NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.
GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, SON ESPECTACULARES! GRACIAS ABSOLUTAS POR SU APOYO. TODO MI CARIÑO A TODOS MIS LECTORES, PUEDO DEMORAR EN ACTUALIZAR, PERO NO DEJARÉ INCONCLUSA UNA HISTORIA.
ABRAZO ENORME.
Capitulo 55
En su camino al Oeste, Kagome se sentía un poco extraña, se retorcía un poco en brazos de Sesshomaru y éste al darse cuenta la miró y le preguntó
-"Estás bien, Mik-Kagome?"
-"Hn."
-"Algo te molesta, dime qué es?"
-"Mmmnada"
Con su nariz acariciaba a la joven detrás de la oreja
-"Dímelo…"
Kagome sentía derretirse en el momento, y dejando su incomodidad de lado le respondió
-"Quisiera ver a…"
-"Al kitsune, si, este Sesshomaru había planeado detenerse por la noche en el Este"
Feliz se colgó del cuello del Lord y le prodigó un sinfín de besos en la mandíbula y el cuello, los que el macho disfrutó enormemente
-"Al llegar al Oeste, me darás más de esos"
-"Al Oeste?"
Oh si, en seguida comprendió, al Oeste…En el Este, nada.
Por supuesto, las demostraciones públicas de afecto…Qué le había hecho pensar que eso cambiaría?
Sesshomaru la apretaba contra sí. Sentía la molestia de la joven. No deseaba explicarse. No era de esos que se lo pasaban explicándose, pero ella era su pareja. Su situación, no era de lo más común, ni simple, ni normal por el amor de Kami y si lo pensaba bien, DEBÍA explicarse.
-"En el mundo youkai, la intimidad de una pareja se deja para la alcoba, creo que ya lo sabes"
-"…"
-"…"
Sin mediar palabra continuaron el viaje. No hablaron por unos momentos que parecieron horas interminables.
Al Daiyoukai le molestaba el aroma acre de la decepción de Kagome, pero ella debía comprender y amoldarse, al menos en eso.
Él era el Daiyoukai del Oeste, el más poderoso y no se esperaba de él tener, o al menos demostrar debilidad o cariño hacia nadie, menos una hembra humana.
Intentando bajar la tensión reinante, el Señor Occidental repitió la pregunta, mientras sostenía a Kagome de la cintura.
Hundió su nariz detrás de la oreja, aspirando su aroma…Canela, vainilla, menta…
Con su profunda voz provocaba que la piel de la sacerdotisa se erizara.
-"Y hay más de esos…Besos para este Daiyoukai enamorado?"
El aliento caliente en su cuello, esperando la respuesta
-"Todos los que desees"
-"Enojada aún? Soy un Lord..Se espera de mí alguna debilidad y…"
-"Lo sé, y siempre frente a ellos siempre seré Miko o Sacerdotisa…"
Apartaba la mirada del Inu y se perdía en la vista maravillosa, pero callada y ya no besuqueaba al Lord.
Ella ya lo sabía. Claro que ya sabía el protocolo de los Lores Cardinales.
Aunque le disgustara, Sesshomaru, recordó que mirai pasó antes que él, se le retorció la boca al apretar los dientes, de pensar en ello, la joven sabía muy bien su lugar, ella ya sabía todo eso, y era evidente que ni antes, ni ahora le gustaba. Debería manejar este asunto con astucia, no era bueno tener una hembra disgustada alrededor.
Se pondrá peor, cuando le pida lo que tenía pensado pedirle, para su estadía en el Este… Apretaba los dientes una vez más.
-"Kagome…"
-"Y ahora qué? Tendré que dormir en las caballerizas?"
Ahora el reiki le cosquilleaba la piel, lentamente transformándose en molestia, mejor se detenían antes de llegar al palacio del Este.
Buscando desde el aire alguna isla o tierra donde descender, Sesshomaru encontró lo que parecía ser una especie de península y hacia allí se dirigió, seguido por el dragón y la vaca, atada como un paquete.
Evidentemente estaban ya en el continente.
Ya en tierra, ella se deshizo de su abrazo y se dirigió al dragón para sacar de uno de sus bultos una fruta o algo para comer.
