NO SOY DUEÑO DE INUYASHA.
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EL LLAMADO DE LA SANGRE PARTE III
Capitulo 39
-"No te atreverás a quitármelo maldita perra!"
-"A ver, Kagura…Soy yo quien tiene tu corazón ahora…Si deseas continuar viviendo, deberás obedecer"
-"Pasar de Náraku a tu poder…Me parece exactamente lo mismo. Prefiero morir"
A la perla no le importaba acabar con la vida de Kagura, pero necesitaba aliados poderosos y ella era una muy potente.
Realmente necesitaba a Kagura, no podía echársela como enemiga, no ahora, no estando tan cerca.
Exponer a Kagome no era lo que ella hubiese hecho, pero ya no había vuelta atrás. Y encima Kagura se negaba a colaborar. Si se le ocurría poner un dedo sobre Sesshomaru perdería una aliada muy poderosa, la bruja del viento jamás la apoyaría y preferiría morir antes de secundarla en sus planes contra Náraku. El Señor del Oeste debía ser un ítem prohibido para ella de ahora en más. Al menos por el momento.
Bajar a Náraku de su pedestal en la cima del mundo era su objetivo, de pronto la codicia la devoró, solo maldecía haberse fabricado un cuerpo de mujer, ¿Por qué mujer? Se preguntaba. En esta realidad alterna que ella creó a pedido de Náraku, las mujeres no tenían derechos, ni poder, ni persona, eran nada.
"Qué imbécil fui"
Se decía todos los días, si bien era hermosa y mucho, no le servía de nada en este mundo dominado por el género masculino. De nada. Eso la sacaba de quicio.
Tendría que preparar muy bien su estrategia para tener éxito en su plan. Tenía pensado seducir a Náraku, eso le daría un cuerpo de youkai completo, darle esa libertad a Kagura, sería todo un trastorno, ya que estaban bien casados por la ley humana y youkai, ella se masajeaba las sienes pensando el escándalo que armarían los ancianos del Concejo. Pero nada la detendría, enamoraría a Náraku para luego asesinarlo y cambiar las leyes a favor de la mujer, las hembras dominarían el mundo bajo su mandato. Ella como Youkai pura sangre sería reina absoluta del mundo. Pensar en ello la hacía sonreír. ¿Qué podría salir mal? Mientras bebía su copa de champagne, la sonrisa abandonaba su rostro a medida que la imagen de alguien se aparecía en su mente. Solo Kagome podría detenerla y destruirla y eso la enojaba demasiado. Aún recordaba el dolor cuando la flecha de la Miko se clavó en ella destruyendo a Náraku, aún recordaba su ardor cuando Kagome fue absorbida en sus entrañas. Escalofríos era lo que sentía. Tendría que pensar bien los pasos a seguir, tal vez lograr que Kagome colabore con ella, de alguna manera…La haría invencible…
"Deberé salvarla del escarnio al que la someterá el concejo?"
"Deberé hablar en su favor en el juicio?"
"¡Nah! Dejaré que se pudra en prisión, que soporte el escarnio, que sufra en carne propia la humillación y cuando solo quede un despojo, la rescataré de su celda, mientras disfrutaré del Señor del Oeste…años en un calabozo oscuro y húmedo lograrán quebrar la voluntad de la poderosa Shikkon no Miko, ya la promesa de no asesinarla harán de Sesshomaru Taisho un esclavo obediente y servicial, jajaja, sí, eso haré…"
En la resistencia las discusiones cobraban volumen y movimiento, luego del banquete y la propia celebración del emparejamiento de los Señores Australes, se encaminaron hacia el galpón oculto y se encontraron con puños, patadas y botellas volando por doquier, al ir ingresando iban siendo arrastrados a la contienda, en siete segundos que les tomó ingresar, Inuyasha y Kouga se veían muy ocupados entre golpes, insultos y botellazos, Kleinez retrocedía esquivando un sillazo, Sesshomaru abría los ojos incrédulo, la bestia se hacía cargo de repente, Danaka y Miroku guardaban su lugar a los flancos del Señor del Oeste.
