NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.
GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, SON ESPECTACULARES! GRACIAS ABSOLUTAS POR SU APOYO. TODO MI CARIÑO A TODOS MIS LECTORES.
ABRAZO ENORME.
Capitulo 62
DEMASIADO DOLOR
Sumido en la tortura de recordar, experimentar, descubrir, averiguar, se encontraba el poderoso Señor del Oeste, rayando los límites de la locura.
Kagome había cuidado de él toda la madrugada, y la fiebre aún no cedía.
Sesshomaru musitaba maldiciones y apretaba los dientes en dolor evidente, más no parecía poder controlarse, ni detener su sufrimiento.
En su mente una seguidilla de imágenes, vivencias y sensaciones, sentimientos de diversa índole bombardeaban su cordura hasta casi quebrantarla.
Mientras Kagome intentaba estabilizar los sentimientos del Lord, muy dentro de sí, Sesshomaru se enfrentaba a su peor enemigo…Él mismo.
…En una playa solitaria se encontraba a su parecer, Inu No Taisho, con su cabello en una cola alta de espaldas a él.
-"Tienes algo que proteger?"
-"Chi chi ue…"
-"Responde, Sesshomaru"
-"Washi no onna, washi no musuko…"
-"Ah...Tu Mujer y tu hijo…"
-"Chichi ue…?"
-"Yo también tenía algo que proteger y tu no me comprendiste…"
-"Shiteiru…Lo sé…Lo comprendo ahora"
A medida que Sesshomaru intentaba hacer que su padre lo comprendiera, la visión del General perro parecía alejarse. Se enturbiaba, se desvanecía para luego reaparecer, más lejos.
Casi alcanzándolo Sesshomaru estiró su mano para asirlo del brazo y evitar que se fuera,
-"Chi chi ue!"
Y de pronto la imagen se volteó a verlo.
-"No soy nuestro padre"
Era su mismo rostro, más añoso.
Como si de electricidad se tratara, retiró la mano del brazo de su reflejo.
Su porte gallardo y majestuoso, pondría de rodillas a cualquiera que intentara enfrentarlo.
La mirada franca, brillante y poderosa, dorada como el sol, las apenas visibles marcas de sus siglos, casi milenios en su piel.
La musculatura muy desarrollada, callos en sus manos por blandir las katanas, Bakussaiga y Tokijin en su cadera, la seguridad en su rostro, la mirada brillante, confiada por saberlo todo de todos.
El poder abrumador que despedía a su alrededor… Absolutamente impresionante, el gran Inu plateado se detuvo frente a él, y clavó sus ojos en los suyos
-"Sabes quién soy…"
Su voz susurrante, incrédulo aún, respondió sin titubear
-"Mirai Sesshomaru…"
-"Hn…Curioso nombre…"
Frente a frente en la desierta playa de su inconsciencia, Sesshomaru frente a Sesshomaru se miraban sin decir palabra.
El viento mecía sus cabellos
-"Esto es todo?"
-"…"
-"Recibiste tu marca y por experimentar lo mismo que experimenté yo, ver lo que vi yo, vivir lo que viví yo, estás a punto de perder la razón? Eres patético"
-"No te atrevas"
-"A qué? A defender lo que es mío?"
-"Ya no lo…"
-"Lo es, lo fue y lo será por siempre…Acaso no lo ves? Tú eres yo y yo, fui y he vuelto a ser tú"
La arena nublaba sus ojos.
-"Qué serías capaz de hacer por mí esposa y pareja y mi hijo?"
-"MI pareja y MI hijo"
-"A sí? Tuyos eh? Y ellos se merecen un mocoso que se revuelca en su dolor, y no es capaz de entender nada, ni enfrentar sus miedos"
-"No tengo miedo! No soy patético y no me revuelco de dolor! Soy Taisho Sesshomaru, primogénito del general Inu No Taisho, Taisho Touga Sama. Señor absoluto del Oeste"
Los ojos clavados entre sí. El mayor manteniendo la frente muy alta.
