NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.
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ABRAZO.
Capitulo 51
Volaba desesperado. Él, el poderoso Señor de los Señores, el hijo de la Casa de la Luna, estaba desesperado. Su pensamiento clavado en aquella mujer y el aroma embriagador de su excitación, su humanidad y su…Preñez.
Esperaba un hijo de Sesshomaru, mirai Sesshomaru, un hijo de él mismo y no sabía qué demonios hacer. A velocidad increíble irrumpía en el palacio del Este pateando y arrastrando consigo a todo aquél que intentara detenerlo. Al arribar a una gran puerta, simplemente la voló con su youki. Dentro el Lord del Este lo veía preocupado. Pensó en interrogarlo, pero la mirada exaltada y de cuasi súplica del Lord Inu lo detuvo. Sesshomaru ingresó en medio de la reunión, jadeaba y su mirada era brillante, pero desesperada. Shippou se paró de inmediato.
-"Okasan, algo le sucedió a mi Okasan!?"
Sesshomaru miró al pequeño zorro y solo atinó a apretar los dientes.
El Lord kitsune lo vio y comprendió que algo muy grave le había sucedido, por lo que puso su mano en el hombro de Shippou para intentar calmarlo.
Sesshomaru ignoró todo esto y simplemente se paró frente a la joven sanadora que era su ahijada, su protegida, aquella a quien él llevaría al Oeste a continuar sus estudios de medicina, Krisstal.
-"Sanadora"
Ella humildemente se puso de pie, luego miró a su padre y éste asintió. La joven youkai corrió por los pasillos en busca de su bolsa de pociones y hierbas. Regresó lo más rápido que pudo y la gran esfera de luz partió velozmente dejando a todos en estado de shock.
Se miraban y no sabían qué pudo haber sucedido para haber conmovido de tal manera al frío y caculador Señor del Oeste.
-"Okasan…"
-"Sesshomaru Sama no permitirá que nada malo le suceda, Shippou…Tú lo sabes"
-"Kami así lo desee"
-"Ahora sólo queda esperar y confiar"
Muy preocupados mirando por los ventanales a la ahora ínfima esfera que desaparecía en el horizonte
Por su parte, Kagome terminaba de acomodar el desorden de la cueva. Sollozando y muy mareada intentaba no desfallecer. Arrastrando los pies y casi con lo último de sus fuerzas, alcanzó a tomar su vientre antes de caer desmayada. Al llegar a la isla, Sesshomaru y la sanadora se apresuraron a ingresar a la cueva encontrando a la joven desvanecida en el suelo.
Sesshomaru la tomó en brazos e intentó despertarla sin éxito. Rápidamente la recostó en su bolsa de dormir y la sanadora comenzó a buscar fiebre, golpes, algún indicio…No encontraba nada. Kagome había escondido su aroma una vez más
-"Yo…No encuentro nada malo con ella Mi Lord…"
-"Su vientre, busca en su vientre"
Colocando sus manos sobre el vientre de Kagome la sanadora chequeaba energías. Luego descubrió la musculosa barriga chata de la joven y hundió su nariz en ella… Nada. Colocó por último su oreja sobre la suave piel de la sacerdotisa y allí estaba, el fuerte latido del corazón del heredero de la Luna.
-"Ella está…Miko Sama está…Embarazada"
-"Hn."
-"No puedo saber más, si ella no libera su aroma"
Sesshomaru acunó su rostro con sus manos
-"Sacerdotisa, sacerdotisa, despierta…"
Kagome apenas movió sus labios como intentando responder
-"Kagome…Abre tus ojos, necesito que despiertes"
La ternura con la que el Inu trataba a la mujer, llamó la atención de la sanadora. El rechazo y la aprehensión del Lord del Oeste hacia los humanos siempre había sido legendaria.
Kagome al verlo a su lado no podía comprender qué sucedía, acaso no se había marchado huyendo prácticamente de allí? ¿Por qué estaba ahora a su lado y la trataba con tanta consideración?
