NO SOY DUEÑO DE INUYASHA

PARA USTEDES LO MEJOR DE MÍ. PUEDE QUE ALGÚN CAPÍTULO SEA MÁS CORTO QUE OTRO, PERO SIEMPRE LOS COMPENSO, YA SABEN

UN ABRAZO.

LA COMPLEJA MECÁNICA DE LA SOSPECHA SUPERADA POR LA PRUEBA…

CAPITULO 16

Día cinco 2:45 hs.

Kagome sujetaba fuertemente los cabellos de Sesshomaru. Él sentía enloquecer ante la necesidad y la urgencia. La mujer le comunicaba sus deseos a través de sus acciones y él se sentía absolutamente poderoso y masculino. No podía comprender, porqué una simple mortal tenía la capacidad de hacerle perder el control. Nunca nadie logró hacerle perder el control de esa manera…

Kagome si.

La bestia se dejaba llevar por las sensaciones, alucinando entre pasión y deseo.

"Tómala, la deseo, la- la necesito"

"No bestia, iremos con calma…"

"Es que no puedo contener mi deseo"

"Ella necesita seguridad, y le daremos eso y mucho más"

Mientras la batalla mental se desarrollaba, los besos apasionados y los asaltos a los pechos de la joven se continuaban. Kagome tenía la cara roja y respiraba con dificultad, Sesshomaru se deleitaba devorando, saboreando y acariciando la carne suave de su esposa.

La idea de que ella era eso, su esposa, lo emocionaba, hacía siglos que no sentía la satisfacción que la dulce entrega que esta mujer le estaba regalando.

Las manos del Inu comenzaron a bajar hacia el pequeño short desprendiéndole el botón.

El aura de Kagome levemente fluctuó. Sesshomaru de inmediato cesó en su intento por llegar más abajo, y su mano lentamente fue regresando al vientre y luego a los pechos y al rostro de la joven. Ella no soltaba al Lord, a pesar del momento de duda que atravesó cuando sintió la mano de Sesshomaru sobre su pantaloncillo.

Estaba disfrutando de sus atenciones y estaba decidida a asumirse como una mujer adulta. Pero sin querer, el miedo normal a todo lo desconocido la asaltó por unos instantes. Ella supo que Sesshomaru lo notó al sentir el cambio de dirección de su mano. Agradecida por el respeto que él le demostraba, se relajó aún más y aferrada a su marido se permitió intentar agradecerle demostrándole su afecto de alguna manera.

Sesshomaru sintió el empuje de la mujer, un intento delicado de darlo vuelta y recostarlo. Se lo permitió. Recostado ahora sobre su espalda, sin su camisa, miraba fijamente, pero con profundo deseo a Kagome. No tenía ni idea qué era lo que la Miko deseaba hacer, pero si se parecía en algo a lo sucedido hacía segundos estaba más que dispuesto a probar.

La joven se atrevió a dejarse fluir, se acercó a él de manera de poder explorar su cuerpo como lo había hecho él con ella.

Recorriendo su torso y las marcas con la yema de los dedos, el reiki escapaba sin querer estimulando las marcas, causándole gran placer al Inu que jadeaba y apenas gruñía de aprobación.

Ella sonreía dulcemente, acariciaba el rostro del macho y luego lo besaba, lenta y suavemente al comienzo, pero a medida que las caricias y los suaves rasguños excitaban a Sesshomaru provocándole fuertes jadeos, ella profundizó sus besos. La boca muy abierta moviéndola de un lado a otro, abriendo la de él. La lengua invasora llenándolo completamente, causándole la necesidad de levantar la cabeza para evitar que ella se le escape. Las manos aferrándose a los cabellos de la joven atrayéndola. Kagome apenas había comenzado, pero con sus caricias y besos y ya había logrado su cometido de brindarle placer al Lord hasta hacerle saber que ella estaba a gusto y segura de sus acciones. Sesshomaru necesitaba detenerse, o no podría más tarde. La bestia rasguñaba el piso y sus garras estaban ensangrentadas, loco de deseo se asomaba a los ojos del Inu y compartía el placer con él, pero Sesshomaru no quería solo el placer de Kagome, quería aprender de su amor, quería su amor para él. Hacía siglos que había escuchado a la joven decir " Te amo Inuyasha", comentario que no comprendió en su momento y ahora lo obsesionaba, esas palabras llenas de significado, era precisamente lo que deseaba para él. De repente el sexo no lo era todo. Kagome era todo, y quería de ella precisamente eso, TODO. La única manera de lograrlo era cortejando a la mujer, y demostrándole que su interés era real, verdadero y que la quería a su lado como su pareja. No deseaba que ella sintiera que la estaba utilizando de alguna manera. Después de todo, hacía poco tiempo para ella de su último encuentro en la época antigua y si mal no recordaba la había insultado y menospreciado… Se sentía estúpido, si hubiese sabido lo que ella significaría para él en aquél tiempo, hubiesen transcurrido siglos junto a ella, siglos de compartir la vida con alguien que fuera para él. Inuyasha hubiese quedado en el recuerdo…Pero ya no había nada que hacer con el pasado. El presente era lo que importaba. Las cosas estaban muy complicadas y este vuelco de los acontecimientos era algo positivo para ellos, no quería arruinar las cosas apresurándose.