-"Voy a hacerte una pregunta y depende de tu respuesta si mantienes a Kagome y al cachorro o yo tomo tu lugar y te quedas aquí en esta playa desierta que es tu mente, loco, perdido, como el débil que eres"
El joven Inu observaba al hermoso y majestuoso Daiyoukai que estaba frente a él.
Acaso la punzada de celos y admiración lo aguijoneaban por dentro?
A pesar de sus insultos le concedía que él también se sentía patético, Kagome había vivido todas esas cosas y estaba de pie, fuerte, valiente y estoica, llevando un cachorro en su vientre y apostando a la vida y él sólo con ver los sucesos, y experimentar algunos sentimientos, se estaba volviendo loco.
Realmente se enorgullecía de llegar algún día, a ser similar a este poderosísimo demonio, realmente lo intentaría, lo haría, Kagome se merecía lo mejor de sus esfuerzos y su cachorro merecía un padre del que estar orgulloso.
-"Adelante, haz tu pregunta"
Y antes de que abriera la boca, el joven Daiyoukai puso su condición
-"Si yo gano…Me darás los recuerdos de la Miko"
-"Te daré uno sólo"
El silencio y el viento volando sus cabellos de plata, el más joven asintió
-"Hn"
Kagome había mandado a llamar a Danaka y a Inuyasha
Sesshomaru no estaba bien, no lo estaba manejando bien y recordando lo sucedido en su futuro necesitaba consejo y ayuda. El youki no peleaba con el reiki, pero subía y bajaba esporádica y erráticamente.
Sus relatos tranquilos iluminaban un poco a los machos que la miraban preocupados.
-"Él no había reaccionado bien a algunos sentimientos y otros recuerdos. Lo de Inuyasha y yo…Pues…"
-"Yo se lo conté ayer, por eso lo de su ataque y la golpiza, no te preocupes Kagome, ya pasó"
Explicando los acontecimientos de aquella vez, evitando los detalles íntimos y remarcando las obvias diferencias en este pasado presente, lo único que pudo pensar fue
-"Inuyasha…Kouga"
-"Qué con el lobo?"
-"Cuando me refugié en el Norte…"
-"Pfff Sarnoso de mierda, debería dejar que lo mate…"
El mestizo lo supo de inmediato, él había blanqueado sus hechos y errores antes de Sesshomaru recibir su marca, lo sucedido con ella no lo tomaría por sorpresa, pero el lobo…
El Lobo era otra cosa.
Algo había sucedido con Kouga que nadie sabía a ciencia cierta lo que fue, sólo imaginaban
-"Danaka Sama hay que advertirle al sarnoso, cuando despierte el hijo de puta, si es que despierta, lo matará…"
-"INUYASHA!"
-"Míralo Kagome, el bastardo está realmente cagado, no puede manejar tu reiki, y lo demás"
-"No es como si fuera fácil, es la juventud y la vida del Sesshomaru de mi tiempo, él tenía casi Novecientos años Inuyasha, y esta vida que tiene bastantes diferencias con la otra, más mis vivencias, Lo de Náraku… esta conexión es muy…"
Suspirando Kagome, volvía a mojar la tela y limpiar el sudor del Lord
-"No debí dejarme llevar…No soy un youkai ¿Qué diablos quise hacer marcándolo de la manera que lo hice?"
Danaka ponía su mano en el hombro de la sacerdotisa
-"Mi Lady…El frenesí no es algo que un ser, youkai o no, pueda controlar, no debe echarse la culpa, no hay nada que pudiera haber hecho para evitarlo"
Enseguida Inuyasha salió a arreglar lo del Señor del Norte, Ayame y Kouga habían llegado en la tarde junto a otros Señores y se encontraban descansando
Jaken era llamado a asistir a Sesshomaru para que Kagome pudiese descansar, mas ella no se separaría de su lado.
