La próxima vez que les diga que no demoraré en actualizar, no me crean.

Fanfic Sac: Sujeto a cambios. Es decir, todo, mucho, poco o nada puede ser cambiado/editado en el fanfic en un futuro. Sin garantía de continuación, quedándose en un posible.

Advertencias: Shonen-ai; puede cambiar de raiting; universo alterno; puede o no haber continuación. Sin betear.

Ni Free! ni sus personajes me pertenecen, ellos y yo sólo nos divertimos un rato con mi historia.

Chapter summary: Aprendiendo sobre Haru-chan.


01 de noviembre de 2XXX

La audición y el olfato de Haru-chan son impresionantes.

Y no lo digo sólo por decir, lo hemos comprobado a través de varios experimentos.

Sin embargo, no hace uso de ellos si no le es necesario. Rei-chan le dice práctico; yo le digo perezoso.

En una ocasión Rei-chan por accidente dejó caer unas pocas gotas de sangre de caballa en una de las orillas de la piscina, al instante siguiente él estaba brincando unos metros atrás por el susto de ver a Haru-chan saltar muy cerca para adueñarse del pescado que tenía en la mano. Ambos nos quedamos muy sorprendidos; y empezamos a hacer más pruebas.

Por mencionar algunos, a partir de entonces, cuando yo me disponía a darle de comer, le llamaba por su nombre con un tono de voz moderado y él asomaba la cabeza al poco tiempo. Día tras días fui llamándolo con un nivel de voz cada vez más bajo, más suave, más lejos pero sorprendentemente él seguía acudiendo a mi llamado, sin retrasos, esperando ansioso por su comida. Esto era gracias a su sorprendente audición, era claro. Por supuesto que llegó un punto en el que no me escuchó en lo absoluto, pero eso no quita su desarrollada audición. No podía ser ningún otro sentido pues Haru-chan nunca supo qué tipo de pescado le llevaba de comer hasta que podía visualizarlo o hasta que el pez tuviese contacto con el agua, lo que ocurriese primero.

Cuando notaba que no era caballa, frecuentemente refunfuñaba y le daba un coletazo que sacaba volando al pez varios metros lejos de la piscina.

No obstante, su olfato no es para desmeritarse.

Así como sucedió la primera vez por accidente, Rei-chan empezó a dejar caer pequeñas gotas de sangre de diferentes tipos de pescado (y soportaba el miedo y las ganas de salir corriendo, pobrecillo Rei-chan) ante los cuales, Haru-chan ni se asomaba, bueno, excepto si era caballa. Cuando era caballa Haru-chan inmediatamente estaba fuera del agua exigiendo su comida; muy pocas veces salió ante otros pescados (como oliendo la sangre de un pez dorado, verdel o un pez marlín) pero reaccionaba de forma más lenta (más perezosa le digo yo) a comparación de cuando lo hacía con la caballa.

Por si fuera poco, hubo una ocasión en la que, antes de salir de casa, rocié a Rei-chan un montón de perfume sólo para molestarlo un poquito (esa noche Rei-chan y yo tuvimos una divertida pijamada, por lo que salimos juntos al trabajo), y cuando Rei-chan se asomó conmigo al borde de la piscina para que yo le diera de comer caballa a Haru-chan, al salir a la superficie éste inmediatamente arrugó la nariz, expulsó aire por sus fosas nasales y hundió la cabeza hasta el borde de sus ojos; posteriormente, y después de recibir su comida, con la cola empapó a Rei-chan con una gran cantidad de agua, yo supongo que para quitarle el exceso de aroma.

Al ver tales demostraciones físicas suponemos que tanto sus branquias como sus fosas nasales son perfectamente funcionales, lo cual, como ya lo había dicho, le otorga la increíble capacidad de respirar aire puro así como también es capaz de filtrar el oxígeno que se encuentra en las partículas de agua. Qué envidia.

