NO SOY DUEÑO DE INUYASHA.
CADA COMENTARIO ES ESPECIAL. LAMENTO LA DEMORA…
MI MENTE FUERA DE CONTROL…COMO LA BESTIA
CAPITULO 23
En el Oeste el Helicóptero aterrizó sin novedad. El grueso de la manada estaba en el salón desayunando, eran las ocho y media, los mayores desayunaron proteínas abundantes y bastantes frutas secas. Era el comienzo de los entrenamientos así que deberían prepararse física tanto como espiritualmente para lo que imaginaban iba a ser una guerra muy complicada.
Al ingresar al palacio Danaka y Noriko fueron recibidos por el segundo general, un gran youkai oso, mano derecha del tigre que manejaba todos los asuntos de seguridad en su ausencia.
-"Danaka San, Noriko San, sean bienvenidos"
-"Gracias, Chùsei (lealtad). Alguna novedad…"
El kuma asintió, pero no dijo palabra, Danaka comprendió que tenía cosas que decir, mas no podía si no era en privado
-"Vamos al despacho de Sesshomaru Sama"
-"Hai, enseguida"
Noriko dejó sus maletas se aseó y se cambió. Luego se dirigió al salón, los menores se habían retirado para cumplir con sus diversas actividades y los mayores discutían acaloradamente
-"Nada hay que podamos hacer, hasta que regrese Sesshomaru"
-"Por eso insisto en que comencemos el entrenamiento ahora, ¿No habíamos quedado en eso?"
-"Sí, bueno, pero recién llega Danaka y yo quiero saber"
Noriko ingresaba al salón y tomaba su lugar
-"¿Qué es lo que quieres saber, Inuyasha?"
-"Nori san, yo…Cuándo regresa culo Sama?"
-"Inuyasha, no deberías dirigirte así a tu alfa"
-"El idiota no está aquí de todos modos…"
-"Eso no quita que le faltas el respeto frente a toda la manada y el personal"
-"Si bueno, me da igual…Y…Cómo va todo en la isla"
Intentaba no parecer demasiado interesado, pero fracasaba vilmente
Kikyo muy molesta respondía por él
-"Es que Inuyasha no ha podido superar que su hermano se haya casado con Kagome"
-"Eso no es cierto…Además ella no tuvo opción, si ella hubiese podido elegir, otra habría sido la historia"
-"Justamente ella no pudo elegir, por tu culpa, si no lo recuerdas"
-"Cállate Kikyo!"
El mestizo se sentía miserable, era su culpa, todo era su culpa y encima de todo, su corazón estaba revuelto desde que la vio salir del pozo. La daga hirviente que se le clavó en el alma al ver como Sesshomaru la apartaba de él…Sin siquiera permitirle verla a los ojos y pedirle perdón. Estaba confundido, culpa, o amor…No tenía idea. La manera en que se tocaban en la isla, la armonía entre ellos, se sentía enojado.
Noriko imaginaba los sentimientos de Inuyasha, esperaba que no fuese ese amor malogrado de Edo, porque veía tan feliz a Kagome, que no le permitiría a Inuyasha arruinarlo de nuevo, esta vez no. Decidió adelantarse a los acontecimientos y revelar algunas de las cositas que compartieron con la pareja de Occidente
-"Los Señores del Oeste están muy bien. Hemos disfrutado…Varios paseos y actividades muy placenteras…"
Ninguno parecía poder articular palabra, Sango estaba exaltada, ella realmente y Miroku, estaban felices
-"Ah es bueno saberlo Nori San, Kagome necesitaba encontrar su lugar"
-"Sí, Sango querida, Kagome está muy bien realmente, es una mujer plena. Espero tener algunos nietos pronto"
Inuyasha se atragantó con unas nueces. Y se hizo acreedor de las miradas más penetrantes.