Mientras sucumbía al deleite, el Inu comenzó a sentir las manos de su esposa recorrer sus músculos ventrales y bajar lentamente hacia su cadera, las marcas en ella eran las más sensibles, Kagome comenzaba su camino hacia esas marcas pero esta vez con besos. Sesshomaru se incorporaba sobre sus codos para observarla.

"Qué va a hacer?"

"Tengo una leve idea…"

Los besos ya sobre la línea de vellos plateados debajo del elástico del boxer, el Señor del Oeste incrédulo se mantenía muy quieto. Sólo podía jadear y sisear ante cada beso y caricia de la mujer.

-"Miko…Qué…"

-"Shhh. Sólo estoy…Probando…"

Enseguida ella regresó a sus acciones previas, tomando el elástico del boxer con la mano bajaba lentamente la prenda, y continuaba su camino de besos a medida que exponía el cuerpo del macho. Si bien Sesshomaru se mantenía firme, su aura no fluctuaba, él con mucha ternura llamó a la mujer, cuando ella se apartó un poco para ver lo que pedía, la acercó a su cara, le tomó el rostro con las manos y la besó con mucha pasión. Dejando la boca de Kagome, besó sus hombros miró sus pechos y besó su cuello hasta quedarse mirándola muy serio.

Con su mano le acarició el rostro, con el pulgar apenas recorrió el labio inferior de esa boca que tanto le gustaba, la tenía frente a él, Kagome, la poderosa Shikkon Miko, y era completamente suya para descubrir y disfrutar.

-"Es mejor que vayamos despacio, Kagome"

-"Yo…Siento si te hice algo que no te agradó, yo ni sé qué hice, sólo me dejé llevar…"

De nuevo su inseguridad. La pobre mujer se sintió incómoda, malinterpretando sus palabras ella intentó alejarse

-"Es mejor que me vaya a mi habitación…Yo…Lo siento…"

-"No"

Muy serio, le indicó a la mujer su desagrado, por el comentario. La asía firmemente del brazo, no la dejaría ir

-"Quédate a dormir conmigo…"

-"Pero…Tú no…"

-"No dije que no. Dije que es preferible tomarlo con calma, ir despacio, disfrutar de esto que nos está sucediendo."

Ella agachaba la mirada y él levantaba con su dedo índice su barbilla.

-"Este Sesshomaru jamás ha estado con una hembra humana, una mujer. Tú has comenzado a ser…importante y mucho para mí, desde que te comencé a conocer, mi bestia y yo sentimos atracción, deseo, y nuestro instinto de protección y pertenencia se dispara ante tus estímulos. Comprendes eso? Yo sé del daño que Inuyasha te ha causado, queriendo o no, y quiero que tú llegues a quererme…A amarme. Quiero que esto que comienza con nosotros semidesnudos en mi cama sea romántico y placentero, fuerte, hermoso, quiero que seas feliz a mi lado, y forzar o apresurar las cosas no hará nada bueno para esta relación. Deseo que prospere, que dure…por siempre…Si tú desearas lo mismo que yo"

-"Creí que…No te gustaba que te toque…Me asusté, pensé…Sí claro que quiero que éste…Cómo llamarlo…Matrimonio o cortejo, funcione. Me gustas, y mucho, creo que siento cosas por ti. Quiero descubrirme contigo y descubrirte a ti. Perdóname si mis dudas te afectan, es todo tan repentino…"

-"Kagome…No te preocupes. Podremos solucionar las cosas y nos tomaremos nuestro tiempo para acomodarnos. Ya verás que todo saldrá bien."

-"Sesshomaru…Me gusta sentirme segura a tu lado, siempre estás atento a mis necesidades, viendo que todo esté en orden a mi alrededor. Tú también me gustas…"

Sesshomaru sonreía dulcemente. Besó a Kagome con mucha ternura recostándola en la cama una vez más

-"Ahora, debemos descansar"

-"Mis pijamas…Están en mi dormitorio"

-"Ya lo sé."

