NO SOY DUEÑO DE INUYASHA.
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Capitulo 44
-"Hacia dónde iremos, Okasan?"
-"Me gusta cómo suena eso Shippou…No conozco bien la morfología del planeta en esta época…Tal vez…"
El kitsune intentaba comprender las palabras de Kagome fallando miserablemente. Ella utilizaba palabras desconocidas para él, y no sólo eso, estaba abrumado por la información que ella le había detallado a lo largo del viaje.
Sabía que huir no era la respuesta, pero Sesshomaru…El sólo pensar en él le erizaba la piel y provocaba un espantoso escalofrío que le recorría todo el cuerpo…
"Cómo terminó uniéndose a él?"
Era la pregunta que rondaba su cabeza y no encontraba respuesta para ella. Los orbes revoloteándola tampoco ayudaban a calmar los ánimos, no eran agresivos pero sí molestos.
Al ir tomando vuelo, iban desapareciendo de a uno, regresando a tierra, se instalaban a revolotear en el pozo. Solo dos orbes quedaron con ellos.
-"Hay un lugar…Si recordara cómo llegar"
-"Dónde es, es algún lugar seguro?"
-"Debería serlo…Realmente no sé adónde más ir…Sólo se me ocurre aquella isla…Si solo recordara hacia dónde nos dirigimos aquella vez…"
Kagome intentaba recordar los paisajes recorridos con Su Sesshomaru en el Taisho I cuando escaparon a la isla, maravillosa isla, dónde todo comenzó.
-"Tres horas con el sol de frente…Mmmm…Cargamos combustible en Hawaii…"
-"Kawaii?"
-"Hawaii…Es un grupo de Islas volcánicas en medio del Océano Pacífico…"
-"Océano Pacífico? Mamá…No entiendo de qué hablas"
-"Lo sé Shippou, lo siento…Simplemente hagamos eso viajemos con el sol de frente por unas tres horas y después veremos qué encontramos"
Y así lo hicieron hasta llegar a un grupo de pequeñas islas donde se suponía estaría Hawaii. Sus volcanes estaban muy activos al parecer seguían en formación.
Shippou dio un par de vueltas y Kagome le indicó seguir por algunas horas más con el sol a sus espaldas, no recordaba nada más.
Sesshomaru indignado revolvía la cueva y se fijaba en todas las oquedades que encontraba por rastros de la Miko, pero no lo halló, solo el almizcle del pequeño zorro quedaba en el ambiente y las huellas de la mujer en la arena. Comprobó las cenizas en el fogón, estaban tibias. El rescoldo de su calor le irritaban la piel de las manos, pero él revolvía.
"El kitsune…"
"Hn."
Su aroma era muy fuerte, hacía poco tiempo había estado allí, al menos sabía que ella no estaba sola. Pero adónde se había ido? Maldita mujer!
Su instinto de alfa comenzó a revolverse en sus entrañas, la bestia le indicaba pasos a seguir, extendiendo su youki para monitorear se encontró con la nada más absoluta, decidido remontó vuelo hacia el bosque para ver si el Inutachi tenía mejores noticias…¿Mejores? Pero qué demonios estaba pensando?
"Maldita onna"
Inuyasha y los demás habían recorrido el pueblo preguntando, la cabaña de la anciana estaba vacía sólo quedaban algunos rastros de aroma…pero otra vez eran de Shippou
-"Keh! Por qué demonios Kagome esconde su aroma?"
-"Es simple Inuyasha, es para que no la encontremos"
Sango lloraba angustiada, Miroku la consolaba y junto a Kaede y Kikyo, extendían su reiki en busca de la respuesta del reiki de Kagome. Nada. En eso el chisporroteo tremendo en el aire y el grupo que miraba perplejo a un muy enojado y humeante Daiyoukai descender en el claro
-"Cesen de inmediato su patético intento de purificación, o mi youki reaccionará"
-"No intentamos purificar nada, Sesshomaru Sama, buscamos la reacción del reiki de Kagome, pero es…inútil"
-"Hn. Sólo encontrarán rastros del kitsune"
-"Y ahora qué haremos?"
