NO SOY DUEÑO DE INUYASHA.
GRACIAS POR LOS COMENTARIOS! SON ESPECTACULARES. ABRAZO ENORME
NO. NO ME HE IDO…YA SABEN YO TERMINO MIS HISTORIAS, TAL VEZ DEMORE MÁS O MENOS…GRACIAS POR LA PACIENCIA.
AL PARECER HAY UNA HISTORIA EN WATTPAD QUE ES IGUAL A MI HISTORIA. NO VOY A DAR NOMBRES PERO ME AVISARON POR PRIVADO QUE ME HAN PLAGIADO, LO CUAL ME DESANIMÓ PARA CONTINUAR ESCRIBIENDO. A DECIR VERDAD, NO QUISE NI AVERIGUAR, ME DARÍA MUCHA TRISTEZA.
ES LAMENTABLE QUE HAYA GENTE CON TAN POCA INVENTIVA QUE NECESITE ROBARLE LAS IDEAS A OTROS, APOYÁNDOSE EN EL PENSAMIENTO DE QUE NADIE LOS VA A DESCUBRIR O QUE A NADIE LE IMPORTA, O QUE YA QUE MUCHOS SOMOS PRINCIPIANTES Y TENEMOS POCAS HISTORIAS PUBLICADAS, NADIE LES VA A DECIR NADA O QUE ESTÁ BIEN LO QUE HACEN.
LAMENTABLE.
NUESTRAS HISTORIAS SON NUESTROS HIJOS, NACIDOS DE NUESTRA ALMA Y CORAZÓN, NADIE TIENE DERECHO A ROBARLOS DE NOSOTROS NI A CAMBIARLES EL NOMBRE. NACIERON DE NOSOTROS, SON NUESTRAS!
A QUIEN PLAGIA, SEA COMO SEA, SEAS QUIEN SEAS, HAGAS LO QUE HAGAS, APOYÁNDOME EN EL CARIÑO DE QUIENES ME SIGUEN, Y PECANDO CON SOBERBIA TE DIGO QUE NUNCA, NUNCA VAS A ESCRIBIR COMO YO
EL LLAMADO DE LA SANGRE PARTE II
Capitulo 38
Abatido sobre sus rodillas, el Daiyoukai golpeó con odio incontenible el piso de mármol blanco de su despacho. El estruendoso sonido resonó en la soledad de la habitación; Era simple, era complejo, era un simple reflejo, una simple reacción frente a la derrota
-"Sesshomaru! Ve tras ella! Hermano y quédate con ella hasta que aclaren las cosas… Yo me haré cargo de lo demás"
-"Inuyasha, a cada paso que doy siento que la pierdo… La pierdo hermano y no sé qué hacer… como pude ser tan ciego…No medí las consecuencias de mis palabras al tratar de molestarte, por los errores del padre, yo…"
-"¡Oi Sesshomaru, ve tras ella…Por una vez hazme caso, yo…Sé que te necesita…"
Sesshomaru se ponía de pie y acomodaba sus cabellos hacia atrás
-"Ese es el problema…Todos saben lo que la Shikkon no Miko necesita…A excepción de su pareja"
-"Oi, que no es momento para lamentarse, luego tienes tiempo de conocerla todo lo que quieras, ahora ¡VE CON MIL DEMONIOS!"
Y eso era poco para decir, usando su velocidad demoníaca en un segundo llegó frente a la mujercita que simplemente estaba sentada debajo de un árbol en el jardín del estanque
-"Si vienes a reprocharme algo, Sesshomaru…Adelante, soy toda oídos…"
-"Kagome, nadie más imperfecto que yo, saiai…No tengo derecho…"
-"Acaso no me odias?"
-"Odiarte por qué?"
