"Ya estás listo, mi amor" murmuro Mikoto al terminar de arreglar los últimos detalles en la vestimenta de Izuna, la cual consistía en un ridículamente caro y pomposo kimono que dejaba al menor de los Uchihas sintiéndose como una de las princesas feudales que había escoltado en compañía de Madara.
El cual se limitó a lucir infinitamente irritado, lo cual al ser un niño de tres años solo lo hacía verse bastante adorable por lo que sus padres ignoraron abiertamente las miradas obscuras que les lanzaba y se limitaron a seguir con las preparaciones para el festejo.
La verdad era que la pareja estaba completamente satisfecha con Sasuke. El chico era todo lo que un clan podría querer en su heredero, un genio dentro y fuera de las áreas ninja, con un carácter alegre y tranquilo, además de que era evidente de capaz de despertar lealtad en los demás, bastaba ver como se comportaban Itachi y Shisui. No sabían cómo lo había hecho, pero era evidente que tenía a los otros dos prodigios comiendo de la palma de su mano.
Si, su pequeño era perfecto.
Ellos sabían que sería un excelente líder cuando llegara la hora, podían sentirlo. Ahora, solo quedaba convencer a los ancianos y sería oficial. Sasuke sería el primero en la línea de sucesión en vez de Itachi,
No que Itachi no fuese un gran hijo y tuviera un gran talento, pero ellos eran sus padres. Conocían a su hijo y sabían perfectamente que como muchos otros prodigios Itachi era incapaz de relacionarse con los demás de una manera adecuada. Simplemente no había muchos niños de siete años (o incluso mayores) que pudieran comprender la peculiar forma de ver el mundo que tenía, rayos, incluso a ellos les costaba trabajo entenderlo de vez en cuando.
"Luzco ridículo." Izuna se quejó al momento en que sus tíos abandonaron la habitación.
"Oh, vamos. No es tan malo" Intento consolarlo su hermano, pero su expresión no ayudo mucho, pues era evidente que estaba conteniendo las ganas de apretarle las mejillas y decirle lo mono que era.
"Recuérdame, ¿Cuándo pasamos de ser un orgulloso clan guerrero a ser un clan de idiotas pringaos con aires de nobleza?" Exigió Izuna con un gruñido de frustración. .
"Aproximadamente siete días después de fundar Konoha."
"..."
"Ah, Itachi, no creo que Sasuke quisiera una respuesta a su pregunta" comento Shisui con una gota estilo anime bajando por su frente.
"Oh"
"Olvídalo. No es importante" aseguro el menor palmeando suavemente la mano del otro chico de forma condescendiente. Itachi podía ser muy listo para unas cosas, pero para otras era demasiado denso. Una de ellas eran las preguntas retoricas.
"Mejor pasemos a lo importante. Ambos saben lo que deben hacer ¿cierto?" pregunto mientras dejaba que Shu se acomodara en su hombro. Su compañera había estado escondida debajo de su camuflaje y entre las ropas de Itachi mientras su madre intentaba ponerle todas esas capas de ropa encima y su padre amonestaba a Itachi y a Shisui de cómo comportarse durante la celebración.
Pero ahora que su madre había acabado podía volver a tenerla conmigo. Tenerla a su lado le daba un sentido de seguridad, pues como no podía dejar que alguien supiera que tenía el sharingan se sentía en desventaja, Shu ayudaba a tranquilizarlo con su simple presencia.
"Por supuesto" dijeron a coro sus hermanos. Sus voces serias y cargadas de convicción. Era su primera misión juntos y si bien era sencilla, sería la base de su futuro. Y para ellos esto era mucho más importante que cualquier misión que el Hokage pudiera haberles dado. Era mantener a los ancianos ocupados mientras Izuna se movía y hablaba con los Hyuga y los Inuzuka.
