NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, SON ESPECTACULARES! GRACIAS ABSOLUTAS POR SU APOYO. TODO MI CARIÑO A TODOS MIS LECTORES, PUEDO DEMORAR EN ACTUALIZAR, PERO NO DEJARÉ INCONCLUSA UNA HISTORIA. BETH FELICIDADES POR EL BEBÉ!

ABRAZO ENORME.

Capitulo 56

Molesta era poco decir, indignada, sentada a la enorme mesa escuchando hablar un sinfín de barbaridades machistas y denigrantes hacia las hembras y ni hablar de las mujeres humanas. Sesshomaru apretaba los dientes sujetando su malestar sabiendo cómo debía sentirse Kagome ante el despliegue de testosterona youkai discriminadora.

Al parecer a todos les incomodaba la relación existente entre los youkai y los humanos. El Este se mostraba ultra-tradicionalista y ahora Sesshomaru sabía a lo que tendría que enfrentarse. De nuevo estaba recibiendo los embates de las feromonas de las hembras kitsune, que miraban con recelo a la sacerdotisa de Shikkon.

-"Y dígame, Lord Taisho, el Oeste sabe de su…Reciente intención de cortejo con la Miko?"

Sesshomaru afinaba los ojos, debería cortar esta sinrazón por lo sano de un solo golpe y poner muy en claro su interés verdadero hacia Kagome. El Lord kitsune se empeñaba en ver la relación del Señor del Oeste con la sacerdotisa como la relación entre un Lord y su concubina

-"Yo, soy el Oeste."

Dejó en claro su punto.

-"Y piensa que una Miko… "

-"Absolutamente"

El murmullo circundante no tardó en escucharse, ambos Señores Occidentales se sentían incómodos y fuera de lugar, Sesshomaru temía que en cualquier momento se descontrolara la situación, y su bestia, y quedara un desparramo de cadáveres en la mesa de banquetes. Pensaba rápido qué hacer…Hasta que una luz iluminó su mente, la cueva de la sacerdotisa en la frontera.

"Hn. Allí iremos"

"Ella está soportando con entereza, nuestro cachorro siente su descontento"

"Hn."

Mientras la cena estaba en sus últimas, todos comían el postre o bebían una copa de Mirín, las palabras hirientes eran susurradas, las palabras indiferentes eran vociferadas, las miradas femeninas ofensivas.

-"Cuánto le puede gustar una onna al Señor del Oeste?"

Las alabanzas al plantel de cortesanas era evidente y Kagome había terminado de fingir que comía, y simplemente apoyaba sus manos sobre su regazo

-"Mira esas ropas tan indecentes"

-"Su rostro se ve tostado por el sol"

-"Es demasiado insulsa qué podrá tener que le guste a Sesshomaru Sama?"

Los ancianos cuchicheaban ofensas audibles para el Lord. Pero todos olvidaban qué clase de Lord era el Occidental

El gruñido profundo erizó la piel de los presentes que comenzaron a bajar los decibeles de sus comentarios hasta que fueron inexistentes.

El Lord Oriental, si bien no estaba a gusto con Kagome, luego de ver la reacción del Daiyoukai Occidental, optó por no ofender en lo que podía a la pareja, él sabía mejor, debía mantenerse aliado al Oeste, e insultar a la pretendida del Señor de la luna no era el camino correcto.

Poniéndose de pie repentinamente y golpeando la mesa con los puños, el Señor del Este puso fin a la reunión de inmediato

-"Terminó la cena ahora si me disculpan. Lord Taisho si es tan amable de acompañarme a mi estudio"

Sesshomaru traía apoyada a su cintura y muy cerca a Kagome y no paraba de gruñir estaba perdiendo la batalla contra la bestia enfurecida

-"Onegai Mi Lord…Siéntese, Miko San siéntese también"

Antes de que el kitsune abriera la boca Sesshomaru comenzó a hablar

-"Partiremos de inmediato, el kitsune de la Miko vendrá con nosotros"

Para lo que Kokatsuna se pateaba el trasero a sí mismo, no era bueno, enfurecer al Señor de la casa de la luna no era nada bueno…

-"Por favor, Mi Lord, disculpe a mis cortesanos…Ellos no tienen la debida educación…"

Sesshomaru mantuvo la mirada fija en el viejo kitsune, sin faltarle al respeto pero advirtiéndole que cuide sus acciones de ahora en más

Kagome apoyaba la mano en la pierna de Sesshomaru sin que el zorro del Este se diera cuenta.

