NO SOY DUEÑO DE INUYASHA.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS! LA MALDAD A VECES ME PUEDE

EL PEOR DE LOS MIEDOS

Capitulo 36

Kagura y Perla Tama estaban conversando acerca de los últimos acontecimientos. La joya sentía un extraño movimiento en su aura y una opresión que hacía siglos que no sentía. Algo estaba sucediendo y no encontraba qué podía ser. De todos modos ya no soportaba más a Náraku y necesitaba aliarse con Kagura para lograr sus objetivos, el resto de los esbirros eran volubles y como víboras traicioneras, serían fáciles de convencer. Pero la bruja del viento era otra cosa. Estaba enamorada, se notaba y bastante alterada desde que el Lord del Oeste había regresado.

La perla pensó que si le ofrecía a Sesshomaru en bandeja, se haría de su completa lealtad. Pero de nuevo y dando un vistazo en retrospectiva, a ella le atraía mucho la idea de probar a ese exótico bocadillo de Inu, no se decidía si dárselo a Kagura o quedárselo para ella…Simple, se lo quedaría. Pero no sin antes lograr la alianza con la bruja de los vientos, una vez que tuviese su corazón, ella podría manejarla a su antojo y Kagura no molestaría con el tema de Sesshomaru. A Náraku se le acababan los días, ella estaba decidida a reducirlo a un montón de despojos o no…Pero eso sería aburrido, y a ella no le gustaba lo aburrido…¿Qué sería lo mejor? Mientras miraba por la ventana la ciudad y sus movimientos, una sonrisa se dibujaba en su rostro. Una gran idea surgió en su mente…¿Cómo era que habían llegado hasta aquí?

Un deseo de Náraku y ¿Qué sería peor para Náraku, amante de los lujos, rey absoluto del mundo moderno, casi dueño del mundo, playboy deseado por mujeres y hembras youkai de toda índole, que regresar a Edo antiguo y revolcarse en la tierra y la vida de aquél entonces? No lo soportaría. Se notaba a simple vista que el hanyou maligno disfrutaba de este tiempo. Nada había que se escapara de sus manos a la hora de tener ALGO que deseara y este tiempo lo tenía todo. Y ella nada. No podía ser.

Mientras los pensamientos dibujaban distintas expresiones en el rostro de la perla, Kagura la observaba desde un rincón de la habitación. Estaban en un piso de uno de los edificios de Onigumo Enterprises, de una empresa de asesoría legal. Allí esperaban a Náraku para reunirse y planear una nueva estrategia para comenzar su ataque al Oeste.

La enorme explosión las despertó de sus idílicos pensamientos, los añicos de los ventanales de vidrio saltaban y caían sobre ellas como si fuesen gotas de lluvia, la Perla que estaba más cerca de los ventanales sufrió numerosos cortes en el rostro, Kagura se hizo hacia atrás golpeando contra la pared

-"Qué mierda?!"

-"Náraku!"

Sí, Náraku, o lo que quedaba de él entró por la ventana y cayó al piso en un montón de carne magullada y maltratada, cubierta de sangre, luchando por respirar. Las hembras corrieron a ver qué le sucedía, los gritos de Perla Tama pidiendo ayuda. Ayuda para qué? Enseguida calló. Kagura rodeaba los despojos y los miraba, Perla Tama lo tocaba con la punta del pie.

-"¿Qué sucedió Náraku?"

Preguntó agachándose, sin tocarlo demasiado, pero pareciendo preocupada

-"K-K-Kagome"

Ambas hembras se miraban.

-"Dijo Kagome?"

Enderezándose y acomodando su ropa la joya miró a Kagura y le respondió

-"Si, dijo Kagome"

Hakudoshi se asomó y al ver lo sucedido corrió a buscar algún sanador en el edificio Byakuya observaba muy alterado.

Naraku se retorcía y arrojaba miasma por doquier, debían calmarlo y detenerlo de lo contrario morirían todos.

-"Qué fue eso?"

-"Hakudoshi, busca ayuda!"

-"No te quedes ahí parado, Byakuya, duérmelo"

Y el youkai de los sueños hizo lo propio y el mestizo malévolo dejó de luchar.

Al acercarse a él evaluaron los daños.

-"Qué pudo haberle sucedido…Para quedar en este estado?"