El Lord miraba a los ojos a la Miko Kaede. Ella era la única que había visto la fotografía y sabía de las tribulaciones del lord. El rostro de Inuyasha estaba desencajado, El resto del grupo apestaba a tristeza y miedo, mucho miedo. La única en hablar fue la anciana
-"Kagome debe haber tenido una muy buena razón para hacer lo que hizo, creo que lo mejor sería esperar hasta que ella se sienta más segura para regresar"
-"Keh! Ella no regresará"
-"¿Por qué lo dices Inuyasha?"
El hanyou bajaba las orejas
-"Porque la lastimé más allá de las palabras…"
El mestizo pensaba que ella estaba enojada con él, y que su huída se debía a su traición. Sesshomaru lo miraba con intriga, aún así afinaba los ojos desconfiado…Tenía que averiguar…
Mirando al pozo, el grupo veía los orbes de almas girando, entrando y saliendo, sin comprender qué hacían allí. El Lord afinaba los ojos como rendijas, si eran almas por qué estaban aquí? Y no en el más allá?
-"Regresaremos al palacio de la Luna, allí decidiremos qué hacer"
-"Sesshomaru Sama…Alguien debe quedarse aquí, por si regresa…Los aldeanos me cuidarán y ellos necesitan de mis medicinas, yo me quedaré"
Kaede muy decidida no apartaba la mirada del Señor del Oeste, que asintió encontrándole mucho sentido a sus palabras.
Kagome en el lomo del zorro estaba cansada y un poco mareada. Recostada sobre Shippou apenas vislumbraba un pequeñísimo punto en el horizonte. Se incorporó rápidamente y le indicó al kitsune hacia dónde debía ir. Muy velozmente el zorro fue volando hacia la pequeña isla que se agrandaba a medida que se acercaban
La joven mantenía el aire dentro como si tuviese miedo de ahogarse. Con un susurro apenas audible, Kagome repetía como para sí misma
-"Es esa…La isla es…Esa…"
No había error, las montañas y el gran volcán en forma de cono que estaba en una punta del terreno insular, las palmeras y las playas SUS playas estaban allí.
La sacerdotisa le indicó a su hijo dónde descender, si bien la vegetación era diferente la joven isla debería ser la misma.
-"Vuela hacia allá, encontrarás unas rocas enormes y una gran cascada"
Y así fue, a medida que avanzaban las plantas se abrían y daban paso a la vista más exquisita, la majestuosa cascada de la caverna azul. Al bajar ella contenta corrió a mojarse la cara con el agua cristalina y fresca y bebió un poco para refrescarse del largo viaje. El kitsune miraba todo sintiéndose abrumado por la fuerza de la naturaleza en el lugar.
-"Kagome…Es…Hermoso"
-"Verdad? Es mi isla tan amada…aquí fui tan feliz… No dudo que mis hijos lo sean también"
-"Hijos?"
-"Tú y el bebé, viviremos aquí"
Antes que nada debían preparar un refugio, las noches eran frescas en esta época del año. Recorrieron los alrededores, Kagome recordaba dónde estaban las mejores frutas. Muchos árboles eran apenas brotes y otros ni siquiera semillas. Pero un sinnúmero de otros frutales estaban cargados de sus maravillosos recursos, llenaron mantas de sus bienes jugosos y comestibles. Por esta noche o hasta construir una cabaña se refugiarían en una grieta amplia del costado de la cascada, escondida por la caída del agua, era segura y cómoda. Todo estaba listo para comenzar la nueva etapa de sus vidas.
Una semana transcurrió lentamente. Tediosa y monótona, El grupo gastaba su tiempo entrenando, comiendo, pensando, peleando entre sí, imaginando…Desesperando. Sesshomaru obligaba a Inuyasha a acompañarlo a las reuniones con los terratenientes y otros Lores. Lo cual no soportaba. Ante la incredulidad de todos, demostraba amplios conocimientos de protocolo y bueno modales a la hora de vestir las ropas de Occidente y representarlo. Varias veces el Lord había intentado sonsacar información de la Miko al mestizo pero este se comportaba renuente. En una de las reuniones se presentó el Señor del Norte y hasta allí llegó la calma
-"KEH! Señor del Norte MI CULO! Este sarnoso no sabe ni dónde tiene la cabeza puesta, qué te hace pensar que nos ayudará a encontrar a Kagome!"
