Capitulo3– Planes.

Había pasado un mes desde que Izuna acepto a Itachi como su hermano. Un largo, pero productivo mes donde se había adecuado a su nueva vida.

Aceptar al pequeño niño en su vida fue la llave para aceptar al resto de la familia natural de Sasuke. Después de todo, Mikoto y Fugaku eran los padres de Itachi.

Esto le hizo darse cuenta de que si bien jamás podrían reemplazar a sus padres, la pareja era parte de su familia.

Así Mikoto pasó a ser Mikoto-baa-san y Fugaku a ser Fugaku-jiji (No los llamaba de esa manera a su cara por obvias razones, pero así pensaba de ellos), pasó a considerarlos sus tíos (la clase de tíos que te adopta dentro de su familia cuando tus padres mueren) y comenzó a tratarlos como tales.

Con esto en mente, su relación con ambos mejoró y las cosas regresaron a la normalidad.

O por lo menos algo bastante cercano, puesto que Izuna no perdió tiempo y al día siguiente empezó a entrenar las catas básicas del estilo de taijutsu del clan, a meditar por lo menos una hora diaria para que su rango de percepción y sensibilidad al chakra se expandieran, y a exigir más "horas de cuento"

Sus "padres" aprobaron el cambio y parecían bastante emocionados de tener otro "Prodigio" en casa. ¿Acaso no era triste que lo que ellos consideraban un "prodigio" para Izuna solo fuera la manera correcta cómo debía ser un niño?, eran este tipo de cosas lo que le dejaba en claro que tanto habían cambiado las cosas de cómo eran cuando no existían las aldeas shinobi. También era lo que le hacía pensar en los pros y contras de vivir en una.

Konoha era la realización del sueño de Madara-nii (era de las muchas cosas que había aprendido de las "horas de cuento" que Itachi le había enseñado antes de que su mente despertará y que sólo ahora podía comprender) por lo que era importante para él, pero después de su análisis aun no podía decidir si había sido o no una buena idea el fundarla.

Su hermanito por su parte (Sí, porque no importaba que técnicamente Itachi fuera mayor, seguía teniendo seis años y eso lo hacía su muy adorable, pero maduro y socialmente incompetente, hermano pequeño por el que mataría y moriría sin dudar) aceptó el cambio en su personalidad y actuar sin mucho escándalo y simplemente fue con la situación, como si fuera cosa de todos los días que un bebé de dos años hablara a la perfección y pudiera tener debates sobre las cosas que le narraba por pedido del mismo.

Izuna se comportaba como lo había hecho cuando tenía la edad que aparentaba con sus "padres" y con todo el mundo en general. Pero no con Itachi, con el otro azabache podía ser él mismo. Y por esa razón llegó a la conclusión de que su Itachi-nii era asombroso y realmente se merecía todo su respeto.

Durante esta "hora de cuento" Izuna había preguntado todo lo que necesitaba saber: Historia (Interna y externa), geografía, estructura política, situación del clan, situación general de los otros clanes, que era la policía militar, los Hokage (todo lo relevante a ellos) y la situación económica, política y social de Konoha. Itachi le había respondido sus interrogantes dentro de su capacidad e Izuna se lo agradeció profundamente.

La Información era lo más importante para un shinobi, pues la falta de esta o peor aún, el tenerla mal podía llevarte a la muerte. Esta premisa había sido grabada a fuego en su mente cuando era un niño por Tajima y por ello busco comprender su entorno.

Durante ese mes había aprendido muchas cosas.

Muchas de ellas le hacían querer quemar la aldea a cenizas. Por todo lo que le habían hecho a su clan (Izuna fue líder de los Uchiha junto a su hermano y en su mente aún era responsable por el bienestar de su gente) desde que Madara-nii dejó Konoha al darse cuenta de que Izuna había tenido razón al decir que confiar en los Senju era un error.

Pero Izuna no era idiota. La aldea no tenía la culpa, los civiles eran tontos y sumamente influenciables por naturaleza y los shinobi habían sido adiestrados como perros por la ideología Senju. Así que eran inocentes en su estupidez.

En cambio, Sarutobi Hiruzen y su consejo eran culpables. Ellos eran los responsables de la terrible situación en la que se encontraba su clan. E Izuna iba a hacerlos pagar.

Pero ir en modo "campaña" sobre ellos no era la mejor idea. Ya que para eso tenía que entrenar hasta alcanzar su nivel anterior, que por las explicaciones de Itachi era Kage y para eso iba a tardar años.

Y sinceramente, Izuna sabía que había otras formas de conseguir lo que deseaba. Aun si le provocaba un escalofrío el pensar en volver a usar sus habilidades políticas. No disfrutaba de jugar ese juego de mentiras, engaños y manipulaciones, pero era la mejor opción que tenía.

