NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, SON ESPECTACULARES! GRACIAS ABSOLUTAS POR SU APOYO. MIS DISCULPAS POR LAS DEMORAS EN ACTUALIZAR. ETERNAS GRACIAS.

ABRAZO ENORME.

Capitulo 70

-"NO, NO NOOOOO! SESHOOMARUUUUU!"

La hembra Inu frente a los guardianes que cruzaron sus lanzas una vez más

-"Sólo el amo puede pasar"

-"Yo soy la guardiana de la Piedra Meidou! Déjenme pasar!"

-"Sólo el amo…."

-"Malditos pedazos de roca!"

Miroku y los demás se mantenían mirándola insultar a los gólems de piedra.

-"Lady Irasue…No hay nada que usted pueda hacer?"

-"Maldición! Maldito Sesshomaru cachorro desobediente!... No monje…Esta Inukimi no puede hacer nada"

Kagome se encontraba ensangrentada y magullada ahora

La tortura por parte de la hembra despechada no se había hecho esperar.

Kagura se había desquitado de su rabia propinándole un sinfín de golpes y cachetadas.

Con las uñas le había rasguñado el rostro, los brazos y la espalda.

Sus ropas estaban desgarradas, los moretones y la sangre que goteaba de sus heridas se apreciaban a simple vista.

Kagome envuelta en una bola de reiki y se encontraba en posición fetal. Su respiración era difícil y estaba envuelta en su vientre de manera protectora.

Pero ella no era la única que estaba siendo torturada.

-Flash Back-

Habiéndose cerrado los portales del inframundo el grupo desesperado permaneció mirando las enormes estatuas por unos minutos.

Luego se miraban entre ellos.

No sabían qué hacer.

Por su parte Irasue estaba mirando el piso sentada en seiza dándoles la espalda. Su cabello de plata tocaba el piso y se desparramaba por detrás cubriéndole las plantas de los pies y más allá.

Parecía llorar amargamente.

-"Mi Lady"

Dijo Miroku, mientras se acercaba a ella, junto a los demás

-"Si pudiésemos observar lo que sucede dentro del inframundo… Me parece que…"

Lejos de estar llorando, ella permanecía en silencio observando a través de la piedra meidou, los sucesos del inframundo como si de una película se tratara.

De a uno se fueron sentando a su lado para poder ver.

Muy claramente se apreciaba a Sesshomaru volando por los aires infernales en su camino, se dirigía a una montaña similar a una cuchilla que brillaba rojo desde lejos.

-"Sesshomaru…"

La impotencia de su madre ante su avance. Sabía que su hijo ya no podría salir del inframundo, aún así, sus lágrimas se negaban a caer.

De pronto la piedra se trasladó dentro de la cueva del youkai y Kagura.

La visión de la horrenda golpiza causó en el grupo gritos, llanto y maldiciones.

-"Kagome!"

-"Maldita Kagura, Noooooo!"

Sango y Miroku, Danaka apretando los dientes, Irasue con su rostro impávido como siempre, con sus garras hundiéndose en sus palmas.

Continuaron observando sin poder hacer nada.

La tortura se hacía compartida.

La Dama del Oeste sufría, los que observaban sufrían, Sesshomaru también sufría y sufriría aún más.

-Fin Flash back-

Mientras Sesshomaru se adentraba en los infiernos, diversas criaturas se mostraban frente a él. Parecían estar curiosos por algo.

Pero ante la mirada del Lord simplemente huían para esconderse.

La mente de Sesshomaru estaba muy alerta, atento a cualquier pista que lo lleve a su pareja.

Buscaba a su vez el olor de Kagura, ya que estaba seguro de que ella estaba detrás de todo esto.

"Seguramente Kagome estará donde la bruja del viento"

"Hn."

La bestia estaba a flor de piel. Estaban transitando terrenos muy peligrosos y debían estar muy alertas.

Más de lo necesario. Absolutamente necesario…

"El inframundo eh?..."

