NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

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ABRAZO ENORME.

Capitulo 68

Entre los vapores del Onsen, se encontraba enjuagando sus cabellos, enjabonando su blanca piel, eróticamente rindiéndole tributo a su maravilloso y torneado cuerpo…

"Cómo se atreve…"

"La muy ladina nos provoca…"

La mirada fija del enorme macho Inu que lentamente pero a paso firme ingresaba a las aguas termales para unirse a su bellísima Miko.

Kagome se aseaba muy meticulosamente, mientras Sesshomaru apenas llegando de sus rondas y otras cosas, se apresuraba para alcanzarla dentro de sus baños privados, disfrutando de la magnífica vista de la poderosa Shikkon No Miko completamente a su merced.

No se cansaría nunca de admirarla, de desearla… De amarla…

Como el depredador que era, caminaba lentamente pero sin detenerse hacia donde estaba su preciosa víctima.

Las suaves y amplias ondas que su avance provocaba en el agua eran hipnóticas, continuas, daban el marco ideal junto con los vapores para el erótico momento que pretendía compartir con su pareja.

-"Buscas algo, Mi Lord?"

Sensual y seductora, sin voltearse a verlo le preguntaba con voz suave y melodiosa

-"Hn, tal vez."

Las enormes y fuertes manos posadas en los brazos de la joven recorriéndolos desde los hombros hacia abajo y de vuelta.

-"Lo encontraste?"

-"Hn."

Pegando su musculoso cuerpo a la espalda de Kagome comenzaba a apartar los cabellos para besar y lamer el costado de su cuello donde sus marcas se encontraban y ardientemente lo llamaban.

Los aromas sensuales de los jabones y esencias mezclados con la excitación lo comenzaban a cegar

-"Mmm. Deliciosa…"

-"Sesshomaru…"

Girándola para que lo viera de frente mientras avanzaba y la arrastraba a la zona más profunda de la poza termal.

-"Deseas que te lave el cabello?"

-"Después…"

Devorando la boca de la joven, la levantaba para rodearse la cintura con sus piernas, el vientre presionando contra él.

El hambre del cuerpo femenino no se disminuía por la preñez de la hembra, al contrario, la deseaba aún más.

-"No puedo abrazarte"

-"Relájate, Miko, este Sesshomaru se encargará"

Y lentamente apoyaba la espalda de Kagome contra la piedra lisa de una salidera, casi recostada, cómoda, se comenzaba a relajar entre los brazos de su amado.

Sesshomaru pastaba sus dientes sobre la piel de la sacerdotisa saciándose de todo lo que anhelaba devorar. No quedaba carne ni porción de piel que no hubiese lamido, besado o mordido, ella estaba a su merced.

Posicionándose entre sus piernas una vez más, comenzaba a empujar suavemente disfrutando las expresiones del rostro de Kagome que a medida que el placer la inundaba se perdía en la pasión

-"Déjate llevar, Saiai"

Las aguas hamacándose rítmicamente chocando con los bordes del onsen, el vapor escondiendo a los amantes, los sonidos del amor retumbando en la habitación.

-"Sessho…maru"

-"Miko…"

En enorme cuerpo masculino cubriendo a la mujer, que gemía perdida en éxtasis.

El macho devorando los pechos, besando el vientre, apaciguando los lamentos de su bestia interior.

Ya los jadeos y algunos gritos se escapaban de las bocas las pocas veces que se separaban en busca de aire.

-"Ka-Kagome…"

-"Mmmm."

Las manos aferradas a las caderas, un poco más rápido, más fuerte, más profundo…

La joven intentando aferrarse a algo con sus manos, encontrándose con las manos del macho que las guió a tomarse de sus hombros. Las uñas esculpiendo la pasión en la blanca piel.

El violento éxtasis final estallando en un rugido monstruoso, las lágrimas de la joven y sus respiraciones agitadas…

Sesshomaru acomodaba los cabellos de Kagome apartándolos de su cara, acariciaba sus hombros con las garras, sonriéndole a ella mientras se relajaba.

-"Eres tan hermosa, Kagome"

-"Te amo, Sesshomaru"

Luego de unos minutos terminaron de asearse y salieron para cenar en el balcón a solas

La luna estaba casi llena, en unos días sería el plenilunio y era tiempo de festejos y regocijo en las aldeas y las tierras de Occidente.

Kagome mordía una fruta madura y mientras su jugo goteaba por su barbilla, Sesshomaru la observaba sintiendo que su apetito se abría otra vez.

-"No tienes apetito Sesshomaru?"

-"Hn."

-"?"