Como sea, me reí mucho ese día.

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14 de diciembre de 2XXX

¡Hoy es el cumpleaños de Rei-chan!

Y él no quiere celebrarlo.

Lo cual es entendible pero triste. Me dice que, al igual que su familia, nunca ha sido adepto a celebrar su cumpleaños o el de ningún otro y que no estaba dispuesto a empezar ahora. Eso le pasa por no juntarse conmigo desde pequeño.

Así que ignorando todas las advertencias que me dio, me colé en su apartamento con un pequeño pastel que compré para él a esperar que llegara, y cuando lo hizo…

¡Boooom! ¡Sorpresa!

El grito agudo que profirió Rei-chan fue realmente divertido, ¡si incluso se le cayeron las gafas del susto!

Luego corrimos por todo el lugar para divertirnos.

De acuerdo, lo admito, quizá Rei-chan me haya perseguido porque tomé sus lentes y me puse a correr con ellos por el apartamento hasta que choqué contra un mueble.

Y aunque se llevó un buen susto y me sermoneó por un tiempo, al final pasamos un rato agradable comiendo pastel y tomando sake.

Estoy seguro que Rei-chan pasó un buen cumpleaños.

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24 de diciembre de 2XXX

¡Feliz navidad!

Y aunque Santa Claus no me trajo regalos (nuevamente; yo no entiendo por qué si me he portado muy bien), pasé una navidad realmente asombrosa.

Al principio pensé que sería un día aburrido ya que hoy el acuario se encuentra cerrado y únicamente pudimos pasar para alimentar a las criaturas, fuera de eso, no pudimos convivir plenamente con ninguno de ellos.

¡Apenas y pude desearle una feliz navidad a Haru-chan!

Aunque mis pingüinos se arremolinaron a mi alrededor en cuanto entré con su comida, gracias a lo cual pude desearles feliz navidad a todos y cada uno de ellos. Gou-chan me regañó por quedarme en esa zona durante mucho tiempo pero ¡vamos! No pude evitarlo.

—Como sea, ahora al menos evita llamarme Gou. Es Kou.

Lo que digas, Gou-chan.

—¡Kou!

Al salir del acuario rumbo a casa, estaba planeando comprar algo de comida en el camino y sentarme frente al televisor para ver los programas navideños que se estuvieran exhibiendo por la temporada, pero sorprendentemente Rei-chan me invitó al parque central, en donde encenderían el gran árbol de navidad que se había montado días atrás.

—Iríamos sólo para ver las luces —me dijo desviando la mirada—. Dicen que es un bello espectáculo por lo que pensé que sería buena idea ir a verlo.

No pude negarme después de eso. No me hubiese negado de ninguna forma, siendo sincero.

Pasamos a comer en un pequeño puesto callejero para después ir caminando a nuestro destino. Afortunadamente, ambos salimos muy bien abrigados de nuestras casas, por lo que no pasamos demasiado frío cuando empezó a oscurecer, a pesar de que empezó a nevar levemente. Llegamos al parque al anochecer y ya había una multitud de gente reunida, especialmente parejas y unas cuantas familias, esperando que el árbol se iluminara. Yo estaba tan concentrado en el gran reloj holográfico que se veía por encima del árbol, ansioso por la cuenta regresiva cuando sentí un calor agradable en una de mis manos; confundido miré hacia mi extremidad sólo para asombrarme al ver la mano de Rei-chan sobre la mía, sosteniéndome dudosamente.

—Ha-hay mucha gente, y no sería bueno si nos separáramos —mencionó en un murmullo—. Sería problemático, ¿verdad?

Tanto él como yo sabíamos que era una simple excusa pero ninguno de los dos quiso agregar algo más a la conversación. En lugar de eso, simplemente acomodé mi mano en una mejor posición y entrelacé mis dedos con los suyos mientras le sonreía. No sé por cuánto tiempo nos quedamos mirando fijamente después de eso; de lo próximo que fui consiente fue del conteo regresivo para la iluminación del árbol de navidad, conteo en el cual me emocioné gritando cada número que iba apareciendo en el holograma, y cuando llegó a cero, tuve que darle la razón a Rei-chan.