La masa sanguinolenta solo permitía ver el rostro de Náraku, estaba quemado casi la mitad, lo demás era un cúmulo de tejidos sin forma, llenos de sangre y tentáculos retorciéndose adormecidos.

-"Mira su cara!"

Sí, la cara de Náraku tenía serias quemaduras de reiki que aún chisporroteaba. Al ingreso del sanador se apartaron para dejarlo trabajar

-"Cárguenlo en la camilla y llévenlo a mi ala."

Una vez allá los presentes miraban desde la puerta para no estorbar.

El balde de desechos estaba lleno de carne quemada, el médico sanador estaba trabajando hacía horas. Los ayudantes estaban a full, yendo y viniendo con elementos e instrumentos, demasiado humano, algo andaba mal

Mientras el sanador trabajaba una youkai le secaba el sudor de la frente

-"Demasiado humano, esto es malo"

-"¿Qué quiere decir?"

-"No lo sé es…casi humano y no puedo detener la sangre, los daños son…Muy grandes, me temo que irreparables"

Las creaciones de Náraku se miraban entre sí

-"No comprendo"

-"¿Qué sucedió?"

Kagura fue la que respondió

-"Dejemos al doctor trabajar"

Todos se fueron junto a ella hacia la oficina de Náraku. Allí comenzaron a debatir sobre lo sucedido

-"No lo comprendo!"

-"Quién o qué pudo haberle causado tanto daño?"

La bruja del viento miraba por la ventana

-"Miren sobre el horizonte"

-"La luna! Es apenas un hilito"

-"Así es, desde hoy y hasta el amanecer del siguiente día, será luna nueva…"

-"Luna negra…"

-"Y ya saben lo que significa"

-"Náraku pierde sus poderes, y se vuelve humano"

-"Así es, y si no nos apresuramos, Náraku morirá"

Todos se miraban

-"A menos que formemos un círculo a su alrededor y le demos un poco de youki, su cuerpo no mejorará"

El pensamiento de dejarlo así, no les disgustaba demasiado a las extensiones del hanyou, serían libres

-"Mmmm. Yo propongo que confiemos en él"

-"Ha?"

-"Si, Náraku es muy fuerte, si tiene que sobrevivir, lo hará. No podemos gastar nuestras fuerzas y dejar indefensos los territorios de Onigumo Enterprises, Él lo querría así"

Y así de a uno se fueron retirando a sus "quehaceres" decidiendo que Náraku sería el de salvarse solo. Lo que ellos olvidaban era que Kanna estaba junto a ellos en la oficina, y a pesar de no decir nada, sostenía su espejo…

En la mente del hanyou demoníaco los insultos y maldiciones resonaban formando amenazas y promesas de muerte, ya sabrían de él cuando se recupere…El dolor era insoportable. El Oeste pagaría, Kagome pagaría y los demás serían reducidos a cenizas.

En palacio Inuyasha caminaba ataviado con un hermoso traje gris, su cabello se teñiría de negro en la noche, estaba preocupado, Náraku había atacado en su forma youkai en plena luz del día y en vísperas de luna nueva, acaso era suicida? O estaba tan desesperado que había decidido hacerlo así? , y encima de todo los tortolitos del Oeste se quedaron en la ciudad a dormir. Bueno, era lógico dentro de todo, la reunión con Kouga y los terratenientes del Este era esta mañana muy temprano…Miró su reloj y vio que ya debería estar realizándose

-"Seis y Cuarto…Quince pasadas las seis…Cero seiscientas quince…"

Kikyo lo sacó de su delirio

-"Inuyasha!"

-"Mierda, Kikyo, quieres matarme de un infarto?!"

-"A a qué te refieres? Yo solo te buscaba, me preocupa una cosa"

-"Si, a mi también"

-"Tú la habías visto antes y no me dijiste nada?"

-"Ver? No, hablo de Náraku y del cabrón y Kagome…¿Qué cosa se supone debía ver?"

-"Esto"

-"Qué es?"

