NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, SON ESPECTACULARES! GRACIAS ABSOLUTAS POR SU APOYO. TODO MI CARIÑO A TODOS MIS LECTORES.

DESDE YA GRACIAS POR LA PACIENCIA.

ABRAZO ENORME.

Capitulo 60

EL ÚNICO

La mirada fija al frente, las garras cerradas guardando su preciosa carga. Los ojos del Señor del Oeste siguiéndolo de muy cerca, pero el noble Tora youkai, no soltaría a la joven que lo llamara padre…

Ni aunque eso le costara la vida.

Ingresando en el ala médica, depositó a la sacerdotisa en una camilla especial para que el sanador la revisara. En ese momento, Krisstal reconoció a Kagome y corrió a su lado.

-" Kagome Sama! Sensei, ella está esperando!"

-"Oh, rápido preparen los brebajes!"

-"Es la Shikkon No Miko, espera un cachorro de padre youkai"

El rostro alterado y confundido del sanador en jefe. La mirada agradecida de Sesshomaru, por el silencio a la joven sanadora.

Enseguida se comenzaron a movilizar a gran velocidad. Controlaban que todo estuviese en orden, le aplicaban ungüentos en las muñecas y la frente, le aflojaban las escuetas ropas, hicieron lo indecible para estabilizar a la joven sacerdotisa embarazada, preparados, humos y vapores curativos, brebajes…Todo tipo de sustancias beneficiosas para la mujer y su cachorro.

Luego de largos minutos, Kagome comenzó a recuperar el color en las mejillas y su respiración, se uniformaba. Descansaba.

-"Ella está bien ahora, dormirá por unas horas más, Mi Lord"

-"El cachorro"

-"Mmm sí, bueno, él no parece haber sido afectado de ninguna manera, Mi Señor… El hijo de la mujer Kagome es muy fuerte…¿Qué fue lo que le sucedió?"

-"Tuvo un disgusto muy …Intenso"

La voz consternada del Lord Occidental

Danaka muy curioso acerca del cachorro y el sanador acerca del padre

-"Hijo? Él? Ya puede decir que es un macho?"

-"Mmm pues por mi experiencia y la fuerza de los latidos de su corazón me atrevo a decir, modestamente y sin temor a equivocarme, que la Joven Miko espera un macho"

El orgullo inmenso en el pecho del Señor de la Casa de la Luna…

Tendría un hijo, macho…

Heredero de su legado.

Casi no pudo ocultar la sonrisa que se dibujó en sus labios. La sanadora y él se miraron por unos momentos, ambos estaban felices.

No era como que deseaba ocultarle la información al sanador, pero las paredes oyen…Y eso por el momento no le convenía.

-"Habría que buscar urgentemente a su padre"

Sesshomaru cruzó la mirada con la sanadora una vez más. Pero ninguno dijo nada, debían callar, al menos Sesshomaru pretendía hacerlo que hasta que realizaran la ceremonia pública.

-"Eso sería lo ideal, el cachorro necesita youki de su padre, si ella es un sagrado… Pues purifica el youki y para lograr equilibrio en el cachorro, debe recibir iguales cantidades de energía"

Danaka preguntaba

-"Youki de cualquier macho youkai?"

-"Es usted el padre?"

-"Mmmno?"

-"En este caso, debe ser un poderoso macho youkai, no olvide que ella es una Miko, y la más poderosa además, y aunque es usted muy fuerte, Danaka Sama, un youki como el de Sesshomaru Sama sería conveniente… Ideal, para decir más, pero no le pediría hacer tal cosa, Mi Lord…"

El sanador lo veía a los ojos con anhelo, pero sin esperanzas.

-"Este Sesshomaru no ve el inconveniente"

-"Oh! Bueno… Pues…Coloque sus manos sobre el vientre de la onna por favor!"

Maravillado el sanador, disfrutaba de la colaboración de su Lord.

