NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS! GRACIAS ABSOLUTAS POR SU APOYO. REALMENTE ME SORPRENDEN GRACIAS.

ABRAZO.

Capitulo 52

Habiendo pasado ya por el Este y apresurando la partida de Krisstal al palacio del Oeste, Sesshomaru volaba con su protegida rumbo a Occidente. La joven sanadora estaba bastante confundida, pero curiosamente se sentía segura de ir a perfeccionar sus estudios. Después de todo, en el palacio de la Luna estaban los mejores sanadores. No podía pedir nada más.

Al ingresar al palacio Sesshomaru fue recibido por los lamentos de Jaken, las sonrisas y bienvenidas de todo el mundo y el silencio de Inuyasha, lo cual llamó la atención de todos.

-"Mestizo, al despacho"

Inuyasha sin chistar se dirigió de inmediato a su destino marcado, los demás rodearon a la sanadora y la condujeron al ala médica, Sesshomaru sin más se perdió en los pasillos rumbo a su escritorio.

Tremendo portazo al ingresar, que hizo saltar a Inuyasha que miraba por la ventana

-"Oi! Vas a romper la puerta del despacho y no podré esconderme más de tus responsabilidades aquí! ¿¡Cuándo piensas volver y hacerte cargo de TUS cosas!?"

-"La encontré"

-"Lo sé, cuando no regresaste esa tarde lo supe. Le dijiste lo que Kaede descubrió?¿Cómo lo tomó?¿Regresó tu orbe contigo?"

*-"Regresaré enseguida, llevaré a Ah Un y una ushi"

-"¡Te vas otra vez! OI! Ya no quiero aguantar a esos infelices quejándose todo el tiempo del hanyou esto, el mestizo lo otro, todos quieren que regreses Tú y yo quiero regresar a mi vida de tranquilidad y disfrutar a mi mujer!"

Ese último comentario dejó a Sesshomaru muy pensativo

-"Oi! Hey! Hijo de puta! Qué te pasa? Te quedaste mudo?"

-"Disfrutar de tu mujer…"

-"…¿?...Mmmm..si…? Ya sabes me apareé con Kikyo hace cuatro lunas y…Bueno, quiero disfrutar de ella todo lo que puedo…Tu me entiendes…Dis-fru-tar?"

Claro que comprendía, su medio hermano se había apareado con una hembra humana y Miko también, moría de ganas de hacerle mil preguntas, pero de ninguna manera se rebajaría a hacerlo y transformarse en el hazmerreír de Inuyasha por el resto de su vida. Inuyasha vio la extraña mirada en el Lord, se reconoció en ella y casi como si fuese un secreto preguntó

-"Oi, Sesshomaru…Te…Gusta Kagome?"

El Lord levantó la cabeza de inmediato pero antes de decir nada Inuyasha lo interrumpió

-"Si te atreves a dañarla…Te mataré y arrojaré tus restos en el pozo devorador de huesos…"

Sesshomaru lo vio a los ojos. Inuyasha lo veía seriamente

-"He sido más que un bastardo con ella…Verdaderamente se merece a alguien que la ame y la proteja como yo no supe, no creo que me alcance la vida para arrepentirme de lastimarla tanto."

El gran Lord Inu sin comprender afinaba los ojos.

-"Lastimarla…"

Inuyasha resoplaba y cerraba los ojos tratando de no pensar

-"Vete ya, me haré cargo de esos bastardos hasta que regreses, pero recuerda, lo hago por Kagome, no por ti, y esto te costará"

El Daiyoukai se puso de pie. Inuyasha también.

-"Regresaré y me tendrás que explicar…Lo sabes"

-"…"

Sin mediar palabra estrecharon sus antebrazos en un apretón poderoso, sin fin, lleno de esperanza y un insipiente respeto, semejante al cariño fraternal…Solamente, semejante, tímidamente, aún desconfiando…Deudas pendientes…

Antes de salir del despacho y mientras caminaba, Inuyasha se volvió a su hermano y desde atrás de la puerta le dijo

-"Si necesitas ayuda con ella…Me avisas…"

El enorme busto de piedra del general Taisho fue a dar contra la puerta cerca de la cabeza del mestizo que reía sin parar.

-"Ajajajaja, menuda hembra te vienes a buscar, Kagura hubiera sido mucho más fácil de manejar, jajajaja"

-"Una palabra más y te mueres mestizo, hijo de puta!"

-¡Ajajajjajaja, culo Sama ha dicho malas palabras ajajajajaja"

Y corriendo por el pasillo salió hacia el salón principal.

