NO SOY DUEÑO DE INUYASHA.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS! VOY DESPACIO, PERO VOY.

ABRAZO

DOS GOTAS DE AGUA…

Capitulo 42

En el palacio ya identificado el tipo de serpiente y abocados a desarrollar el contraveneno. Rápidamente prepararon el antídoto, los afectados de a poco se iban recuperando a medida que eran inoculados y bebían las pociones de recuperación. El cielo del amanecer se tornó rojo oscuro, haciendo que los habitantes del Oeste se asomaran para verlo. Mal presagio era lo que todos repetían…

Ese mismo cielo, se presentaba en el otro lado del pozo. Sólo que allá era el atardecer.

Sesshomaru lo veía desde su ventanal en el despacho, el Inutachi, desde la aldea de Kaede.

Miroku y la anciana intentaban interpretar su significado. Todos pensaban en lo mismo. Kagome. Ella había regresado a buscar el arco Azuza, algo muy malo estaba sucediendo en el futuro y ellos nada podían hacer, sólo rezar y pensar que su rezo había sido hecho, quinientos años antes de lo que estaba ocurriendo a su amiga en estos momentos. Todo eso era muy loco. Kagome se había marchado hacía ocho meses nada más. Y ya estaba luchando de nuevo y sola…Sin ellos para apoyarla…Al menos eso era lo que pensaban.

Ya en el balcón del estudio, Sesshomaru miraba fijamente en dirección al pozo y no podía evitar mirar de vez en cuando la imagen de ese papel a medio quemar, ellos dos, sonrientes y felices… Sus pensamientos imaginaron mil escenarios posibles, pero no lo podía creer, Él Y la que fue la Miko de su hermano… imposible…

-En el concejo-

En lo que terminaban de hablar, Náraku y Perla Tama, unos guardias ingresaron con una alfombra enrollada y pasaron frente al grupo del Oeste. Que reconocieron la alfombra como una de las del dormitorio de Inuyasha.

-"Oi Eso es…MIO!?"

En lo que termina de preguntar, los youkai guardias arrojaron el rollo de tela al piso, éste se fue desenrollando a medida que caía, revelando a una muy confundida Kikyo dentro de él.

Inuyasha muy alterado arrasaba con los guardias intentando ingresar al centro del lugar. Vociferaba improperios cargados de odio hacia todos los presentes. Sesshomaru de rodillas luchaba con las esposas de reiki, que le impedían liberarse. Kouga y Miroku peleaban contra una decena de guardianes.

Náraku y las hembras Kagura y PerlaTama observaban la pelea y trataban de detenerla, pero sus gritos no eran escuchados. Dentro del recinto era un TODOS CONTRA TODOS sin final.

Una bola de youki explotó en el cielorraso y los hizo callar.

-"Silencio! No ven que la Dama de Occidente está presente?"

-"OI! Hijo de puta! Esa es MI esposa! Por qué la secuestraste y la trajiste aquí? TE MATARÉ!

-"!¿QUEEÉ!?TU ESPOSA?"

-"SÍ, MI ESPOSA! Y si no la liberas te arrepentirás Náraku!"

Mirando a los guardias preguntó de dónde la trajeron, y ellos le dijeron del palacio dentro de uno de los dormitorios reales, debe ser la Miko Kagome.

Acercándose a Kikyo, Náraku la tomó de la barbilla y la miró a los ojos, giró su rostro de un lado a otro, la observó detenidamente…Luego se acercó y la besó.

Kikyo se retiró, lo abofeteó. Cayó sentada y se arrastró hacia atrás como pudo y se limpió la boca con el revés de su manga, Inuyasha se liberó y tomó a Kikyo del suelo y la colocó detrás suyo apuntando a Náraku con la Tessaiga.

-"Quita tus asquerosas manos de ella!"