*****************************Flash back***********************************

Kikyo sacaba del bolsillo de su kimono real, una caja de anticonceptivos orales. Había entrado a buscar a Kagome pero al no responder entró a la habitación pensando que se estaba aseando y se encontró con la caja tirada frente al ropero junto con algunas prendas, se le había deslizado de los estantes a Kagome. Muy afligida la levantó y fue a ponerlas de regreso, pero luego pensó en lo sucedido, y se dio cuenta de que ella seguía pensando en la probable negativa o rechazo de Sesshomaru a un heredero mestizo y se había encargado del "problema" ella misma

-"Kagome…Lo mismo hubiese hecho yo"

Pensó en hablar con ella, pero Inuyasha la conocía mejor y mucho. Haciendo la incomodidad de lado, fue a su encuentro en el despacho de Sesshomaru.

*****************************Fin flash back************************************

-"Es una caja de anticonceptivos"

-"Antico…¿Para qué sirven?"

-"Inuyasha! Son AntiCONCEPTIVOS! NO CONCEPCIÓN, PARA NO TENER HIJOS!"

-"Yo quiero hijos, ya lo sabes, ni se te ocurra tomarlos"

Y sin más continuó leyendo sus documentos

-"No comprendes…No son míos"

Bajando los papeles y con cara de pocos amigos

-"Y entonces por qué te importa, para qué los pediste?"

-"Yo no los pedí, no son míos, Yo…Fui a buscar a Kagome…"

El sonido del silencio siempre fue el peor, Inuyasha siempre prefirió los gritos y un enemigo escandaloso para arremeter contra él, este silencio incómodo y la nada, eran algo que no sabía manejar

-"Kagome…"

Los ojos vidriosos de los dos, se sentían muy tristes. Kikyo avanzó hasta sentarse en el regazo del hanyou que la apretó hacia él y la acunó peinando su cabello con las garras

-"Tendremos que hablar con Sesshomaru, esto no da para esperar más"

-"Tengo miedo Inuyasha, yo creí que ya habían aclarado eso, no habías hablado con él en la isla?"

-"Si, pero Sesshomaru…Nunca respondió"

Ya de vuelta del Sur, Danaka y Noriko se relajaban con una taza de té de jazmines. Sango y Miroku estaban conversando ávidamente con Rin y Shippou. Inuyasha y Kikyo ingresaron al salón a desayunar con ellos.

Luego de que se retiraron los cachorros, Inuyasha les pidió consejo, no sabía qué hacer con aquello de los anticonceptivos.

Luego de explicarles los sucesos, el silencio se hizo cargo. Noriko con una expresión seria, sentía lágrimas correr por sus mejillas, los demás estaban mudos y algunos de ellos con la mano sobre sus bocas.

Miroku rompía el silencio

-"Bueno, bueno, a ver, no tiene nada de malo que la Srita Kagome intente planificar su descendencia"

-"Si solo eso fuera"

-"Ella no está planificándolo Houshi, esta evitándolo"

-"Esto no debería ser tratado por nosotros, sino por ellos que son los directamente involucrados"

Decía Danaka con una mirada más que seria

-"Es obvio que para los humanos no es tan trascendente la planificación familiar, pero para la raza youkai es prioritario formar descendencia. Es una cuestión que llama a nuestra sangre. Nuestra bestia interior añora ver a nuestra pareja gruesa plena de cachorros. No existen métodos de anticoncepción que tengan utilidad para los youkai, es patrimonio ningen. Kagome Sama está cometiendo un error muy grande al no confiar en Sesshomaru Sama al respecto y peor aún en tomar acciones por su cuenta."

-"Keh! Kagome vivió a mi lado años de desprecio a manos de Sesshomaru para conmigo y los demás híbridos, mestizos, hanyou o media raza como nos llamaba entre otros motes desagradables, no puedo culparla por protegerse"

Estaban en silencio pensativos. Preocupados sin dudas este "problemita" traería una cola larga, larga.

En la ciudad, los Señores del Oeste, algunos terratenientes y el Señor del Norte se reunieron para ponerse al día con asuntos inherentes a la situación empresarial del las Industrias Taisho Higurashi y de las demás empresas bajo el nombre Taisho Inc. Estaba en el restaurante del Hotel. Era el más lujoso de la Ciudad, si no de Japón. Obviamente propiedad de la Familia Taisho. Kouga, Kagome y Sesshomaru desayunaban mientras los demás firmaban documentos, tímidamente el Señor del Norte le iba dando las novedades.