Sesshomaru jadeaba indignado, luego mientras se calmaba una leve sonrisa daba lugar a una carcajada.

-"Mataré a ese hijo de puta, un día lo haré"

Por dentro hubiese querido acribillarlo a preguntas, pero era demasiado humillante. Ya lo de la sanadora lo había dejado avergonzado a más no poder. Con todo lo que tenía en la cabeza ahora, había una cosa más…Qué quiso decir Inuyasha con eso de que lastimó a la sacerdotisa de la peor manera…No veía la hora de regresar a la isla y preguntarle a la Miko.

Mientras todo esto transcurría, Kagome a kilómetros de allí, en su refugio, preparaba un guisado de jabalí. Tenía que alimentarse y comer mucha carne. También había preparado algunos pescados y frutas, tenía un par de huevos que encontró en un nidal de patos salvajes y los había cocido. Toda la suculenta mesa estaba ya servida. Era entrada la noche y Sesshomaru brillaba por su ausencia. Kagome suspiraba. Estaba cansada de sentir el estómago revuelto de ansiedad ante el inminente regreso de su NOVIO, ya que a partir de esta noche, no habría más secretos entre ellos. DEBÍAN hablar, y de todo. Su anterior vida, hubiese tenido menos sustos, penas y malos entendidos, si ella se hubiese sincerado más con Sesshomaru. Él hubiese comprendido, era más maduro, más sereno, que esta versión joven y explosiva. Justamente por eso debería hablar mucho más con él.

Suspirando de nuevo, retiró la olla del fuego, dejándola cerca para que no se enfríe demasiado. Cortó una pierna del jabalí, pero la dejó, estaba muy pesada para ella. Los platos y los vasos colocados en la mesa y los alimentos prolijamente dispuestos, pero su apetito se había esfumado durante la tarde gracias a los nervios y unos vómitos repentinos que la agotaron. Esta noche había luna llena. Su luz iluminaba el panorama y lo bañaba de plata y sombras. El aroma de la sal del mar llegaba hasta la cascada. La noche se desperezaba tranquila y fresca. En su soledad, la joven Miko sentía aún el sonido de su propio corazón amenazando con salirse de su pecho. Caminaba cerca de la laguna, buscaba agua fresca para la cena. Atónita y perdida en sus pensamientos y recuerdos un mugido la sacó de su letargo. ¿Una vaca? Giró desconcertada y se encontró con la imagen del Señor del Oeste, Ah Un y a su lado una vaca. Pensó que había colapsado y estaba teniendo un sueño de esos tan extraños que te dejan pensando una semana, pero al ver que el Lord caminaba hacia ella, se dio cuenta de que no. No era un sueño. Y su corazón ya palpitaba en su garganta.

-"Este Sesshomaru trajo una ushi para la leche, y a Ah Un"

-"Mm si, puedo verlo…Okairinassai, Mi Lord"

-"Hn."

Luego de atar la vaca y el dragón, darles agua y alimento, ingresaron en la cueva. Sesshomaru estaba muy conforme con la vista. La sacerdotisa había preparado las cosas de manera muy agradable para su regreso. Se sentía orgulloso, se sentía agasajado, bienvenido.

-"Corté una pierna del Jabalí, pero es muy pesada…Está allí…"

-"Hn."

Enseguida el Lord la tomó y la dispuso frente a él. Estaba cruda y aún sangrante. Miró a Kagome en busca de asco o rechazo y no lo encontró, ella se servía guisado sin gesto extraño alguno. Parecía estar muy acostumbrada a ver la alimentación de los youkai y comer junto a ellos.

-"La vaca es para…Mí?"

-"La sanadora dijo que debías beber mucha leche"

Ambos completamente rojos, avergonzados. La sanadora efectivamente había dicho eso y demasiadas cosas más. Todas giraban alrededor de las cabezas de los novios.

-"Este Sesshomaru satisfará todas tus necesidades…"

Lo decía en serio, pero rondaba aún la idea de los "detalles" a tener en cuenta para un embarazo humano. La posibles "necesidades" de una mujer hormonalmente saludable y de pronto las mejores intenciones sonaban de una manera extrañamente sexual. Kagome masticaba y masticaba sin poder tragar nada. Sesshomaru miraba por la puerta hacia la cascada para ocultar su vergüenza

-"Inuyasha se hará cargo hasta que regresemos"

-"Ah…Eso es bueno. Él sabe muy bien cómo tratar con…"

-"Sacerdotisa?"