-"Taisho Sama?..."
-"Libera tu aroma una vez más, Miko, la sanadora necesita saber tu estado de salud"
-"Sanadora?"
Kagome dirigía la mirada hacia la joven youkai que la observaba de cerca, era su amiga tan querida, aquella que la había apoyado y protegido con vehemencia. Casi sin pensarlo, la sacerdotisa abrazó a la asustada youkai que temió por su vida al sentir el reiki de la joven acariciarle la piel
-"Krisstal! Qué bueno verte…"
La sanadora miró confundida al Lord, ya que ella no conocía a Shikkon no Miko nada más que por escuchar los relatos de sus batallas contra Náraku y demás demonios.
-"Miko Sama?"
En ese instante Kagome recordó que esta, no era su Krisstal , al menos aún. Le sonrió a la joven sanadora y la dejó ir
-"Mis disculpas, te confundí con alguien muy querida para mi"
La sanadora sonrió tímidamente.
Kagome se recostó y mirando a Sesshomaru con incredulidad le preguntó
-"Qué hace aquí Sesshomaru Sama…"
-"Asegurándome que tu estado de salud sea el adecuado, dada tu condición, Miko"
La joven Krisstal la revisaba una vez más. Ahora sabiendo qué buscar.
-"Libere su esencia, Miko Sama, Onegai"
Kagome inquieta no sacaba los ojos de Sesshomaru. Este asintió
-"Hazlo, Kagome"
Ella muy incómoda, sintiéndose extraña con la bizarra situación, liberó su aroma.
Ambos youkai fascinados entre la menta, los dulces aromas…la vainilla. Kagome estaba baja de energías. Su embarazo requería muchos cuidados, ya que había pasado por mucho estrés, que se veía reflejado en su bajo peso y las ojeras bajo sus ojos.
-"Ha pasado muchas preocupaciones? No ha estado alimentándose muy bien, verdad?...Mmmm Vómitos?"
Sesshomaru respondía sin pensarlo
-"La he visto hacerlo varias veces. Y no se alimenta demasiado"
-"Pues el pequeño niño tiene un corazón fuerte para un humano, eso le ha permitido llegar hasta a aquí, aunque…Sus energías son indefinidas y fluctúan…pero yo, si me permite, patearía al padre en sus partes nobles por no estar junto a usted en un trance como este. Bien es sabido que la mujer humana es muy emocional cuando espera, necesita cuidados, atenciones, cariños, y buen descanso y alimentación."
Kagome abría la boca en incredulidad, y Sesshomaru simplemente no podía tener los ojos más abiertos. Lo patearía a él? Las mujeres humanas qué? Todo eso? Sentía que explotaría de rabia y preocupación! HUMANOS AAAAAAAHHHHHH!
-"Eso y ya que estamos en confianza…"
La sanadora miró al Lord y a Kagome como preguntando si realmente podía hablar delante de él. Kagome no podía responder, por lo que la sanadora tomó aquello como un si.
-"Eso sin contar, que la hembra humana tiene una revolución interna debido a la preñez y unas secreciones que mi sensei llama hormonas, y tienen ese aumento de la necesidad de unirse a su pareja innumerables veces antes de parir, copular, al parecer las relaja y contribuye a un embarazo saludable…Distinto a la hembra youkai que rechazan a los machos y muchas veces los atacan…"
Krisstal notó que estaba divagando ya, al ver los rostros desencajados de ambos, el Lord y la sacerdotisa.
-"Bueno, eso dependiendo de cada mujer…Pero en líneas generales, y por la experiencia que he tenido asistiendo a las trabajadoras humanas del palacio de mi padre…Pues…Dónde está el padre del niño, Miko Sama?
Los ojos del Lord no salían de sus cuencas porque necesitaba aparentar frente a la sanadora. Kagome se veía roja y su cuerpo temblaba de vergüenza. Ambos deseaban que la joven doctora se callara…Aunque si bien, Kagome se sentía mortificada, Sesshomaru dentro de su humillación y desconcierto, comenzaba a pensar en todas las indicaciones dadas por Krisstal, prestando especial atención a estos últimos…"Detalles"…
Era inútil con todo y nervios, no recordaría todo.