"Totalmente predecible…"

"Hn."

Inmensos valles, aves esqueletales, extrañas formas pétreas, rocas, arenas, ruinas…

"Chichi-ue"

"Padre?"

"Aquí está la tumba del General"

"Tantas vivencias ocurrieron aquí"

La inmensa carcasa ósea y más allá la sangrienta cordillera de vapores.

El aire sulfuroso de pronto teñido de vainilla y violetas

"Kagome…"

La veloz saeta blanca, el enorme perro espectral.

Sesshomaru en toda su gloria avanzaba indetenible y poderoso, furioso, desesperado.

El tremendo youki comenzó a presionar los umbrales del infierno.

Los seres del inframundo comenzaban a sentir el peso de un poder Insuperable, pesado, denso, peligroso, un poder conocido.

El sofocante aura energética los hacía huir y esconderse en las profundidades

"Huyen como las alimañas que son"

Lejos, en la cima de una punta montañosa, se vislumbraba una forma saliente con una cueva de cuyo interior brotaban vapores amarillentos de azufre, rojos ferrosos entremezclados con reiki rosado y aroma de violetas. Estaba protegida por una barrera de youki bastante considerable manteniéndola apartada y oculta para los depredadores.

El aroma y los colores que se escapaban de la cueva alertaron los sentidos del Daiyoukai

"Allí"

Regresando a su forma humanoide, y avanzando por la caverna espectral, Sesshomaru sentía el tirón de su alma, su pareja lo llamaba, ella sufría y él estaba furioso.

Continuó adentrándose en la cueva.

La presencia de su aura si bien estaba oculta, se hizo sentir para el youkai toro que se alejó de las hembras y fue a controlar

Mientras Kagura estaba sumida en estupor de satisfacción.

Si bien envuelta en la barrera ya no podía alcanzarla, al despertar, Kagura la había golpeado bastante tomándola desprevenida y en su afán de proteger su preciosa barriga, Kagome había bajado la guardia por un momento.

Error que pagó con creces. Ahora aferrada a sí misma y a su cachorro, resistía esperando que Sesshomaru viniese por ella.

Ambas sintieron una leve fluctuación en el ambiente. El Lord escondía su youki para atacar por sorpresa, pero su arrebato de hacía unos momentos habían puesto en guardia a la bruja del viento. Ahora más que nunca tenía que debilitar la voluntad de Kagome

-"Estás segura de que Sesshomaru te ama?"

-"Completamente"

Kagura rodeaba la forma de Kagome buscando la manera de herirla una vez más. Temía tanto su poder que no se animaba a acercarse demasiado. No era tonta, Kagome era aterradora cuando estaba enojada y estaba bastante molesta.

-"Danza de los muertos!"

El viento arremolinando y resquebrajando la caverna. Kagome resistió

El Lord escuchó y cambió de dirección hacia otro corredor.

-"Él está aquí, vendrá por mí, sabes…Y entonces, lo verás"

Kagura detestaba las palabras de la joven. Pero eran absolutamente ciertas, lo que le daba más rabia aún.

-"Danza de las cuchillas!"

El inmenso golpe no lograba quebrar la barrera, pero Kagome se sentía muy debilitada.

En su vientre el punzante aguijón del dolor se clavaba mientras la extraña y poderosa energía brotaba picándole la piel a Kagura, envolviéndola en una bola de fuego.

Enseguida ella logró sofocarlo con la danza del viento mortal.

Desde afuera el grupo observaba horrorizado sin poder hacer nada.

El enorme y furioso Inu ya casi sobre ellas.

Kagome visiblemente debilitada intentaba calmar a su pequeño, que la defendía desde su vientre.

"Cálmate hijo"

El mantra repetido mil veces en la mente de la joven sacerdotisa.