Realmente fue un espectáculo hermoso. Digno de ser admirado. Imposible de describir. Me encontraba ensimismado observando el show de colores que se desplegaba ante nosotros cuando una voz me susurró al oído:

—Feliz navidad, Nagisa-kun.

Feliz navidad, Rei-chan

¡Esta noche es para amar!*

—¿Podrías no arruinar el momento con esa canción, por favor?

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29 de diciembre de 2XXX

Me pregunto si Haru-chan tiene frío.

Es decir, ¡estamos en pleno invierno! La temperatura ha descendido considerablemente al grado de que ha empezado a caer nieve. El aire a nuestro alrededor se siente helado y la sensación térmica del agua de Haru-chan parece que fuese hielo derretido ¡incluso hay algunas partes ya congeladas!, sin embargo, él parece no inmutarse demasiado por la temperatura tan baja y sigue con su rutina habitual.

Se ha registrado el mismo nivel de actividad y movimiento en su día a día, pero hay veces en que su nivel de movimiento es igual al de una roca, lo que nos ha hecho pensar que es muy probable que sea un ser hemeotermo, es decir, que consume energía química de sus alimentos y regula su temperatura independientemente de la temperatura de su medio; termorregulación, vaya. Eso justificaría el hecho de no necesitar ejercer demasiado movimiento corporal para obtener el calor necesario como una forma de adaptarse a las heladas temperaturas. Sin embargo, el verlo inmóvil en el fondo helado se su piscina hace que miles de pensamientos poco positivos inunden mi cabeza; no puedo evitar preocuparme.

¡Incluso he llegado a pensar que su inactividad se debe a que está enfermo o sufriendo de hipotermia! Por lo que he tenido que entrar corriendo al agua para darle auxilio en repetidas ocasiones, sólo para salir disparado poco después porque Haru-chan se revitaliza en segundos con toda la intención de atacarme.

—¡Nagisa-kun! ¿Qué crees que haces? —Rei-chan no deja de gritarme a cada tanto—. No es prudente que te metas a la piscina en esta temporada, en primer lugar, la temperatura del agua es demasiado baja para nosotros y no tienes un repuesto de ropa limpia a la mano, y en segundo lugar, sabes perfectamente que Haruka se muestra agresivo cada vez que intentamos entrar en su alberca, ¡por favor, deja de hacerlo!

Y aunque en esta ocasión admito que Rei-chan tiene toda la razón, me es imposible el no preocuparme y acudir en su ayuda.

Después de una plática seria sobre ello, regulamos un poco la temperatura del agua con ayuda de un regulador térmico que no sabíamos que tenía instalada la piscina y del que Goro-chan nos comentó hace poco. Gracias por guardar información vital al personal autorizado, Goro-chan.

Sí, eso fue sarcasmo.

Por otra parte los días han estado muy nublados lo que ocasiona que sólo una limitada cantidad de luz del sol se cuele entre las nubes, y hemos observado que las pupilas de Haru-chan se han dilatado considerablemente, dándole una mirada casi humana. Casi.

Pero eso implica que nuestra teoría sobre la dilatación y contracción de sus pupilas es cierta lo cual nos hace pensar que su visión es mucho mejor que la de nosotros y que probablemente hace uso de ella en las partes profundas del océano, donde la luz del sol se vuelve escasa conforme se desciende hacia el fondo.