El Daiyoukai del Oeste se fue calmando

-"Ya hemos descansado y nuestros animales también, no deseamos retrasar más nuestro regreso, le agradezco su…Hospitalidad, Kokatsuna Sama"

El zorro estaba desesperado, sabía que se iba porque estaba enfurecido, no podía volver los acontecimientos atrás, el Oeste siempre lo tendría en la mira, si acaso se fuera a unir a esta Miko humana. Lo mejor era dejar que las aguas se tranquilizaran y desviar la atención momentáneamente.

-"Ah claro…Por favor, mándele mis saludos y mi corazón a mi hija Krisstal, y que pronto la visitaré…Si no tiene usted problema con eso, Mi Lord"

-"Hn."

Absolutamente críptico, marcadamente molesto pensaba para sí, SI COMO NO OBSECUENTE ASQUEROSO, pero su fría fachada se mantenía

-"Si no hay nada más que decir, Lord Kokastuna, emprendemos el viaje, agradezco nuevamente su hospitalidad para con… EL OESTE"

Y sonando El Oeste, como una muy clara amenaza.

El kitsune transpiraba a cascadas, se habría ganado un enemigo? Si así fuere, mataría a toda su corte y la reemplazaría por hanyous, si el Oeste tendría una Señora humana, pues los mestizos serían bien vistos por los hermanos Taisho, si, hermanos Taisho, ya que si Sesshomaru era poderoso y aterrorizante, Inuyasha le corría por detrás, era mestizo, poderoso, peligroso e impredecible y por lo que se sabía junto a la Shikkon no Miko habían destruido a Náraku y la perla de Shikkon, eran un dúo de temer y ahora el Este había ofendido a la legendaria sacerdotisa y encima era la pretendida del Daiyoukai más poderoso y peligroso del mundo y su hermano era el protector y amigo de la misma…

No les iba a ir nada bien. El Este estaba en problemas por el comportamiento bajo y ruin de sus cortesanos.

"Cómo no los maté y les hice tragar sus lenguas"

Pensaba, al principio él también ofendió a la mujer, pero luego sintió pánico al notar la mirada afilada del Lord Inu y comenzó a temer, trató de distraerlo del despliegue descortés pero fracasó horriblemente y ya no pudo callar a la jauría.

Estaba arruinado, o al menos así se sentía.

Veía con pesar la partida de los Occidentales y se retorcía por dentro. Tendría que trabajar duro para recuperar la confianza de la Casa del Oeste y también trabajar en soportar la raza humana y su mezcla con los youkai o estaría arruinado para siempre.

Suspirando se pasó la mano por la nuca y regresó al palacio

Sus amenazas e insultos se escucharon desde todos los rincones del palacio

-"General HIGA! Saque a esa jauría de putas y malparidos de mi mesa inmediatamente y arrójelos al calabozo!"

-"Si mi Lord!"

El halcón youkai corrió de inmediato y cumplió con la orden.

-"Si el Oeste no me da la espalda….Será un verdadero milagro…"

En la Cueva ya, Kagome disponía las cosas para pasar la noche.

Shippo y Sesshomaru "Buscaban leña"…

Cada palabra dicha contra Kagome la sintió en su corazón, trataron de menospreciar, humillar, incomodar y maltratar a la Señora del Oeste, pero lo que realmente habían hecho era también menospreciarlo, humillarlo, incomodarlo y maltratarlo a él y por consiguiente al Oeste, al legado de Inu No Taisho.

El desprecio por el viejo zorro se hacía cada vez más visceral. Intentaba calmarse pero ya no juntaba la leña, la cortaba desde los árboles moliéndolos a palos. Pasaron por los bosques, luego por las laderas y ahora estaban frente a una montaña rocosa inmensa, la pila de madera era enorme, pero él necesitaba más, mucha más.

-"Jóven kitsune, llévale esta leña a tu madre, yo cazaré para comer"

-"Hai, Sesshomaru Sama"

Cargado como estaba AhUn emprendió el regreso a la cueva junto con Shippou.

El Lord del Oeste necesitaba estar a solas unos momentos más.