El rugido gutural, los ojos sangre pura, y el pánico en los presentes dejó como saldo un silencio sepulcral y varios heridos y mobiliario destrozado
-"A qué mierda me han llamado? A presenciar como un hato de escoria se golpea hasta morir? No estoy interesado. ¿Acaso esta es la resistencia que va a detener a Náraku? Permítanme discrepar, en este estado no podrían ni tomar un jardín de niños! Patético!"
-"Lord Sesshomaru, lo sentimos mucho!"
-" Acomoden el lugar de inmediato!"
Los heridos se levantaban y comenzaban a quitarse del medio la sorpresa daba paso al terror en los rostros. Los murmullos pidiendo disculpas. El gruñido visceral del Lord Inu demostrando su descontento.
-"Y Así piensan que van a destronar al concejo y derrotar a Náraku…Muy interesante…Me voy"
-"MI LORD! NO!"
-"TAISHO SAMA! ESPERE!"
-"¡SESSHOMARU SAMA, NO NOS DEJE!"
Inuyasha acomodándose los cabellos y mientras Kouga, Danaka y Kleinez acomodaban algunas sillas, daban un espectáculo entre irrisorio y decadente, el resto de los youkai, hanyou y humanos presentes intentaban ponerse más presentables ante el Señor Occidental, al menos eso, lo intentaban.
-"¿Y puedo saber qué fue lo que detonó este comportamiento?"
-"Mi Lord…Es que…"
-"QUÉ!"
-"Es que nosotros estamos en contra de la presencia de las hembras en el concejo, si bien no estamos a favor de las leyes, creemos que arriesgarlas a quedar expuestas como le sucedió a Lady Kagome no es algo de lo que nos gustaría ser responsables"
Los rostros de los miembros de la Casa del Oeste se desfiguraban, los Señores del Norte y Sur se erizaban ante el comentario
-"Lady Kagome? ¿Expuesta CÓMO? HABLEN YA!"
La poderosa aura demoníaca de Sesshomaru liberada y enardecida los aplastaba hasta dejarlos sin poder respirar
-"Na, Náraku, la expuso frente al concejo, mañana la expondrá en persona, utilizó un artilugio de un espejo o algo así, y mostró una escena en la que la Shikkon no Miko se negaba a darle descendencia Lord Taisho, algún espía los grabó y los presentó ante el concejo."
-"Y qué sucedió después?"
Sentado y pasándose la mano por la cabeza arrastrando sus cabellos hacia atrás, Sesshomaru esperaba la respuesta rogando por que fuese una tontería.
-"El concejo la acusó de traición"
El ruido sordo de las sillas cayendo de las manos de Inuyasha y Kouga, las caras de incredulidad. El dolor en el rostro de Danaka. La desesperación en el rostro del Daiyoukai
-"Traición?"
-"Hai mi Lord lo siento, Onigumo San lo llamó así"
-"Onigumo San…ESE BASTARDO!"
Inuyasha apretaba los puños
-"Oi Sesshomaru Tenemos que hacer algo y rápido!"
Los presentes iban sentándose en torno a Sesshomaru y le contaban todo lo sucedido con lujo de detalles. Mientras las botellas de licor comenzaban a servir vasos y vasos para aplacar los ánimos.
-"Por eso lo llamamos Mi Señor, nosotros lo apoyamos hasta el fin. Confiamos en usted con nuestras vidas y lo defenderemos ante el concejo si es necesario hasta las últimas consecuencias, sólo díganos qué hacer y lo haremos"
- "Dime tu nombre, humano"
-"Omiya Shomu, Mi Lord"
-"Omiya San, quién más estaba junto a Onigumo en la reunión?"
-"Sólo estaba él Mi Lord, Por qué?"
-"Estás seguro?"
-"Absolutamente, Señor, estaba sólo"
-"Mmm. Eso es extraño…Ni Kagura, ni la perla o las extensiones…Algo deben estar tramando…Bastardos"
Inuyasha y Los demás miembros de la casa del Oeste se sentaban en rededor del Daiyoukai
-"Qué haremos ahora Sesshomaru?"