-"Yo obtuve una caja de anticonceptivos y pensaba tomarlos, negarte los hijos mestizos que tal vez no llegarías a querer… Tal vez si no hubiese regresado…"
-"No digas eso, No tengo nada si no estás aquí, si tú no estás"
Ellos intentaban arreglar las cosas, a solas, entre los dos…Tímidamente, pero sin saber que entre las sombras, un par de ojos rojos observaban toda la escena y a través de ella, el espejo de Kanna, Náraku y por supuesto todo el concejo de ancianos youkai. Náraku luego de quedar muy malherido luego de enfrentarse a Kagome, en vísperas de luna nueva casi sin poderes, sufrió una masiva mutilación de algunas partes muy importantes de su cuerpo dado que era una enorme mezcla de seres extraños y viciosos, el ataque en defensa de Kagome, había purificado gran cantidad de ellos y algunas secciones de importancia tuvieron que ser sacrificadas y quitadas en pos de su supervivencia y para no levantar sospechas, Él pasaba por descendiente del Náraku original, si se mostrara como era en realidad, se daría cuenta de inmediato que era el verdadero demonio capaz de sobrevivir con contadas partes de un cuerpo y con deformidades evidentes. Ahí esteba frente al concejo y en medio de la gran sala con una pantalla gigante presentando evidencia de la traición de la sacerdotisa de Shikkon.
-"Y como ven, la Señora del Oeste se niega a darle descendencia a la Casa de la Luna"
El murmullo sordo retumbaba en la audiencia
-¡HE AHÍ LA PRUEBA CONTUNDENTE DE LA ALTA TRAICION!"
-"Insisto que no se debería espiar de esta manera Onigumo Sama"
-"De qué otra manera podría este humilde servidor, demostrarles a ustedes, honorables caballeros y lograr que me crean cuando les advierto de las atrocidades que se cometen en el palacio de la Luna? Es que acaso se olvidan de cuánto ha sido el tiempo en que he tratado de mostrarles las enormes irregularidades que se suceden una tras otra en las tierras del Oeste…"
-"Demo…No es un método aceptable para levantar cargos contra Taisho Sama…No podemos aceptar las evidencias mal habidas…"
-"Pues bien, que así sea, de todos modos dentro de tres días es la gran reunión, y allí señores…Desenmascararé ese pseudo matrimonio y deberán entregarme todas las pertenencias de la Sra. Higurashi y a la misma Shikkon no Miko en persona…"
El rostro del Señor del Sur estaba desencajado, había sido citado entre gallos y medianoche, bajo extremo secreto a una reunión del concejo, habían acudido con la sanadora que estaba afuera del recinto esperando. El Lord leopardo intentó levantarse a favor de la casa del Oeste pero su mano derecha un youkai pantera negra, General Fukai Kage (sombra profunda), lo detuvo haciéndole ver que no era útil intentar defender a Sesshomaru en este momento, lo mejor era ir al palacio en persona y advertirles que Náraku había presentado semejante caso frente a la corte de ancianos humanos y youkai, valiéndose de métodos no convencionales y muy bajos, espiando a través de los ojos de Kagura y el espejo de Kanna, pero estaba en deuda con el Oeste…Tenía una gran preocupación. Tenía que avisar no importaba qué. Y eso haría, aunque tuviera que pagar su osadía con su propio cuello.
**************************Flash back**************************************
Los días transcurrían pacíficamente en las heladas tierras del Sur, la sanadora del palacio de la Luna estaba refugiada en ellas junto al Señor de la Casa Austral. Había obedecido la orden de Inuyasha de alejarse un tiempo del palacio de la Luna hasta que todo se aclarara. Era evidente que la única que pudo haberle facilitado los anticonceptivos a Kagome era ella. Inuyasha comprendía, pero Sesshomaru…Nadie sabía si lo haría.