Caminó un par de horas entre los riscos rocosos donde podría haber algún jabalí.

Mirando hacia los lados en busca de alguna presa, la mirada se fijaba en el altísimo peñasco que tenía frente a él.

Una vez más las vivencias en el Este le rasguñaban el alma irritándolo, no podía detenerse, la bestia aullaba enfurecida.

En su deseo de arrancarle las tripas al Señor del Este y hacérselas comer de un solo bocado, Sesshomaru apretaba los dientes y arremetía contra la inocente montaña, derrumbándola hasta que donde hubo esa montaña sólo quedaba un espacio hueco y vacío, donde el viento arremolinaba.

Sus nudillos sangraban y sus garras se clavaban aún en las palmas de sus manos.

El aullido de algún coyote lo sacó de su estupor, ya casi era de noche y Kagome y el pequeño kitsune seguían solos en la cueva. Mejor sería cazar algo rápido y regresar.

Kagome había preparado todo para comenzar a cocinar, la insipiente sopa burbujeaba en el fuego, con algunos vegetales, sólo faltaba la carne.

Shippou y ella, esperaban en silencio, el pequeño zorro observaba a su madre que pelaba algunas verduras y las agregaba al caldero. Los acontecimientos del día pasaban por su mente. Tenía la vista fija en la sopa de a ratos.

-"Kagome… Estás bien?"

-"Sí, Shippou, muy bien y tú?"

-"Hn."

-"Huele rico?"

-"Mmm sí"

-"Haz aprendido mucho con los de tu especie?"

-"Sí, bastante…Kokatsuna sama decía que cuando creciera me convertiría en Daiyoukai"

-"Ese viejo asqueroso…"

Musitaba por lo bajo, Shippou alcanzó a escuchar.

El pequeño se sentaba junto a ella y la joven sacerdotisa le acariciaba la cabeza con ternura

-"Te has emparejado con él…"

-"Así es"

-"Eres feliz?"

-"Si, por supuesto…Sé que todo esto es muy repentino para ti, pero…"

-"No, yo recordé haberlos visto juntos no sé cuándo y me sale llamarlo…Ottosan, no sé por qué. Supongo que tiene que ver con esas almas… Eran las nuestras…Eso dijo ottosa…Sesshomaru Sama"

Kagome sonrió y abrazó al pequeño

-"Kokatsuna Sama tiene razón. Un día serás un gran youkai, Shippou"

Besando su cabeza, ella se levantó y caminó hacia la entrada de la cueva

-"Iré a ver si viene Sesshomaru"

-"Está bien"

Fuera de la cueva el aire fresco hamacaba sus negros cabellos.

Su mente era un sinfín de pensamientos, y temores. Lo sucedido en el Este.

Lo que vendrá. Enfrentar al Oeste como Señora, eran todos muy jóvenes comparados con los de su futuro pasado. La aceptarán?

Los comentarios de Sesshomaru acerca de completar la marca. Eso la preocupaba más…

Los flashes de la vida de Sesshomaru aún alteraban su tranquilidad. Este apareamiento había sido más intenso que el anterior, mucho más. La unión más fuerte, el vínculo incompleto tiraba parte de su alma hacia él, la marca dolorosa quemaba su cuello exigiendo la alineación completa. Trataba de resistir, pero cada vez era más doloroso.

Pronto debería marcar a Sesshomaru para completar el ritual, pero eso la preocupaba.

No quería decirle, estaba segura que él no comprendería.

Sesshomaru del futuro había sido más maduro, más centrado y los acontecimientos vividos por ella habían sido muy lejanos para él.

Tenía ochocientos veinte años, pero ahora, tenía sólo trescientos, Lo de Inuyasha había sucedido hacía sólo tres años, era muy reciente, temía por él y por Kouga.

Antes había temido también, pero ahora marcar al Daiyoukai del Oeste era realmente peligroso para ellos.

Recordaba claramente la golpiza que mirai Sesshomaru les propinó, por aquellos recuerdos lejanos, imaginaba horrorizada lo que podría llegar a suceder con esos recuerdos recientes en su memoria y no deseaba pasar por eso otra vez…

Aunque… Las cosas eran bastante distintas en esta era a aquel pasado de mirai…

¿Qué podría pasar?