Inuyasha preguntaba por lo bajo
-"Ya pensaremos en algo, por lo pronto no pienso dejar que el concejo la humille y mucho menos la llame traidora, yo me busqué su temor a procrear por mi negligencia al llamarte mestizo y hanyou todo el tiempo…Si así lo sintiera, si así lo creyera, no estarías a mi lado como Beta y segundo al mando en la Casa de la Luna"
-"Eso lo sé…Pero tenemos que lograr que el concejo también lo sepa y lo que es más importante, lo crea"
-"Yo pienso que por el momento lo mejor será regresar a palacio y preparar una estrategia con Lady Kagome, Sesshomaru Sama."
-"El monje tiene razón, Mi Lord, eso sería lo mejor."
-"Hn. Hay que preparar a Kagome para mañana por la noche"
-"Mi Señor…"
-"Danaka San dile a Noriko San que le comente esto a Kagome, ella debe saber lo antes posible"
Entre tanto en el edificio Onigumo, la perla urdía un plan mayor para bajar definitivamente a Kagome y destronar a Náraku
-"Expondré a esa perra imbécil frente a todos y la haré mi esclava, la encerraré en las mazmorras más inmundas que encuentre y la dejaré ahí hasta que se pudra! Jajajajajajaja!"
-"Y cómo piensas hacerlo? Acaso olvidas que ella con su poder te destruyó la última vez? Es que no funciona esa cabeza de hanyou que tienes?"
-"Como podría olvidarlo…Es que eres imbécil? La haré juzgar como a una delincuente y de a poco iré envenenando su corazón hasta corromperlo y así corromperla a ella, de esa manera destruiré el imperio Taisho…El mundo entero será mío!"
-"Y Náraku?"
Kagura se desplazaba hipnóticamente alrededor de Perla Tama, y con la uña de su dedo índice recorría la línea de la mandíbula de la joya.
La Perla le asestaba una cachetada a la mano de la bruja del viento
-"Quítate! No has visto de lo que soy capaz aún. Cuando termine con Kagome y la Casa de la Luna, Náraku será un recuerdo, un despojo inútil que nadie podrá recoger de la inmundicia. Y a ti, te conviene mantenerte fiel a mí, Kagura o de lo contrario…"
-"De lo contrario?"
-"Te torturaré hasta que solo queden pequeños trozos de ti y luego los arrojaré al fuego, nada quedará de lo que fuiste… Ka-gu-ra… Y lo mejor de todo…Me quedaré con el Señor del Oeste"
La bruja tragaba duro el nudo de su garganta, si bien en este mundo moderno los poderes que poseía estaban disminuidos comparados con su poder absoluto del pasado, sabía que Perla Tama no estaba jugando con ella
-"Sabes que no te traicionaría…No tengo a donde ir, ni a nadie más a quien acudir"
En el palacio de la Luna, Noriko acariciaba el cabello de su hija mayor, Kagome jugaba con sus hermanitos y de a ratos observaba su propio abdomen. Luego pensaba
"Soy una cobarde…Si tan sólo me atreviera a hacerme el test, sabría si estoy embarazada o no…Qué más da, si ya Sesshomaru ha pensado en ello y parece que no le disgusta tanto la idea…No sé si creerle o no…Por otro lado, siempre he deseado ser madre, Shippou ha sido mi mayor satisfacción en la vida… Y también Rin. A pesar de eso…me juzgarán por no desear descendencia y ofender a la raza youkai."
Ya en voz alta
-"Qué pueden saber esos malditos!"
A lo que entraban en el cuarto de juegos Sango y Krisstal
-"Mi lady?"
-"Quienes serían los malditos?"
-"Los del concejo… Qué pueden saber acerca de los asuntos de un matrimonio de raza mixta, y de las vicisitudes que pueden atravesar? Con sus culos pomposos apoyados en tremendos asientos mullidos…Sobre espinas habría que sentarlos"
-"Kagome!"
-"MI LADY!"
-"Ajajajajajajajajajaja esa es mi hermana, jajajaja"
Las cuatro sentadas sobre la alfombra con los niños se miraban preocupadas, los machos aún no regresaban, pero las malas nuevas viajan rápido, esta vez a través del celular de Danaka.