-"JAH! Aliento de perro es el Beta de la Casa de la Luna?"
Y antes de que siguieran el gruñido penetrante del Señor Occidental hizo callar a los dos.
-"Cuidado lobo, este Sesshomaru podría malinterpretar tus comentarios"
-"Sesshomaru Sama, mis disculpas..Yo…Es con Inuyasha, no con el Oeste"
La acidez de su mirada denotaba la rabia y el dolor del Ookami al dirigirse al segundo de Occidente.
-"Te presentarás a mi despacho después del almuerzo, y tú mestizo, presidirás la reunión con los demás terratenientes hasta que yo llegue"
Sin decir más se metió un trozo de carne sangrante a la boca y los demás comenzaron a comer
La presentación de Inuyasha como segundo a cargo había generado molestias y descontento al principio, pero luego los diversos youkai emparejados con humanas comenzaron a apoyar al mestizo de los Taisho, ya que ellos por su cuenta tenían hijos hanyou.
Una vez en el despacho el lobo Kouga se encontraba muy nervioso. No sabía qué se podría traer Sesshomaru entre manos. El Daiyoukai más poderoso de los Cuatro existentes, más poderoso que él mismo, que todos los demás…Nadie sobre él…Nervioso era poco decir...
Sesshomaru por su parte mantenía un filoso escrutinio sobre el rostro y los gestos del joven Daiyoukai recientemente ascendido y emparejado. Si bien estaba más allá de él la vida de la humana Miko de su hermano…No era más de su hermano, pero tampoco de él y necesitaba saber, curioso como su instinto Inu le marcaba, pero aún renuente a demostrar interés en la mujer. Pero…NECESITABA SABER. Con la voz más grave que tenía y lentamente comenzó a hablar provocándole al lobo que se le erizara la piel de la espalda.
-"CONGRATULACIONES Lord Ookami por su reciente nombramiento en el Norte. "
-"Ah gracias Lord Sesshomaru"
-"Hn."
De nuevo el silencio y el escrutinio, la tensión en el Lord del Norte era evidente
-"Beba su sake"
-"Si, si enseguida…Es que no soy muy adepto al alcohol tiende a tener efectos extraños en mi jaja"
Justo lo que necesitaba Sesshomaru. Apenas esbozando una casi imperceptible sonrisa que aterrorizó las entrañas de Kouga le sirvió otro poco de sake.
-"Relájese Lord Kouga estamos entre aliados…"
La copa de sake estaba vacía en un tris. En otro, estaba llena otra vez.
-"Y dígame…Usted conoce a Inuyasha hace mucho tiempo?"
"Ah, sí desde cuando Kagome apa…reció por primera vez…"
-"Relájese, conozco muy bien el origen de la Miko… Kagome dijo que se llama?"
-"La secuestré y aliento de perr…Inuyasha la rescató, fue todo un mal entendido y así nos conocimos"
Copa vacía…
-"Usted la cortejaba?"
Auch golpe directo. Salteando un sin fin de temas, el Daiyoukai golpeó con todo lo que tenía al Ookami en su afán de saber.
-"Emmm. No exactamente…Puedo preguntar cuál es específicamente su interés MI Lord?"
Copa llena otra vez, sonrisa espeluznante
-"Simplemente supe que usted se ha emparejado recientemente, y que usted e Inuyasha siempre se enfrentaban a causa de La Miko Kagome, las noticias vuelan ya sabe, y un macho que reclama una hembra como propia a los cuatro vientos es algo que no pasa desapercibido en el mundo youkai, luego la noticia de su emparejamiento con otra hembra…su pareja está al tanto del tema?"
Kouga y su sexto sentido presentía interés por parte del Inu hacia su amiga. Pero la idea lo abandonó rápidamente por efectos de la copa de sake y otra y otra que Sesshomaru se empeñaba en ofrecerle. Por supuesto que las bebería, no estaba loco para despreciar algo ofrecido por EL DAIYOUKAI. Ayame comprenderá…
-"Si, gracias, pues, si por supuesto ella conoce todo el tema…Después de todo Kagome hizo de nexo de unión entre nosotros, y además el vínculo de la marca…"
Los ojos del lobo brillaban con añoranza, el Lord Inu achinaba los ojos
-"Cuando sucedió lo de aliento de…Inuyasha… Ella se refugió primero en mi guarida, Ayame celosa bajó de las montañas y Kagome, bueno ella se encargó de lo demás, ella es muy especial"
Echado hacia atrás en su sillón Sesshomaru, analizaba las palabras del lobo muy minuciosamente. Estaba cada vez más interesado?
