NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

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Capitulo 48

Maldecía su repentina debilidad. A medida que se alejaba de la laguna rebanaba los pocos árboles que quedaban en pie después de la tormenta. Ella dijo

-"Él era mi alfa"

Rechinaba los dientes. Tenía mucha ira. Había bajado la guardia con esa mujer y ella lo había rechazado. Las caídas de los árboles dejaban un camino despejado por donde había pasado el Lord. Si bien era de noche ya. La luna se encargaba de iluminar lo suficiente para ver el desastre. Kagome saliendo de la poza y colocándose su ropa limpia sentía su corazón palpitar desenfrenado, no sabía por qué. Éste era el frío y descorazonado asesino, Taisho Sesshomaru de las tierras del Oeste o no? Pero si había cambiado antes para ella…Por qué no lo haría ahora… Lo necesitaba. Ella lo sabía, lo necesitaba y el bebé también. Su Sesshomaru, mirai Sesshomaru, había sido más experimentado, más maduro, más de todo por lo tanto más peligroso y a pesar de ello, se habían enamorado. Él le había dicho que lo buscara en el pasado…Él no la hubiese enviado a morir a manos de un asesino, ni a su cachorro…

Si deseaba ser feliz, tenía que acercarse a este Sesshomaru, no hay ningún otro, no más. Éste era su Sesshomaru ahora.

Pero ella aún temía, no era lo mismo.

No lo era.

Y Él? Qué pensaría él de si mismo? De sus acciones en aquel futuro? Era todo demasiado confuso. Lo único que sabía era que de pronto estaba siguiendo el camino de destrucción que dejaba el Señor del Oeste a su paso camino hacia a vaya a saber Kami…

Estaba enojado…Furioso.

El youki le quemaba la piel a la joven, se estaba poniendo colorada. Su reiki resistía y arremetía contra el youki verde del Lord. Los pensamientos la abrumaban a medida que corría hacia la playa.

Su respiración se agitaba… Estuvieron desnudos en la caverna…¿Qué pudo haber sucedido, si ella liberaba su aroma, si ella lo aceptaba allí mismo como su alfa?…Acaso él estaba interesado en ella?

No, eso no era posible, o sí? Si él hubiese olfateado su aroma hubiese sabido de inmediato que ella era la pareja de Sesshomaru Taisho y que estaba encinta. A cualquiera se le revolvía el cerebro tratando de comprender.

¿Cómo la habría tomado él?...

El orbe voló rápidamente desapareciendo detrás del estruendo.

Ya casi llegaba a la playa. El ruido infernal de los troncos quebrándose y el rugido le erizaban la piel. El frío asesino había venido a la isla para ayudarla, por Shippou que sufría, y por ella. Sabía que él se convertiría en alfa del Inutachi, eso no la sorprendía pero que él hubiese venido, sí.

Se suponía que Sesshomaru dejó su desprecio hacia los humanos mucho más tarde, cerca de sus quinientos años, ahora debería tener…Casi trescientos, si mal no recordaba lo que Sesshomaru del futuro le había dicho.

En la playa ella no veía mucho, sólo algunas siluetas azuladas bañadas por la luna y el mar. Todo brillaba mágicamente, pero también mágicamente Sesshomaru brillaba pero por su ausencia.

-"¿Dónde estás?"

Susurraba Kagome, estaba muy nerviosa, debía sí o sí disculparse, Sesshomaru sí era su alfa, él no era culpable de su futuro, no de su desaparición. Ella lo amaba, lo haría, lo hizo, siempre lo amará…

De pronto la enorme silueta de un perro blanco gigante hizo sombra en el oscuro cielo y bajó repentinamente a la playa. Su llegada hizo temblar la tierra.

De inmediato volteó a verla a ella.

El gigantesco Inu se encaminó hacia la mujer liberando cantidades exorbitantes de youki, intentando castigar y someter a la hembra insolente, pero su reiki, comenzó a salir a jugar con el youki, eso era, ante los ojos asombrados del Inu que no cabía en su asombro.