La joven recogió sus cosas y las metió en la bolsa.
-"Sacando esto…Yo creo Kagome Sama, que usted debe descansar más, mantenerse tranquila, debe alimentarse bien…Para un embarazo humano, con eso debería bastar"
Cuando se estaba por poner de pie, Sesshomaru le puso la mano en el hombro
-"Y si la sacerdotisa…No estuviese embarazada de un niño…Humano…Por así decirlo…"
Ahora, era la boca de la sanadora la que amenazaba con tocar el suelo.
-"C-Cómo dice?...A qué se refiere…"
Casi en un susurro su pregunta quedó en el aire. Pero de inmediato comprendió. Su corazón palpitaba como buscando huir de su pecho…El Lord del Oeste y la Shikkon No Miko? No podía ser…Simplemente no podía ser!
-"E-En ese caso…"
Se volvió s arrodillar en seiza junto a Kagome, ahora comprendía el porqué de la fuerza de ese corazón y las energías extrañas
-"B-bueno, en ese caso, deberíamos saber de qué raza es su padre…"
Ambos muy mortificados. La tenue voz de la joven Miko
-"Inu…"
-"Ah…Ya veo…Un cachorro…De padre…Inu…"
Un momento horrorosamente incómodo. Los tres esperaban la palabra Hanyou, o mestizo o mitad raza. Pero no llegó. Curiosamente la joven doctora eligió una palabra cálida para la disfuncional pareja, Cachorro…Ninguna mejor,
-"Debo inquirir que usted es el padre…Lord Taisho?"
-"Hn. "
Sesshomaru asintió. No era momento para dudas, ni para explicaciones. De no ser un macho youkai tan inteligente y poderoso como él, se volvería loco pensando en todo esto.
-"Bueno, a todo lo que ya dije, agréguele mucha carne, frutas frescas y leche…Los huesos de Mi Lady necesitarán refuerzos, dado que este cachorro manifiesta una gran potencia, a pesar de su corta gestación…Aunque no creo que haya ninguna vaca en esta isla, pero cuanto antes comience a alimentarse correctamente mejor…Mmmm Inu Daiyoukai y Miko…Muy poderosa además…Mmmm"
La pareja confundida miraba a la sanadora tomar nota y musitar palabras ininteligibles para ellos.
-"Krisstal San…Está bien mi hijo?"
-"Mmm? Bien? Es muy fuerte, poderoso en verdad. Su corazón late con fuerza, está muy bien, Mi Lady"
-"Arigatou, Krisstal San…"
-"Fue un placer ser de utilidad para usted, Miko Sama, y para usted, Sesshomaru Sama"
-"Hn."
La joven doctora reunió sus pertenencias y recordándoles los pasos a seguir, se despidió cálidamente de Kagome. No sin antes prometer guardar silencio acerca de todo aquello. Ambos señores Occidentales le agradecieron a pesar de no haberlo solicitado, el silencio de la sanadora, les sería de gran utilidad.
Luego de todo aquello, Sesshomaru partió con la sanadora. Kagome no se sentía más tranquila, sabía que Sesshomaru regresaría y ahora sí o sí, sería el momento de hablar sin guardarse nada. Habían pasado unos momentos bastante embarazosos, entre hormonas, comentarios y preguntar engorrosas, pero lo que vendría luego, sería peor. Envuelta en una manta, caminó hacia la poza cristalina, miraba hacia el Oeste con su corazón latiendo en su garganta. El rojizo atardecer se presentaba en el horizonte. Por más vueltas que le diera al asunto, ya no había vuelta atrás, era la cortejada de la Casa de la Luna, la madre del heredero de Taisho Sesshomaru, nuevamente ocuparía el lugar de Señora del Oeste, y aunque se le dificultara la situación, la hora de desnudar su alma frente al Señor del Oeste había llegado.