-"Los asuntos de Occidente…"

Kagome se debatía entre hablar y no hacerlo, por temor a cambiar el presente, o alterar en algo los acontecimientos, pero de nuevo recordar que el futuro no existía le causaba dolor, y simplemente pensó que lo mejor era tomar todo con la mayor naturalidad posible. Sesshomaru sentía impotencia ante los silencios de la Miko y su necesidad de sentirse aceptado como cortejante, y potencial pareja de la mujer, lo frustraba por las respuestas evasivas de Kagome.

-"No tengas temor de hablar frente a este Sesshomaru. Yo comprendo muy bien, por lo que debes estar pasando…No será fácil para ninguno de los dos…Demo…Confío en que seremos lo suficientemente fuertes para afrontarlo"

-"Mi Lord… Por qué yo?"

-"¿Por qué no?"

-"Es que Kagura, ella es tu prometida"

-"La bruja del viento no es nada de este Sesshomaru"

-"¿Cómo dices? Pero ella estuvo junto a ti hasta…"

-"Al parecer este tiempo, es muy diferente al que tu conoces, o al pasado del otro Sesshomaru. Yo por mi parte…Kagura…Arrojé a Kagura del palacio hace dos lunas, antes de que tu regresaras"

Kagome estaba estática, este tiempo era muy distinto al pasado de mirai Sesshomaru que ella conocía. Tanto había cambiado la historia toda la maldad de la perla y Náraku? Realmente no terminarían historias comenzadas, sino escribirían propias, y los recuerdos…Tal vez ayudarían a forjar un mundo mejor.

-"De todos modos…No soy una mujer pura, estoy claramente embarazada, de ti, pero no de ti exactamente, no deseo estar con alguien de nuevo por honor u obligación"

Ante ese comentario, Kagome se disculpó y salió. Sesshomaru se quedó estático en su lugar

Ella caminaba hacia la playa. Sentía que este Sesshomaru estaba intentando cumplir con su deber, por honor, no sabía por qué de pronto, la cortejaba, con todo lo que había sucedido antes de que ella regresara al futuro y toda su historia con mirai Sesshomaru comenzara. Había intentado asesinarla tantas veces y cuando regresó por el arco Asuza, en el pozo, él la tomó del pescuezo y luego extrañamente la dejó ir… Era verdad, ahora que recordaba la había dejado ir…Pero ¿Por qué?...Llegó a la playa y caminó hasta ese punto donde Noriko y Danaka los habían desposado, ese lugar justo donde ahora se arrodillaba y hundía los dedos en la arena.

-"Mamá…Danaka Sama…Los volveré a ver?"

Incontenibles lágrimas silenciosas rodaban por las mejillas de la joven y caían en esa arena fría. El Lord se arrodillaba cerca de ella y ponía una mano en su hombro. Estaba abrumado por escuchar el nombre de Danaka, su mano derecha…¿Qué incidencia habría tenido en aquel futuro?

-"Dime, Miko…Este Sesshomaru quiere saber…"

Kagome lo miraba detrás de sus largas pestañas

-"…"

Sesshomaru miraba a Kagome que se sentaba para verlo a los ojos

-"Aquí, en este lugar mi madre y Danaka Sama, nos unieron en una ceremonia youkai…"

Sesshomaru abría los ojos. Danaka? Y la madre de la sacerdotisa?

Kagome asentía. Y comenzaba a hablar. Sus relatos parecían salidos de un cuento fantástico. El Daiyoukai intentaba seguirle el paso, pero era muy difícil para él. Sabía que ella no mentía, pero sentía que no tenía lugar en todo aquello y de pronto se sintió inseguro. Incontables horas conversando, preguntando, intentando comprender…Con razón la joven mujer estaba tan herida…Todo su mundo se había derrumbado en un pestañear del maldito de Náraku. Cómo hacer para que ella disfrutara la vida una vez más, si vivir para ella en este momento no era más que un castigo, vivía por ese cachorro y el último pedido que su esposo, mirai Sesshomaru le había hecho…Dónde cabía él? Qué se esperaba que él hiciera con todo esto? Y encima de todo, no recordar nada…Mientras cavilaba por lo bajo, Kagome se había retirado hacia la orilla del mar. Tanto le gustaba a ella que el agua alcanzara sus pies. El dolor instalado en el corazón del Inu Daiyoukai. Verla de esa manera, bañada por la luz de la luna y caminando por la arena…

De pronto un flash lo congeló en su lugar. La Miko saltando alegre y riendo, intentando huir del agua que la alcanzaba…Verla girando bajo la luz de la luna en otro tiempo, en ese mismo sitio, hace tanto…Dentro de tanto…Nunca más.

