NO SOY DUEÑO DE INUYASHA.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS! Faby Sama…¿Confías en mi?

NO, NO TE ESCAPARÁS DE MI!

Capitulo 34

En el Templo Higurashi, Kagome caminaba tocando el borde del pozo. ¿Sería capaz de saltar? No lo sabía, se sentía insegura de eso, insegura de aquello, insegura de todo. Hasta náuseas le daba haber cambiado tanto. Podía ser que ella saltara y regresara a su cueva y después qué? Preguntarse cuánto se perdió de vivir junto al Inutachi Taisho? O cuánto habría ella disfrutado de ser la Señora del Oeste? Tenía miedo. Sabía que el Sesshomaru del Edo feudal la odiaba y si la encontraba la asesinaría… Pero no toleraba más lo que la maldita perla había hecho con este mundo, las traiciones de los hermanos Taisho la habían secado de corazón hasta quitarle la última gota de esperanzas.

-"Debería irme o quedarme"

-"Deberías quedarte, Miko"

Ella se dio la vuelta a allí estaba su esposo, hermoso y con el rostro muy consternado, desesperado acariciándola con su youki.

-"Debes escucharme…"

-"Debo?"

-"Deberías, escúchame…Por favor, Kagome, escúchame"

-"Y por qué te importa si te escucho o no? ¿Acaso Kagura no te alcanza para satisfacer tu enorme ego, Sesshomaru Taisho? ¿O es que los hermanos Taisho hacen de lastimarme una tradición familiar que pasa de generación en generación?"

-"Sé que se ve mal, Saiai, pero no es lo que parece…Kagura…Ella lo hizo a propósito, este Sesshomaru no miente, jamás lo hizo y no comenzará ahora"

-"Sé que lo que dices, puede ser cierto, pero estoy harta, de sufrir, es que…A ver, Mírame! Soy la Shikkon no Miko y me siento como basura gracias a ti, y antes de ti, gracias a Inuyasha"

En ese momento Inuyasha se acercaba y Miroku por detrás

-"Kagome…Lo siento, por favor, Perdóname, fui un idiota, hijo de puta, sin corazón. T e herí de la peor manera posible…Sesshomaru es un bastardo hijo de puta, frío y despectivo…"

-"Inuyasha"

-"Déjame hablar Sesshomaru. Pero estoy seguro, de que te ama más de lo que he podido creer. Nunca, en mi puta vida, me oyes NUNCA pensé que lo vería así y menos por una mujer humana, Miko además y mucho menos por ti"

Kagome estaba muy emocionada por las palabras de Inuyasha. Jamás le había hablado de esa manera. Sesshomaru mantenía los ojos fijos en ella. Miroku le sonreía apenas.

Sesshomaru jadeaba mientras ella continuaba acariciando el borde del pozo. Sus lágrimas cesaban de caer, lentamente sonreía y de a poco se atrevía a levantar la mirada a su marido

Inuyasha continuaba

-"Eres y siempre has sido la mujer más bella y buena que he conocido, y como sacerdotisa…Poderosa como ninguna…Yo solo, dije cosas que te hirieron para que Kikyo no se diera cuenta de que tu eres quien realmente tiene poder. Lo siento, yo te amaba, pero a ella la amaba más"

Ahora el hanyou tenía la cara manchada con lágrimas

-"Miko, Kagome…No huyas de mí, no te escapes de este amor, no te dejes envolver por las intrigas de Kagura…No…"

En ese momento la voz de Náraku resonó sobresaltando a todos

-"Kikyo…Estás aquí…O eres Kagome y Taisho decía la verdad…"

En seguida se cambiaron todos de lugar colocándose frente a Kagome. Ella decidió no mostrar debilidad al hanyou maligno

-"Yo soy Kagome, junto a mi familia y mi esposo, he venido a visitar el pozo de mis aventuras, Náraku. Tú en cambio, me parece que estás fuera de tiempo…Confiesa, cómo has hecho para llegar hasta estos días y más aun, cómo has hecho para regresar"

-"Ah! Kagome…Regresar…Fue una cosa de nada mi querida sacerdotisa, deberías conocer a mi hermana, su nombre es Perla Tama, seguramente serán grandes amigas y se muere de ganas por conocerte"

Náraku cobró su forma de youkai con tentáculos y los comenzó a lanzar intentando atrapar a Kagome. Sesshomaru se interpuso y con su látigo de youki venenoso chasqueó la cara del monstruo, Miroku revoleó su báculo lanzando sutras sagrados hacia los apéndices voladores purificando algunos de ellos, provocando el aullido del hanyou

-"Maldito monje te asesinaré"

Inuyasha de tres saltos llegó a Náraku y con sus garras de acero le propinó un sinfín de heridas, cuando la nube de miasma se abatió sobre ellos. Sesshomaru abrazó a Kagome y le susurró al oído

-"Te amo Kagome, no me dejes."