La energía sagrada y su energía demoníaca danzaban arremolinándose sin atacarse, para luego llegar hasta ellos y simplemente acariciarlos provocándoles cosquillas, y una leve sensación de calor similar al picor del wasabi en los labios. Sesshomaru veía a la hermosa mujer, que se mantuvo de pie con la cabeza erguida.

Ella sentía que le debía respeto, pero no demostraría debilidad, no, por ella y por su pequeño.

Desde lejos el perro rugía y rascaba la arena violentamente. La forma humanoide tomaba lugar frente a Kagome, el Daiyoukai en su gloria más perfecta comenzaba a caminar hacia ella.

-"Miko…"

Entre rugidos, y saliva

Kagome reverenciaba

-"Lo siento, Sesshomaru Sama, no quise ofenderte, sólo me sorprendiste en un momento de debilidad"

Sesshomaru gruñía molesto, a medida que se acercaba la imagen de la mujer era más clara.

Kagome se veía increíble en su traje de Miko, altanera y poderosa, iluminada por la luna, y el brillante reiki rosado envolviéndola, erguida, hermosa, pristina como una columna del más fino mármol.

Las defensas del Lord se iban derrumbando.

El orbe iba de ella a él y giraba para elevarse y regresar a hacer lo mismo una y otra vez.

Sesshomaru frente a ella puso su rostro muy cerca al de la mujer. Gruñía por lo bajo, no podía sujetar su instinto, su youki batallaba para arremeter contra la sacerdotisa. Kagome lo sabía, lo sentía sobre la piel, él estaba luchando para no atacarla. Entonces decidió someterse al único ser al que amaba con toda su alma.

Exhibiendo su garganta echando la cara hacia un lado, expuso la yugular al enorme demonio enfurecido.

El Inu incrédulo alejó su rostro de ella para ver si sus ojos no lo engañaban, se estaba sometiendo?

-"Discúlpeme, Sesshomaru Sama...Ofenderlo no era mi intención. Pero no liberaré mi esencia aún, necesito aprender a confiar"

-"Hn…Este Sesshomaru acepta tus disculpas sacerdotisa. Pero si esto se repite…"

Luego de lo cual Sesshomaru se quedó mirándola sin articular palabra. La mirada inquisidora del macho youkai ponía muy nerviosa a la joven. Ella se sintió molesta por la amenaza.

Ella no le había pedido que viniera a la isla, él vino por su propia iniciativa. No quería responderle ni mandarlo al demonio, prefirió irse a su refugio.

-"Buenas noches, Taisho Sama"

Sesshomaru sintió el cambio en el aura de Kagome. La Miko tenía carácter. Se había sometido por la paz general y el bien común, por respeto, pero no por convicción.

La sonrisa casi imperceptible en las comisuras de su boca. Vaya sorpresa para el Lord, mientras la veía irse su corazón latió, él puso sus garras en su pecho, la esfera espiritual estaba cerca de él. Sesshomaru le habló

-"Creo que estoy comenzando a entender…"

Ya en el refugio, Kagome se disponía a dormir, estaba hablando con su bebé, el Daiyoukai estaba cerca vigilando, lo suficiente para escucharla hablar

-"Arrogante, culo esponjoso y pedante…"

El Daiyoukai fruncía su seño, hablaba de él?

-"Nadie le pidió que venga"

Síp, hablaba de él. Suspirando el Inu apretó el puente de su nariz, le tomaba todas sus fuerzas no entrar y apretarle el pescuezo a la hembra irrespetuosa…Pero ella hablaba con la verdad.

Nadie lo había mandado, sólo su simple curiosidad por entender, esa necesidad de saber y aquél maldito papel con imágenes…

Realmente no deseaba preguntarle a ella. Pero de qué otra manera…

El orbe.

Parado al lado de la entrada del refugio, Sesshomaru se adentró a la cueva en busca del orbe. No lo encontró.

Vio a la sacerdotisa dormida. Y le llamó la atención la manera en que dormía enrollada en sí misma, curiosa Miko. La danzante luz le llamó la atención desde afuera.

El orbe estaba flotando sobre la laguna, Sesshomaru se paró frente a él. La esfera permaneció estática flotando en el mismo sitio, como desafiándolo.

-"No me temes, lo sé, tampoco yo a ti"

-"Ella es todo un desafío verdad…"

-"Este Sesshomaru…De verdad piensas que soy su mejor opción?"

