NO SOY DUEÑO DE INUYASHA

LA MALDAD NO SE ME QUITA? NO SABEN CUANTA RAZON TIENEN.

PARA USTEDES CON TODO MI AMOR CAPITULO CORTITO PERO SUCULENTO

CAPITULO 21

Madrugada del día seis 0:15 hs.

Sesshomaru ya se había cambiado de posición tres veces, quería verse relajado a los ojos de la mujer, pero estaba fracasando estrepitosamente. Se sentía bastante nervioso, no es como si fueran a aparearse esta noche o si?

Solo deseaba descubrir más de la carne tierna de Kagome y disfrutar de su cercanía…Pero su corazón latía fuerte, estaba muy ansioso de tenerla junto a él. Por supuesto siempre hasta donde ella lo permitiera, por Kami qué difícil se volvía todo esto. Finalmente recostado hacia atrás en sus enormes almohadas decidió leer un libro. Eso siempre lo calmaba. Acomodando un mechón de plateado cabello detrás de su oreja comenzó a leer, el tiempo voló y su corazón se fue calmando apenas, minutos después, el sonido leve de la puerta abriéndose lo sacó de su lectura, Kagome ingresó a la habitación y Sesshomaru se quedó sin aliento. Ella se veía tan sensual, un pijama rosa de seda de dos piezas, blusa de tirantes y pantaloncillo. Dejaba ver sus hermosas curvas, pero no demasiado. Era exactamente lo que a él más le gustaba la sugerencia de que algo no demasiado evidente era delicioso, de nuevo venía a su mente el envoltorio de un delicioso bombón de chocolate. Desenvolverlo…ver el brillo del chocolate bien templado, saborear, mientras se funde delicadamente en la boca y alcanzar el corazón de un exótico relleno….Mmmm la boca se le había llenado de saliva. Su instinto depredador estaba despierto, la bestia rasguñaba detrás de sus ojos salpicándolos de color sangre.

"Es deliciosa…"

"Hn…Bestia…"

"Lo sé, despacio…"

"Hn."

La joven lo vio recostado en la cama con su cabello detrás de la oreja, una rodilla doblada y un libro en sus manos, mirándola con los ojos bien abiertos y brillantes, se veía como una escultura hermosa, sus manos sudaban de deseo por tocar esa piel pálida y esos músculos hinchados…Ese rostro tan bello para un macho, y era para ella, pero…Estaba un poco temerosa…Vamos, después de todo es Sesshomaru, el Señor del Oeste, el macho youkai más poderoso y se mantiene allí, relajado esperando por ella…En la cama. Calmar su corazón era ya una hazaña, imposible o casi, no podía dejarse llevar tan fácilmente, o si?

-"Kagome…"

Su voz seductora estremeció la piel de la mujer, sus vibraciones le acariciaron las entrañas. Como cosquillas, pero muy sensuales.

-"Sí, en seguida voy"

Muy lenta y delicadamente, se subió a la cama. Sesshomaru dejó el libro sobre la mesa de luz, y se mantuvo inmóvil en su lugar. Ella se apoyó en una almohada y se mantuvo mirándolo sin decir nada, Sesshomaru subió la sábana y le cubrió las piernas hasta la cadera.

-"Quiero disculparme por el malentendido de esta tarde…Lo último que deseo es herirte u ofenderte, Kagome. Pero la idea de que te entregaras a mis caricias porque no tenías alternativa o por… Lo lamento mucho"

El Daiyoukai acariciaba el cabello de Kagome y de vez en cuando rozaba su mejilla con el revés de los dedos

-"Está bien. Si lo pienso un poco ambos estamos heridos por nuestros antiguos pretendientes o pretendidos…Yo también desconfiaría de mi sombra…"

-"Aún te hieren las acciones del mestizo…"

-"Ponte en mi lugar"

-"No puedo, o mataría a mi medio hermano"

-"Si Kagura regresara…Me preocupa…Ella es youkai, yo solo un ser humano"

-"No regresará."

-"Ya oíste a mamá, está merodeando el palacio, y puedo asegurarte que no es a mí a quien busca"

-"Esa manera de responder…Es un sentimiento que Kagura demostraba a menudo, celos… Estás celosa mujer?"

-"Kagura celosa? Y dices que no te buscará?"

-"Los celos en poca magnitud son buenos"

-"Tal vez"

-"Estás celosa, me siento halagado"

-"Inuyasha actuaba como loco ante los avances de Kouga. Muchos celos ahogan"

-"El lobo avanzó hacia ti?"

-"Lo intentó pero…Inuyasha siempre se interpuso y además él no me atraía de esa manera"

Un gruñido involuntario envolvió la habitación

-"Estás celoso? Me siento halagada"

Touché él sabía que se lo merecía, en su intento de poner un poco de humor en el momento, simplemente se desbocó y provocó la respuesta contundente de la joven. Tomó nota de interrogar a Kouga y al mestizo ni bien llegaran al Oeste.

-"Basta de ellos. Yo no deseo pensar más en ellos. Kagura fue y ya no será más. Me gustas tú, quiero saber más de ti. Quiero descubrirte…"

-"Pues aquí estamos y me siento muy extraña. De verdad cuesta creer que hayamos llegado a este punto."

-"A qué te refieres con eso"

-"Pues el poderoso Sesshomaru y la Shikkon Miko…"

No le permitiría terminar esa frase, hablar de sus ex los había deprimido un poco, no porque aún tuviesen sentimientos por ellos, pero las vivencias…Los habían marcado bastante. Ahora estaba allí, estaban enamorándose y tenían temor de que algo les arruinara el momento, el Lord Occidental no lo aceptaría definitivamente no.