-"La Miko se refugió en tu guarida?"
-"Ah, eso…Sí, bueno era de esperarse, después de todo, estaban cortejando con Inuyasha y pues nada la preparó para lo que venía…A pesar de todo lo que le advertí, ella eligió creer…"
En el otro pasado de Sesshomaru los acontecimientos habían sido diferentes, Kagura aún estaba en su vida, cortejando, Inuyasha y el grupo entraron en palacio casi cincuenta años después que Kagome regresara a su tiempo, la ruptura del hanyou con Kagome no le importó en absoluto y la razón, la ignoraba hasta que se emparejó con ella, ahora muchas cosas eran distintas pero eso, él no lo sabía, ni lo sabría tampoco. Todo era nuevo, diferente recorría un camino no escrito aún. El pasado, era presente y futuro, para todos.
El Lord Inu agradeció a Kouga la charla y se quedó solo en el despacho. La mujer parecía haber sufrido bastante a manos de su hermano. De pronto comprendía su necesidad de huir y esconderse, después de todo regresó a un mundo donde no había nada, ni nadie que fuera de ella, nadie de ella?. Ella y él al parecer eran muy cercanos, en otro tiempo. Se sabía un macho inteligente y si la aceptó cerca es que ella lo valía o no? No por cualquier cosa tenía fieles amigos, capaces de hacerle frente a él mismo a riesgo de morir, por ella… Tenía más ganas de averiguar. Inuyasha era la clave, pero estaba presidiendo la reunión de esos infelices terratenientes… Al menos la presencia del mestizo, le quitaba peso de encima. Aunque jamás renegaría de sus obligaciones…Suspiraba y bebía la última copa de sake de un trago, se iría a entrenar, necesitaba aclarar sus dudas.
Semanas transcurrieron y no había noticias ni rastros de la joven, ni del kitsune. La búsqueda se extendía a los cuatro puntos cardinales de las tierras feudales. Sesshomaru estaba bastante comunicativo, las relaciones con el inutachi mejoraban cada día, eran finalmente una manada firme. En un entrenamiento de katanas con Inuyasha en su dojo, Sesshomaru aprovechó para averiguar la razón de la huida de la joven a territorio Ookami. Si fuese pescador, Sesshomaru sería experto, liberaba suficiente sedal para que la víctima se sienta liberada y tranquila y de pronto… el tirón y enganche fatal. Inuyasha se sentía miserable ante su pregunta.
Muy sudados y agitados mientras las katanas chocaban estruendosamente, respondía a sus preguntas afiladas. Hasta que luego de la última respuesta el choque de katana por parte del Daiyoukai no se produjo, su ataque nunca llegó, al mirarlo Inuyasha desconcertado, vio a Sesshomaru que estaba de pie mirándolo incrédulo, su katana apuntaba al suelo del dojo, su respiración era pausada dentro de su agitación, las gotas de sudor caían por sus pectorales, el cabello suelto medio revuelto se pegaba a los costados de su cara.
-"La llamaste…Kikyo?"
Muy avergonzado Inuyasha bajaba su espada y su mirada.
-"Soy de lo peor…Lo sé, ella me daba su vida, su cuerpo, sus esperanzas…Y antes de marcarla, la llamé Kikyo"
Nunca se imaginó despertarse incrustado en una columna de mármol blanco de esas que decoraban el dojo, Inuyasha no supo qué lo llevó hasta allá, pero de pronto abrió los ojos y estaba bañado en trozos de mármol y desparramado en el suelo. Al incorporarse vio a su hermano que rechinaba los dientes y se acomodaba los cabellos hacia atrás.
-"Me…Me golpeaste? OI me golpeaste?!"
Sin articular palabra Sesshomaru se volteó para retirarse
-"OI hijo de puta!"
Al oír ese apelativo, el Lord se dio vuelta para ver a Inuyasha
-"Yo soy el hijo de puta, Inuyasha?"