"Excelente" murmuro con una gran sonrisa antes de tomar la mano extendida de Shisui y aceptar su ayuda para caminar, pues era increíblemente complicado moverse con las pesadas prendas sobre su persona. Es más se sentía peor que ir con armadura, solo que era completamente inútil, y si había algo que a Izuna le fastidiaba era perder su movilidad, tanto así que para cuando cumplió quince desecho la armadura. Lo cual demostró ser un error pues de haberla traído puesta la estocada de Tobirama no le hubiera costado la vida.
Izuna forzó una sonrisa educada a parecer en su rostro al momento en que la gente empezó a llegar. Estaba entre sus padres, con sus hermanos atrás y ligeramente a los lados de su persona, permitiendo ser vistos, pero en una posición que indicaba que eran secundarios en las presentaciones. Algo estúpido en su opinión, pero su clan había tomado muchas costumbres de los nobles sin cerebro después de que Madara abandonara la aldea.
Fueron casi dos horas de introducciones y felicitaciones. De aceptar palabras educadas y responder de la misma forma, de ser analizado como si fuera un perro en vez de una persona, de escuchar a sus padres hablar de lo talentoso que era y presumir sutilmente ante los demás que tan especial era.
La verdad, fue una experiencia que le permitió aprender algunas cosas acerca del consejo y la cabeza del clan Hyuga.
Del consejo aprendí lo siguiente: Era evidente que los cinco ancianos eran patéticos pues sus niveles de chacra apenas quedaban registrados en mis sentidos. Además eran fanáticos de la pureza y grandiosidad de nuestro clan si las miradas que recibí y la forma en que hicieron a un lado a Itachi y a Shisui fue una indicación. Bastardos.
Mi primera impresión fue que cuando legara la hora de tomar el control del clan debían ser los primeros en irse. Pues no iba a tener un grupo de inútiles pomposos argumentando mis decisiones.
De Hiashi Hyuga me quedo la impresión de que era un hombre muy serio y poderoso (no llegaba al nivel que yo o Madara habíamos tenido, pero nadie lo hacía, incluso los Kage actuales no podían comparársenos. Y sin embargo, su impresión de chraka aun estable fue lo suficientemente fuerte para llamar mi atención y forjar un respeto por sus habilidades), que le importaban las tradiciones, pero que no estaba del todo de acuerdo con la forma en la que su clan marginaba a los de la familia secundaría. Ah, y que amaba a su hija Hinata más que a nada en el mundo si la mirada de advertencia que le lanzo cuando saludo a la pequeña princesa fue un indicador.
Además de ser absolutamente hilarante el observar las expresiones de mis padres y todos los demás cuando Kiba se saltó todos los protocolos y procedió a darme un abrazo al tiempo que restregaba su nariz contra mi mejilla, en lo que yo había aprendido era una muestra de afecto.
Sin dudarlo regreso el abrazo y le sonrió al otro niño. Riendo suavemente cuando Tsume se agacho y le revolvió el cabello ante la mirada ultrajada de su madre quien parecía horrorizada de que alguien se metiera con la apariencia de su "angelito".
Después de esto, acabaron las presentaciones y fue excusado por sus padres. Permitiéndole agarrar de la mano a sus amigos y marcharse a jugar, mientras los "adultos charlaban". Shisui se quedó con ellos, calladito como una sombra, pero absorbiendo cada palabra y analizando a los líderes de ambos clanes.
Mientras Itachi fue a hacer de buen host y hablo con el resto de los invitados, pero sin perder de vista al consejo de ancianos. Vigilándolos como un halcón.
"Vengan, tengo algo que mostrarles" murmuro Izuna con una sonrisa traviesa, captando la atención de ambos niños de forma inmediata. Kiba imito su sonrisa y Hinata sonrió nerviosa ante la promesa de hacer algo o de ver algo que sus padres probablemente no les darían permiso. Tanto Izuna como Kiba estaban trabajando en ayudarla a obtener más confianza en s misma, pero era un camino largo y tortuoso, aunque al menos ya no tartamudeaba tanto.