Sesshomaru estaba muy expectante por su marca, ya le había dicho que cuando llegaran al Oeste esperaba que ella cumpliera con "sus deberes maritales" y seguramente se refirió a la marca…

De pensar solamente en ello se sentía acalorada y muy sonrojada, a la vez preocupada y nerviosa.

Frotando su vientre en círculos, intentaba transmitirle calma y afecto al pequeño cachorro, cuando sintió la opresión del poderoso aura del Daiyoukai del Oeste.

-"Traje carne, Miko"

-"Okairinassai, Mi Lord."

-"Hn… Tadàima"

-"Qué sucede?"

-"Nada…"

No quiso presionarlo más. Ingresaron a la cueva. Shippou hizo una leve inclinación de cabeza reconociéndolo, Sesshomaru puso la carne cerca del caldero y agregó más troncos al fuego, era como una hoguera.

Cuando se dispusieron a cenar, los tres integrantes del pequeño grupo del Oeste, se sentaron en rededor del fogón.

Kagome comía de su guisado, Shippou y Sesshomaru comían carne de jabalí, pero cruda.

De vez en cuando cruzaban miradas cómplices, era evidente que el pequeño no había dicho nada de su despliegue emocional en los bosques y las montañas por lo que el Lord estaba más que agradecido.

El kitsune hablaba acerca de sus vivencias estudiando magia y estrategia, evitando nombrar al viejo Señor del Este.

Sesshomaru destrozaba al jabalí y se sentaba de nuevo a comer.

Mantenía la vista fija en las llamas y su respiración normalmente pausada y calmada, se notaba pesada y era muy visible…Inspira… Expira…

La pierna de jabalí era triturada entre los colmillos de las fauces caninas como si el pescuezo de Kokatsuna se tratara.

Kagome sabía que los sucesos del Este lo habían mortificado haciéndole casi perder el control. Por eso decidió pasar la noche en la cueva, seguramente el Lord de Occidente temió asesinar al Lord Oriental, y desatar una guerra no deseada por nadie.

Comieron sin decir palabra. A Kagome le molestaba la situación, pero Sesshomaru aún tenía sus ojos entre rojos y dorados, Shimaru también estaba molesto, y eso no era bueno.

Shippou y ella no corrían peligro por supuesto, pero en su estado bestial, Sesshomaru no tardaría ni diez minutos en llegar al palacio del Este y asesinar a quien se pusiera a su paso.

Lo mejor era dejarlo tranquilo.

Luego de terminar y asear y acomodar todo para dormir.

El Inu Daiyoukai decidió hacer guardia afuera, mientras los demás dormían dentro.

No era necesario con AhUn frente a la cueva, pero prefería refrescar su cabeza con la brisa nocturna.

Ella no podía dormir. Luego de arropar a Shippou caminó hacia las pequeñas llamas y brasas del fogón

Se preparó un té.

Conocía los pensamientos asesinos de Sesshomaru y su convencimiento acerca de la seguridad de que no sería la única vez en tener que enfrentar esa reacción de índole arcaica acerca de la unión diferenciada, la cruza de especies…

Nada se podía hacer, sólo el tiempo y…Muchas reuniones sociales y políticas, peleas y discusiones, tratados y decretos, acuerdos y alianzas…

Suspiraba y soplaba el té, esta sería una larga noche.

El Lord del Oeste rechinaba los dientes recordando sus propias palabras y reacciones

Él mismo había sido uno de esos imbéciles alguna vez… Y no hacía de ello demasiado tiempo.

-"Fui un infeliz, ignorante y presuntuoso…"

Pensaba en las palabras de Inuyasha cuando lo llamaba CULO SAMA y no podía pensar en nada diferente a TIENE TODA LA RAZÓN.

Sintiendo la caricia leve del reiki adormecido de Kagome, ingresó a la cueva a ver qué le sucedía

-"Miko…No puedes dormir?"

-"NO, Youkai, no puedo"

El sonrió ante su malestar. Detestaba que la llame MIKO. Ese rostro le fascinaba. La abrazó apretándola contra sí y sentándose para tenerla entre sus piernas y mirar el fuego.

La espalda de la joven se sentía tan cálida contra su pecho, sus manos poderosas, acunaban suavemente el vientre infundiendo youki al pequeño para confortarlo.

-"Es un cachorro muy poderoso"

-"Lo es, seguro. Con semejantes padres, no hay otro resultado posible"

Ella sonrió y se apoyó en él.