Jamás se le hubiese ocurrido pedirle algo así, con los antecedentes por todos conocidos de su rechazo y mala voluntad hacia la raza humana.

Curiosamente observaba la delicadeza con la que Sesshomaru acariciaba el pequeño vientre abultado.

Ya comenzaba a mostrarse, su hijo verdaderamente era fuerte.

Danaka sospechó en ese momento que su Señor y amigo actuaba de manera muy extraña.

Verdaderamente ver a Sesshomaru tocar un ser humano sin ningún tapujo no le dio buena espina. Algo extraño sucedía y averiguaría qué era, aunque éste, no era el momento adecuado.

-"Con eso bastará, Mi Lord."

Enseguida se acomodó sus ropas y se irguió como si nada.

-"Si lo desea, puede ir a refrescarse o comer algo, ella dormirá bastante imagino, cualquier cambio le avisaré"

-"Hn."

-"Arigato, sensei"

-"Un placer, Danaka Sama"

Más tarde, en el despacho real, los dos machos frente a frente sostenían una pequeña copa de sake en sus manos. Sesshomaru le había relatado todo lo sucedido desde que Kagome vino la primera vez dejando atrás, la fotografía sin querer.

Lo de los orbes, sus aparentes vidas junto a ella en el futuro, su hijo, y su apareamiento con mirai Sesshomaru y ahora con él, otros detalles estarían en manos de Kagome para compartir, si ella lo consideraba apropiado.

Danaka miraba la copa fijamente. Quería decir que todos esos sentimientos de sobreprotección hacia la joven sacerdotisa, ahora Señora del Oeste, preñada además, eran debido a su supuesta vida en el futuro?

En el futuro él había sido su padre?...Pero ella era humana, ningen pura, sagrada, no era hanyou, ni youkai. Tal vez la había adoptado, como su Señor había hecho con Rin…

-"Bebe, amigo mío"

-"Estoy de servicio mi Lord… No sería lo más conveniente, y lejos lo más correcto"

-"Hn."

-"Su…Odio hacia la raza ningen…"

-"Ella es diferente"

-"Cuán diferente"

-"MUY diferente"

-"Me alegro… Es bueno saberlo, Mi Lord"

-"Hn."

Pasados los minutos y más recompuesto el tigre, ambos caminaban sin decir palabra hacia el gran comedor. El Inutachi ya estaba allí esperando por ellos, más bien por Sesshomaru.

Ni bien ingresaron al comedor Inuyasha se volteó y caminando hacia él increpaba a los gritos

-"Oi! Hijo de puta por qué tardaste tanto! ¿Qué es eso de que te emparejaste con Kagome! OI!"

-"Basta mestizo"

De un revés lo sentó en su lugar.

Algunas copas cayeron de la mesa, el resto esperaba en silencio.

Danaka se quedó observando al Daiyoukai.

Sesshomaru suspiró y les hizo señas de que se sentaran, más él se mantuvo de pie.

-"Kagome es mi pareja, nos apareamos en la isla donde ella se escondió. El kitsune Shippou, es ahora también mi hijo, al igual que Rin lo es de ella"

-"QUÉ MIERDA ESTÁS DICIENDO!"

-"Que la Casa del Oeste ya tiene una Señora, pero dadas ciertas circunstancias, debemos primero ocultarlo hasta celebrar la ceremonia youkai pública, la sociedad youkai tiene ciertas normas de decoro aunque arcaicas, vigentes y no permitiré que nadie moleste, humille a mi Lady, ni cuestione mis decisiones, y eso va también para ti, Inuyasha"

-"Kagome Sama…Su esposa?"

-"Pareja monje, pero si"

-"Ka…"

-"Hn."

Entonces si usted me permite…Yo celebraré un matrimonio según las normas humanas, de esa manera, nadie, de ninguna raza podrá decir nada.

-"Hn…Eso tal vez le agradaría a la Miko"

En ese momento se abrían las grandes puertas y un youki muy pesado se apoderaba del lugar.