Los guio hasta un punto apartado del jardín, uno donde poco antes de que saliera el sol, Itachi y Shishui le había ayudado a poner una barrera que bloqueaba el sonido e impedía que los que estaban afuera percibieran a Shu una vez que esta dejara de estar camuflajeada.
"¿Qué es, ¿Qué es?" canto el pequeño de cabellos cafés con emoción. Sasuke siempre les enseñaba cosas interesantes y asombrosas. Además de que olía como a miel y madera, era un olor hogareño que hacía que Kiba amara al pequeño Uchiha y confirmaba que hacerse su amigo había sido una buena idea. Su mejor idea de la vida.
"Un secreto" explico el morocho con un brillo malicioso en sus obsidianas.
Jalo a los niños para hacer una rueda con sus cuerpos y extendió su mano derecha. A primera vista esta estaba vacía, pero no tardaron en aparecer dos un pequeño rostro reptiliano de color negro y brillantes ojos azul obscuro, probando un jadeo de sorpresa en los dos infantes.
"Su nombre es Shu y es mi compañera" anuncio con un deje de orgullo el pelinegro ante las miradas abiertas de sus amigos.
"Es una salamandra de fuego. Ayer, con la ayuda de mi nii-san firme un contrato con ellas" les compartió en voz baja. Lo cual logro sacarle a Kiba un jadeo de sorpresa y a Hinata un pequeño chillido de emoción, lo cual a su vez hizo sonreír a Izuna.
Los contratos son algo sumamente especial para los shinobi. Sobre todo porque la mayoría de los royos tienen dueño y estos no dejan que otras personas, a menos que sean sus estudiantes o familiares cercanas, tengan acceso a ellos. Y que alguien tan joven como él pudiera hacer uno era algo inaudito.
"S-Sasu-chan, ¿podemos acariciarla?" pregunto la heredera del clan Hyuga mirando intensamente a la pequeña salamandra que se alzaba orgullosa bajo la atenta mirada de los amigos de su amo.
"Claro, Hina-chan. Pero con cuidado, su piel está cubierta de aceite y si la frotas muy fuerte puede encenderse. "explico el niño del cumpleaños mirando a su amigo que sonrió culpable, ambos sabían que si Sasuke no se lo hubiese dicho era muy probable que Kiba acariciara a Shu como si fuera un perro.
"Ok"
La pequeña niña de ojos plata extendió su mano lentamente y paso la punta de sus dedos por la cabecita de la salamandra, quien acepto gustosa las caricias y lamio su mano.
"Le gustas, Hina" comento el azabache con una sonrisa.
"¿E-En serio?" Hinata pregunto emocionada, emitiendo otro gritito cuando Izuna asintió.
"¡Ahora yo!, ¡Ahora yo!" pidió emocionado el Inuzuka. Pero no tuvo la oportunidad de acariciarla, pues fue detenido por Sasuke quien le pidió extender su mano, un poco confundido obedeció, emitiendo un sonido ahogado cuando la pequeña salamandra fue depositada en su mano y esta subió rápidamente hasta su hombro donde se acomodó y lamio su mejilla, haciéndole cosquillas.
"!Le agrado¡" grito emocionado.
"Por supuesto que lo haces, Kiba. Eres mi mejor amigo." Esa aseveración le gano una enorme sonrisa por parte del otro niño.
"Junto con Hina-chan, obviamente" dijeron a coro al tiempo que tomaban las manos de la peli-azul, quien se sonrojo y sonrió feliz de tener dos mejores amigos.
Hasta aquí la primera parte del cumpleaños de Sasuke.
En el siguiente capítulo voy a poner lo que pensaron de Izuna, el consejo de ancianos de los Uchihas, el líder del clan Hyuga y Tsume. Así como la escena del pastel y el primer paso que Izuna va a tomar para hacer sentir mejor a Naruto e intentar darle la familia que le hace falta a nuestro pequeño zorrito.
Dejen rewies 3