Se sentía frustrada, y enojada, ya sabía todo eso, pero no tenía ganas de ser instruida en protocolo otra vez, ese comportamiento frio y descortés, que debía soportar en las reuniones, o frente a otros, la sumisión y el desdén con que una hembra era tratada, le molestaban y la hacían perder la calma. Siempre había sido así.
Había aprendido a soportarlo, pero con todo lo que había vivido, su embarazo y los sucesos recientes, tenía los nervios a flor de piel.
Sesshomaru se mantenía de pie observándola respirar agitada mientras devoraba con poca clase la pobre fruta inocente.
-"Sé que ya sabes, se que conoces las costumbres del mundo youkai, por qué te enojas tanto mujer?"
-"Ñmmñmmmpf…"
Los oídos el Lord se movían para adelante y atrás intentando captar una sola palabra que tuviese significado. No pudo. Al parecer no le estaba hablando a él.
Suspirando se acercó al dragón y a ella sin tocarla de ninguna forma. Intentaba no agarrarla del cuello y zamarrearla para que entrara en razón.
Tomó aire y suavemente comenzó a hablar
-"Mira, Kagome…Realmente piensas que estoy de acuerdo con todo eso? Estoy acostumbrado, sí, pero yo que conozco tu valía, tu poder, tu inteligencia, desearía que estuvieras siempre a mi lado, en todos mis emprendimientos, acompañándome a cada paso que demos rumbo al mañana… Por eso decidí unirme a ti…Entre otras cosas, y si realmente deseas cambiar las costumbres deberemos caminar con pies de plomo, trabajando desde a poco, para cambiar esos pensamientos antiguos y obsoletos de los ancianos y youkai tradicionalistas."
Mientras el reiki descendía, él se acercaba más. Ella lo veía con ojos furiosos y la boca brillosa por el jugo de la fruta, el macho Inu…Se perdió en la vista…Y en ese instante, se perdió en sus ojos.
Aprisionándola contra el cuerpo del dragón puso una mano a cada lado de la joven enjaulándola, no la dejaría escapar.
Sinvergüenza, mujer atrevida, y peligrosa…Mirarlo así con esos ojos, tentadora… hechicera…Y con esas ropas de su tiempo, tan indecentes, esa falda casi inexistente…
Como una ráfaga la levantó de donde estaba y la llevó velozmente a la profundidad del bosquecillo cercano. La apoyó contra un gran árbol seco, el tronco ya no tenía corteza y se veía suave y pálido.
Contra ese tronco el Inu desataba sus instintos más básicos, junto con su hakama y se dispuso a cubrir de pasión y besos desesperados a aquella feroz mujer.
Ella lo abrazaba y asaltaba su boca respondiendo a su ataque sensual.
La pequeña falda se levantaba hasta la cintura y la profunda penetración no se hizo esperar.
Con su frente apoyada en ella el Lord se hundía violenta y desesperadamente en el interior de la joven.
Sus gemidos eran tragados por el macho que los bebía con sed más allá de las palabras.
Los movimientos poderosos, no eran tan veloces, pero sí profundos, muy profundos.
Contínuos, intensos…
Deseaba devorar cada sonido que escapaba de la boca de esa mujer. Cada palabra, cada lágrima, cada súplica.
Y lo hacía.
Con sus manos acunaba los muslos de Kagome y la mantenía firmemente contra el árbol. De a ratos se alejaba para mirar el rostro extasiado de la hermosa hembra.
Ella no podía con la pasión y gemía, susurraba
Sus besos hambrientos silenciaban la voz de Kagome, llevándola al poderoso éxtasis final, mientras el Lord del Oeste no podía más con las sensaciones deliciosas que estaba sintiendo y aferrándose con los dientes al labio inferior de la sacerdotisa se dejó ir por completo en su interior.
Respirando agitado y con la saliva goteando por su barbilla al hombro de Kagome el Lord la abrazó fuertemente y con su cara casi escondida entre sus pechos le decía
-"Jamás, lo oyes…Jamás dudes del afecto de este Sesshomaru para contigo, Miko…Kagome…Eres la Señora del Oeste, pero primero eres mi pareja y siempre te amaré, si amar es como lo que siento por ti…es que alguna vez comprendo el significado de esa palabra, será para ti, y para mis cachorros…"
Ella abrazaba la cabeza del Lord y la besaba. Cuando él alzó la mirada a ella sus ojos estaban brillantes casi húmedos…Estaba emocionado mientras le habló, y ella no pudo más que creerle y asentir. Besarlo y acariciarlo confortándolo, demostrando su comprensión y su amor incondicional.