-"Sesshomaru…Hijo…"

Caminando y avasallando al pasar, hermosa, poderosa y aterradora, Irasue, Inukimi, arribaba al palacio de la luna a solicitud de su hijo.

-"Irasue Sama…Bienvenida"

-"Tan formal, así recibes a tu madre luego de ciento ochenta años de no verte?"

-"Hn."

Los presentes se ponían de pie y reverenciaban a la hermosa hembra Inu que se desplazaba grácilmente frente a ellos directo a tomar su lugar junto a Sesshomaru en la cabecera de la mesa. Al pasar, sus ojos se clavaron en la figura de Inuyasha que a miraba de frente, y sin bajar la cabeza

-"Inuyasha, San…Siglos sin verte…"

-"Señora"

Asintiendo con la cabeza, luego desvió los ojos para sentarse junto a Kikyo y le tomó la mano bajo la mesa.

Se sentía muy extraño con tanto familiar y relaciones cercanas todo junto. Deseaba estar en cualquier sitio menos ese.

-"Y de qué hablaban?"

Mientras en el dormitorio de Sesshomaru, Jaken cumplía con las órdenes de Sesshomaru.

-Flash back-

-"Jaken"

-"Sí, Sesshomaru Sama!"

-"Traslada mis pertenencias reales a mi habitación, a partir de hoy mis aposentos serán los que siempre ocupé antes de que Inu No Taisho muriera"

-"Hai Mi Lord!"

-"Y Jaken…Refresca la habitación que dejo para Irasue sama…Ella se quedará a allí"

-Fin flash back-

Kagome estaba muy alterada gracias a la bruja del viento, pero Sesshomaru confiaba que cuando ella se calmara, si es que se calmaba, aceptaría compartir con él, sus nuevos aposentos ya que habían cambiado de locación, en vez de utilizar el antiguo dormitorio del General Taisho, utilizarían su propio dormitorio.

No estaba seguro de todos modos. No se adelantaría a los acontecimientos.

Actuaría conforme a se desarrollaran las cosas, por lo pronto necesitaba hablar con su mano derecha, el fiel y poderoso tora del Sur, Akira Danaka.

Enviaría urgentemente las invitaciones para su emparejamiento a los Lores faltantes, debía actuar rápido, cada vez se complicaban más las cosas.

Confiaba en que su madre se ocuparía de Kagura, pero no estaba seguro de cómo tomaría su emparejamiento con Kagome.

Igualmente no le importaba, ella era la hembra elegida por él, esperaba a su hijo, y él quería a esa hembra, humana o no, para él. Nada, ni nadie cambiaría eso. No lo permitiría.

Entrada la tarde, todos se encontraban en sus tareas y obligaciones, Sesshomaru e Irasue compartían un té en los jardines traseros de palacio. Allí no se escuchaba el alboroto de afuera no se percibían los gritos ni el olor a humo de las fogatas.

Mientras observaba a su madre beber té de la manera más delicada y fina que había visto, pensaba en todo lo que debía contarle.

De más estaba decir que no deseaba hacerlo. De ninguna manera, pero, allí estaban los dos, solos y Sesshomaru suspiraba cansado, deseaba ver como estaba su pareja, pero primero tendría que sincerarse con su madre. No era como si dejaría que las dos se cruzaran en un pasillo, para presentarlas… Aunque la idea, si lo pensaba mucho, le comenzaba a gustar.

Cualquier cosa, menos la perorata de su madre.

Apretando el puente de su nariz, suspiró y procedió a beber su té.

-"Hablarás o continuarás suspirando como un cachorro enamorado"

La sonrisa cínica con colmillos de Lady Irasue.

Resoplando resumió todo en unas pocas palabras masculladas entre dientes

-"Kagura…Quiero que te encargues de ella. Sácala de palacio, de mi vida, del mundo si fuera necesario…Tenías razón…Es una maldita puta"

-"Hn."