-"Sesshomaru Sama, Náraku ha avanzado en las tierras de Satou Sama y ha boicoteado la producción de arroz para este año"

Los demás metían algún otro bocadillo

-"Mi Lord, la compañía de teléfonos se encuentra con un embargo a manos de Onigumo Entreprises, uno de sus directivos fue despedido por contrabando de información y entabló un juicio millonario"

-"La cerealera de Argentina está bloqueada ya que Onigumo es el dueño de gran parte de la portuaria impidiendo la exportación de productos"

Sesshomaru leía los reportes y escuchaba rechinando los dientes. A medida que ponían al tanto a Sesshomaru al respecto de los ataques del hanyou desquiciado, Kagome miraba hacia la ventana el restaurante, no podía evitar sentir que no debería estar allí. El bullicio del lugar, los negocios, los aliados del Oeste y demás… Claro que comprendía que casi todas las empresas que estaban en riesgo llevaban su nombre, pero no las sentía suyas, ni mucho menos y aún no entendía qué había llevado a Sesshomaru a guardar sus cosas allá en Edo, habría sabido él lo que significaría a futuro?.

-"Y para avalarlo Lord Sesshomaru, tengo estas carpetas y estos papeles…"

-"Hn."

Terminada la reunión y luego de un silencio eterno y de unos sorbos de té, sintieron un aura extraña alrededor, de inmediato, Kouga y los terratenientes guardaron sus papeles en sus attachés.

Hakudoshi se acercó a ellos y los saludó educadamente

-"Mis Lores, qué maravilla encontrarlos aquí"

-"El hotel, es de mi propiedad, es más que probable encontrarme aquí, Hakudoshi"

-"Hai, Taisho Sama, pero desde que te emparejaste has dejado de frecuentar los ambientes que solías, Náraku se preguntaba si estarías descuidando tus deberes empresariales…"

-"Pues ya ves que no".

Kagome rompía el silencio y Sesshomaru le apoyaba una mano sobre la de ella

-"Dile a Náraku que no es de su incumbencia y que no, no me descuido JAMÁS"

Al sentir el reiki quemante de la joven, la extensión de Náraku volteó a verla.

-"Ah, Kagome Sama…Has vuelto en verdad…Ya veo qué lo mantiene tan… ocupado al Señor del Oeste"

Decidido estaba a forzar un escándalo, elevó la apuesta aún más, Sesshomaru y Kouga gruñían en respuesta y los otros se apartaban de la mesa

-"Kagura estaba muy preocupada por el matrimonio, yo le dije que seguramente era un arreglo económico administrativo…Pero basándome en la gran marca que la Miko tiene en el hombro…Pobre Kagura"

Kagome estaba harta

-"Desaparece rastrero o purificaré tu culo y te borraré hasta de los recuerdos!"

-"Tan fogosa como te recuerdo…Yo tampoco saldría de la alcoba por largo tiempo si tuviese una hembra como esta"

Tomándolo del cuello, Sesshomaru casi no podía controlar a su bestia. Kouga se ponía de pie para apoyarlo. El Inu con sus colmillos afuera

-"Lárgate inmundicia o te destajaré con mis propios dientes, GUARDIAS!"

La gente se agolpaba en la puerta. Los guardias se apersonaron de inmediato y arrastraron a Hakudoshi a la calle. Mucho más no se podía hacer, el hotel estaba lleno.

Tratando de calmarse los tres, se acomodaron ligeramente sus ropas, y agarraron sus pertenencias. Sesshomaru habló

-"Las paredes oyen señores, terminamos aquí, Lord Ookami, vamos al piso de este Sesshomaru"

Kouga pensaba muy para su interior

"Este Sesshomaru? Siempre regresa a eso cuando está de malas…Ya la cagamos supongo"

Suspirando terminó su té, limpió su boca educadamente con la servilleta y se dispuso a retirarse, no sin antes retirarle la silla muy cortésmente a Kagome, lo que no pasó desapercibido para él. Es la premisa de un macho alfa emparejado tener esos gestos de educación, cortesía y atención para con sus parejas, o elementos de suma importancia para la manada o el alfa. Sesshomaru levantó una ceja, casi divertido, porque el subconsciente del lobo le jugaba una mala pasada. Estaba protegiendo a la joven, aún la consideraba parte importante de su vida, dejaría pasar el gesto, estaba entre celoso y feliz de que ella estuviese rodeada de seres que siempre querían protegerla. Si bien no eran necesarios…Él podía protegerla a ella y a la manada completa, pero hoy se sentía benevolente. De todos modos, no quitaría la vista del lobo.