-"Conoces mi corazón, recuerdas...Intenté asesinarla un centenar de veces…Realmente confías en mi?... Sesshomaru"

El orbe dio unas vueltas alrededor de la laguna. Para detenerse frente a él una vez más.

-"La…Deseas?... La…Amas?...

La esfera espiritual se hacía más brillante cada vez que se refería a Kagome.

Ante su pregunta, el orbe simplemente se mantuvo fijo, flotando sobre el agua.

Sabía que su respuesta no le hubiese satisfecho, pero la comprendió

-"No deseo unirme a ella porque haya sido tuya; no deseo continuar escribiendo el final de una historia trunca, si así sucediera, será por decisión mía, para escribir una historia nueva, si aún estás de acuerdo…"

Sesshomaru, no iba a demostrar debilidad, ni interés, el orbe intentaba someter al joven Daiyoukai, a sí mismo.

El joven Inu no daría el brazo a torcer, no suplicaría, no pediría…El alma, no le daría tregua.

-"Eres patético, todo este revuelo por una onna ningen"

El orbe se agrandaba y comenzaba a destellar plateado y a crepitar violentamente

-"Ridículo…"

-"No perderé más tiempo en esto"

Dándose la vuelta para alejarse, antes de hacerlo volteó a verlo una vez más, la esfera luminosa crecía en tamaño y brillo, el Lord se detuvo a verla. Quería y no quería recordar o averiguar. Todo parecía ser demasiado abrumador, pero el instinto lo enloquecía, la fotografía había hecho más daño del esperado en el joven Inu Daiyoukai.

Utilizando su más críptico lenguaje se dirigió a su alma una vez más

-"Haz lo que quieras…"

El código secreto de Sesshomaru para dar una orden tácita, el orbe no lo pudo resistir, no habría un ganador, sino dos. Con toda la potencia que llevaba dentro y el inmenso amor, el orbe pegó en el pecho del Lord y lo arrojó lejos.

Cayó casi a trescientos metros del lugar. A grandes desafíos, grandes decisiones.

Ya estaba hecho.

Kagome dormía inquieta…Al oír ruidos extraños, se levantó, caminó hacia el sonido crepitante y se detuvo en seco. Allí estaba a Sesshomaru, de pie, frente al orbe en la laguna. Salió y al acercarse lo escuchó gruñir y hablarle al orbe.

Antes de preguntarle qué hacía allí lo oyó decir

-"Haz lo que quieras"

Y luego la inmensa bola de luz estrellándose en el pecho del joven Lord. El grito de terror que salió de su boca se escuchó casi en toda la isla. La sensación de ver a la joven versión del que fue su amado ser golpeado por ese extraño orbe la sobrepasó completamente. Estaba aterrada. Corrió hacia donde el camino de follaje destrozado la llevaba, y encontró a Sesshomaru inconsciente en el suelo. Se acercó y colocó su cabeza sobre sus piernas y comenzó a intentar despertarlo. Lentamente recobraba la consciencia pero no le hizo saber a la joven que así era, y que él la escuchaba. Quería saber…NECESITABA saber.

-"No, no, no otra vez no…Sesshomaru…No me dejes otra vez…"

-"Saiai, mi vida, no mueras, tú…Tú eres el macho más poderoso de todos recuerdas?"

Ella acariciaba su cabello y besaba su frente y sus marcas de las mejillas. Sesshomaru se debatía entre salir huyendo y apartarse de la insolente humana que lo toqueteaba y quedarse y seguir escuchando. La bestia se relajaba ante sus toques, eran los toques de una Miko humana, pero no había nada mejor.

-"Debes recuperarte, eres al más fuerte, eres mi alfa…"

Ante esas palabras Sesshomaru sintió su pecho hincharse de agrado, ella lo aceptó como su alfa, sin querer abrió los ojos. Inmediatamente deseó no haberlo hecho. La mujer tenía los labios rojos de besarlo, los ojos cerrados que dejaban escapar tímidas lágrimas, las mejillas teñidas de rosa y su cabello caía sobre él envolviéndolo con su perfume a frutas. Estaba extasiado. Los orificios de su nariz, se expandían para permitir que el dulce aroma penetre en sus fosas nasales. Pero su inmenso orgullo no pudo resistirlo.