Sus miradas doradas se cruzaban

-"Y debo inquirir, que sólo para eso me mandaste a llamar?"

-"…"

-"Si no vas a decir nada, creo que iré a molestar al hanyou de tu padre"

-"Madre…"

-"Todo ese despliegue de afuera?"

-"Culpa del mestizo"

-"Ahh . Por supuesto… Ofertas de apareamiento? Pude notar el odio en los rostros de las hembras mientras caminaba hacia palacio, acaso piensas tomar una pareja Sesshomaru?"

Allí estaba, el impulso que necesitaba para hablar… Era ahora o nunca

-"Voy a tomar una pareja, pero no será ninguna de ellas"

Irasue lo observaba desconfiada, Sesshomaru actuaba más reservado de lo acostumbrado

-"Y puedo saber quién fue la elegida mm?"

Los dos hundían sus caras en la taza de té, dejando solamente sus ojos clavados en el otro.

Unos minutos de silencio y…

-"La Shikkon No Miko"

Irasue agrandó los ojos, tragando fuerte su té, dejó la taza en la mesa y se puso de pie. Con el estoicismo clásico de su hijo reverenció y comenzó a irse. No sin antes darse vuelta y decirle a su hijo

-"Iré a molestar al hanyou…Luego me ocuparé de la bruja del viento"

Y cerró la puerta shogui detrás de ella.

Sesshomaru se había quedado sin palabras.

Esperó de su madre un berrinche descomunal, el palacio medio incendiado para estos momentos, pero sólo recibió la información y se fue a…Molestar a Inuyasha?

Resoplando se encaminó al ala médica, ya había librado un escollo, ahora el más importante y difícil, Kagome.

Mientras Danaka cumplía con las órdenes de Sesshomaru enviando los rollos de invitación a los Señores faltantes, afuera continuaba el campamento Circense.

Dentro del sector de sanación, Kagome dormía aún y él miraba el despliegue exterior por la ventana.

-"Mi Lord…Ella duerme, pero se podrí a trasladar a un dormitorio, sólo debe descansar hasta que no le queden más ganas, jaja"

El sanador rascaba su cabeza mientras le decía a su Señor, que ella había estado bajo muchos nervios y presión. El sanador continuaba maldiciendo al padre del cachorro y Sesshomaru apretando los dientes.

Ya no soportando los insultos y aprovechando la ausencia de personal en el sector…Simplemente dijo muy bajo y seriamente

-"Entonces, llevaré a MI PAREJA a NUESTRO dormitorio…"

-"Mi-Mi Lord?"

-"Hn."

Y cargando a Kagome la llevó a su habitación, dejando a un sanador gravemente alterado.

Su habitación de juventud… la más amplia, fresca y glamorosa del palacio. Mirándola bien no entendía por qué había decidido dormir en la de sus padres, horrible lugar…

Entrada la noche, cada habitante del palacio en su habitación, Kagome lentamente abrió los ojos.

No podía imaginar dónde estaba… Todo en penumbras, las cortinas se movían con la leve brisa exterior.

Un dulce perfume a madreselvas ingresaba por los ventanales.

Se sintió en paz… Quería saber dónde estaba, sería un sueño? Pensó que eso era hasta que sus ojos se adaptaron al lugar.

Las pequeñas estatuillas de piedraluna alumbraban el dormitorio hipnóticamente.

Sus ojos se agrandaron al ver todo tal cual era su cuarto en el futuro, antes de "sus" pequeños cambios, las cosas se iban acomodando extrañamente para seguir caminos similares.

-"Qué sucedió?"

Preguntaba muy bajito, como para sí misma.