Kagura escupía sangre y se observaba las ropas desaliñadas y bastante quemadas. Su piel ardía espantosamente

-"Esa es la energía de esa cosa que llevas dentro…"

-"Sesshomaru vendrá y te comerás tus asquerosas palabras!"

Kagome arrojaba reiki de sus manos que laceraban la piel de la hembra youkai

-"Sabes que él no puede salir otra vez si es que se atreve a entrar al inframundo?"

-"¿Qué? No te creo nada!"

Kagura reía histérica.

-"Danza de las serpientes!"

La joven se enroscaba en sí misma sobre su altar de roca para protegerse y a su hijo. La barrera sagrada se resquebrajaba, filtraba youki, que afectaba a Kagome, pero aún no caía completamente

-"Por supuesto que él te salvará! Pero no podrá salir…Prefieres vivir a sabiendas de que tu amado se quedó en el inframundo y tú afuera?"

-"Eso no sucederá!"

Apenas se alzaba la voz de la sacerdotisa. Su dolor se agudizaba, su vientre estaba en llamas, su temor crecía a cada instante. Temía que los acontecimientos apresuraran o desencadenaran el nacimiento del cachorro y por supuesto, el inframundo es el último lugar dónde quería que su hijo naciera. Por su parte el cachorro sentía el dolor y el miedo de su madre y respondía con energía tóxica atravesando la barrera y agrediendo de lleno a Kagura

Kagome sabía que esa era la fuerza de su hijo luchando desde su interior.

En su mente repetía…

"Quédate tranquilo Yashamaru, quédate tranquilo, papá ya viene…"

Kagura continuaba su ataque psicológico

-"Ah no? ¿Y cómo pretendes impedirlo?"

A todo esto la manada observaba desde los portales cerrados y la rabia contra Kagura crecía casi como su miedo a que algo malo les sucediera a los Señores del Oeste, pero aunque nadie lo decía, temían mucho más por la suerte del cachorro por nacer.

La bruja del viento secaba la sangre que escurría de sus brazos producto de la defensa del bebé de Kagome. Señalaba con su abanico la panza de la Miko

-"Ese asqueroso mestizo! Ese engendro inmundo que llevas dentro intenta atacarme?"

-"No insultarás a mi hijo!"

El toro iba regresando por uno de los corredores de la cueva montañosa hacia donde estaban las hembras. No había podido encontrar nada. Sólo permanecía esa horrible sensación de peligro que no lograba identificar. La relacionó con la incomodidad de la traición a su ama Irasue y al miedo que seguramente habitaba su subconsciente.

Las voces de Kagura y Kagome se escuchaban claramente ya.

Sesshomaru escuchaba fuerte y claro. Podía sentir las energías y las palabras claramente.

El odio se comenzaba a desbordar de su cuerpo.

-"Es increíble que el Sesshomaru que yo conozco haya engendrado una cosa como esa"

-"Mi hijo no es una cosa!"

Formando una bola de reiki atacó a Kagura con lo poco que le quedaba de fuerza y se volvió a envolver sobre su vientre a esperar lo irremediable. Kagome pensaba que, Sesshomaru no sabía que ella estaba en esta situación. Pero si iba a morir sería luchando por su hijo y él sabría de su amor por él y el pequeño.

-"Sesshomaru ha cambiado, él nos ama"

-"Estás segura? Jajajajajaja"

-"Tú no tocarás a mi hijo maldita"

-"Mi hijo, mi hijo…¿Sabías que solíamos burlarnos de ti y del estúpido del híbrido de Inuyasha? De todos los mestizos en general. Ni hablar de la raza humana él decía…Simplemente patéticos. Realmente crees que Sesshomaru ha cambiado tanto, como para amar a esa cosa?"

El Youkai toro corría, ya casi sobre las hembras y lo vislumbró de pie en uno de los corredores, cerca de Kagura. El horror se instaló en su rostro, su peor pesadilla había llegado. El Señor del Oeste se encontraba en la entrada de un corredor del otro lado, justo a la derecha de Kagura. Ella no se había percatado del peligro.

