. Estaba casi al borde de un colapso. No podía creer lo que sus sentidos le comunicaban

-"Déjame calentarme las manos, no quiero que sientas mis dedos fríos"

La sacerdotisa divertida siguió con la charada

-"No importa, nunca me molestó que me toques con las manos frías"

El Lord se sentía entre divertido y preocupado. La idea no le era desagradable para nada, pero tenía muchas dudas acerca de la manera en que la mujer pudiera estar sintiéndose al respecto. Habían sucedido demasiadas cosas en poco tiempo.

Pero aún tenían unos días más en la isla para hablar. Si de algo estaba seguro era de que ni Inuyasha, ni Náraku, ni nadie evitaría terminar con los planes para los que había preparado todo esto. Debía vencer a Náraku frente al concejo. No importaba como, pensaría en una manera de vincularse a la Miko. Y si lograban convencer a Inuyasha de que su matrimonio había comenzado a funcionar, nadie tendría porqué dudar y por consiguiente esa cuasi realidad llegaría en estado puro a conocimiento de Náraku y ese sería un gran porcentaje de la batalla ganada. Además estaba el bonus extra Kagura sentiría el filo de esa realidad cortarle las fibras de su corazón.

-"Listo, ahora vamos, Inuyasha estará impacienta por ahora"

Inuyasha dio un salto y rápidamente se acomodó en el sillón. Los Señores del Oeste bajaban fingiendo diversión. El hanyou sentía que su ira le salía por los poros. Cómo podía ser?

Kagome para mantener la parodia creíble, mantuvo su trato frío y cortante con el mestizo. Aún se sentía herida y mucho. Y lo estaría por mucho tiempo. Su traición le daba sabor a hiel en la boca.

-"Inuyasha, ¿Cómo estás?"

-"Kagome? Bien y tú?"

-"Muy bien gracias. Y cómo están todos?"

-"Shippo y Rin te extrañan mucho. Tu madre y Danaka están bien, deseando que regreses para presentarte a los demás miembros de la manada que aún no has podido conocer"

-"Ah! Bueno habrá tiempo para ello"

-"Tiempo? Apenas te vieron once horas"

-"Sí, lo se. Pero es mi luna de miel y los veré cuando sea el momento de regresar"

-"Tu luna? De miel? No será que …"

Sesshomaru ingresaba con tres copas en la mano y una botella de champagne

-"No será qué, Inuyasha"

-"Pues ustedes casi no se conocían hasta hace tres días y medio o cuatro"

-"¿Y?"

-"Pues no se, es como muy precipitado"

-"¿Precipitado qué?"

-"Si, qué es lo precipitado?"

-"Pues eso de la Luna de miel…me parece que "

Kagome recibía la copa llena de manos de Sesshomaru. Ella se ponía de pie y esperando a que su esposo le entregue la copa a Inuyasha y se siente, fue a sentarse muy junto al Daiyoukai que cruzaba la pierna y ponía su mano sobre el muslo de la mujer a su lado.

-"Te parece qué? Tú nos metiste en esto, Inuyasha y si mal no recuerdo, por tu poco juicio, me obligaste a casarme con Kagome."

-"No es nuestra culpa que estemos casados contra nuestra voluntad, pero ya que no hay vuelta atrás con eso…Pues no nos culparás de intentar que este matrimonio funcione. Deberías estar feliz por los dos, hacemos nuestro mejor esfuerzo, te lo aseguro"

-"Hn"

El hanyou estaba al borde del desmayo. No quería escuchar esas palabras y menos de la boca de Kagome. NO lo soportaba. Él había tenido un momento de confusión frente al concejo. La idea de casar a Sesshomaru con ella había sido impensada. Jamás imaginó que Sesshomaru accedería. Nunca, pero nunca pensó que ellos llegarían a entenderse de esa forma y más aún pensó que Kikyo lo era todo para él, hasta que vio a Kagome salir del pozo y las tuvo una al lado de la otra. En ese momento lo supo, no quería desprenderse de ninguna de las dos.

Había sido un imbécil, egoísta, manipulador, traicionero y embustero. Maldita la hora en que se le escaparon esas palabras infames que le cambiaron el rumbo a su vida…

****************************Flash back********************************

En medio de la noche de la luna roja, luego de prometerse amor eterno Inuyasha se recostaba sobre la mujer que jadeaba en busca de aire, los hombros desnudos y la boca del mestizo recorriendo su piel, suavemente se entregaban a su amor cerca de la cascada de Ishiga. La ropa cayendo, las pieles hirviendo, el sudor salino sazonando los besos, lentamente y ebrios de amor, Inuyasha ponía sobre sus rodillas y manos a la sacerdotisa y dulcemente besaba cada parte de su espalda casi llegando a su cuello, la joven echaba su cabeza hacia atrás y sus cabellos golpeaban el rostro del mestizo, que demasiado excitado la tomaba del cuello y la besaba desde atrás. El Reiki le quemaba la piel volviéndolo loco. En un segundo de desesperada pasión mientras lamía el cuello de la Miko las palabras fueron pronunciadas con una pasión que nunca conoció en su vida

-"Te amo tanto…Kikyo"

Y eso fue el comienzo del derrumbe de la gloriosa sacerdotisa de Shikkon

-"Ki-Kyo?"