La miraba vestida con sus ropas extrañas se confundía con un vestido etéreo, transparente, mojado por el mar, erótica y preciosa, la hembra más exquisita…¿Un recuerdo? Por supuesto. Uno hermoso y muy bello. El incontenible deseo de arrojarle agua y jugar…Otro recuerdo?

Kagome sumida en sus pensamientos, movía un pie en semicírculos en el agua y dibujaba en la arena mojada.

Su sobresalto repentino, agua fría le mojó el cuerpo…

Agua fría? No podía ser…O sí?

Mirando a Sesshomaru arrojarle más agua con el pie, sus ojos se abrieron fascinados, podría ser que recordara?

-"Sesshomaru?"

-"Corre por tu vida sacerdotisa"

Y ella corrió, corrió por su vida, corrió por mirai Sesshomaru, corrió por jugar, por ilusión, por amor.

Sesshomaru era intensamente golpeado por pequeños flashes, no muy significativos pero lo suficiente para saber que él también había sido parte de todo aquello. Al parecer el orbe deseaba que se mantuvieran juntos, que compartieran un nuevo futuro. En su mente agradecía, tal vez no sería tan malo espiar de vez en cuando aquella historia trunca para poder escribir una nueva, pero mejor escrita. Ver a la Miko en sus ropas futuristas corriendo delante de él, mostrándole las musculosas piernas y leves atisbos de un trasero redondeado y perfecto le animaban a correr más rápido, a alcanzarla y hacerla suya. Flashes de la joven sobre la arena envuelta en sus brazos, arqueando su espalda por él…Hambre era la sensación recorriéndole el cuerpo entero, pero hambre de aquella sacerdotisa, atractiva y poderosa y…Muy escurridiza, ya que de pronto no la veía más.

Se escondió? Olfateando el aire nada percibió. Ah la muy traviesa, ya la haría pagar cuando la encuentre…La molestia en su entrepierna era muy grande. Cómo era posible que una mujer humana le causara semejante reacción con sólo correr? Debía ser como Inuyasha le había dicho…"Menuda hembra te fuiste a buscar…"

La media sonrisa en las comisuras del Daiyoukai, mientras caminaba hacia el refugio de nuevo. Seguramente ella estaría allí. Y allí estaba se había sentado al borde de la laguna y miraba la luna desde su lugar

-"Te atrapé Miko"

-"Hn."

Sesshomaru se sentó detrás de ella, y la atrajo hacia su pecho, pero colocando su manos en el suelo. Solo su pecho y las piernas tocaban a la mujer.

-"Siempre te gustó bailarle a la luna en el mar"

-"Así es"

-"Hn."

-"No me dijiste por qué"

-"Cuando regresaste por ese arco, dejaste un cuadro de papel con imágenes en la cueva. No pude continuar viviendo sin saber"

-"Oh, allí la perdí…No supe qué había sucedido con la fotografía"

-"Fotografía?"

-"Así se llaman son imágenes tomadas de algún acontecimiento importante, para tener de recuerdo…Esa la tomaste…La tomó mirai Sesshomaru, una tarde en el parque"

-"Mirai Sesshomaru…Buen nombre"

-"Qué pensaste cuando la viste?"

-"Al principio mucha rabia, ira, desprecio"

Kagome intentó alejarse de él, pero Sesshomaru la atrajo y la sostuvo pegada a él con su brazo izquierdo

-"Luego, incertidumbre, necesitaba saber, por qué se me veía tan feliz, por qué tu mejilla estaba junto a la mía, por qué?¿Qué significaba todo eso? Te alcancé en el pozo y tus ojos me suplicaron dejarte ir, algo me dijo que debía dejarte ir"

-"…"

-"De inmediato me arrepentí. Deseé traerte de regreso, incluso salté dentro del pozo y no pude alcanzarte"

-"Entraste al pozo?"

-"Hn."

-"Lo siguiente fueron días y lunas de indignación y desconcierto…Yo…Asesiné a muchos por frustración y, luego fui a hablar con la Miko anciana. Ella me aclaró algunas cosas y fue en esos días que comprendí que te quería para mí. Que no soportaba que estuvieras con él. Eché a Kagura, desprecié a cada hembra que se arrojaba a mis pies. Deseaba algo que no podía tener, a ti."