-"Keh! Para eso tienen que hacer ciertas cosas que no creo que Sesshomaru sea capaz de lograr con ella"
-"Yo no estaría tan seguro Inu Chan. Ellos realmente se llevan bastante bien"
La cólera inundaba al mestizo, no quería imaginarse a esos dos revolcándose en la cama. El solo pensamiento lo volvía loco
Danaka había terminado su charla con el kuma youkai, ya en el salón, se sentaba en su sitio a beber un poco de té
-"Noriko San, no creo conveniente hablar de los asuntos privados de los Señores del Oeste"
-"Los muchachos querían saber"
Kikyo se disculpó parar retirarse
-"Los muchachos no. Inuyasha. Con permiso"
Inuyasha tiró su servilleta contra la mesa y salió detrás de ella. Al quedar solos nadie dijo una palabra esperando que el tora dijera algo, si es que tuviera algo que decir.
-"Lo único que sé, es que el Oeste tiene sus Señores y ellos están muy bien"
Con esas palabras, la manada a entrenar, se fue retirando hacia el dojo del palacio.
Danaka y Noriko quedaron solos en el salón
-"¿Qué piensas que sucedió entre ellos Aki San?"
-"No lo sé, pero he visto muy feliz a mi Señor, así como también más enfurecido de lo que jamás imaginé verlo antes…"
-"Eso es bueno, no? Quiere decir que él ama a Kagome"
-"Supongo que sí, pero eso también es un arma de doble filo."
-"No comprendo"
-"Lady Kagome parece ser lo más importante en la vida de Mi Lord, al punto de perder el objetivo por felicidad o por odio, Sesshomaru siempre ha sido un macho equilibrado…Si algo le sucediera a Kagome o lo de ellos se viese afectado por algo, de alguna manera…La vida cerca de Mi Lord sería realmente imposible. Si en el pasado, en Edo era difícil. No quisiera pensar lo que sería ahora"
-"Te parece?"
-"Si. Y me preocupa…Sesshomaru se ha adaptado a los tiempos en los que ha vivido, ha evolucionado, como todos nosotros, demo…Él no ha cambiado, siempre será el mismo Sesshomaru Taisho, y eso es muy peligroso"
-"Es verdad…No ha cambiado…Sólo se ha adaptado…"
-"Deberemos confiar y apoyarlos cuando regresen. Es la primera vez que lo veo tan interesado en una hembra. Eso debería jugar a su favor. No temas Noriko, todo estará bien"
Una utopía pensar en eso. Es sabido que es mejor matar a un animal salvaje, que dejarlo herido. Sesshomaru herido era algo en lo que no querían pensar. El amor, duele, hiere, y a veces mata…El Señor del Oeste parecía estar enamorado por primera vez en su larga existencia. Inuyasha estaba fuera de control, Kagome estaba en el medio, Náraku y Perla Tama, el concejo y el asuntito de Kouga. Danaka se frotaba las sienes.
Sería bastante entretenido vivir en el palacio los próximos mil años…Por Kami, se sentía tan cansado…
En Tokio, Náraku se la pasaba de reunión en reunión. Kagura sentada a su lado bostezaba y se aburría. Esa era la manera de Náraku de mantenerla controlada, no podía seguir perdiendo dinero en la "Excentricidades" de su esposa, excentricidades por supuesto que enmascaraban su búsqueda del Señor del Oeste. Cada reunión del mestizo infernal, terminaba con más y más aliados para su causa, el hanyou se estaba fortaleciendo demasiado.
Kouga estaba teniendo problemas en el Norte con sus oficinas y estudios de abogados y asuntos legales. Trabas aparecían a sus documentos y resoluciones que no entendía cómo lograban poner en jake sus casos legales y juicios ganados, estaba teniendo que reveer cada uno de ellos. Lo cual era un gran problema, entre ellos estaba el acta de matrimonio de los Señores del Oeste. El Ookami estaba en camino al Palacio de la Luna, él era el encargado de manejar los asuntos legales de los Señores Cardinales y especialmente de las empresas Taisho, y Taisho Higurashi. Esperaba que Sesshomaru estuviera pronto a regresar. De vez en cuando pensaba también en Kagome.
-"Mi Mujer…Já. "
Ahora casado con Ayame se sentía pleno, realmente estaba enamorado de ella, Kagome había sido su amor más puro, pero no había sido más que un amor platónico. O casi… Pero Ayame, era su mundo. Cuando Inuyasha regresó de la isla se veía muy afectado por el acercamiento de Kagome a Sesshomaru.