-"Qué vas a hacer, Kagome? Mañana deberás enfrentarlos y prácticamente desnudarte frente a ellos para que te crean que estás realmente unida a Sesshomaru, y que no te negaste a darle descendencia, sino que actuaste acorde a las últimas afirmaciones que oíste de Taisho Sama"
-"Kagome Sama, Kagome dono… Permítame hacerle las pruebas…Si estuviese esperando, eso solucionaría en parte el gran problema al que se enfrenta, mi Lady"
-"Krisstal Chan… No, ya no eres mi Krisstal Chan, eres la señora de la Casa Austral, debo llamarte Krisstal Sama. Gracias por tu ofrecimiento, pero me arreglaré sola. Siento que cada persona o youkai que me ayude ahora, sufrirá en el futuro"
-"Pero eso es porque piensas que no hay escapatoria?"
-"Es que no la hay"
En la resistencia
-"Ya cállense!"
Sesshomaru presionaba el puente de su nariz intentando relajar el espantoso dolor de cabeza que amenazaba con volverlo loco
Inuyasha y Kleinez estaban de pie al lado de una pared que oficiaba de pizarra improvisada y armaban estrategias mientras los demás opinaban a los gritos intentando imponer sus ideas. Más, sin llegar a nada. Cansado ya de oír sandeces, el Señor del Oeste se puso de pie
-"Señores…"
El silencio sepulcral se instaló de inmediato
-"Este es un problema de Lady Kagome y mío, Cualquiera que intente ayudarnos sufrirá las consecuencias en un futuro no muy lejano…Esto, lo acabo de comprender. Todo está armado de tal manera que la Casa del Oeste sea derrumbada hasta los cimientos…Lo mejor será que no se entrometan, estarían arriesgando a su familia, no solo sus vidas"
-"Mi Lord… Todo se lo debemos a usted, la paz, la abundancia, nuestros trabajos y bienestar familiar, el legado de de Inu No Taisho… Nuestra vida, mi Señor… Cómo puede pedirnos que no hagamos nada?"
-"Justamente por eso, el sacrificio, el esfuerzo y la lucha serían en vano, al parecer, Náraku y su hermana tienen todo arreglado para aplastar a este Sesshomaru y a su esposa. Obviamente morirán en mis garras antes de que la toquen, pero si también sucede que me vencen a mí, no quisiera que las tierras o la gente del Oeste sufrieran por mi causa"
Un youkai babuino que estaba sentado en un rincón se acercó y detrás de los otros comenzó a hablar
-"El problema es con La Dama del Oeste, no contigo, es ella quien se niega a darte descendencia, ¿No deberías dejarla enfrentarse al concejo y tu ocuparte de tus tierras y de tu gente que siempre ha sido leal a ti? De esa manera el Oeste permanecerá intacto y solo pagará quien te ha traicionado"
Inuyasha se abalanzó sobre el babuino y lo tomó del cuello haciéndolo casi ahogarse
-"Quién eres rastrero de mierda para dirigirte a tu Señor con tanta familiaridad y hablar mal de la Dama de la Luna?"
-"INUYASHA! … Déjalo"
-"Pero es un maldito Sesshomaru, déjame enseñarle modales al hijo de puta"
Todos se daban vuelta a verlo, pero nadie lo reconocía, nadie sabía de dónde había salido, obviamente era un espía.
-"Mátalo mi Señor es un espía de Náraku!"
-"Sí, mátalo!"
-"Eso! Elimina al malnacido!"
Inuyasha lo arrojó al piso a los pies del Sesshomaru
-"Cuál es tu misión aquí, espía? Acaso te mandó Náraku?"
Mediante una gran explosión de miasma Náraku apareció frente a sus ojos. Todos sacaron sus armas y se abalanzaron sobre él, pero sólo quedó la piel en el suelo y la voz que se alejaba riendo
-"Terminen con lo que sea que estén urdiendo, ya que todo es inútil…Mañana la Señora del Oeste será mía y el palacio de la Luna junto con el legado de los Taisho se volverán un recuerdo…"
En la noche cada uno en su habitación, intentaban sacudirse el sabor amargo de los acontecimientos del día, algunos jugando mahjong, otros bebiendo alcohol y conversando, otros con sexo desenfrenado, pero todos con el mismo sentimiento de desazón, algo podría salir mal y ese sería el final de todo. Kagome y Sesshomaru estaban sentados en el balcón de su dormitorio, era una noche tan bella… Tan tranquila… Presagio sin dudas del tremendo peligro que los rondaba… Kagome estaba vestida simplemente con una yukata larga de seda color piel y Sesshomaru con su torso desnudo usaba un hakama semi transparente también de seda color blanco. Lentamente caminaba hacia ella y se paraba detrás rodeándola con sus brazos mirando el paisaje nocturno y la luna, hipnótica, como bañaba de plata las formas del enorme jardín y las aguas de la fuente.