-"Sesshomaru…"

-"Cuando supe que habías regresado…Me sentí feliz, y abrumado, necesitaba encontrarte, preguntarte, lo demás…Ya lo sabes"

Se quedaron en silencio. Kagome intentaba encontrar las palabras pero aún la duda

-"Pensé que estabas a mi lado por cumplir tu deber, por honor"

-"Honor? No me uniría a una hembra humana por honor. Soy un macho de honor, pero los humanos fueron siempre un capítulo aparte para mí"

-"Si, eres diferente en algunas cosas"

-"A él?"

-"Sí. Él se unió a mí por honor. Luego nos enamoramos, pero al comienzo…El honor fue lo que nos unió"

-"Este Sesshomaru…De verdad te desea…Onna"

Ante esa poderosa frase el Inu intentó comenzar a conocer a una mujer humana, su pretendida, la Miko de Shikkon. Sentía su corazón golpear en su pecho. Tocar un ser humano fuera de alzar o acariciar a Rin, estaba fuera de su costumbre…Cómo tocarla…Cómo…

Y si no deseaba ser acariciada…Y si no le agradaba su toque? Compararse inevitablemente con mirai Sesshomaru ¿Cómo hizo él? ¿Qué hizo? ¿Sabía de mujeres? ¿Habría tocado otra hembra humana antes de Kagome?

Volviendo a él, ¿Le gustará ser tocado por un ser humano? ¿Le gustará tocar a la sacerdotisa? Tocarla, le causará lo mismo que aquél toque de labios que tuvieron el otro día? Quería eso…Deseaba experimentarlo una y mil veces más. Tímidamente abrazó a la joven con su otro brazo. De pronto Kagome estaba rodeada por los dos brazos del Daiyoukai. Ella inconscientemente recostó su cabeza en el pecho de Sesshomaru. Relajada y exponiendo su cuello al escrutinio hambriento del Lord. Las furiosas cicatrices de las marcas de apareamiento en la prístina piel de la mujer le demostraban la intensa pasión con la que su alter ego había marcado y vuelto a marcar a esa delicada y hermosa mujer. Sus ojos recorrieron las formas de las piernas de Kagome. La pequeña falda verde dejaba ver las musculosas y atractivas causantes de varias noches de insomnio del Lord. Mirando desde un costado de la cabeza de la joven alcanzaba a ver sus redondeados pechos subir y bajar a cada respiración, cada jadeo, cada…Un momento…Jadeo?

Separándose un poco de ella, vio que Kagome mantenía sus ojos cerrados, y sus respiraciones no eran tranquilas. Y si ella estaba esperando sus toque?, Sus caricias?

Hundiendo su nariz en el cabello de Kagome e inspirando, lentamente la joven libraba su esencia… Aromas delicados, dulces, frescos, y picantes…Especiados. Ella lo deseaba…

Un golpe de orgullo lo despertó de sus sueños y alejó sus inquietudes. Tocar a esa mujer era lo que más deseaba.

Se atreverá, lo hará, suavemente pastaba sus labios por la piel del cuello y hombro de Kagome. La ropa molestando, deseaba destrozarla y arrojarla lejos de allí, pero no apresuraría la situación. Los suspiros femeninos amenazando con arrebatarle el control. La bestia relamiéndose los labios.

-"Exquisita…"

Un susurro, grave, seductor, irresistible…

-"La otra vez…Cómo se llama ese toque de labios…"

Kagome extasiada, con la voz casi hecha de seda respondía

-"Beso"

-"Este Sesshomaru se pregunta si hay más besos para él"

-"Siempre…"

Girando el rostro de la joven con sus garras, el delicioso beso esperado tomo el control del momento. Kagome respiraba pesadamente mientras la lengua intrusa degustaba su sabor y ella gemía sensualmente en la boca del Lord. La voz de la sacerdotisa provocaba la respuesta inmediata del cuerpo del Daiyoukai, que comenzaba a sudar intentando controlarse y controlar a su bestia.

-"Puedo definitivamente acostumbrarme a esto, sacerdotisa"

Ella lo miró y avergonzada, rápidamente apartó la mirada.

-"Dime"

-"No..Es nada"

-"¿ Miko?"

Su rostro aún rojo, no se atrevía a preguntar.

-"Dímelo, este Sesshomaru desea complacerte…"

-"Cuando se es cortejante…Cuánto se puede…Tocar?"

Sesshomaru se alejó un poco para verla a los ojos. La muy atrevida lo estaba enloqueciendo sin proponérselo.