Esta mujer era para él, le gustaba, lo excitaba, la necesitaba y deseaba desesperadamente hacerla suya, aún así quería ser lo mismo para ella. Complicados, y enigmáticos humanos.

Kagome se había recostado sobre su vientre, mirando hacia la ventana, la charla no ayudaba, era ahora o nunca, Sesshomaru apartó la sábana y comenzó a recorrer la espalda de la joven con tres garras, ella simplemente se relajaba.

-"Te agrada eso?"

-"Mmm. Se siente maravilloso"

En ese momento las garras del Inu se engancharon en la suave tela del pijama

-"Oh! Lo siento la tela se…Desgarró"

-"No importa, espera, me lo quitaré"

Sentada en la cama sólo lo deslizó sobre su cabeza, Sesshomaru frente a ella la observaba embelesado. Ambos esperaban el movimiento del otro. Kagome se recostó sobre su vientre una vez más. El Inu se recostó a su lado y continuó con sus caricias. Sesshomaru observaba cómo reaccionaba la piel de la joven a sus toques y caricias. Le divertía mucho ver los pequeños bultitos de la piel erizada al paso de sus garras. Era una interacción muy erótica. Kagome respiraba profundamente y de vez en cuando exhalaba una especie de gemido de placer ante los que el Lord, respondió con leves besos sobre la piel. Al sentir sus besos Kagome comenzó a sentir que su calma iba desapareciendo transformándose en necesidad.

El aroma dulce y fresco de Kagome se entremezclaba con especias embriagando al Inu y a su bestia

-"Eres tan hermosa…"

La voz sensual del poderoso macho excitaba a la mujer mucho más

-"Dime lo que te gusta, Kagome"

La hermosa voz se teñía de gravedad, la bestia participaba de las demostraciones de afecto

Ella escuchó extraña su voz y se giró a verlo. Hermoso como era sus ojos cobraban una intensidad mil veces mayor, alrededor de sus pupilas, un sol rojo decoraba los dorados orbes

-"Sesshomaru?"

-"Ambos estamos aquí para amarte, Kagome"

De inmediato ella comprendió. Sonrió a su esposo y le demostró toda su confianza dándose la vuelta y se relajó para que el Inu y su bestia continuaran con sus masajes cariñosos.

-"Todas tus caricias"

Sonriendo Sesshomaru volvió a besar su espalda y sus hombros

-"Y tus besos"

Llegando a su cuello, el Inu alzó su cabello exponiendo la nuca y el costado del cuello. Inhalando profundamente observó la piel rozagante y tentadora.

-"Ves algo que te gusta Mi Lord?

Juguetona provocaba la sonrisa depredadora del macho ahora más que excitado. Lentamente Sesshomaru se agachó y comenzó a dar pequeños chupetones en su cuello y a lamer, a saborear la dulce piel. Las respiraciones fuertes y pequeños siseos de la mujer provocaban a la bestia que sin ningún cuidado dio vuelta a Kagome dejándola expuesta a sus fauces hambrientas.

-"Me gusta todo lo que veo"

-"A mi también"

Los besos cada vez más profundos, las lenguas batallando por el poder, pequeños mordiscos y el dulce sabor de la sangre…

Apartándose de ella la miró, de su labio goteaba un hilo de sangre. Sus colmillos afilados habían tomado cuenta del carnoso labio inferior de la mujer. Ella lejos de preocuparse estaba jadeante, con sus ojos cerrados y la boca hinchada pidiendo más.

Una garra del Inu recorría su labio cortado, Kagome tomó su mano y llevó ese dedo a su boca chupándolo y mordiéndolo apenas.

-"Miko…No podré contenerme"

Kagome abrió los ojos liberando su mano

-"Bésame, de nuevo Sesshomaru"

Y así lo hizo, colocándose casi sobre ella la besaba con toda la pasión que tenía dentro. Sus manos se apartaban de los lados de la mujer tomando sus pechos redondos, acariciándolos con pasión y ternura. La mujer se arqueaba en contra de su pecho, su instinto lo guió a llevar su boca a los dulces bocados que coronaban esos pechos. Lamiendo, succionando y mordiendo, Kagome gemía con desesperación y se aferraba a los cabellos del Lord. La mujer mordía el revés de su mano para no hacer ruido, pero el placer era demasiado y su sangre inundó su boca. El olor metálico y floral le llenó las fosas nasales a Sesshomaru, que se detuvo de inmediato.

-"Estás sangrando…Dónde?"

Sesshomaru tomó la mano de Kagome y la miró. Las marcas de los dientes de la mujer se hundían en la carne de la mano.

-"Veo que no solo los youkai tenemos buenos dientes"

Kagome sonreía.

-"Mi saliva es curativa, permíteme…"

Lamiendo la mano las heridas se iban cerrando

-"¿Qué tratabas de hacer Kagome?"

Ella se veía muy colorada, avergonzada

-"No quería que mi madre nos oyera…"

Sesshomaru la miró y asintió. Para él no tenía importancia si lo oían o no, pero sabía que Kagome era muy tímida y él deseaba que ella se relajara en sus brazos y disfrutara sin sujetarse, dejándose llevar. Lo mejor por el momento era intentar descansar, y dejar los descubrimientos, íntimos para después. Mañana los invitados regresarían a Japón y la soledad les permitiría retomar sus actividades románticas, y la isla reclamaría a sus dos ocupantes para disfrutar de sus exóticos misterios…