Capítulo6- Primeros pasos hacia la victoria.
Mañana es su cumpleaños. Su tercer cumpleaños, el primero desde que está despierto. Han pasado casi 6 meses desde que despertó en esta era y ya puede ver las bases del cambio que busca provocar en la aldea.
Sus tíos, contrario al cumpleaños de su hermano, piensan darle una celebración grande. Con todos sus parientes listos para asistir a la mansión y festejar, en evidencia a una tradición que se formó después de que el Clan se sentara en la aldea.
Tradición que se salta para con Itachi porque su hermano no se siente cómodo siendo el centro de atención de las multitudes. El que le perdonen esto y hagan un esfuerzo consciente para mantener a Itachi feliz, le demostró que Mikoto y Fugaku son buenos padres.
Y si bien Fugaku es similar a Tajima en cuanto personalidad, Izuna también puede apreciar sus diferencias. La más importante es que aparentemente el hombre quiere a sus hijos y está dispuesto a comprometer algunas cosas para hacerlos felices, cosa que Tajima nunca hubiera hecho.
Izuna sabe que Itachi no esta hecho para liderar al clan. Su hermanito no posee las habilidades sociales para lograrlo, en cierta manera se parece a Madara. Ambos, talentosos guerreros con grandes expectativas sobre sus hombros, siempre tratando de llenarlas, pero sin lograrlo.
También sabe que una parte de Itachi está aliviada de que él esté tomando rápidamente muchos de los aspectos de ser el siguiente líder del clan y de poder retroceder un paso, a pesar de que no quiere que sufra por la presión que el clan pondrá en sus hombros cuando se den cuenta de su potencial.
Izuna trato de calmarlo diciendo que ya lo ha hecho una vez y puede volver a hacerlo, que lo hará con gusto. Y que en todo caso, los tiene a ellos (Itachi y Shisui) para cuidar su espalda y de ser necesario delegara algunos deberes. Lo cual al final terminó por calmar un poco a su hermano.
Después de todo, ha compartido lo suficientemente con ellos mediante sus historias para que adivinen quién fue. Y si bien ninguno le llama por otra cosa que no sea Sasuke u Otouto es obvio que a pesar ser el más joven físicamente los otros dos se apoyan en él y es él quien lleva la voz cantante.
Otro suceso importante es que ahora, Shisui, vive con ellos.
Izuna lo trajo casi a rastras después de tomarlo como suyo ( porque, si bien, legalmente, Shisui es un adulto al ser un gennin, a sus ojos aún es joven y debería tener el apoyo de una familia) para sorpresa y mortificación de sus padres que no supieron cómo reaccionar ante la inusual demanda. Ya que ni siquiera tuvieron la oportunidad de negarse porque Sasuke declaró que o Shisui vivía con ellos o él se mudaría (e Itachi con él) a la casita donde su primo vivía anteriormente.
Fugaku reconoció la seriedad de su declaración y dejo que su sobrino se quedara. Esto ayudó a que el hombre se ganara un poquito de respeto por su parte. Y Mikoto-baa-san también parecía contenta con el arreglo, por lo que no tuvieron problemas.
Pero regresando al asunto de la fiesta. No era solo su clan el que estaba invitado a la celebración. Las familias principales del clan Hyuga e Inuzuka también asistirían. Cosa que no había pasado jamás.
Las relaciones entre los clanes eran tensas y tendían a ser "no me meto contigo, si tu no te metes conmigo" en cuanto a mentalidad, con la excepción de la alianza Akimichi-Yamanaka-Nara que existía desde la formación de la aldea.
Esto dejaba en evidencia que su plan estaba funcionando. Mediante su interacción con sus herederos había creado una curiosidad en su persona por los jefes de esas dos importantes familias.
Durante la fiesta se daría la primera impresión y todo lo que hiciera sería evaluado. Por los ancianos de su clan y por el líder de los Hyuga.