¿Qué tan profundo vivirán los seiréns? ¿Será que por eso es tan difícil avistarlos? ¿Vivirán a una profundidad tan considerable la cual nosotros no somos capaces de llegar más que por medio de máquinas? Aunque pienso que su morfología sería drásticamente distinta si vivieran tan hondo, en los abismos…

Entonces, ¿qué tan profundo habrá vivido Haru-chan? Es decir, normalmente se la pasa en el fondo de la piscina y nos evita casi todo el día… ¿Entonces qué hacía en la superficie el día de su captura, en donde quedó atrapado por nuestra red? ¿Estaría explorando?

Aún existen tantas cuestiones en torno a los seiréns. Ojalá Haru-chan pudiese hablar con nosotros y contarnos sobre su vida en el mar. A veces se ve tan humano que me gusta imaginar que eso es posible.

Ah, me pregunto si algún día resolveremos nuestras dudas por nuestra cuenta.

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01 de enero de 2XXX

¡Feliz año nuevo!

¡Y vaya forma de recibir el año nuevo! ¡No he dejado de estornudar ni de toser desde antier!

Eso sin contar que todo mi cuerpo está débil y adolorido, además de que siento un calor infernal por dentro y por fuera, pero si me quito las cobijas inmediatamente empiezo a temblar de frío. Todo es tan contradictorio y la cabeza me duele tanto que se vuelve tedioso estar pensando demasiado.

No me gusta estar enfermo. Lo detesto.

Rei-chan dice que me dio fiebre porque pasé varias horas en el hábitat de los pingüinos sin la protección adecuada pero ¿quién se preocupa por la protección adecuada cuando se está conviviendo con pingüinos? Al parecer, Rei-chan lo hace; yo sólo me preocupo por disfrutar el momento y de la compañía de esas tiernas criaturas.

Ah, claro, y él también dice que fue por zambullirme a la piscina de Haru-chan cuando iba en su auxilio, en caso de que estuviera sufriendo de hipotermia, ¿pero quién se preocupa por la ropa adecuada en pleno invierno cuando se va al auxilio de un amigo? Tal parece que Rei-chan sí lo hace.

Obviamente, ya no pude ir al acuario a saludar a todos, y tampoco pude salir a pasear por la ciudad a celebrar el año nuevo. Ni siquiera puedo disfrutar de una película en casa porque mis ojos arden al ver la pantalla. Apenas pude marcarle a mi familia para saludarlos.

Lo único bueno de todo esto es que Rei-chan vino a quedarse a mi apartamento para cuidarme y preparar comida balanceada y saludable, perfecta para una recuperación óptima., según sus palabras. Ni siquiera tuve energías para reñir.

Mis párpados se cierran. Sólo tomaré la medicina y dormiré.

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23 de enero de 2XXX

Es desagradable estar enfermo, pero es insoportable el estarlo durante tanto tiempo.

A pesar de lo mucho que he tratado de cuidarme y de lo pendiente que Rei-chan ha estado de mí, ¡aún no logro recuperarme por completo!

—Nagisa-kun, ¿volviste a comer helado?

Por supuesto que tratar de cuidarse no es sinónimo de conseguirlo. Y menos aún frente a tentaciones tan grandes y placenteras. Rei-chan debería ser consciente de ello.

Algo que se vuelve molesto cuando estoy enfermo es mi familia. Y no lo digo porque tenga algo en contra de ellos, en lo absoluto, sino que se preocupan en exceso por mí; sólo para complacerlos tuve que realizarme un montón de estudios y agendar diversas consultas médicas; creo que estos meses he pasado más tiempo en el hospital que en mi propia casa, todo porque ellos piensan en la posibilidad de que pude haber adquirido alguna enfermedad grave y/o mortal.

Es sólo un resfriado, exageran.

Pero en parte no los culpo, después de todo, mi madre es un médico muy reconocido que trabaja en uno de los hospitales más importantes de Tokio, una de mis hermanas trabaja en el área de investigación en salud a nivel internacional mientras que otra trabaja en el control y la erradicación de enfermedades epidemiológicas post-guerra mundial, tratando de encontrar una cura para enfermedades como la fagocibumosis que es la peor y la más mortal de todas. Ellas a diario tratan con personas con padecimientos graves o mortales, por lo que considero normal que se sugestionen demasiado cuando un miembro de la familia se enferma.