Sesshomaru besaba la cabeza de la joven y se quedaba a poyado en ella.

-"Cálmate, Mi Lord, esta será la primera pero no la única, ni la última vez que te encuentres con esa clase de pensamientos retrógrados"

-"Hn."

Shippou se giraba, comenzaba a roncar suavemente

-"El kitsune es bastante fuerte"

-"Y valiente además"

Ambos recordaban la lucha contra Náraku y reían por lo bajo, Shippou en verdad era muy valiente

Kagome se atrevió a comentarle que en su futuro había sido un youkai muy bien parecido, fuerte, poderoso, que entrenaba con él. Que manejaba uno de sus emprendimientos más importantes. No se atrevió a contarle que estaba emparejado con Rin. No pensó que sería una buena idea dada las circunstancias…

El Lord rió un poco. Luego se puso de pie.

-"Descansa, Miko, el cachorro lo necesita tanto como tú"

Y salió.

Ella no se iba a quedar con eso, y lo siguió.

-"La noche está muy fresca no crees?"

-"Hn."

Ella rodeaba su cintura con los brazos desde atrás. Sesshomaru no se sintió molesto y permaneció en su lugar. Tímidamente apoyando sus manos sobre los antebrazos de la joven.

-"No te preocupes, he pasado por muchas cosas en mi vida, estaré bien, si tú estás a mi lado"

-"Lo sé, yo sabré protegerte"

Obvio mataría al primero que lo moleste u ofenda a su hermosa pareja.

Pero tanto había de "aquél futuro" que desconocía…Era SU futuro también y ella no se decidía a compartirlo con él. Acaso ella no podía ver el inmenso honor que le estaba ofreciendo? Acaso no se daba cuenta de que jamás le hubiese permitido a otra hembra marcar su piel y su alma de esa manera? No podía ver esa terca mujer lo mucho que a él le importaba?

-"Puedo sentir tu malestar…Sesshomaru. Recuerdas que puedo sentir todo lo que te sucede?"

-"Este Sesshomaru querría poder decir lo mismo…Kagome"

-"¿Cómo dices? ¿A qué te refieres?"

-"No sé nada de ti, aparte de lo que compartí contigo y el grupo del mestizo en nuestros viajes reuniendo fragmentos de la perla y luchando contra Náraku"

-"…"

-"Sólo conozco lo que pude presenciar, lo que escuché, lo que tú me has contado, pero no es igual…"

Oh sí, él anhelaba su marca, quería conocer su futuro, todo de ella, compartirse con ella, sentirla, no solo su cuerpo sino su alma… Para comenzar juntos una nueva historia. Sí, por supuesto primero se resisitió a saber…Pero a medida que pasaron los días, comenzó a necesitar saber…

Él es el heredero de Inu No Taisho, él podrá manejar todo y prosperar.

Ella supo que no tendría opción, si deseaba que su pareja no sufriera deterioros, y su confianza fluyera de manera natural, por su bien y el del cachorro, no le quedaría más remedio que comentarle sus temores, y prepararlo para resistir el afloramiento de su instinto asesino cuando sus energías busquen alineación…

Las cosas que habían pasado con Inuyasha, no le agradarán de ninguna manera, ni hablar de su "acercamiento" a Kouga, del que nadie hablaba, pero hasta el mismo Sesshomaru había conocido y presenciado… El futuro emparejamiento de Krisstal y Kleinez, pasando por encima a Kokatsuna…Toda una vida de armonía, perdida e irreparablemente… Demasiado.

Nada bueno saldría de completar el apareamiento, si ella no se abría completamente al corazón y escrutinio del Señor del Oeste…

Suavemente retiró su abrazo del Inu y comenzó a regresar a la cueva

-"Comprendo…"

Sesshomaru la tomó de una mano

-"Le niegas tu marca al Señor del Oeste y a su bestia…"

-"No te equivoques, no te niego nada, sólo protejo un poco más a los que de una manera u otra cumplieron un rol… Interesante, por así decirlo en aquél tiempo"

Sin decir más ingresó a la cueva dejando atrás a un Sesshomaru más que confundido…

-"Proteger?..."

Si, proteger, a Inuyasha, a Kouga…Pero por sobre todo y todos lo demás, protegerlo a él…