Tsume, madre de Kiba y cabeza del clan Inuzuka, era otra historia. Por experiencia propia sabe que los Inuzuka son muy protectores de sus niños, sobre todo cuando son tan chicos, y que si no le agradara no tendría permitido acercarse a Kiba. Izuna sabe que esa alianza está ahí, al alcance de sus dedos, pero también sabe que la alianza es con él y no con su clan. Durante la fiesta va intentar que eso cambie y que al menos cubra a sus hermanos, apuntar a que lo que comparten (esa necesidad casi animal de proteger lo que es suyo) le permita alcanzar un acuerdo.
Ahora, si tan solo maquinar cursos políticos fuera menos agotador quizá habría ido a buscar el mismo esos malditos pergaminos (aprovechando el caos de las preparaciones) en vez de haber mandado a Shisui.
Porque, por los dioses. ¿Que le tomaba tanto?, solo era ir al templo subterráneo, que estaba justo abajo del séptimo tatami de la habitación principal de la mansión, y sacar los dos rollos de invocación que pertenecieron a su hermano y a él mismo.
"Otouto si sigues frunciendo el ceño tu expresión se quedará así. Dejarás de ser adorable, ¿Y entonces qué harás?" Mencionó su hermano quien estaba a su lado mientras analizaba algunas cosas que su madre le había pedido para agilizar las preparaciones.
Les había comentado que Itachi resultó ser sarcástico y que gustaba de burlarse de él, ¿no?, bueno este es un buen momento para hacerlo conocimiento público: Itachi gusta de meterse con él y con su ego.
"Nada, porque no importa qué expresión tenga. Seguiré siendo adorable. " Respondió al tiempo que evocaba una gran sonrisa para remarcar su punto.
Su hermano rió y él le enseñó la lengua. Si señor, Izuna era la madurez en persona.
El sonido de alguien aterrizando en el marco de su ventana, lo hizo girar, su Sharingan activado en un acto inconsciente (Fue dos semanas atrás, la noche donde se derrumbó, que terminó volviendo a adquirir su dojutsu. Lo cual no es sorpresa si se tiene en cuenta que el Sharingan es la consecuencia física del dolor emocional), su cuerpo tensandose en preparación para un combate.
Su mirada carmín se encuentro con el rostro sonriente de su primo. Lo cual le permitió relajarse y que sus ojos volvieran a ser del color de la noche. Había demasiadas personas en la casa y al no tener tanto control en sus habilidades sensoriales (ahora veía toda la casa llena de chakras como un borrón de energía y no era capaz de distinguir a sus dueños) lo ponía irritable y en estado de alerta.
Como odiaba que pasara eso. Una razón más para seguir entrenando hasta conseguir un rango similar al que poseía anteriormente.
"¿Los conseguiste?" pregunto emocionado mientras Shisui entraba a la habitación y se acercaba a ellos.
Itachi dejo lo que estaba haciendo y se acercó aún más. Sus ojos brillando con interés y curiosidad.
"Sip" declaró su primo y sacó dos escritos de los pliegues de su ropa. Depositandolos con reverencia en sus manos abiertas.
Inmediatamente los reconoció. El de la derecha, azul y con la palabra "Cuervo" encima, era el de Madara-nii y el de la izquierda, violeta y con la palabra "Salamandra" era el suyo.
Le paso el del cuervo a Itachi. Los cuervos serían buenos compañeros para su hermano y su primo.
"Abranlo" ordenó con suavidad al ver la expresión duda en los rostro ajenos.
Itachi y Shisui tragaron lo suficientemente fuerte para que fuera obvio, intercambiaron una mirada e Itachi respiro profundamente antes de armarse de valor y abrir el rollo.
En su interior solo tenía tres nombres escritos en rojo. Solo tres usuarios antes que ellos habían tenido el honor de tener a los cuervos como compañeros.