Náraku sintió su corazón palpitar casi saliéndose de su pecho… Era verdad, esta era Kikyo, su corazón, el corazón de Onigumo palpitaba como si fuera a morir por ese beso. Trastabillando hacia atrás, fue a recostarse en uno de los tronos reservado para los ancianos y allí se limpió la boca e intentó recuperar el aliento. Sus piernas le fallaban y el sudor comenzaba a caer irreverente mojándole la piel del rostro y la espalda. Hacía siglos que deseaba saborear esos labios, y finamente lo hizo. Sólo que no contaba con la reacción de su parte humana. Moría de amor por ella, después de tanto tiempo…

Intentando hablar su voz apenas audible y con una marcada amargura se oyó en el recinto silencioso

-"Es…Verdad…Ella no es Kagome. Ella…Es…Kikyo"

Indignada la Perla se acercó a Náraku y le golpeó la cara delante de todos.

-"Recupérate, Acaso no deseabas destruirla junto a Kagome y los demás que te derrotaron en el pasado? Qué, vas a desposarla ahora? Mira que eres débil, y pensar que consideré perdonarte la vida y permitirte vivir en las mazmorras una vez que gobernara el mundo…Eres un perdedor! Una escoria! Te gobierna un asqueroso corazón humano! Dónde quedó aquél Náraku que se impulsaba con deseos de venganza?! Acaso toda esa gente y youkais que asesinaste, todos esos a los que extorsionaste, violaste, mataste e inclusive devoraste fue en vano? TODO lo echarás por la borda por una asquerosa y simple mujer? Por esa Miko que ni siquiera es tan poderosa para ser mi guardiana más?"

Kikyo elevaba la vista para ver a Perla Tama, su youki le confería el brillo de una perla negra. El reiki de Kikyo se levantaba y chocaba contra la Perla.

-"Eres tú la Shikkon no Tama? Por qué haces esto? Te di mi vida y mis esfuerzos por purificarte y mantenerte a salvo…"

-"Eso, no sirvió de nada o sí? No pudiste contra mí en ese entonces…Qué te hace pensar que podrás ahora? Tuviste que reencarnar para tomar una forma que yo pudiese respetar. Otra mujer, otra sacerdotisa, otro nombre, Kagome. Otro puede pensar que son dos gotas de agua…Pero yo no. Yo sé dónde está el verdadero poder…Y no está contigo, sacerdotisa Kikyo"

Náraku recuperando un poco la lucidez, tomó a la Perla del brazo, le colocó un artilugio metálico y la jaló con fuerza estrellándola contra un sillón de mármol

-"Perra! Sucia Traidora, pensabas que yo no sabía de tus planes?

Kanna había espiado a Kagura y a Perla Tama, mediante su espejo, Náraku pudo saber de los planes de las hembras traidoras. Conociendo que se había acostado con él para convertirse en youkai completo, mandó preparar un brazalete esclava con el mismo material, cenizas de los huesos de Midoriko que utilizaron para controlar a Sesshomaru. El mismo pensamiento cruzó por su mente, tan hermosa…Tan malvada…La dejaré vivir en las mazmorras y la utilizaré para mi placer cuantas veces quiera…

-"Eres un vil bastardo! Te concedí el deseo de trasladarte y renacer en este tiempo a cambio de tu lealtad y esto es lo que me das? Traidor asqueroso! No eres mejor que toda esta escoria! Pagarás con tu vida y la eternidad de tu alma todo esto Náraku Onigumo!"

Los presentes casi mueren de la impresión. No era el tátara nieto de Náraku…Era el mismo Náraku de hacía quinientos años y ella la mismísima joya de Shikkon, la perla de los deseos, ambos culpables de la perdición de sus antepasados en Edo antiguo… Y ellos les habían ayudado a ganar poder. Estaban condenados y habían condenado al mundo. Los únicos que hubiesen podido ayudar estaban en el piso del concejo tratados como delincuentes, el poderoso y valeroso Taisho Sesshomaru inutilizado con unas cadenas que contenían cenizas de los huesos de Midoriko, nada podían hacer ya y aún faltaba la sacerdotisa de Shikkon.