A todo esto, la pasión y el calor se había hecho más que presentes en la pareja de enamorados. A pesar de que el leopardo de las nieves estaba prendado de la hermosa hembra youkai, no se había pronunciado frente a su tutor, ni más ni menos, Taisho Sesshomaru, Señor absoluto de las tierras del Oeste. El Señor del Este tío de Krisstal no se había declarado aliado de ninguna de las partes de la contienda, pero la joven estaba a favor del Oeste por lo que decidió presentarse y ofrecer sus servicios a los habitantes del Oeste. Ella era excelente en su trabajo y luego de llegar el rumor a oídos del mismísimo Sesshomaru la invitó a palacio y comenzó a apadrinar sus estudios y especializaciones, a cambio de su trabajo en palacio. Él velaría por ella como si fuera su familiar, buscaría un buen prospecto para emparejarla, la protegería como debía de ser. Sin embargo…Una noche de Luna llena…
Caminaban por el jardín del palacio de la Nieve. El Señor del Sur y su pretendida
-"Krisstal San, yo…Siempre te he querido…Deseo saber, no, más bien, necesito saber si me aceptas como pareja futura"
-"EH? Yo…Esperaba que me pidieras cortejo…Yo no sé…"
-"Acaso no me…"
-"Sí, por supuesto, pero es tan apresurado, además…No le pedimos permiso a Sesshomaru Sama"
-"Lord Taisho sabe mis intenciones para contigo…Además Soy el Señor del Sur, y este es mi derecho"
El leopardo tomaba de las manos a la joven que tímidamente bajaba su rostro avergonzado. El hermoso macho la veía y suavemente con una garra levantaba su rostro para verla a los ojos. Hermosos ojos verde-turquesa se reunían con violeta, profundos enamorados…Venciendo los prejuicios y los temores, olvidándose de la pena y los demás…Los enamorados se entregaban a un beso casto, pequeño, dulce…Luego a otro más profundo y necesitado…Mientras las manos masculinas comenzaban a trazar círculos en la espalda baja de la hembra y un ronroneo casi mágico sumergía a la sanadora en una bruma excitante de pasión y amor
-"Lord Kleinez…"
-"Krisstal…Te deseo tanto…"
Los colmillos del macho ya recorriendo la carótida de la hembra, el constante pulsar de la sangre llamando a la bestia felina a aparearse. Jamás le había sucedido, esta hembra le sacaba los instintos más primarios y los más altruistas. Deseaba una compañera, sabía que ella le gustaba desde antes pero esto…era ya un hecho.
Susurrando en los oídos de la joven youkai, el Señor Austral, medía las posibilidades de ser aceptado como pareja de la sanadora, al parecer la sangre lo llamaba a tomar compañera pero no lo haría hasta tener el consentimiento de ella.
Distinto a los youkai Inu, los felinos eran asaltados por sus necesidades primitivas en cualquier momento de sus vidas y debían estar atentos para responder, cuando eso sucedía, simplemente tomaban pareja, sus instintos jamás se equivocaban, los felinos emparejados, siempre eran felices.