-"Supe que Náraku los atacó hoy"
-"Hn"
-"Todo esto es por mí, verdad?"
-"…Kagome…Náraku siempre tuvo la cabeza y el alma podridos. No hay una razón específica para la locura. Antes era por la Miko de Inuyasha… Y Ahora eres tú, mañana quién sabe, lo único que hay que tener en mente es que esta vez hay que detenerlo definitivamente y para eso debemos golpearlo donde más le duele"
-"Donde más le duele?"
-"Hn…Su supuesta hermana"
-"Piensas que a Náraku le duele?"
-"No, ni un poco, solamente me refiero a que es por ella que él está vivo y en este mundo… De algún modo la perla de Shikkon se hizo real y se buscó un cuerpo, Nadie parece recordar que hasta hace unos meses, Perla Tama no existía y Onigumo era solamente un parásito insignificante…"
-"Algo debe haber sucedido para que las cosas tomaran este rumbo tan extraño"
-"No se puede descartar ninguna posibilidad…"
-"Magia?"
-"Hn. Seguramente algo han hecho para que todo el mundo esté de cabeza ahora, no sé si en Edo antiguo o ahora, pero algo han hecho"
Kagome suavemente se deshacía del abrazo de Sesshomaru, no sin que él se diera cuenta, caminaba alejándose de a poco, pero el Lord la conocía más que eso, la seguía de cerca pero sin tocarla. Ella sentía el calor que irradiaba la piel del macho junto a ella, estaba inquieta, molesta…Incómoda
-"Estoy comenzando a enojarme con ellos, Sesshomaru"
-"Lo sé, lo esperaba en verdad…"
-"Ya los destruí una vez… Me están molestando y ya me cuesta dormir en las noches…Nadie va a meter las narices en mi casa y en mi familia…Nadie"
-"Preciosa…no te preocupes, todo saldrá bien. Todos estamos a tu lado"
-"Mmm. Ya veremos cómo se desarrollan las cosas…Por lo pronto, ya tengo el cupo de mi paciencia completo y Náraku y la perla tienen ocupadas todas las plazas… Estoy cansada de vivir esperando un ataque, un movimiento, un indicio de su maldad.
Es que yo se que para ustedes han sido siglos…Pero para mí, fueron unas cuantas semanas, algunos meses, yo aún estoy en guerra con ellos, jamás descansé. Y te lo juro Sesshomaru…Me las van a pagar"
El reiki de la joven se alzaba peligrosamente alarmando a los youkai de la casa de la Luna, Inuyasha, Kouga, Kleinez, Krisstal, Danaka, Shippou, todos ellos y el personal, sentían el ardor de la ira de Kagome alzarse y picarles la piel. Sabían que no era contra ellos, pero su poder era tan grande que nadie podía apartarse de la puerta e sus dormitorios en espera de algo que la calmara, si Sesshomaru no podía, nada ni nadie podría
-"Saiai, guarda tu energía para la audiencia del concejo…Tu poder estará asustando al personal y a los invitados, querida, el fuego de tu pureza está quemando la piel de este Sesshomaru…"
-"Mi pureza…"
-"Así es, tu pureza. Tu poder está quemándome por fuera y tu amor está quemándome por dentro…"
De a poco el Daiyoukai de acercaba a ella, tanto poder despertaba a su bestia y a su necesidad de conquista. Una hembra poderosa como ninguna, estaba a su lado desplegando su potencia y él estaba sucumbiendo a su sangre youkai, a su necesidad de dominio, mas ésta, no era cualquier hembra…Era Kagome, y si había algo de lo que él estaba seguro es de tratarla como a una joya invaluable, como a la flor más delicada, aunque luego entre las sábanas se destrozaran por amor.