El Lord gruñía y rugía rechinado los dientes
-"Si mi amo no es capaz de reponerse pronto, el Oeste estará en la mira de todos…"
-"Jaken Sama, creo que es tiempo de buscar El Rollo Lacrado"
Danaka le advertía al Kappa, que asentía y con eso, el general Tora se retiraba.
-Flash Back-
-"Mi Lord, mandó llamar?"
-"Hn."
Sesshomaru escribía y lacraba un documento que entregaba a Danaka en su propia mano.
-"La Señora del Oeste?"
-"Se encuentra estable, dice el sanador que está descansando, lo peor ya pasó"
-"Hn."
-"Danaka Sama…Este rollo es para abrir en caso de que a este Sesshomaru algo le impida cumplir con sus obligaciones como alfa y gobernador de las tierras del Oeste"
-"Pero Taisho Sama, qué podría…?"
-"Lo que sea, Danaka, en él hay instrucciones precisas acerca de lo que se debe cumplir para que el Oeste continúe brillante, destacando como siempre y… Asuntos inherentes a mi… pareja y cachorro"
El Tigre tomó el rollo y lo puso dentro de su semi haori
-"Deberás entregárselo a la Miko"
-"Mi Lord…"
-"Lo sé, amigo, por eso te lo confío a ti"
Hecho eso, partieron al comedor a reunirse con los demás, mientras Kagome se recuperaba de su disgusto, en el ala médica.
-Fin flash back-
Ya durante la noche Kagome preguntó
-"Jaken…El frenesí…"
-"No está permitido hablar de eso, Miko, pero el último del que se sabe fue con los progenitores de Inu No Taisho, es algo tan… Íntimo, tan místico para los youkai, que apenas se sabe de su existencia, afecta a unos pocos, pero son los considerados parejas perfectas y generan hijos perfectos."
Los dos se miraron por unos momentos, el sapo suspiró y negó mirando hacia abajo
-"Admito que Jamás, hubiese pensado que la pareja perfecta de mi amo Sesshomaru Sama fuese un patético ningen y menos uno sagrado…Sin ofender…"
Kagome no pudo más que sonreír.
-"Sabes de donde vengo, Jaken"
-"Hai…Y lo de mi Señor del futuro…También"
-"Hn."
El sapo miraba a la joven, su vientre comenzaba a mostrar y la energía del cachorro era demasiado fuerte e inestable.
-"El cachorro necesita youki, no se separe de mi amo, Miko…Sama"
El honorífico hizo sonreír a la joven
-"Kagome, Jaken, tú lo has dicho, soy sólo un patético ningen"
La mirada lacrimosa del Kappa demostraba la preocupación en su rostro, pero ver el vientre hinchado de Kagome le llamaba a proteger al cachorro como había protegido a Sesshomaru, a su parecer, y continuaba haciendo con Rin.
-"Demuestre que no lo es, y cuide al cachorro, descanse. Yo cuidaré de Sesshomaru Sama"
En la playa de su mente, Sesshomaru esperaba la pregunta de su mayor
-"Aún sigo esperando"
-"Hn."
Interminables minutos parecieron transcurrir desde que perdió el conocimiento y apareció en este lugar desamparado por Kami.
Nuevamente frente a frente, la experiencia y la pujanza se desafiaban a todo por el todo
-"¿Quién es el Señor del Oeste?"
Responder "Yo" no era una opción, era Sesshomaru Taisho quien preguntaba, y debía ser Sesshomaru Taisho quien respondiera, a la altura de Sesshomaru Taisho…
El Joven Daiyoukai se encontraba observando a su versión madura frente a él.
No podía decir que le disgustaba ver en lo que se convertiría, más le molestaba saber toda la experiencia que tenía, que todo lo sabía y que él recién comenzaba, los recuerdos que ocultaba, memorias junto a Kagome que se negaba a compartir.