-"Yo también a ti, Sesshomaru"

-"No respires eso saiai"

-"Intentaré purificarlo!"

-"No! Quédate aquí. Es peligroso Kagome!"

-"Ya te asesiné una vez y lo volveré a hacer Náraku!"

Kagome erguida y poderos como en las viejas época hacía que los hombres a su lado se admiraran de su fuerza y belleza. Con dos enormes bolas de reiki una en cada mano caminaba hacia Náraku y las arrojó, provocando una explosión enorme, los gritos e insultos del hanyou maligno y su sufrimiento a manos de la mujer Sesshomaru blandía su látigo chasqueando en el aire hacia la masa de tejidos corruptos que se mantenía a duras penas en el aire. Aprovechando el descontrol, Náraku se abalanzó sobre ellos, cubierto por la nube de miasma espeso, los tentáculos se abalanzaron sobre ellos especialmente sobre Kagome asestándole un golpe que la llevó hacia atrás a casi caer por el borde del pozo, recobrando la estabilidad, ella formó otra bola de reiki que lanzó contra el híbrido despreciable y le dio en pleno rostro haciendo que Náraku retrocediera revolcándose en su dolor, Miroku lanzó sus bendiciones y sutras quemándole aún más la piel, Sesshomaru con su látigo le destrozó el cuerpo quedando sólo su rostro desfigurado por el golpe de Kagome

-"Te desenmascararé frente al concejo maldito mestizo del infierno!"

-"Jajajajajajaja Ya lo veremos Sayonara Taishos"

La enorme explosión y desapareció

Inuyasha se sentó apoyando la espalda en una de las paredes del cobertizo del pozo, Miroku se apoyaba en su báculo, Sesshomaru observaba a Kagome caminar hacia ellos. Se veía renovada, valiente, poderosa como hacía quinientos años, es que acaso él e Inuyasha le podían haber causado tanto daño, para que perdiera la confianza y la fe en sí misma? Era esta pequeña persona tan pura que lo que ella podía considerar falta de afecto le causara tanto daño, la traición real o maquinada, el engaño?…Alma pura como ninguna y más decidido que nunca la protegería y no la dejaría ir

-"Se ha ido"

-"Keh! Como si hubiera aguantado más, hijo de puta reventado"

-"Inuyasha pensé que los años harían mejoras en tu vocabulario pero no fue así"

-"Lo siento Kagome, es sólo que…"

-"No, por mi está bien. Eres el Inuyasha que conozco después de todo"

-"Tu pareces la Kagome que yo conocí después de todo"

Se veían a los ojos Inuyasha y Kagome se sonreían después de tanto tiempo, compañeros de un sinfín de aventuras y casi compañeros de vida también. Luego posando su mirada en el pozo se acercó una vez más y se sentó en el borde. Miró a los hermanos que la veían desde el frente, lentamente agacho la cabeza y se quedó allí jadeando cansada.

-"Ya es hora de regresar, no cree Señorita Kagome? Perdón Señora Kagome"

Miroku preguntaba, ella lo miró sonriente

-"Me quedaré unos momentos más, Miroku"

Sesshomaru miraba a Kagome, ella se veía inquieta y renuente a alejarse del pozo devorador de huesos

-"Ibas a saltar Kagome?"

Ella no respondió, Los otros machos se incorporaban y se comenzaban a juntar sus pertenencias de suelo, para darles privacidad

-"Si no llegaba a tiempo, ibas a saltar?"

Ella con las manos en puño levantó la cara hacia el Lord y respondió

-"Acaso te importaría? Kagura está en este tiempo y puede ocuparse de ti. Después de todo es youkai pura y tus hijos serán puros también"

En ese instante Inuyasha y Miroku comenzaron a alejarse y bajar las escaleras

- "¡Nos vemos en palacio!"

Dejando sola a la pareja conflictiva

-"Esto no se ve nada bien"

-"Lo mejor es que no vayamos, se pondrá peor, créeme Miroku"

-"No me cabe la menor duda, Inuyasha, vamos"

El Lord rodeaba el pozo acechando a Kagome

-"Crees que en Edo serás más feliz que aquí?"