-"Saiai…"
-"No te acerques Sesshomaru, no puedo controlarme ahora"
-"Querida, asustas a los demás"
-"Es que estoy tan molesta"
Apretaba los puños y rechinaba los dientes, mientras su cabello se elevaba embravecido. La luz rosa de su reiki rodeaba su cuerpo. Los sirvientes se acurrucaban en sus dormitorios, Inuyasha y Kikyo corrieron hacia la habitación real
-"Sesshomaru! Oi! Qué mierda sucede?"
-"Kagome!, Cálmate Kagome, respira!"
El Daiyoukai abrió la puerta llegando a duras penas, sus quemaduras eran bastante visibles. Pero lejos de dañarlo, lo excitaban.
-"Qué mierda?… Estás todo quemado…"
-"Hn. Kagome no está teniendo un buen momento, pero ya pasó lo peor"
Kikyo se acercó a Kagome
-"Hey niña molesta, ¿Qué tratas de hacer? Baja tu reiki ahora"
-"Kikyo?"
-"Reserva tu energía, no ves que vas a necesitarla mañana?"
-"Siento mucho todo esto…Sólo estoy tan cansada…"
El rostro de Kagome estaba colorado, lleno de sudor, su mirada era iracunda, se notaba enojada pero más que todo cansada. No era Kikyo quien debía calmarla, el problema residía en que Kagome necesitaba que su esposo la tranquilice, pero aún estaba resentida con Sesshomaru, y no encontraba la manera de conciliar sus sentimientos. Inuyasha detrás de Kikyo veía a Kagome brillar envuelta en poder. Sus ojos llenos de lágrimas se clavaban en él como espadas de fuego. Sesshomaru comenzaba a preocuparse, pero mantenía su rostro estoico y sin expresión, el mestizo lo conocía más que eso.
-"Hey Sesshomaru, ella te necesita allí, no te des por vencido, Kagome es muy obstinada, aún desconfía de tus intenciones, pero necesita dejar salir un poco de su inseguridad. Ve y tranquilízala, sé todo para ella, esta noche y siempre. Es una Miko muy poderosa, pero le gusta dormir acurrucada en alguien, sentir seguridad, al menos mientras duerma, no tener que velar por sí misma."
Las palabras de Inuyasha lo hicieron desearla aún más. Aunque también un poco de celos se colaba entre sus pensamientos…De nuevo Inuyasha la conocía tanto…
-"Debe estar asustada y agotada a la vez"
-"Vamos Inuyasha, ella estará bien"
Los tres la observaban agarrada de la baranda del balcón-terraza, el reiki brillaba en su piel, pero bajaba su intensidad, las lágrimas rodaban por sus mejillas, pero ella no sollozaba, Kikyo e Inuyasha comenzaban a retirarse no sin antes escucharse la voz de Kikyo
-"Veo que es solo un berrinche, puedo retirarme a dormir ahora?"
Luego de oír eso, Kagome sonrió para sí. Sesshomaru se paraba a su lado, mirándola
-"Ya cálmate Saiai, sé que no ha sido fácil para ti. Pero yo estoy aquí, este Sesshomaru está aquí para ti, ven pequeña vamos a dormir"
Lentamente la tomaba de los hombros y ella apenas sostenía la mirada en él
-"Ya te he dicho lo hermosa que eres?"
-"Basta Sesshomaru, no necesito que me adules"
-"Sabes lo que le haces a mi bestia?"
-"Eh?"
-"Hn., tanto poder abre mis apetitos más exigentes…"
-"Déjame ir…"
Sonriendo los dos, ya frente a frente con las miradas francas, conectadas
-"No. Te digo esto por si notas un tumulto en mis pantalones…No creas que todo esto no me afecta."
-"Qué, quieres morir?"