Aunque eso no disminuye la exageración con la que reaccionan al enterarse de que tengo un refrío común, que ha tardado más de lo que me gustaría, sí, pero no deja de ser un resfrío.

Tengo suerte de tener a Rei-chan a mi lado quien se ha vuelto un amigo de la familia y los tranquiliza pasando un reporte semanal de mis consultas y mejoras, descartando cualquier posible enfermedad grave de la mente de todos ellos.

Es como mi ángel guardián. Un ángel muy científico y calculador. Regañón y estricto. Que toma nota de cada movimiento que hago.

—¿Tomaste tu medicamento al medio día, Nagisa-kun? —además de que es como mi agenda médica andante—. Si no lo tomas como fue recetado, el tratamiento no va a funcionar.

Adoro que Rei-chan se preocupe tanto por mí.

—¡Y no debes estar consumiendo bebidas frías, dañarás más tu garganta!

Pero realmente, ya quiero sanar.

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18 de febrero de 2XXX

Descubrimos que Haru-chan es muy territorial. Mucho. Demasiado. Exagerado.

Podría decirse que es mortalmente territorial.

Rei-chan y yo ya lo sospechábamos pero Haru-chan quiso dejárnoslo muy en claro. Para nosotros ya no era nuevo que Haru-chan sólo nos dejara tener un mínimo contacto con el agua de su alberca. Podíamos meter los brazos en el agua para comprobar la temperatura a la que estaba o meter algunas herramientas para su limpieza. No más.

Y eso, viniendo de Haru-chan, es un gran logro.

Numerosas mañanas Rei-chan y yo encontrábamos pájaros, ardillas, conejos y demás animales pequeños muertos en los alrededores, lo que nos desconcertó un poco al estarse volviendo tan habitual. Al principio pensamos que todo ello podría deberse a algún químico utilizado al aire libre que estuviese dañando la salud de las criaturas de forma grave, pero era muy extraño que todos ellos aparecieran muertos sólo en torno a la alberca de Haru-chan. O así lo pensamos hasta que observamos detenidamente los cuerpos sin vida: algunos aún estaban levemente mojados, y mas encima tenían numerosos rasguños y pedazos de piel o plumas arrancadas con violencia. Fue ahí que sospechamos la razón, así que tuvimos que comprobarla.

Todo un día entero, Rei-chan y yo nos quedamos observando de lejos el área que pertenecía a Haru-chan. Sí, había un gran número de animales que había creado su nido debido a la vasta vegetación que circundaban la piscina del seirén, hasta ahí no había ningún problema; la complicación empezaba cuando alguno de los seres se aventuraba para refrescarse o a beber agua de la alberca de Haru-chan.

Fue cuestión de segundos para que una avecilla fuese jalada hacia el fondo y luego aventada con fuerza hacia el exterior, ya muerta y casi desfigurada. Horas después le siguió un pequeño zorro, e incluso después de eso fue el turno de una serpiente.

Ninguno de los cadáveres presentaba mordidas; Haru-chan no los comía, ni siquiera los probaba. Solamente los mataba y el cuerpo era alejado de su piscina. Estaba marcando su territorio de la forma más brutal posible.

Tuvimos que espantar y desalojar a todos los animales que pudimos de las áreas verdes que se encontraban más cercanas a Haru-chan para evitar más muertes. Esperamos que con eso hayamos podido salvar la vida de muchas criaturas y tal vez, sólo tal vez, dejar más contento a Haru-chan con su territorio.

De verdad, Haru-chan, deberías aprender a compartir.

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27 de febrero de 2XXX

Ahora que he estado totalmente recuperado (¡por fin!), he aprendido a medir los límites que me impone Haru-chan.