Una voz fría y seductora le habló desde las sombras del balcón

-"Te desmayaste, luego de ABRAZARTE A DANAKA"

Esa última parte la pronunció sin ningún tacto

-"Mm Ya recuerdo…"

Enderezándose en la cama para luego levantarse y caminar hacia donde ella sabía estaría el baño y las aguas termales, rebuscó en su mochila una remera grande que usaba para dormir y continuó hacia el onsen

-"Tienes ropas frescas en el arcón detrás de la armadura"

-"Estaré bien con mis trapos viejos…Son cómodos…"

Sesshomaru la vio tomar sus cosas y dirigirse al onsen…sólo alguien que conociera el lugar sabría dónde ir…

Sabía que ella estaba enojada, pero él también lo estaba, abrazarse a su general frente a todos había sido inquietante por no decir humillante.

Luego de lo que pareció una eternidad, kagome salió del baño

Se sentía extraño… La Shikkon No Miko, en su habitación…La Shikkon No Miko, en su palacio…La Shikkon no Miko, en su vida…

Kagome pasó frente a él con ese maldito, viejo, horroroso, descolorido, sensual, revelador, hipnótico, descarado, atractivo y asqueroso trapo que ella ahora vestía para dormir, y paseó por el enorme cuarto apenas cubierta con esos extraños vestigios de algo que en algún momento puede haberse parecido a ropa? Eso había dicho ella… O no lo dijo, pero lo dio a entender.

Piernas musculosas, pechos llenos, picos marcados…Su boca se llenaba de saliva.

Su mano dejó la copa de cognac sobre la mesita en el balcón y su cuerpo casi automáticamente la siguió hasta la enorme, cómoda, fresca e impoluta cama.

Nadie compartió su lecho ni en esta ni en la otra habitación. Sus camas, y sus futones eran suyos para descansar y no le gustaban las molestias, hembras intrusas dejando su olor, su calor, su rastro…Fruncía la nariz en rechazo.

Buscaba a Kagome.

Sus ojos se quedaron fijos en la figura sensual e inocente que tenía a la vista, su hermosa pareja peinaba su largo cabello negro. Ella estaba sentada en seiza en su cama y él…Adoró la sensación!

Su cama, olería a ella, siempre a ella y eso lo fascinaba.

Pero el aire no olía delicioso, olía a tristeza, a ira, Kagome no estaba feliz.

Él debía hacer algo y pronto, Kagura había hecho más daño del que pensó originalmente.

Casi sin delatar su presencia se acercó a Kagome, se sentó detrás de ella y colocando suavemente su mano sobre la de ella y tomando su cepillo, comenzó a recorrer y desenredar sus cabellos. Ella sabiendo lo que significaba, se lo permitió.

La raza Inu era muy apegada al acicalamiento y demostraciones de afecto, éste Inu no sería la excepción, solo que habría que acostumbrarse a que solo lo haría en privado.

Tampoco le agradaba a Kagome.

-"Sabes que este Sesshomaru no tuvo nada que ver con ese… exabrupto de la bruja del viento…"

-"Hn"

-"Hn"

Mientras continuaba cepillando, intentaba entablar conversación con ella

-"Te abrazaste a otro macho…"

Sabía que debía haber un motivo para ello, pero no deseaba continuar la "enemistad" temporaria de ellos, deseaba amarla, deseaba tomarla, deseaba sentir las manos de su hembra sobre su piel.

-"Hn. Danaka…Era mi"

-"Padre…"

-"Hn"

-"Hn"

-"El es el único que me…"

-"No ates tu cabello para dormir…Se ve tan hermoso"

Kagome temblaba ante sus palabras. Sesshomaru supo que no debía preocuparse y que si ella lo sentía cerca, presente, apoyándola, permitiéndole esas pequeñas licencias por su felicidad, estaría bien. No podía negarle intentar aferrarse a un trozo de su era, de su familia.

Confiaba en su general Tora plenamente y sabía que él protegería a Kagome y al cachorro así como protegía al Oeste, siempre.

Olfateaba su cuello de vez en cuando, intercalando con caricias del cepillo a su cuero cabelludo.