El idilio de Kouga se mantuvo hasta que… Hasta que al levantarse Kagome, su cabello se corrió exhibiendo la gran mordida en su hombro y enseguida fue despertado como con un cachetazo

-"Kagome Sama"

Sesshomaru sonrió, la marca actuó como repelente

-"Oh! Gracias Kouga"

No Lord, ni Kouga San, ni Kouga Sama…De nuevo Sesshomaru tomó nota de la informalidad con la que se trataban. Un súbito recuerdo de que ellos tenían historia, allá hace siglos…Lo mismo Inuyasha, él solo la había visto de lejos y la amenazaba constantemente. Un suspiro abandonó sus pulmones. Ellos conversaban y Sesshomaru solo escuchaba.

Kouga recordó que Ayame quería que Kagome conociera el palacio del Norte y enseguida se lo comentó a la Señora de Oeste. Ella reaccionó entusiasmada, agradeció la invitación y siguieron conversando hasta el ascensor.

-"Dime Kouga, cuantos cachorros tienen ya?"

-"Hemos tenido varias camadas, de esta última tenemos tres, dos hembras y un macho"

-"Ah! ¡Qué bueno! Dale mis felicitaciones a Ayame San onegai"

-"Sí, lo haré con gusto, Kagome Sama"

-"Kagome"

-"Hn"

Momento incómodo

-"Y ustedes, tendrán cachorros pronto?"

Otro momento incómodo…

El inmediato el amargo olor de la angustia azotó los sentidos de los machos, youkai puros, claro. Encerrados en un ascensor estaban al borde de la asfixia. Kouga miró a Sesshomaru quien miraba a Kagome. No sabía qué hacer, ni mucho menos qué decir, y ella estaba angustiada al máximo.

-"No"

Fue la simple respuesta de la mujer lo cual trajo tristeza al Ookami. Kouga miró fijamente a Sesshomaru una vez más, pero esta vez afinando los ojos, el Daiyoukai casi podía escuchar al lobo decirle "MISERABLE".

Shimaru, la bestia, estaba enloquecida. Rasguñaba la mente de Sesshomaru inundándolo con pensamientos de paternidad. Se revolcaba de espaldas jugueteando como con sus cachorros, lamiendo sus mejillas gimiendo y aullando de pena

"Yo sí amaría a mis cachorros"

"Yo…No había pensado en ello aún"

"MESTIZOS!"

"Qué dices?"

"HÍBRIDOS"

"Shimaru, a qué te refieres?"

El Lord Inu estaba perdido en sus pensamientos, jamás, pero jamás se le había cruzado la idea de tener cachorros, al menos desde que se había emparejado con ella, nunca se habló del tema seriamente, no con ella, recordaba haber hablado de ello con alguien más. Y no había sido una buena charla, si la colocaba en este contexto. Había sido una charla entre dos orgullosos youkai puros hace más de trescientos años…Se sentía justamente así, miserable. No podía apartar los ojos de ella. Su angustia era evidente. ¿Quería el Lord del Oeste tener descendencia con la Shikkon no Miko? No tenía una respuesta a ello. La amaba, claro, de eso estaba seguro, pero no sabía si deseaba compartirla aún. Acaso eso era tan malo? O será porque ellos serían mestizos?...

Kouga sintió su pena y decidió hacer lo que siempre había hecho desde los tiempos de Edo, protegerla.

-"Ah! Bueno. Aliento de perro tampoco se decide. Estos Inu me parece que son celosos y se niegan a compartir a sus hembras"

Sesshomaru ponía su mano el hombro de la joven que seguía sin decir palabra, ella solo los miraba. Sus ojos estaban sin brillo. Era una pena. El Lobo fijando sus ojos azules en el dorado de los del Señor del Oeste, continuaba

-"No saben lo que se pierden"

El momento más incómodo.

-"Sí, seguramente…"

Kagome apenas sonrió.

En la mente de Sesshomaru, la bestia habló una vez más

"Eso es lo que ella siente, y yo estoy comenzando a pensar lo mismo que saiai…Hanyou es en lo único que piensas y me das náuseas"

Sin más se retiró al fondo de la mente y se hizo un rollo para dormir.