Él tendría que defenderla!

La defendería!

Lo haría!

Ya había arriesgado todo por ella. Había hecho lo indecible. Traicionado a su ama y de la peor manera. No había vuelta atrás. Había convocado las hordas de demonios, para atestiguar la caída de la Shikkon No Miko. Todo estaba preparado para el espectáculo. Pero la presencia de Sesshomaru lo cambiaba todo.

Es que era verdad que el Señor de la Casa Taisho amaba a la mujer humana?

Al parecer lo era. Y eso le aseguraba que tendría que luchar hasta morir, ya que si algo salía mal, no sobreviviría.

Intentaría embestir al Daiyoukai que estaba detrás de su hembra y amenazaba con destruirla. Revoleaba su hacha mientras Sesshomaru se preparaba para cercenar su garganta con sus garras de veneno.

Kagura sin percatarse de la amenaza, continuaba su ataque psicológico para debilitar a Kagome aún más.

-"Tu amado se rió de ti, te despreció y despreció tu raza. Siempre despreció a los mestizos. Qué te hace creer que vendrá a salvarte a ti y al hanyou que llevas en el vientre?"

-"Él…Nos…Ama"

Casi con sus últimas fuerzas Kagome respondía. Aunque sabía que Sesshomaru había cambiado, las palabras de Kagura eran ciertas y herían su corazón como mil espadas de fuego.

Los machos asomando de los corredores comenzando a correr.

-"Si tanta fe le tienes…Por qué estás llorando? En el caso que él venga por ti, y te rescate…Tú saldrás, pero él…Se quedará"

El rostro incrédulo de Kagome. Kagura viendo de reojo a Sesshomaru apresuraba su ataque verbal.

-"Así es…Ya entró dos veces y salió…Es más de lo permitido, si él viniese por ti, ya no podrá salir…Entonces…Será mío"

El youkai toro que estaba casi sobre Sesshomaru escuchó las palabras de Kagura y se dejó caer de rodillas al suelo, depositando su arma en el piso.

Jadeaba en busca de aire. Incrédulo de lo que acababa de escuchar.

Kagura se volteó a verlo y se quedó en silencio

El toro mirando el suelo negó con la cabeza

-"Soy un traidor y merezco morir…Pero lo que hice lo hice por ésta maldita…Mátala, ya no me importa"

-"Qué dices?"

Sesshomaru sin decir palabra agarró a Kagura del cuello por sorpresa

-" Sesshom…"

Las garras hundiéndose en la carne de la garganta de La bruja del viento

-"CIERRA TU ASQUEROSA BOCA!"

El veneno penetrando el torrente sanguíneo, las manos intentando liberarse del fatal apretón.

-"Eres una maldita alimaña y como tal vas a morir"

-"Tú me a-mabas"

-"Estaba enfermo. Intoxicado de tu maldad. No conocía la luz"

Mirando al toro que permanecía postrado

-"Tú…Vil traidor, no mereces ni mi desprecio"

-"Mi Señor…"

-"Tienes asuntos con mi madre, pero osaste tocar lo que es de Éste Sesshomaru y por eso morirás"

Con su mano blandiendo a Bakussaiga desarrajó la cabeza del youkai que se desintegró en mil pedazos y el cuerpo se fue consumiendo frente a los ojos de Kagura

-"No, no puedes…No puedes elegirla a ella por sobre mí!"

-"Está hecho"

Kagome los veía desde su rincón. La barrera comenzaba a fluctuar hasta desaparecer.

Su cuerpo se daba por vencido lentamente. Intentaba incorporarse, pero sus heridas eran profundas. Y de a poco decaía.

Las últimas palabras de Kagura y su danza de las serpientes habían hecho más que daño en la joven embarazada.

Sesshomaru miró a Kagome que se iba recostando una vez más, sin fuerzas ya y muy maltratada. Estaba sobre una roca lisa a modo de altar de sacrificio. Tendida de costado su brazo ya colgando inerte.