Puesto que alianzas que en su era jamás hubieran sido posibles, ahora podían convertirse en una realidad. Si jugaba bien sus cartas podría convencer a los principales clanes y con ello obtener una habilidad política enorme. Por lo que Itachi-nii le había dicho muchos, si no es que todos, los herederos a los grandes clanes eran de su edad.

Si conseguía su lealtad/amistad, lo que a su vez sería una oportunidad de acceder a las actuales cabezas de clan, las cosas se equilibrarian por parte de los shinobi.

Mientras que por parte de los civiles, tendría que arreglar la actitud de su propio clan y la policía militar para que hubiera un cambio.

Con los herederos podía empezar ahora, pero lo de su propio clan tendría que esperar al menos hasta que tuviera diez o conseguir que su hermano se convirtiera líder de la familia, porque si Fugaku-jiji era como su Otou-san -y estaba casi seguro de que así era- el hombre era demasiado orgulloso y cerrado de mente para servir de algo.

"Sasu-chan, ven. Es hora de ir al mercado"

La armoniosa voz de Mikoto-baa-san rompió su concentración. Había estado meditando en su cuarto, ya que si bien el crear estamina era muy importante, reconstruir sus habilidades como sensor tomó prioridad después de escuchar lo que los ANBU eran. Después de todo, Izuna odiaba ser espiado e identificar enemigos ocultos era una de las ventajas de ser un sensor.

"!Voy, Kaa-san¡" gritó antes de levantarse y correr hasta donde estaba su madre biológica.

Al llegar la puerta de la casa, donde ella lo esperaba, inmediatamente tomó su mano y le regaló una radiante sonrisa. Su madre acarició su cabello y salieron de la casa.

Por el camino, Izuna hizo el esfuerzo de saludar a todas las personas con las que se encontraban. Ya fueran sus parientes o no. Esto porque ser amable y encantador era una buena manera de hacer menos ásperas las relaciones entre su clan y los civiles de la aldea.

Izuna sabía que Sasuke había sido una copia al carbón de su propia imagen, por lo que se sabía adorable y los civiles pocas veces podían resistirse a apretujar a los niños que entraban en esta categoría.

Su plan parecía funcionar, ya que recibió respuestas animadas a su saludos y uno que otro dulce, regalo o cariñito acompañado de un comentario de apreciación de las personas y vendedores que se encontraron por el , porque había estado haciendo esto por un mes y la población ya se había acostumbrado a su forma de comportarse.

Estaba charlando animadamente con una anciana llamada "Shio-baa-san" mientras su madre compraba verduras en el otro lado de la calle cuando la voz enojada de un hombre alcanzó sus oídos.

"¡Largo de aquí, monstruo!"

La frase llamó su atención por lo que se giró para ver la escena.

Había un niño de más o menos la edad edad que aparentaba tener. Rubio y de ojos azules.

El niño balbuceó algo y se echó a correr. Izuna había fruncido su ceño de forma inconsciente y avanzó un paso con la intención de ir a patear al bastardo que había abusado así del pequeño cuando su madre regresó y tomó su mano, deteniendolo efectivamente.

"Ya termine con las compras, ¿Quieres ir al parque Sasu-chan?, aún es temprano, pero podríamos encontrar a algún niño para que juegues"

La voz de su madre era dulce, pero su sonrisa era forzada. Era como si quisiera distraer su atención de lo que acababa de presenciar.

Izuna parpadeo un par de veces antes de forzarse a relajar su expresión y a sonreír abiertamente ante la idea.

"Me encantaría, kaa-san" respondió fingiendo emoción. Tenía un papel que llenar y por muy "prodigio" que ahora fuera, Sasuke había insistido en seguir yendo al parque porque era el mejor lugar para relacionarse con otros niños, entre los que estaban los herederos en los que estaba interesado.

"Adiós, Shio-baa-san" se despidió con una encantadora sonrisa y un movimiento con su mano libre, sacando una risita de la abuelita y un "Adios, Sasu-chan"

Caminaron en silencio por un par de minutos hasta que a Izuna le pareció prudente preguntar si sabia porque aquel vendedor había sido tan grosero con el blondo.

" Si lo se, pero no puedo decirte. Solo mantente alejado de el, ¿Vale?"

Eso le hizo arrugar la nariz. Mikoto le había dado una respuesta muy simple y vaga, decidió no responder directamente su duda y procedió a darle una indicación, era la respuesta adecuada para un niño de dos años.

Era irritante. Sin embargo, lo dejo pasar. Ya le preguntaría a Itachi-nii cuando llegara de la escuela.