Kagome muy audazmente se acomodó en seiza frente a él, apoyándose en sus manos se fue acercando hasta besarlo una vez más.

El Lord Inu apenas sonreía, dándole una respuesta tácita, sobreentendida, pero prefirió asegurarse de que el mensaje fuese claro. A medida que Kagome rozaba sus labios con los suyos, Sesshomaru respondía seductoramente

-"Todo lo que quieras, Miko"

-"Todo lo que…Quiera…Youkai?"

-"Hn"

Sesshomaru la atrajo de debajo de los brazos hasta sentarla a horcajadas sobre su regazo.

-"Cuánto puede tocar este Sesshomaru…"

Kagome muy avergonzada agachaba la cabeza. La virilidad del Señor del Oeste se hacía notar poderosamente presionando las partes más sensibles de la joven sacerdotisa.

-"Depende si realmente quieres tocar una hembra humana"

-"No quiero, quiero tocarte a ti, Kagome"

Ella se atrevió a besar las marcas de las mejillas, provocando un sonido placentero en el Daiyoukai.

El macho Inu buscaba la boca de Kagome y la devastaba hasta que sentía la saliva correr por su barbilla. Aprovechando la posición, el Señor del Oeste tomó la base de la casaca de Kagome y la comenzó a levantar, lentamente, delicadamente, sin apartar los ojos de ella, en busca de un atisbo de arrepentimiento o temor o negativa.

No la halló.

La prenda dejada a un lado y el torso hermoso de la joven expuesto a la mirada ávida del Inu que se deleitaba con la vista. Sólo el soutien ocultaba sus maravillosas formas redondeadas de él.

Con una garra recorrió la delicada prenda, el último vestigio de ropa interior del mundo futuro.

El reiki de la joven se disparaba provocando al youki del Lord que salía a jugar. Ambas energías se arremolinaban a su alrededor causándoles una especie de escozor y picaduras en la piel. Sensaciones extremadamente eróticas. El calor que sentían al estar en contacto tan íntimo iba calentándoles la piel, la sangre, el corazón. El hambre se abría camino devastando a los nuevos cortejantes.

-"Pídeme que me detenga, Miko…"

La sensual y profunda voz del macho jadeante en los oídos de la mujer.

-"Pídele a este Sesshomaru que se detenga o ya no podré"

Kagome miraba de frente al Daiyoukai agitado y desesperado. Ella lentamente apartaba la chaqueta del Lord hacia abajo, liberando los hombros y el torso de Sesshomaru. Tomaba valor de donde no tenía y depositaba besos sobre las marcas que lo adornaban maravillosamente. El Inu luchaba por sujetar el impulso de tomar a la mujer y hacerla suya allí mismo y con la violencia de un macho Inu pura sangre, pero esta era una nueva experiencia, sentirse deseado y acariciado con la suavidad y la ternura salvaje de esta Miko, era lo más placentero y maravilloso que había sentido en su vida. Iba a permitirse este placer y todos los otros que ella le presentara.

-"Sesshomaru, eres tan…"

-"Miko…Eres una tentación demasiado…"

Las garras del Lord intentaban deshacerse del sostén, fracasando horriblemente, mientras arrasaba su boca y acariciaba la espalda da Kagome.

-" ¿Qué demonios es esta prenda?"

La pregunta de a poco dejaba de ser un susurro seductor

-"¿Mm? Es…Un…Sostén"

Las largas zarpas enganchadas entre elásticos y sedas.

El sonido crepitante de la tela desgarrada, los ojos abiertos enormemente por la joven

Era su último brassier fino, ya no había más, ni de dónde sacar otro…

-"Pero Sesshom…"

El gesto del Inu arrojando algo a un costado

Y las miradas encontradas

-"Hermosa prenda, pero muy molesta"

-"Mi último brassier…"

El gesto de seriedad del Lord y la incredulidad de Kagome…Y un flash del recuerdo

La carcajada repentina de la joven.

En su mente resonaban las palabras de mirai Sesshomaru acerca de lo que haría con un sostén en su juventud. La risa mezclada con lágrimas mojaban el rostro de la sacerdotisa. La cara de no comprender del joven Daiyoukai

"Lo haría mil pedazos" O algo así, recordaba Kagome que no paraba de reir

-"Miko?"

Las manos de la joven a ambos lados del hermoso rostro de Sesshomaru, la firmeza en la mirada da una mujer que tímidamente se permitía tener esperanzas

-"Voy a besarte otra vez, Sesshomaru Sama"