Pensó que mirai tenía ventaja, quinientos años de ventaja, había visto evolucionar a Japón y al mundo. Había sido dueño de casi todo el mundo futuro, era poderoso, adinerado, inteligente, muy atractivo espécimen masculino, había sido capaz de enamorar a la Miko, hacerla su pareja, engendrar un cachorro, pero sucedieron cosas horrendas…
Como si supiera su pensamiento, el mayor le tocó la frente con la punta del dedo índice y el golpe de recuerdos lo hizo trastabillar a apoyar una rodilla en la arena.
Sus vivencias de juventud, todas similares, pero no exactas, no suyas, era como ver recuerdos de otro.
La guerra contra el clan Ryu, la perla de Shikkon, la aparición de Rin, la tumba de Inu No Taisho, Inuyasha y la Miko, el inutachi, Náraku, su destrucción…Kagura.
Estudios, descubrimientos, evolución…Krakatoa, La primera guerra mundial, la segunda…Hiroshima, Nagasaki, la tierra inquieta, tsunamis, terremotos…Progreso, el silencio youkai.
El mundo de cabezas, la reaparición de Náraku y los youkai interactuando sin esconderse con los humanos, la traición de Kagura, su refugio en la Isla, la construcción de la cabaña…
Rin creciendo adorablemente, la adopción del kitsune como hijo del Oeste.
El grupo, se hizo su manada, el pacto de sangre, Los hijos del monje y la exterminadora…
Y de pronto… Se detuvieron.
Poniéndose de pie. El joven Sesshomaru miró al añoso Daiyoukai frente a él esperando otro embiste de recuerdos, pero nada sucedió
-"Ya tienes la respuesta?"
-"Faltan recuerdos"
-"No falta nada"
-"Este Sesshomaru jamás ha faltado a la verdad"
-"Este Sesshomaru tampoco"
-"Faltan recuerdos, cuando regresó la Miko, Rin adulta…Qué escondes de mi?"
-"Un solo recuerdo de la Miko te daré, pero sólo si ganas"
Sin moverse un ápice, se mantuvo estoico esperando, un nuevo golpe de vivencias que no se hizo esperar
La vigilia de seis años esperando a Kagome, la destrucción del templo Higurashi
Agarrando su cabeza, el joven Lord resistía como podía
Rin en todos sus ámbitos y etapas de desarrollo, los entrenamientos en palacio…
El inconsciente Daiyoukai se retorcía apenas, pero rechinaba fuertemente los dientes, Jaken sabía que estaba sufriendo, Kagome se levantaba a verlo
-"Jaken?"
-"Sesshomaru Sama está luchando"
De rodillas ahora recordando, El rescate de los Higurashi, a raíz de la destrucción del templo, el romance y cortejo de Danaka y la madre de la Miko…Su emparejamiento, Su primer cachorro
Los relatos acerca de las aventuras y anécdotas del Inutachi. La admirable Kagome y sus aventuras.
El concejo de ancianos, la degradación de la mujer gracias a Náraku,
El error del mestizo, su matrimonio forzado para salvar a la sacerdotisa de las garras del asqueroso hanyou y la perla cobrando vida…
Agarrando sus cabellos en puño, musitaba…Resistiendo los sentimientos, los flashes consecutivos que no se detenían ante nada,
La persecución de Náraku, el último juicio, él de rodillas encadenado, la joven estirando el arco, imponente con su traje de Miko, el poder sagrado, el descontrol en el concejo, la desaparición del mundo, la huída desesperada, el desesperado intento de salvar a Kagome y su cachorro, el último beso, el pozo, el adiós, Kagome sostenida solo de sus muñecas y manos, el rostro de pánico lloroso de la Miko…Sus últimas palabras de amor… La luz azul brillante, el grito desgarrador de su mujer…
Y la nada…
El dolor lo invadió, su odio fue inmenso, detestó todo recuerdo absolutamente, ese futuro fue cruento y maldito, tanto dolor… Gritando a los cielos con todas sus fuerzas y el poder de su garganta, de pronto su ira se desató.
La inmensa explosión de youki arremetió a su alrededor y embistió de lleno al adulto de cabellos plata que sentado en la arena comenzó a reír.