-"Qué mierda pretendía ese aliento de perro sucio, que ella lo siguiera amando por toda la eternidad? Después de lo que le hizo? Maldito imbécil, ojalá Sesshomaru le rompa la cara"
Manejaba a gran velocidad, pero muy seguro ya que sus instintos Ookami lo mantenían lejos del peligro, si sentía ganas de ir despacio iba despacio, si rápido, iba rápido. Su Ferrari rugía por la carretera casi llegando al palacio.
-"Ah por fin, la entrada "
Los portones reaccionaban al youki de los aliados del Oeste, se abrían automáticamente y luego se cerraban formando de nuevo la barrera de protección.
A su llegada lo esperaba en la explanada el youkai kuma
-"Bienvenido Kouga Sama, adelante"
-"Gracias Chùsei San, necesito hablar con Danaka de inmediato"
-"Está entrenando en el dojo"
-"Yo sé cómo llegar"
-"Hai, pase Lord Kouga"
Reverencias de por medio, el lobo apuraba el paso, necesitaba solucionar de inmediato este gran problema que se estaba por materializar sobre la Casa de Occidente.
En la sede del concejo, Náraku horadaba la credibilidad de los Taisho una vez más
-"Y como dije antes, nadie sabe a ciencia cierta si el Señor Taisho y la Señora Higurashi están o no vinculados o solamente se trata de una situación ficticia para apoderarse de los bienes Higurashi. Es de conocimiento general, que la Señora Higurashi, es la Shikkon No Miko y sería una gran adquisición para el Oeste un aliado de esas dimensiones"
-"A dónde quiere llegar con todo esto Señor Onigumo"
-"A que el Señor Taisho y llámese en general la casa del Oeste desea Intimidar a este concejo presentándose como el exponente más poderoso de los tiempos actuales…Y por consiguiente, un enemigo en potencia, y de los más peligrosos y poderosos de esta era…"
En murmullo de la sala era ensordecedor, los señores cuchicheaban y susurraban preocupados, todos sabían que el Señor del oeste era el Daiyoukai más poderoso después de Touga Taisho, el Inu no Taisho y Kagome era la Shikkon No Miko, la mujer más poderosa, capaz de viajar en el tiempo, protagonista de innumerables aventuras y de derrotar al "antepasado" de Náraku Onigumo y era muy alarmante pensar en tenerlos juntos a la sacerdotisa de Shikkon y a Sesshomaru en el mismo equipo. Los ancianos le debían lealtad a Touga Taisho, en vida había hecho demasiado por ellos, debían intentar defender a sus herederos
-"Eso es verdad, Onigumo San, pero pesar de los siglos que Inu No Taisho lleva fallecido, Jamás hemos tenido un solo problema causado por la Casa de la Luna o sus herederos. Atacarlos por algo que no han cometido, o por el simple hecho de emparejarse a una mujer humana, Miko o no, no es causal de reprimendas por parte de este concejo"
Naraku alzaba los brazos y trataba de impresionarlos, Pero esto iba a ser más difícil de lo que imaginaba. Aún así seguiría intentando…
En la isla…
Kagome soñaba la vida entera de Sesshomaru su youki no le daba la paz de descansar como ella necesitaba, era diferente a lo usual en los apareamientos youkai-humano, eran youki y reiki a flor de piel. Sesshomaru se sentía bastante abrumado por los sentimientos agolpados de su hembra, si bien ella no lo había marcado, su reiki había penetrado lo suficiente para darle una buena idea de los sentimientos y sensaciones encontradas a los que los humanos estaban acostumbrados a sentir, pero los youkai y en especial él, no. Hacía sólo unos minutos que se habían apareado por primera vez. Ya sentía la necesidad de unirse a su mujer nuevamente, el desgaste que había tenido, jamás supo que fuese posible, no con alguna de las hembras que pasaron alguna vez por su cama, ésta, su mujer, era la única con quien casi había caído inconsciente, la unión del reiki con su youki había sido una sensación increíblemente poderosa y muy abrumadora. Estaba más que feliz, se había unido a la única persona que lo satisfacía completamente, aunque por su naturaleza poderosa y fuerte sin igual, él siempre deseaba un poco más. Dormida como se veía, se notaba su lucha, las energías intentaban alinearse, pero el poder era demasiado, contenido en un ser humano, aunque el más poderoso, humano al fin.