La mirada de la joven sin comprender

-"Pero no de esto"

Señalaba la mesa con su garra.

Muy sonrojada ella sonreía mientras hundía su rostro en una copa de agua

-"Apenada Mi Señora?"

-"Eres malo…"

La carcajada del Lord

-"Malo?"

-"Mmmsí. Malo…"

-"Por qué?"

-"Y lo preguntas"

Terminando su copa de sake entre risas y carcajadas, el Lord Occidental dejaba su copa en la mesa, caminaba hasta quedar de pie frente a ella y cuando se disponía a besarla, el estrépito y los gritos lo sacaron de su idilio amoroso

-"OI! SSESSHOMARU! OOOOIII!"

Gruñendo y afinando los ojos levantó la mirada y vio a Inuyasha que se acercaba con las manos levantadas intentando apaciguarlo

-"Antes de que me asesines, quiero pedirte por favor que hables con la sanadora!"

-"Krisstal?"

-"Seé, esa! Dice que no debo sobrepasarme en …"

-"Inuyasha…"

-"Ups! Ho-hola Kagome…Emmm, pensé que el bastardo estaría solo"

-"Ya ves que no"

-"Sobrepasarte de qué Inuyasha?"

Kagome sestaba muy interesada en la situación, pero los dos machos se negaban a dar el brazo a torcer… Bastante sonrojados intercambiaban miradas cómplices, manteniendo su cara de pocos amigos.

-"Algo así como que tengo un carácter de mierda, que la pongo nerviosa… y que dice que le exijo mucho para ser una mujer preñada…Pero la realidad es… Bueno… Sesshomaru sabe"

-"Le exiges mucho de qué?"

-"De todo! No lo sé"

-"Hn"

La risa baja apenas audible del Inu y la cara de no entender nada de la Sra. Del Oeste

-"Está bien…Hablaré con ella"

-"Quieres quedarte a cenar?"

-"Pues…"

-"NO, No quiere"

-"Sesshomaru!"

-"Está bien, si mi Amiga Kagome me invita…Me quedaré"

Las miradas enfrentadas entre los hermanos, Sesshomaru no se iba quedar así…

-"La sanadora piensa que el mestizo le exige a la Miko mucho en la cama"

-"Oi! Traidor! Yo también tengo cosas que decir!"

-"Y perderás la lengua"

-"Basta! Paren los dos! Es que no podremos compartir una cena en paz Nunca?"

-"Grrr"

-"Hn"

Como dos cachorros obedientes cenaron en armonía y de a poco retomando la conversación pero cambiando el tema.

-"Mañana necesito que te quedes en el palacio, Inuyasha"

-"Está bien"

Kagome continuaba sin entender una palabra. Pero estos hermanos la tenían acostumbrada a esto y a más…

-Flash Back-

En el despacho, días atrás…

-"Durante este período, te pediré muchas veces que te quedes en palacio"

-"Keh! Vaya tarea"

-"Es muy serio Inuyasha, deberás tomar mi lugar en muchas cosas y sobre todo proteger a Kagome. La llegada de mi cachorro es inminente y necesito que estés cerca y la protejas, además, tu Miko también está esperando y el idiota del monje aún no se entera que él también será padre, supongo que en los próximos días se darán cuenta y nos avisarán."

-"Miroku? Vaya jajaja"

-"Hn…Percibo dos auras en la exterminadora"

-"Gemelos? Era de esperarse, con ese calentón jajajajaja"

-"De todos modos Inuyasha…"

-"Sí, dalo por hecho, yo protegeré el palacio, yo cuidaré del Oeste hasta tu regreso"

-Fin flash Back-

-"Tu te irás Sesshomaru?"

-"Hn"

-"A la frontera?"

-"Tengo unos asuntos en el Sur, en tierras de Danaka, regresaré pronto"

-"Danaka irá contigo?"

-"Hn."

-"La Miko Noriko se quedará y los demás, tal vez me lleve al monje…"

-"Suena extraño…Debo preocuparme?"