-"Lo sé…Por eso te amo…"
Los besos más sentidos, los abrazos cálidos. La calma después de la tormenta…
-"Vamos, Saiai, pronto anochecerá"
-"Me voy a lavar al mar y podremos partir"
-"No."
-"No?"
-" Debo pedirte que escondas tu aroma al llegar al Este, mas no te asees del todo ahora, déjate mi olor, eres mi pareja pero no deseo que el Este lo sepa aún. Es de esperarse que huelas a mí, para ellos eres mi cortejada."
Caminaban de la mano, lentamente, se dirigían al agua, apenas una refrescada y las ropas de nuevo. Sesshomaru sabía que el Lord Kokatsuna era leal, pero algo no le terminaba de convencer, la tensión entre Este y Oeste era notoria, mas siempre cordial en su trato recíprocamente.
Los celos entre los Señores de cada casa eran muy notorios. Sesshomaru era lejos el más poderoso y sus tierras las más ricas y productivas. Obviamente los demás luchaban por caerle en gracia y llamarse el mejor aliado del Oeste, pero lejos de eso, el Señor de Occidente, se mantenía apartado de las suspicacias y no le daba trato diferenciado a ninguno.
Sesshomaru sabía más que eso, eran peligrosos y no dudarían en traicionar a cualquier costo para hacerse del control y gobierno total de Japón.
El Lord kitsune le había ofrecido enviar a su hija Krisstal a estudiar al Oeste en señal de confianza, por lo que luego de hablar con Kagome Sesshomaru había decidido apadrinarla en su estadía en Occidente y facilitarle el acceso a sus mejores maestros de medicina. Lo cual comunicaría ni bien arribaran a las tierras Orientales.
De las tierras de Danaka, su general en jefe, el Leopardo del Sur enviaría a su hijo, Kleinez, para aprender tácticas de guerra y todo lo inherente a la milicia antes de suceder a su padre en el gobierno como Señor Cardinal del Sur.
El Norte, el clan Ookami, tenía un lobo muy anciano como gobernante que renunciaría a su mandato a favor de un guerrero muy poderoso, al parecer, ellos nombrarían un Lord joven que Sesshomaru no conocía, la celebración de su emparejamiento con Kagome serviría para traer al viejo Lord y conocer al sucesor
Debía mantenerse la paz a todo riesgo, y no deseaba adelantarle a uno, información antes que a los demás Lores Cardinales, los tres debían permanecer en condiciones igualitarias, las susceptibilidades podían causar una guerra y lo que menos necesitaban era eso. La presentación de la Señora del Oeste sería en el Oeste, y a todos al mismo tiempo.
-"Sigues molesta…"
-"En mi tiempo las mujeres, no caminaban tres pasos detrás del hombre, no se callaban hasta que les daban permiso, no llegaban vírgenes al matrimonio obligatoriamente, elegían hacerlo o no, experimentar el sexo y el amor era una cuestión de elección y deseo, igual con la vestimenta…Ellas muchas veces tenían trabajos iguales, o mejores que muchos hombres inclusive eran sus jefas. Eran iguales a los hombres en derechos y obligaciones. Pero ese mundo… Ese tiempo ya no existe…Cuando regresé, ya no existía gracias a Náraku…Supongo que no tengo otra alternativa que aceptar toda esa mierda y cumplir con el rol de adorno de lujo del Daiyoukai del Oeste"
Los ojos enormes de Sesshomaru, las garras hundidas en sus mano en puño …Él no daba crédito a sus oídos. Suspirando para mantener la calma comenzó a explicar
-"Lord Kokatsuna, es…Complicado por así decirlo. Y los otros Lores tienen derecho a conocer las noticias al mismo tiempo. Cualquier…Desliz puede causar una guerra. Quiero esperar hasta la celebración para anunciar que el Oeste tiene una Señora. A todos al mismo tiempo. Comprendes eso?"