-"Mi Lord…Yo…También te deseo…"
Y ese fue el punto crucial, el hermoso leopardo de las nieves, tomó en brazos a la joven y con su velocidad y agilidad características, en tres saltos llegó al balcón de su habitación en el Palacio del Hielo, también llamado Palacio o Castillo de la Nieve. Con una patada abrió los ventanales ingresando raudamente a su habitación. Los corazones latiendo a gran velocidad, el Lord bajó a la dama al suelo para que ella pudiese desplazarse tranquila, no quería asustarla, ella era del tipo youkai humano y él un felino con largas poderosas garras y una fuerte mandíbula y las características felinas que lo hacían hermosamente atractivo, ella con sus ojos violeta, y su cabello oscuro hasta la cintura era la imagen de la finura y femineidad. Abrazándola desde atrás la fue besando sobre los hombros y conduciéndola hasta llegar a la gran cama donde sin darle tiempo, le giró y la recostó. Luego de besarla y acariciarla al punto de no saber más de sí, recobrando un poco la lucidez, el leopardo dulcemente le habló
-"Realmente deseas esto, Krisstal, serás la Señora del Sur, con todo lo que ello implica…No será sencillo, estás a tiempo, mi amor, para elegir una vida más tranquila"
-"La Señora del Sur…"
-"Hai, voy muy en serio contigo, mujer, ya ves…"
-"Si tú estás a mi lado, yo estaré bien, no hay nada en este mundo que yo desee más que estar a tu lado Mi Señor"
-"Yo te acompañaré siempre, y siempre te amaré"
Hundiendo sus labios en los de ella la dulce danza de apareamiento comenzó. La piel al desnudo, manchas y rayas y la cremosa piel de la hembra, lisa, sin marcas lo hipnotizaban al punto de no saber más quién era. Sumergido entre los muslos, saboreando los pechos, las manos no le alcanzaban para tomar, agarrar y acariciar todo lo que quería, pero no desperdiciaba ni un solo pedazo de piel. Entre besos, lamidas y succiones, rasguños jadeos y gemidos, el fuego en la piel, la sangre, los dulces gritos en la penumbra de la habitación, boca abajo la mujer, el felino sobre la espalda femenina tomando los cabellos exponiendo la nuca de la hembra, mientras continuaba las intrusiones en su cuerpo el macho hundió los colmillos en la base del cráneo de la sanadora, el éxtasis absoluto los llevó al extremo de la pasión. La abrumadora revolución del youki de ambos en comunión desde ahora y para siempre. El Lord del Sur había reclamado su pareja, ya no había vuelta atrás. Casi adormecidos, del cansancio, bañada en sudor, ella se volteaba dándole la espalda
-"¿Qué te preocupa Krisstal?"
-"No le pedimos permiso a Sesshomaru Sama"
Lidiar con Sesshomaru quedaría para otro día. Al menos ser la Señora del Sur, tendría sus beneficios, Kleinez no dudaría en ir a la guerra por defender a su pareja, y el territorio Austral no dudaría en responder por ella, pero era Sesshomaru de quien estaban hablando, era como su padrino, era una cuestión entre tres Casas, obviamente el Sur, el Oeste y lo peor, el neutral Este de donde ella provenía, como pariente del Señor del Este todo aquello era un problema. Por esa noche no deseaban pensar en más nada. Mañana mismo partirían al Oeste, a arreglar las cosas. Al día siguiente, antes de partir, un enviado del concejo se presentó con una citación para el Señor del Sur. El rollo decía extremo secreto.
-"Mi Lord…Problemas?"
-"El Concejo me cita bajo extrema confidencialidad"
-"Y eso ¿Qué significa Kleinez Sama?"
-"Cariño, ya eres la Señora del Sur…Puedes dejar esas formalidades para las reuniones Cardinales. Y sí, son problemas, significa que Náraku se ha recuperado y algo tiene tramado para afectar a Lord Sesshomaru"
-"Oh no!"
-"Cálmate preciosa…Iremos a ver de qué se trata y después partiremos al Oeste. Ahora, eso sí, Tú en todo momento mantente oculta me oyes? Ahora que te tengo…No quiero perderte"
Sin más que aquello la pareja gobernante de la Casa del Sur, partió hacia la reunión del concejo.