-"Kagome…"

-"No! Suéltame, no me toques, déjame"

-"No, no te pongas así por una estupidez semejante!"

-"No es una estupidez! ¿Qué pensarías tú si te llamara Kouga mientras estamos juntos?"

-"Qué tiene que ver ese lobo rabioso? Ni siquiera estamos hablando de eso. Es una tontería. Anda regresa, regresa Kagome!"

-"Mi amor no es una tontería Inuyasha"

Las lágrimas no la dejaban ver, tenía que huir y no deseaba vera a nadie por el momento. Tomando su ropa, se puso lo que más la tapaba y mientras empujaba a Inuyasha lejos de ella, corrió. Corrió tan rápido y tan lejos como pudo. Escondiendo su Reiki y su aroma permaneció oculta en una cueva. Inuyasha gritó su nombre tan fuerte como pudo, pero ella nunca respondió. Durante semanas la buscó, pero ella nunca apareció. Después de eso, nada se supo de la joven. La manada estaba muy enojada con él. Para peor, Kikyo se unió al grupo. Kagome sólo regresó meses después a buscar a Shippo y despedirse de los demás. Inuyasha y Kikyo eran una pareja ya. Su dolor era tan profundo que lo único que pudo decir antes de partir fue un simple

-"Adiós Inuyasha"

Y sin decir palabra él la vio partir

***************************Fin flash back*****************************

El recuerdo clavado en su memoria. Todo esto era su culpa. Y sus ojos no se apartaban de las garras de su medio hermano que rascaban suavemente la piel de la pierna torneada de su ex amiga, ex amor, ex…tristemente ex. Ella permanecía tranquila como esperando una disculpa de su parte…Disculpas ni muerto.

-"Y piensan tener hijos? Digo, porque si bien parecen llevarse muy bien, los niños son un cambio muy grande en la vida de una pareja…"

-"No hemos pensado en ellos aún."

-"Deseamos pasar tiempo solos por el momento, pero tal vez con el tiempo…"

-"Y…Sesshomaru has pensado que serán mestizos como yo? O no es un problema para ti"

El veneno en las palabras de Inuyasha era evidente. Sesshomaru interiormente se sentía muy satisfecho. Sin embargo, el aura de Kagome se sentía fluctuar, tal vez a ella si le afectaron los dardos ponzoñosos del hanyou. Pensó por unos momentos qué responder acerca de las afirmaciones de Inuyasha, pero mejor lo dejaría pasar. No era un tema que deseaba discutir con él. A su debido momento lo pensaría.

Kagome imaginaba la incomodidad del Lord del Oeste frente a la obligación de responder. Ella por el momento necesitaba alejarse del mestizo.

-"Qué tal si preparo la cena?"

-"Hn"

Ella se levantó y Sesshomaru le ayudó tomando su mano y lentamente la soltó mientras ella sonrió y se dirigió a la cocina.

Ambos machos la seguían con los dorados ojos encendidos. Esa mujer era verdaderamente muy atractiva y tentadora.

-"Y como es la vida de casado?"

-"Tú dime, llevas más tiempo que yo"

-"Pues, hay días y días…"

Los ojos dorados encendidos se miraban detrás de las copas

-"Deseas asearte antes de cenar? Arriba al final de pasillo está el baño"

-"Sí, gracias"

Dejando la copa Inuyasha se dirigió a las escaleras y subió, Sesshomaru fue rápidamente a la cocina. Kagome rebanaba las verduras cocidas y Sesshomaru se dirigió a la carne.

-"El hanyou está tratando de intimidarnos, Miko. No debes mostrarle debilidad, ni dudas. Este es solo Inuyasha, el concejo es mucho peor"

-"Lo se, solo que detesto cuando comienza con sus estupideces"

-"Está averiguando de nuestra vida de pareja buscando algo que le demuestre que no es real, necesito saber algo muy íntimo tuyo, que él conozca, para comentárselo y así lograr que deje sus dudas y sus averiguaciones"

Era una porquería de situación, pensaba Kagome. Al fin el tiempo de desnudarse ante el Lord había llegado.

-"Maldito Inuyasha y la madre que lo parió."