El mestizo bajó las orejas y se iba incorporando quitándose los escombros del cuerpo.
-"Pfff, no, claro que no"
-"Sólo dime una cosa. Dime que no tocaste a la Miko, dime que no revolcaste aún más el nombre de la Casa de la Luna, la sangre de los Taisho"
Era difícil, que no la hubiese tocado, se sentía incómodo con la posibilidad de que la hubiese hecho suya, le daba como una sensación extraña que no podía identificar…Celos?
-"Claro que la toqué, estuvimos cortejando por años, qué clase de pregunta…"
Ahora estaba clavado contra una pared con la enorme mano de Sesshomaru apretando su cuello amenazando con impedirle volver a respirar.
-"SABES a qué me refiero, tomaste a la Mujer como Inu, estabas en su interior…"
Apenas sonaba como un ronquido, su voz le dio al Daiyoukai alivio que no esperaba fuese tan bien recibido por él mismo y su bestia
-"N-No, no lo hice… No entré en ella"
-"Hn."
Sin más mientras se retiraba e Inuyasha caía sentado al piso, Sesshomaru se regocijaba de que su hermano pequeño no sabía cómo marcar a una hembra a la manera Inu…Pero con mil demonios por qué estaba tan satisfecho con esa respuesta… Frustrado por sus reacciones involuntarias se retiró a asearse y se reunió con el grupo para cenar.
Mientras en la Isla Kagome cenaba con su hijo kitsune, habían decidido continuar viviendo en la grieta de la cascada, era más segura cuando había tormenta, Kagome lo pasaba realmente mal, siempre le aterraron lo rayos y los truenos, sobretodo la oscuridad. Había aprendido con Su Sesshomaru a no temer pero luego de hablar varias veces con Shippou acerca de la necesidad de que se fuera a entrenar como demonio zorro, acerca de convertirse en Daiyoukai y regresar para armar la familia junto a Kagome y el bebé, ella se quedaría temporalmente sola, eso preocupaba sobremanera al pequeño zorro y a ella…Seguramente el miedo regresaría. El kitsune le sugirió permanecer en la grieta, era más segura. Ella aceptó, era muy confortable y amplia le habían agregado ambientes hechos de troncos, techo de troncos y hojas de palmera, era muy acogedora y cálida, allí formarían su hogar. Muy a regañadientes partió una madrugada un kitsune con el corazón roto al ver a su madre, embarazada y sola que lo saludaba desde la playa, no sabía qué hacer para ayudarla, los orbes revoloteaban a su lado, dos orbes que el zorro deseaba tanto la protegieran de cualquier daño…
-"Cuídate Mamá, regresaré muy pronto!"
Con el transcurso de los días Sesshomaru escuchaba todas las historias de la Miko con sus amigos, realmente era una mujer excepcional, rara condición para una humana, la bestia felicitaba al Sesshomaru del futuro y deseaba que se hubiesen emparejado, el Lord le recriminaba que eso no era posible…O sí? Durante una visita a Kaede el grupo se detuvo a hacer un fogón cerca del pozo, mantenían la guardia por si acaso, estar a ciegas acerca de las pistas era muy difícil, así se sentían más cerca de ella. Las almas continuaban su danza contrastando con las llamas y de vez en cuando se aventuraban a revolotear a alguno de los presentes, el orbe violeta al parecer era muy apegado a Miroku, que se reía ante su acercamiento y calidez. Sesshomaru mantenía silencio mientras veía el extraño espectáculo. Hasta que la exterminadora se puso de pie y caminó hacia el pozo comenzando a llorar silenciosamente.
-"Si fuesen almas…Si fuesen las nuestras…Por qué no están con ella para protegerla"
Cubría su rostro con la manos y el orbe giraba a su alrededor frenéticamente, el grupo se ponía de pie para ver, Inuyasha sacaba la Tessaiga y Miroku preparaba su báculo, El Lord estaba listo para saltar con su látigo de veneno.
-"Si fuera yo, si fuese mi alma, yo hubiese pasado con ella para cuidarla. Pobre mi hermana del corazón, ella ha pasado por tanto!"
De pronto la tajiya miró al orbe y le gritó
-"Si fueses mi alma…AYÚDAME A RECORDAR!"