*****************************fin flash back*******************************
En el granero oculto donde la resistencia se reunía los disidentes estaban desesperados, habían puesto toda su confianza en la Casa del Oeste pero esta vez… La ley youkai era inquebrantable, cualquier cosa era posible perdonar pero negar descendencia, no. Para la raza youkai, la herencia genética, la perpetuación de la raza era una necesidad impresa en la sangre, más al ser la hembra la renuente era de esperarse un castigo implacable. Estaban entre la espada y la pared
-"No quedará otra que citar al Señor del Oeste y ponerlo al tanto de nuestras actividades y reiterarle nuestro apoyo incondicional"
-"Ya para qué, si Náraku halló una manera de sesgar nuestro esfuerzo, no ha cortado las piernas"
-"De todos modos Lord Taisho debe saber"
-"Es vergonzoso estar expuesto de esta manera frente al mundo…Debería haber una ley que le permita a la mujer decidir acerca de su deseo de tener o no crías, hijos, cachorros, como deseen llamarlos"
-"Lady Kagome y Lord Sesshomaru están ahora en el ojo de la crítica, le debemos tanto a la casa de la Luna, me siento un traidor"
-"BASTA! Si queremos sobrevivir tenemos que seguirle la corriente a Náraku, de lo contrario nos asesinará y ahí sí que no podremos ayudar de ninguna forma a Taisho Sama. Lo mejor será confiar y esperar, hay que traer a Lord Taisho al cuartel y ponerlo sobre aviso"
-"¿Cómo haremos Lord Kumasara?"
-"Lo mandaremos a buscar de inmediato"
"Lord Kleinez estaba en la reunión, Él es el Señor del Sur, es un aliado de la Casa del Oeste"
-"Él podría traer a Sesshomaru Sama…Y a Lord Inuyasha"
-"Hablas con la verdad, contacten a Kleinez Sama, invítenlo a venir y pídanle que traiga a los Señores de la Luna"
-"Mi Señor, no olvidemos al Señor del Norte, él también es un aliado de Taisho Sama"
-"Mmmm. Tráiganlo a él también, no podemos escatimar esfuerzos, o nuestro mundo como lo conocemos, dejará de existir y Náraku se hará dueño de todo…No sobreviviremos, la esperanza…Se habrá perdido"
-"Hai Mi Señor"
-"Hai Mi Señor!"
Y así partieron los emisarios para buscar las piezas más importantes del rompecabezas mortal con el que se estaban enfrentando. No podían flaquear no había lugar para las dudas, ahora era cuestión de vida o muerte.
En palacio hora en los aposentos reales Kagome se quitaba la ropa para tomar un baño, Sesshomaru la observaba desde la entrada de los baños termales, la bruma apenas permitía ver las delicadas curvas que alimentaban el apetito de sus instintos, mas no se dejaban acariciar, las manos apretadas en puños con las garras hundidas en la propia carne sangrante, el deseo calentándole la sangre y el dolor congelándole el alma
-"Sigues allí, Sesshomaru Sama…"
Las palabras más dolorosas,
-"Siempre a tu lado Saiai, siempre que me lo permitas"
-"A pesar de lo que hice?"
-"A pesar de todo…Washi wa…Sukidesu"
Kagome guardaba silencio ante las dulces palabras en japonés, mas no podía quitar el puñal del miedo frente a su posible condición, y la clara posibilidad del mestizaje en su herencia.
-"Watashi wa…o ashite mo, demo…Aún siento dolor en mi corazón."
-"Lo comprendo, yo lo causé con mis palabras…Pero Kagome, no hay nada que provenga de ti que este Sesshomaru no ame con la fibra más íntima de su ser…Solo que …Luego de decir tantas veces todas esas palabras hirientes hacia Inuyasha, no puedo pretender que me creas, o me perdones de un día para el otro…"
-"Sesshomaru yo…"
-"Es el anhelo de este Sesshomaru darle la bienvenida con todo mi amor a nuestros posibles cachorros…Pero, no tenía, ni tengo derecho a pedirte que lleves mi descendencia en tu vientre…Luego de causarte tanta pena, nunca pensé que mi boca descuidada te lastimara tanto como para obligarte a tomar tantas decisiones duras, a sentirte abandonada a tu suerte, y a negarte a ti misma la dicha de ser madre, ya que yo sé cuánto deseabas tener hijos desde siempre, aun cuando estabas con Inuyasha"
Postrado en el suelo con la cabeza gacha y los puños en el piso, el gran Lord del Oeste suplicó perdón
-"Perdóname mi amor…Gomennasai onegaishi masu!"