-"Debo ir a buscarlos"

-"Quiero dormir sintiendo tu piel…"

-"Está bien. Pero debo cepillar mis dientes…Y asearme y…"

Sesshomaru la miró con un gesto de disgusto en la cara. Él quería las cosas de cierto modo, pero ella tenía su rutina para cada hora del día, si quería que ella se sintiera a gusto con él, debería verdaderamente ir despacio y amoldarse a las circunstancias.

Después de todo estaban cortejando y aprendiéndose uno al otro. No era bueno comenzar discutiendo por tonterías como un cepillo de dientes y un pijama, suspiró y enseguida se puso de pie, ofreciéndole la mano para que ella lo siguiera.

-"Nos prepararemos para dormir entonces"

Kagome sonrojada por la desnudez de su torso, tímidamente se puso de pie, tomando su mano, sonrió. Ambos salieron del cuarto, ella rumbo a su habitación y luego al baño, él a revisar las puertas y ventanas, apagar las luces y a asearse para reencontrarse en el dormitorio, donde planeaban pasar su primera noche juntos…

********************En el palacio de la Luna***************************

Noriko estaba apoyada en la baranda del balcón de su habitación. Mirando la luna que estaba menguante, pensaba en Kagome. Danaka sintió el pesar de su aura y en seguida fue a averiguar qué le sucedía

-"Nori San…¿Qué es?"

Rodeaba a su esposa con los brazos

-"Akira, no puedo dejar de pensar en Kagome…Ella me preocupa. Tú sabes cómo es Sesshomaru. Tú sabes de su carácter tan difícil, y lo que dijo Inuyasha cuando regresó, eso de que parecían un matrimonio hecho y derecho…Algo no está bien con eso Akira, algo no me cierra"

Danaka suspiraba, él no podía revelar las actividades, ni los planes de su Señor, pero necesitaba tranquilizar a su pareja, por su bien y el de la familia

-"Mi Lord Sesshomaru Sama…Tiene su carácter, y bien formado, ya sabes…Él quedó sólo desde muy joven a cargo del Oeste, por la muerte prematura de Inu No Taisho, Touga Sama era…Oh Nori, era glorioso, poderoso y valiente, un Daiyoukai grandioso como ninguno. Mi Señor, nunca comprendió por qué Touga Sama eligió a una mujer humana y su cachorro bastardo, por encima de él. Creció en poder y fuerza, en valor y astucia, todo por su propia cuenta… Eso, lo transformó en un ser un tanto…Huraño, reservado…Pero conozco a Lord Taisho, él es incapaz de lastimar a Kagome Sama…"

-"Por qué lo dices? Y con tanta seguridad además"

-"Por eso mismo, por que lo conozco. Él se siente atraído por Lady Kagome, se comporta de una manera muy sobre protectora con ella, lo he visto interactuar con otras hembras y jamás… Sesshomaru, siente algo por ella, de eso estoy seguro"

-"Oh! Akira San, si eso fuera verdad! Qué maravilloso sería!"

Sango entrenaba en la sala de armas, aunque era madrugada estaba más que confundida. Preocupada por su amiga hermana, las palabras de Inuyasha la habían dejado muy alterada. Miroku se limitaba a acompañar a su esposa, y tratar de que se desahogue.

-"A qué le temes ahora Sango querida?"

Ella arremetía con una katana, Miroku saltaba y le asestaba un golpe en la nuca

Sango caía de rodillas

-"Eso que dijo Inuyasha, lo de Sesshomaru manoseando a Kagome…No me gusta!"

Otro salto y ella golpeó al monje en el estómago. Miroku escupía en la arena.

-"Yo no me preocuparía tanto amor"

-"Pero Sesshomaru podría estar obligándola a…"

-"Ni lo digas! Eso jamás! Recuerda que estás hablando de Sesshomaru Sama, no de Inuyasha!"

Ella estaba angustiada, pero lo que Miroku decía era verdad. Sesshomaru era incapaz de cometer un acto de la índole que Sango temía.

-"Kagome Sama tiene mucho poder, Sango. Si ella se sintiera en peligro o desconforme con cualquier actitud de Lord Sesshomaru, no dudaría en purificarlo a simples cenizas"

Luego de decir esto, el monje se levantó y comenzó a guardar las armas y recoger las prendas desparramadas por la arena. Sango se acercó a él y lo abrazó fuertemente de espaldas.