"Ok" le dio la respuesta que quería escuchar. Volvió su vista al camino y actuó como si nada hubiera pasado hasta que llegaron al parque y vio a Kiba Inuzuka en compañía de su madre y a Hinata Hyuga con la suya.

!Si¡, la suerte estaba de su lado. Justo a las personas que necesitaba ver.

"¡Kiba!, !Hina-chan¡" grito para llamar la atención de los infantes. Quienes al escuchar su voz levantaron la vista y sonrieron, llamándole por su nombre.

La heredera Hyuga había sido la primera persona con la cual hizo el esfuerzo de trabar amistad. Había sido bastante sencillo, Hinata era una típica princesa del clan, gentil y femenina, que intentaba imitar la gracia de su madre. Le dio un dulce y le propuso jugar con ella, gracias al cielo hacer amistad a los dos años era muy fácil.

Kiba también fue fácil. El chico era hosco e hiperactivo. Y como cualquier Inuzuka amaba los perros y estaba orgulloso de su clan, así que lo único que tuvo que hacer fue acercarse, murmurar lo genial que se veían sus tatuajes de clan e invitarlo a jugar.

Sus madres parecían contentas con el arreglo, sobre todo porque Sasuke era el primer "prodigio" que no era retardado socialmente y que aun en su madurez gozaba de jugar con sus hijos, quienes aprendían cosas nuevas siempre que jugaban inocentemente con el hijo menor de la rama principal de los Uchiha.

Izuna se soltó de Mikoto y fue corriendo hasta donde estaban sus amigos. Era sencillo jugar con ellos a pesar de que mentalmente tenía dieciocho porque siempre le habían gustado los niños y aún podía conectar con la parte suya que había sido un bebé hasta hace poco, por lo que no le resultaba tedioso o aburrido. En realidad, se podría decir que disfrutaba pasar tiempo con ellos.

Jugaron cerca de una hora (Solo ellos tres, ignorando a los demás niños...porque, bueno así son las amistades infantiles. Tienes un grupo muy pequeño de amigos y mientras creces vas añadiendo a más personas) hasta que Mikoto resolvió que era hora de volver o la comida no estaría lista para cuando Itachi regresara a casa de la academia.

Izuna rápidamente se despidió y regresó al lado de su madre, prometiendo regresar mañana para volver a jugar con ellos.

Prácticamente regreso dando saltitos de emoción ante la perspectiva de ver a su hermano. Sip, Izuna realmente adoraba a Itachi. Era tan adorable que le daban ganas de abrazarlo y apretujarlo, aunque al obtener lo mismo por parte del otro azabache, mejor se dejaba consentir por el que en edad física era su hermano mayor.

Se quedó en la cocina mientras Mikoto cocinaba, haciendo platica hueca sobre lo mucho que se había divertido con sus amigos para que no se sintiera sola.

El tiempo pasó e Itachi llego a la casa.

Izuna salió corriendo en cuanto escuchó la puerta abriéndose, moviéndose a toda la velocidad que podía alcanzar con su forma de bebé regordete, estampandose contra las piernas de su hermano antes de que este pudiera terminar de decir "Estoy en casa"

"Bienvenido a casa, nii-san" exclamó con fuerza y con una gran sonrisa al tiempo que extendía sus brazos para ser levantado.

Su hermano, como siempre, le sonrió y cumplio su pedido. Si Izuna compartía algo con Sasuke era que aparentemente amaba ser mimado por Itachi.

Su hermano lo llevó al comedor donde procedió a saludar a su madre. Después se sentaron a la mesa, donde la comida ya estaba servida y procedieron a comer.

Itachi habló de su día en la academia, Mikoto-baa-san de lo que ella y Sasuke habían hecho (clases de escritura en la mañana después del desayuno, entrenamiento de catas después de eso, tiempo de recreación que ocupo para meditar e ir al mercado por las cosas para la comida) por último Izuna habló un poco sobre su tiempo en el parque.

Fugaku-jiji no comía con ellos. Llegaba a la casa a la hora de la cena porque su trabajo en la policía militar lo mantenía ocupado.

Después de comer Itachi pidió permiso de llevar a Sasuke a casa de Shisui para enseñarle otra cata de taijutsu. Mikoto aceptó encantada con la idea, Shisui era otro prodigio del clan y para ella era natural que sus hijos (al ambos entrar en esa categoría) pasarán tiempo con el.

Con su mano entrelazada con la de su hermano, Izuna dejó la mansión atrás y encaminó sus pasos hacia la casa donde su primo vivía.