-"…"

-"Sabes que yo te odiaba…"

-"Síp"

-"Y que no había día en que no pensara en eliminarte y a Inuyasha?"

Ella susurraba

-"Yo…Lo sé"

El Daiyoukai la invitó a tomar su mano y caminaron hacia el Goshinboku, al llegar allí la empujó contra el tronco del árbol añejo y al enjauló con sus brazos

-"Déjame ir, Sesshomaru"

-"Crees que allá yo no te mataré?"

-"Sé que lo harías, tal vez eso es lo que busco"

Se miraban frente a frente, cara a cara

-"Quieres…Morir?"

Sesshomaru serio se acercaba a Kagome hasta que su aliento era casi el mismo. Su youki se elevaba y mientras gruñía por lo bajo, sus ojos sangraban rojos las garras recorrían la suave piel de los brazos de la mujer hasta llegar a su garganta y tomarla presionando apenas.

-"De veras quieres morir, Miko?

-"S-si, eso es mejor que soportar la t-traición"

Apenas audibles las palabras de la Miko luchaban por salir de su boca, la presión que el Daiyoukai ejercía sobre la frágil garganta imposibilitaba el flujo de los vocablos y del aire. Su reiki se levantaba para protegerla, Sesshomaru recibía quemaduras y piquetes de energía a lo largo de toda su piel. Lejos de repelerlo lo hacía querer estar más cerca de la mujer.

-"Este Sesshomaru puede ayudarte con eso, sacerdotisa…"

Mientras Kagome respiraba mejor a medida que él aflojaba su presión, la iba acercando a su cuerpo con las manos

-"Te mataré, lo haré"

Kagome sabía que no mentía, siempre cumplía con sus palabras. Por primera vez en mucho tiempo su corazón palpitaba de una manera frenética, él era su esposo, pero el youkai más poderoso y peligroso de la historia…Dijo que la mataría.

-"Bien, youkai, esta es tu oportunidad"

Kagome bajó su reiki a cero ya nada sería igual de todos modos. La noche se comenzaba a asomar en la ciudad, el Templo en ruinas era un triste recordatorio del ataque de Náraku y el avance de la joya y su corrupción, solo el árbol sobrevivía y algunos arbustos que rodeaban el lugar haciendo un pequeño bosquecillo

-"Tan tentadora, tan poderosa, tan…Insegura"

-"Qué?"

Sesshomaru arrastraba los dientes por la garganta de Kagome. Aspiraba su aroma.

-"Quieres morir, sacerdotisa…"

Con su mano derecha recorría su pierna colándose por debajo de la prenda

-"Te mataré, entonces…"

Con las manos elevaba las piernas de la joven y se rodeaba la cintura con ellas, aplastándola contra Goshinboku.

-"Te asesinaré de a poco y lentamente, con esta pasión que me quema la piel. Morirás de amor entre mis brazos, porque no te dejaré ir, lo oyes NO te dejaré ir. Te derretirás con mi calor…"

La vedettina hecha girones al bolsillo, Kagome jadeaba sin poder moverse, el youki tremendo la ahogaba y los besos de Sesshomaru le quitaban la poca claridad que tenía para pensar solo se aferraba a los hombros de su marido.

-"Sientes el calor, el fuego que consume mis entrañas consumir las tuyas…"

Kagome sentía el enorme calor que el miembro de Sesshomaru le impartía a medida que ingresaba en su cuerpo, llevándola al éxtasis

-"Te mataré sí, porque lo necesitas, pero lo haré a mi modo, con mi cuerpo, con mis caricias, porque eres mía, porque yo soy tuyo, porque soy el Señor del Oeste y tu mi reina…"

Susurrando palabras románticas y eróticas a su hermosa y frágil esposa, el Inu Daiyoukai comenzaba a moverse en contra del árbol penetrando a la mujer rítmicamente, sacándole los gemidos más dulces y necesitados. Shimaru a plena acción junto a él transmitiéndole el inmenso amor que sentían y la necesidad imperiosa de protegerla y demostrárselo

-"Gime, para mí, sacerdotisa…"

Y ella obedeció. Los movimientos ahora brutales y los gritos de placer tiñendo la noche

La Miko de Shikkon y el Daiyoukai del Oeste enredados en una danza sensual y misteriosa, rodeados de oscuridad y flashes de luna Kagome respondía a las caricias de Sesshomaru tímidamente hasta entregarse por completo. Kagome gritaba su explosión de placer aferrada a los cabellos de su pareja, fascinado por la sensualidad de los acontecimientos Sesshomaru la embestía con pasión irrefrenable, la adoraba, la necesitaba, la besaba con desesperación. Con su lengua invadía la boca de la mujer hasta sentir que el aliento se les escapaba al borde de la asfixia.