-"Levántese Lord Taisho, esta Miko no merece el honor de su postura frente a las actitudes que decidió tomar, es mi error no el tuyo Sesshomaru Sama."
Sesshomaru levantaba la mirada para ver a la diosa desnuda de pie frente a él. Su piel brillaba hermosamente y sus cabellos oscuros bañaban los hombros y la espalda, pero sus ojos estaban fríos y tristes, era como una muñeca de porcelana si vida. Las lágrimas corrieron por la mejilla del Lord, ver a Kagome como si estuviese vacía lo destrozó por dentro. Lentamente tomando las manos de la mujer se puso de pie y la abrazó
-"Perdóname, Kagome…Por favor"
-"Sesshomaru Sa…"
-"No más Sesshomaru Sama, me lastimas con tu frialdad. Sé que la merezco, pero necesito saber que me has perdonado, que me crees cuando te digo que te amo, que sientes en tu corazón la verdad en mis palabras"
En ese momento los golpes fuertes en la puerta del dormitorio y los gritos de Inuyasha
-"Oi, Sesshomaru, abre es urgente, Ooooiii!"
-"Ve y ábrele, Inuyasha te llamó por tu nombre, debe ser urgente!"
Sesshomaru asintió y le abrió. Dentro ya hablaba como desesperado
-"Algo malo ha sucedido, ha llegado una citación del concejo para dentro de tres días, no te darán más prorrogas"
-"¿Qué mierda quieren ahora?"
-"El leopardo del Sur está esperándote en su despacho"
-"Lord Kleinez?"
-"Y la sanadora, Krisstal, ambos esperan por ti"
Sesshomaru asintió, en lo que Kagome salía del onsen, su yukata de seda violeta suave y plata se abrazaba a su cuerpo con sensualidad, Sesshomaru la miraba caminar hacia ellos.
-"Kagome, has oído? Krisstal regresó"
-"Sí escuché Inuyasha, y cómo está ella la viste bien?"
-"S, se la ve…Demasiado bien"
-"A qué te refieres?"
-"Es que…"
Mientras conversaban Sesshomaru los veía interactuar de manera tan natural, se habían vuelto cercanos otra vez, eso lo relajaba de cierta manera, pero también lo hacía sentir inseguro en cierta forma. Ella siempre era muy natural y cariños hacia sus amigos, pero este era Inuyasha…
Quitandose las incomodidades se acercó a ellos y nuevamente preguntó acerca de lo que estaba sucediendo
Inuyasha muy alterado simplemente le respondió
-"No lo sé a ciencia cierta, pero por lo que veo es algo que habrá que atender tomándolo con pinzas"
-"Inuyasha, me preocupan tus palabras, yo también iré"
-"Este Sesshomaru…Yo me haré cargo, Kagome"
-"No le hagas daño, no fue su culpa"
Sesshomaru comprendiendo a lo que se refería Kagome, asintió y se retiró del dormitorio. Inuyasha permaneció en la habitación junto a Kagome unos momentos más. Mientras el Lord Inu caminaba hacia su despacho, sentía el miedo a través del vínculo, simplemente elevó su aura para hacerle saber que él comprendía. En su mente no sabía cómo solucionar su problema con ella, claro que deseaba cachorros, pero desde que se unió a ella solo pensaba cómo preguntarle si ella estaba dispuesta a pesar de todo lo que él había dicho y hecho durante tanto tiempo, a darle la oportunidad de demostrarle que él sería un padre atento y cariñosos con sus hijos, que añoraba verlos crecer, enseñarles a manejar la katana y las artes de la guerra y la diplomacia, pero cómo saber la vueltas de la vida…
"Cómo íbamos a saber que nuestro destino era estar con ella"
"No, la responsabilidad de esto no es del destino, Shimaru, es mía, solamente mía…"
La bestia bajaba las orejas él había aceptado la idea de cachorros desde que se enamoró de Kagome, Sesshomaru simplemente no se atrevió a soñar, ninguno tenía culpa de no desearlos, si no de no saber cómo expiar el cargo de conciencia por haber sido tan despreciativos tantos siglos, hacia los humanos y el mestizaje. En el fondo no les molestaba demasiado, sólo tenían una cuestión visceral con Inuyasha y los errores de Inu No Taisho, errores con los que terminó cargando el género humano y los hanyou. Lamentablemente a cargo del Señor del Oeste, el poderoso y purísimo Taisho Sesshomaru Sama, Lord absoluto del Oeste. Suspirando y pasándose la mano por la cara ingresó al despacho y se encontró con sus visitantes sorpresa
-"Lord Kleinez…Bienvenido"
La sanadora estaba parada junto a la ventana, Sesshomaru se giró a verla, sus atuendos eran reales pero ella mantenía su rostro hacia la ventana
-"Y la dama es? Dónde está la sanadora?"