Náraku reía a carcajadas, de a uno los presentes tomaban posiciones del lado de la Casa de la Luna, afuera las huestes de youkai apoyando al Oeste rugían haciendo temblar los cimientos del recinto de perdición.

-"Ah ya llegaron los otros traidores… Bueno esto se estaba poniendo aburrido de todos modos. HIJOS! Ataquen!...Guardias secúndenlos! Hay que destronar al Oeste! La sangre de Inu No Taisho no será más! Ajajajajajajajajajajaja"

Por los aires el poderoso reiki de la sacerdotisa de Shikkon aplastaba ya los traidores permitiendo que los leales a Occidente se levantaran y continuaran peleando. Ya en tierra, Kagome caminaba y a su paso se abrían los caminos mientras los youkai se apartaban para verla pasar. Siglos de historia caminaba frente a ellos. Las leyendas de los libros, las historias de sus padres para dormir. La Shikkon no Miko, ella había derrotado a Náraku en el pasado y ahora venía a derrotarlo otra vez. Las lealtades fluctuaban, Náraku al sentir el reiki acercarse elevó su youki y lanzó miasma y la lucha se intensificaba, era muy profundo el miedo que les infundía a sus soldados, pero Kagome los atemorizaba más. Las espadas y Katanas caían a su paso, los guardias eran tomados prisioneros. Cada paso que Kagome daba era una punzada más en el corazón del Daiyoukai, desesperado intentaba liberarse. La sentía casi sobre él, no quería que llegara, no quería que algo malo le sucediera…La amaba tanto.

La poderosa Miko ingresaba al recinto, Miroku, Inuyasha junto a Kikyo, Kleinez y Kouga ensangrentados y jadeando la recibían con una mirada de preocupación en sus rostros.

-"Heme aquí miserables traidores y cobardes. Náraku, tanto tiempo sin vernos, maldito"

Con su traje de Miko y el arco en su mano, el reiki desbordante provocaba en los presentes el terror y en Sesshomaru el orgullo más grande.

-"He ahí a mi esposa, mi pareja, mi hembra, nada tienen que reprocharle"

-"Ah! Señora Taisho…Qué honor…"

Kikyo se paraba al lado de Kagome y en voz alta enfrentaba a Náraku

-"Habemos dos Señoras Taisho, y las dos somos Mikos, no pienses que saldrás de ésta sin pagar Onigumo"

-"No soy Onigumo! Yo soy Náraku! Onigumo murió, yo lo asesiné y consumí su carne para convertirme en lo que soy"

-"Un vil y asqueroso gusano"

-"Cállate, víbora malparida!"

-"A Kikyo nadie le habla de esa manera monstruo repugnante!

Inuyasha blandía Tessaiga y arremetía contra Náraku

-"Ataquen!"

Los vástagos de Náraku salieron a pelear, peleaban mano a mano con el Oeste. La sangre y el repicar de las espadas eran el marco del horror. Aprovechando el descontrol la Perla logró liberarse y arremeter contra Náraku. Cayeron al piso y se revolcaban luchando. Kagome intentaba acercarse a Sesshomaru, luchaba contra los demonios más fuertes del imperio Onigumo. Lanzando bolas de reiki y flechas sagradas, abría su paso hacia su amor. Verla luchar era magnífico, pero si hubiese sido por motivos de entrenamiento o situaciones del pasado que no pusieran en peligro su presente, su amor. El enorme youki de Sesshomaru se elevaba por los cielos provocando la tremenda reacción del reiki de Midoriko, las chispas y los rayos de energía sagrada y demoníaca juntos se desperdigaban por doquier pegándole a todos por igual. Shimaru estaba enfurecido. Kagura en su pluma se acercaba a Sesshomaru, intentaba tocar su hombro, hablarle…No sabía de qué.