Las manos de Sesshomaru encontraron las de Kagome

-"Para nada, no debes temer nada saiai, es solo trabajo, rutina de un Lord Cardinal de mi status"

-"Está bien"

Inuyasha sonrojado comenzaba a sentirse incómodo. De pie y haciendo un fondo blanco de su bebida, eructando fuertemente al finalizar

-"Ups! Disculpas…jeje, este cuerpo necesita descanso así es que, me retiro, gracias por la cena, fue magnífica, Kagome"

-"Debes agradecerle a Ushi Sama, en la cocina, jaja"

-"Sí, lo haré"

Apenas reverenciando con la cabeza la mirada se detuvo en los dorados ojos de su hermano para luego mirar a Kagome

-"Hasta mañana…Regresa pronto cabrón y no te metas en problemas"

-"Hn"

Mientras Inuyasha caminaba hacia sus aposentos, pensaba en los motivos por lo que Sesshomaru siempre salía y se ausentaba por largas horas y a veces días. No quería pensar mal. No se imaginaba la razón de su ausencia…No quería pensar mal…

Además la raza Inu es honorable hasta el final. No iba a pensar mal. Pero de nuevo, la razón de su partida debe ser muy poderosa para alejarse de su pareja esperando un hijo.

Se mantendría al pendiente de TODOS los movimientos de palacio y de sus integrantes, hasta de su Señor Cardinal. Después de todo, él es el segundo al mando, el otro Taisho, el Lord Cardinal en segundo Término, Taisho Inuyasha.

En el inframundo, Kagura maldecía la estirpe Inu y toda su existencia.

Mientras aseaba sus heridas y se miraba al espejo las marcas de "pasión" recibidas por parte de su pareja forzada, sus entrañas ardían de odio hacia Sesshomaru y su manada. Odiaba a todos…Se vengaría, de eso no había duda…

-Flash Back -

La violencia con la que la bestia toro embestía a la youkai mujer debajo de él, las mordidas, las laceraciones, moretones, jalones de cabello, y demás…

Serían bien apreciados si vinieran de parte del Señor del Oeste, pero de este Toro salvaje y su grasosa personalidad, el olor a sudor, la saliva chorreante, sus pezuñas…El asco que Kagura sentía al ser sometida por esta, su pareja forzosa, y todo culpa de la asquerosa humana esa, su maldito cachorro hanyou, y la madre de Sesshomaru…

Sesshomaru…

Él la había rechazado, la había cambiado por una Miko, por la puta de Inuyasha…

¿Cómo pudo?... ¿Cómo?!

Después de reírse juntos del mestizo imbécil, y de la patética mujer, terminó quedándose con ella, preñándola y haciéndola Señora del Oeste y al inmundo mestizo nombrarlo Segundo Lord…

-"MUJER! CONCÉNTRATE! QUÉ CLASE DE MIRADA ES ESA? EN QUÉ MIERDA ESTÁS PENSANDO?! O AUN NO SE TE QUITA LO ATREVIDA Y SIGUES PENSANDO EN LORD TAISHO?"

Justamente en Lord Taisho mente, cuerpo y espíritu. Los días de Kagura transcurrían pensando en él y en la cantidad de maldades que le haría a Kagome. Y, a través de ella, dañaría a Sesshomaru también, era perfecto…

Si no fuera por ese toro degenerado que no le daba respiro.

-"¡Me tienes harto! Quédate quieta!"

-"Mira, monstruo, si tú me regalaras lo que yo quiero…"

-"Mmm?"

-"Si tú me lo regalaras, yo, te trataría amorosamente y estaría contigo de propia voluntad"

-"No me lucharías más?"

-"Tal vez… Acaso no envidias a los que tienen parejas sumisas y dispuestas? Yo podría darte eso"

-"Cállate y date vuelta"

Luego de interminables horas, la bestia dormía y ella lograba escabullirse de nuevo a quitarse el sudor y la mugre resultantes del encuentro físico con su pareja

-"Maldita Irasue"

-"Maldita Kagome"

-"Y maldito Sesshomaru, mil veces maldito Sesshomaru, te odio y te maldigo y a toda tu manada de perros inmundos"

Barriendo con la esponja los vestigios de sangre de sus brazos continuaba ideando un macabro plan.

Si el toro se dejaba convencer… Sería posible su venganza.

Cerrando los ojos mientras el agua le quitaba su vergüenza, las manos con pezuñas le rodearon la cintura y la levantaron del agua.

Kagura pataleaba y maldecía, mientras era arrastrada a su camastro una vez más.

Las poderosas palabras de la bruja del viento, sus conjuros y las patadas lo golpeaban en sus partes nobles, y su carne se despedazaba con las danzas de las cuchillas y los vientos agresores.

El dolor era insoportable a veces, era un youkai poderoso, pero también lo era ella, la envidia que sentía por otros era real.

Imaginarla entregada a sus brazos, se veía sin recibir golpes, tajos y heridas… Se imaginaba recibiendo solo placer y afecto… Si bien era una bestia infernal, también había deseado una pareja demasiados siglos.