Sesshomaru intuía lo sucedido, y una risa semi oculta se asomó a sus ojos que se volvieron dorados y muy brillosos, pensaba asustar a la joven pareja hasta hacerlos desfallecer. Sin motivo alguno, solo se le antojaba la gana.
El leopardo simplemente se enderezó de su saludo y se dirigió parándose frente a la mujer, su postura era la de un felino a punto de saltar a su agresor, la hembra simplemente se volteó pero su mirada estaba en el piso
-"A…aquí estoy, Sesshomaru Sama…yo…"
-"El Lord del Sur, ha tomado su pareja, ella es La Señora de la Casa de la Nieve, la princesa Austral, Krisstal Sama"
Sesshomaru la saludo con una leve inclinación de la cabeza y se encaminó hacia ella, estiró u mano para intentar tomar la de ella y saludarla con un beso en el reverso como se estilaba entre la clase noble. Kleinez observaba a punto de cualquier cosa
Mientras Sesshomaru besó apenas la mano de la sanadora, la risa casi se le escapaba, a pesar de ello mantenía su cara inmutable.
-"Relájese Joven Lord, ya me esperaba este desenlace, siéntense por favor y dígame qué lo trae por aquí, aparte de haberme robado la sanadora del palacio, apareándose con ella sin el debido reconocimiento y protocolo, arriesgando la paz con la Casa del Este?"
-"Lo siento Mi Lord…El instinto felino se hizo cargo de algunas cosas y al parecer ella es mi destinada…"
-"Conozco, acerca de las costumbres felinas, ya veré cómo atiendo los asuntos del Este…Sanadora…"
-"Perdóneme Mi Lord…Sé que actué mal… Pero hubiera visto su cara, su desesperación, la profunda soledad de su alma…El vacío en sus ojos, su mirada era desconsolada…No podía darle la espalda a Mi Señora! No Podía dejarla sola! Si merezco morir por lo que hice, lo haré sin objetar. Sólo quiero decir a mi favor, que no he hecho nada por traición a la Casa de la Luna, sólo asistí a la persona más buena y cálida que he conocido en siglos, a transitar un momento de angustia para que no se sintiera sola"
-"Krisstal"
-"Déjela, Lord Kleinez, yo deseaba saber todo eso"
-"Sesshomru Sama…"
-"Sanadora…Agradezco que no dejaras sola a Kagome en sus momentos de incertidumbre y que demostraras tal fiereza en defenderla, al convertirte en la Señora de la Nieve la Casa de la Luna ha perdido un miembro muy importante. Debo agradecerte por tu fidelidad hacia mi esposa, y extiendo mis felicitaciones por tu emparejamiento con la Casa Austral"
-"Mi Señor, el Oeste no me ha perdido, solo he decidido vivir en el Sur y formar una familia allí, siempre vendremos siempre estaremos cerca, padrino"
-"Es bueno saberlo…Kagome está en la habitación si deseas saludarla, estoy seguro que se pondrá muy feliz de verte, y de ver que no te he asesinado"