-"Arigato, Houshi Sama"

Miroku giraba para verla, la mujer más hermosa para él. Cómo no consolarla, cómo no apoyarla y tranquilizarla.

-"Sango, mi amor…Ten confianza en ellos, tal vez, Kami Sama los bendijo con sentimientos verdaderos, y finalmente puedan ser felices…¿Acaso no sería eso algo hermoso?"

La Tajiya sonreía. Y lo besaba dulcemente

-"Siempre sabes cómo hacerme feliz, Miroku"

-"Eso no es nada…Se me ocurren algunas cositas más para alegrarte lo que queda de la madrugada, preciosa"

Riendo y tomados de la mano, desaparecían rumbo a su habitación. Los pensamientos positivos en torno a la supuesta relación mejorada entre los Señores del Oeste hacían felices a parte de la manada, mientras que otros ignoraban los acontecimientos, la otra parte de los Taisho rechinaba los dientes de rabia, intoxicado de envidia y malos pensamientos.

Inuyasha Taisho caminaba por los pasillos del palacio, luego de oír la conversación de Miroku y Sango y recordar a Kagome tan acaramelada en brazos de su hermano…Sentía el veneno en su sangre hirviendo como lava volcánica. Kikyo lo buscaba. El aura enfurecida del hanyou llamó al sagrado de la antigua Miko. La búsqueda de Inuyasha la llevó a la cocina, donde se encontró con su hermana Kaede, conversando con la cocinera, la ushi youkai era una muy buena cocinera, pero mucho mejor consejera.

Kaede y ella conversaban a solas.

-"Es bueno que Kagome se haya unido a Lord Sesshomaru, no crees Kaede?"

-"No lo sé"

-"A qué te refieres?"

-"Si tal vez esos sentimientos fuesen verdaderos, sería algo realmente bueno para todos"

Kikyo se unía a ellas

-"Para todos?"

La vaca youkai la miró y le ofreció una taza de té dulce

-"Hai. Mi Lord hace siglos que está solo…La última hembra que se vio en este palacio fue, Kagura, la bruja del viento… Y su paso por el castillo dejó desolación y amargura…Ustedes estaban aquí, seguro lo recordarán. Una esposa como Lady Kagome es justamente lo que a Mi señor le hace falta"

Las tres bebían su té en silencio…Inuyasha recorría el gran jardín intentando despejar su mente. Miroku y Sango se perdían en una danza erótica sin fin, Danaka y Noriko observaban la luna soñando con la felicidad de que sus sospechas de amor entre los Señores del Oeste se hicieran realidad…El Oeste esperaba en silencio el regreso de los esposos, entre sueños, ilusiones y algunos sinsabores…

En la ciudad, Naraku y Kagura fingían dormir. Náraku harto de pelear y discutir con los ancianos para revocar los permisos de negocios, de los Taisho. Su frustración solía quitársela con una sesión de sexo violento con la bruja del viento. Pero ella parecía dormir profundamente…

-"Kagura. Kagura!"

Nada…Ella no respondía.

Kagura apretaba los ojos pensando en los informes de los investigadores que contrató para hallar a la pareja del Oeste. Nada. Estaba enfurecida, pero no tanto como para soportar las manos de Náraku sobre su cuerpo. Dormida, así tenía que verla su marido, eso lo alejaría por el momento.

****************************En la Isla**********************************

El corazón de Kagome latía muy fuerte. Ella estaba en su habitación, terminando de cambiarse, tenía el cabello mojado aún, no sabía si Sesshomaru se molestaría con ella por mojar su almohada, además…Tenía que ir a su dormitorio y se moría de vergüenza por entrar sola en él. Y si parecía que se abusaba de la confianza del Inu? Y si Sesshomaru había cambiado de idea?

¿Qué haría? Mejor se quedaría a dormir en su cama.

Una vez controladas las aberturas de la casa y sus alrededores, Sesshomaru fue al baño se dio una reconfortante pero corta ducha para ir a su cuarto a descansar con su invitada. Bueno, descansar era una manera de decir. No sabía qué esperar de aquello pero lo deseaba y estaba muy apurado en encontrarse con ella. Rápidamente se colocó un pantalón de pijama de seda negro, y se quedó con el torso desnudo. Goteando aún ingresó a su dormitorio y se encontró con la novedad de que Kagome, no estaba allí.