-"Patético"
El joven Daiyoukai no aceptaría más migajas, él era el Señor del Oeste, y este viejo frente a él ya no era nadie
-"Le darás a este Sesshomaru todos los recuerdos que le pertenecen"
-"No"
Ante la negativa Sesshomaru afinó los ojos
-"Debes responder primero"
La respuesta a la extraña pregunta sólo lo llevaba a incursionar en su pensamiento más críptico, y típico de él. Qué podría desear el adulto Sesshomaru que él le dijera que no supiese ya?
"Quién es el Señor del Oeste…"
Una personalidad tan fuerte y decidida seguramente esperaba una respuesta a la altura de un poderoso demonio como él. No aceptaría un YO SOY EL SEÑOR ABSOLUTO DEL OESTE seguramente esperaba algo mejor, un motivo por el cual dar validez a esa declaración…Por qué él sería el Señor del Oeste…
Porque lo era, mirai Sesshomaru deseaba quedarse con Kagome y el cachorro y encerrarlo a él con Shimaru en su conciencia, y eso era lo último que permitiría que sucediera, no, ni en un millón de años.
Mirai era poderoso, muy poderoso, sabio, experimentado, le llevaba ventaja en casi todos los aspectos, menos en el aspecto de vivir, él estaba vivo, existía y tenía toda la vida por delante. Náraku lo había erradicado del tiempo, pero así y todo, se las ingenió para regresar junto a Kagome, sería un hueso duro de roer…
Era Sesshomaru…era él…
De pronto la energía demoníaca poderosa y muy palpable se arremolinó a su lado, Tokijin estaba ardiendo.
Sesshomaru adulto blandía la katana y de pronto arremetía contra su par más joven.
No lo dejaría pensar las cosas, si respondía, tenía que responder bien, y bajo la presión extrema de luchar contra sí mismo, no había nadie peor que él para enfrentar.
Sólo un Lord Cardinal absolutamente perfecto y poderoso podría lograr el éxito bajo las presentes circunstancias y mirai pretendía que Kagome tuviese a su lado simplemente al mejor.
Mientras los Lores luchaban los recuerdos embestían al más joven.
En la cama de la pareja, Jaken y Danaka que ingresaba, sostenían al Daiyoukai o eso intentaban, mientras Kagome le hablaba y lo trataba de calmar y secaba su sudor.
La joven hacía uso de su reiki para adormecer el poderoso youki que había explotado hacía unos momentos destrozando la cristalería de la habitación.
En el palacio los invitados continuaban felices pensando que esas energías se debían al próspero apareamiento y frenesí de los ahora Señores del Oeste. Irasue se mantenía tranquila en su habitación, estaba segura de que sólo era sexo, lo cual la llevaba a sonreír y continuar descansando.
Pero la realidad era otra.
En la mente del Señor de la Luna, la batalla por su cordura había comenzado…
Cada golpe de metal crujía en los oídos demoníacos de ambos contendientes
-"Respóndeme Sesshomaru!"
-"No prevalecerás sobre mí"
El reiki colándose como bruma en su playa desierta, con intenciones de calmar a los peleadores, pero nada más lejos que eso, ambos queriendo hacerse de la poseedora de la rosada y muy peligrosa energía sagrada
El adulto arremetiendo sin piedad. Si debía ceder a Kagome sería contra el más poderoso de todos.
El Joven sosteniendo su terreno y sentando su dominio, no perdería contra nadie, él era el Señor del Oeste y el otro...Lo fue, lo era…
El choque de ambas katanas los arrojó lejos a uno del otro, recuperándose arremetiendo para atacarse y de pronto ante la vista del poderoso demonio que corría hacia él, el orgullo devoró la ira, pena que un ser tan magnífico como ese ya no existiera, al menos físicamente
"Él se ve magnífico, poderoso, majestuoso, yo seré él, él fue…No. Mi presente y su pasado no son los mismos…"
El joven Sesshomaru envainó a Tokijin y permaneció estático esperando el golpe que nunca llegó
-"Pelea Sesshomaru o es que acaso tienes la respuesta?"