-"Este Sesshomaru desea que seas feliz, Miko"

-"Arigato, Mi Lord…"

-"El afecto no se agradece, sacerdotisa"

-"Se devuelve?"

-"Hn"

-"Te…Amo Sesshomaru Sama…"

-"Bienvenida a casa Saiai"

Kagome al sentir sus dulces palabras echó su cabeza a un lado. El Daiyoukai, apartó su cabello exponiendo la preciosa piel pálida que lo llamaba a profanarla otra vez.

Recorriéndola con besos y suaves mordiscos, el Lord respiraba extasiado, escuchando los lamentos de Shimaru en su mente, se preguntaba acerca de su tormento y de pronto su bestia le recordó un tema muy importante

"Ella…No nos marca…"

"Hn…"

Lamiendo la columna de su cuello, Sesshomaru comenzaba a pensar de qué manera persuadir a su pareja para que lo marque pronto, su situación de apareamiento incompleto lo estaba comenzando a molestar, no entendía bien por qué, tal vez se sentía en desventaja frente a mirai en eso?

Si bien hasta ahora debido a que tenían que ocultarlo por unos días, le venía bien no tener su marca expuesta aún.

Kagome cerraba los ojos sintiendo las cosquillas de los besos y suaves mordiscos de su pareja Inu.

-"Aún estoy molesta, Sesshomaru…"

-"Hn"

Deteniéndose debajo de la oreja y lamiendo

-"Este Sesshomaru, anhela tu marca mujer…"

El solo pensamiento provocaba electricidad en la espalda de la joven. Ella sabía que marcar a su macho era necesario y esperado para que un apareamiento dure, fuerte, feliz y para siempre.

Pero recordaba la reacción de Sesshomaru del futuro, ante los recuerdos de su sufrimiento por culpa de Inuyasha, temía una vez más.

No sólo por eso, sino por la terrible pérdida sufrida por ellos a manos de Náraku, cómo procesaría su amado todo aquello, siendo que era tan joven con respecto a su esposo.

Suspiraba ante los seductores besos de su amor… Su amor, el de antes, el de ahora, el de siempre, ahora enterrado en las profundidades del alma de su actual pareja, si, ese pensamiento la llenaba de esperanza, los dos eran uno, solo uno, vivía en su interior, vivía…

Tenían mucho que vivir juntos, ver transcurrir las eras, crecer con ellas y con muchas oportunidades por delante.

Cerraba los ojos y los abría de nuevo a su habitación. La que había tenido en el futuro, y este cepillado de amor, y su besos y su cachorro… Yashamaru había dicho su padre. Antes de desaparecer el tiempo

-"Has pensado en un nombre para el cachorro?"

-"Hn?"

-"…"

-"Aún no"

Pero antes de que ella dijera una palabra más, estaba de espaldas con un hermoso macho Inu sobre ella idolatrando su cuerpo, besando su piel, acariciando su alma…

Sus besos se buscaban a lo largo del encuentro. Los mimos y caricias, los suspiros y jadeos…

Sesshomaru se incorporaba en seiza para quitarse la chaqueta del kimono dejándola caer a los pies de la cama. Quitaba la remera de su esposa y la arrojaba lejos

-"Ví eso!"

-"Hn"

De nuevo separaba las piernas de su hembra y besaba con avidez hambrienta cada centímetro de carne expuesta.

Kagome aferrada a sus cabellos en puño, movía su cabeza a cada lado buscando respirar.

El éxtasis tan deseado se acercaba con inminencia, el golpe de pasión los arrollaba lentamente

TOK, TOK, TOK!

Los ojos de Sesshomaru se abrían de incredulidad.

TOK, TOK, TOK, TOK, TOK, TOK!

Elevando su youki para aterrorizar a quien estuviera en la puerta

BAM, BAM, BAM, BAM, BAM, BAM, BAM!

Sesshomaru, negándose a soltar a Kagome, permanecía entre sus piernas gritando desde allí

-"FUERA!"