Elevó su aura y la sintió sentada en su habitación, eso no le agradó demasiado, pero al salir de su cuarto y pararse fuera de la puerta del de ella, pudo olfatear angustia y nervios en el ambiente. ¿Y ahora qué? Giró para irse, pero deseaba tanto acercarse a ella, había sido tan mágico todo lo sucedido antes…Algo debía sucederle a la mujer. Decidió averiguar.

Los golpes en la puerta de la Miko

-"S-sí, pasa Sesshomaru"

-"Pensé que esperarías en mi habitación"

Ella sintió un gran alivio al escuchar sus palabras, Kagome también deseaba ir a su dormitorio y dormir con él, pero estaba avergonzada de ir, meterse sola y esperar allí. Prefería que él le repitiera la invitación, una vez más necesitaba seguridad. Y Sesshomaru se la dio.

-"Oh! Lo siento, me cambié aquí…Ya estoy lista"

La mujer se había vestido con un camisolín de raso azul de esos que su madre y Sango habían empacado en sus maletas, se veía muy sensual y bella. El Inu Daiyoukai la miró extasiado, se maravillaba con su hermosura, aún así, no deseaba avergonzarla por lo que mantuvo su rostro serio y postura estoica.

Sesshomaru sonrió y asintió, apartándose de la puerta le hizo una seña de pasar delante de él. Ella pasó a su lado apenas sonriendo y muy sonrojada. El Lord apagó la luz del dormitorio de la mujer y cerró la puerta. No había dudas, él quería que ella durmiera en su cuarto y junto a él. El Inu se apresuró y abrió la otra puerta para ella.

Entraron y el Daiyoukai cerró la puerta y pasó a su lado de la cama, estirándose apartó las cobijas y le señalo con delicadeza el lugar que le correspondía a ella. Se recostaron. Sesshomaru de costado, con el codo doblado, apoyando su cabeza en la mano miraba a la mujer que se acomodaba para quedar mirándolo de frente.

Las miradas se fundían, grababan los rasgos del otro. El aroma a excitación comenzaba a flotar en la habitación obnubilando al macho.

Pero él no pensaba apresurar nada. No perjudicaría el momento íntimo compartido, simplemente disfrutaría de las demostraciones de afecto que surgieran de manera natural y aunque no lo demostrara mucho, estaba muy satisfecho de la manera en que las cosas parecían desarrollarse. Su mano se apoderaba suavemente de un mechón de cabello negro y húmedo, y lo colocaba detrás de la oreja de la mujer.

Ambos apoyaban la cabeza en la almohada y continuaban mirándose.

Los ojos de la mujer se notaban enrojecidos y soñolientos, la ventana estaba abierta y la brisa del mar era fresca y húmeda. Kagome sentía que su piel se erizaba. Tenía un poco de frío. Sesshomaru no pudo evitar notar la piel de gallina en los brazos de su esposa y sus pezones…Deliciosamente marcados debajo de la brillante tela.

-"Tienes frío…"

-"Sí, un poco"

-"Acércate, Kagome"

Ella muy colorada se acercó hasta apoyar las manos sobre el pecho del Inu.

La suave piel del macho estaba muy caliente.

-"Eres tan cálido"

Sesshomaru la miró y con una leve sonrisa y asintió

-"Quisiera dormir en contacto con tu piel…Demo…Si tú no quieres está bien"

Kagome recordó que hacía rato le había manifestado lo mismo. Ella no sabía qué hacer, se sentía un poco avergonzada, pero no del todo incómoda, después de todo habían compartido bastante piel momentos atrás.

Lentamente se sentó en la cama y muy delicadamente se quitó el camisolín, quedándose solo con la parte de abajo del conjunto de dormir, un culotte de raso azul y puntillas.

Se veía tan sensual, tan etérea, Sesshomaru no pudo resistir y suavemente la atrajo hacia él. Besó sus labios, su cuello y el hombro, regresó a la boca. Kagome sentía su corazón explotar, estaba en la gloria. Cerraba los ojos disfrutando de las placenteras sensaciones de la boca del Inu sobre su piel.

Al abrir los ojos vio el hermoso rostro masculino adornado con una hermosa sonrisa. Sesshomaru le besó apenas la punta de la nariz.

-"Ahora estamos listos para dormir"

Kagome muy sonrojada asentía y le devolvía el beso en la nariz a Sesshomaru

-"Que descanses, Sesshomaru"

-"Hn. Hasta mañana, Kagome"

Él la abrazó con fuerza. Ella se acurrucó en su pecho. Paulatinamente se fueron relajando, apagando la luz, sintiendo la frescura del viento marino y arrullados por el sonido de las olas rompiendo en la playa.