Muchas veces pienso que, en vez de yo entrenarlo a él, como lo haría con una orca o un delfín, es él quien me entrena a mí.

Hoy, mientras Rei-chan salía para atender algunos asuntos, me sentí valiente así que me aventuré a meter mis pies en el agua de la alberca de Haru-chan, pisando firmemente la enorme roca que tenía por suelo. Fui lo más silencioso que pude pero creo que ni todos los cuidados del mundo serán suficientes para los finos sentidos de Haru-chan porque al instante siguiente él ya estaba sacando la cabeza del agua, flotando a una distancia considerable de mí.

El hecho de que Haru-chan asomara sus penetrantes ojos azules sólo lo hacía lucir más intimidante.

Sin embargo, no hizo nada más, sólo me observó. Lo cual me pareció extraño.

Anteriormente, si yo hubiese osado meter un solo brazo en el agua, Haru-chan se hubiese lanzado directamente hacia mí con el claro propósito de atacarme. Me tranquilicé al ver que ahora se mantenía calmo al verme ingresar en su territorio.

Inhalé una gran cantidad de aire y la dejé salir poco después para darme valor; luego, di un paso hacia adelante, atento de cualquier signo de enojo por parte de Haru-chan.

Pero él seguía quieto, observando.

Di otro paso, y otro, y otro, y otro. El agua ya me llegaba por encima de las rodillas y Haru-chan seguía tan quieto como en un principio. Hasta parecía que se había transformado en una estatua.

Un poco más confiado, avancé unos cuantos pasos más hasta que el agua me llegó a los muslos y sonreí al ver que Haru-chan no reaccionaba de forma agresiva.

Mi sonrisa en este punto era muy notoria, mas no quise reír ni hacer un movimiento brusco que lo provocara. Si a Haru-chan le hubiese entrado por atacarme en ese momento, seguramente yo no habría tenido el tiempo suficiente para escapar. Hubiese sido mi fin.

Frente a él, cualquier cuidado era poco.

Di un paso más buscando que la profundidad aumentase un poco y me congelé.

Pude oír claramente los gruñidos que Haru-chan hacía.

Retrocedí ese paso y los gruñidos cesaron. Todavía me observaba fijamente.

Bien, pensé, es un gran avance. Así que en lugar de moverme hacia el frente, me moví hacia los lados. Haru-chan seguía quieto. Una vez que vi que no tenía una mala reacción, comencé a realizar movimientos más fluidos lo cual no pareció perturbar a Haru-chan.

Hundí mi cuerpo en el agua para ver su reacción y al verlo tan inmóvil como siempre, lo entendí. Ésa era el área, dentro del territorio de Haru-chan, a la cual yo tenía acceso.

Casi brinco de alegría al salir de la piscina.

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20 de abril de 2XXX

Después de contarle a Rei-chan mi experiencia y de insistirle muchas veces que lo intentara, ¡Rei-chan por fin se animó a ingresar al territorio de Haru-chan!

Los sentidos de Haru-chan siguen sorprendiéndome pues a pesar de lo cuidadoso que fue Rei-chan al entrar, Haru-chan estaba asomando la cabeza poco después de que metiera los pies en el agua.

Para no hacer el cuento largo, el agua de la piscina cubrió hasta las rodillas de Rei-chan antes de que Haru-chan le gruñera.

Fue claro. Hasta ese punto era el territorio al cual Rei-chan tenía acceso.

¡Qué emoción! ¡Estamos en camino a ser una manada!


Esta noche es para amar*: Versión adaptada al español de la canción Can you feel the love tonight? que sale en la primer película del rey león, de Disney, cuando Nala y Simba se vuleven a ver después de mucho tiempo.

Disculpen estar agregando de vez en cuando referencias de otras series, películas y/o compañías que, de paso cabe aclarar, no me pertenecen.

¡Gracias por leer y llegar hasta aquí!