En ese instante el orbe se metió violentamente en su cuerpo provocando que la mujer cayera a metros del lugar inconsciente. Los demás estaban paralizados. Miroku y Rin corrieron a levantar a Sango que se recuperaba aturdida.
-"SANGO! Estás bien mi amor?"
Ella se sentía bien y un calor interno la envolvía dulcemente, de pronto recordó algo. Una imagen de una tarde de compartir con la manada del futuro, ahora inexistente, ella lo sabía… De pronto sabía que ya no existía y que el vínculo de la manada era fuerte, sería fuerte, se sentía completa, pero triste…Muy triste…
-"No queda nada…Hay que salvarla! Kagome!"
Despertaba violentamente la mujer ante los ojos desesperados de su esposo.
-"Sango, estás bien?"
-"Qué sucedió?
-"Al parecer el orbe entró en tu cuerpo, qué sientes, estás bien?"
Kaede y Kikyo colocaban sus manos sobre ella
-"Su alma se siente completa, verdad hermana?"
-"Mmm. Al parecer ese orbe era su alma escapando del futuro… Hija recuerdas algo distinto, algo no de este tiempo?"
Sango pensaba un poco, su mirada se clavó en Sesshomaru
-"Mi Lord…Debes buscar a Kagome, ella te necesita"
El Daiyoukai levantaba una ceja.. Mi Lord? Desde cuándo la exterminadora lo llamaba con tanta familiaridad, hacía relativamente poco que eran manada…Apenas antes de que el orbe la golpeara, lo llamaba Sesshomaru Sama…
-"Me…Necesita?"
Ella lo miraba confundida
-"Sé que es así"
Kikyo se ponía de pie
-"Entonces si eso es lo que hay que hacer…"
Caminaba hacia los orbes decidida, Inuyasha intentaba detenerla
-"Kikyo?"
-"YO TAMBIÉN QUIERO RECORDAR!"
Uno de los orbes del grupo girando salió del pozo y fue a impactar en el pecho la sacerdotisa de lleno volteándola y haciéndola chocar contra un árbol, corrieron a socorrerla.
-"Kikyo!"
-"Estoy bien Inuyasha, Kagome…El futuro…NÁRAKU!"
El Lord analizaba los sucesos de hacía minutos efectivamente las esferas energéticas eran sus almas del futuro que pasaron con Kagome para acompañarla y protegerla, la Miko de su hermano hablo de Náraku, la tajiya dijo que Kagome lo necesitaba a él?
-"Al parecer son las almas de los que estaban junto a la Miko, hasta ahora fueron la otra Miko y la tajiya, pero es lógico pensar que todos ustedes estaban con ella"
-"Deberíamos hacer lo mismo que ellas y pedir recordar?"
-"Hn."
Y así, uno a uno pidieron recordar, iban cayendo como moscas y cada uno tenía una sensación distinta, los orbes circundantes revolotearon más rápido, pidieron que los fieles al Oeste y allegados y amigos recordaran, y las estrellas del cielo se opacaban ante el vuelo repentino de las luces de las almas, las esferas espirituales cruzaban en cielo hacia todas partes, todos observaban alucinados el hermoso y místico espectáculo hasta que sólo quedó un orbe flotando en el pozo devorador de huesos.
De ellos, quedaban dos, Sesshomaru y la pequeña Rin. Ella se adelantó al Lord y pidió
-"Quiero recordar!"
El orbe enloquecido pegó en ella, rápidamente el Daiyoukai la atrapó antes de que cayera y se dañara.
-"Rin! Rin!"
-"Habla pequeña!"
Al abrir los ojos Rin abrazó al Lord fuertemente
-"Otosan! Tengo miedo!"
Las palabras de Rin retumbaron en la mente del Señor del Oeste… Otosan… Padre.
En el futuro lo llamaría así? Lentamente se ponía de pie y se dirigía al pozo.
No había más orbes, la suya no estaba allí, tampoco había pedido recordar, él estaba más allá de todo aquello, pero…Dónde estaría su orbe? Su nariz se arrugó, bufó por lo bajo y de pronto se volteó a mirar las luces alejarse, la respuesta era simple…Estaba junto a ella…