-"Suficiente, Miko"

Al oír ella esas palabras lo soltó de inmediato, sólo se mantuvo así, en seiza hasta que el Lord se incorporó, para luego ponerse de pie y comenzar a alejarse. Ella por su parte hizo lo mismo. No volvieron a verse por varios días.

Ya habían pasado dos semanas, dos largas semanas en las que ella continuó con su vida, y él en el otro lado de la isla.

Kagome pensaba mucho en Sesshomaru. Ella lo conocía sabía que no regresaría por mucho tiempo. De vez en cuando, se preguntaba por qué el orbe, su compañero de aventuras, golpeó de esa manera al Daiyoukai, nada se le ocurría, es que era un comportamiento demasiado extraño y no le encontraba razón alguna.

El Inu por su parte intentaba recordar a su manera, pero nada sucedía.

Habrá sido por lo que le dijo al orbe? Que él no deseaba continuar una historia trunca, sino iniciar una nueva?

Seguro, había hablado consigo mismo, y eso es exactamente lo que él hubiese hecho en lugar del orbe, dejaría que el joven irrespetuoso y desafiante, reviente en busca de su nueva historia, sin ayuda de ningún tipo.

Pero de nuevo no contaba consigo mismo.

En ese momento tomó la decisión.

Estaba harto, cansado, lejos de palacio, en medio de una isla llena de arena, oh, cuánto detestaba la arena!

Y todo culpa de esa asquerosa Miko ningen.

Se dijo Basta.

Su sangre comenzó a fluir haciendo zumbar sus oídos, su respiración se hizo más agitada y profunda, la sensación de poder corría por sus venas, se encontró corriendo hacia el refugio de la sacerdotisa…Acabaría con todo eso de una vez y para siempre.

La bestia se aferraba pero sentía que salía a correr con el Lord… Acaso sería posible?

Las sensaciones lo abrumaban, la imagen de la presa muriendo entre sus garras, el olor de la sangre, la adrenalina corriendo como fuego por sus venas, sensaciones que conocía muy bien… La perfección de matar, Mataría una vez más.

Estaba excitado, matar otra vez…Pero a quién?

Shimaru ya corría con la lengua flameando al costado de la boca, se sentía pleno y Sesshomaru como ebrio de poder… Mataría una vez más…

Los ojos de la bestia se agrandaban ante el objetivo, Sesshomaru extendía sus garras venenosas, la saliva se acumulaba en la boca. La bestia…Shimaru repetía

"No, no, no NOOOO!"

La imagen de Kagome con un cesto de frutas en sus manos

¿Ella era la presa?

Shimaru rasguñaba la conciencia del Lord

"No, no, no puedes, maldito seas, no puedes!"

Sesshomaru sobre la muchacha que lo veía sorprendida comenzaba a bajar las garras hacia el cuerpo de Kagome, que simplemente dejó caer la cesta y agarró su vientre.

En ese instante el golpe de memoria lo dejó helado. Las imágenes provocaron la caída del Inu de cara al piso y el largo arrastrón hasta que se detuvo. Los recuerdos que no eran suyos, esos que le llamaban su curiosidad Inu, apenas dejaron ver una imagen de la sacerdotisa atravesando con su flecha sagrada a Náraku en medio de un salón lleno de youkai y de personas, Inuyasha, el lobo, un Leopardo de las nieves? La otra Miko? Y luego la sensación de desesperación de llegar al pozo devorador de almas, la sensación de tener que proteger a su pareja y arrojarla al pozo si fuera necesario…La mirada cálida de la sacerdotisa tomada de su mano…Sensación que le dolía tanto que no le permitía respirar.

Kagome lo vio caer al piso derrotado. Sus cuasi sollozos la hicieron acercarse. Si él hubiese querido matarla lo hubiese hecho. Pero esto era diferente, Sesshomaru estaba luchando contra sí mismo. El dolor reflejado en sus ojos dorados que temblaban al verla.

-"Sesshomaru…Sama?"

-"Ka-Kagome"