-"Hn."
-"Debe ser la correcta…O Tokijin te enviará al fondo de tu consciencia y permanecerás allí por toda la eternidad"
El silencio reinante se rompía sólo con el sonido del viento arremolinando en las arenas blancas
-"Yo, soy el Señor del Oeste"
Antes que mirai lo negara, Sesshomaru levantó su mano y continuó
-"Tú has sido joven, has madurado y evolucionado con el mundo. Yo soy joven, me falta madurar y evolucionar con este, mi mundo, ambos somos Taisho Sesshomaru, demo…Con los siglos yo me podré convertir en tí…Pero mi presente no es tu pasado, son diferentes y mucho. Yo puedo ser tú, pero tú jamás podrás ser Yo"
-"Hn."
El adulto envainando Tokijin sonrió de lado y mantuvo su mirada fija en el joven. Su mirada ya no era de odio y desprecio, su mirada era de orgullo, la misma mirada que un padre puede tener hacia su hijo más preciado.
-"Respuesta…Correcta"
Y sin más comenzó a caminar hacia el horizonte…
-"No dije que te fueras"
Se volteó a verlo a los ojos
-"Vas a ordenarme ahora? Jajaja no soy un cachorro sabes"
-"Hn."
-"Tu recuerdo"
-"No debes irte, si no lo deseas…Este Sesshomaru es capaz de manejar tu presencia, si fuera necesario"
El adulto reía
-"Claro y encontrar la vida aburrida de saber lo que va a suceder? No, no lo creo, Sesshomaru. Kagome y tú merecen madurar y vivir sorprendiéndose a cada paso, disfrutar de la vida y de mí… Del cachorro"
Palabras sentidas que no pasaron desapercibidas para ninguno de los dos.
-"Camina a nuestro lado y disfruta de todo eso…Aunque sea en silencio, tal vez me aconsejes alguna vez…Aunque no te haga caso"
-"La vida es tuya para disfrutar, hazlo con ganas, Sesshomaru"
El joven sabía que si no fuera por la maldad de Náraku, Kagome aún estaría en el futuro, que mirai jamás hubiese renunciado a ellos, y verdaderamente podría vivir con dos bestias en su conciencia
-"Este Sesshomaru es tan poderoso que puede vivir tranquilamente con dos bestias en su mente y los eventuales consejos de un viejo gruñón"
Ambos sonriendo levemente, el adulto soltando su cabello de la cola alta, era solo para las batallas y entrenamiento y además así lo usaba en aquéllos días
-"Que así sea…"
Mientras la fusión se realizaba el recuerdo del emparejamiento de mirai y Kagome en la playa de la isla, los helicópteros, los pétalos de rosas, la ceremonia de Danaka y Noriko, su hermosa unión en la isla, su primera vez, se grabaron a fuego en su mente y corazón. La profunda y sincera voz sonaba en sus oídos
-"Ese es tu recuerdo más preciado…"
En la habitación Sesshomaru se relajaba y no luchaba más. Danaka y Jaken soltaban sus brazos y piernas, Kagome sentada a su lado acunaba su cabeza en su regazo.
Sesshomaru respiraba tranquilo y ya no sudaba.
Kagome más tranquila bebía un poco de té con la cabeza de Sesshomaru sobre sus piernas, no pensaba separarse de él. Aunque estuviese mejor aparentemente.
Danaka se acercaba y le entregaba el rollo lacrado
-"Mi Señora…Este rollo es para usted"
Kagome le dio su taza a Jaken y abrió el rollo… Lo que leyó en él la dejó fuera de sus cabales. Sus lágrimas brotaban y sollozos de sus labios.
Ella tímidamente le entregaba el rollo al general Tora. Jaken y él leían el papel y la miraban seriamente
No había indicaciones, ni órdenes, ni planificación para el Oeste, nada, una sola oración ocupaba todo el pergamino
"YASHAMARU, es el nombre de mi cachorro"