El odio comenzó a salir del su cuerpo en forma de violento youki que aplastaba

Los gritos y alaridos infernales se escuchaban por doquier. Las hordas que venían comenzaron a huir despavoridas del horroroso youki aplastante.

La ira de Sesshomaru envolviéndolo todo provocando que el infierno se recalentara aún más.

Fuera la manada gritaba por ellos.

Acercando a Kagura casi a sus narices, con los ojos rojos le gruñía de manera amenazante y le estrujaba el cuello cada vez más

-"Te atreviste a robar lo que es de éste Sesshomaru, maldita!"

-"Es la puta de Inuyasha, tú lo decías siempre"

Kagome se retorcía con dolores tremendos, el parto se iba desencadenando a medida que transcurrían los minutos. La sangre escurría entre sus piernas goteando en hileras sobre el altar hasta el piso. Las palabras de desprecio no ayudaban. Peor aún la cruda verdad de que Sesshomaru las había dicho y pensado alguna vez.

Sabía que había cambiado, pero ella estaba muy vulnerable en estos momentos. Kagura continuaba intentando convencer a Sesshomaru.

-"Sesshomaru, tú me amabas…"

La voz gutural de la bestia respondía evidentemente alterada. Las ganas de matar se volvían incontrolables

-"Estaba más que enfermo y ciego… El amor de Kagome me sanó y rescató de la oscuridad del infierno"

-"El infierno?"

-"Ese infierno eras tú"

Mientras Kagome con su voz casi inaudible susurraba

-"Sessho…Maru"

La bestia jadeaba con sed de muerte cuando percibió en el aire el aroma de la sangre sagrada que escurría. Se volteo a ver a la joven y lo que vio lo hizo perder la razón por completo. Kagome tendida como sin vida en un charco de sangre que brotaba de sus múltiples heridas y de entre sus piernas

-"No…"

Y sin mediar más palabras arrojó alto a Kagura

-"Eres una maldita! Borraré del mundo tu existencia y tu asqueroso recuerdo!"

Y con Kagura ya en las alturas blandió a Bakussaiga una vez más y desintegró a la bruja del viento que se fue consumiendo mientras sus gritos desgarradores se oían por todo el inframundo.

La manada afuera lloraba desesperada por Kagome. Irasue rechinaba los dientes y la sangre de sus palmas no cesaba de brotar. Sus garras venenosas habían hecho bastante daño, sin embargo la hembra se negaba a llorar.

La película de horror que veían a través de la piedra meidou aún no terminaba.

-"Sesshomaru…Sesshomaru… Yashamaru…"

Susurraba Inukimi, mientras sus ojos se clavaban en el cuerpo desfallecido de la sacerdotisa que sujetaba su vientre con un brazo.

En el inframundo, Sesshomaru corrió al lado de Kagome

-"Kagome! Kagome me escuchas? Mírame preciosa, mírame"

Ella apenas asintió con lo último de sus fuerzas

-"Sesshomaru…El bebé…Sálvalo"

-"Tranquila Miko, este Sesshomaru nos sacará de aquí"

Tomando a la joven en sus brazos salió de la cueva y voló hasta la carcasa de su padre

-"Aquí el aire es un poco más respirable, pequeña, respira mientras este Sesshomaru busca una salida"

Y mirando por doquier, intentando salir con sus poderes, inútilmente una y otra vez. Explosiones. Bolas de youki, Bakussaiga, Tensseiga…Todo era inútil.

Agotado y asustado por Kagome y el cachorro de pronto recordó la piedra de su madre.

-"Madre, sé que estás ahí"

Irasue abrió grandes los ojos. Era de esperarse que la inteligencia de su hijo la superara ampliamente.

-"Aquí estoy"

-"Abre el portal y sácalos de aquí"

-"Pero tú…"

-"Yo me quedaré"