-"Kagome…"
-"Mmm?"
-"Kagome, despierta princesa…"
Ella abrió los ojos. Sonrió de inmediato a los dos soles que le calentaban el alma.
-"Sesshomaru…¿Qué sucede?"
-"Estás teniendo una fuerte lucha interna, mi youki intenta someter a tu reiki, tal vez en forma de pesadillas"
-"No. Sólo experimenté lo que creo que fue tu vida hasta hoy, es tan intenso…"
El Inu la miró por un momento, ella soñolienta se acurrucaba en su cuello, como buscando consuelo. Todo aquello que Sesshomaru vivió y sintió en su vida había pasado frente a sus ojos y tocado su alma. Kagome había comenzado a comprenderlo como nunca nadie lo hizo. Sesshomaru la estrechaba contra sí, ella temblaba y estaba cubierta de sudor.
-"Deberás marcarme, para equilibrar nuestras energías, Miko"
-"Kagome… horrible costumbre que tienes de llamarme Miko"
Apenas susurraba, el Inu captaba todo a su alrededor, el explosivo carácter, parecía querer regresar a su pequeña mujer, una sonrisa se dibujó en su rostro. El Daiyoukai acariciaba su cabello y el costado de su rostro. Era tan hermosa, sus ojos dorados recorrían el curvilíneo cuerpo de Kagome, se veía tan suave, se sentía tan suave…El hermoso y armónico cuello, coronado por una tremenda marca de mordida rodeada de abundante sangre seca, en los pechos y hombros chupetones, rasguños y pequeños hilitos de sangre, en las caderas…La marca de sus garras alterando la blancura de su piel. Aquellos vestigios de pasión lo sacaron de su sueño erótico de golpe. Se sintió abofeteado, herido en lo más profundo de su ser… Los ojos continuaron su viaje hasta la entrepierna de la mujer, los muslos internos mostraban algunos moretones y cáscaras de sangre seca…Se sentía miserable…Ella después de todo era un ser humano, debió controlarse mejor. La bestia gemía con la cara apoyada en el suelo y sus orejas bajas, los ojos llorosos por haber herido a su pareja, Sesshomaru acomodó a Kagome e intentó levantarse, pero ella lo tomó de la muñeca
-"Aún tengo que marcarte, Youkai"
Sesshomaru sonrió y se volvió a verla. Kagome rodaba un poco, se estiraba y bostezaba, las pieles debajo de ella le recordaban a sus presas cuando les quita la piel y comienza a devorarlas, el pelo de la piel pegado en costras con sangre, seguramente también debe haber saliva y semen. Su corazón se retorció, pero ella sonreía sin importarle nada. El Inu no comprendía…
-"¿Cómo está tu cuerpo pequeña?..."
Ella lo miraba sonrojada y se cubría con un trozo de seda de la sábana, que parecía rasgada por garras?
-"Mmm. Bien. Sólo algunas molestias, esperables, supongo…"
-"Yo puedo ayudar…Si lo deseas…"
La joven lo observó unos momentos. Para él se sintieron horas, el temor de que ella tuviese miedo de él, lo atormentó hasta helarle la sangre.
-"Estoy bien…Pero, me agradaría un poco más de mimos de Youkai"
Sesshomaru sonrió aliviado, Shimaru en su mente levantó la cabeza y sacando la lengua de costado movía la cola
"Ella nos quiere, nos desea"
El macho se acercaba lentamente a ella y susurraba en su oído
-"Hay muchos mimos de este Daiyoukai, reservados para una Miko llamada Kagome…"
Los intensos besos llamaban a buscar alivio respirando profundamente, Sesshomaru comenzaba a acariciar muy suavemente a Kagome y se acercaba para lamer las heridas abiertas que encontraba, algunas aún sangrantes.
-"Mi saliva es curativa…Relájate"
Ella lo detuvo
-"No."
-"Qué sucede princesa?"