Los Uchiha, como clan, tenían contrato con los gatos ninja y con Nekobaa. Así que era sumamente inusual encontrar sumons que aceptaran doble contrato.
Los cuervos eran uno de ellos. Sin embargo, buscaban algo específico en sus contratistas. E Izuna creía que ellos, al contrario suyo, tenían lo necesario para poder formular un contrato.
Su vista se nubló ante el nombre de su hermano y parpadeó rápidamente para dispersar las lágrimas.
En cambio los ojos de los otros dos brillaron al verlo, las historias de la aldea hacían ver a Madara como un traidor, pero Sasuke lo retratada distinto en sus anécdotas y habían aprendido a admirar al hermano y líder del clan que haría cualquier cosa para proteger a su gente; y por supuesto habían aprendido la verdad detrás del asunto de sus ojos, comprendiendolo como lo que era: Un acto de amor de un hermano a otro.
"Vamos, no se queden mirándolo todo el día. Escriban su nombre" dijo divertido al cabo de unos segundos, viendo que ninguno tenía intención de moverse.
Ambos se pusieron rojos y procedieron a mirarlo de mala manera, pero en broma, antes de cortar su pulgar y escribir sus nombres. Primero Itachi y luego Shisui.
Una vez que acabaron hubo dos "puffs" y un par de cuervos aparecieron sobre el rollo. Uno era Taksuki, el principal sumon de Madara, mientras el otro era desconocido.
Sabiendo que la prueba era algo privado (Recordando muy bien la suya), Izuna se incorporó en silencio y abandonó su habitación para encaminarse a la de Itachi, la cual se encontraba al lado, llevando entre sus manos su antiguo rollo.
Había sido un regalo de su amante, Uchiha Tokā.
Después de fallar la prueba de los cuervos cuando tenía trece, decidió que realmente no los necesitaba pues Madara usaba sus cuervos para reconocimiento, mientras él hacía lo propio con sus habilidades como sensor.
Sin embargo, para su desimosexto cumpleaños su amante, quien era un gran shinobi por su propia cuenta, le entregó un rollo de salamandras. Y le propuso firmar juntos, como una prueba de su lazo.
Izuna había aceptado gustoso. Y cuando ambos fueron aceptados por las salamandras fue uno de los mejores momentos de su vida, resultó que su estilo de lucha era compatible con el de las salamandras de fuego.
Shu fue su principal, mientras Ro fue la de Tokā. Eran un buen dúo a pesar de que pocas veces tuvieron la oportunidad de ir juntos al campo de batalla.
Izuna amo a Tokā profundamente. Así que enterarse de que era un traidor al clan destrozó su corazón.
Estaba por cumplír disiciete cuando su padre descubrió esta traición y los cito a él y a su hermano (mala fortuna para ambos, Tsuki, la amada de Madara se unió a Tokā y vendieron sus secretos a los Senju) para informarles. Su padre iba a ejecutarlo el mismo, pero Madara y él pidieron permiso para hacerlo ellos para darle una muerte rápida a Tsuki. E Izuna porque estaba dolido y quería venganza.
Le resultaba curioso que las historias contarán sobre el temperamento de Madara, su explosividad y su odio ardiente. (Su nombre siempre acompañaba al de su hermano) pero que las pocas veces que le mencionan individualmente lo pintaran como un gran guerrero, pero con un alma suave y gentil. Seguramente porque murió de manera trágica y prefieren olvidarse que peleo a muerte con la persona que amaba y la destrozó, sin mostrar misericordia, ni remordimiento.
Asesinar a Tokā dolió.
Dolió tanto que sus ojos adquirieron una nueva forma. Una mortal y terrible forma.
Y como consecuencia, Izuna dejó de usar las salamandras después de eso, enfocándose en su nueva habilidad, experimentando y midiendo sus límites, pero nunca ocupando la cuando luchaban contra los Senju.
Acarició el lomo del rollo con cuidado, trazando la palabra con añoranza y tristeza, antes de abrirlo y ver su contenido.