-"Tal vez, morir en tus brazos no sea tan mala idea"
-"Tan extraño…Todo quemado y pensando en eso… A ver suéltame que voy a curarte esas quemaduras"
-"No será necesario, se curarán durante la noche. Lo que no se curará solo es esto"
Le llevaba la mano a su entrepierna
-"Si no hacemos algo al respecto"
-"Hacemos suena a demasiadas personas"
-"No demasiadas, aquí solo somos dos, y una de ellas que no soy yo, sabe muy bien como quitar este ardor que me consume…Ya no me alejes, preciosa, te he demostrado de mil maneras lo mucho que me importas, déjame cuidarte, déjame ser ese macho que te proteja cuando te sientas frágil, ya no me apartes Kagome, déjame amarte…"
Sesshomaru tomaba las dos manos de Kagome y se rodeaba su cintura con ellas, mientras abrazaba a la mujer que temblaba en sus brazos. Sabía que podría haber muerto si Kagome no se controlaba, estaba tan orgulloso de lo poderosa que era esta mujer, que era su mujer, también sabía que ella desconfiaba acerca de su declaración de "Estar bien con tener descendencia con ella". Pero era cierto, sentía un profundo amor hacia el pensamiento de convertirse en padre. Y más aún porque serían hijos de Kagome. Cómo decírselo sin sonar a cliché. Cómo lograr que ella viera que sus sentimientos eran sinceros…Esa sería una tarea dura de cumplir, pero lo que más lo molestaba era que ya no había tiempo de cambiar las cosas, mañana por la noche sería la confrontación al concejo y las cartas ya estaban sobre la mesa…
Acomodándose el deshabillé, y con una taza de café en las manos, Perla Tama sentada en su escritorio, observaba al último bastión conquistado por ella…En su cama aún dormido, Náraku se retorcía entre las sábanas, evidentemente tenía una pesadilla. La joya se miraba los antebrazos que asomaban de las mangas de la prenda que la cubría… Rasguños y sangre. Náraku tenía una manera extraña de amar…Amar, no era exactamente la palabra, pero ella se negaba a utilizar otra.
Sintiéndose bastante sucia, sabía que para aumentar su poder, debía corromperse cada vez más. Los recuerdos de la tarde en su mente le revolvían el estómago, eso era lo que necesitaba para la noche que se avecinaba, finalmente se vería cara a cara con la Miko que la destruyó, con el único ser viviente capaz de desaparecerla, Kagome. Apretaba los dientes y sus uñas chillaban contra la taza que sostenía en las mano. Kagome, no sólo la había partido en mil pedazos, sino que la desafió, la atravesó con una flecha purificadora causándole un inmenso dolor, la había purificado varias veces, con lo que eso quemaba…Y encima de todo, la obligó a cumplir el deseo de desaparecer y no regresar…¿No regresar? Acaso estaba desobedeciendo una orden? Y qué? Quién iba decirle nada a ella, ahora que tenía un cuerpo de hanyou...Sí, de hanyou hasta que se acostó con Náraku. Ser cubierta por su miasma repulsivo, sintiendo que su simiente le corroía las entrañas… Tener sexo con él, era el último recurso para convertirse en youkai completo, y ahora lo era, una hembra youkai de pura sangre. Estaba lista para todo, Ser la dueña del mundo, someter a sus enemigos, arrasar con el Oeste y sus aliados, vengarse de Inuyasha y los demás, aplastar a Kikyo, mantener a Sesshomaru bajo su dominio y hacerlo su pareja- esclavo…Destruir a Kagome…Sí, destruir a Kagome…Eso sonaba demasiado bien. Sonreía mientras el ardiente café bajaba por su garganta, ¡Cómo iba a disfrutar corromperla con toda esa podredumbre!…Delicioso…Como el café…
-"Cómo voy a disfrutarlo…"
-"Mmm. Qué estás musitando en la penumbra…Vuelve aquí de inmediato y abre esas putas piernas para mí"
La visión de la repugnancia que tenía frente a los ojos, bello, hermoso, pero tan viciado…La imagen de Náraku en la cama con el cabello suelto, revuelto y la sábana apenas cubriendo su cadera, hermoso, sexy… Y tan peligroso…Hasta que a ella se le antojara viviría, luego lo desaparecería en la nada, como desaparece la bruma de la madrugada cuando aparecen los rayos del sol…
-"Ya, ya voy, es que eres insaciable…"
