NO SOY DUEÑO DE INUYASHA

FELIZ AÑO NUEVO LES DESEO LO MEJOR.

PARA USTEDES CON TODO MI AMOR LES REGALO ESTE CAPÍTULO CORTITO

CAPITULO 24

Los besos se interrumpieron por necesidad de aire. Aprovechando el instante, Kagome miró a los ojos a Sesshomaru. Él la veía con una sonrisa de lado y muy contento

-"Te gusta lo que ves Miko?"

La voz gutural y profunda provocó tomar una segunda mirada. El centro de los dorados ojos era de pura sangre, la bestia afloraba a jugar con su pareja, era el momento de su marca o tal vez no, pero ambas partes de Sesshomaru se unían para disfrutar de su preciosa y caliente mujer.

Kagome al notar que la bestia estaba dominando le acarició el rostro y le sonrió de vuelta. El Inu la sostenía de las nalgas y aprovechaba el momento lúdico para apretarlas un poco

-"Hey! No son de juguete!"

La bestia reía divertida y le hundía la nariz en el cuello, luego le susurraba al oído

-"Pero quiero jugar con ellas…"

-"Ah si?"

-"Hn."

-"Y si yo quiero jugar también?"

-"Yo veré cómo satisfacer tus necesidades"

-"De veras?"

-"Hn"

-"Entonces bésame, Sesshomaru"

No se hizo rogar ni un poco, los besos tan intensos provocaban gemidos apenas audibles en Kagome, que enloquecían de pasión al macho hambriento. Sin perder tiempo, el Lord fue llevando a Kagome de regreso a la habitación. De un tirón quitó las pieles manchadas y los trozos de sábana dejando sólo la de abajo que permanecía intacta. Con un bufido las arrojó a la otra punta de la habitación. Recostó a la joven delicadamente en la cama y con mucho cuidado se posicionó sobre ella apoyado en sus brazos y rodillas para mirarla cómodamente

-"Dime qué deseas mi dulce Miko"

-"Yo…No Sé…A ti"

Por supuesto la imaginación le alcanzaba, pero aún la timidez la superaba y todo era tan repentino…

-"Y me tendrás…Cada vez que lo desees, princesa..."

Encaramado sobre su mujer, el Lord Inu, la besaba apasionadamente, su lengua se deleitaba en la carnosa boca de la Señora del Oeste. Ella se aferraba al cuello del macho permitiendo que la invasora acariciara cada rincón de su boca sedienta.

-"Mmmm. Tan exquisita…Y solamente mía…"

Sesshomaru bajaba la boca depositando besos hasta llegar a sus pechos. Apropiándose de ellos los besaba, lamía, mordisqueaba y apretaba, yendo de un lado a otro disfrutando de su suavidad y belleza. Ella gemía y jadeaba en busca de aire, los cabellos plateados fuertemente agarrados. Sesshomaru deslizó sus manos por la espalda de Kagome levantándola hasta tenerla sentada sobre su regazo y poder mirarla echando la cabeza hacia atrás desesperada en éxtasis.

Era la visión más excitante que había presenciado jamás.

Ambos en seiza, ella montada a horcajadas, la boca del Inu recorriendo sus hombros y su cuello. Kagome en necesidad, comenzó a hacer lo mismo. Recorrió cada parte del cuello masculino, besando, lamiendo, mordisqueando levemente la oreja en punta degustando a su pareja hasta que su saliva comenzó a correr por el pecho del Inu.

Ella no sabía qué la movía a realizar semejantes acciones, sólo sabía que lo necesitaba.

Y le gustaba…Demasiado…La bestia extasiada se entregaba a las demostraciones de afecto de la mujer, mientras con sus manos le acariciaba la espalda baja, las nalgas, y las caderas, subiendo sus manos hasta tomar los pechos una vez más. Ella se arqueaba y sentía que el fuego consumía sus entrañas, la humedad de su desesperación corría por su muslo interno perfumando el aire del dormitorio, arrastrando al Daiyoukai a una vorágine sensorial enloquecedora.

-"Te deseo, Kagome…"

Ella lo miraba como podía, y tomando valor se levantó un poco para guiar el enorme miembro del macho hacia su interior, dejándose bajar muy lentamente.

Los jadeos masculinos y los casi llantos de la bestia eran tan eróticos para ella que la motivaban a comenzar a moverse a un ritmo lento pero muy profundo.

Ella respiraba dificultosamente, el dolor no la dejaba definitivamente y Sesshomaru podía darse cuenta de eso. Con sus manos recorría las partes más sensibles de la joven, estimulándolas para que el placer llegara pronto y el dolor se alejara, pero era su segunda unión física, no había manera de que el dolor no fuera parte del dulce momento.

-"Mujer…"

Ellos mantenía la mirada en el otro a medida que los movimientos se aceleraban, Sesshomaru agarrándola de las caderas la ayudaba a moverse a su gusto. Se guiaba por los gemidos de la mujer, y la suave picadura que sentía a medida que las uñas filosas de Kagome se clavaban en su espalda. Él sentía su placer acercarse a pasos agigantados, la estrechez de la hembra lo estaba desesperando, la bestia mordería otra vez. Kagome perdida de placer gritaba ya el nombre del Inu llevándolo al límite, lo que provocó que el macho hundiera los colmillos una vez más en el cuello de la mujer aferrándose a ella como si de ello dependiera su vida, el golpe de youki la llevó al éxtasis inmediato y en su desesperación buscó el cuello del Inu y enterró profundamente los dientes sintiendo la sangre de Sesshomaru inundar su boca provocándole un golpe de energía lo que provocó que penetre al macho con toda la potencia de su Reiki. El grito de placer de Sesshomaru fue muy poderoso, la mezcla de placer y dolor fue arrolladora. La vida de ambos pasaba frente a los ojos, los sentimientos, el amor, el dolor, la pasión y el éxtasis interminable exprimiéndoles las pocas fuerza restantes.

Los amantes trémulos, agitados de pasión. La bestia jadeante feliz con su marca, el Reiki alineado con el youki, el máximo placer fundiéndose en un abrazo, el sudor, los cuerpos temblando. Sin dejar de besarse fueron recostándose en la cama, Sesshomaru quitaba los mechones de cabello pegados por el sudor de la frente de Kagome y acariciaba su rostro. Ella intentaba recuperarse de la experiencia de compartir su alma con su pareja, pero la emoción sólo le permitió liberar la tensión a través de las lágrimas. Sesshomaru por primera vez comprendía el significado de aquellas gotas que caían delicadamente por las mejillas de la mujer.

Simplemente acarició la cabeza de la joven y la abrazó tiernamente. También él se sentía abrumado por tantas emociones encontradas. No podía detener los temblores del cuerpo y los golpes de su corazón emocionado.

-"Ya estamos unidos Kagome, nada podrá separarnos jamás"