Su nombre y el de Tokā fueron lo primero que llamó su atención. Rabia y miseria pelearon por surgir y traspasar su bien construida máscara.
Respirando lenta y profundamente se forzó a tranquilizarse. No había tiempo para memorias del pasado.
Necesitaba aliados poderosos y las salamandras de fuego lo eran. Necesitaba reactivar su contrato si esperaba ser lo suficientemente fuerte para proteger a su clan.
Así que pinchó su dedo y con la sangre que salió de la herida remarcó su nombre. Espero un par de segundos y suspiró en alivio cuando escuchó un "puff" y vio aparecer a Shu sobre el pergamino una vez que el humo se disipó.
Shu es una salamandra pequeña, mide alrededor de unos doce centímetros, su piel es negro mate con pecas naranja brillante en toda su piel, sus ojos son azul oscuro. Es simplemente hermosa y le traía tanta nostalgia, que Izuna apenas puede contenerse para no tomarla entre sus manos y restregar su mejilla contra su cabecita.
[...]
"¿Izuna-chama?" pregunto confundida al ver si invocado, con evidente esperanza en su mirada.
La última vez que había visto a su maestro fue la noche donde peleó a muerte con su compañero. Y si bien la persona que tenía frente a ella se parecía mucho físicamente, también era joven, mucho más joven, que el Izuna que ella recordaba.
"Así es, Shu. ¿Me extrañaste?" pregunto el morocho con una cálida, pero triste, sonrisa.
Esa frase y el hecho que supiera su nombre hizo que soltara un gritito de emoción e hiciera que intentara reptar hasta su hombro como era su costumbre, solo para ser detenida por un gesto de su, ahora, pequeño amo.
Confundida y dolida por el rechazo, le miró fijamente.
"Espera un poco. Hay muchas cosas que tengo que decirte, Shu. Necesito que me escuches sin interrumpir, ¿ok?"
Inmediatamente asintió. Procediendo a esperar pacientemente, sus ojos tornándose serios.
"Bueno, Shu. Ahora tengo otro cuerpo y otro nombre, no soy el mismo que era cuando firme el contrato con ustedes.
Actualmente tengo tres años y mis reservas de chakra son pequeñas, por lo que mis necesidades son otras. No solo eso, mis elementales serán distintas y tendríamos que trabajar en nuestro trabajo en equipo desde 0...aun sabiendo esto, ¿Estarías dispuesta a ser mi compañera?"
Shu ladeo su cabeza ligeramente. El discurso de su amo era extraño, pero aun así tomó en serio todo lo que salió de sus labios.
Entendía su preocupación. Ellos habían sido la pareja perfecta porque sus habilidades eran compatibles. Su maestro tenía un gran control de su chakra y sus reservas eran amplias, por lo as que ejecutar ataques combinados había sido muy sencillo para ellos.
Izuna aportaba trueno o viento y ella colocaba el fuego, logrando ataques monstruosos que muy pocos podían parar o esquivar. Pero si ahora sus elementales cambiaban y resultaba que no eran compatibles no sería buena idea quedarse juntos, pues sería algo inútil si resultaba que su nueva naturaleza era agua o tierra.
Había sido un honor que él la escogiera de entre todas las demás para ser su principal. Y con el paso del tiempo, ella había aprendido a amar al muchacho.
No era una decisión difícil de tomar.
"Izuna-chama, me gustaría quedarme a tu lado. Será tu compañera hasta el momento en que resulte innecesaria." acto fervientemente.
Si, había posibilidades de que no fueran compatibles, pero también de que lo fueran. Su amo era aún muy joven para saber cual seria su segunda o tercera naturaleza (porque es obvio que su primera sigue siendo fuego). Hay esperanza.
"Gracias, Shu" el alivio en la voz del niño es evidente.