Ahora la tenía, pero ella era renuente a recibirlo y a comportarse como una hembra dispuesta, no esperaba recibir amor en el infierno, pero sexo, lujuria y pasión eran palabras que él reconocía y quería obtener.

-"Dime qué es ese regalo del que hablas"

Kagura sintió su corazón detenerse por unos instantes.

Podría ser que el muy bruto aceptara sus condiciones? Podría ser que ella tendría su venganza?

-"Tráeme a la Señora del Oeste"

-Fin Flash Back-

Sesshomaru se encontraba frente a su obra. Había llevado a su mano derecha y al monje.

Las miradas de Danaka y Miroku eran de incredulidad.

-"Esto es…Magnífico"

-"Estoy impresionado…"

-"Y dice que lo hizo con sus propias manos?"

-"Hn."

-"Eso es…Inesperado"

-"Está terminado?"

-"Aún no."

-"Ah!"

-"Los traje para ultimar detalles"

Y así fueron tomando nota, revisando, dibujando y presentando sus opiniones. Dos días estarían en el lugar preparando todo para el gran momento.

La llegada de Kagome.

Completando mínimos detalles exteriores de la creación… Casi todo estaba listo.

-"Yo creo que no le falta nada"

-"El Monje tiene razón, Mi Lord, se ve Magnífico"

-"Ella es todo lo que falta"

La emoción de Sesshomaru en su pecho se acrecentaba, junto con la incertidumbre de mostrarle a Kagome su obsequio. Había dejado su sueño, su sudor, su sangre en ese presente y deseaba que para ella fuese tan significativo como para él.

-"Entonces, cuándo le dirás a Kagome Sama?"

-"En el Plenilunio."

-"Oh! Será una sorpresa!"

-"Eso es muy pronto, ella será muy feliz, Lord Sesshomaru"

-"Hn."

En palacio Inuyasha trataba con los productores de arroz del Oeste.

Irasue se encontraba muy atareada junto a las demás hembras que debatían entre telas y tejidos para la ropa de los cachorros por llegar.

Kikyo apenas mostraba y Kagome ya no podía casi moverse, las risas cantoras de las mujeres llenaban el palacio de alegría.

Durante la tarde mantenían paseos muy refrescantes por los jardines imperiales mientras Shippou y Rin correteaban entre las plantas. La sanadora vigilaba muy de cerca a la Señora de Occidente y no descuidaba a la Señora Secundaria, ni a la Exterminadora tampoco.

Sus sentidos youkai le indicaban la preñez de la Tajilla pronto debería hablar con ella.

Cuando la noche llegaba, el palacio se encontraba pacífico y acogedor. La brisa nocturna se colaba por los amplios ventanales y las cortinas bailoteaban refrescando los ambientes.

El aroma de la abundante comida preparada por la youkai Ushi llenaba los pasillos y las bocas se inundaban de saliva y antojos.

Los rostros sonrojados y las charlas amenas alborotaban los salones. La noche de debatía entre sabores y sonrisas.

Tranquilo, el majestuoso palacio era muy bien controlado por el personal designado.

Siempre era muy bien vigilado, pero de noche lo era aún más.

Algunas oscilaciones de energía se sentían de vez en cuando durante las lunas crecientes en que Irasue trabajaba con su piedra meidou y a algunos guardianes del inframundo se les permitía asistirla dentro de palacio.

No temían una traición. Nadie desafiaba el poder de la antigua Señora del Oeste.

Era poderosa y hermosa, inteligente y peligrosa. Había parido al Daiyoukai más peligroso y poderoso de todos los tiempos. Nadie osaría nunca traicionarla…

O eso se pensaba.

-"Qué es lo que te trae hasta aquí, mi leal guardián?"

Con una rodilla en tierra el enorme youkai Toro reverenciaba a la dama Irasue y se postraba frente a ella…

-"Mi Señora…"

Unas horas más tarde, la enorme sombra se escurría silenciosa y expandía el humo de las hierbas soporíferas que le había proporcionado Kagura.

El vil aroma se extendía sobre el cuerpo dormido de la Señora del Oeste, hundiéndola cada vez más en sus sueños.

Una vez que el reiki ya no luchaba contra su carne, el youkai toro tomó a la mujer y rascando el piso con sus pezuñas conjuró el portal al inframundo desapareciendo a través de él con Kagome desvanecida en sus brazos.

Lejos de palacio, en tierra Insular, el Señor del Oeste despertaba agitado y sobresaltado sorprendiendo a los demás que también reaccionaron a la fluctuación de energía del ambiente.

-"Mi Lord!"

-"Sesshomaru Sama!"

-"KAGOME!"