-"Tu saliva borraría mis marcas, yo deseo que se vean. Nadie dudará que soy la Señora del Oeste"
Sesshomaru quedó pensativo. Sus razones eran muy loables, lo llenaban de orgullo, pero sólo ella sabía los dolores o molestias, que estaría atravesando
-"Muy bien, entonces te ayudaré de otra manera, espérame aquí"
El Lord se levantó de la cama, su piel estaba cubierta de moretones compatibles a chupetones y algunos rasguños en la espalda bastante profundos Kagome se miraba las uñas…Llenas de sangre seca. Miraba de nuevo a Sesshomaru, su espada perfecta y sus rayas magenta tan sensuales, su piel blanca…manchada de sangre. Salió del dormitorio sólo él sabía dónde y Kagome se quedó pensando
-"Qué demonios sucedió con nosotros…Estamos todos…Maltratados…"
Los flashes de su apareamiento le llenaban los espacios en blanco. Las mejillas le comenzaban a quemar
-"Oh, Kami…Por poco nos devoramos…"
La sonrisa iba creciendo en el rostro de la joven, ahora era una mujer, una Señora, la Señora de la Casa de la Luna y Sesshomaru era de ella, y ella de Sesshomaru, la emoción la invadió como intentó levantarse para ir en busca de él. En ese instante sus piernas colapsaron, su cuerpo no llegó a golpear el suelo, los fuertes brazos del Lord del Oeste la sostuvieron firmemente
-"Qué intentabas hacer?"
-"Ira a buscarte"
-"Te dije que me esperaras aquí o no?"
-"No me gustan las órdenes…"
-"No te lo ordené, te lo comuniqué, eso es todo"
Sesshomaru la tomó en brazos y la llevó hacia el baño. Había llenado la bañera con agua tibia, jabón líquido y algunas esencias florales, la depositó suavemente en el agua
-"Ahora voy a quitarte esa sangre, solo relájate…Pequeña"
Con una esponja vegetal, y muy suavemente, el Lord fue quitando las costras sanguinolentas de su pareja, ella muy relajada mantenía sus ojos cerrados, sintiendo la esponja y disfrutando de los suaves masajes. El agua completamente roja comenzó a vaciarse. Sobre el sensual cuerpo de kagome el agua de la ducha enjuagaba la espuma rosa y dejaba solamente la piel tersa y pálida. Ella abrió los ojos y se puso de pie lentamente. Tomando la esponja y rociándola con jabón miró al macho desnudo frente a ella.
-"Ahora es tu turno, Mi Señor…"
El corazón del macho dio un vuelco. Las palabras Mi Señor pronunciadas por la dulce boca de su mujer eran muy excitantes. Con gusto ingresó en la enorme bañera y se paró frente a kagome mirándola.
Ella enjabonaba cuidadosamente su piel blanca quitando la sangre y apenas rozando los rasguños y cortes. El Inu disfrutaba de su acicalamiento, cerraba los ojos de vez en cuando, cuando el placer era demasiado. Intentaba mantenerse observando los movimientos de su hermosa esposa.
-"Te duele esto?"
-"Hn."
Tres grandes tajos cruzaba su pectoral, marcas de las uñas afiladas de la mujer en un momento de pasión. Un dolor agradable y placentero, el jabón provocaba un poco de escozor. Pero todo esto era tan erótico…Sesshomaru haría lo que fuera para que este momento durara para siempre.
-"OH, lo siento…"
Kagome besaba las marcas de sus uñas sobre la piel
-"Eso está mejor?"
-"Hn."
Ella sonreía y enjabonaba la cadera ahora. El Inu señalaba su abdomen, musculoso y bien marcado…Kagome lo besaba de arriba abajo.
-"Duele en otro lugar, Mi Señor?"
Sesshomaru sonreía y señalaba su barbilla. Kagome se paraba en puntas de pie y lo besaba por toda la barbilla
-"Mejor?"
-"Hn."
Sesshomaru señaló su boca, La joven de nuevo en puntas de pie, se abrazó al cuello del Inu y lo besó apenas.
-"Listo, estás mejor?"
Sesshomaru mantuvo su férreo agarre sobre su cintura.
-"Aún me duele…"
Alzándola a horcajadas ella instintivamente rodeó sus caderas con las piernas. El Inu la besó con apetito y ella le respondió profundizando el beso. La bestia sentía su corazón estallar. Estaba emocionado y muy excitado. Esta era su hembra alfa y la lucha por su marca había comenzado.