Shisui era huérfano. Tres años mayor que Itachi, aun era un niño y vivía solo. Izuna tenía conflictos con eso, ya que en su era si los padres de un niño morían en el campo de batalla una familia dentro del clan tenía que adoptarlo, si o si, porque dejarlo solo era sentenciaron a muerte. Aparentemente eso había cambiado y eso le frustraba, porque solo significaba que su clan había perdido sus valores y costumbres.

Probablemente porque ni Madara, ni él, dejaron descendientes y un miembro cualquiera creó un consejo de ancianos y tomó el poder. Esta pérdida de tradiciones era otra cosa que iba a tener que arreglar (inserte suspiro de cansancio ante todo lo que tenía que hacer).

Por otra parte Shisui-san era uno -o más bien, el único-amigo de Itachi. Y la única persona aparte de su hermano que entendía que él no era un "prodigio" ordinario.

Aún estaba tanteando las aguas, pero Itachi-nii parecía confiar en el, así que estaba haciendo un esfuerzo para hacer lo mismo.

Cuando llegaron, Shisui los recibió con una sonrisa. Era mucho más vivaz y alegre (atolondrado) que la mayoría de los Uchiha por lo que resultaba fácil sentirte atraído por su personalidad.

Shisui e Itachi le ayudaron a entrenar y marcaron correcciones en su postura (Esto porque que supiera cómo iban las caras, no significaba que físicamente tuviera la habilidad para realizarlas).

Una vez que terminaron, comieron dangos (la comida favorita de Itachi-nii) y bebieron té verde. Ahí, Izuna tuvo oportunidad de contar la anécdota del vendedor y el niño de ojos azules

"Ese hombre lo llamó monstruo. Al pobre e inocente niño, !Y nadie hizo nada¡. Cuando le pregunté a kaa-san no me respondió y solo me dijo que no me acercara a él…¿Porque no me quiso responder, nii-san?"

Ante su pregunta, su hermano intercambió una mirada con Shisui.

"Bueno, Sasuke. Porque no quería que te interesara en el…"

"¿Por qué?"

Eso aumentó la curiosidad del más pequeño. Lo que aparentemente incómodo a su hermano y lo hizo volver a mirar a su primo.

Shisui se armó de valor y contestó de forma directa sus dudas. Supuso que para evitar que Itachi tuviera que hacerlo.

"Porque es el jinchuriki del Kyubi. Su nombre es Uzumaki Naruto"

Ante esta información los ojos de Izuna se abrieron evidenciando su sorpresa.

Sabía todo sobre el ataque del Kyubi de dos años atrás.

Sabía que era la razón por la que los ancianos desconfiaba de su clan (que cierta base tenía, porque con el Mangekyo podías controlar a los bijuu. Pero no había habido usuarios desde la muerte de su hermano, el clan mantenía registros muy estrictos al respecto) y la principal razón detrás de todos sus problemas.

Pero no conocía el nombre del contenedor. Probablemente porque el tercero (maldito fuera) Había prohibido hablar del tema.

Ese niño era un Uzumaki. Era familia. Y la aldea lo trataba como basura.

Sus ojos se endurecieron y apretó sus puños con fuerza, sus uñas se clavaron en sus palmas y sus nudillos se pusieron blancos.

"Entiendo…entonces no me relacionarse con él" murmuró con dureza. Su enojo evidente en sus palabras.

Políticamente sería un error acercarse al pequeño llamado Naruto. Probable el peor error posible, puesto que enviaría la idea equivocada a los ciudadanos que creían que su clan estaba detrás del ataque y daría a los ancianos una razón para hacer la vida de su gente más complicada.

El alivio en los rostros de sus parientes fue evidente. Pero Itachi lo miró con tristeza y procedió a acariciar su cabello para tratar de tranquilizarlo.

Lo cual funcionó. Después de un tiempo, se despidieron de Shisui y regresaron a casa. Izuna fue Inmediatamente a su cuarto. Quería estar solo, estaba cansado y molesto, lo cual le ponía de mal humor.

« Quizá no pueda acercarme ahora, pero ya encontraré una forma para ayudarlo. No dejaré que un niño sufra por por la estupideces que Senju Tobirama le inculcó a la bola de ancianos que lamentablemente rigen la aldea»

Pensó enojado al tiempo que tomaba la decisión de hacer lo que pudiera para aliviar un poco el infierno en el que Naruto seguramente estaba viviendo.


Antes que nada, gracias por los reviews. Me alegra saber que la historia está gustando.

Ahora, estoy actualizando diario porque estoy de vacaciones. Cuando empiece las clases de la Universidas estare publicando mucho más espaciado, quizá cada semana í semana y media. Así que les pido paciencia.

Dejen reviews. Me encanta leer que opinan ^^