Acerca una de sus manos y ella sube, aceptando la ayuda para subir hasta su hombro. Donde se aferra a las ropas ajenas con sus patitas y lame la mejilla del pequeño, sacándole una risa.
Se acomoda contra la curvatura de su cuello y suspira satisfecha. Realmente lo extraño.
[...]
Izuna está agradecido de Shu haya decidido quedarse a su lado. Aun si pudo escoger a otra salamandra de las muchas que hay (cada una con una habilidad distinta), Shu es su compañera.
Es especial para él.
Y por supuesto es de las pocas que pueden ocultarse a plena vista, con un camuflaje tan grandioso que incluso con el Sharingan es muy complicado encontrarla si ella no desea ser vista.
Es perfecta para misiones de reconocimiento y extracción de información. Eso sin contar sus habilidades de combate, ella podía expedir fuego de su boca en una manera muy similar a la suya, por lo que ejecutar ataques de doble naturaleza siempre les resultó sencillo.
Contento consigo mismo, cerró el pergamino y se incorporó. A su consideración Ya había pasado suficiente tiempo y los otros dos seguramente ya habían terminado sus pruebas.
Salio del cuarto de su hermano y se dirigió al suyo.
"Ne, Izuna-chama, si sus reservas son muy pocas debería llamar a Go. El es capaz de acumular chakra y pasárselo a usted en caso de emergencia." le informó su compañera en cuanto la puerta se cerró detrás de ellos.
"¿Go?, no recuerdo haber escuchado su nombre"
"Oh, eso es porque nació después de que dejó de llamarme. Es muy agradable y seguramente le será de gran ayuda." le informó alegremente la pequeña salamandra, provocando que se riera suavemente.
"Ya veo. Lo tendré a consideración" respondió al tiempo que su mente empezaba a ver las posibilidades de tener a Gi consigo.
"¿Eso es una salamandra?" la pregunta le sacó de sus pensamientos y se enfocó en Shisui, quien era el que había preguntado
"Así es, su nombre es Shu" respondió con una sonrisa. Shu saludo a sus familiares con un rápido movimiento de su lengua.
"Congratulaciones, Otouto"
"Gracias, nii-san. ¿Como les fue a ustedes?" pregunto interesado, pues no podía ver a los cuervos.
"¡Excelente!, Los cuervos son geniales. Pueden volar y hay algunos que se especializan para el combate y puedes usarlos para enviar mensajes a distancia, ¿Y sabías que hay un truco para unir tu Sharingan a sus ojos y ver lo que ellos ven?, eso es la onda y…"
"Ambos pasamos las pruebas. Tatsuki es el principal de Shisui y Mi el mio." Su hermano cortó el discurso emocionado de Shisui, quien hizo un puchero que hizo reír a Izuna.
"Sabía que podían hacerlo." afirmó con seguridad y orgullo en su voz.
Sus hermanos (porque eso eran) se pusieron rojos y sonrieron, Shisui abiertamente e Itachi con algo de pena. A ambos tenían adorables reacciones cuando los elogiaba.
"Bueno, ahora solo queda devolver los pergaminos a su lugar para no levantar sospechas."
Uff. Capítulo largo y los que vienen también serán largos.
Como ven, la relación entre Shisui, Itachi e Izuna evolucionó a hermandad. Izuna ya tiene su Sharingan e Itachi lo conseguirá pronto. Ahora tienen sumons y Sasuke los está guiando para mejorar sus habilidades con la intención de que sean lo suficientemente fuertes para sobrevivir lo que viene.
El siguiente se enfocará en la fiesta. Veremos a los Hyuga y a los Inuzuka interactuar con los Uchiha. También veremos a los ancianos del clan y podrán ver los primeros pasos que Izuna tomará para mejorar la situación de Naruto.
Habrá escena fluffista de amistad entre Hinata, Kiba e Izuna. Y dependiendo de qué tan largo salga consideraré publicarlo en dos partes.