Las risas brotaron naturalmente del grupo, Inuyasha detrás de la puerta corrió hacia el salón para avisar que todo estaba bien. El Inu tachi suspiró aliviado y en lo que llegaba Kouga, se hacían arreglos por orden del segundo del Oeste de un banquete para agasajar a los recién emparejados. Kouga estaba intrigado acerca del llamado secreto que había recibido de la resistencia, venía en busca de Sesshomaru para llevarlo al centro de operaciones secretas, en el granero oculto donde se reunían, y de pronto se encontró con todo esto. Inuyasha Miroku y los demás, lo pusieron al tanto del ultimátum que el Concejo les dio a los Señores de la Luna para concurrir. Estaban todos muy intrigados y desconfiaban de todo aquello. Mientras en el despacho Sesshomaru y Kleinez continuaban conversando
-"Bien Lord Hyo, todo está muy bien, pero intuyo que no era por eso que vinieron hasta aquí"
Luego de las explicaciones de Kleinez Sesshomaru comenzó a atar cabos.
-"La resistencia…¿Cuándo nos espera?"
-"Esta misma noche Mi Lord, en el galpón"
-"Sí conozco el lugar ya hemos idos antes…Sabes algo del Ookami"
-"No, habrá que contactarlo también"
En eso se escucharon los golpes en la puerta del escritorio
-"Pase"
-"Con permiso Sesshomaru Sama"
-"Veo que ya estamos completos, bienvenido Lord Ookami , será mejor alistarnos para partir"
-"¿Partir?"
-"Si, a la reunión con la resistencia"
-"Veo que las noticias vuelan rápido, yo estoy listo cuando lo dispongan"
En lo que ingresaba Inuyasha seguido de Kagome y Krisstal
-"El banquete está servido, coman antes de partir, no saben cuándo regresarán o comerán de nuevo"
En un edificio de Onigumo Enterprises, Perla Tama se encontraba rodeada de Byakuya de los sueños, Hakudoshi, Moryomaru y Kagura. Ella estaba fuera de sí. Náraku se había recuperado y a pesar de las secuelas gravísimas que presentaba estaba más fuerte que nunca.
-"El muy maldito! Es evidente que tengo que hacer las cosas por mi misma! Si hasta cuando era una simple joya las cosas parecían salir mejor! Y ustedes acaso no me dijeron que deseaban liberarse de la opresión de Náraku? Qué mierda hacen acá y que carajos creen que hacen presentando semejantes cosas frente al concejo? Acaso no piensan o qué?"
-"Perla Tama…A qué te refieres?"
-"Si, qué quieres decir con todo eso? Acaso no ves que a pesar de enfrentarse a la mismísima sacerdotisa de Shikkon Náraku sobrevivió?"
-"Si, Qué te hace pensar que podremos detenerlo nosotros?"
-"Inútiles…Soy la Shikkon No Tama, no hay cosa que no pueda materializar o lograr en mi forma de joya"
Kagura se desplazaba por la habitación hacia el bar y se servía una copa de champagne
-"Justamente…En tu forma de joya…Como hanyou, eres inútil"
La perla giró y de entre sus ropas lanzó dos cuchillas que fueron a parar a las mangas de Kagura que quedó clavada a la pared
-"No te atrevas asquerosa a decirme nada de toda tu mierda, si estás viva aún es porque yo convencí a Náraku de que no te mate"
-"Tú me necesitas"
-"Para qué? Estás segura?"
-"Yo te ayudaría a destronar a Náraku y tú me darías…a Sesshomaru"
-"Yo te daría? Mmmm. Creo que pensaré un poco las cosas…De pronto, no me siento generosa…"