Kagome recordó lo poco que se hablaba del Lord del Este, y que siempre era motivo para que alguien revoleara los ojos. Además sabía las reglas del juego en relación a ser la pareja del Señor del Oeste y atribuyó su malestar a las hormonas de su embarazo. Suspiró derrotada y con su voz suave comenzó a relatar
-"Sí, en mi tiempo, si bien no supe su nombre, supe que el Señor del Este era complicado. Nunca se habló demasiado de él, pero pude ver en los ojos de Krisstal una nostalgia profunda, aunque ella no lo dijo, siempre pensé que era s culpa"
Sesshomaru miró a Kagome, ella seguramente sabía mucho de todo, en lo que evolucionó lo que sucedía en este momento, y en qué terminó lo que ahora se gestaba. El mundo estaba de cabeza s para ella ahora. Todo lo veía mal. Él pensaba que haría lo que fuera para que ella se sintiera en casa y feliz en este tiempo y a su lado.
-"Saiai, haremos el futuro juntos, podremos cambiar las cosas con el tiempo, este futuro será mejor, será brillante para nosotros y los cachorros…Para todos los demás"
Kagome sintió su calidez y apretó su mano en agradecimiento.
-"Gracias…Supongo…"
La joven Miko se acercó al dragón de dos cabezas. Intentaba asegurar uno de los bultos que al parecer se estaba soltando.
Sesshomaru la observaba y acomodaba sus plateados cabellos en una cascada brillante. Era hermosa, su dama era hermosa.
No deseaba discutir más con ella, solo deseaba llegar a Occidente y completar la unión, para celebrar a lo grande. De pronto se sintió juguetón otra vez. Se acercó a ella que forcejeaba con una correa de la atadura de AhUn. Se paró muy pegado detrás de ella y le dijo al oído
-"Me agradó mucho nuestra…Conversación en el bosque…"
Ella sobresaltada, sonrió y ladeó su cabeza exhibiendo su cuello al hambriento Lord.
-"No veo la hora de llegar al palacio de la Luna y completar el apareamiento, Kagome"
Ella supo de inmediato a lo que se refería…
Deseaba su marca, Sesshomaru y la bestia exigían su marca.
-"Ya habrá tiempo para eso, Mi Lord…"
Muy sonrojada, intentaba atar el nudo de la cincha, pero fallaba miserablemente.
El lord, sonrió seductoramente tomó la cuerda de sus manos y la ató en un santiamén.
Luego de acomodar sus ropas y reajustar los bultos sobre el dragón retomaron el vuelo.
En casi dos horas más llegaron a palacio, Sesshomaru anunció su llegada elevando su youki de manera arrolladora.
Toda una comitiva esperaba por ellos en la explanada del castillo Oriental.
-"Mi Lord Bienve…"
Shippou no se detuvo a esperar. Corrió a abrazar a su madre
-"Kagomeeeeeee!"
-"Shippou chan!"
Sesshomaru observaba tranquilo el despliegue afectivo del que ahora también sería su hijo.
-"Shippou Kun!"
Kokatsuna llamaba al joven kitsune a recobrar su lugar. Sesshomaru levantaba la mano en señal de que estaba bien para él.
-"Mi Lord Taisho, pase por favor"
Comenzaron a caminar, Shippou acomodado en la cadera de Kagome, después de todo era su niño. Sesshomaru por delante junto al Lord kitsune
-"Kokatsuna Sama, estamos camino al Oeste, pero el dragón y la ushi necesitan descanso."
-"Oh, no es problema, pueden pasar aquí la noche y refrescarse…O pueden quedarse el tiempo que deseen"
Sesshomaru asentía agradeciendo
-"Hn."
Continuaron caminando y el Señor Oriental miraba de reojo a la joven madre de Shippou. No comprendía qué podía hacer junto al Señor del Oeste, ella olía fuertemente a él y él a ella, seguramente era su compañera de cama, era una ningen por kami!
-"Perdone la indiscreción, Taisho Sama, pero y la hembra ningen? ¿Es su concubina?"
Al escuchar eso Kagome se puso colorada de rabia. Su energía comenzó a chisporrotear. El grupo de youkai presentes se comenzó a alarmar.
Sesshomaru se detuvo para que lo alcance en su camino hacia el interior del palacio.
Al llegar ella más cerca. Puso una mano detrás de su cintura para acompañarla en su camino
-"Ella es Higurashi Kagome, la Shikkon no Miko, mi cortejada y futura Señora del Oeste"