El Lord desde su posición de rodillas con las manos encadenadas, tenía los ojos rojos y rugía aterrorizando a todos. La bestia y Sesshomaru le hablaron

-"Ni te atrevas a ensuciar mi persona con tus asquerosas manos.! Ve con tu calaña de inmundicias y obedece a tu señor, que ni bien me libere TE MATARÉ"

-"Hubo una época en la que anhelabas mi toque"

-"Esa época…Fue un desperdicio en mi vida y no la recuerdo"

-"Sí la recuerdas, YO sería la Señora del Oeste!"

-"Nunca hubieses dado la talla para tal fin. Tú elegiste a Onigumo, tú marcaste tu propio camino"

-"Ahora dirás que esa roñosa de Kagome da la talla? Luego de ser la puta de tu asqueroso hermano hanyou. Si esa inmunda permitiera que la toques, eso sería lo que ella te daría hanyous, mestizos, por descendencia"

Kagome estaba casi sobre Kagura, pero se detuvo al escuchar la palabras hanyou y mestizo, su arco estaba bajo y detrás de ella los demonios se arremolinaban para atacarla, ella sólo se detuvo a escuchar.

Sesshomaru reía, era espeluznante escucharlo reir. Las hordas de Náraku estaban siendo eliminadas. Mientras la perla y el hanyou maldito luchaban fieramente. A pesar del reiki de Midoriko la bestia y Sesshomaru se pusieron de pie. Sin apartar los ojos de Kagome respondió.

-"Hijos, cachorros es lo que ella me daría, y me dará. Este Sesshomaru tiene el corazón que no sabía que tenía, lo suficientemente grande para un montón de cachorros, y para la mujer que amo"

Kagome con lágrimas en los ojos y una enorme sonrisa liberaba su escencia mientras levantaba su arco apuntando a Náraku. El fuerte aroma de la sangre Taisho mezclada con la suya hizo saber a todos los presentes que ella era efectivamente la esposa y pareja de Sesshomaru y además…Estaba embarazada. El rostro sonriente del Daiyoukai que nuevamente caía de rodillas agotado casi sin energía

-"Me darás un cachorro, Saiai, me darás un hijo…"

Kagome liberaba la flecha que brillaba hacia los dos perpetradores del horror. En lo que Náraku se liberaba, atravesó a Perla Tama con un tentáculo y apartó la flecha con otro que se desvaneció al contacto con la flecha. Una segunda saeta sagrada se clavó en su pecho.

-"AARGhhhhh!Maldita!"

La perla gritaba desde lo alto con su corazón traspasado y sangre goteando de su pecho y de su boca. Náraku comenzaba a purificarse

-"Tú eres mi guardiana, tú eres la Shikkon no Miko, sálvame y yo te recompensaré!"

-"Nada bueno sale de ti Shikkon no Tama, sin embargo, tengo un deseo que formular…"

-"No te atreverías"

Kagome supo en ese instante que la perla selló su propio destino. Cuando la joya le dijo que era su guardiana, le confirió el derecho de formular un deseo, el deseo final. La perla ni bien se dio cuenta, no supo cómo reaccionar. Ella misma se había cavado la tumba…

El caos reinante Sesshomaru luchando contra las cadenas y aplastando youkai con su youki, y su látigo apenas móvil, giró para ver a su esposa.

Todos quedaron estáticos.

-"Shikkon no Tama…Desaparece y para siempre, no regreses nunca más!"