-"¡OI, HIJO DE PUTA ABRE, QUIERO HABLAR CONTIGO! OOOIIII!"

-"VETE MESTIZO SI NO DESEAS MORIR DE LA FORMA MÁS ESPANTOSA!"

-"KEH! COMO SI ESO FUERA A SUCEDER! OI!"

Ya de pie con su instinto asesino a flor de piel, el Daiyoukai, caminaba hacia la puerta para asesinar a su medio hermano.

Kagome respiraba agitada y se cubría con las sábanas

-"QUÉ!"

-"¡OI! SESSHOMARU! TENEMOS QUE HABLAR!"

-"Mañana! Ahora estoy…Ocupado"

El silencio envolvió a los hermanos, la voz de Inuyasha cambió y eso provocó la reacción de Sesshomaru

-"Me…Me imagino. Y… Me alegro…Solo yo…Onegai Sesshomaru..."

Tanto Kagome como Sesshomaru abrieron grandes los ojos y se miraron por unos momentos. Kagome asintió y Sesshomaru se colocó la chaqueta, acomodó su kimono y abrió la puerta.

-"Aquí no…Mejor en tu despacho"

Y así lo hicieron.

Sentados en sus lugares, giraban una copa de cognac en las garras, los cuatro ojos brillaban como soles

-"Kagome no te marca aún"

-"Hn"

-"Ella lo hará"

-"Este Sesshomaru lo desea, pero no lo sabe"

-"Te lo estoy diciendo…Lo hará. Ella es una mujer MUY honorable"

Bebían un sorbo

-"Cuando eso suceda…Verás toda su vida"

-"Tal vez, eso sólo sucede con los ejemplares poderosos"

-"Ella lo es… Y lo sabes"

Bebían otro poco

-"Y cuál es tu interés en eso, Inuyasha"

-"Verás, lo ruin que yo he llegado a ser con ella, Sesshomaru. Seguramente intentarás asesinarme…"

Sesshomaru afinaba los ojos

-"Y quería decirte que… Por mí está bien"

Ahora los ojos del Lord eran faros, enormes y dorados como el sol

-"He sido el bastardo más maldito y ruin que pudo existir. Y lo peor es que fue con ella. Con la única que me apoyó, que me defendió, la única que me miró con ojos de amor, como a un igual, no como a una escoria, como lo habían hecho los demás hasta entonces"

-"Continua…"

Los relatos del hanyou asombraban al Lord, parte de la vida de su mujer era compartida por el mestizo hijo de su padre. Su bella pareja había sufrido mucho a su lado, parte de él deseaba efectivamente asesinar al hanyou, pero otra parte lograba descifrar el acertijo del carácter de Inuyasha.

Sus palabras y su arrepentimiento, sus deseos de redimirse. Su sinceridad y su dolor. Sus lágrimas ocultas hablaban de un macho honorable, que había estado solo, lastimado y muy confundido por demasiado tiempo.

Sesshomaru escuchaba sus palabras sin interrumpirlo, solo rellenaba su copa, para que la sequedad de su garganta, causada por la pena, no lo asfixiara.

Inuyasha abría su alma y corazón a su medio hermano sin temor a morir.

Sesshomaru escuchaba, y asentía de vez en cuando.

-"Pero lo peor fue…"

Algo le decía que no le iba a gustar nada de lo que ahora iba a escuchar

A medida que Inuyasha hablaba Sesshomaru perdía la calma, copa tras copa e cognac y decidiendo caminar por el despacho mientras el mestizo relataba.

Luego Sesshomaru se sentaba y era el turno de Inuyasha de caminar, pero en la parte crucial se paró frente a Sesshomaru, con las manos en su escritorio, mirándolo fijamente a los ojos. Sesshomaru sentado lo miraba de igual manera

-"Y cuando iba a hacerla mía y marcarla, yo le dije… Yo le dije…"

-"Inuyasha…"

-"Te amo tanto KIKYO"