-"Mi Señora…No huirás de mi"

Ella tomada de los cabellos plateados del Inu, jalando fuertemente exponiendo la garganta del macho a ella

-"Dominante ahora, pequeña?"

-Tengo sed de lo que es mío…"

Y sin más mordió bajo la marca de apareamiento generando otra, mordió con rabia, amor, pasión y reiki, mucho reiki que ingresó por el cuerpo del macho haciéndolo gemir en un orgasmo abrumador, liberando toda su simiente son fuerza en el interior de la mujer, Shimaru cerraba los ojos extasiado, bautizaba a esa mujer con su youki, nada más importaba, solo que la amaba. Permanecieron así unos minutos entre jadeos y caricias. Lentamente entre besos y arrumacos se fueron separando

-"Lo has vuelto a hacer"

-"¿Qué cosa?"

-"No usas protección cuando tenemos sexo"

La cara de horror y casi gracia del Inu

-"Tenemos sexo? Yo no tengo sexo contigo, Kagome" Tomó su barbilla y le dio un beso tierno

-"Yo hago el amor contigo, TE hago el amor, saiai, eso es diferente"

Ella no respondió, por unos momentos se quedaron mirándose

-"No confías en ti misma? No sabes lo hermosa que eres? Acaso no te lo he demostrado, KA-GO-ME?"

-"De qué hablas?"

Sesshomaru se dio la vuelta para ver la luna salir por el Oriente, su cabello se veía azulado, brillaba, magnífico ejemplar masculino youkai, de pie junto al árbol legendario, como hacía tantos siglos atrás

-"Piensas que un Daiyoukai como lo soy, luego de vivir ochocientos y pico de años no sabe lo que está haciendo, mujer? Tan poco te crees que piensas que porque Kagura aparezca yo voy a arrojar todo y correr detrás de ella? Crees que si la quisiera devuelta me habría emparejado y casado contigo, te habría marcado, te llamaría la Señora del Oeste para luego desterrarte y traicionarte?"

-"No haces más que decir mestizo de mierda, o Híbrido o media raza o esa otra palabra Hanyou al referirte a la hijos de humano y youkai… Y además te vi besarte con ella, con Kagura Sesshomaru"

-"Convengamos que a quien le digo eso casi siempre es Inuyasha, y sé que el término le molesta por eso lo hago, además de que se lo merece, mis cachorros serán mis cachorros, míos. A Kagura la viste besarme, yo no respondí, aprovechó la confusión de tu ingreso y se arrojó sobre mí, yo la aparté, pero para entonces, ya te habías marchado"

Ella pensaba, acomodaba su falda, era corta, similar a la del uniforme pero de color crema, su blusa azul Prusia, con botones dorados, brillaban en la oscuridad de la noche, al igual que los ojos el Daiyoukai, ojos de depredador, tal como lo que él era. Caminó hacia ella una vez más La tomó de la cintura y la besó profundamente, lentamente, seductoramente

-"Es tarde para regresar al palacio, mejor nos quedaremos en uno de los hoteles Taisho, mañana tenemos que reunirnos con el Ookami aquí a las 9:00, de esa manera no nos atrasaremos. Además tengo planeado no dormir demasiado esta noche…"

Besaba a Kagome y mordisqueaba su cuello

-"Ya que últimamente mi esposa, se alejaba de mí, me veo en la obligación y necesidad de recuperar tiempo perdido…"

Bajando las escalinatas hasta llegar a la calle, pararon un taxi y partieron hacia el centro de la ciudad, se quedarían la noche en uno de los hoteles de las empresas, Taisho Paradise I, el más lujoso, esta noche sería especial, larga, caliente y misteriosa. Mientras subían por el ascensor los besos y caricias iban y venían, la puerta del pent-house se abrió para revelar un hermosísimo lugar. Lleno de lujo y confort, pero no vieron nada más que el camino hacia el dormitorio, esta sería una noche mágica, íntima, romántica, mañana se ocuparían de las intrigas y del concejo, hoy eran Sesshomaru y Kagome entre las sombras escondidos de los ojos indiscretos.