Náraku reía a carcajadas

-"Síiiii Yo gané, ajajajajajaja eres una estúpida y maldita joya nunca serviste para nada y ahora, tú sola te has sentenciado desaparecer! Jajajajajaja"

La perla comenzaba a desaparecer, Náraku reía, Inuyasha abrazaba a Kikyo, Sesshomaru era liberado de las cadenas por Kagome y se abrazaban. Todo terminaba de la mejor manera…

Pero la perla habló

-"Yo me desvaneceré de éste y todos los tiempos… Pero…"

La mirada de Kagome clavada en la de Sesshomaru, sus corazones latiendo aterrados, nada bueno saldría de eso. Los del Oeste se reunían…

-"Pero tú Náraku, regresarás al infierno asqueroso que te vio nacer y tú, Sacerdotisa de Shikkon, perra, maldita y malnacida, víbora traidora, tú permanecerás pero este tiempo, tú tiempo y todo lo que posees y conoces se desvanecerá con migo ya que soy yo quien los creó. Quedarás en el vacío oscuro de la nada, con tu cachorro en el vientre y nadie más a tu alrededor, vivirás eternamente en soledad, rodeada de tus recuerdos, las almas de tus seres queridos y de oscuridad"

Y al decir eso la perla se desvaneció creando un agujero negro como el de Miroku que se había cerrado hace siglos, el vórtice comenzó a tragarse todo a su paso.

Casi sin voz Miroku dijo

-"Kazaana…"

Sesshomaru respiraba agitado

-"No. No lo permitiré, JAMÁS!"

Los del Oeste se miraron y corrieron afuera del recinto del concejo, Náraku gritaba en lo que era purificado y consumido por la oscuridad, todos corrían y escapaban. En la huída algunos tomaron sus autos otros volaban con su youki, Kagome y Sesshomaru escapaban montando a Ah Un.

-"Hacia el Templo Higurashi!"

Gritó Sesshomaru y todos se dirigieron a toda velocidad hacia allí. Al llegar mientras corrían subiendo las escalinatas del Templo, volteaban a ver el enorme agujero negro que tragaba todo, edificios, casas, calles, alumbrado eléctrico, seres vivos, Youkai, humanos… TODO.

Todos sabían por qué Sesshomaru los había hecho venir al Templo. Salvar a Kagome. No había nada que hacer con ellos mismos, desaparecerían, pero ella debía sobrevivir, el enorme Kazzana los alcanzaba de a uno

-"Corre Kagome! No te des vuelta! Corre!"

-"No mires atrás! Ve al pozo corre!"

Corría y sentía que las voces de sus amigos enmudecían, eran tragados, Inuyasha la empujaba más cerca del pozo junto a Sesshomaru antes de ser devorado por la oscuridad.

Kagome gritaba desesperada, Sesshomaru tomó la cara de Kagome y la besó para callarla Kagome estaba sobre el pozo, Sesshomaru la abrazaba y la besaba otra vez y acariciaba su vientre

-"Estoy muy feliz de haberte conocido, y de que me amaras, ahora muestra tu fortaleza, Shikkon No Miko y regresa a casa"

-"NOOOO, no te dejaré, no puedo! TE AMOOO!"

El grito desgarrador y Sesshomaru empujó a Kagome dentro del pozo, con su rostro frío la sostenía de los brazos

-"Saiai…Saiai, Yo también te amo, cálmate, pero debes vivir por ese cachorro que amo tanto."

-"Pero no podré hacerlo sin ti"

Con las uñas clavadas a las manos de Sesshomaru, ella se negaba a dejarlo ir. Cuando el vórtice comenzó a girar sobre ellos el pozo comenzó a brillar. Sesshomaru supo lo que debía hacer y le dijo con voz firme

-"Antes fui un necio por negar mis sentimientos y dejarte ir. Ahora te dejo ir para aceptar mis sentimientos y vivir un milenio de felicidad a tu lado, y al lado de nuestro hijo…"

-"Sesshomaru?..."

-"Ve con él, búscalo y hazlo… No, HAZME feliz para siempre"

-"NO! NOOOOOOOO"

-"Te amo...Saiai..."

Y sin más la dejó caer hacia la luz azul que brillaba en el fondo del pozo…