El Señor del Oeste se apoyó en la mesada divertido, nunca pensó escuchar a la joven maldecir de esa manera. Lo estaba disfrutando demasiado.

-"Vaya la boca de la Señora del Oeste"

-"Cállate!"

La risa del Lord se fue apagando. Y se la quedó mirando, la mujer tímidamente asintió y susurró casi inaudiblemente

-"Tengo un pequeño lunar en forma de fresa en el interior del muslo derecho"

-"Cuánto en el interior"

-"Muy en el interior"

Los ojos del Inu se mantenían en los de ella. La expresión seria del macho y el sonrojo de la mujer hacía el ambiente bastante pesado.

-"Está casi en la línea del vello, eso, si tuviera, está muy oculto a la vista de los demás."

Ah maravillosa mujer, hermosa, intrigante, misteriosa, muy pulcra… Un momento, Inuyasha había visto ese lunar? La mujer permanecía pura sin embargo. Algo similar a los celos comenzaron a provocarle escozor en las mejillas.

-"Sesshomaru tienes calor? Te ofendí? Lo- lo siento…"

-"No. Solo fue el sol en la laguna"

-"Oh! Sí yo siento ardor en mis hombros"

El Lord dejó la bandeja de carne a un lado, estaba lista y se dirigió a la nevera. Tomo un frasco de calamina y se acercó a la mujer

-"Dónde te arde?"

-"Aquí, y aquí"

-"Bájate los tirantes"

Ella hizo lo que le pidió, Sesshomaru miró los hombros enrojecidos de Kagome, pasando una garra por la piel comprobó las pequeñísimas ampollas. Enseguida aplicó la loción sobre los hombros da la mujer masajeando suavemente. Ella siseó apenas confundida, era por el frío de la crema o por el tacto del hermoso macho que estaba detrás de ella

-"Te duele…"

-"Ya no"

Sesshomaru estaba muy cerca de la mujer, de pie a su espalda y con su rostro mirando hacia abajo, respirando casi en su cuello. Kagome se relajaba en sus toques. El macho sentía el temblor de la mujer

-"Relájate, Kagome…"

En la puerta, apoyado en el vano, Inuyasha los observaba entre rabia y asco

-"Ejem!"

Ambos esposos lo miraron, pero no se inmutaron

-"Ah! Inuyasha, podrías llevar la bandeja de carne a la mesa en lo que Sesshomaru termina de ponerme loción en la quemadura?"

-"Loción?"

-"Sí hoy tomamos sol y nos hemos tostado demasiado parece"

El mestizo ingresó a la cocina, y miró de reojo a su medio hermano que estaba concentrado en pasarle loción a Kagome en los hombros

-"Oi Hijo de puta, podrías no poner esa cara de calentón"

-"Hn"

Kagome miró a Inuyasha con mala cara y este enseguida llevó la bandeja al living. Detrás de él, la pareja se encaminó a sus lugares y se sentaron en el piso sobre almohadones para cenar.

Mientras comenzaron a comer, Inuyasha comenzó el bombardeo otra vez

-"Y la laguna esa, está cerca de aquí?"

-"No"

-"Mmm. Y…fueron a nadar?"

-"Síp"

-"Hn"

-"Estuvieron demasiado al sol por eso estás toda roja, Kagome. Siempre te dije que no debías exponerte tanto recuerdas"

Si había algo en este mundo que ella no quería recordar era nada que tuviera que ver con sus viajes junto a Inuyasha, ni lo estúpida que se sentía por haberle seguido ciegamente enamorada.

Kagome no pudo resistir la maldad y sin pensarlo las palabras se salieron de su boca

-"A Sesshomaru le gusta nadar desnudo, pero a mi…Yo prefiero un bikini"

Inuyasha escupió su bebida semi ahogado, Sesshomaru levantó una ceja, miró a la mujer con intriga y sonrojado, pero no dijo nada

-"El sol debe haber estado fuerte"

-"Mucho, yo me quemé bastante, mira"

-"Veo…"

La mujer incómoda se puso de pie

-"Voy por más agua"

Al salir, los machos se quedaron solos

-"Nadas desnudo?"

-"Hn"

-"Kagome con un bikini? "

-"Hn"

-"Se conserva bastante bien, por lo que recuerdo, el tiempo no parece haberla afectado en nada"

No caería, resistiría el impulso asesino, no caería en su trampa vil

-"Es perfecta"

-"Si, qué te gusta más de ella?"

Sí, lo que había estado esperando, el pie justo para devastarlo así dejaba de dudar

-"Todo, pero me gusta mucho la pequeña fresita que tiene en el interior de su muslo"

Los palillos cayeron de la mano del mestizo. Boquiabierto se quedó mirando a su medio hermano.

-"La- la fresita?"

-"Hn. Es deliciosa"